Rinde promedio de soja tiende a ubicarse entre 2.700 y 2.800 kg/há; siembra de trigo puede crecer de 10% a 15%

By Ruben Silvera,

Este año registra un rendimiento que “será elevado” pero la zafra “no será récord”, y “no se llega a los 3.000 kilos por hectárea”, señaló el director de Unicampo Uruguay y profesor de la facultad de Agronomía, Esteban Hoffman, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y revistaverde.com.uy.

Estimó en “2.700 a 2.800 kilos” por hectárea la media nacional de rinde para la soja. “Ojalá que sea mayor, pero no nos animamos a marcar una cifra más alta”, comentó.

Hay zonas donde operan empresas con “alta productividad”, ubicadas entre Mercedes y Dolores, que están teniendo resultados productivos “inferiores” a los de la zafra 2018-19, advirtió.

“Lo increíble es que no haya llovido” en esta cosecha de soja y eso ha jugado de forma muy positiva para la trilla y para la siembra de invierno. El avance de la trilla sojera supera el 75%, ya que empezó tarde pero muestra un destacado dinamismo pese a los días de pocas horas de luz. “En general será una zafra excepcionalmente buena”, valoró.

Hoffmann destacó que esa situación supondrá un “respaldo” para la próxima zafra de cultivos de invierno, en la que se prevé un aumento de la siembra, principalmente de la colza, además de algo de cebada y de trigo.

Hay “muy buenos precios” para los granos, pero los “costos son altos”, indicó. Y planteó que “hay antecedentes para que el trigo crezca (en área de siembra) entre 10% y 15%”.

Escuche la entrevista completa a Esteban Hoffman

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El nuevo Novillo Tipo 2.0 pesa 520 kilos y llega a US$ 1.826, tras una necesaria “revisión” del Inac

By Ruben Silvera,

El nuevo indicador del Novillo Tipo 2.0, presentado por el Instituto Nacional de Carnes (Inac) el jueves 19 de mayo, contempla el ingreso por la venta de todos los productos derivados de la faena de un vacuno con un peso de 520 kilos, a diferencia del anterior que consideraba un peso de 480 kilos.

El valor del indicador puede desglosarse en dos grandes componentes: valor de la hacienda y valor agregado industrial. Éste último se calcula por diferencia entre el valor del Novillo Tipo y el valor de la hacienda, según el organismo.

El valor agregado industrial es la suma del total de costos industriales1 más el resultado de la gestión (ganancia o pérdida).

Al respecto, el gerente de Información del Inac, Jorge Acosta, habló sobre las características de la actualización de ese indicador en el programa Punto de Equilibrio en Carve y revistaverde.com.uy.

Aludiendo a comentarios del presidente del organismo, Conrado Ferber, quien planteó la necesidad de una “revisión”, Acosta dijo que “todos los indicadores en la economía necesitan de un monitoreo, en la medida en que las condiciones van cambiando a veces es necesario revisarlos”.

En un indicador de este tipo que es un “valor absoluto”, máxime la necesidad de revisión, y “hemos estado sometidos a cambios muy fuertes a nivel del sistema de producción”, comentó.

Señaló que “hoy el novillo vivo no pesa 480 kilos”, como se consideró en 2006 para la generación el primer Novillo Tipo. Esa es una de las “razones fundamentales para que se expresara mejor el valor absoluto, como indicador”, dijo.

Se refirió además al cambio registrado en la “estructura del comercio” y el tipo de productos, y “en paralelo el análisis económico financiero de la industria”, que realiza el Inac, también “mostraba algunos desacoples”.

El Novillo Tipo cuenta con una canal caliente: 281 kg (54% rendimiento en 4ta. balanza) y una merma de frío de 277 kilos, que generan valor tanto en el mercado interno como en la exportación.

Ese indicador seguirá siendo de publicación mensual y el valor se puede desglosar en dos componentes: el valor de la hacienda y el valor agregado industrial.

En abril de 2022 el valor de generado por la venta de todos los productos de un Novillo Tipo 2.0, luego del proceso industrial, fue de 1.826 US$ por cabeza, lo que es 5,2% superior al valor en dólares de marzo de este año, según Inac.

Escuche a Jorge Acosta

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Arrancó la siembra de cebada; con las bonificaciones de Ambev el precio llegó a US$ 402 por tonelada

By Ruben Silvera,

La siembra de cebada comenzó en estos días y ya van algo “más de 1.000 hectáreas”, y se está entrando al “rango óptimo” para sembrar, entonces “se está moviendo el despacho de semillas” y “los precios están ayudando”. Así lo señaló la gerente agronómica de Ambev, Mariángeles Antenucci, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y revistaverde.com.uy

“El precio está teniendo un impacto muy positivo”, porque “en esta semana se llegó a récords históricos”, y “sólo con el valor de la fórmula se superaron los US$ 390” por tonelada, destacó.

Explicó que Ambev no solamente paga la cebada, considerando una fórmula sino que también tiene un bono por contenido de proteína. “En el caso de las variedades europeas arranca en US$ 5, o sea que al precio base de la fórmula hay que agregarle” ese plus, dijo.

A la vez, explicó que “el bono puede alcanzar los US$ 17 por tonelada”, en variedades que tienen muy buenos potenciales de rendimiento, lo que es “muy atractivo”.

Antenucci recordó que Ambev cuenta con un “blend europeo” compuesto por variedades de ese origen y un “blend nacional” donde está la genética de Inia. Donde cada uno tiene una tabla en la que de acuerdo a la proteína con la que ingresa la cebada, recibirá “entre US$ 5 y US$ 17 en el caso de las europeas”, y “en el caso de las nacionales tendrá hasta US$ 7”.

Al precio establecido en la fórmula se le sumarán esas bonificaciones, dependiendo de la variedad y el contenido proteico.

En esta semana el valor de referencia para la cebada con bonificaciones llegó a US$ 402 la tonelada. El año pasado el precio promedio fue de US$ 267, lo que revela el incremento significativo en el precio, planteó.

Indicó que con esas referencias el cultivo queda con una propuesta muy atractiva para la zafra de invierno. “Hay buenos precios, la urea comienza a ceder, se están dando las condiciones para que hoy la cebada sea un cultivo a elegir”, acotó.

Además, indicó que aún queda algo de área disponible para sumarse a la propuesta de Ambev en esta zafra 2022-23.

Escuche a Mariángeles Antenucci

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La importancia de seguir invirtiendo en el paquete tecnológico a pesar de la suba de costos, resalta Javier Figares

By Cristina Fumero,

El productor Javier Figares comentó a VERDE su experiencia, además de explicar cuál es su estrategia empresarial en momentos de alta incertidumbre

El peor camino que se puede recorrer ante el actual escenario es el del ahorro de los insumos, dijo a VERDE el productor agrícola Javier Figares. “Lo discutimos con colegas en 2015, cuando pasamos de vender trigo -cultivo con alto requerimiento de insumos- a US$ 300 a venderlo a US$ 170 por tonelada”, recordó el ingeniero agrónomo.

Si bien sostuvo que “hay que hacer un uso inteligente de los insumos”, y en ese sentido se refirió a inversiones que planea hacer en maquinaria de alta tecnología, dijo que no se debe bajar costos aplicando menos insumos, “porque eso termina afectando al margen. Uno no puede arrancar jugando al empate porque termina aumentando el riesgo”, afirmó. [um_loggedin]  

Agregó que, en la actualidad, los agricultores que pagan renta deben producir casi 4.000 kilos de trigo por hectárea para cubrir los costos. “Hay que presupuestar arriba de 300 kilos de urea, y si eso antes valía US$ 120 y ahora vale más de US$ 300, no por eso hay que decir que vamos a hacer trigo con 150 kilos de urea, porque no solo no vamos a sacar 4.000 kilos sino que vamos a estar comprometiendo más el margen; y eso más que riesgo sería pérdida segura”, sostuvo. 

Javier Figares tiene 40 años y junto a su señora dirigen la empresa que está focalizada en la producción agrícola. “Vengo de familia ganadera, mi padre toda la vida fue productor ganadero en Florida. Empecé a estudiar agronomía y fui rumbeando para los cultivos, con un sesgo agrícola”, comentó al inicio de su charla con VERDE. 

Agregó que en el cuarto año de la carrera, cuando tuvo que definir el camino en la profesión, “elegí agrícola-ganadero y ni bien arranqué a trabajar fue como asesor de cooperativas y empresas, en agricultura. Desde hace unos años me dedico casi exclusivamente a la empresa, y hago algo de asesoramiento de forma independiente”. 

Señaló que, con el correr de los años, “fuimos adquiriendo esta característica agrícola en la empresa, donde la ganadería ha sido casi un subproducto”. 

El arranque de su emprendimiento se da con la siembra de cultivos de invierno en la zafra 2005-06. “Hasta ese entonces trabajaba en la cooperativa San Pedro, en Colonia, seguí con trabajo en otras empresas y con relación de dependencia hasta 2011, cuando me empecé a dedicar casi en exclusividad a esto”, relató. 

Actualmente opera chacras en los departamentos de Flores y San José, algo de área en Colonia, y asesora técnicamente a empresas que siembran en Soriano. 

“Comenzamos la producción en 2005 en Colonia, hasta 2011 o 2012. Después, debido al incremento del costo de las rentas, nos fuimos corriendo hacia San José y Flores. Llegamos hasta Florida, al campo de la familia, y también sembramos al norte de la ciudad de Salto. Últimamente nos fuimos concentrando en San José y Flores para atender todo de una mejor forma”, explicó. La empresa siembra unas 2.500 hectáreas de producción propia, en campos arrendados. 

Aprendizajes de 2014/15

Figares recordó que el año 2014/15 “fue un mojón de aprendizaje para la empresa, porque en los años complicados es cuando más se aprende”. Si bien admitió que “estamos en un momento muy lindo, con auge de precios y de producción”, recordó que “en aquel momento también veníamos con auge de precios. Así que sabemos que en algún momento ocurrirá otra baja”. 

“No olvido escuchar en el auge anterior a mucha gente que decía que era un cambio estructural, que no volvería atrás, y vimos caer el precio de la soja de US$ 500 a US$ 300 por tonelada, con costos muy parecidos a los de ahora, el fertilizante a más de US$ 1.000, el glifosato también con altos valores y rentas caras”, comentó. 

Alertó que “cuando estas situaciones se dan vuelta hay que tratar de que a uno lo agarre lo menos descalzado posible. Son tiempos muy buenos, pero para la empresa implica un alto riesgo”.

Estrategia frente a la inestabilidad

Su recomendación es siempre tener un plan A, un plan B y un plan C. “Eso nos ha permitido mantener a la empresa sana y funcionando, así fue que seguimos después de 2014/15”, dijo. 

Agregó que “la agricultura es un negocio de alto riesgo, vienen años con buenos márgenes y atrás vienen otros que no. Y uno tiene que tener a la empresa con buena sanidad financiera, con varias herramientas, vías de financiamiento abiertas, diversificar el riesgo productivo. Tenemos seis cultivos distintos en el año. Eso diversifica precios, períodos críticos. Tal vez no permita volverse súper rico en un año, pero permite bajar parte de los riesgos de la empresa”.

Pero Figares dijo que su filosofía no pretende trasladar todos los riesgos a un tercero, ya sea por vía de seguro de rendimiento o de precios, porque “si uno traslada todos los riesgos, a la larga termina trasladando todos los márgenes y trabaja para otro”. 

Por lo tanto, planteó que la estrategia consiste en gestionar el riesgo. “En el inicio de estos períodos alcistas en cierta parte se vuelve un negocio financiero, donde uno puede comprar antes para que sea más barato y tratar de vender lo más tarde que pueda. Así hemos venido trabajando en el último año”, detalló.

Admitió que el actual momento “es muy desafiante”, porque “estamos permanentemente con el corazón en la boca, esperando que se dé vuelta la torta”. En ese sentido, explicó que cambiará la estrategia de comprar antes y vender después, por la de calzar un porcentaje de la producción, sin vender todo, para luego diversificar las ventas en el tiempo; lo mismo que al comprar los insumos, “tratando de estar bien informado, atento, para tomar las mejores decisiones”, comentó.

“No hay que ponerse muy nervioso. Hace un año compramos urea a US$ 400, ya tenemos algo comprado para la zafra que viene a US$ 800; ahora vale más de US$ 1.000, pero capaz que en dos meses vale US$ 700. Lo mejor en estos momentos volátiles es ir haciendo las compras y las ventas en distintos momentos”, planteó. 

Rotaciones

Consultado sobre las rotaciones que tiene en la empresa, Figares respondió que “tenemos un esquema de rotaciones bastante preestablecido, con diversas lógicas agronómicas, de riesgo, considerando lo confortables que nos sentimos con los distintos cultivos y cómo calza todo eso con una rotación intensa como la que tenemos, con una alta proporción de doble cultivo”. 

Agregó que ese esquema normalmente no se modifica por los aumentos de precios, sino que “tratamos de ser bastante coherentes y mantener una rotación estable año a año”. 

Señaló que “al menos el 80% de la rotación corresponde a doble cultivo”. Comentó que los cultivos de invierno se reparten prácticamente en trigo y colza, que tienen el doble del área destinada a la cebada, que por distintos temas como el manejo de rastrojos en el doble cultivo, las complicaciones en los residuos y la independencia comercial, se siembra en menor proporción. 

Detalló que “en la poca área que queda de primera le hemos dado una parte más importante al girasol, sobre todo el área que viene de maíz de segunda, que generalmente por cuestión de tiempo va a un cultivo de primera”. 

Agregó que “este año ocupamos toda esa área de maíz de segunda con girasol de primera y muy poca soja de primera. Normalmente, cuando se toma un campo nuevo se empieza con soja de primera, sino no tiene lugar. Y luego seguimos, con invierno, soja de segunda y también algo de maíz de segunda, al que cada vez le estamos dando más de lugar”. 

¿Crecer en área este año?

Consultado por VERDE sobre si este es un año apropiado para aumentar el área, el agricultor respondió que eso sumaría más riesgo al negocio, porque el aumento de costos “no es nada menor”. Agregó que “para una misma área implica un monto de inversión bastante más significativo que el de hace un año”. 

De todos modos admitió que siempre está atento a las oportunidades de crecer, pero comentó que “tampoco vemos una oferta de campos muy importante. Normalmente cuando están estos precios, quien no evaluaba hacer agricultura se lo empieza a plantear. Es un período completamente distinto al auge anterior, pero no hay disponibilidad de campos y el que tiene no los libera. Entonces, no es algo que esté muy dinámico hoy en día”. 

Dijo que cuando realiza contratos de arrendamiento son de al menos tres años, hasta de cinco años, con relaciones de largo plazo con los propietarios. “Tratamos de tener una relación ganar-ganar”, señaló. 

Maquinaria

En cuanto a la maquinaria, Figares comentó que cuando comenzó trabajaba con maquinaria contratada, pero hace algo más de 10 años ha incorporado equipos, “buscando verticalizar el negocio, para no solo crecer en área”. 

“Hoy en día hacemos el 100% de los trabajos con maquinaria propia, tratando de invertir todos los años para mantener y mejorar la tecnología, aumentar la capacidad, para manejar de manera más eficiente los tiempos. Salvo la logística de camiones, todo el resto es con maquinaria propia”, explicó. 

El productor sostuvo que “la tecnología es un mal necesario”. Señaló que “incorporarla tiene un costo muy alto”; y “cuanto más moderna es, más costosa es esa democratización de la tecnología”. 

“Es muy distinto cuando una empresa trabaja con maquinaria contratada, porque levanta el teléfono y llama a uno u otro, ya sea un poco más caro o no el servicio. Es más accesible cuando uno contrata que cuando invierte; cuesta más pero es necesario estar constantemente invirtiendo en tecnología, primero para ser más eficiente, sobre todo en un país con alto costos de mano de obra, ni que hablar en insumos y energía, pero además la maquinaria más moderna también es la más eficiente y productiva”, afirmó. 

Por último, comentó que este año “vamos a comenzar con fertilización variable, para definir ambientes. Vamos de a poquito, tal vez más lento de lo que quisiéramos o de lo que alguna otra empresa que trabaja con servicios contratados lo puede hacer, pero tratamos de ir por ese camino”. [/um_loggedin]

Nota de Revista Verde N° 100

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Control Union: El 55% de la soja cosechada tiene que recibir acondicionamiento por humedad y malezas

By Ruben Silvera,

En esta zafra «el 55% de la soja recibida llega con porcentajes de humedad por encima de lo requerido”, y si bien “no son niveles sumamente altos deben pasar por el acondicionamiento”, señaló el gerente general de Control Union, Piero Gelmini, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y revistaverde.com.uy.

Precisó que el nivel de humedad varía entre 15,5% y 16,5%, y en ciertos casos puntuales se llega a 20%, debido a la falta de sol. “La mitad de la soja cosechada que llega a planta tiene un alto porcentaje de humedad”, indicó.

Informó que el avance de cosecha supera el 60%, “esta zafra se viene registrando en una situación “atípica” por las dificultades que marca el exceso de humedad y nubosidad, lo que reduce las horas de trilla”.

Respecto a la presencia de malezas, Gelmini comentó que siguen encontrando y la cantidad no es menor a la que se detectaba antes. «En esos casos la soja pasa por una prelimpieza o se resuelve enviarla a otro destino que no sea China, que por los protocolos sanitarios vigentes no acepta la presencia de malezas cuarentenarias en la soja exportada desde Uruguay.

Indicó que “entre un 40% y 60% de la soja recibida tiene presencia de malezas como: revienta caballo, roseta, sorgo de Alepo y cepa, entre otras”. Y acotó que algunas son más difíciles de tratar, como el caso de la cepa y la roseta.

Gelmini señaló que en Nueva Palmira se han cargado unas 275.000, de las cuales 150.000 toneladas fueron exportadas a China y 125.000 toneladas a Argentina.  A la vez, en ese puerto hay 100.000 toneladas más que están nominadas para exportación en barcazas hacia Argentina.

En tanto, en Montevideo se han cargado 59.000 toneladas de soja en dos buques que completaron carga en ese puerto y ahora se está cargando otro buque más. También están anunciadas otras 200.000 toneladas para cargar durante mayo y primeros días de junio.

Escuche a Piero Gelmini 

Foto: Control Unión 19-05-2022 – Puerto de Montevideo

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Específicos veterinarios empiezan ajustar precios por suba de costos; hay “mucho contrabando”, según Ottonelli

By Ruben Silvera,

En el primer cuatrimestre de este año hubo un “leve” incremento de las ventas respecto a igual período de 2021, con un aumento de costos “importante” para los laboratorios, dijo el presidente de la Cámara de Especialidades Veterinarias, Eduardo Ottonelli, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y revistaverde.com.uy.

Señaló que debido a la pandemia Covid-19 hay un aumento en los costos de materias primas y de fletes internacionales, lo que además está vinculado al tipo de cambio, que en el año muestra una caída de 7,2%.

Otonelli se refirió al impacto de la baja del precio del dólar para las empresas exportadoras del sector, ya que entran menos pesos por cada dólar.

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A diferencia de otros insumos agropecuarios que “rápidamente” trasladaron ese incremento de costos al mercado local, en los productos veterinarios “se hizo un esfuerzo por mantener”, lo que “a esta altura comienza a afectar la rentabilidad” de las empresas, comentó.

Acotó por eso “ahora sí se empiezan a ver movimientos (de precios) en el mercado”. “Habrá una tendencia generalizada de aumento de precios, que reflejan en parte” lo que son esos mayores costos, afirmó.

Ottonelli dijo que en el caso de materias primas para la elaboración de antiparasitarios hubo un incremento del 30% en sus precios.

Un aspecto destacado por el empresario es el crecimiento de las exportaciones del sector, con mercados “especialmente dinámicos” como Brasil para diferentes productos, además de Colombia y México.

Hay “mucho contrabando” de productos veterinarios desde el lado brasileño, que en algunos casos “hay específicos de frontera que llegan prácticamente a la puerta de los establecimientos” rurales a entregar las mercaderías, denunció.

Advirtió del “riesgo del uso de los productos ingresados de contrabando genere problemas en el mercado exterior”, porque si un producto tiene un tiempo de espera mayor al comercializado legalmente en el mercado local eso puede ser detectado en los controles.

Hay una “excelente colaboración por parte del Ministerio de Ganadería y de la Dirección de Aduanas”, pero “este tipo de actividades ilegales son muy difíciles de controlar”, se lamentó.

Escuche a Eduardo Otonelli

 

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Jorge Erro: “hoy se siembran cinco cultivos de secano, eso brinda estabilidad productiva y mejora la estructura de costos de toda la cadena”

By Cristina Fumero,

Este año la compañía con sede en Dolores cumple 75 años y, además de celebrar, es momento de reflexionar sobre la trayectoria, el presente y el futuro de la actividad

En agosto de 1947 Jorge Walter Erro fundó Barraca Erro, en la ciudad de Dolores (Soriano), para dar servicios de secado de granos, procesamiento de semillas y comercialización de cereales y oleaginosos. En el año 1975 se incorporaron a la empresa Jorge y Ramón Erro, sus actuales directores. En 2022 la empresa cumple 75 años y con ese motivo VERDE entrevistó a Jorge Erro.

¿Qué implica para Barraca Erro cumplir 75 años?

Es un aniversario importante, sin dudas. Es un mojón, un momento para analizar lo hecho, saber diferenciar lo que se hizo bien de lo que no fue tan bueno, seguir corrigiendo. Así luego podremos proyectar mejor el futuro. Como empresa familiar es necesario tener un camino proyectado para las próximas generaciones. Es un buen momento para que lleguen nuestros agradecimientos a toda la gente que hizo posible que hoy podamos estar festejando el 75 aniversario. Clientes, proveedores, autoridades, a todos, gracias por la confianza depositada durante tantos años. En un capítulo aparte, nuestro más profundo agradecimiento a todo el personal de la empresa, que siempre está a la altura de las circunstancias, en los buenos momentos como en los no tan buenos. Es muy reconfortante saber que hay un equipo comprometido y que siempre trata de dar lo mejor. Es el momento de recordar al fundador de la empresa, Jorge W. Erro, mi padre, que en el año 1947 comenzó con muy pocos recursos. Lo más importante que incorporó a la empresa, desde el primer día, fueron los valores: integridad, honrar la palabra empeñada, compromiso, ética. Lamentablemente falleció muy joven, a los 46 años, dejando a su esposa y tres hijos. Un infinito reconocimiento y agradecimiento a ella, mi madre, quien hasta hoy, con sus 94 años, ha sido siempre un faro guía y custodio de los sueños de mi padre. Siempre está presente para darnos el aliento de todos los días. Para ella lo mejor. Mi corazón late por ella. Con mi hermano Ramón llegamos muy jóvenes a la empresa, con muchas ganas y rebeldía pudimos ir sorteando los desafíos diarios que una empresa demanda. Ha sido un compañero de ruta inseparable en los últimos 46 años, y mi hermana apoyando siempre. 

¿Qué comentarios le merece el actual escenario?

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Estamos en una situación bastante compleja. Comenzamos hace dos años con una pandemia, nadie imaginó las consecuencias que luego traería. Una fue la disminución de la producción de algunos insumos básicos para el agro, principalmente productos fabricados en China. Se le agregó la suba de los fletes oceánicos y la consecuencia fue un incremento de precios importante en algunos insumos, llegando puntualmente en algún caso a máximos históricos. Paralelamente, la relación stock-consumo mundial de soja comenzó a descender desde enero de 2019 a la fecha. En esta zafra se sumó la sequía en América del Sur, que redujo la producción de soja en aproximadamente 35 millones de toneladas frente a las expectativas previas a la siembra. Ahora algunos analistas del mercado están proyectando una disminución de los stocks mundiales entre 10% y 12% para el final del ciclo 2021-22. Cuando pensábamos que habíamos visto todo, Rusia invadió Ucrania. Estos dos países sumados participan del mercado mundial con el 26% del trigo, el 51% del aceite de girasol y el 16% del maíz. Todo esto sumado derivó en la suba del precio de los granos. Por otro lado, aparecieron las sanciones económicas a Rusia, que hacen desaparecer del mercado a un proveedor importante de algunos fertilizantes para muchos países. Además, la suba del petróleo disparó los precios de la urea y de los fletes. Hoy tenemos muy buenos precios de granos, pero también precios históricamente altos en la mayoría de los insumos de los cultivos. Hay mucha volatilidad en el mercado diario de granos y alta incertidumbre en los operadores. Pensando en las siembras de invierno el único resumen que puedo hacer de esta situación es que se debería tener una planificación del cultivo a implantar que me asegure una alta productividad, estar cubierto lo mejor posible en la relación precio del grano versus costo de los insumos, tratando de tener una buena cobertura de la producción. 

Crecen las exigencias globales sobre los temas ambientales y de inocuidad ¿Uruguay está preparado para enfrentar esas demandas?

Este es un buen punto. Al hablar de inocuidad pienso en colza. ¿Estamos preparados?, creo que sí. Hoy la colza es unos de los cultivos que mejores márgenes le aporta al productor. Ha venido creciendo en área todos los años, pero cuidado, si miramos a donde está el destino de este grano, vemos un solo mercado, que es Europa. Hoy es el único destino que paga los precios que tenemos. Tomemos en cuenta que es un destino que hasta hoy no ha mostrado un límite en la demanda, ha estado todos los años en el mercado y se arbitra a través de una pizarra de futuros. Quiero subrayarlo, tenemos un solo destino que permite los precios que hoy se tienen. Tenemos una amenaza. Si por cualquier razón se perdiera este mercado, en los otros posibles destinos no se conseguirían los valores que hoy tenemos y seguro tendríamos una pérdida en el precio. No nos pasa esto, por ejemplo con la soja, ni con el trigo o la cebada. En estos otros granos hay diferentes destinos en los mismos valores. Europa es un mercado que tiene reglas muy exigentes de inocuidad. Debemos tener un plan para afianzar lo logrado y mejorarlo. En inocuidad hay que seguir mejorando las buenas prácticas agrícolas y aplicarlas a rajatablas, para asegurar la calidad que la demanda busca comprar. No hay misterio ¿queremos los mejores precios para nuestros granos? En este caso solo lo vamos a lograr si cumplimos con las exigencias de Europa. Una es la inocuidad, lo que llamamos Límites Máximos de Residuos (LMR), para agroquímicos y metales pesados. Eso implica que debemos agregar una trazabilidad integral. Nos exige tener mucha dedicación y poner foco cuando usamos productos fitosanitarios sobre el cultivo, cuando tratamos la semilla previo a la siembra, cuando tratamos los cultivos linderos a la colza y además cuando la transportamos y luego la almacenamos. Nuestra empresa hace un seguimiento del cultivo de colza, acompañando al productor para ayudarlo en las decisiones sobre los productos y las dosis que debe usar para evitar productos prohibidos o que puedan dar niveles por encima de lo permitido. Luego el grano, debería estar dentro del rango que marcan los LMR. Es por esa razón que nuestra empresa solo exporta el grano al que se le ha hecho un seguimiento con contrato de producción. Aún estamos en la curva de aprendizaje, lejos de aflojar el músculo. Siguen apareciendo situaciones que nos preocupan mucho, y si se diera en más casos realmente sería un caos para el cultivo, lo que generaría grandes pérdidas para el productor y las empresas exportadoras, afectando el origen uruguayo. Para evitarlo se debería incentivar a las personas que estén a cargo de los tratamientos o supervisores a lograr como meta: cero residuos. O tener al menos un plan de mejora continua en los procesos productivos que nos aseguren estar dentro de los LMR. Tampoco debemos olvidarnos de la inocuidad en referencia a hongos y bacterias que también tienen sus límites. Europa no solo es inocuidad, tiene otras preocupaciones, que juegan a favor del productor. Hay momentos en que el mercado paga un pequeño premio si logramos ciertas certificaciones, como por ejemplo la 2BSvs. Se trata de un estándar voluntario para la certificación de sustentabilidad en los biocombustibles. Hemos logrado esta certificación y se ha realizado un esquema chico de clientes, que salió muy bien. Europa, en forma escalonada, comenzó a exigirlo para la venta de los biocombustibles en todos los países. La preocupación principal es que los granos oleaginosos que se usen para la producción de biocombustibles hayan sido producidos en campos que ya son agrícolas desde hace unos años, y que no se hayan deforestado. Como sabemos, la nueva preocupación del mundo actual es el calentamiento global. Ya veremos diferentes propuestas sobre este tema, que serán oportunidades para agregarle valor al grano. Todos los granos de una u otra manera exigen un mínimo de inocuidad, pero sin dudas las condiciones particulares que tiene el cultivo de colza lo hacen especial frente al resto. Pasando a lo ambiental, en la empresa estamos trabajando mucho en la fertilización. Hemos hecho acuerdos de intercambios de técnicos con empresas, que son referentes; son propuestas de trabajos muy avanzadas en técnicas de fertilización y que tienen como principal objetivo el cuidado del medio ambiente. A modo de ejemplos, la ultralocalización del fertilizante para evitar pérdidas por el lavado, evitando la contaminación de napas y acuíferos, y el mismo camino en la fertilización líquida. Hoy tenemos fertilizantes fosfatados de alta adherencia a las partículas del suelo y de alta disponibilidad para el cultivo. En foliares y coadyuvantes estamos con productos que son 100% biodegradables.

Un elemento que gana adeptos es el riego, ¿se imagina un avance importante?

Sí, sin dudas. Se ha invertido mucho en los últimos años y creo que seguirá así. La agricultura de secano se está transformando. En el país hay alrededor de 1.200 pivotes de riegos funcionando y eso nos da aproximadamente unas 75.000 hectáreas de cultivos bajo riego. Hay una tendencia a que la incorporación de los nuevos equipos es principalmente para el maíz, por ser un cultivo con un gran potencial productivo. Es el mejor cultivo para aportar una diferenciación bajo riego. Los factores del crecimiento han sido varios. Hubo un gran motor, que fue la Ley de Inversiones; otro factor es la aparición más frecuente del patrón de sequía; pero creo que por encima de todo está la decisión del productor de incrementar la productividad e intensificación por hectárea. Eso genera un volumen bastante estable de producción y minimiza quebrantos productivos. No debemos olvidar que hace unos años atrás, en Dolores, participamos con un grupo de productores para estudiar el tema del riego a mayor escala. Se llegó a tener el proyecto final con sus inversores, era sobre una parte de la cuenca del río San Salvador, se hacía una explotación de riego multipredial y cuando llegó la hora del cálculo de la energía eléctrica, hizo que no se pudiera concretar. Los números no cerraban por el precio de la energía. Entonces, para que el riego pueda afianzarse, tenemos algunos temas de fondo a resolver, como el acceso y costo de la energía, y el insumo agua, con sus regulaciones. Queda claro que hay una gran inversión ya hecha, pero hay un potencial importantísimo a desarrollar. Las nuevas tecnologías en las que estamos trabajando brindan la posibilidad de tener escala en riego, y manejarlo más eficientemente dentro de los sistemas de producción. Ya se está incorporado la telemetría de datos, estaciones meteorológicas, operación a distancia de encendido y apagado, fertirriego y distribuciones de efluentes de tambos y corrales de engorde. Además del acompañamiento al productor, indicando cuándo y cuánto regar a través de un software para riego.

¿Qué ventajas competitivas tiene el sector agrícola uruguayo y cuáles son los desafíos?

Desde la perspectiva logística, tenemos por un lado que la agricultura en Uruguay se desarrolla a un promedio de 250 kilómetros de distancia de nuestros puertos graneleros. Brasil, Argentina, Estados Unidos y Paraguay tienen distancias mayores. No obstante, hay que ver los costos finales. Nosotros tenemos todos los insumos logísticos en dólares americanos, mientras que Argentina y Brasil los tienen en moneda local, y en algunos momentos eso les compensa la mayor distancia. Hoy tenemos el puerto de Montevideo con una profundidad de 13 metros, lo que permite que los barcos carguen completos. Otras veces se carga todo lo que permite el canal Martín García en el puerto de Nueva Palmira, y se completa el buque en el puerto de Montevideo. Es un desafío tremendo tener el equilibrio justo en esa logística de carga, pero se mejoró bastante en los últimos años. Otro punto importantísimo es tener un volumen anual de granos de acuerdo a la estructura que se ha montado. Los activos en logística hay que rotarlos para estar competitivos. Ahí también estamos mejorando. Hoy en el país se siembran cinco cultivos de secano por año: colza, trigo y cebada en invierno; y soja y maíz en verano. Esta diversificación da más estabilidad en el volumen anual de granos, lo que impacta a favor en los costos fijos de logística. También es muy bueno para el productor porque baja el riesgo climático, se posiciona en cinco canastas productivas y mejora la estructura de costos fijos de todas las empresas de la cadena. Por último, la exportación tiene una cartera de cinco granos diferentes, para desarrollar más clientes en el mercado global. Esa es una ventaja competitiva. La mayoría de los demás países hace dos cultivos en rotación, y algunos como Paraguay siembra más veces en un período de dos años, pero el mismo cultivo, como es el caso del maíz. Pero cinco cultivos diferentes a escala, solo se siembran en Uruguay. Siempre hay que recordar que somos tomadores de precio, tenemos que competir con los demás países productores, sobre todo los de la región. El desafío pasa por tener una producción rentable, sustentable y cuidando el medio ambiente. 

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Nota de Revista Verde N°100 – Sección Al Grano

 

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