Clima y precios marcaron el ritmo de 2023, que fue ”de menos a más”, señaló Fernando Indarte
El calendario comenzó con una grave sequía y finalizó con abundancia de pasturas; menos negocios de carne con China se reflejaron en un ajuste de valores para el ganado
El año 2023 fue “de menos a más, pero esa es “la mejor de las opciones”, dijo a VERDE el consignatario Fernando Indarte, director de Indarte & Cía. “Parece mentira que en el mismo año de la seca, al terminarlo estamos en el otro extremo, sobra el pasto en todo el país”, destacó.
Indarte recordó que en el primer semestre “tuvimos ese gran traspié climático y una caída del precio del ganado gordo sobre todo, porque la reposición no cayó tanto. Ahora estamos en un cambio de tendencia, más allá de que a todos nos gustaría que los precios fueran mejores; pero después de tocar fondo esto ya es algo positivo”.
Comentó que en el mercado ganadero las categorías de invernada “corrieron siempre por carriles diferentes al ganado gordo”, y que los precios “no corrigieron ni cerca de lo que corrigió el ganado gordo”. Recordó que este no fue el primer año de seca, y que en los anteriores “los productores fueron reduciendo su stock”. Esto permitió que al registrarse las primeras lluvias se reactivara rápidamente la demanda por ganados de reposición. “Es la primera vez que el norte pide ganado, tanto de cría como de invernada”, destacó en la entrada del verano.
Por lo tanto, remarcó que en 2023 “hubo una distorsión entre los precios del ganado gordo y el del ganado de reposición, y circunstancialmente el que se dedica al engorde está más castigado”.
El empresario sostuvo que el aspecto climático “es clave” para el negocio ganadero, al igual que el precio. Enfatizó que “terminamos el 2023 con una disponibilidad de agua como no recuerdo en otro diciembre”. Y sobre los precios dijo estar convencido de que en ese mes “tocaron un piso”.
Sobre el mercado cárnico puntualizó que China más carne vacuna, pero que Uruguay tuvo una fuerte competencia en ese mercado, fundamentalmente de Brasil, luego de la suspención por caso atípico de vaca loca, también Australia. Además, señaló que la oferta argentina se volvió muy competitiva por la situación cambiaria.
Sobre todo, Indarte destacó que la demanda de carne no tiene problemas, que el principal demandante es China y consideró que “lo seguirá siendo”. Y aclaró que “en función de cómo se armó el mapa mundial de la oferta de carne fue que se generaron estas diferencias de precios en el mercado”.
El consignatario también planteó que la relación costo-producto “está difícil”. Indicó que “hay estudios que señalan que hoy se necesitan 70% más kilos de vaca para pagar los mismos salarios del 2022. Estamos en algo más de la mitad de lo que valía el ganado gordo, y a su vez bajó el dólar y subieron los costos en pesos”.
Por otra parte, Indarte admitió que “nos quedamos con el recuerdo de los precios en el techo, que es lindo verlos pero no suelen durar mucho. Ahora nos acordamos permanentemente de aquellos precios, mientras nos tenemos que acomodar a esta nueva realidad. La ecuación es compleja, hay que encontrarle un nuevo equilibrio a los costos”.
Corrales
El director de Indarte & Cía consideró que el 2023 “fue uno de los peores años para los corrales”, porque “se compró reposición cara, se vendió el ganado gordo a precios mucho menores, y producto de la seca regional, sobre todo de Argentina, el maíz estuvo carísimo”, considerando que ese grano es la base de la dieta de un corral. Por lo tanto, “el costo del kilo producido fue de locos”, y en consecuencia “las pérdidas de los corrales fueron de una magnitud muy importante”.
Este contexto llevó a que muchos corrales tuvieran que bajar significativamente la cantidad de animales encerrados. Indarte destacó que “ahora se empiezan a hacer negocios con algún precio base, que es otra novedad, asegurando un precio mínimo y después una bonificación”. Y aunque opinó que los números que se manejan “no son ninguna panacea”, valoró que “al menos ya se puede agarrar una calculadora y no hay que andar adivinando cuánto va a valer” el ganado terminado.
El empresario consideró que “los frigoríficos tienen que faenar, el corral ya hace muchos años que llegó y cerca del 30% de los novillos que se faenan son de corral. Es un sistema muy predecible, porque ponés un animal a comer en un corral y a los 90 días está gordo. Entonces, el frigorífico puede vender un producto que seguro tendrá. Por lo tanto, el corral se necesita, y el frigorífico está dando señales, diciendo que en 2024 puede comprar en valores impensados hace un par de meses”.
Negocio Minerva-Marfrig
Sobre la posibilidad de que Minerva Foods adquiera cuatro de los cinco frigoríficos de Marfrig en Uruguay, en el marco de un negocio regional, Indarte dijo que “es un tema que tiene muchas puntas”. A propósito, propuso “hacer el ejercicio de sacarle el nombre al comprador, para que no parezca que estamos en contra de alguien. El problema no es quién compra, sino la concentración”.
El consignatario opinó que “siempre es mejor tener muchos compradores de cualquier producción, y por lo tanto vas a tener un mercado más arbitrado y competitivo. Por lo tanto, no es buena cosa que la faena se concentre en pocas empresas. Si viene un suizo a comprar el 40% o 45% de la faena del Uruguay diría lo mismo”.
Afirmó que la concentración de la industria frigorífica “es un problema para los productores, que quedan con muy poca fuerza para negociar, y si bien se habla muy poco, creo que a los frigoríficos uruguayos esto también los complica”.
De todos modos, dijo que no cree que esta situación haya afectado el clima de negocios en la ganadería uruguaya, porque “es algo que no está confirmado”. La solicitud del negocio está a estudio de la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia, del Ministerio de Economía. “No se puede hacer nada hasta que las cosas pasen, y si pasan habrá que ver cómo se acomodan. Hay que adaptarse a lo que no podemos cambiar”, finalizó.
Hay alta demanda de campos agrícolas
El mercado de compraventa de campos tuvo un buen nivel de operaciones en 2023, confirmó a VERDE el director de Indarte & Cía, Fernando Indarte. Agregó que al igual que en años anteriores, los más demandados fueron los campos agrícolas, después los forestales, y los ganaderos “quedaron bastante rezagados, sobre todo los campos duros del norte; el campo ganadero del sur es otra cosa”.
A propósito, señaló que “hay muchos uruguayos comprando campos, y al sur del río Negro es una cosa y al norte es otra”, en referencia a que los pedidos se concentran en el sur del río Negro, porque “la gente que vive en Montevideo” y “quieren tener el campo más cerca”.
Sobre la oferta, comentó que campos agrícolas en venta “prácticamente no hay”, por lo que la demanda no está satisfecha. En cuanto a la oferta de campos forestales dijo que “queda algo más, sobre todo en la zona este, en el litoral casi no hay”.
Explicó que la demanda de campos agrícolas es “fundamentalmente de personas o empresas”, y que “se terminaron” las compras de los “fideicomisos uruguayos relacionados con las Afap, que fueron protagonistas el año 2021 y 2022”.
Destacó que “aparecieron varios uruguayos, de la mano de créditos largos a tasa fija, que ofrecen varios bancos, a 10, 12 o 15 años, que les permite financiar parte del monto de un campo”. Por otra parte, dijo que la demanda de argentinos se compone “básicamente de los que ya tienen explotación en Uruguay; no hay argentinos nuevos en el mercado”.
En forestación, dijo que UPM y productores vinculados con esa empresa han comprado campos en la zona de la nueva planta (Paso de los Toros), y que en el este han operado “fundamentalmente empresas extranjeras”.
En cuanto a los precios de los campos, dijo que “siguen teniendo una tendencia levemente al alza”. A modo de ejemplo planteó que por un campo con 70% de área agrícola y buen índice Coneat, en el sur, piden US$ 10.000 por hectárea y quien quiera comprarlo a US$ 8.000 u US$ 8.500 no lo logrará. Indarte señaló que los vendedores no bajan el precio ni US$ 100 por hectárea. “Hoy el que manda es el vendedor, pide tanto, a lo sumo no se lo avalan, pero no tiene necesidad o interés en vender a un menor valor del que está pidiendo”, afirmó.
En cuanto al mercado de rentas de tierras, dijo que “quedaron prácticamente iguales, porque están en kilos de producto. Creo que es lo más sano, porque varían dependiendo del precio. Casi no hay rentas fijas en dólares”.
Nota de Revista Verde N°112