Las estimaciones de costos de producción de cultivos de invierno para la próxima zafra muestran un rinde de equilibrio de 1.700 kilos por hectárea para colza, de 4.000 kilos por hectárea para cebada y de 4.200 kilos para trigo, señaló el técnico de Sofoval, Carlos Ramírez, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y revistaverde.com.uy.
Desde hace 12 años Sofoval brinda a los productores información detallada sobre los números de los distintos cultivos agrícolas y pasturas, que incluyen proyecciones de costos, rendimientos y márgenes, como forma de marcar una referencia al productor.
Para el análisis la cooperativa no contempla el costo de los arrendamientos y trabaja con una producción de 2.000 kilos de colza por hectárea y de 4.500 kilos de trigo y cebada, con planteos de alta tecnología. El costo del gas oil se ubica en US$ 1,43 por litro.
Para este año los números indican que los costos no registran mayor variación respecto a la zafra pasada, y se observa “una baja de 4%” en el caso del trigo y de la cebada, pero hay una reducción “importante” en los valores de los granos, dijo.
En el caso del trigo los costos eran de US$ 857 en 2023 y ahora es de US$ 822, en la cebada pasó de US$ 846 en 2023 a US$ 852 en 2024, mientras que en colza varió de US$ 714 el año pasado a US$ 708 en el presente año, indicó.
Y advirtió que en los rindes de equilibrio hay un “contraste importante” ya que en trigo en 2023 era de 3.300 kilos por hectárea con un precio proyectado de US$ 260 por tonelada y en 2024 aumentó a 4.200 kilos con un valor de US$ 195 por tonelada, lo que significa una suba de “1.100 kilos” por hectárea en el rendimiento de indiferencia.
Con esos números el margen del cultivo de trigo era de US$ 300 en 2023 y ahora es de US$ 56, sin incluir los costos de las rentas, sostuvo Ramírez.
En el caso de la cebada el año pasado el margen era de US$ 234 por tonelada y actualmente es de US$ 111, con un rinde de equilibrio que pasó de 3.500 kilos en 2023 a 4.000 kilos en 2024, detalló.
Comentó que en colza con 2.000 kilos por hectárea, hay una “mejora” del margen proyectado que llega a US$ 112, pero puede ser mayor por la evolución de precios que tiene la colza en el mercado internacional. El análisis de Sofoval se realizó con un precio de US$ 410 por tonelada y en los últimos días ha estado en torno de los US$ 440 por tonelada.
En el primer trimestre del año el monto de las exportaciones de Uruguay incluyendo las zonas francas fue de US$ 2.732 millones, lo que representa una baja de 3% respecto a igual período de 2023.
Sin embargo, en los próximos meses está previsto un “repunte” de esos negocios, principalmente por las ventas al exterior de ”soja”, tras la cosecha, y de la “celulosa” por el avance de la operativa de la fábrica de UPM 2, señaló el presidente de la Unión de Exportadores de Uruguay (UEU), Facundo Márquez, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y revistaverde.com.uy.
Dijo que comparativamente también puede haber un ingreso menor de dólares por exportaciones de lácteos y de carne. La proyección general marca un incremento en dólares en 2024 respecto al año pasado, pero con un dólar que todavía “rinde menos” que en 2023.
Un factor clave en esa situación es la caída del precio del dólar en el mercado uruguayo, que perdió un 3,77% en los primeros tres meses de este año, lo que provoca “mucha preocupación” no solamente ahora sino hace tiempo porque esta “problemática cambiaria no es ni de derecha, ni de izquierda” porque “pasan los gobiernos” y es “estructural”, enfatizó.
Y reclamó que es imperioso “agarrar al toro por las guampas” porque si no se corrigen temas estructurales “los vamos a seguir padeciendo”. “Estoy aburrido, cansado como productor de caviar que sufro lo que sufre la gran mayoría de los productores, de escuchar los mismos titulares de siempre, ya sea del partido que sea”, señaló.
Y cuestionó que los políticos prometen que van a “corregir el atraso cambiario” y que en lugar de eso deberían empezar a “decir cómo lo van a hacer y que la gente termine decidiendo cuál es el camino que se quiere tomar en las elecciones”.
“Cuando les toca estar del bando de la oposición dicen una cosa y después cuando pasan al gobierno terminan haciendo otra cosa o lo mismo que hacían los de antes”, acusó.
El presidente de la UEU sostuvo que eso implica un “doble discurso” y consideró que eso no requiere aplicar una política de “motosierra” como lo planteó el presidente de Argentina, Javier Milei, pero sí se precisa “liderazgo” y “compromiso” para recortar el gasto público y reducir el déficit fiscal con crecimiento económico. Hay “mucha grasa por cortar”, dijo.
Se refirió a otro problema que atraviesa el sector exportador que es el de las deudas vigentes por exportaciones realizadas en años anteriores al mercado argentino, que actualmente ascienden a unos US$ 200 millones, correspondiente a unas 40 empresas, afirmó.
Sostuvo que “hay muchas empresas que sienten la presión de no cobrar” y la incertidumbre de ver cómo seguir hacia adelante. El “lado bueno” de ese asunto es que las exportaciones concretadas “desde el 12 de diciembre se vienen cobrando”, con los plazos establecidos, reconoció.
Los potenciales compradores prefieren predios agrícolas y forestales; la estabilidad y seguridad jurídica de Uruguay son aspectos claves para definir los planes de inversión
Mauro Florentín Redacción
Hoy en día el negocio de invertir en el agro, principalmente en la compra o arrendamientos de campos, parece dejar de estar atado a factores coyunturales vinculados con el clima o con los precios de los alimentos, sino que están más bien ligados a una visión de mediano y largo plazo.
Eso tiene que ver con el perfil de los inversionistas y con las mismas transformaciones de la producción rural, entre otros tantos aspectos que juegan a la hora de tomar decisiones de este tipo.
Sobre estos temas, VERDE habló con uno de los directores de la empresa Gorlero & Cía, Federico Hareau, quien destacó que hay “dos tipos de inversiones”, los grupos económicos de gran escala y los particulares de menor escala.
En ambos casos uno de los puntos clave se vincula con la “estabilidad” y la “seguridad” que ofrece Uruguay como elementos a considerar para definir sus planes de inversiones, advirtió.
Tras un año “muy golpeado” por la seca en el agro uruguayo, hubo un freno en el interés de productores locales, pero luego empezaron las consultas de “afuera”, que no pararon en cuanto a la intención de acceder a un campo agrícola o para forestación, dijo.
Y vaticinó que 2024 será un año “movido” en la operativa del mercado de inmuebles rurales, especialmente de los inversores con una visión más globalizada.
Más familiar y dinero de vuelta
Hay “mucho interés de europeos” en dos tipos de inversiones “muy firmes”, que comprenden lo que son los family office, que “invierten en muchas partes del mundo”, que sin valorar tanto la cantidad de superficie piensa en el margen y la rentabilidad, por lo cual es clave que cierren los números en el excel, comentó.
Planteó que en esos casos se trata de un negocio de ocasión, que por lo general compran un campo y lo arriendan para buscar esa renta esperada.
Pero también está el inversor europeo “más familiar”, que “tiene su negocio afuera” del campo, que “quiere meter una pata” en la producción de agroalimentos y que “quiere realmente explotar” el campo, para lo cual establece un sistema de gestión en Uruguay. Este tipo de actores sí se ven en el mercado, dijo.
Respecto al papel que juega el inversor local en el negocio, Hareau señaló que hubo “mucho movimiento” de inversionistas uruguayos, principalmente en la época de la pandemia, cuando “muchos empresarios que tenían dinero colocado afuera del país vieron que el mundo se alborotó, rápidamente trajeron el capital de vuelta a Uruguay y el destino fueron los negocios agropecuarios y la compra de campos.
Sobre el perfil de inversores que no estaban vinculados con el negocio agropecuario, gente que tenía sus empresas uruguayas, que les fue muy bien y decidieron destinar sus ahorros al rubro, el director de Gorlero & Cía señaló que “esos actores estuvieron muy fuertes, se hicieron muchas compras de muchas familias uruguayas, de muchos empresarios uruguayos”. Y “sigue habiendo, pero siempre en superficies menores”.
Después, algo que favoreció el negocio fueron las tasas de interés que cobran los bancos por los préstamos, enfatizó.
El operador del mercado de campos destacó el rol que juegan las empresas como Gorlero en cuanto a la administración y gestión de los establecimientos rurales que adquieren los inversores, tanto locales como extranjeros, para brindarle los resultados esperados y la tranquilidad de saber que su propiedad está en buenas manos.
Hay gente que al principio quiere una administración, pensando en que el día de mañana, al jubilarse, se dedicará al campo. Entonces la empresa trabaja un tiempo con ellos y luego queda a cargo el inversor, comentó. Dijo que hay gente que arranca en forma gradual en el negocio y van interiorizándose, pero siempre delegan la administración.
Alianza y gestión
Hareau abordó uno de los asuntos en los que coincide la mayoría de los operadores del mercado de campos local: la dificultad para lograr que se junten las dos puntas del negocio, por un lado el propietario del campo, que mantiene sus pretensiones de ingresos a obtener por su predio; y por otro el potencial comprador o arrendador, que por lo general advierte que los precios superan sus posibilidades y las expectativas de rentabilidad. En ese tire y afloje es que se pasan meses de tratativas, que a veces desalientan a los actores del negocio o finalmente se consigue ceder en algún aspecto puntual.
Uruguay ofrece “seguridad” jurídica y “estabilidad” para los capitales, lo que juega su papel a la hora de definir nuevos proyectos de inversión, que en los últimos meses se caracterizan por el origen europeo, valoró.
Respecto a los inversionistas uruguayos que no provienen del agro, Hareau dijo que en esos casos operan con empresas encargadas de la administración y la gestión de los predios, como Golero & Cía y otras, que pasan a desempeñar un rol directo en la producción.
Esta compañía estableció un acuerdo con la firma belga Soil Capital Farming, que opera en el mismo rubro en el mercado europeo donde hay otras características en cuanto al tamaño de los campos y la manera de explotarlos, entre otros tantos aspectos.
Los responsables de esa empresa, que hace un tiempo está instalada en Argentina, están muy focalizados en el cuidado y preservación de los suelos, en las rotaciones de cultivos y producciones, con menos aplicaciones de pesticidas y herbicidas, señaló Hareau.
Dijo que en este caso existe una alianza “muy interesante” entre ambas empresas, pensando en los nuevos requerimientos de los mercados en cuanto a las condiciones de sostenibilidad ambiental y conservación. Por un lado, Soil Capital cuenta con el expertise necesario para el desarrollo de buenas prácticas de agricultura regenerativa. Por el otro, Gorlero tiene probada trayectoria en el medio uruguayo y conocimiento de las particularidades de cada región. Esta unión está orientada a un enfoque productivo sostenible, que permita al mismo tiempo maximizar la rentabilidad del negocio.
Gorlero & Cía participó en la reciente exposición internacional Agro en Punta, realizada entre fines de enero y primeros días de febrero, que congregó a profesionales, empresarios y productores del agro para el tratamiento de una amplia agenda de temas, que resultan cruciales para el presente y futuro de la producción de alimentos.
Aprovechando la vitrina global que representan este tipo de emprendimientos, esas y otras empresas apostaron al evento donde pudieron establecer nuevos contactos y fortalecer otros nexos.
Para la próxima zafra de cultivos de invierno la propuesta comercial para la siembra de carinata incluye un nuevo material híbrido, “los productores están repitiendo el cultivo y aumentando el área”, hay muchas consultas, la carinata tiene características que le agregan valor al sistema, señaló el director de IPB Semillas, Pablo Uteda, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y revistaverde.com.uy.
Dijo que el segundo elemento del plan implica un precio de referencia que copia el 100% de la colza en el mercado de MATIF, posición febrero 2025 y el productor puede fijar el precio durante el ciclo del cultivo, por los rendimiento que se vienen generando y el precio, genera que el cultivo tenga rentabilidad positiva.
Hoy la referencia marca un valor de US$ 490 por tonelada, y no hay tope para la fijación de la venta ni para la superficie, hay “semillas y tenemos demanda” por el grano. La superficie sembrada de carinata se puede acercar a las 15.000 hectáreas, lo que representa un “aumento importante” respecto a zafras anteriores, estimó.
Otro elemento destacado es que la Carinata es uno de los cultivos de “mayor aporte de nitrógeno y de secuestro de carbono”, en la producción de materia orgánica en los suelos, lo que facilita mucho en la difusión del cultivo, sostuvo.
En cuanto a la colza, Uteda reconoció que es un “año conservador” en el que no todos los productores están pidiendo semillas para sembrar, pero todos van a sembrar el cultivo.
Si bien el área se puede reducir, el piso de área estructural, por las rotaciones, de la colza está en unas 150.000 hectáreas, aunque todo dependerá de la evolución de los precios y de la situación en la que terminará la zafra de verano, consideró.
El precio de la soja entró en una tendencia a la baja entre fines de 2023 y primeros meses de 2024, lo que genera la atención de los distintos actores del sector agrícola.
Las proyecciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por su sigla en inglés) en setiembre y octubre de 2023 marcaba que la producción de soja en Sudamérica estaría en 227,4 millones de toneladas (Mt), mientras que la última estimación es de 223 Mt, para Brasil era de 163 Mt y ahora bajó a 156 Mt, en Argentina pasó de 48 Mt a 50 Mt y el resto no varió demasiado, dijo el director de Nóvitas, Diego de la Puente, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y revistaverde.com.uy.
Consideró que la proyección se redujo en cuatro millones de toneladas y el precio de la soja de setiembre hasta hoy bajó US$ 100 por tonelada, entonces esa caída de la producción no explica la disminución del precio y “mucho menos se explica” si se analizan las perspectivas para Brasil donde hoy los 156 Mt, nadie los está esperando, ya que la Conab estima el volumen de cosecha en 149,5 Mt, o sea que se estaría 6,5 Mt por debajo del USDA.
“La cosecha sudamericana igualmente terminará siendo récord” pero no es lo mismo “que sean 227 Mt o termine siendo de 210 o 215 Mt”, porque cuando se analice esta oferta sudamericana en el esquema global de la oferta y demanda de soja, será muy parecida a lo de los últimos cuatro años, señaló.
Planteó que “los fondos han sido actores excluyentes” porque “tienen posiciones vendidas récord de maíz, de soja, de aceite y de harina”, y la “presión tan fuerte de los fondos” puede deberse a que se arrancó 2024 con la inflación cerca de los límites que esperaba la Reserva Federal, lo que generaba expectativa de una baja en la tasa de interés, luego los datos “no fueron del todo favorables” y habrá que esperar hacia mediados del año.
“La tasa de interés de EEUU va a bajar este año”, pero la pregunta es cuándo lo hará, “que los fondos estén en posiciones récord de venta es un factor alcista” porque cuando están en una posición extrema terminan saliendo porque ese es su negocio, analizó.
De la Puente opinó que “la soja puede tener un derrape adicional de acá a mayo” cuando a la cosecha brasileña se le sume el grueso de la producción de Paraguay, Uruguay y Argentina, donde hay muy poca soja vendida y el productor puede salir a vender. “A estos precios no vendería” la soja, aconsejó.
Dijo que los técnicos del USDA prevén que el área de siembra de soja en EEUU puede llegar a crecer en la campaña 2024/25, por lo que la relación stock/consumo ascendería del 7,5% al 10%.
El director de Nóvitas se refirió a la situación climática y productiva en varios estados del agro estadounidense, principalmente por la sequía que afrontan en la producción agrícola, a los márgenes del farmer y del productor brasileño.
Escuche la entrevista completa a Diego de la Puente
“Hasta ahora veníamos cosechando maíz de operativo grano húmedo”, con “25% a 35% de humedad” que “corrige a 14%”, y “a medida que se fueron aprontando los maíces empezaron a salir los negocios”, pese a que “hay un tema de precios” porque “el productor tarda en validar” los valores, dijo el director de Dufour Commodities, Davy Dufour, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y revistaverde.com.uy.
Señaló que al principio se manejaron precios de US$ 165 y luego a US$ 160 por tonelada y el maíz debe estar cerca de la demanda porque los costos de fletes pegan mucho, además antes había valores de US$ 300 por tonelada, después bajó a US$ 200 y ahora a los precios mencionados.
Los rindes promedio varían entre 7.000 y 9.000 kilos por hectárea y en algunos casos más, y considerando los registros de lluvias recientes ya “se venían secando y bajando” los niveles de humedad en el grano, por lo que “van quedando para seco”, entonces en el mercado interno si tiene “hasta16% no paga secado” y “en la operativa de exportación es hasta 14%”.
Para la exportación “el precio del maíz está en US$ 155 la tonelada, tal vez algún dólar más si hay volumen pero no hay porque el productor no vende” a estos precios, debido a los costos de secado y de fletes, afirmó.
“Los corrales ya compraron bastante” maíz grano húmedo y el “sector avícola comprará el grano seco” y luego se tendrá que volcar a la exportación, “algunos que tengan espalda para cosechar seco y aguantar lo van a hacer, pero no todos pueden hacerlo”, advirtió.
Dufour se mostró optimista respecto al incremento de negocios de comercialización de maíz, a partir del 10 de marzo cuando arranque la cosecha del grano en seco y aumente el volumen de oferta en el mercado.
En cuanto a la soja, el operador comentó que “prácticamente no hay operaciones” de negocios, con precios que se mueven entre US$ 370 y US$ 385, y si llega a US$ 390 o US$ 400 ahí empezar a vender el productor.
Para la producción de carne ovina este año arrancó con una demanda “fuerte” de la industria frigorífica y que si bien los precios “siguen siendo bajos”, registraron un “aumento sostenido”, señaló el presidente de la Sociedad de Criadores de Texel, Lucas la Cava, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y revistaverde.com.uy.
Valoró la importancia de la apertura del mercado de Israel para las exportaciones de carne ovina con hueso, por la incidencia que pueda tener en los valores y en el posicionamiento en otros mercados.
El productor se manifestó crítico sobre el manejo de los frigoríficos que faenan ovinos en cuanto a la tendencia de esas empresas a poner trabas cuando surge alguna complicación en los mercados, específicamente respecto al peso de las carcasas de los animales, según el gremialista.
Afirmó: “cuando las cosas se complican porque se baja algún mercado, la industria siempre tiene ese as bajo la manga de empezar a buscar la vuelta y a complicar con los kilos, y cuando la demanda está bien no pasa con los kilos”.
Si se compara esa situación con los vacunos que “cualquier vaca o novillo gordo cuanto más pesa es mejor”, y siempre vale más el novillo de 700 kilos que el de 480 kilos, sostuvo.
Acusó a la industria frigorífica de establecer una especie de “tarifado” de los precios de los ovinos, con un “tope” que varía entre US$ 50 y US$ 55 por animal como máximo, y eso para que nada pasa de ese valor, lo que es “atípico” y “antinatural” porque “cualquier cosa que se regule a la larga no funciona”.
Se refirió además a la necesidad de hacer cambios en la promoción de la carne ovina en el mercado interno, entre otras cosas.