La compañía anunció nuevas inversiones en su planta, en capital humano, ensayos, laboratorio y un software que brindará más y mejor información a sus clientes
Luego de haber transcurrido la mitad de su estrategia quinquenal de crecimiento, Agronegocios Del Plata (ADP) pone el foco en las semillas, al detectar que es uno de los sectores donde más valor tiene para agregar. En ese marco, proyecta inversiones en la planta de semillas, ensayos, capital humano, laboratorio e incluso un cambio de software que le aportará más información y de forma inmediata a quienes comercializan sus granos con la empresa, informó a VERDE la gerente comercial y de marketing de ADP, Sofía Guigou. “En ADP queremos crecer. Hicimos un plan que considera dónde podemos agregar más valor y dónde hay mucho para hacer, y encontramos que donde podemos realmente hacer un diferencial es en semillas”, dijo.
Detalló que “el objetivo es llegar a más productores y brindar más y mejores servicios. Buscamos estar más cerca, comunicar más fluido en la parte del recibo de granos, de la venta de insumos, la venta de semillas, tener más disponibilidad de oferta, más variedades, pero también más información”.
Explicó que el trabajo de ADP en el área de semillas se complementa con la producción agrícola de la empresa. “Actualmente contamos con 45.000 hectáreas, donde se están testeando distintas rotaciones, esquemas, suelos, en diferentes zonas del país. Eso nos permite ofrecer genética con información, estar más cerca y entender qué está pasando”, dijo.
Agregó que “no solo se hace la evaluación previa de una variedad o de un híbrido, sino que la evaluación se mantiene (a nivel comercial) y el resultado muchas veces tiene que ver con el efecto año, por eso es importante seguir evaluando”.
“No queremos información que esté aislada. Tener el área de producción propia nos permite evaluar distintos suelos, realidades, condiciones, y así brindar información y soluciones para contextos similares al que tiene el productor, y que no están descolgadas de su realidad”, acotó.
Insistió: “queremos estar y aportar información en todos los lugares. La que se genera con nuestro equipo de desarrollo en macroparcelas y microparcelas, sumándole todo lo que surge a nivel productivo, rotaciones, logística, algo que también condiciona el destino final del grano”.
“Nuestro equipo de producción está en las mismas condiciones que nuestros clientes, por lo tanto no estamos ajenos a lo que sucede en el campo. Nuestro objetivo es tener información interna para recomendar las cosas que estamos haciendo y también lo que nos gustaría hacer”, dijo.
Soja
ADP está evaluando 400 variedades de soja, son 1.000 microparcelas en evaluación, que están distribuidas en las zonas más productivas del país. Allí se observan y se decide cuáles pasan a una segunda instancia de evaluación. Luego se pasa a la instancia de macroparcelas y se hace un análisis más extensivo en el campo.
Las variedades más apropiadas para lanzar al mercado pasan después a una chacra, con el objetivo de multiplicar semillas, pero allí se siguen evaluando. “Después se multiplica la semilla madre en un volumen chico y luego la prebásica ya tiene un volumen un poco más grande. Allí empieza a salir al mercado en cantidades menores, y después en el segundo año de comercialización ya se producen entre 200 y 300 toneladas de semillas”, detalló la gerente comercial y de marketing.
En soja ADP trabaja con la genética de TMG, Bioceres y Stine. “El objetivo de ahora en más es lanzar al menos una variedad de soja por año, para atender todos los perfiles de la demanda del productor, siembras de primera y de segunda. Pero solo se lanzarán materiales que sean superadores a los que están en el mercado o que lleguen a determinados nichos”, indicó.
En esa línea, marcó a la variedad Stine 45EB52 STS, una soja con ciclo corto que se posiciona para planteos de alta tecnología, donde no había muchas opciones”.
Maíz y trigo
En maíz ADP cuenta con ocho macroparcelas para siembras de primera y ocho con fecha de segunda en todo el país, donde se evalúa rendimiento, sanidad y densidad. “En maíz venimos con un recambio de híbridos muy acelerado, siempre superando al anterior en los tres segmentos que estamos trabajando: las bestias, los cortos y los petisos”, describió Guigou.
Por otra parte, anunció que para esta zafra de invierno se presentarán tres variedades. Una ya está agotada, que es Molle, que viene a sustituir a Curupay, tiene el mismo nivel de calidad y el mismo ciclo, pero es superadora en rinde. En tanto, la variedad Arazá, que tiene ciclo intermedio, viene a remplazar a Guayabo. Y se lanzará Feroz, el material más corto de la paleta de ADP. “El año pasado, tuvo récord en rinde, y este año decidimos lanzarlo al mercado. Hay muchas expectativas con los trigos nuevos, porque el año pasado tuvimos muy buenos resultados”, resaltó.
En trigo ADP trabaja con la genética de Florimond Desprez, ACA y OR Sementes; este año se lanzará un material de cada semillero.
Crecimiento e inversión
Sofía Guigou también se refirió al crecimiento que ha tenido el área de semillas en la empresa, y esto exige nuevas inversiones. Recordó que en el primer año “pusimos un referente comercial para atender específicamente a distribuidores, y hoy tenemos distribuidores que venden nuestra genética en todo el país”.
“A medida que empezamos a crecer, a tener más demanda, encontramos algunas restricciones, como la capacidad de la planta de semillas de Ombúes de Lavalle (Colonia). A raíz de todo eso, la compañía resolvió realizar inversiones para mejorar la capacidad de procesamiento de toda la semilla que se recibe. Actualmente moviliza en torno de 12.000 toneladas de semillas por año; el objetivo es llevarla a 15.000 en los próximos años”, señaló.
Explicó que la inversión apunta a mejorar el funcionamiento de la planta; otras tienen que ver con la investigación, con el laboratorio, la información y la conservación de la semilla, “ahí estamos pensando en invertir más de US$ 1 millón”.
También comentó que la empresa está ampliando el espacio de su cámara de frío, para poder conservar más y mejor la semilla. “Además estamos invirtiendo en maquinaria especializada, para hacer nuestros propios ensayos, tenemos personal idóneo para realizar todas las microparcelas y macroparcelas, en siembra y en cosecha. Y además ampliamos la unidad de semillas con el objetivo de generar información y tomar decisiones genéticas”, dijo.
Destacó que el equipo humano se duplicó, con el objetivo de lograr “semillas con más información, para compartirla con los productores de todo el país”. Afirmó que ADP “le está poniendo un foco importante a la parte de semillas, porque entendemos que es uno de los lugares donde más podemos agregar valor”.
Mejorar el servicio con más información
“Estamos buscando distintos mecanismos para mejorar los servicios, y el acceso a la información de los granos entregados es una restricción. Nuestro objetivo es poder avanzar en ese camino, para poder brindar cada vez mejor servicio y estar cada vez más cerca del productor”, remarcó la gerente comercial y de marketing de ADP.
La empresa cuenta con acopios en Young (Río Negro), dos plantas en Dolores (Soriano) y Caraguatá (Tacuarembó). “En volumen de recibo de granos hemos venido creciendo paulatinamente en los últimos tres años. En este ciclo comercial se pudo duplicar la originación de trigo. En soja también, si bien cayó mucho la producción, aumentamos la participación de mercado”, destacó.
Por otra parte, Guigou comentó que en el área de insumos “se busca brindar todo lo que el campo demanda, además de facilitar el financiamiento. Estamos interesados en poder brindarle al productor los insumos y agilizar el pago con granos. Esa es la opción que buscamos explorar con más fuerza, con un acompañamiento técnico y comercial”.
Actualmente el área de praderas perennes se ubica entre 1,1 y 1,3 millones de hectáreas, sumando las especies anuales se llega a casi 2 millones de hectáreas en Uruguay
El rol de las pasturas en Uruguay “es muy importante”, destacó a VERDE el gerente de Desarrollo de PGG Wrightson Seeds, Federico Nolla. El área de pasturas en el país se ubica en torno a los 2 millones de hectáreas, las especies perennes abarcan entre 1,1 y 1,3 millones de hectáreas y los cultivos forrajeros anuales –como raigrás, avena y alguno más– abarcan entre 600.000 y 800.000 hectáreas. “Esto impacta en los sistemas ganaderos y lecheros en todo el país, y en consecuencia en el producto bruto interno de cada establecimiento”, destacó.
Al tiempo, consideró que gracias a “los manejos que hemos incorporado y hoy estamos proponiendo habrá un crecimiento del área de pasturas perennes en Uruguay”.
Por su parte, el campo natural mejorado “se ha estancado entre 600.000 y 700.000 hectáreas”, dijo Nolla. El concepto abarca la inclusión de alguna especie al campo natural y/o su fertilización. “Con algunas nuevas especies que se han lanzado al mercado, pienso que el área crecerá bastante”, estimó.
PGG Wrightson Seeds está trabajando con todas las especies y cuenta con un programa de mejoramiento en conjunto con el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) en festuca y raigrás, de donde surgió uno de los productos “más novedosos”, destacó Nolla, en referencia a un raigrás perenne seleccionado en Uruguay, llamado Virazón, que fue lanzado comercialmente hace dos años.
“Estamos teniendo un suceso muy bueno con este producto, porque dura al menos tres años, con dos veranos. En los veranos anteriores se comportó muy bien, y estimamos que crecerá de forma importante en los próximos años”, acotó.
El factor climático en los últimos años ha sido duro para algunas pasturas perennes, pero con manejo, fertilizaciones y cuidados se ven sobrevivencias a este tipo de eventos, aseguró Nolla. De todos modos, reconoció que la sequía del verano anterior fue de las peores de la historia del país. “Veníamos con muchas festucas que se vieron perjudicadas. Igualmente estamos con algunas alternativas. Este año a ese tipo de pasturas perennes les hemos hecho manejos, como por ejemplo intersiembra de algunos tipos de raigrases, que pueden ser anuales o perennes, dependiendo del largo de la rotación. La idea es que las pasturas se recuperen rápido y que el productor pueda contar enseguida con esa área de pastoreo”.
Avenas y festucas
PGG Wrightson Seeds cuenta con las avenas sativas URS Brava e Impacta. El gerente de Desarrollo de la empresa describió que URS Brava “es una avena de ciclo ultra precoz, sirve para realizar reservas de silo planta entera, tanto para reservas de otoño, como de primavera, además de tener un excelente rendimiento en grano”. Agregó que Impacta “es una avena forrajera nueva, que tiene la versatilidad de ser triple propósito (pastoreo, silo de planta entera y cosecha de grano)”. Comentó que es un material que “ha funcionado muy bien” y “le ha sacado superficie a la variedad 1095, que está desde hace muchísimos años” en el mercado uruguayo.
Además, estimó que cerca de 900.000 hectáreas del total de pasturas perennes que hay en Uruguay corresponden a festuca, una especie que “está en todo el país”.
Resaltó que en festuca y raigrás, PGG Wrightson Seeds está trabajando con INIA. “Tenemos cultivares para diferentes nichos. Hay un gran trabajo conjunto para seleccionar materiales adaptados al país”, dijo.
Genética y manejo
Consultado sobre el mejoramiento genético, Nolla comentó que “para lanzar una nueva variedad se requieren entre seis y 10 años de selección. Pero señaló que además de lanzar un nuevo producto “sacamos una propuesta de manejo asociada con la genética, para tratar de llegar al potencial de esas pasturas. En muchas charlas tratamos de difundir el buen manejo, hay productores que han llegado al potencial, pero nos queda un largo camino”, ya que hay “mucha área de productores que todavía no han adoptado ese manejo”.
De todos modos, valoró que hubo “un gran crecimiento” en ese aspecto y en cómo cosechar más pasto del que estamos produciendo”, aunque dijo que hay que mejorar la comunicación, ya que “hay productores que siempre están en la cima de adopción del paquete tecnológico, que ya están en el potencial” y otros que producen bastante menos.
Planteó el ejemplo de las festucas, con productores que logran entre 16.000 y 17.000 kilos de materia seca bajo riego, y otros que en secano, con muy poca fertilización y poco manejo en la cosecha de pasto, producen aproximadamente 5.000 kilos. “La brecha es enorme”, reconoció.
Comentó que las gramíneas, que son la base forrajera de Uruguay, “están muy deficientes de nitrógeno. Creo que en momentos puntuales, la fertilización hará expresar los potenciales que tiene la genética”.
Remarcó que “la gramínea es muy eficiente en producir kilos de materia seca por kilo de nitrógeno agregado. Hay sistemas donde siempre vamos al mínimo, y eso nos está limitando el potencial de producción de pasto en todo el sistema y su persistencia”.
Disponibilidad de semillas
Nolla comentó que debido a la seca del verano pasado “tuvimos que renovar muchas de esas áreas de pasturas perennes, porque se terminaron antes de lo que queríamos. El año pasado se hicieron muchos cultivos anuales, avena y raigrás, y este año esas avenas y raigrases van a pasar a pasturas perennes”.
Señaló que “hay una buena oferta de avena este año, no faltará oferta de semillas en el mercado, pero en pasturas perennes habrá un aumento del área, porque tenemos que recuperar parte de las pasturas perennes que perdimos en la zafra anterior”.
Viendo lo que ocurrió en los años anteriores, también analizó que “el dactilys será una de las especies que empezará a crecer, al ser incluso más tolerante que la festuca; creo que se va a incluir dentro de las festucas, en las pasturas perennes”.
Sobre los puentes verdes, opinó que “son un camino de ida, los productores que vieron el beneficio que les generan a los cultivos no lo dejarán de hacer. En la mayoría de los casos se siembra avena, pero también otras especies, como leguminosas, para fijar nitrógeno en ese breve período entre cultivo y cultivo”.
Con más cultivos y salidas comerciales, la agricultura desestacionalizó sus ingresos; avanzar en seguros, riego y encalado es clave para mejorar la competitividad
La agricultura se diversificó, ha desestacionalizado los ingresos y se ha vuelto cada vez más un negocio logístico. Avanzar en seguros, riego y encalado es clave para mejorar la competitividad de las empresas. El ingeniero agrónomo Juan Manuel Erro, gerente de Villa de Trigo, resaltó a VERDE que la producción agrícola uruguaya tiene cinco cultivos principales, tres de invierno (trigo, colza y cebada) y dos de verano (soja y maíz, en sus variantes de primera y de segunda).
“En varios de estos cultivos hemos diversificado mercados. Por ejemplo con la cebada, que ya no solo tiene como destino exclusivo el malteo sino que hay otras alternativas, como la exportación si hay problemas de calidad, algo que le da más liquidez al negocio”, señaló.
Agregó que esos cinco cultivos tienen siete momentos de siembra y siete momentos de cosecha. “Al negocio y al sector eso le brinda una desestacionalización a los ingresos, aporta diversificación productiva y comercial, que se traduce en una disminución de riesgos para el sistema”, comentó.
También consideró que “hay una consolidación de las rotaciones que las empresas llevan adelante, más allá del negocio en sí de cada cultivo. Si bien las últimas definiciones de cara al invierno se darán de mediados a fines de marzo, cuando estén todas las propuestas comerciales para la zafra, las rotaciones en su gran medida están definidas a mediano plazo y eso es lo más sano para los sistemas”.
Para Erro esas “son fortalezas” que tiene el sector agrícola, y afirmó que la soja “tiene un lugar muy importante” en el sistema, pero “ya no somos soja dependientes”. Sostuvo que la empresa agropecuaria “hoy está muy fortalecida y con un riesgo bastante más acotado frente a lo que sucedía hace un tiempo atrás”.
Indicó que esos siete momentos que demandan los cultivos “implican un desafío” en cuanto a la logística. “Las tecnologías para producir cultivos de alto potencial están, obviamente que después dependemos del factor climático para que se expresen. No solo es importante la fertilización o la siembra de tal variedad, sino hacerlo en el momento correcto. Nuestro negocio es cada vez es más exigente desde lo logístico, tanto para los productores como para el resto de la cadena. El productor se está preparando cada vez más para afrontar esas ventanas de cosecha, fumigación o siembra”, valoró.
Erro también señaló que el clima en muchos momentos “se pone desafiante”, por lo que las ventanas son cortas e intensas. “Todos estamos tomando conciencia de que hay que estar preparado para hacer las cosas en tiempo y forma, ya que se juegan muchos kilos por hectárea en esa precisión de los tiempos”, dijo.
Teniendo en cuenta que no se vislumbra un escenario de precios más altos, recalcó que “no hay otro camino que la productividad”. Y sostuvo que “no se puede pensar en hacer un cultivo más, con menos tecnología, menos inversión, ya que en definitiva impacta en el producto, encareciendo la tonelada producida”.
“Creo que justamente en estos momentos es cuando hay que ser más fino en la producción, invertir donde realmente hay retorno. No veo que el camino sea hacer un cultivo con menos tecnología”, acotó. Y remarcó que en momentos de precios bajos “la clave está en ser competitivos desde ese punto vista; hay que invertir bien para tener un producto con el costo de tonelada producida lo más barato posible”.
CON OTROS RUBROS
El gerente de Villa Trigo consideró que para las empresas agrícolas es muy importante la interacción con la ganadería, “ya sea como parte de la empresa o en sinergia con una empresa vecina, que genere un ganar-ganar en el consumo de los granos forrajeros”.
Afirmó que la ganadería es muy importante dentro de la estabilidad del negocio. “Los corrales son fuertes traccionadores de granos forrajeros, como ocurrió cuando se dio el problema de calidad en cebada, o puede pasar ahora con el maíz. Igualmente los números mandan y a veces sirve pasar ese grano a carne o exportarlo. En este caso nuevamente la diversificación de productos y de destinos comerciales brinda seguridad y liquidez al negocio, y por ende hace más fuerte el sistema”, enfatizó.
Agregó que el cultivo de maíz “es una realidad consolidada en la rotación actual, y ha tenido un fuerte crecimiento. Por eso es importante tener alternativas comerciales que permitan darle colocación”.
Para Erro la ganadería asociada con la agricultura “ya está trabajando con altos estándares” de eficiencia. “Es indudable que las rotaciones con pasturas potencian el sistema agrícola, pero también es sano que cuando pasan a esa fase pastoril se monte un negocio de altas cargas de pastoreo, que generan recrías altamente eficientes”, planteó.
Aclaró que “el costo de oportunidad de esa tierra agrícola que está coyunturalmente en ganadería lleva a una intensificación para que esa decisión se justifique desde el punto de vista económico”; a la vez, los corrales también “han mejorado mucho”, permitiendo una ganadería más eficiente.
Juan Manuel Erro consideró que “es muy bueno el camino que se ha recorrido en la ganadería a nivel país, con aumento de productividad en todas las fases. Eso es fiel reflejo de inversión en genética y manejo, lo que permite ir subiendo escalones productivos”. Agregó que “ya es una realidad el procesamiento de datos para identificar caminos de mejora, seguimiento de tropas, dietas y eso creo que le ha dado mucha velocidad al cambio tecnológico”.
Afirmó que la cuota 481 “dejó una gran enseñanza”, que fue “trabajar los corrales con cierta previsibilidad” de precio. “Hoy en la ganadería hay convenios que lo permiten, a través de pisos de precio, precios fijos o bandas de precios”, algo que consideró “importante por la salud del negocio”. El manejo del riesgo en el negocio del corral “es muy importante, y desde mi punto de vista es uno de los temas fundamentales”, dijo.
EL EJERCICIO 2024-2025
Tras una zafra de verano en 2023 “muy compleja”, en la que se perdieron más de dos tercios de la cosecha, el sector agrícola mostró “una impresionante rebeldía y sembró un área de cultivos de invierno muy importante”, que “tuvo rendimientos récord en el caso de trigo, dejando márgenes muy buenos”, destacó Erro.
Por su parte, la cebada “presentó ciertos problemas de calidad, pero se lograron buenos rendimientos”, mientras que la colza “sufrió un poco más”, por las condiciones que se dieron durante todo el ciclo y la productividad “no logró despegar”. Con esos ingredientes, la campaña de invierno” cerró de buena manera”, al tiempo que la zafra de verano “se ha ido acomodando” desde lo climático y se espera que sea “aceptablemente buena”.
Se empieza a proyectar un año Niña y para Juan Manuel Erro, si bien falta, los cultivos de invierno “podrían ser los protagonistas”. Dijo que hay que “salir a buscar la rentabilidad” del negocio en la primera parte del ejercicio 2024-2025. “Tratamos de cuidar las rotaciones y no cambiar tanto por los pronósticos, porque muchas veces pueden no cumplirse”, comentó.
“En la medida que se pueda”, y “analizando que cultivo se hace”, la zafra de invierno “podría ser una oportunidad para crecer”, consideró. Más teniendo en cuenta que en el sector influye “la memoria reciente y seguramente se opte por hacer más superficie con trigo”. Analizó que “es lógico que aumente” el área de trigo, ya que “por manejo y genética se están logrando altos niveles de productividad”.
Por otra parte, opinó que la cebada “es otra opción interesante, por la diversificación comercial y productiva. Hoy el destino puede estar en la industria, en la exportación para malteo en otros países o forraje”. Además, “teniendo en cuenta la rotación, el tándem cebada-soja de segunda ya está consolidado”, destacó.
En el caso de la colza, sostuvo que puede quedar “algo más relegada”, pero “es indudable que en la rotación suma mucho”, ya sea para diversificación de herbicidas, como de caja y de momentos de cosecha. Además, “no caben dudas que a priori y en este momento (6 de marzo), cuando se miran los presupuestos, los otros cultivos de invierno parecen ser más rentables”, dijo. De todos modos, considerando los precios bajos de la soja, si comparamos el número de colza-soja versus soja de primera, es donde se vuelve más tentador”, indicó.
Erro analizó que “la colza se mueve por una pizarra europea, con otros drivers, lo que significa tener otro mercado”. Y además puntualizó que “la defiende su liquidez y la diversificación productiva”. Comentó que la baja de precios hace que sea “desafiante tener una productividad que aporte un buen margen, por lo cual en este ejercicio no habría que compararla contra trigo o cebada, sino que debe analizarse como complemento de la soja de segunda y compararla contra los números que tiene una soja de primera”.
Recalcó la importancia de los sistemas y ver qué cultivo calza en cada empresa para proyectarse. Y en esa línea, la colza aporta en los sistemas porque “suma en kilos a las sojas de segunda y al cereal del invierno siguiente”, por lo que “se ha transformado en una opción interesante”.
SEGUROS, RIEGO Y PRODUCTIVIDAD
La diversificación que se generó en la agricultura “puede ser una oportunidad para pensar en seguros más amplios”, que contemplen más cultivos, permitiendo diversificar riesgos al productor, las aseguradoras y reaseguradoras, planteó Erro.
“Después de un golpe como el del año pasado hubo empresas que se retiraron del negocio, porque se quedaron sin reaseguro. Por ende, hay que trabajar en algo que sea atractivo, para que vuelvan a ingresar. Hoy como sector podemos brindar un sistema con cinco cultivos, pero con siete momentos diferentes de siembra, cosecha e incluso los periodos críticos. Capaz que es el momento de pensar a más a largo plazo, en un seguro de más de un año, de más de un cultivo, de asegurar la empresa agropecuaria, y eso podría ser atractivo para las reaseguradoras”, propuso.
El ingeniero agrónomo entiende que “es lógico que las reaseguradoras se hayan retirado del mercado, pero no podemos seguir jugando al gato y el ratón, un año están y otro no. Lo mismo que los productores que un año aseguramos y otro no”. Por lo cual enfatizó en la importancia de “mirar el sistema”, pensando a mediano plazo para que “independientemente del pronóstico estés dispuesto a asegurar si esa es la línea que marca cada productor o empresa agropecuaria”. Sintetizó que “quizás lo atractivo puede ser el plazo y la cantidad de cultivos que se le puedan ofrecer”.
Recordó que “hace cinco años que venimos con inviernos muy buenos, si podemos meter los cultivos de invierno en los seguros, baja el riesgo para las aseguradoras. Lo mismo ocurre con el maíz de segunda, que se ha transformado en un cultivo muy estable. En un país agropecuario, tener una buena política de seguros le daría una gran fortaleza al sector, que demanda herramientas que cumplan con las expectativas de los productores”.
“Esto no quiere decir que el seguro debe ser obligatorio, al contrario, eso debe seguir siendo una decisión empresarial de cada productor, que decide qué riesgo quiere o puede correr”, afirmó Erro.
A su vez, remarcó sobre la importancia de continuar trabajando en el riego a través de la Comap (Comisión Administradora de Aplicación de la Ley de Inversiones). “Hay aspectos para mejorar, como los plazos de la infraestructura energética, entre otros, pero hay mucha disposición del sector para que el riego siga creciendo”, afirmó.
Consideró que el productor adopta esta tecnología por los beneficios fiscales existentes, pero “también por un convencimiento de que ya no solo se riega el cultivo de verano, sino que regar un cultivo de invierno que atraviese dificultades durante la primavera genera un impacto muy importante en el rendimiento y en la calidad”.
Agregó que “el riego ya no se piensa en amortizar en el verano sino que entra a jugar en todos los cultivos, y evidencia la importancia de los sistemas. Ya no se piensa una inversión para el cultivo de verano, se hace para el sistema de producción que está en marcha”.
Al analizar la evolución de la productividad, Erro explicó que los resultados productivos en trigo y cebada “no son casualidad, responden a una historia de 200 años de producción, y en los últimos años se han dado saltos importantes en manejo y genética”.
Mientras que en colza, “hemos ido sorteando muchas limitantes que teníamos, como las implantaciones con la incorporación de siembra con barrerastrojos y pérdidas en cosecha, los modelos de fertilización o la incorporación de híbridos. Todavía se sigue transitando la curva de aprendizaje normal de un cultivo que es relativamente nuevo”, dijo.
En los cultivos de verano “sucede lo mismo”, analizó. “No son casualidad los rendimientos que se sacan en soja o maíz. Hay mucho de genética, de manejo, de fertilización, también hay aspectos para seguir corrigiendo”, comentó. A propósito señaló el proyecto de encalado de la Asociación Agropecuaria de Dolores (AAD), que “está mostrando resultados promisorios”, que confirman lo que se da en otros lugares del mundo, como Brasil, Paraguay o Estados Unidos.
“El encalado no solo tiene beneficios en productividad”, sino que además “mejora la disponibilidad de nutrientes, repercutiendo en un ahorro económico y generando un impacto ambiental positivo”, dijo Erro.
Sobre ese punto, reclamó “una política de promoción, para que este tipo de actividades avancen rápidamente”. Aunque reconoció que con el sistema de tenencia de tierras existente en Uruguay, con arrendamientos cortos, “se hace más complejo planificar una inversión a largo plazo”.
En tal sentido, destacó el trabajo que se está haciendo en la AAD para ver el impacto del encalado en los distintos suelos, cuánto dura el efecto y cuánto ahorro de fertilizante se logra, generando información sólida para calibrar el modelo a Uruguay.
Remarcó que esto permitiría crecer en productividad, y más teniendo en cuenta que hay muchos campos con problemas. “La solución está, pero se tiene que pensar en ciertos incentivos a través de la Comap, por ejemplo, para una adopción más rápida de la tecnología”, planteó. Dijo que en muchos campos no se afronta este problema por un tema de costos. “Estamos hablando de una inversión de US$ 300 a US$ 400 por hectárea. Obviamente hay que pensarlo como una inversión y no como un costo de un cultivo”, remarcó.
La decisión de China de autorizar a 38 frigoríficos brasileños que puedan exportar carnes a ese país asiático, de los cuales 24 son empresas productoras de carne vacuna, representa una ampliación de los proveedores del mercado chino y una mayor competencia para los exportadores de otros países, como Uruguay.
“Es un camino inevitable, también Argentina está pidiendo más plantas para habilitar”, y en esto hay una “noticia bastante buena porque después de casi un año China ha movido positivamente en la mejora del índice de precios al consumidor”, señaló el consultor argentino en mercados cárnicos Victor Tonelli, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y revistaverde.com.uy.
Dijo que “China empieza a recuperar dinámica” en su consumo hacia el segundo semestre y es “muy importante” que el mundo empezó a buscar otras alternativas y desarrollar otros mercados.
Otro tema que “no es menor” es que en la política de carnes de Brasil es que habría “alguna señal” del gobierno de Lula estaría tratando de instrumentar propuestas “populistas” para que haya más carne para el consumo interno de su país, y “si uno se rememora a lo que pasó en Argentina es una mala noticia, pensando en que si avanza va a significar palos en la rueda” para la exportación”, sin que esto implique eso ya está ocurriendo.
“Hay que ver cómo termina esto de la habilitación de la carne brasileña para exportar a Europa, con respecto a la resolución 1115 sobre trazabilidad animal y ambiental en la que Brasil está lejos de dar respuestas satisfactorias para el 1° de enero de 2025”, advirtió.
Tonelli destacó que el país norteño representa el 25% de las exportaciones totales y más del 50% de las exportaciones a China, por lo que “cualquier movimiento que parezca menor tiene un fuerte impacto en el mercado”.
“Estados Unidos va a necesitar más carne y va a importar más» a mejores valores, que ya hoy permite ingresar fuera de cuota con márgenes «muy interesantes», a lo que se suma la demanda de Europa que se recuperará en este año, avizoró.
Consideró que con el retroceso de las exportaciones de EEUU, “Australia pasará a ser el número dos” entre los exportadores de carne del mundo, detrás de Brasil.
En cuanto a precios, el consultor sostuvo que actualmente se está en el nivel “piso” de valores de carne, por lo que la tendencia sería hacia un incremento.
La empresa china Sinograin compra soja con 13,5% de humedad y esa demanda permite “capturar mejores valores”, dijo el presidente de la AAD, Enrique Carlos Oyharzábal
La soja, el principal cultivo agrícola de Uruguay, con 1,2 millones de hectáreas, parece entrar en una nueva etapa en lo que refiere a las características del grano en varios indicadores de calidad, para dar un salto de diferenciación e ingresos. La propuesta surge a través del planteo de la Asociación de Comerciantes de Granos (ACG), ante la necesidad de disminuir el nivel de humedad en la soja que rige en los contratos de comercialización, debido a la imposibilidad de colocar el producto con 14% de humedad en determinados mercados. Esto significaría un “cambio” en las condiciones comerciales entre productores y exportadores.
Igualmente, esa modificación dio pie al inicio de conversaciones sobre otros cambios en aspectos vinculados con las ventas de trigo y colza. En diálogo con VERDE, el presidente de la Asociación Agropecuaria de Dolores (AAD), Enrique Carlos Oyharzábal, se refirió a estos temas y a la postura de los productores agrícolas respecto al escenario que se presenta para el futuro de las exportaciones de soja y otros granos uruguayos en los diferentes mercados globales.
Uno de los principales argumentos esgrimidos por el gremio de comerciantes de granos en un encuentro con directivos de la AAD es que hay un “problema” de colocación utilizando el contrato Anec 41, que rige en el mercado de Brasil y también es el utilizado en Uruguay –en su momento en el país se adoptó ese contrato para enmarcar las operaciones comerciales–.
Anec 41 establece para la comercialización un 14% de humedad en soja y ese porcentaje genera, según ACG, “dificultades” para conseguir mercados que utilizan el grano para el extrusado y sacar aceite, porque tiene un “costo altísimo” para secarlo. Porque “no puede entrar a la extrusora con más de 11% de humedad y cuanta más humedad tiene, más despacio tiene que entrar a la planta”, lo que genera ineficiencias y costos más altos, comentó.
Agregó que los comerciantes de granos incluso afirmaron que hubo algunos “mercados que les dijeron que nunca más les comprarían soja en estas condiciones”. Se suma que hay un “comprador muy importante”, la empresa estatal china Sinograin, que es la responsable de la reserva de granos y compra soja con “13,5% de humedad”. Eso permite “capturar mejores valores” al momento de la venta, y los precios que hoy se ven en pizarras es porque pueden acceder a los mercados “premium”, dijo.
En resumen, eso implica que la producción pueda cambiar su formato comercial y “bajar de 14% a 13,5% el nivel de humedad” de la soja uruguaya, para ajustarse a los requerimientos de los mercados que hoy en día están dispuestos a adquirir la oleaginosa.
El presidente de la AAD señaló que el mercado mundial “está en 13,5% de humedad”, en función de la información recabada por diferentes fuentes. En Argentina la norma de calidad para la venta de soja (resolución SAGPyA 151/2008) marca un nivel de humedad de 13,5%, al igual que en Estados Unidos.
Agregó que “el único país que sigue con 14% de humedad es Brasil, y por deformación también Paraguay”. Brasil tiene ventajas comparativas muy importantes” respecto a Uruguay, porque produce una “soja con mucho más proteína y aceite” que el grano uruguayo, además “pueden exportar con los buques cargados a full” desde sus puertos, sin dejar de considerar el volumen total que genera el país norteño, por lo cual “no nos queda más remedio que empezar a adaptarnos a la situación”, reconoció Oyharzábal.
También manifestó el interés de los productores de hacer un proceso de adecuación en ese aspecto, para ganar en los valores que reciban por la venta de la soja, dentro de lo que vendría a ser el posicionamiento futuro de la oleaginosa en los mercados internacionales.
“No sabemos cuál sería el costo de secar medio punto” de humedad, pero que “no se traslade en un 100% al productor”, consideró. Y en tal sentido, recordó una experiencia de hace unos años vinculada con las características de recibo de la cebada en las malterías, cuando se generó la posibilidad de establecer el pago de una bonificación al entregar una cebada con cierto porcentaje de humedad.
Desde la AAD se entiende que cuando “toca pagar secado, toca”, pero que también “existan bonificaciones” cuando se entrega con determinado nivel, “con eso se podría lograr un promedio” para “que no le cueste de más a nadie”, dijo el dirigente. A propósito, acotó que “hay que ponerle racionalidad al tema, con el objetivo de llegar a los puntos que el mercado mundial exige, tratando de que al productor le sea lo más leve posible”.
El planteo de los comerciantes de granos es lograr una “diferenciación” de la soja uruguaya dentro de la región, para poder “seguir siendo los primeros en los mercados premium” que son los que “pagan más”, entre US$ 20 y US$ 30 por tonelada, según lo conversado en ese ámbito.
El presidente de la gremial de productores valoró la posibilidad de mantener un “intercambio” con los exportadores de granos y participar del “proceso de cambio”, en la definición de ciertos puntos que están vinculados a las condiciones de producción y comercialización. “Eso es muy valioso”, frente a lo sucedido con la “imposición” del protocolo fitosanitario para la exportación de soja al mercado chino por parte del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) en 2016. Eso significó “perder mucho dinero” y tener que “adaptarse a los golpes”, cuestionó.
El planteo de la AAD es acordar algún tipo de bonificación y los representantes de ACG se llevaron los apuntes para analizarlos.
También se planteó que a partir de la diferenciación propuesta se elabore una norma uruguaya, específica, que comprende los distintos aspectos técnicos y productivos referidos a la soja producida en el país. Oyharzábal destacó que la soja uruguaya “es de primera calidad, es prácticamente oro, es pura, inocua y limpia”. “Si corregimos ese medio punto de humedad deberíamos transformarnos en un mercado muy apetecible, porque ya tenemos buenas condiciones de comercialización con el protocolo vigente y le estaríamos agregando” el nivel de humedad requerido, que parece ser el “talón de Aquiles”, graficó.
De todas maneras, este asunto recién empezó a tratarse en una primera reunión entre las partes involucradas, y el proceso seguirá en los próximos meses, sin dejar de tener en cuenta que los plazos de los mercados no son los más extensos y la competencia siempre apremia.
Trigo y colza
La AAD también le planteó a ACG la necesidad de modificar las condiciones comerciales del trigo y la colza. “Cuando un productor entrega un trigo con 15% de humedad y un pH de 76 kg/hl, al pasar por el secado para alcanzar lo que marca el contrato, el pH sube a 78 kg/hl, que es el exigido por el exportador. Ese productor tuvo descuentos por bajo pH, pero no recibe un premio por el nivel de pH logrado al pasar por secadora, teniendo en cuenta que el servicio de secado lo paga el productor”, ejemplificó el dirigente.
Oyharzábal sostuvo que “el que tiene la planta puede segregar, tiene la posibilidad de hacer esos manejos en su negocio, entendemos las reglas de juego y nos parece correcto, sino cada productor tendría que tener su planta y eso sería imposible. Pero entendemos que si pagamos por un servicio que provoca una mejora del producto entregado, deberíamos recibir esa mejora en precio”.
En colza dijo que “si se entrega en base húmeda, con 11% u 11,5% de humedad, que es un nivel muy correcto porque se minimizan pérdidas de cosecha dado que es cuando se tiene menos desgrane y pérdidas por cola de cosecha, el contenido de aceite da mucho más bajo, porque el grano tiene más agua”. Y “como el nivel de recibo de canola es de 8% de humedad se nos cobra el secado, pero no se nos hace la corrección que se obtiene en el contenido de aceite. Ocurre lo mismo que con el pH del trigo”, dijo.
“El porcentaje de aceite en base seca aumenta bastante cuando lo secamos, entonces pretendemos que cuando pagamos un servicio que mejora la calidad final del producto, sea la calidad final la que se tenga en cuenta para realizar el negocio”, reclamó.
Ante la importancia de ajustar estos aspectos de las condiciones de los granos a la hora de determinar la comercialización, el titular de la gremial de productores resaltó que si la canola se sigue reforzando y se cuida será un cultivo con tanta importancia como el trigo en el negocio agrícola de Uruguay.
Hay una nueva norma de calidad para la soja en China, su alcance genera dudas
En China, la Administración Estatal de Regulación del Mercado (SAMR) y la Administración de Normalización publicaron la versión final de la Norma Nacional para la soja, que entró en vigor el 1° de diciembre de 2023. Esta norma fue notificada previamente a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en febrero de 2021 y sustituirá a la actual Norma Nacional vigente desde 2009.
La norma anterior sólo tenía algunas cláusulas obligatorias, pero ahora la totalidad de la nueva norma es obligatoria. Sobre la humedad se mantiene el nivel requerido desde 2009, donde la base de recibo es 13%. La norma especifica los términos y definiciones, clasificación, requisitos de calidad, métodos de prueba, reglas de inspección, etiquetado, requisitos de embalaje, almacenamiento y transporte de la soja. Y es aplicable a la compra, almacenamiento, transporte, procesamiento y venta de soja comercial.
Los principales cambios técnicos incluyen la modificación del ámbito de aplicación de la norma, también las definiciones de semilla sana, soja con alto contenido de aceite y soja con alto contenido de proteínas. Hay ajustes en la tasa de tasa de dañado, se agrega la soja fuera de grado, entre otros. La información fue recibida por la Unidad de Asuntos Internacionales del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), la Dirección de Organismos Multilaterales de Cancillería y la embajada uruguaya ante la OMC. El titular del MGAP, Fernando Mattos, informó que no hay cambios en exigencias de China para la soja uruguaya y que todo sigue tal cual venía.
A la vez, desde la Asociación Nacional de Exportadores de Cerelaes (Anec) de Brasil se informó a VERDE que “el comité de contratos sigue actuando para mantenerlos actualizados”, y que Anec 41 “va sumando nuevas versiones”.
Se adelantó que “en el comienzo de 2024 probablemente se publicará una nueva versión de los contratos” en la página web de la institución. A la vez, señalaron que “todavía no hay una previsión definida para cambio de la humedad” de 14% a 13% en la comercialización de soja bajo Anec 41.
Al ser consultados sobre cómo influye que China haya publicado la norma GB 1352-2023 y que la misma entre a regir desde el 1° de diciembre de 2023, la respuesta fue contundente: “hasta donde estamos informados, el tema de humedad no será obligatorio en China para el producto importado”.
El Ministerio de Agricultura de Brasil está trabajando desde hace dos años con los interesados de la cadena de soja en la revisión del reglamento técnico, que entre otros temas propone para la comercialización un nivel de humedad de 13%. Por eso ANEC “sigue acompañando ese proceso”, se informó.
En ese período la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones (Comap) recibió 656 proyectos vinculados al suministro, desarrollo de infraestructura y distribución de agua
La preocupación y la inversión de los productores y empresarios del agro por el factor climático, y especialmente por la importancia de hacer un manejo adecuado del agua y de las diferentes fuentes del recurso, parecen haber calado hondo en el sector productivo, pero todavía resulta insuficiente para enfrentar los desafíos presentes y futuros.
En los últimos años se registró un “incremento significativo de las inversiones relacionadas con la disponibilidad de agua y la implementación de sistemas de riego”; sin embargo, “en 2023 se evidenció una tendencia a la disminución en la presentación de proyectos e inversiones, aunque se mantiene por encima de los niveles anteriores” a la aprobación del decreto 268/2020, que modificó ciertos aspectos del marco legal de incentivo a las inversiones.
Así lo señala un informe técnico elaborado por la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa), del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), publicado en su Anuario 2023, en el que realiza un análisis a modo de síntesis sobre los proyectos aprobados por la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones (Comap).
Durante el período comprendido entre 2021 y 2022, la Comap recibió un total de 656 propuestas de proyectos relacionados con el suministro y la distribución de agua, así como con el desarrollo de infraestructura de riego; estas iniciativas representan una inversión conjunta que asciende a la cifra de US$ 136 millones, destaca.
Opypa informó que en 2021 la inversión promovida en riego totalizó US$ 63,5 millones, en 2022 llegó a US$ 71,5 millones y hasta setiembre de 2023 se ubicaba en US$ 41,6 millones. La inversión vinculada con el riego ocupó un 23% del total de la inversión promovida mediante proyectos presentados al MGAP, en 2022 llegó al 24% y hasta setiembre de 2023 representaba 29% del total.
Aclara que “estos beneficios solo se aplican al segmento específico de las empresas que son sujetos pasivos del Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas (IRAE)”.
Con la promulgación del Decreto 268/20 se otorga un puntaje más elevado a las propuestas que incorporan medidas de adaptación al cambio climático y tecnologías limpias, lo que resulta en un incremento del porcentaje de exoneraciones.
A la vez, considera que desde 2020 Uruguay ha experimentado un período “severo” de escasez de precipitaciones, por lo que resulta crucial evaluar qué sucedió con las inversiones destinadas a mejorar la disponibilidad de agua y riego en los sistemas agropecuarios. El impacto del déficit hídrico durante 2022-2023 en la producción agropecuaria ha generado pérdidas económicas estimadas en alrededor de US$ 1.800 millones para la economía uruguaya.
Al repasar los montos de inversión de los proyectos presentados al amparo de la Ley Comap y la proporción que representa la inversión en disponibilidad de agua y riego en el total, la repartición del MGAP advierte un “leve incremento en 2022 en relación con el mismo período de 2021”. Sin embargo, en el año que acaba de terminar, “se evidencia una tendencia a la disminución en la presentación de proyectos e inversiones”, puntualiza.
De todos modos, el porcentaje de las inversiones vinculadas con la disponibilidad de agua y riego muestra una “tendencia creciente”, acota. Desde Opypa se afirma que la Ley de Promoción de Inversiones ha demostrado ser efectiva en estimular la adopción de sistemas de disponibilidad de agua y riego en un segmento específico de productores que tributan IRAE.
Según esa oficina del MGAP, un aspecto que requiere una evaluación es lo que está sucediendo en 2023, ya que se observa una tendencia a la disminución en la presentación de proyectos e inversiones en comparación con el mismo período de 2022, frente a eso la hipótesis sugiere que las empresas han atravesado un período excepcional de escasez de agua, lo que ocasionalmente podría estar desestimulando las inversiones en este sector producto de los resultados obtenidos durante el último ejercicio.
LOS CAMBIOS EN LA COMAP
Desde el comienzo de la implementación del decreto 268/20, en octubre de 2020, hasta 2022 hubo un “aumento tanto en la cantidad como en el monto de inversión” de los proyectos agropecuarios presentados, valora.
Consigna que el decreto en cuestión tuvo el objetivo de “fomentar” la inversión, aumentando el límite de exoneración del IRAE al 90% por año y extendiendo el plazo mínimo de cuatro años. Además, con esa norma se buscaba impulsar la generación de empleo al proporcionar beneficios adicionales a las empresas que hicieran uso de este indicador.
Es “importante” destacar que con esta promulgación se otorga un mayor puntaje a las propuestas que incluyen medidas de adaptación al cambio climático y tecnologías limpias, sostiene la Opypa en el informe titulado Avances en el régimen de promoción de inversiones (Comap) y su impacto en las inversiones de agua.
Opypa señala que ese cambio se reflejó en el MGAP, donde el promedio de proyectos presentados anualmente, entre 2013 y 2019, fue de 65, mientras que en el período 2020-2023 se elevó a 374 proyectos.
Al desglosar la cantidad de proyectos recibidos por el MGAP y por año, marca que en 2021 se presentaron 489, en 2022 fueron 523 y hasta setiembre de 2023 fueron 241 proyectos. A la vez, en 2021 el total de proyectos presentados bajo el régimen de Comap llegó a 1.847, en 2022 a 1.841 y en 2023 (de enero a setiembre) fueron 765 proyectos.
Opypa remarca que del total de proyectos presentados en cada uno de estos períodos, el MGAP tiene asignado un 37% de los ingresados entre enero y setiembre de 2022 y un 35% en el mismo período de 2023.
El calendario comenzó con una grave sequía y finalizó con abundancia de pasturas; menos negocios de carne con China se reflejaron en un ajuste de valores para el ganado
El año 2023 fue “de menos a más, pero esa es “la mejor de las opciones”, dijo a VERDE el consignatario Fernando Indarte, director de Indarte & Cía. “Parece mentira que en el mismo año de la seca, al terminarlo estamos en el otro extremo, sobra el pasto en todo el país”, destacó.
Indarte recordó que en el primer semestre “tuvimos ese gran traspié climático y una caída del precio del ganado gordo sobre todo, porque la reposición no cayó tanto. Ahora estamos en un cambio de tendencia, más allá de que a todos nos gustaría que los precios fueran mejores; pero después de tocar fondo esto ya es algo positivo”.
Comentó que en el mercado ganadero las categorías de invernada “corrieron siempre por carriles diferentes al ganado gordo”, y que los precios “no corrigieron ni cerca de lo que corrigió el ganado gordo”. Recordó que este no fue el primer año de seca, y que en los anteriores “los productores fueron reduciendo su stock”. Esto permitió que al registrarse las primeras lluvias se reactivara rápidamente la demanda por ganados de reposición. “Es la primera vez que el norte pide ganado, tanto de cría como de invernada”, destacó en la entrada del verano.
Por lo tanto, remarcó que en 2023 “hubo una distorsión entre los precios del ganado gordo y el del ganado de reposición, y circunstancialmente el que se dedica al engorde está más castigado”.
El empresario sostuvo que el aspecto climático “es clave” para el negocio ganadero, al igual que el precio. Enfatizó que “terminamos el 2023 con una disponibilidad de agua como no recuerdo en otro diciembre”. Y sobre los precios dijo estar convencido de que en ese mes “tocaron un piso”.
Sobre el mercado cárnico puntualizó que China más carne vacuna, pero que Uruguay tuvo una fuerte competencia en ese mercado, fundamentalmente de Brasil, luego de la suspención por caso atípico de vaca loca, también Australia. Además, señaló que la oferta argentina se volvió muy competitiva por la situación cambiaria.
Sobre todo, Indarte destacó que la demanda de carne no tiene problemas, que el principal demandante es China y consideró que “lo seguirá siendo”. Y aclaró que “en función de cómo se armó el mapa mundial de la oferta de carne fue que se generaron estas diferencias de precios en el mercado”.
El consignatario también planteó que la relación costo-producto “está difícil”. Indicó que “hay estudios que señalan que hoy se necesitan 70% más kilos de vaca para pagar los mismos salarios del 2022. Estamos en algo más de la mitad de lo que valía el ganado gordo, y a su vez bajó el dólar y subieron los costos en pesos”.
Por otra parte, Indarte admitió que “nos quedamos con el recuerdo de los precios en el techo, que es lindo verlos pero no suelen durar mucho. Ahora nos acordamos permanentemente de aquellos precios, mientras nos tenemos que acomodar a esta nueva realidad. La ecuación es compleja, hay que encontrarle un nuevo equilibrio a los costos”.
Corrales
El director de Indarte & Cía consideró que el 2023 “fue uno de los peores años para los corrales”, porque “se compró reposición cara, se vendió el ganado gordo a precios mucho menores, y producto de la seca regional, sobre todo de Argentina, el maíz estuvo carísimo”, considerando que ese grano es la base de la dieta de un corral. Por lo tanto, “el costo del kilo producido fue de locos”, y en consecuencia “las pérdidas de los corrales fueron de una magnitud muy importante”.
Este contexto llevó a que muchos corrales tuvieran que bajar significativamente la cantidad de animales encerrados. Indarte destacó que “ahora se empiezan a hacer negocios con algún precio base, que es otra novedad, asegurando un precio mínimo y después una bonificación”. Y aunque opinó que los números que se manejan “no son ninguna panacea”, valoró que “al menos ya se puede agarrar una calculadora y no hay que andar adivinando cuánto va a valer” el ganado terminado.
El empresario consideró que “los frigoríficos tienen que faenar, el corral ya hace muchos años que llegó y cerca del 30% de los novillos que se faenan son de corral. Es un sistema muy predecible, porque ponés un animal a comer en un corral y a los 90 días está gordo. Entonces, el frigorífico puede vender un producto que seguro tendrá. Por lo tanto, el corral se necesita, y el frigorífico está dando señales, diciendo que en 2024 puede comprar en valores impensados hace un par de meses”.
Negocio Minerva-Marfrig
Sobre la posibilidad de que Minerva Foods adquiera cuatro de los cinco frigoríficos de Marfrig en Uruguay, en el marco de un negocio regional, Indarte dijo que “es un tema que tiene muchas puntas”. A propósito, propuso “hacer el ejercicio de sacarle el nombre al comprador, para que no parezca que estamos en contra de alguien. El problema no es quién compra, sino la concentración”.
El consignatario opinó que “siempre es mejor tener muchos compradores de cualquier producción, y por lo tanto vas a tener un mercado más arbitrado y competitivo. Por lo tanto, no es buena cosa que la faena se concentre en pocas empresas. Si viene un suizo a comprar el 40% o 45% de la faena del Uruguay diría lo mismo”.
Afirmó que la concentración de la industria frigorífica “es un problema para los productores, que quedan con muy poca fuerza para negociar, y si bien se habla muy poco, creo que a los frigoríficos uruguayos esto también los complica”.
De todos modos, dijo que no cree que esta situación haya afectado el clima de negocios en la ganadería uruguaya, porque “es algo que no está confirmado”. La solicitud del negocio está a estudio de la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia, del Ministerio de Economía. “No se puede hacer nada hasta que las cosas pasen, y si pasan habrá que ver cómo se acomodan. Hay que adaptarse a lo que no podemos cambiar”, finalizó.
Hay alta demanda de campos agrícolas
El mercado de compraventa de campos tuvo un buen nivel de operaciones en 2023, confirmó a VERDE el director de Indarte & Cía, Fernando Indarte. Agregó que al igual que en años anteriores, los más demandados fueron los campos agrícolas, después los forestales, y los ganaderos “quedaron bastante rezagados, sobre todo los campos duros del norte; el campo ganadero del sur es otra cosa”.
A propósito, señaló que “hay muchos uruguayos comprando campos, y al sur del río Negro es una cosa y al norte es otra”, en referencia a que los pedidos se concentran en el sur del río Negro, porque “la gente que vive en Montevideo” y “quieren tener el campo más cerca”.
Sobre la oferta, comentó que campos agrícolas en venta “prácticamente no hay”, por lo que la demanda no está satisfecha. En cuanto a la oferta de campos forestales dijo que “queda algo más, sobre todo en la zona este, en el litoral casi no hay”.
Explicó que la demanda de campos agrícolas es “fundamentalmente de personas o empresas”, y que “se terminaron” las compras de los “fideicomisos uruguayos relacionados con las Afap, que fueron protagonistas el año 2021 y 2022”.
Destacó que “aparecieron varios uruguayos, de la mano de créditos largos a tasa fija, que ofrecen varios bancos, a 10, 12 o 15 años, que les permite financiar parte del monto de un campo”. Por otra parte, dijo que la demanda de argentinos se compone “básicamente de los que ya tienen explotación en Uruguay; no hay argentinos nuevos en el mercado”.
En forestación, dijo que UPM y productores vinculados con esa empresa han comprado campos en la zona de la nueva planta (Paso de los Toros), y que en el este han operado “fundamentalmente empresas extranjeras”.
En cuanto a los precios de los campos, dijo que “siguen teniendo una tendencia levemente al alza”. A modo de ejemplo planteó que por un campo con 70% de área agrícola y buen índice Coneat, en el sur, piden US$ 10.000 por hectárea y quien quiera comprarlo a US$ 8.000 u US$ 8.500 no lo logrará. Indarte señaló que los vendedores no bajan el precio ni US$ 100 por hectárea. “Hoy el que manda es el vendedor, pide tanto, a lo sumo no se lo avalan, pero no tiene necesidad o interés en vender a un menor valor del que está pidiendo”, afirmó.
En cuanto al mercado de rentas de tierras, dijo que “quedaron prácticamente iguales, porque están en kilos de producto. Creo que es lo más sano, porque varían dependiendo del precio. Casi no hay rentas fijas en dólares”.