La OCDE advierte por el enfriamiento de la economía global y el impacto de las tensiones comerciales

Las perspectivas de crecimiento económico mundial se debilitan de cara a los próximos años, en un contexto de mayor incertidumbre política, tensiones comerciales crecientes y condiciones financieras más restrictivas, según el último informe de Perspectivas Económicas de la OCDE. La organización proyecta que el crecimiento global se desacelerará de 3,3% en 2024 a 2,9% tanto en 2025 como en 2026, con un impacto más marcado en economías como Estados Unidos, Canadá, México y China.
En particular, se espera que el crecimiento del PBI de Estados Unidos caiga del 2,8% este año al 1,6% en 2025 y 1,5% en 2026. En el caso de China, el crecimiento pasaría del 5,0% al 4,7% y luego al 4,3%. Por su parte, la zona del euro mostraría una recuperación leve, de 0,8% en 2024 a 1,2% en 2026.
“La economía mundial ha pasado de un período de crecimiento resiliente y de inflación decreciente a una trayectoria más incierta”, afirmó Mathias Cormann, secretario general de la OCDE. En ese marco, advirtió que el aumento de las barreras comerciales y la menor cooperación internacional están afectando negativamente el comercio, la inversión y la confianza de consumidores y empresas.
El informe también destaca que la inflación global tenderá a moderarse, aunque con riesgos. En las economías del G20, la inflación promedio bajaría del 6,2% actual al 3,6% en 2025 y al 3,2% en 2026. No obstante, el aumento de aranceles en algunos países podría presionar los precios al alza, especialmente si se intensifican las medidas proteccionistas y las tensiones en el mercado laboral.
Uno de los puntos críticos señalados por la OCDE es el riesgo de una mayor fragmentación del comercio global, lo que podría provocar nuevas disrupciones en las cadenas de suministro. Además, el organismo advierte por los altos niveles de deuda pública, que podrían volverse insostenibles si se mantienen elevados los costos financieros y las necesidades de gasto.
Frente a este panorama, la OCDE recomienda que los bancos centrales mantengan la cautela en el manejo de tasas de interés, con recortes sólo si se confirma la desaceleración inflacionaria y no hay nuevos shocks comerciales. En paralelo, insta a los gobiernos a mantener márgenes fiscales adecuados, reorientando el gasto y mejorando la eficiencia tributaria.
Para revertir esta tendencia, el informe propone avanzar con reformas estructurales ambiciosas, en particular para revitalizar la inversión, impulsar la innovación y elevar la productividad. Según Álvaro Santos Pereira, economista jefe de la OCDE, la inversión se ha mantenido baja desde la crisis financiera global, lo que ha limitado el crecimiento potencial. “Una agenda audaz de reformas puede construir una economía global más sólida para el siglo XXI”, señaló.