Agricultura

Agricultura de secano logró cosecha histórica

1 de julio de 2022

En invierno y verano se trillaron cerca de 2 millones de hectáreas, sumando unos 6 millones de toneladas.

La agricultura de secano en Uruguay cosechó cerca de 2 millones de hectáreas en la zafra 2021-22, al contemplar cultivos de invierno (trigo, cebada, colza y carinata) y de verano (soja, maíz, sorgo y girasol). El volumen de la producción de granos se ubica en torno de los 6 millones de toneladas (Mt), algo que no se lograba desde la zafra 2013-14. De todos modos, este nivel productivo solo se alcanzó en aquella zafra y en la actual.  

Desde la zafra 2015-16 la intensidad agrícola se ha incrementado. “Estamos caminando lentamente hacia 1,6 cultivos por año. Eso significa que en cada millón de hectáreas sembramos 600.000 hectáreas de invierno. Por lo cual, en la zafra que comienza, si no pasa nada que perjudique la siembra, se podrían superar las 2 millones de hectáreas de cultivos (invierno más verano)”, dijo Esteban Hoffman, director de Unicampo Uruguay, en una jornada organizada por Grupo Macció y Syngenta. [um_loggedin]

Recordó que durante el pico máximo de expansión agrícola, entre los años 2013 y 2014, ese indicador había bajado a 1,3 cultivos por año. “El 70% del área no tenía cultivos de invierno”, comentó. Además, “en ese momento había menos área invernal y menos cultivos; hoy existen tres que casi ocupan la misma superficie”, dijo. 

Esa intensidad y diversidad agrícola se ve reflejada en las exportaciones de trigo, colza, cebada y malta, que en 2022 totalizan cerca de US$ 415 millones.

Para lograr los 6 Mt, el volumen cosechado en la zafra de invierno fue relevante y ahora se suma una muy buena cosecha de soja. La cosecha de la oleaginosa culminará en torno de los 3,2 MT, según informó a VERDE Christian Nolte, general de Cofco Uruguay. Y destacó la demanda argentina, que pasó a ser el segundo destino de la soja uruguaya, detrás de China.

Nolte estimó que el precio promedio de venta por parte del productor se acercará a los US$ 600 por tonelada, lo que se transforma un récord histórico para Uruguay. Sobre principios de junio, dijo que “el 80% del volumen ya tiene un valor fijado”.

La superficie de soja tuvo un crecimiento de 8% frente a la zafra precedente, cifra en la que coinciden Urupov y de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA), del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP). 

La cosecha de soja de la zafra 2021/22, que culmina en estos días, tendrá como resultado la mayor producción de los últimos cinco años, considerando el aumento del 8% en el área sembrada respecto a la anterior, y niveles de productividad por hectárea cercanos al promedio histórico. Además, acompañaron dos variables claves: precio y clima. Esas son algunas de las conclusiones de un trabajo sectorial realizado por el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED).

Luego de las caídas en la superficie para pasar a tres zafras con cierta estabilidad, en el ejercicio 2021/22 se registró un incremento del área de siembra de la oleaginosa. “Hay un cambio en la tendencia que se venía observando”, señaló el investigador de esa institución, Ignacio Umpiérrez, en el programa Punto de Equilibrio, de revistaverde.com.uy y Carve.

Destacó que las exportaciones de soja en 2022 representarían un monto en torno de los US$ 1.750 millones, siendo la mayor cifra después de la registrada en 2013.

Además de los empleos directos y los servicios vinculados, Umpiérrez indicó que la logística para el transporte del grano desde la chacra a los puertos habría generado en torno de 2.000 puestos de trabajo en fletes, con una masa salarial de US$ 3,6 millones y un valor bruto de producción en fletes de US$ 90 millones.

Según el CED, otro elemento importante del cultivo de soja es su descentralización. “Si bien está focalizado en el litoral, genera empleos en muchísimas localidades del interior, y la mayoría tiene menos de 5.000 habitantes. En 2021 nueve de cada 10 empleos se generaron en el interior. Eso se debe, en parte, al dinamismo del sector agroexportador, que tracciona sobre el comercio, los servicios, y en eso la agricultura tiene mucho que ver”, acotó.

Piero Gelmini, gerente general de Control Union –empresa que dedica al control de calidad, cantidad y certificación de commodities y procesos–, dijo a VERDE que en esta zafra “el 55% de la soja recibida llegó con porcentajes de humedad por encima de lo requerido”, y si bien “no fueron niveles sumamente altos, debieron pasar por acondicionamiento”. 

Agregó que el nivel promedio de humedad varió entre 15,5% y 16,5%. “En ciertos casos puntuales se llegó a 20%, cuando los contratos de comercialización estipulan un recibo de 14%. La cosecha no se interrumpió por lluvias, pero tuvo dificultades por la falta de sol, lo que hizo reducir las horas de trilla”, describió.

Respecto a la presencia de malezas, comentó que se siguen encontrando, y que la cantidad no es menor a la que se detectaba antes. “En esos casos la soja pasa por una prelimpieza o se envía a un destino distinto a China, donde los protocolos sanitarios vigentes no aceptan la presencia de malezas cuarentenarias en soja exportada desde Uruguay”, recordó.

Indicó que entre 40% y 60% (dependiendo de la zona) de la soja recibida tuvo presencia de malezas como: revienta caballo, roseta, sorgo de Alepo y cepa, entre otras. Y algunas son más difíciles de tratar, como la cepa y la roseta.

Además, Gelmini señaló que hasta principios de junio se llevaban cargadas unas 970.000 toneladas, de las cuales 575.000 fueron a China y hacia Argentina se cargaron 395.000 toneladas.

En el puerto de Nueva Palmira (Colonia) se han cargado unas 700.000 toneladas, de las cuales 305.000 fueron exportadas a China y 395.000 a Argentina. En tanto, en Montevideo se han cargado 270.000 toneladas de soja hacia China, sostuvo el ejecutivo de Control Union.

Según varios operadores consultados, el aspecto logístico durante el pico de cosecha enfrentó situaciones “tirantes”. Hubo ciertas dificultades en la disponibilidad de camiones y también para ingresar a puertos y acopios. La cosecha de soja tuvo 1,1 Mt más que en la zafra 2020/21, pero está por debajo del récord alcanzado en 2012/13, cuando se cosecharon 3,7 Mt. 

LAS CLAVES DE LA PRODUCTIVIDAD

Este año, cuando el área de soja segunda representa el 55% del total y la de primera 45%, habrá un rendimiento que “será elevado” pero “no será récord”, y “no se llegará a los 3.000 kilos por hectárea”, dijo Hoffman en Punto de Equilibrio.

El director de Unicampo Uruguay y profesor de Facultad de Agronomía estimó entre “2.700 y 2.800 kilos” por hectárea como media del rinde nacional. “Ojalá sea mayor, pero no nos animamos a marcar una cifra más alta”, dijo. Hay zonas donde operan empresas con “alta productividad”, que están teniendo resultados productivos “inferiores” a los de la zafra 2018-19, advirtió. 

Pero confirmó que, “en general será una zafra excepcionalmente buena”, que supondrá un “respaldo” para la próxima zafra de invierno. 

Para Hoffman “la edad de chacra” tiene un impacto “impresionante” en la variación del rendimiento. En esa línea, indicó que en la zafra de invierno “la seca le pegó muy fuerte a las chacras viejas, que son las que tienen más de 15 años de agricultura continua, que para muchas empresas representan más del 50% del área”.

Recordó que en la zafra 2016-17, en la 2018-19 o en la 2012-13, que fueron muy buenas en Uruguay, se obtuvieron entre 2.600 y 2.950 kilos. Pero “las chacras son las mismas, ya han pasado varios años y la mayoría no rota con pasturas”, advirtió. Entonces, frente “al mismo manejo y el mismo clima, esas chacras tienen que rendir menos, porque la edad de chacra es una variable que impacta en los rindes de la soja, más de lo que la gente cree”.

Hoffman dijo que el clima acompañó de forma “fantástica” durante el periodo crítico, “lo que debería jugar en la obtención de altos rindes, pero hubo empresas que les costó superar los 2.800 kilos cuando en 2018/19 estaban cómodas por encima de los 3.000 kilos”. 

Germán Bremermann, gerente comercial de Erro, dijo a VERDE que la productividad del cultivo de soja sorprendió y “fue mejor de lo esperado”, por la “llegada oportuna de las lluvias” y por el “paquete tecnológico” aplicado, que apuntó a máximos rendimientos. Recordó que esto no era sencillo, porque cuando se sembró los pronósticos no eran buenos. 

“En la medida que se combina, la máxima tecnología, genética de punta, manejo y lluvia, hay rendimientos muy interesantes. Hubo zonas que tuvieron muy buenos rindes, como parte de Soriano, Colonia y Río Negro. Y en otras zonas, como el centro, litoral-norte y el este, el rinde obtenido fue más variado, en algunos casos son muy altos y en otros por debajo del promedio”, acotó.

PERSPECTIVAS DE LOS CEREALES

Las perspectivas sobre la producción mundial de cereales en 2022 marcan un probable descenso, el primero en cuatro años, hasta 2.784 millones de toneladas (Mt). Serían 16 Mt menos que la producción récord estimada para 2021, según datos presentados por la FAO.

Se prevé que el maíz sufra la mayor disminución, seguido del trigo y el arroz, mientras que es probable que la producción de cebada y sorgo aumente. Las previsiones se basan en la situación de los cultivos ya sembrados y en las intenciones de siembra de los que todavía deben plantarse.

Las nuevas previsiones apuntan a una caída de las existencias de estos granos, lo que hará que la relación entre las reservas y la utilización de cereales a nivel mundial descienda al 29,6% en 2022/23 –cabe recordar que eran del 30,5% en 2021/22–. 

Si bien este nuevo nivel sería el más bajo de los últimos nueve años, todavía estaría muy por encima del mínimo de 21,4%, registrado en 2007/08, indicó el informe de FAO.  [/um_loggedin]

Nota de Revista Verde N°101

SyngentaSyngenta
Erro GrapErro Grap
6 - 12:45