Agricultura

Productores de papa recomendarán variedades para los distintos platos

6 de julio de 2022

La empresa Vicentina, productora del cultivo y comercializadora de semillas, desarrolló en Uruguay variedades superiores, de destacados criaderos de Holanda y Escocia.

Ahora “estamos en una etapa en la que queremos empezar a diferenciar la papa por su cualidad culinaria, porque en definitiva es lo que los consumidores buscan. Por ejemplo, la variedad Kingsman es especial para hacer papas fritas en bastones y la variedad El Mundo es especial para hacer puré de papas, papas al horno o a la parrilla”, comentó a VERDE el productor y empresario semillerista Alessandro Mietto, director de Vicentina. 

Agregó que esto es algo que “aún no se ha hecho, no se ha educado a los consumidores para que sepan que una variedad puede ser fea estéticamente pero te dejan un producto final espectacular, que es lo que importa”.

Comentó que hoy en día es el consumidor es quien decide qué papa comprar, sin conocer los atributos de cada variedad. “Tenemos que trabajar en comunicar eso, esa es una etapa que se viene en Uruguay”, anunció. [um_loggedin]

La empresa

Vicentina es una empresa agrícola familiar, que empezó Luis el padre de Alessandro y Fernando, también director de la empresa. “Siempre fuimos productores de papa, y después también arrancamos con maíz, soja, cebada, trigo, colza, avena y alfalfa; pero nuestro fuerte siempre ha sido la papa”, describió. 

En 2015 la empresa se contactó con los criaderos STET –de Holanda– y Cygnet Pep –de Escocia–, y “comenzamos a aprender realmente de papa. Empezamos con este proyecto de importar nuevas variedades de semillas, desarrollarlas y darlas a conocer a nivel local”, comentó Mietto.

Así fue que se armó un proyecto de validación, en base a ensayos a campo, de franjas apareadas, parcelas con repetición, para tener valor estadístico. “En base a nuestros criterios de selección trajimos variedades nuevas y las comparamos con las que hay en el mercado local. Eso ha ido evolucionando. Todos los años venimos haciendo los mismos ensayos, y hoy tenemos variedades validadas a campo en Uruguay y en el mercado”, destacó. 

El empresario señaló que, “como siempre ocurre en agricultura, lo que pasa en el campo no siempre coincide con lo que pasa en el mercado. La papa es muy sensible a eso y, en definitiva, los productores producimos lo que los consumidores demandan”. 

“A veces no se da esa coincidencia de que una variedad sea amigable con el productor y buena para el consumidor. Todas las variedades de papa tienen sus ventajas y desventajas. Pero lo importante es conocer cada variedad, conocer bien el producto, para venderlo con la recomendación de uso”, sostuvo. 

Vicentina cuenta con 10 variedades en el mercado uruguayo, donde el consumidor “prefiere la papa con piel rosada o roja, pero después la pulpa puede ser blanca, crema o amarilla”, describió. 

La producción en Uruguay

Debido a las lluvias abundantes que hubo a mediados de enero, la siembra de papa de otoño se concentró entre el 10 y el 25 de febrero. “La oferta va a salir bastante junta. Los cultivos en general están muy buenos este año, pero este es un negocio de oferta y demanda, y los precios se regulan en base a eso”, comentó el productor. 

Uruguay históricamente produjo para el mercado interno. Hubo pequeñas experiencias de exportar papa consumo, que se dieron hace muchos años y no se repitieron, lamentó el empresario. Recordó que Vicentina exportó algo de papa semilla a Brasil, que es un negocio que a veces se da, dependiendo de la demanda de ese país.

Mietto explicó que “uno de los problemas grandes que tiene la producción de papa en fresco, es que desde hace un tiempo a esta parte estamos compitiendo con productos terminados, prefritos congelados, papas chips importadas, y todo eso hace que el volumen comercializable de papa fresca vaya decreciendo”.

La papa en Uruguay se produce en dos períodos al año, en otoño y primavera. Para otoño se siembra en febrero y la siembra de primavera es en setiembre. Esas épocas de siembra se han ido extendiendo debido al riego y a la diversificación de zonas geográficas dentro de Uruguay.

Considerando dichas zonas geográficas donde se produce, se puede establecer que la zafra de otoño va del 15 de diciembre al 15 de marzo, y que la de primavera se desarrolla entre el 15 de julio y el 15 de diciembre.

La producción de otoño es mayor que la de primavera, la relación es 60% a 40% o 70% a 30%, estimó Mietto. El cultivo abarca unas 4.500 hectáreas cada año en Uruguay, y alrededor del 80% se produce en San José; pero también se cultiva papa en Tacuarembó, en Rocha, Canelones, Maldonado y Colonia.

Destacó que las nuevas variedades de papa, tanto las que trae su empresa como las demás, “son superiores a las que se plantaban”. 

Señaló que los promedios nacionales rondan los 20.000 kilos por hectárea, pero el productor que riega produce unos 30.000 kilos. “Los productores que están dedicados al cultivo y son profesionales seguramente producen eso, y si el clima acompaña se puede lograr un poco más”, sostuvo.

Los costos del cultivo

En relación a los mayores costos de producción de este año, Mietto planteó que a diferencia de los granos, que tienen un precio excelente, la papa se sigue rigiendo por la oferta y la demanda local. “Podemos tener un año bueno, con mejor producción, pero con altos costos y que el precio caiga”, planteó. 

Consultado por el costo de producir una hectárea de papa, Mietto explicó que no siempre es el mismo, porque en otoño se planta con semilla importada y con semilla de producción nacional. 

“Si lo haces con semilla importada el costo es mayor, si utilizas riego también (el 90% actualmente se riega por goteo) y si el producto se guarda en cámaras de frío es otro costo importante. Pero el rango de costos puede ir de US$ 8.000 a US$ 12.000 por hectárea”, indicó.

Diversificación productiva

La papa es un cultivo de mucho riesgo, y la tendencia a diversificarse se ha dado en todas las empresas del rubro, que también plantan soja, maíz y muchas hacen ganadería. Además, “la ganadería es un rubro que permite utilizar un subproducto, que es la papa de menor tamaño, de descarte, que se usa como alimento para el ganado. Es un negocio alternativo”, señaló el productor.

Mietto recordó que la empresa hizo ganadería dos o tres años antes de la última aparición de la fiebre aftosa en Uruguay (2001). “Tuvimos la oportunidad de comprar un área de campo y fue la posibilidad de hacerlo producir, con invernada. Después de la aftosa los precios de los granos empezaron a subir, empezamos a sembrar granos y hasta hoy seguimos solo con agricultura”, comentó. 

El 20% del área de la empresa se dedica a la papa y el 80% a granos. “Tratamos de volver a los campos cada tres años con papa. No solo producimos en campos propios sino también arrendados, estamos en Rocha, cerca de La Pedrera, y en Colonia. En total, la empresa opera unas 1.200 hectáreas, 800 son propias y 400 arrendadas”, describió.  

En el establecimiento de la familia Mietto se mantiene una rotación regulada, para que la papa vuelva cada tres años. “Luego de las papas que se cosechan en verano, normalmente hacíamos puentes verdes de avena en laboreo convencional, para después sembrar maíz de forma directa, después avena, maíz, avena y soja”, señaló. 

Pero explicó que “hace un tiempo bajamos el área de avena, por problema de malezas, sobre todo de raigrás, e incorporamos cebada. Y este año tenemos bastante colza. En definitiva, tenemos la papa como cabeza de rotación, y después de la papa lo que mejor funciona es el maíz, que sería de primera en nuestro caso”. 

“Considerando el promedio de los últimos diez años, tenemos un promedio de 7.000 kilos de maíz por hectárea, en secano; la soja anda en unos 2.500 kilos por hectárea; y la cebada tiene que rendir más de 4.000 kilos, porque los costos son muy altos”, comentó. 

El escenario

Mietto dijo que el escenario actual “es similar al de 2008, cuando la soja subió a US$ 600 por tonelada. Estamos en el primer año, que quizá sea el mejor, porque sembramos los cultivos con costos viejos y los vamos a vender a precios nuevos. Tenemos que ser cautos porque si en un momento se revierte esta situación, nos puede volver a pasar como en aquel momento, cuando sembramos caro y vendimos barato”. 

Además, advirtió que pueden venir años con clima adverso, y “hay que guardar para esos momentos, porque los ciclos se cumplen”. 

Comentó que su empresa mantendrá el área de papa, priorizando un mejor manejo. Tampoco quieren extender el área de los demás cultivos, porque la papa les demanda mucha dedicación. [/um_loggedin]

Nota de Revista Verde N°101

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