Ramón Erro: “No alcanza solamente con ser buen productor, hay que ser también buen empresario”

By Diego Betelú,

El pasado 25 de julio Barraca Erro realizó su tradicional jornada anual de actualización técnica en Dolores (Soriano). Ramón Erro, director del Grupo Erro, se mostró gratificado por la respuesta de los productores, dado que la concurrencia fue muy importante. Dijo que el sector a pesar de los obstáculos como: precios y costos, que arrastra desde 2014, sumado a la sequía de 2018, “muestra una resiliencia muy importante”.

Graficó que en los últimos cinco años el rubro agrícola perdió 500 mil hectáreas productivas, “pero al mismo tiempo está produciendo la misma cantidad de toneladas, eso marca que los deberes se están haciendo”.

Reconoció que “hay que seguir corrigiendo cosas porque hay nuevos problemas, como la guerra comercial entre China y EEUU o las malezas. Siempre hay nuevos desafíos, pero se observa un sector con una dinámica bien interesante”.

Erro señaló que “hoy no alcanza solamente con ser buen productor, hay que ser buen productor y buen empresario”. Para eso dijo que se necesita un equipo humano y tecnologías, que estén a la altura de las circunstancias, por  ejemplo, para enfrentar con éxito los desafíos que se presentan.

También destacó la buena respuesta del sector productivo pese a la magra campaña de soja de 2018, cuando se perdieron 2/3 de la cosecha. Atribuyó eso a que “no es solo el sector sojero, sino que las empresas agropecuarias pueden hacer soja como cultivo principal, o cabeza de rotación, pero están volviendo a porcentajes más nivelados los cultivos de invierno, las pasturas y las gramíneas de verano, ya es un sistema de producción”.

Por eso consideró que “hay estrategias diferentes según la zona, el productor, o la tenencia del campo, pero no es un sector con un solo cultivo y la muestra de eso es, que con 500 mil hectáreas menos se tiene la misma producción y esa tendencia se mantendrá”.

Erro dijo que la necesidad económica de las empresas y los actuales costos de producción hacen que “el riesgo sea muy alto, por eso la productividad y la diversificación son claves”. La propuesta de la jornada se focalizó en apuntar a tener el menor costo de producción por tonelada producida, “cuanto más bajo sea mi costo de producción por tonelada seré mejor productor y esa es la cuenta es que hay que sacar”.

No obstante, en los temas abordados, para Erro una de las grandes limitantes del sector es la tenencia de tierra y por propuso que el Estado debería dar incentivos para ciertas circunstancias. Explicó que “debería de haber beneficios fiscales para quien hace un arrendamiento a mediano plazo (entre 3 o 5 años) que incentiven la producción. Porque la principal limitante es la tenencia de la tierra”.

Ejemplificó con que “el Estado trata de regular el uso de suelo para preservarlo, con muy buen criterio, pero de la misma manera que existe una regulación debería de haber un premio en paralelo, una inversión del Estado que le traería buenos beneficios, porque habrá más producción y la misma será más estable”.

Escuche la entrevista completa a Ramón Erro.

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Facundo Fontes: “El momento ganadero es muy bueno”

By Diego Betelú,

Facundo Fontes, director de Rancho F y asesor de empresas agrícolas-ganaderas, señaló que “el momento ganadero es un muy bueno debido a lo que ha ocurrido en los últimos meses. Creo que ningún analista se esperaba una suba de precios, tanto de reposición como de ganado gordo, de prácticamente un 30% por encima de los precios que haba hace unos meses”.

Resaltó el despegue de los precios del ganado en Uruguay frente al resto de la región, “algo que me preocupa”. Porque “cuando uno se ve tan despegado en los precios, se pregunta cuál es la estabilidad”. De todas maneras subrayó que “Uruguay en relación a la región es el país que tiene más mercados abiertos y trabaja con los mercados que más pagan por la carne vacuna”. A su vez, “se suma el perjuicio de la peste porcina en China y la demanda adicional por carne vacuna”.

Fontes señaló que el sector está capitalizando los precios ganaderos. Explicó que “el productor tomó posición y está invirtiendo, toma riesgos, se nota una apuesta a la genética, hay más inversiones en pasturas, suplementación, etc”.

El actual escenario de precios que tiene el sector ganadero, “ayudó a generar interés por invertir en ganadería y eso se observa incluso en campos agrícolas marginales que comienzan a tener un corrimiento hacia la ganadería. “Si esto se mantiene vamos a ver aumento en la progenie, en la tasa de destete y mejoras a nivel genético”, explicó Fontes.

También destacó los resultados productivos de la campaña sojera, producto de “una primavera, verano y otoño muy favorables, pero se tuvo que enfrentar un escenario de precios internacionales deprimidos”. Agregó que “eso determina que los márgenes no sean los ideales, si bien los rendimientos fueron excelentes”.

Explicó que “los productores están remolcando el carro de la zafra pasada, con una gran sequía y una mala campaña de maíz y pésima de soja y un país que no corrige los estándares de costos”. Mientras “vemos un mundo que está corrigiendo los costos, en Uruguay seguimos con campañas caras”.

Para la próxima zafra, Fontes dijo que “la siembra de maíz será un poco más alta”. En ese sentido sostuvo que se observa “que la pre campaña de maíz comenzó más agresiva, con nuevos materiales y nuevas propuestas”. Indicó que se espera una caída de los stocks mundiales de maíz y el productor mira con más atención al maíz. Al mismo tiempo señaló que el área de soja no tendría grandes cambios.

Fontes señaló que para el aumento de la producción de maíz “hay un motor interno muy fuerte que es la ganadería, que hoy genera una puja grande por los granos forrajeros”.

Escuche la entrevista completa a Facundo Fontes.

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La colza crece como alternativa y llegaría a las 70 mil hectáreas

By Diego Betelú,

Pablo Uteda, director de IPB semillas, dijo que “la colza está creciendo y este año probablemente se logre un área de 70 mil hectáreas”, algo que puede confirmar de acuerdo a lo que fue la demanda de semillas. Agregó que hay nuevos híbridos y “es un cultivo que aprendimos a manejar”.

Por eso considera que el futuro de la colza es promisorio y lo imagina en un esquema “de integración a una rotación agrícola razonable en combinación con gramíneas de invierno (trigo y cebada)”. Desde su punto de vista, “hacía falta una oleaginosa de invierno y salvo que haya una diferencia de precio muy importante con las gramíneas, seguramente la colza sostenga un área como la actual”. Uteda dijo que “los productores le tomaron confianza y se van puliendo aspectos técnicos, además vemos que todos los años aumentan los rendimientos”. IPB semillas opera en el mercado de semillas de colza con los materiales de la australiana Nuseed.

Con respecto a la zafra de verano, Uteda confirmó que hay un crecimiento en la intención de siembra de maíz. “Es el cultivo que cerró mejor el año pasado por rendimientos y por precios”. Por eso sostuvo que “habrá un nuevo aumento en el área de maíz, la soja se seguirá corriendo hacia el litoral donde están las zonas más agrícolas y seguirá abandonando paulatinamente los campos más alejados de los puertos, lo que genera oportunidades para otros cultivos”.

En cuanto al sorgo indicó que el área será similar a la del año pasado, aunque advirtió que “el aumento de los precios de la carne puede generar una ventana para sembrar un poco más de sorgo”. Actualmente el sorgo sumando todos los usos (granifero, silero y forrajero) ocupa unas 250.000 hectáreas.

Sobre las novedades indicó que IPB Semillas está lanzando dos nuevos híbridos con la tecnología VT 3Pro, “que es la última tecnología para el control de insectos, con muy buenos resultados”. Agregó que “desde la empresa se hace énfasis en la ductilidad de los híbridos, apostando a que la misma semilla tenga dos destinos, que puede ser grano o silo planta entera”.

Escuche la entrevista completa a Pablo Uteda.

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UPM confirmó la instalación de su segunda planta en Uruguay

By Ruben Silvera,

UPM ha tomado la decisión de invertir en la construcción de una planta de celulosa de eucalyptus con capacidad de 2,1 millones de toneladas en el departamento de Durazno. La inversión de US$ 2700 millones en la planta industrial aumentará la capacidad actual de celulosa de UPM en más del 50%, lo que resultará en un cambio significativo en la escala de su área de negocio. Además, UPM invertirá US$ 350 millones en actividades portuarias en Montevideo e instalaciones locales en Paso de los Toros. El inicio de la planta está programado para la segunda mitad del año 2022, así lo informó la compañía en un comunicado.

Agrega que los prerrequisitos para la inversión se han preparado cuidadosamente en cooperación con el Estado uruguayo. Para UPM, ha sido importante garantizar operaciones sostenibles y competitivas a largo plazo y minimizar los riesgos tanto en la fase del proyecto como en operación. Para Uruguay, esta inversión y la mejora de la infraestructura ofrecen importantes oportunidades para el desarrollo económico y social.

“Uruguay ha demostrado una visión consistente a largo plazo en el desarrollo de las condiciones necesarias para atraer la inversión extranjera, construyendo las bases para el desarrollo industrial. Reconozco humildemente la determinación con que los tomadores de decisión han avanzado en el desarrollo económico del país. La decisión de hoy brindará muchas oportunidades para las pequeñas y medianas empresas uruguayas y mano de obra capacitada en la zona centro, que beneficiará a miles de uruguayos en las próximas décadas», dice Jussi Pesonen, Presidente y CEO de UPM.

También informa que una vez finalizada la construcción, se estima que la planta aumentará el producto bruto de Uruguay en aproximadamente un 2% y el valor anual de las exportaciones del país en aproximadamente un 12%, según indican estudios socioeconómicos independientes.

Durante la construcción, el sitio empleará en su pico máximo unas 6.000 personas. Una vez finalizada la misma, se estima que se crearán cerca de 10.000 empleos permanentes en toda la cadena de valor de los cuales unos 4.000 serán empleados directos de UPM y sus contratistas. Además, se estima que unas 600 empresas estarán trabajando en la cadena.

La planta estará ubicada en zona franca y pagará un canon anual fijo de US$ 7 millones por año. Se espera que la cadena de valor de la planta contribuya con US$ 170 millones anuales en impuestos y pagos de seguridad social y contribuya con US$ 200 millones en salarios anuales.

Agrega que la disponibilidad de madera de eucalyptus para la planta está asegurada a través de plantaciones propias de la empresa y a través de arrendamientos, así como por acuerdos de suministro de madera con pequeños y medianos productores rurales uruguayos. Treinta años de experiencia aseguran plantaciones forestales eficientes y responsablemente gestionadas asegurando la sostenibilidad.

UPM ha decidido la construcción de una terminal especializada en celulosa en el puerto de aguas profundas de Montevideo con una inversión de aproximadamente US$ 280 millones. El acceso directo por ferrocarril desde la fábrica a una moderna terminal portuaria crea una cadena de suministro eficiente hacia los mercados globales. El puerto de aguas profundas de Montevideo permite sinergias en la logística con las operaciones existentes de UPM en Uruguay, ya que toda la celulosa se puede entregar en buques oceánicos a carga completa directamente a los principales mercados.

Los permisos necesarios ya han sido otorgados y los acuerdos con el Gobierno de Uruguay han finalizado de manera satisfactoria. El acuerdo de Participación Público Privada entre el Gobierno y la empresa constructora para la construcción del Ferrocarril Central se firmó en Mayo de 2019, mientras avanza el cierre del financiamiento de la obra ferroviaria que aún no ha concluido.

Los trabajos iniciales en el predio de la planta y el dragado del puerto comenzarán de forma inmediata. La licitación para la maquinaria y la gestión del proyecto está en proceso. Los compromisos sobre los principales desembolsos de capital se harán de acuerdo con el financiamiento y ejecución del ferrocarril.

Se espera que la planta comience a funcionar en la segunda mitad de 2022. La parte principal del total de los US$ 3.000 millones de gastos de capital se llevará a cabo en 2020-2022. UPM tendrá el 91% de participación en el proyecto y el restante 9% pertenecerá a un grupo inversor uruguayo también vinculado al proyecto de UPM Fray Bentos.


FOTO: UPM.UY

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Frigoríficos de abasto reducen faena y trabajan con carne importada

By Diego Betelú,

David Denis, director de Frigorífico Minas, dijo que desde hace tiempo el escenario de la industria es “crítico” por el aumento del precio de la carne que “afecta al consumo”.

Confirmó que en ese sentido la carne importada ha ganado terreno y compite mucho con la producción local “lo que nos lleva a disminuir la faena y a trabajar con ese producto importado que tiene un mejor costo que la carne uruguaya”.

Denis confirmó que se ha llegado al punto que el precio de la carne al público está limitando el consumo. Dijo que “la gente tiene un techo y está consumiendo menos y siendo más selectiva en lo que consume”.

Agregó que “hay que adaptarse a las señales del mercado”, pero lamentó que así sea ya que “hoy quienes tienen más dificultad es la gente que trabaja en la industria”.

El industrial considera que pese al nuevo escenario “las empresas no pierden volumen de venta, pero se produce menos en el país” y por eso subrayó que los trabajadores de la industria “son los más afectados, porque pierden jornales de trabajo por una menor faena”.

Escuche la entrevista completa a Davis Denis.

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Según INALE, los costos de producción de un tambo superan el 90% del precio percibido por litro de leche

By Diego Betelú,

La cuenta parecería ser sencilla, si las empresas no obtienen ganancias no pueden invertir y sin inversión el crecimiento de la actividad, cualquiera sea, está condicionado. Esto fue lo que se planteó INALE y para lo que trabajó en su presentación el gerente del instituto, Gabriel Bagnato, en el marco de la Jornada Técnica de Costos de la Lechería, organizada además por INIA y FUCREA.

Bagnato dijo que vieron “la necesidad de trabajar sobre los costos de producción por la coyuntura que atraviesa el sector”. Agregó que hoy el margen promedio de la leche producida llega a US$ 0,025. Mientras que el costo de producción en promedio está en US$ 0,29.

Señaló que un productor lechero para crecer a una tasa de 4% anual –como crecía la lechería hasta hace unos años– “necesita US$ 0,03 por litro de leche de reinversión anual”. Por eso, si su margen ronda los US$ 0,03 por litro de leche, “no tiene capital para reinvertir y eso termina pegando en la producción y generando capacidad ociosa en la industria”.

El crecimiento al que Bagnato hizo mención, sucedió cuando el margen por litro de leche rondaba los US$ 0,06, después de 2015 ese margen se desplomó a US$ 0,025. Por eso consideró que “para volver a los márgenes de crecimiento hay que poner el foco en qué está pasando con los costos internos”.

Para el técnico de INALE, todos los actores de la lechería deben generar condiciones que ayuden a que los productores tomen riesgos. Sostuvo que, “hay una oportunidad de mejora en el sector que requiere una apuesta de los productores” pero que “el productor no puede hacerlo a su propio riesgo, sino que debe contar con un ecosistema que mitigue ese riesgo”.

Escuche la entrevista completa a Gabriel Bagnato.

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Eduardo Díaz: “Tengo expectativas de que la ecuación económica mejore, por un ajuste de los costos internos”

By Diego Betelú,

Eduardo Díaz, gerente de Cargill en Uruguay, planteó que dragando el canal del puerto de Montevideo a 13 metros de profundidad, se obtendría una importante mejora en la competitividad de la agricultura.

Las perspectivas del sector agrícola, las oportunidades productivas y de negocios, considerando además las limitantes existentes que tiene Uruguay, tanto de costos como de déficit en la infraestructura, fueron analizados en esta entrevista de VERDE con el gerente general de Cargill, Eduardo Díaz.

¿Cómo observa este momento de la agricultura?

Venimos de una campaña que dejó muy buenos resultados en todos los cultivos. Soy optimista con el futuro que tiene el negocio, pero también realista. Somos productores de alimentos y se habla que sobre el año 2050 vamos a enfrentar una demanda muy importante por la cantidad de habitantes que tendrá el planeta. Pero la realidad es que en el corto plazo es difícil de ver eso, porque la producción crece, se ajustan las tecnologías y aparecen zonas agrícolas con potencial, como ha ocurrido en los últimos cinco años en Brasil, que le agregó una competencia fuerte a Uruguay. Pero también se dan hechos como la peste porcina y eso demuestra que pueden haber eventos que alteren los ritmos de oferta y demanda. Con lo cual tener producciones ambientalmente sustentables, con un equilibrio ecológico como el de Uruguay, es algo que lo beneficia. Más allá de los vaivenes de precios como los que hemos tenido, soy optimista. Pienso que en el mediano plazo las cadenas productivas de Uruguay tenderán a una mayor competitividad y vamos a encontrar la ecuación para darle viabilidad a la producción. Si bien es cierto que la soja fue el cultivo más importante, por lo que generaba desde el punto de vista económico, esto es un sistema de producción. Y la realidad es que hay momentos en que se pueden incorporar variables con buenos resultados, como pasó con el trigo, la cebada, el maíz o la colza. Esos buenos resultados incentivan el crecimiento de las áreas y eso es algo que se necesita para bajar costos a lo largo de la cadena. Indudablemente la soja seguirá siendo el tractor del sistema agrícola, pero necesitamos diversificación.

¿La agricultura en Uruguay ya alcanzó un equilibrio en superficie?

Cuando hicimos el estudio de negocio para Uruguay vimos que, por disponibilidad de suelos, para soja hay un potencial de 1,5 millones de hectáreas. Lo que ocurre es que hay deficiencias de infraestructura para poder llegar a esa área. Hay déficit en rutas, caminos y caminería interna en los predios, que hacen difícil desarrollar el cultivo en algunas zonas. Pero hay suelos disponibles para llegar a esa cifra y si hay valores del producto que lo permitan, creo lo vamos a alcanzar. Tengo la expectativa que la ecuación en algún momento mejore por un ajuste de los costos internos. No pienso que Uruguay vaya a transformarse en un país barato. Pero en algún momento deberíamos tener combustibles con precios competitivos, y eso mejore los márgenes que permitan hacer inversiones para acceder a predios donde hoy resulta difícil sembrar y cosechar.

¿Por qué Uruguay en los últimos cinco años perdió 26% del área de soja y Brasil ganó un 16%?

Ese efecto claramente responde a la ecuación económica. A la relación de costos de producción y el valor del producto, no hay otra explicación. Desde 2012 Uruguay ha venido ajustando el área agrícola y Brasil ha estado creciendo. Pero no crece en predios cercanos a los puertos, como en Uruguay, donde los más lejanos están a 300 kilómetros. Brasil crece en zonas que están a más de 2.000 kilómetros de los puertos, con rutas que hace poco comenzaron. Se ven inversiones que han incrementado la disponibilidad de los puertos en el Arco Norte y también en los del sur. Pero si miramos los números de producción de soja y maíz de Brasil impresionan.

¿Qué explica la pérdida de la ventaja competitiva de estar al lado del mar?

Algo que incidió fuertemente en el sector agrícola es tener un combustible caro, no me cabe ninguna duda. La agricultura es la producción de un commodity, que tiene gran demanda de combustible por tonelada producida, para sembrar, cosechar, pulverizar, transportar, y por eso tiene un alto impacto en el costo producción. Además, el tener un tipo de cambio bajo durante un periodo cercano a 10 años y pagar un alto precio en dólares por el combustible, cuando bajó el precio de la soja la ecuación económica se complicó. No encuentro otra explicación. De hecho, el primero que sufrió esa situación fue el trigo, que redujo su área al litoral, y un año más tarde comenzó a ajustarse el área de soja. Espero que en algún momento, como todos los ciclos de las cosas, la ecuación económica permita tener un área de 1,5 millones de hectáreas de soja, para la que tenemos las inversiones en logística, con camiones, acopios y puertos.

¿Y para el resto de los cultivos?

Creo que también se podrá ver un incremento en el área de maíz, la demanda interna en Uruguay está traccionando. El año 2018, entre las 800.000 toneladas importadas y la producción propia, el consumo de maíz estuvo cerca de 1,2 millones de toneladas, eso demuestra que hay demanda local. Este año, entre maíz de primera y de segunda, probablemente estemos en más de 1 millón de toneladas de producción, con rindes y valores que dejan una ecuación positiva. Frente a esto y las perspectivas de la carne, se genera una expectativa que seguramente se refleje en incremento de área. Por otro lado, el maíz tiene una incidencia positiva en el cultivo posterior. Claramente hay una mejora del ciclo agrícola al incrementar el área de maíz.

¿Cómo está el aspecto logístico?

Si tomamos una producción de 3 millones de toneladas de soja, con las inversiones realizadas en eslabones donde teníamos los cuellos de botella, como los puertos y las descargas, estamos holgados. Incluso podemos aumentar la producción un 50%, o sea alcanzar 4,5 millones de toneladas de soja y no tendríamos problemas. Además, si el país llegara a unas 200.000 hectáreas de maíz, algo que ya se vio en la historia reciente, manteniendo los actuales niveles de consumo interno, se podría exportar algo más de 200.000 toneladas sin problemas, porque no se solapa con la exportación de soja.

¿Y los ingresos a los puertos?

Los ingresos a los puertos son mejorables, hoy se están realizando inversiones en el acceso principal al puerto de Nueva Palmira. Ahí falta prestarle más atención a las calles circundantes, que tienen un estado muy precario. Por esas calles se mueve mucha carga de las plantas de esa zona.

¿Hay dólares por ganar en ese punto?

Entiendo que sí, es un ejercicio que debemos realizar continuamente. Al estar produciendo para vender al mundo, donde la competencia es feroz, no hay espacio para dilapidar un dólar.

¿Dónde tiene más dólares por ganar la cadena agrícola?

En algún momento se perdía mucho dinero con las esperas de barcos, eso se solucionó. Además, se mejoró la capacidad de los muelles y los barcos salen con más volumen. Donde se puede mejorar es en el costo de elevación de los puertos. Si nos comparamos con Argentina estamos más caros. En Nueva Palmira el costo es de US$ 8,5 y US$ 9 por tonelada, mientras que en Argentina es de US$ 6 por tonelada. Es un tema recurrente que hablamos con la Administración Nacional de Puertos (ANP). En un país que aspira a ser un polo logístico regional, los costos son claves. Vemos que a quien embarca soja desde Paraguay, elevarla le cuesta menos en Argentina que en Uruguay. Esa diferencia en cargas a granel es determinante. Somos un 40% más caros, y es un tema que está dado por el costo país, algo en lo que incide claramente la política macroeconómica. Para la producción uruguaya ese mayor costo determina que el productor reciba un menor precio por tonelada. Seguramente está situación ocurra en muchos rubros exportables y en todas las cadenas productivas.

¿Qué otros aspectos cree que se pueden mejorar?

Desde el crecimiento de la agricultura en zonas afluentes a Montevideo, hemos estado trasmitiendo a las autoridades la necesidad de tener en Montevideo un puerto de completamiento. Hoy tenemos un canal de acceso con 11,70 metros, lo que permite salir con marea a 12 metros. Eso le da a un barco Panamax la posibilidad de salir con 60.000 toneladas, cuando perfectamente podría salir con 64.000 o 66.000 toneladas. Esto significa un incremental de costos frente a otro origen desde donde puede salir completo. Aquí tenemos una oportunidad de mejora importante. Para eso es necesario tener 13 metros de profundidad en el canal. Las autoridades nos han comentado que en dos años comenzaría la obra de dragado para llevar el canal a los 13 metros.

Pero el gobierno anunció que este año alcanzaría los 14 metros.

No, y no hay ninguna obra presupuestada para llegar a los 13 metros. Por lo que sabemos, por el tratado del Río de la Plata, para llegar a 14 metros se debe negociar con Argentina. Hoy estamos pagando un flete falso por la menor cantidad de toneladas que se carga. Si tuviéramos un puerto con 13 metros de calado seguramente el nivel de actividad de Montevideo se ampliaría, porque se completaría toda la carga uruguaya y también se podría completar algún barco argentino. Esto es una oportunidad y se lo hemos trasmitido a las autoridades de la ANP. Desconozco el costo que tendría esa profundización del canal, pero para la producción el alto impacto sería muy favorable.

¿El ferrocarril puede tener un impacto importante para la actividad agrícola?

En el corto plazo no visualizo oportunidades para el transporte de granos.

¿Por qué?

Porque el trayecto es Montevideo-Paso de los Toros. El ferrocarril es un medio de transporte que mejora su competitividad a partir de los 400 kilómetros y necesita volumen. Para que el ferrocarril funcione eficientemente debe tener desvíos en las plantas de acopio, así el tren entra y carga. Llevar la producción en camión desde un acopio hasta la terminal del tren, no sirve, es caro. Hay que hacer un desvío en una planta, por ejemplo en Durazno, que tiene un costo de por lo menos de US$ 2 millones. También en el puerto de Montevideo hay que hacer una obra similar, con una inversión muy importante. Además, se debe invertir en material rodante, máquinas y vagones. Un operativo que carga 1.500 toneladas requiere, al menos, una inversión de US$ 2 millones. Para que toda está inversión sea interesante, el flete y el volumen debería otorgar un diferencial importante que lo justifique. Hoy no lo veo como una alternativa atractiva y rentable.

¿Fueron consultados por las autoridades para saber si la cadena agrícola podría utilizar la infraestructura?

En realidad fuimos proactivos en plantear que se permita la carga de granos y eso se logró. Porque si bien hoy no lo vemos como factible, hay que prever que las cosas pueden cambiar, y si en algún momento están dadas las condiciones de mercado, no tengamos impedimentos para utilizarla.

¿Y si el tren hubiese ido a Nueva Palmira, sería más atractivo?

Tengo mis dudas, por lo mismo que comenté anteriormente. Podríamos pensar en traer soja desde Salto, pero los volúmenes no son suficientes para justificar la inversión. La lógica es que en el litoral lo que funcione como medio de transporte sea el río, hay otros que no han funcionado.

¿Por qué no funciona el río para mover granos, cómo debería de funcionar?

Creo que es falta de visión. Lo primero que debe mirarse es quiénes son los que tienen la responsabilidad de generar las condiciones para que alguien pueda invertir y generar una infraestructura eficiente. Hoy se descarga en plantas cercanas a Paysandú y luego se transporta en camiones a la barcaza o la alternativa es, cargar directamente soja húmeda en una barcaza, ambos casos son muy ineficientes y funcionan ocasionalmente. Si Paysandú tuviera la infraestructura acorde se podrían embarcar 150.000 toneladas por el río, pero como están hechas las cosas, hoy se mueven unas 15.000 toneladas.

¿Eso también impactaría en el área?

Debería mejorar la ecuación económica de las zonas agrícolas afluentes.

¿Y Fray Bentos?

Para mí no es viable, porque está muy cerca de Nueva Palmira. Invertir en Uruguay es costoso. Para definir una inversión hay que tener claro su repago y las perspectivas de negocios. Toda nuestra actividad tiene su centro neurálgico en Nueva Palmira, con una infraestructura muy importante y que hoy está sobredimensionada. Nueva Palmira es competitiva, y por lo tanto encontrar ahorros en Fray Bentos es difícil.

¿Y qué hay que hacer con Fray Bentos?

No lo sé. Pero imagino algo sencillo, sin pensar en grandes volúmenes, Se escuchan algunos proyectos, pero creo que no hay una visión estratégica sobre las propuestas. Se proponen cosas alejadas de la realidad de los negocios. Hay que buscar las eficiencias que agregan valor a la cadena y trabajar en base a eso.

¿Cómo está el clima de inversiones en el sector?

Depende de qué lugar de la cadena se mire. El productor siempre está ávido de incorporar e invertir en nuevas tecnologías, nueva genética, nuevos productos, en la búsqueda de mejorar su eficiencia. Pero cuando hablamos de inversiones en infraestructura, en el corto plazo no veo oportunidades. Se han rematado algunas plantas de acopio nuevas a menos de la mitad del precio de construcción. Eso pauta que el mercado no está demandando inversiones en este eslabón de la cadena. Todos estamos en la búsqueda de eficiencia, y seguramente se invierta en lo que implique una mejora de proceso.

¿Qué balance hace la compañía de estos 10 años en Uruguay?

Muy bueno. Si pienso en las cosas que me motivaron a venir, creo que muchas de ellas se han cumplido y muchas tienen que ver con generar la cultura de la compañía en Uruguay. El principal capital que tenemos es el equipo humano que está consolidado, es fuerte, competitivo, con gente que se ha desarrollado, lo que para una compañía como Cargill es crítico. Esta es, sin lugar a dudas, una de nuestras mayores fortalezas. La confianza es un valor y llegar a esto lleva años, y se logra en el marco de la confianza que la compañía depositó en nosotros. Hoy en Cargill Uruguay trabajan 80 personas, y pese a estar geográficamente limitados en extensión agrícola frente a Brasil, Argentina y Paraguay, los resultados son muy buenos. Esto va más allá de los objetivos financieros, tiene que ver también con temas de seguridad, integración, desarrollo de la relación con los clientes, el potencial del equipo de adaptarse; aristas que tienen que ver con la cultura de la compañía.

¿Qué ve la compañía más allá de Uruguay para el agronegocio?

Lo mismo que pensamos todos. Estamos en un sector que tiene que producir alimentos para el mundo, que demanda más, que exige mejor calidad, mejor inocuidad y que sean producidos de forma sustentable, esto a países como Uruguay le abre oportunidades. Estamos en un momento que plantea múltiples desafíos, cambios en la demanda, acceso a los mercados, donde es fundamental tener una rápida capacidad de adaptación. Pero el norte es claro, hay que ser un proveedor confiable de alimentos.

¿Qué incidencia genera el avance tecnológico para el negocio de la compañía?

Mirando el día a día, a veces es difícil visualizar los cambios que se han registrado. Pero al mirar cinco años hacia atrás, vemos que hubo muchos cambios importantes, y por eso creo que es necesario tener una organización flexible, con capacidad de adaptarse rápidamente. La incorporación de tecnología está impactando en temas como el análisis de cosecha, a través de imágenes satelitales. Cada día esta tecnología se ajusta más, lo que permite estimar con mayor precisión la oferta y demanda de forma global, y casi en tiempo real. Se está incorporando el big data para analizar la demanda de productos y servicios, debemos adaptarnos rápido. Los medios de comunicación están siendo disruptivos, un mensaje con una propuesta comercial por WhatsApp llega de forma instantánea a cientos de clientes y sustituyó a la llamada telefónica. Los clientes tienen mucha información y son cada día más demandantes. La incorporación de robots en procesos repetitivos de los centros de servicios está comenzando, el uso esta tecnología seguirá ajustándose y ya muestra resultados disruptivos, dado que aumenta la productividad en 10 veces. La tecnología está impactando en los tiempos de toda la cadena productiva. La compañía esta realizando un esfuerzo importante en adaptarse, tanto en la incorporación de tecnología como en valorizar la capacidad de aprender y adaptarse de las personas. Cargill siempre estuvo vinculada a la originación de granos, venta y prestación de servicios. Hoy suma toda la línea de insumos y un área focalizada en el manejo del riesgo para el productor, donde hay mucho espacio para colaborar y crecer

¿Qué tan competitiva es la plaza uruguaya para el comercio de granos?

Es muy competitiva. Al ser una plaza chica y con distancias muy acotadas, es relativamente fácil entrar al mercado uruguayo y eso se ve en la lista de exportadores. Es sencillo vender FOB desde Uruguay. Es un mercado en el que tenés que ser muy activo, no alcanza con tener inversiones y plantas de acopio, hay que tener bien analizado el caso de negocio y contar con un buen manejo de la estructura de costos, dado que el costo por unidad es alto. Es un mercado con el liderazgo de cuatro o cinco empresas compitiendo fuerte, muy agresivas a la hora de comprar y con volúmenes de oferta concentrados, lo que demanda tener un buen equipo de personas para ejecutar y de forma eficiente poder competir.

¿Y esa competencia hace que los granos se tengan que pagar más que en otros países?

Es difícil de determinar eso, porque no tenemos una industria de volumen. Tal vez en una geografía que sí la tenga, se permita en algunas ocasiones mejorar los precios. Lo que puedo afirmar desde el punto de vista de la exportación de granos, es que el precio que recibe el productor en Uruguay es el más competitivo y transparente de la región, porque no tenemos retenciones ni otros impuestos que distorsionen el mercado.


Lea la nota completa en Revista Verde N° 78

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