En pleno avance de la cosecha, que en el caso de ADP supera el 40%, “la soja está saliendo muy pareja, buena calidad, hay buen piso”, lo que genera “muy pocas pérdidas por terreno” y “los camiones se pueden arrimar a las máquinas”, dijo al cierre de la semana anterior, el gerente agrícola de Agronegocios del Plata (ADP), Diego Guigou, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y en verdenews.com.uy.
Señaló que la cosecha arrancó con las sojas de ciclo corto al inicio de abril, esos materiales brindan “algunas ventajas frente a problemas fúngicos” y cuando “se dan años buenos” en lo climático “el potencial es muy bueno”, como este año.
Este tipo de ciclos que tiene su nicho especifico generan “mucho grano por planta y permite una cosecha rápida”, lo que facilita las tareas logísticas al poder mover las cosechadoras entre 15 y 20 días antes e ingresar al puerto con las cargas, sostuvo.
Consultado sobre la presión de la cosecha en cuanto a la logística, Guigou reconoció que estaba previsto que por el volumen y la capacidad de trabajo, faltarían camiones y que sería necesario tomar medidas complementarias, como “no ir a puerto”, dejar el grano en plantas de silos y embolsar, lo que “descomprime” la situación.
Comentó que el rango de rendimiento de la soja de primera está entre 3.000 y 3.500 por hectárea y en segunda, el rinde está en trono de los 3.000 kilos, con “mucha cosecha por delante” todavía.
En ADP se inició la siembra de cultivos de invierno, concretamente de trigo y de colza, aprovechando las condiciones favorables del clima. El área crecerá en el caso de la colza y en trigo y cebada se apuesta a rindes más altos que a superficie, afirmó.
Las exportaciones de bienes de Uruguay totalizaron US$ 1.033 millones en abril de 2025, lo que representó un aumento interanual de 4%, impulsado por el desempeño de productos agroindustriales, principalmente carne bovina, lácteos y trigo, según el informe mensual de Uruguay XXI.
La carne bovina se consolidó como el principal producto exportado del mes con ventas por US$ 226 millones, un crecimiento de 32% frente a abril del año anterior. Estados Unidos fue el mayor comprador, con US$ 96 millones, seguido por China (US$ 48 millones) y la Unión Europea (US$ 44 millones). En total, este rubro representó el 22% del total exportado en abril.
Los productos lácteos ocuparon el tercer lugar con colocaciones por US$ 64 millones, un aumento de 10% interanual, destacándose las ventas a Brasil, Argelia y Rusia. Dentro del rubro, la leche en polvo entera explicó el 64% de los embarques.
También se destacó el trigo, con ventas por US$ 51 millones y más de 221.000 toneladas exportadas, lo que significó un crecimiento de 9% respecto al mismo mes de 2024. Brasil se mantuvo como principal destino, pero Mauritania se incorporó como nuevo comprador relevante.
Entre otros productos del agro, se registraron exportaciones por US$ 41 millones en arroz, y US$ 38 millones en subproductos cárnicos, que aumentaron 14% interanual. La celulosa, en cambio, retrocedió al segundo lugar del ranking con una baja de 16%, totalizando US$ 187 millones.
En el acumulado del primer cuatrimestre de 2025, las exportaciones de bienes sumaron US$ 3.920 millones, también con un aumento interanual de 4%.
El empresario uruguayo Juan Sartori, fundador de UAG, exsenador por el Partido Nacional y con una activa trayectoria en el sector financiero, fue designado presidente del directorio de Adecoagro, luego de que la compañía fuera adquirida en un 70% por Tether, el gigante global del ecosistema cripto.
La operación, valuada en US$ 615 millones, se concretó tras la compra de más de 49 millones de acciones a US$ 12,41 cada una. De este modo, Tether, que ya poseía el 19,4% de la firma, consolida el control mayoritario de una de las principales empresas agroindustriales de Sudamérica.
Adecoagro opera unas 500.000 hectáreas entre propias y alquiladas en Argentina, Brasil y Uruguay. En Uruguay participa del negocio agrícola y en el sector arrocero, mientras que en los otros países se extiende también a otras producciones y energías renovables.
Desde el entorno de la empresa destacan que la gestión diaria no sufrirá alteraciones, manteniéndose Mariano Bosch como CEO, aunque sí se reconfiguró el Consejo de Administración, con la incorporación de Sartori como presidente. También se sumaron Christian De Prati, Andrés Larriera, Kyril Louis-Dreyfus y Oscar León Bentancor, en reemplazo de cinco directores salientes. Oscar León Bentancor fue por, más de 10 años, gerente financiero en UAG.
“Esta alianza con Tether abre una nueva era de oportunidades para Adecoagro. Esperamos ampliar el impacto de la compañía en la agricultura y la energía sostenibles, reforzar la disciplina de capital y generar valor a largo plazo en Sudamérica”, señaló Sartori tras su nombramiento, según publica la web de Tether.
La adquisición marca un giro estratégico para Tether, tradicionalmente vinculada al universo de las criptomonedas. Paolo Ardoino, CEO de la compañía, sostuvo que esta operación representa “un paso más para conectar las industrias tradicionales con el futuro de las finanzas descentralizadas y el empoderamiento económico”.
Por su parte, Mariano Bosch, fundador y CEO de Adecoagro, celebró la llegada del nuevo socio estratégico: “La inversión de Tether marca un antes y un después para Adecoagro. Su compromiso con la infraestructura sostenible complementa nuestra misión y abre nuevas posibilidades”.
La relación entre ambas compañías comenzó en septiembre de 2024, cuando Tether realizó una primera inversión de US$ 100 millones por el 9,8% del capital. Desde entonces, la alianza se fue profundizando, con un claro objetivo: integrar tecnología e innovación al agro, y consolidar inversiones reales y sustentables en América Latina.
La nueva Junta Directiva será ratificada formalmente en la asamblea del 6 de junio de 2025.
Es un “hito muy importante” haber llegado al millón de hectáreas de productores, de asesores y clientes, que provienen de equipos que están conectados al Centro de Operaciones de John Deere e Interagrovial, lo que representa en torno al “70%” de la superficie agrícola del Uruguay, dijo el gerente del Centro de Soluciones Conectadas de Interagrovial-John Deere, Ignacio Torres, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y en verdenews.com.uy.
Señaló que el millón de hectáreas conectadas y relevadas “son hectáreas únicas”, que “al menos tiene una capa de información” porque “hay mucha superficie que cuenta con varias capas”.
“El hito que se acaba de conseguir abre otro abanico de opciones y se comienza a destrabar valor. Estamos listos para dar un salto en productividad, en sustentabilidad y en rentabilidad del negocio”, afirmó Torres.
Sostuvo que al “destrabar valor, se libera conocimiento para ajustar el gerenciamiento”, porque hoy “la tecnología y las hectáreas conectadas evitan la superposición en siembra, ahorrando hasta 20% en semillas”. También “se pueden hacer ambientaciones y prescripciones con la información disponible para ahorrar y hacer más eficiente el uso de fertilizantes”.
A la vez, informó que se están haciendo demostraciones con la nueva cosechadora S7, que cuenta con cámaras que leen el estado del cultivo con 8 metros de anticipación y, en función de ello, “automáticamente ajusta la velocidad de avance y los diferentes parámetros, mejorando la eficiencia en un 20%”.
Torres destacó que al afinar el gerenciamiento por el manejo de la información, se logra “un ahorro del 20% a 30%” en el uso de combustibles y aumentos de la productividad en torno al 15%”. Esto tiene un “impacto directo” sobre el negocio y la sustentabilidad.
En cuanto a las cuestiones ambientales, en el centro de operaciones de John Deere, donde se registran las hectáreas y adonde los equipos envían la información, también se están “registrando consumos y emisiones de CO₂ (dióxido de carbono)”, y en las nuevas actualizaciones, además se tienen datos sobre el “balance de nitrógeno”, valoró.
“Tener un millón de hectáreas conectadas con información a una única plataforma es un capital que tiene el sector para dar un salto hacia la nueva era de la agricultura de precisión en Uruguay”, subrayó.
El índice de precios de los alimentos a nivel global de la FAO se ubicó en abril de 2025 en 128,3 puntos, lo que representa un aumento mensual de 1% y un incremento interanual de 7,6%. Pese a esta suba, el indicador se mantiene casi 20% por debajo del récord histórico alcanzado en marzo de 2022, cuando estalló la guerra en Ucrania.
El incremento de abril fue liderado por los precios de los cereales, los productos lácteos y la carne, mientras que se registraron caídas en los aceites vegetales y el azúcar.
El índice de precios de los cereales subió 1,2% en abril, explicado por el alza en los precios internacionales del trigo y del maíz. En el primer caso, influyeron la menor oferta exportable desde Rusia, una demanda constante de los grandes compradores y la debilidad del dólar. En el caso del maíz, la escasez de existencias en Estados Unidos y cambios en la política arancelaria —como la exención temporal para México— contribuyeron a una presión alcista. También aumentaron los precios del sorgo, la cebada y el arroz.
Los precios de los aceites vegetales bajaron 2,3% respecto a marzo, aunque se mantienen 20,7% por encima del año anterior. El descenso fue liderado por el aceite de palma, ante una recuperación estacional de la oferta en el Sudeste Asiático. Por el contrario, los precios del aceite de soja y colza subieron por firme demanda y menor disponibilidad. El aceite de girasol se mantuvo estable, aunque elevado, por la menor oferta desde la región del Mar Negro.
El índice de precios de la carne subió 3,2% en abril y 4,3% en la comparación interanual. El mayor incremento se dio en la carne porcina, impulsado por la mayor demanda global tras el levantamiento de restricciones sanitarias a Alemania y por la estacionalidad asociada a Semana Santa. También subieron los precios de la carne bovina —especialmente en Australia y Brasil— y los de carne ovina, por mayor demanda internacional. La carne aviar mostró una suba más moderada.
Los productos lácteos registraron un aumento mensual de 2,4% y acumulan un alza interanual de 22,9%. La manteca alcanzó un nuevo récord, impulsada por una fuerte demanda en Europa y menores inventarios. También subieron las leches en polvo y el queso, debido a la menor producción estacional en Oceanía y cambios en la competitividad exportadora.
El índice del azúcar cayó 3,5% en abril, y se ubicó 10,9% por debajo del nivel de un año atrás. El descenso se atribuye a la incertidumbre económica global, que afecta la demanda industrial, a una producción mayor de lo previsto en Brasil y a la debilidad del real frente al dólar.
En 2024 el consumo total de carnes en Uruguay alcanzó los 99,3 kg por habitante al año, lo que representa un aumento de 5 kg respecto a 2023. Es el valor más alto desde 2017 y confirma una recuperación iniciada en 2021, luego de varios años de caída, según un análisis del Instituto Nacional de Carnes (INAC)
La carne bovina volvió a posicionarse como la proteína más consumida, con 48,3 kg por habitante, creciendo 3 kg en el año. Le siguieron la carne aviar, con 25,5 kg (+1,5 kg), y la carne porcina, con 22,9 kg (+0,9 kg). En cambio, el consumo de carne ovina bajó a 2,6 kg por habitante (-0,4 kg). La participación de cada especie en el total de consumo fue de 49% para la carne bovina, 26% aviar, 23% porcina y 2,6% ovina.
En cuanto al origen, el 69,2% del total consumido en 2024 fue de origen nacional y el 30,8% importado. La carne porcina fue la más dependiente de las importaciones, mientras que la carne ovina tuvo un 62% de su consumo cubierto por faena predial. En cuanto al destino, el 81% de toda la carne disponible en el mercado local fue destinada al abasto, cifra que se eleva a 89% para los productos nacionales, sostiene el trabajo de INAC:
Respecto a los precios al público, todas las carnes aumentaron en términos nominales en 2024: la ovina fue la que más subió, con un alza de 19%, seguida por la carne bovina (9,1%), aviar (7,1%) y porcina (4,8%). Sin embargo, en términos reales, los precios se mantuvieron estables o incluso bajaron en algunos meses, debido al comportamiento del Índice de Precios al Consumo (IPC), que acumuló un 5,5% en el año, aclaró INAC.
El repunte del consumo per cápita en 2024 marca una consolidación en la recuperación de la demanda interna, con una estructura donde predomina la producción nacional pero con una creciente participación de carne importada, especialmente en las especies porcina y bovina.
El impacto de la nueva guerra arancelaria entre Estados Unidos y China ya se siente en el comercio de carne vacuna, con un giro en la demanda del gigante asiático hacia otros proveedores. En particular, Australia ha experimentado un fuerte repunte en los envíos hacia China en las últimas dos semanas, pero enfrenta limitaciones estructurales para ocupar el espacio dejado por la carne estadounidense.
«Hemos visto un gran desvío de productos de Estados Unidos hacia clientes en China», señaló a Beef Central uno de los principales exportadores australianos. “Hasta cierto punto, también ha ocurrido en Japón y Corea, pero principalmente en China”, añadió.
Sin embargo, varios factores impiden que Australia, y en términos generales Sudamérica, puedan sustituir completamente a Estados Unidos en ese destino. El primero es el uso de tecnologías hormonales: para ingresar a China, la carne no puede contener HGP (promotores hormonales de crecimiento), lo que limita aún más el volumen exportable desde Australia, donde buena parte de la producción los utiliza, acotó.
Además, la diferencia en el tipo de producto es clave. Históricamente, la carne vacuna que EEUU envía a China corresponde a las categorías USDA Choice y Prime, con altos niveles de marmoleado (de 3 a 5), resultado de un sistema de producción intensiva con alimentación a grano por períodos prolongados. En cambio, la carne australiana a grano suele tener una terminación de 100 días, lo que no permite alcanzar características equivalentes.
Incluso dentro de Australia, los cortes de mayor calidad, como los provenientes de animales Wagyu o Angus de larga alimentación, tienen precios muy superiores y se producen en volúmenes mucho menores. “Sí, algunos clientes chinos podrían optar por nuestras categorías premium, pero no hay forma de igualar el volumen del producto estadounidense genérico”, señaló un operador a Beef Central.
Aunque algunos medios han sugerido que China podría redirigir fácilmente sus compras hacia Australia o Sudamérica, los exportadores coinciden en que “no existe una manera sencilla para que China sustituya la carne estadounidense por otra de igual calidad basada en grano”.
Pese a ello, en las últimas semanas algunos compradores chinos han buscado activamente productos australianos que puedan aproximarse a las características que ofrecía la carne de Estados Unidos. La demanda está, pero la oferta alternativa no alcanza a cubrirla.