Facultad de Agronomía analizó estos factores, con datos de la Evaluación Nacional de Cultivares, considerando el período crítico en el trimestre setiembre a noviembre
Al analizar los pronósticos climáticos y su impacto en el rendimiento del trigo, se observó que cuando se pronosticó un período crítico seco (trimestre setiembre, octubre y noviembre) la productividad fue menor, y cuando se pronosticó lluvioso “los rindes fueron mayores” en las tres localidades evaluadas (Colonia, Young y Dolores), comentó a VERDE el ingeniero agrónomo (doctor) Gonzalo Rizzo, de Facultad de Agronomía (Fagro) de la Universidad de la República.
El profesional analizó los datos de las 10 mejores variedades de trigo, tratadas con fungicidas en la Evaluación Nacional de Cultivares de los últimos 11 años, comparando los distintos pronósticos durante el período crítico (trimestre setiembre, octubre y noviembre).
Destacó que los rendimientos de los mejores cultivares tratados con fungicidas fueron “muy altos”, entre 8.000 y 10.000 kilos por hectárea. Además, subrayó que en La Estanzuela (Colonia) y en Young (Río Negro), cuando la predicción del Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad (IRI, por sus siglas en inglés), de la Universidad de Columbia, pronosticó un trimestre lluvioso, los rendimientos fueron “significativamente mayores”. En Dolores (Soriano) la diferencia fue menor, “aunque existe”, confirmó. Y el análisis concluyó que las limitaciones hídricas de la zafra pasada “podrían haber condicionado el rendimiento”.
En cuanto a la respuesta a la aplicación de fungicidas, también señaló que “parece haber una vinculación con el pronóstico del IRI”. Señaló que en La Estanzuela y Dolores los comportamientos “fueron similares”, con claras diferencias que apuntaban a “una mayor respuesta en rendimiento” a la aplicación de fungicida en trimestres que se pronosticaron lluviosos en comparación con los trimestres que se pronosticaron secos.
En Young también se observó “una mayor respuesta” en rendimiento en los trimestres con pronóstico de más lluvias, aunque “con una diferencia menor”, mientras que la respuesta al fungicida “fue mayor”, sostuvo.
En la IVa Jornada Nacional de Cultivos de Invierno, organizada por Fucrea y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), Rizzo realizó su presentación titulada Capacidad predictiva de los pronósticos climáticos estacionales y su relación con los rendimientos de trigo. Allí resaltó la importancia de que los 10 mejores cultivares de la Evaluación Nacional de Cultivares tengan respuesta a fungicidas, tanto en años lluviosos como secos, porque eso “le da garantías al productor agrícola”. También destacó que esa respuesta, medida como rendimiento, fue mayor en los trimestres con pronósticos lluviosos.
¿LAS PREDICCIONES FUNCIONAN?
Rizzo mostró un fragmento de su investigación (*) para evaluar el ajuste de las predicciones del IRI en Uruguay entre 2002 y 2019. Los resultados, que abarcan bases de datos con todas las predicciones disponibles para cada año, indican que para las estaciones evaluadas (La Estanzuela, Mercedes y Paysandú) las predicciones son más certeras en trimestres secos, mientras que en trimestres lluviosos la precisión depende del lugar evaluado.
En general hay un 77% de aciertos en predicciones de trimestres secos. Para trimestres lluviosos las predicciones fueron 86% certeras en Paysandú, 56% en Mercedes y 33% en La Estanzuela. En ninguno de los tres casos hubo aciertos para predicciones de años neutrales.
En cuanto a la “probabilidad de acierto” durante los pronósticos estacionales, los resultados varían para predicciones lluviosas, manteniéndose en niveles mayores al 75% para predicciones de años secos.
Para predicciones de trimestres lluviosos en el período crítico del trigo en La Estanzuela los aciertos fueron de 39% en promedio; en Mercedes del 70%; y en Paysandú alcanzaron 67%. El investigador concluyó que los pronósticos de trimestres secos son certeros en todos los casos, mientras que los trimestres lluviosos son más certeros en Paysandú y Mercedes que en La Estanzuela.
Rizzo remarcó durante la presentación que los pronósticos realizados por el IRI, a través de sus modelos predictivos, presentan un ajuste con la realidad durante el trimestre crítico de concreción de los componentes de rendimiento para trigo y cebada en Uruguay. “Esto permite tomar decisiones de manejo efectivas”, valoró.
Otro aspecto a considerar es que la probabilidad de acierto es elevada cuando se pronostica un trimestre seco para los tres sitios evaluados. Por otro lado, la probabilidad de acierto en un trimestre pronosticado lluvioso es elevada para dos de las tres localidades.
“Es necesario prestar atención a estos pronósticos para conocer posibles pérdidas de rendimiento en los cultivos de invierno, dado que se comprobó que el pronóstico de déficit hídrico se traduce en pérdidas en zafras en las que el trimestre setiembre-octubre-noviembre es pronosticado seco”, agregó.
Los modelos predictivos del IRI pronostican condiciones climáticas neutrales para los períodos mayo-julio y junio-agosto, con una posterior transición hacia La Niña entre julio-setiembre de 2024 hasta enero de 2025, con lo cual en Uruguay durante el trimestre julio-agosto-septiembre hay un 45% de probabilidades de lluvias inferiores a lo normal.
LLUVIAS EN EL PERÍODO CRÍTICO
En cuanto a las lluvias durante el período crítico de concreción de componentes del rendimiento para trigo, Rizzo indicó que el trimestre de setiembre a noviembre “tiene una señal bastante fuerte de que podría ser más seco de lo normal”.
Aunque admitió que estos pronósticos no ofrecen certezas absolutas, “sí permiten una ponderación del riesgo y, por lo tanto, “es necesario monitorear nuevas predicciones más cercanas a ese período”.
Advirtió que “esta posible sequía podría afectar” a los productores de alto rendimiento, al limitar la disponibilidad hídrica. Sin embargo, también subrayó que un clima más seco “podría tener efectos positivos”, como una “menor incidencia de enfermedades y un mayor coeficiente fototermal” durante el período crítico.
El investigador de la Universidad de la República consideró que se deben continuar monitoreando las predicciones y “generar más información específica para Uruguay”, a fin de entender y cuantificar mejor estos posibles impactos en la producción agrícola.
(*) Rizzo, G., Mazzilli, S.R., Ernst, O., Baethgen, W.E., Berger, A.G., 2022. Season-specific management strategies for rainfed soybean in the South American Pampas based on a seasonal precipitation forecast. Agricultural Systems 196, 103331. https://doi.org/10.1016/j.agsy.2021.103331
El director del Programa de Arroz del INIA sostuvo que la producción uruguaya “está entre las más destacadas del mundo” y que la demostración final es la certificación
Sofía De León – Redacción
Concluida la cosecha de arroz, el sector privado –integrado por los productores y la industria– y la academia – representada por el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA)– se reunieron en su XX° Taller de evaluación de la zafra arrocera, en la estación experimental del INIA en Treinta y Tres. Fue un encuentro que, además de presentar datos duros, sopesa años de intercambio, de avances, y ello conlleva cierta emotividad con homenajes a las proezas de históricos y apasionados contribuyentes de la producción arrocera uruguaya.
Sobre eso quiso profundizar VERDE con el ingeniero agrónomo Álvaro Roel, director del Programa Nacional de Arroz del INIA. El investigador reflexionó sobre el avance, pero sobre todo sobre lo que la investigación de vanguardia y el trabajo en equipo tienen para brindar al Uruguay, el orgullo de “lo nuestro”, la industria del conocimiento y los desafíos ambientales que se enfrentan, según desarrolló en esta entrevista.
¿En qué se sustenta el modelo de trabajo del INIA con el sector arrocero?
Está vinculado con atender una demanda clara y permanente de las necesidades del sector hacia la investigación. Eso ha generado, en los que tenemos la suerte de trabajar en la investigación, una cultura de trabajo muy especial. Es generar un grupo de investigadores que está consustanciado, focalizado y que vive la realidad del sector, y que no le da lo mismo si está o no a la altura de las circunstancias. Sobre cada uno de estos temas que van saliendo a lo largo del taller el equipo ya está pensando qué soluciones puede tener; o en algunos no está de acuerdo, porque piensa que ya tenemos datos que podemos transferir. Esto no arrancó ahora, comenzó hace 50 años, el pionero fue el ingeniero agrónomo Nicolás Chebataroff, hoy lamentablemente fallecido. Pero esa cultura en realidad se ha ido transmitiendo a otros, como a los ingenieros Enrique Deambrossi, Pedro Blanco, Gonzalo Zorrilla o José Terra, quien fue reconocido.
Además, está el hecho de que el equipo tiene una realidad positiva desde el punto de vista productivo. Hay gente que está a la misma altura de los que nos toca ahora estar al frente, o más, o sea que hay futuro.
Tengo que reconocer y agradecer, porque es producto de esas demandas que a veces son planteadas desde el sector. Algunas son muy duras, por ejemplo alguien nos comenta: nos falta tal cosa, cómo puede ser que otros hacen esto y nosotros no lo tenemos. Eso es clave porque implica focalizar.
¿Hoy es todo fiesta, pero en estos 20 años me imagino que hubo varios desencuentros?
Exactamente.
¿Cómo va aumentando la productividad y la innovación con este modelo de trabajo?
Uno de los pilares centrales es que alrededor del 75% de la producción está basada en materiales genéticos generados en Uruguay. Eso no es tan común en otros cultivos, que la innovación nacional sea responsable del 80% de las variedades. Eso nos hace sentir como una cuestión nuestra, a la que tenemos que apoyar y tratar de generarle las mayores alternativas de manejo. Lo resalto porque si uno ve los últimos 10 años, con la aparición de nuevos materiales, en particular de INIA Merín, se dio un salto cualitativo de productividad. Por supuesto que después a eso hay que agregarle otras variedades, incluso las que vienen de afuera.
A veces me pregunto: ¿cuánto nos va a durar esto? Porque tener un programa de mejoramiento a esta altura y manteniendo productividad en 180.000 hectáreas de arroz es un hecho relevante. Otros proponen traer una variedad de Brasil o de Argentina, que más o menos va a andar, pero tener la genética adaptada a nuestros suelos, a nuestro sistema, es un aspecto sin duda diferencial.
¿Cómo le explicarías a alguien que vive en 18 de Julio y Andes por qué debería sentirse orgulloso del arroz uruguayo?
Primero porque socialmente, tanto a nivel del interior del país como a nivel general, implica la oportunidad de desarrollo para mucha gente. En el taller tuvimos una parte de reconocimientos. Y en el arroz los dueños de las empresas son familias cuyos padres hicieron arroz, hoy ellos están plantando y ya vemos a los hijos también; a esta gente nos las cruzamos en el pueblo. Rescato que parte del desarrollo que tenemos se debe a este sector, no solo en Treinta y Tres, sino en el este del país. Pero además, es importante saber que el arroz que estamos consumiendo es de los mejores del mundo desde el punto de vista de la calidad e inocuidad. La parte mayoritaria del arroz se exporta a los mercados más exigentes. El 30% de nuestros mercados son los países europeos, o sea que nuestro mercado interno está a ese nivel. El arroz que estamos consumiendo los uruguayos es de altísima calidad.
¿Cómo es ese relacionamiento de las empresas privadas con la investigación pública?
Es un relacionamiento muy directo. INIA Treinta y Tres es tomada por ellos como su casa. Eso es, para nosotros, lo mejor que puede pasar. Si hay un problema se reúnen acá. Si hay un problema que tiene que ver con la investigación se plantea de forma directa.
¿Para usted cuál es la principal característica que tiene el arroz uruguayo?
Si tuviera que poner una, es que tiene mucha seriedad, mucha historia. Cuando se dice que el producto tiene un atributo eso tiene respaldo, se da constancias. Si se dice que tiene determinada calidad, se sabe que es así. Si dice que no tiene determinados residuos de agroquímicos, hay una certificación, hay un documento, hay investigación detrás que lo puede decir. Además esto se ha publicado, no solo por nosotros, sino por grupos a nivel internacional. Cuando uno calcula la eficiencia del uso, pensando en la sostenibilidad del agua, del nitrógeno, de la cantidad de agroquímicos, estamos situados en los mejores lugares a nivel mundial.
¿Qué desafíos tenemos por delante en materia de sostenibilidad?
Lo primero que tenemos que entender es que la productividad hace a la sostenibilidad. No hay sistemas sostenibles con baja productividad, porque del otro lado hay un productor que vive de eso. Si no contemplamos esa línea de pensamiento terminamos como Europa, prohibiendo la producción. Creo que es un fino equilibrio. Cuando se dice diluir por la productividad, sí, eso es cierto, pero también lo es al analizarlo en términos absolutos con los kilos de nitrógeno y de agroquímicos que aplicamos. Evidentemente, y esto no lo digo yo, lo marcan los trabajos realizados, estamos en un lugar de relevancia. Pero insisto, por suerte dentro de un contexto de alta productividad.
Sobre el trabajo con el Convenio Ramsar (convenio internacional de preservación de humedales), ¿qué puede comentar?
Esa es una línea que está tomando cada vez mayor relevancia. Tenemos que buscarla para cada ecosistema en particular. Las áreas Ramsar sabemos que tienen un valor, de por sí, a nivel internacional. Por lo tanto, lo que queremos es tratar de generar esos indicadores alineados con las áreas Ramsar, que le dan particular importancia a la biodiversidad. Nos hemos reunido con autoridades de Ramsar y con la gente del Programa de Conservación y Desarrollo Sustentable en los Humedales del Este (Provides), impulsando un sello de producción de arroz en áreas Ramsar.
Estudié cuatro años en California, Estados Unidos, y vaya si los temas ambientales son importantes ahí. Estamos llegando a la conclusión de que, para un área naturalmente inundada, naturalmente de bañado, una de las mejores opciones es hacer arroz. En ese contexto estamos pensando que tenemos que hacer alguna actividad productiva, porque ahí conviven los ambientes acuáticos, los anfibios, los pájaros que anidan.
Siempre con la misión de la investigación de objetivizar, medir y reportar. Esto no puede ser solo un lindo relato, es una máxima que tenemos dentro del programa. Hay que serlo, parecerlo y demostrarlo. Nuestra actividad de investigación implica generar esos indicadores, medirlos y decir qué está pasando.
Hace 10 o 12 años atrás decidimos hacer un ensayo de rotaciones de largo plazo en parte de nuestros campos experimentales, y nos planteamos qué podría pasar en el futuro. El investigador José Terra lideró ese equipo y planteó una rotación arroz-soja-arroz”. En aquel momento no se hacía eso, y hoy es uno de los sistemas que más está avanzando. Tenemos 10 años de datos para decirle al productor que esto está bien, que hay que tener cuidado con los balances, que el balance de nitrógeno puede no ser positivo. Esa es parte de nuestra actividad, de anticiparnos a lo que puede pasar, buscando ese equilibrio clave de la sostenibilidad.
¿Qué superficie de áreas protegidas o de bañado hay en Ramsar?
Son unas 7.000 hectáreas, el 5%. Es un área chica, porque lo primero que hicimos con la gente del Provides respecto a este sello de producción fue un sistema de información que arrancó con la determinación de la superficie.
¿Qué falta para sellar esto?
Estamos en ese camino. Las ideas y las cuestiones llevan su tiempo. A veces una buena idea en un mal momento no termina bien. También hay que rescatar que las realidades económicas de los sectores cambian. Hoy es esta realidad, por suerte, positiva.
¿Se puede pensar en la certificación de todo el arroz uruguayo?
Soy de los que impulsa esta idea de serlo, parecerlo y demostrarlo. La demostración final es la certificación. Ya tenemos empresas arroceras, Saman en particular, que está tomando algunas certificaciones internacionales. Pero también, hay que reconocer que tenemos que pensar en cómo generar un diseño de manera tal que esa certificación no termine siendo un costo más para el productor. En eso estamos ahora. Ojalá la podamos hacer a la manera del sector arrocero, como sector, y no que un productor individual pague la certificación y la haga solo para su chacra. Deberíamos pensar en un sello de toda la producción.
Ese aspecto colectivo parece ser una constante en el sector arrocero, ¿con la certificación también se sigue esa línea sectorial?
Defendemos esa línea de trabajo y con la certificación entendemos que debe ser así. Lo vemos como una etapa más. El arroz tiene un manual de buenas prácticas que fue generado de esta manera, está publicado en las páginas web de la Asociación Cultivadores de Arroz (www.aca.com.uy) y de INIA (www.inia.uy). A la certificación la vemos como el próximo paso, como un atributo más en esa línea.
La empresa uruguaya suma la línea de forrajes y alimentación animal de Kuhn para el mercado local, donde ya comercializaba los productos que la marca produce en Brasil
Con el desembarco de la línea de forrajes y alimentación animal de Kuhn, Simagro suma un área de trabajo en la que “queríamos incursionar”, por la composición que tiene el sector agropecuario uruguayo, donde hay una fuerte interacción entre los rubros agrícola, ganadero y lechero, dijo a VERDE el director y fundador de Simagro, Diego Wibmer. “Estamos incursionando en el segmento forrajero, con la línea completa de una marca premium”, una de las principales a nivel mundial, que “nos brinda un prestigio impresionante”, destacó. Y explicó que el objetivo es ofrecer en el mercado productos premium a precios competitivos, generando “un diferencial muy grande”.
En el marco del evento de presentación realizado en la base operativa de Simagro en Nueva Helvecia (Colonia), Wibmer recordó que desde hace varios años la empresa viene trabajando con la línea de productos de Kuhn Brasil, mientras que ahora se suman los productos de Europa, con lo cual la empresa pasa a representar a toda la marca. Informó que se está completando la parte de repuestos y desde hace un tiempo se ha venido apostando muy fuerte a la capacitación de los técnicos que están en el área de servicios, “un tema que es prioridad para Simagro”, dijo.
Explicó que cuando hay un cambio de representante en una marca, como ocurrió con Kuhn, “es fundamental aportar tranquilidad y confianza a los productores que ya trabajan con esa marca”. Por eso, “el objetivo de la jornada también pasaba por mostrar nuestra línea de acción en la asistencia técnica, servicio y en la política de repuestos”, planteó.
Aseguró que Simagro ya cuenta con stock de repuestos de Kuhn, además de toda la gama de productos que fabrica la compañía. A propósito, destacó que “posee una calidad altísima en componentes y tecnología”, y que junto al fabricante “se está haciendo un esfuerzo muy grande para que la marca llegue al mercado uruguayo a precios muy competitivos”.
“Es muy importante que el productor pueda acceder a tecnologías de primera calidad a precios competitivos. Ese es uno de los grandes cambios que tendrá la marca en Uruguay, al sumar la experiencia de Simagro”, remarcó.
SIMAGRO
Wibmer destacó que el crecimiento de Simagro en los últimos años se consolida con el personal adecuado, tanto en número como en calidad. “Tenemos un equipo muy bueno, que se ha venido mejorando en infraestructura y con mucha gestión. Estamos muy contentos con el posicionamiento de la empresa en el mercado uruguayo”, comentó.
El empresario agregó que hay nuevos proyectos y para este año se estará incrementando el área de depósitos para maquinaria y repuestos en Nueva Helvecia. “A medida que vamos creciendo la infraestructura va quedando justa”, admitió.
A la vez, adelantó que se está proyectando una sucursal en el este del país. “Ojalá sea este año, pero no hay nada que nos apure”, comentó el director de Simagro. En esa zona de producción de arroz y soja, “la empresa ha tenido un crecimiento muy fuerte en ventas de sembradoras, tolvas y pulverizadoras de la marca Kuhn”, informó.
Destacó que las máquinas “andan muy bien, por lo que queremos tener una presencia más cercana, para brindar apoyo y rapidez en las soluciones a los clientes”.
Al analizar el negocio agropecuario, Wibmer sostuvo que el sector se ha visto golpeado por los eventos climáticos en los dos últimos años, lo que condiciona el mercado de la maquinaria agrícola. “Dependemos de la evolución que tengan los distintos sectores, y la seca del año pasado golpeó mucho. Incluso este año el exceso de lluvias influyó en el mercado y nos impactó”, dijo.
Además, reconoció que “hay mucha competencia y muchos actores para un mercado que no es tan grande”, por lo que consideró “fundamental estar cerca del productor y brindar la mayor cantidad de soluciones para que le vaya bien”. A propósito, sostuvo que “es clave tener productos premium a precios competitivos y un fuerte respaldo, lo que cada vez influye más en el negocio. Tenemos obsesión por el cliente y cada día apostamos más a su satisfacción”.
KUHN
La compañía Kuhn fue fundada en 1828, y se ha expandido al adquirir distintos fabricantes en diferentes países. En la actualidad diseña, produce y distribuye una gama completa de maquinaria y servicios agrícolas. Tiene presencia en 110 países, más de 2.000 patentes registradas, 5.700 empleados y una facturación de 1.465 millones de euros, de la cual destina el 4% a investigación y desarrollo. Las principales plantas industriales están ubicadas en Francia, Holanda, Brasil y Estados Unidos.
El representante del grupo para Latinoamérica, Paul García, dijo a VERDE que “Kuhn es el fabricante de implementos agrícolas más grande del mundo”, y su presencia en 110 países demuestra la capacidad de las máquinas de “trabajar en una gran diversidad de condiciones”, lo que se transforma en una ventaja para que los equipos puedan seguir sumando mejoras. “Las máquinas funcionan en muchas situaciones diferentes, clima, suelos y culturas, y si hay que adaptarle algo para que funcione mejor, se hace; y si vemos que eso es bueno, se lo agregamos a todas”, comentó.
García indicó que Kuhn va rumbo a los 200 años de historia y recalcó que la experiencia de trabajar en tantos países con distintas culturas “nos ayuda a mejorar permanentemente y tener un producto más confiable”. Explicó que la política de Kuhn marca que no sean necesarias herramientas de mano para la realización de las regulaciones, con lo cual “la facilidad operativa es un diferencial muy grande”.
Kuhn hace más de 35 años que está presente en Uruguay, pero a partir del acuerdo con Simagro buscará crecer e ingresar en un mercado más amplio con toda la línea de productos. A propósito, el ejecutivo remarcó a VERDE que Simagro “es una empresa importante, dedicada, seria y que se preocupa por sus clientes, algo que la compañía considera fundamental”.
Los equipos de forraje y alimentación animal de Kuhn que se están comercializando en Uruguay provienen de Europa, algunos productos llegan desde Francia, otros de Holanda, ya que cada fábrica de la compañía se especializa en productos específicos”, puntualizó el representante del grupo para Latinoamérica.
Sobre el servicio técnico y repuestos, García destacó que Kuhn tiene un contacto permanente con los concesionarios, donde también se incluyen diferentes herramientas tecnológicas, “lo que permite brindar una asistencia directa al productor”.
El híbrido S 2223 Víptera 3 ya se utiliza en Brasil, y en Uruguay se lo posiciona en el norte; además la empresa suma materiales con otras tecnologías; en soja llega Cokesta
Nidera y DLF realizaron en Punta del Este el lanzamiento de la zafra de verano 2024-2025, que viene con novedades en maíz, soja y girasol. En el evento, el líder de Desarrollo de Producto de Nidera Argentina, ingeniero agrónomo Osvaldo Pérez, dijo a VERDE que en maíz se presentó el híbrido S 2223 Viptera 3, “un material desarrollado para combatir el spiroplasma”, una problemática significativa en ciertas regiones. “Se pudo lanzar luego de un arduo trabajo de la empresa. El año pasado se probó en Argentina, pero ya está a nivel comercial en Brasil, donde se destaca por su eficacia frente al spiroplasma”, comentó.
En Uruguay se recomienda para la zona norte. “Es un maíz templado por tropical, con una altura considerable, superior a cualquier híbrido templado. También puede utilizarse como doble propósito, para grano o silo planta entera, y cuenta con tecnología Víptera 3 para el control de lepidópteros”, acotó.
Es un material que “se adapta a las condiciones con alta presión de spiroplasma, mostrando un perfil sanitario destacado y un muy buen comportamiento frente al tizón. El S 2223 está pensado para ambientes de muchísima presión de spiroplasma, que esperamos que no se repitan este año; pero si así lo fuere, tenemos esta herramienta como para poder salir al frente”, afirmó.
Se trata de un híbrido para siembras de segunda y tardías. La recomendación general “apunta a una densidad de 55.000 plantas por hectárea, para evitar riesgos de vuelco o quiebre generados por su altura”, describió. En cuanto a la fertilización, dijo que “el manejo es similar al de los híbridos templados”, y resaltó la importancia del rol que juega el ambiente.
Nidera sugiere utilizar el Recomendador Nidera, una herramienta digital, gratuita, donde todos los híbridos del portafolio se pueden simular, ver su densidad recomendada y su requerimiento de nitrógeno por ambiente, además de su fenología según fecha de siembra.
El S 2223 Viptera 3 proviene de Brasil y fue evaluado en Argentina, donde también se está lanzando este año. Recordó que en Brasil ha sido muy buscado debido a su eficacia contra el achaparramiento del maíz. “Esa ha sido la base de selección, teniendo en cuenta que en muchas regiones de Brasil el spiroplasma es permanente”, señaló.
Pero puntualizó que la lógica de trabajo “fue diferente a la tradicional”, donde se buscan techos de rendimiento, perfil sanitario y agronómico. Sin embargo, “con el S 2223 se pensó en combatir la problemática del spiroplasma”, indicó. De todos modos, “el cultivar logró un buen perfil sanitario, con un destacado comportamiento frente al tizón, y cuenta con un buen perfil agronómico”.
En términos de productividad, el integrante de Nidera mencionó que en ambientes de medio a alto potencial el S 2223 “es comparable al 7921, un material muy conocido en Uruguay”. Sin embargo, “en ambientes de muy alto potencial los híbridos templados tienen una ventaja”, dijo.
Pérez subrayó que el S 2223 es ideal para “situaciones de alta presión” de spiroplasma. “Es un híbrido defensivo, pensando para el peor de los contextos”, afirmó. Pérez aclaró que “no es un material para explorar altos techos productivos, sino que es un híbrido defensivo”, por lo tanto no es apropiado para sembrarlo en sistemas bajo riego.
En caso de que se presente “un año normal”, con “poca densidad poblacional de Dalbulus”, se recomiendan “materiales templados”, con “buen comportamiento” frente a la bacteria transmitida por la chicharrita, como el NS 7624 Viptera 3 y el NS 7626 Viptera 3, que se están presentando para esta zafra.
LA CHICHARRITA EN URUGUAY
“La chicharrita es un nuevo actor en el cultivo de maíz en Uruguay y en la región”, dijo a VERDE el ingeniero agrónomo Andrés Nogueira, responsable de Nidera Semillas en Uruguay.
En la pasada zafra de verano la presencia de Dalbulus maidis, un insecto hemíptero que succiona las hojas de maíz, generó preocupación. Al penetrar la planta con su aparato bucal, el insecto se convierte en vector transmisor de spiroplasma kunkelii, un patógeno específico de este cultivo. Esta bacteria provoca una enfermedad comúnmente conocida como “achaparramiento del maíz”, las plantas quedan truncas y se interrumpe su desarrollo.
“En febrero empezaron a aparecer los primeros focos en Uruguay”, recordó Nogueira, y la noticia “se extendió rápidamente” por distintas vías. En ese momento Nidera comenzó a realizar “un trabajo enorme a nivel país”, para conocer “de primera mano” la situación en cada zona con presencia de maíz, especialmente “en los que tenían fecha de siembra tardía o de segunda, que es donde estaba el problema”, con el objetivo de medir incidencia y severidad.
Informó que “se está concluyendo ese relevamiento con el dato de rendimiento”, para comprobar “si todo lo malo que se veía se correlaciona con los resultados de la cosecha”. Y en el balance poscosecha se observa que “estamos mejor de lo que creíamos”, porque “sin tener rendimientos exuberantes se observan situaciones positivas en chacras donde los niveles de incidencia nos generaban mucha preocupación”.
Para el responsable de Nidera el escenario de spiroplasma más complejo está delimitado “al norte del río Negro, donde va creciendo de forma gradual hacia el norte”. Allí la presión de chicharrita “fue mucho más alta, específicamente en Paysandú Salto y Artigas”, dijo. La regionalización en Uruguay “copia bastante” lo que sucedió en Argentina a nivel de latitud, donde el resultado productivo “es peor” que en el resto del país.
Agregó que si bien en el sur el problema existe, “la situación fue heterogénea” entre chacras, e “influyeron las condiciones” que tuvo el cultivo, ya sea nutricionales, hídricas, tipo de campo y el germoplasma utilizado.
En el trabajo de análisis “se veían chacras complejas, donde la percepción era mala”, sin embargo los rendimientos dejaron un panorama “muy diferente”, porque “hay muy buenos datos” de rinde, “de 5.000, 5.500, 6.000 y hasta más kilos por hectárea, corregido a seco”, confirmó. Esto se constató en Soriano, Colonia y San José, donde “hay situaciones complejas, pero va muy atado a la situación del cultivo en general, no es todo por efecto de la chicharrita”, puntualizó.
Ante esta situación, Nogueira señaló que “hay una recategorización de híbridos, porque algunos tienen mejor comportamiento que otros, pero también hay híbridos que se veían muy mal en cuanto a sintomatología, que luego, con los datos de rinde, nos sorprendieron para bien”, dijo. “Muchas veces el nivel de severidad en los síntomas de las plantas no necesariamente afecta de manera proporcional a la producción de grano”, insistió.
Llamó a controlar los maíces guachos, que es donde se reproduce la chicharrita, y “utilizar materiales con mejor comportamiento”, atendiendo la fecha de siembra. “Para el norte, y fecha siembras de octubre en adelante, debo apuntar a un híbrido con sangre tropical”, dijo. En tanto, en las zonas litoral, sur, centro y este “se puede orejear la evolución del vector en función de los monitoreos que se van a realizar, e ir con un con híbridos templados, con buen comportamiento a spiroplasma, dependiendo de la fecha de siembra”, recomendó. Aunque también puntualizó que todo esto depende de los monitoreos que cuantifiquen la evolución del impacto en cada chacra.
Sobre el impacto positivo que las bajas temperaturas tendrán en la población de chicharrita en los campos, Nogueira comentó que “será clave para enfrentar la zafra de maíz de este año”, que se espera que desde el punto de vista climático sea “más normal”.
Novedades para siembras de primera y de segunda en maíz, soja y girasol
El líder de Desarrollo de Producto de Nidera Argentina, Osvaldo Pérez, describió a VERDE el híbrido NS 7626 Viptera 3 CL, otra de las novedades para la zafra 2024-2025. Se trata de “una opción diseñada específicamente para fechas de siembra temprana, en ambientes productivos de alta tecnología y bajo riego, aunque también se puede incluir en siembras tardías y de segunda. El material combina tecnologías avanzadas para el control de lepidópteros y malezas, incluyendo la tolerancia a las imidazolinonas, glifosato y glufosinato de amonio”, además de “un muy buen comportamiento” frente a spiroplasma.
Pérez señaló que “se nos pedía materiales de ciclo más corto y que sigan manteniendo la tecnología Víptera, que es lo mejor” para el control de lepidópteros. Pero que además “sigamos sumando tecnología para el control de malezas”, como la herramienta Clearfield, que brinda tolerancias a las imidazolinonas, “siendo la mejor herramienta para el control de gramíneas de verano, como todo el complejo de Echinochloas (capínes)”.
En términos de sanidad, el NS 7626 Víptera 3 CL “se ha seleccionado rigurosamente, prestando especial atención a su comportamiento frente al tizón y la roya”. Pérez explicó que “tiene un buen comportamiento”, porque en una escala del 1 (excelente) al 9 (deficiente), este híbrido “es un 4”. Y reconoció que “podemos ver algún impacto de tizón, algo con regular relevancia”.
Desde el punto de vista agronómico, el híbrido “también muestra una gran robustez”, comportándose muy bien en características como la “resistencia al vuelco” y “al quiebre”. El material está posicionado para explorar los “techos más altos” en términos de productividad, “especialmente en los mejores ambientes y en planteos bajo riego”.
Otra presentación corresponde al NS 7624 Víptera 3 CL, “un material que se recomienda principalmente para siembras tardías o de segunda, aunque también puede sembrarse de manera temprana con buenos resultados”, dijo el integrante de Nidera.
Señaló que este híbrido reemplazará gradualmente al conocido NS 7921, ofreciendo una opción más versátil y adaptable a diversos ambientes. “Es un material muy plástico, que lo podemos posicionar en ambientes regulares a excelentes. Es un todoterreno”, señaló.
El NS 7624 Víptera 3 CL también presenta un perfil sanitario “sólido” y puede utilizarse como doble propósito, para grano y silo planta entera. “Esto responde a las demandas de los productores, que buscan acortar el ciclo del famoso NS 7818 o el NS 7921, mejorando la caña y ofreciendo un ciclo más corto”, dijo.
Explicó que “la densidad de siembra va de la mano con el ambiente”, y en sanidad “tiene un buen comportamiento frente al tizón, similar al NS 7626, aunque puede mostrar un impacto menor, sin relevancia significativa”.
En soja Nidera lanza su primera variedad Conkesta 6223 CE, que tiene un grupo madurez 6 corto. Pérez informó que es una variedad “muy competitiva”, de porte controlado y con todos los atributos de la tecnología Conkesta para el control de lepidópteros (proteínas Bt) y de malezas (glifosato, glufosinato de amonio y 2.4D). Indicó que “cuenta con un perfil sanitario y agronómico superador a sus principales competidores, y se recomienda para ambientes de baja a media-alta productividad”. A la vez, Nidera está presentando el híbrido de girasol 1113 CL.
¿Qué significa para el productor encarar el negocio de producir pasto en estos últimos años climáticamente tan contrastantes?, pregunta el autor en este artículo para VERDE
Por el Ing. Agr. Ignacio Goicoechea – Productor Agropecuario
Venimos de un ejercicio 2022-2023 con la seca más grande de la historia, y abordamos este 2023-2024 con una baja de 40% del precio del ganado, aspecto que repercute y multiplica los efectos nocivos de los costos extra y la menor producción de pasto dentro de los establecimientos, donde no todos pudieron capitalizar la oportunidad de primavera y otoño.
Por si esto fuera poco, se nos plantea un escenario de evolución de la temperatura del océano Pacífico, que compromete la probabilidad de lluvias normales en la siguiente primavera en Uruguay. ¡Tenemos los pronósticos de los modelos para primavera con una desviación histórica nuevamente hacia año Niña!
Aquí es donde las diferentes opiniones en el “boliche” productivo, que no es ni más ni menos que lo que pasa en las cabezas de los productores, que están –sin temor a equivocarnos, en su gran mayoría– sin saber qué pensar y cómo enfocar muchos de los rumbos.
Diferentes estrategias son: vender animales, arrendar, regar, hacer reservas, comprar grano, o simplemente tratar de dejar algo de liquidez financiera para encarar la sequía. Frente a este panorama desafiante y dominado por la incertidumbre, analicemos algunos números.
Los datos de la Figura 2 corresponden al establecimiento Doña Teresa (de 600 hectáreas, Índice Coneat 63, en Cerro Colorado, Florida) que dirige el Ing. Agr. Santiago Scarlato.
#Capturemoslavariabilidad
Hoy estamos en medio del barro y cruzando cañadas que ya llevan acarreado el triple del agua que hubiéramos necesitado el año pasado para no tener la mayor crisis de disponibilidad de agua potable de la historia del Uruguay.
En el ejercicio 2022-2023 la producción de pasto del campo natural en el país no superó los 2.500 ± 1.000 kilos de materia seca por hectárea (MS/ha/año). Esto no permite nutrir adecuadamente siquiera a una vaca de cría cada 2 o 3 hectáreas.
De ahora en más lo llamaremos capacidad de carga en año Niña (CC-Niña). Contrariamente, durante el ejercicio que está por finalizar, el campo natural creció 4.500 ± 1.500 kg MS/ha/año. Esta producción permite nutrir muy adecuadamente algo más que una vaca de cría por hectárea. De ahora en más lo llamaremos capacidad de carga en año Niño (CC-Niño).
Imaginemos el Uruguay ganadero por un momento frente a este escenario; esta dicotomía del triple o el tercio de carga animal, representa para el Uruguay que sus pasturas alcancen para 14 millones o 5 millones de vacas.
Las pasturas y verdeos en el ejercicio 2022-2023 produjeron 4.500 ±1.000 kg MS/ha/año. Sin contemplar la variación intraanual, esto alimentaría a 0,7 vaca de cría por hectárea. Siendo esta para pasturas sembradas, la CC-Niña y contraponiendo de la misma forma que lo planteado con el campo natural, en el ejercicio en curso las pasturas sembradas produjeron 8.800 ± 2.200 kg MS/ha/año, lo que permitiría alimentar a 1,5 vacas de cría por hectárea.
La variabilidad entre años en la producción de pasto no es novedad para el Uruguay, pero en este nuevo escenario de cambio climático mundial este panorama de constante cambio e incertidumbre se agudiza aún más. La variabilidad fue, es y será la norma de nuestros sistemas productivos a cielo abierto, por lo que lejos de ignorarla, minimizarla o rendirnos frente a ella, debemos pensar e implementar estrategias que la incorporen como un elemento más a manejar en nuestros sistemas productivos.
Es en este marco que nace el lema “capturemos la variabilidad”. El desafío parece obvio: utilizar lo que sobra en años con CC-Niño, y sostener eficientemente los sistemas frente a los déficits en los años CC-Niña.
Marcación promedio país según año
Cuando uno analiza la tasa de marcación o destete país, variable central al momento de definir la capacidad de producción y extracción del Uruguay ganadero, encuentra paradójicamente un comportamiento establemente malo. Apenas 60 terneros se destetan de cada 100 vacas de cría, un desempeño productivo más cercano a una manada silvestre que a un rodeo que pretende ser manejado por el ser humano.
Lejos de copiar la variabilidad entre años climáticamente buenos y malos, el desempeño reproductivo del rodeo uruguayo parece comportarse constantemente como CC-Niña. Parece ser que la variabilidad termina siendo una aplanadora de nuestros sistemas ganaderos.
Imaginemos un negocio de venta de commodities donde un año se dispone la mitad y al otro deberá vender el doble de mercadería. ¿Cómo uno podría estabilizarlo? Una respuesta posible es resignarse y conformarse con una pobre performance promedio (ver figura 2).
Como concepto central detrás de “capturemos la variabilidad”, es tan importante sostener los indicadores en momentos de crisis como mejorarlos en momentos de abundancia. Partiendo de la base de que los resultados de nuestros sistemas a cielo abierto van a ser variables de por sí, debemos desafiarnos a que dicha variabilidad fluctúe siempre entre resultados buenos y excelentes, en función del año Niño/Niña, y no entre malos y aceptables.
Más allá de estos conceptos teóricos, contamos afortunadamente con numerosos ejemplos reales de productores ganaderos y lecheros que han avanzado en este camino de despegarse del promedio, que llevan muchos años creciendo en el rubro, manteniendo familias enteras y demostrando que es posible alcanzar nuevos niveles de desempeño productivo y económico (ver figura 3).
¿Cómo levantar el promedio?
Si bien aún existe mucho para seguir investigando y aprendiendo de nuestros sistemas pastoriles, debemos partir de la base de que afortunadamente contamos con abundante información técnica sólida para mejorar la performance de nuestros sistemas productivos.
Pero entonces, ¿por qué aún tenemos una enorme brecha de mejora de nuestros sistemas productivos?, ¿dónde está el problema? En primer lugar es necesario mejorar la adopción de conocimientos y técnicas básicas, que resultan claves para entender y manejar los sistemas productivos. Pero a su vez, dada la complejidad de los sistemas pastoriles, existe una enorme dificultad para entender qué y cómo priorizar al momento de tomar las decisiones de manejo y uso de tecnologías. Esto aplica no solo a productores, sino también muchas veces además a los técnicos.
La dificultad para priorizar y jerarquizar el uso de distintas tecnologías a nivel de cada sistema constituye, sin lugar a dudas, una de las grandes limitantes para el crecimiento de nuestros sistemas. La incorrecta identificación de los problemas, base de un sistema productivo, puede llevar incluso a enormes fracasos de algunas tecnologías, no porque tengan un bajo impacto per se, sino por aplicarse sin solucionar los problemas de base reales del sistema.
En tiempos en los que tanto productores como técnicos somos “bombardeados” por información acerca de numerosas alternativas técnicas, nuevos productos, tecnologías de última generación, se hace absolutamente necesario bajar la pelota al piso, pensar, entender y priorizar.
En esta línea, planteamos una forma de visualizar la necesaria priorización y jerarquización de las tecnologías para, al fin y al cabo, capturar la abundancia de años buenos y soportar las crisis de los años malos.
Resumen de priorización tecnológica
La enorme mayoría de productores ganaderos y lecheros del Uruguay son de base pastoril, por lo tanto, la mejora en la producción de pasto debe ser el norte continuo de la toma de decisiones. Esto no es ni más ni menos que apuntar a sostener una masa densa de hojas que permita que las pasturas hagan fotosíntesis en los momentos del año en que la lluvia efectiva y condiciones ambientales nos permita acumular sucesivos crecimientos.
¿Podemos plantearnos pasar a escalones de mucho impacto, pero de alto costo económico? La respuesta es sí, pero sobre la base de previamente lograr altísimo uso e impacto de los primeros escalones tecnológicos planteados.
Tomemos en este caso el ejemplo del riego de pasturas. ¿Es una tecnología a implementar masivamente a nivel de los productores? Claramente, para sistemas que hayan logrado altos desempeños productivos y económicos sobre la base de ser excelentes al manejar pasturas, control del consumo y reservas corporales de animales y las reservas forrajeras, constituye un paso por demás interesante. Ahora bien, pretender compensar con riego los malos resultados obtenidos por un mal manejo de pasturas y animales puede agudizar el mal desempeño económico de estos sistemas.
Por otro lado, concluir que la tecnología del riego no genera impacto, a partir del análisis de sistemas de riego mal manejados es, como mínimo, injusto. También en el riego la mala gestión enturbia los conceptos, las opiniones y resultados. Esto lo vamos a seguir profundizando, ya hay suficiente información en Uruguay, por suerte, falta incrementar la gestión, la motivación, el desarrollo y masa crítica.
El cuadro que acompaña este artículo, con un resumen las prioridades tecnológicas, no en vano deja afuera a los diferentes cultivares y a la genética de las pasturas. Con los resultados a la vista –y con el respectivo respeto por este importante tema– considero que a veces es un grave error de priorización que los productores hacemos, llevados por el marketing de las empresas. El lema “capturemos la variabilidad” pretende poner sobre la mesa esto que es bastante más importante.
Comentarios finales
Uruguay enfrenta el enorme desafío de incrementar y sostener en el tiempo su capacidad de producción de carne y de leche, además de minimizar el impacto en el ambiente en un contexto de cambio climático. El impacto económico y social a escala país de fluctuar su desempeño, y por ende su aporte al producto bruto interno (PBI) nacional en función del año Niño o Niña, son un problema a atacar de forma urgente.
Ya disponemos de tecnologías para afrontar un cambio de paradigma productivo en cuanto a pasturas en el Uruguay, con el que “capturemos la variabilidad”. Estas tecnologías permitirán estabilizar en otro nivel la base productiva del país y atenuar el efecto de las crisis forrajeras.
Traducir a escala país el conjunto de conocimientos y tecnologías disponibles a procesos de innovación real en los sistemas productivos es aún un desafío a encarar.
De todas maneras, donde los primeros escalones tecnológicos fueron asumidos y tenemos los resultados, debemos avanzar en el desarrollo de las siguientes tecnologías, debido a que nuestro promedio está muy por debajo de nuestras posibilidades.
Además, también cabe señalar que en muchos casos se está haciendo un uso ineficiente de los recursos, erosionando suelos y contaminando innecesariamente, a la vez de que no le permitimos a las pasturas hacer lo que mejor saben: fijar carbono a nuestros suelos y conservar la biodiversidad.
Se desarrollará con presupuesto del INAC y permitirá atender la nueva reglamentación de la UE, que exige que los productos importados aseguren ser libres de deforestación
Uruguay prepara una plataforma que combina datos públicos, que permitirá certificar el origen de la carne, cueros, soja, celulosa y madera para exportación. El sistema incluirá datos sociales y fiscales de cada empresa (de la Dirección General Impositiva y del Banco de Previsión Social), así como información ambiental, vinculada con la existencia de bosque nativo en el predio, que estarán georeferenciados con sus padrones.
El proyecto se puso en marcha en 2021, antes de que la Unión Europea (UE) anunciara que desde 2025 exigirá a los productos importados la regulación 2023/1115 (EUDR) para productos libres de deforestación. “Va en la misma línea y nos permitió adelantar trabajo”, destacó a VERDE el director general Forestal del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Carlos Faroppa.
A la plataforma podrán acceder productores y exportadores, y los importadores tendrán información para evaluar posibles incumplimientos. El proyecto está avalado y aprobado, y se realizará con fondos del Instituto Nacional de Carnes (INAC), institución con la que se está trabajando en el llamado para la construcción de la plataforma.
“No queremos depender de fondos de la UE, queremos tener cierta independencia”, puntualizó Faroppa. El jerarca destacó que la plataforma será un bien público, a cargo del Estado, “para que no aumenten los costos de exportación”. Y señaló que “todo este proceso ha llevado meses y miles de horas de trabajo de los funcionarios”.
Puntualizó que los granos con certificación de origen se deberán enviar a silos donde solo se reciba producción con ese estatus. Y en caso de que se quieran certificar las siguientes etapas, serán las industrias las que deberán contratarlas. “Con esto se adelanta mucho trabajo y se abate la inversión del exportador en materia de certificación (de origen)”, destacó.
La certificación también incluye cumplimientos sociales y fiscales. En el caso de Uruguay, como no existen comunidades que vivan en los predios sino dueños de padrones, se necesitará un certificado de buen cumplimiento ante el Banco de Previsión Social (BPS) y ante la Dirección General Impositiva (DGI), avalando que se está en regla con los impuestos y obligaciones.
Faroppa recordó que Uruguay tiene muchos años de información sobre el bosque nativo, y que es un país “de riesgo muy bajo de deforestación”. Se suma la información acumulada de más de 10 años con la que cuenta la Dirección de Recursos Naturales del MGAP con respecto a los Planes de Uso y Manejo del Suelo. Por otro lado, el país destaca por su Sistema Nacional de Información Ganadera, que incluye la trazabilidad obligatoria de todo el rodeo bovino nacional, “único en el mundo”, remarcó.
Además, anunció que con el tiempo se buscará incluir más información en la plataforma, pero puntualizó que lo importante es que el 1° de enero de 2025 ya esté funcionando correctamente. “Habrá solicitudes de los importadores de Europa, y todos ingresarán con el mismo nivel de verificación”, comentó.
Exigencias de la UE
La regulación EUDR entrará en vigor el 1° de enero de 2025 para productos libres de deforestación. “Sabemos que tenemos poco tiempo, pero creemos que los plazos serán suficientes para llegar con la plataforma”, dijo el principal de la Dirección General Forestal (DGF).
Se espera que cuando comience a regir la nueva normativa ya esté cargada la información necesaria en la nueva plataforma. De todos modos, se reconoce que el sistema será complejo y podría presentar algunos inconvenientes.
El jerarca del MGAP también informó que se están haciendo verificaciones para compararlas con las imágenes europeas y “estar en la misma línea de diálogo”. Luego se obtendrá la certificación, que tendrá validez anual.
De todas formas, sostuvo que Uruguay “es un país que tiene una verificación de riesgo menor a 1% en todos sus procesos”, y señaló que la UE “no ha sido clara en sus devoluciones ni en su funcionamiento interno”. En tal sentido, comentó que se está en contacto con ese bloque económico, a través de la Cancillería.
La información que Uruguay está procesando para presentarle a la UE es “bastante robusta” para una primera etapa, “después se verá si es necesario adicionar algo”, dijo Faroppa. De todos modos, opinó que “con esos datos y el bajo riesgo que tiene el país, será suficiente”.
“Vamos a pasar el estrés de las primeras exportaciones y después, con el tiempo, habrá que ir ajustando, pero queremos llegar con algo que sea absolutamente sólido”, puntualizó.
El director Forestal recordó que esta certificación fue votada por el Parlamento de la UE en junio de 2023, y que Uruguay se está basando en su bosque nativo, “porque los otros son plantaciones productivas y esa es la primera diferenciación que hay que hacer con la UE”, explicó.
Bien público
Aunque en Uruguay “tenemos muchas bondades acumuladas”, es un trabajo muy importante el de “poner a disposición” toda esa información, dijo el director Forestal. Remarcó que, si bien se hicieron prototipos de trabajo con la UE, ahora se busca independizar este sistema del bloque económico, además de utilizar bienes públicos, siendo el Estado el garante.
Aclaró que, si bien puede haber algún costo administrativo por “buscar esa información y dársela al importador”, el mayor costo lo asumirá el gobierno nacional. También reconoció que hay preocupación sobre esta nueva reglamentación de la UE, que implica mayor burocracia y encarecimiento de las operaciones, sin resolver los problemas de fondo, como el cambio climático. “La queja es que no hay una compensación como contrapartida, ya sea por la vía de asistencia técnica, financiera o eventualmente diferenciación de precios”, planteó.
El jerarca también aclaró que si algún privado quiere hacer esta certificación de manera independiente la podrá realizar. “Simplemente se generará una base de información, que será un dato público”, explicó.
El titular de la DGF subrayó que el hecho de que el Estado sea el que aporte esa documentación es otro aspecto “relevante”. A propósito, consideró que, “dada la situación del país, de buen prestigio internacional, con seriedad en su documentación, es fuerte que el Estado sea garante para cualquier importador”.
Bosque nativo
El jerarca del MGAP enfatizó que en Uruguay el área de bosque nativo ha crecido. Subrayó que la Ley Forestal de 1968 ya promovía su cuidado, así como el de las nuevas plantaciones.
Además, puntualizó que la UE aún no definió quién controlará que la materia prima que ingrese al bloque provenga de zonas libres de deforestación. De todos modos, insistió en que Uruguay está avanzando en este proyecto, que es “algo que consideramos sencillo, pero que va a contener información robusta”, aseguró.
“El importador verá con su gobierno si lo avala”, dijo, y señaló que faltan otras definiciones, como qué se considera deforestación.
Proyecto piloto
El pasado martes 18 de junio el MGAP presentó los resultados del proyecto Certificación de productos agroexportables en predios con bosque nativo, con el apoyo del programa AL-Invest Verde, ejecutado por el Centro de Investigaciones Aplicadas al Desarrollo Agroforestal (IDAF) y la coordinación de la DGF.
Iniciado en abril de 2023, el proyecto comenzó con un diagnóstico de la zona litoral de Uruguay y una caracterización de las cadenas productivas de valor y de los actores potencialmente adherentes a un sistema de certificación. Se realizó un mapeo de experiencias de certificación de bosques en América Latina y la Unión Europea, relevantes para Uruguay.
En octubre de 2023 se organizaron talleres en Paysandú y Montevideo para recabar la visión de todas las partes implicadas, generando así una propuesta de sistema de certificación público que cumple con los requisitos del EUDR. Los resultados complementaron el diagnóstico inicial y se desarrolló una propuesta preliminar para el desarrollo de un sistema de certificación de manejo de bosque nativo con esquemas de incentivos.
El proyecto incluyó experiencias piloto que resultaron en el primer embarque de chips de madera libres de deforestación desde Uruguay a Europa, seguido de un segundo envío a Estados Unidos para la fabricación de productos que tendrán como destino final el mercado europeo.
El rol de INIA en investigación e innovación ha sido determinante para la consolidación de la productividad del sector, destacaron agricultores, industriales y autoridades
El XX° Taller de evaluación de la zafra de arroz 2023-2024 reunió al programa de mejoramiento del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), productores arroceros y a la industria. Allí se destacó la integración vertical de la cadena y al programa Arroz de INIA como clave en el desarrollo del rubro. En ese marco, Alfredo Lago, presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA), expresó su orgullo por pertenecer al sector arrocero, vanagloriando el estilo de vida que los caracteriza. Además de subrayar la institucionalidad y la capacidad de trabajo conjunto que caracteriza a la cadena. Con cierta emotividad, mencionó de forma reiterada a los homenajeados durante el evento y a otros contribuyentes del sector.
A pesar de las condiciones que han restringido la zafra, es unánime el optimismo con el que se concluye. “Quizás no existió una zafra tan adversa como la de este trimestre en cuanto al clima. Creo que el resultado que vemos hoy en lo productivo marca claramente la capacidad de la cadena arrocera de enfrentar desafíos”, dijo el presidente de la ACA.
Lago recalcó la importancia de la investigación y la innovación, especialmente el papel del programa Arroz de INIA en el desarrollo de nuevas variedades y mejoras en la producción. “El programa Arroz de INIA es un diferencial”, aseveró, mientras reconocía a los investigadores, tanto en su calidad profesional como humana. Reconoció, a su vez, el rol del INIA al darle importancia a la comunicación y a cómo encarar los desafíos referidos a la sostenibilidad del sector.
Sin embargo, fue incisivo con las autoridades de la institución, al señalar el “poco entendimiento por fuera del sector” y señalar la ausencia de directivos del INIA en esa jornada. Lago opinó que eso “afecta la calidad de la toma de decisiones” a nivel jerárquico y enfatizó que “este es el sector que más absorbe la tecnología o que más capta trabajo” de ese instituto de investigación.
FLEXIBILIDAD COMERCIAL
El ingeniero agrónomo Raúl Uraga, gerente de Operaciones de Saman y representante de la Gremial de Molinos Arroceros (GMA), también comparó el modelo de trabajo integrado de la investigación nacional del sector arrocero con otros sectores. “Cuánto se pierden los otros rubros por no tener al INIA dentro de los hitos de competitividad de los últimos 20 años”, opinó, destacando los logros obtenidos a través del diálogo interinstitucional.
Uraga reconoció que gracias a la investigación, la presión natural del sector de obtener mejoras en la productividad de forma acelerada no fue en detrimento de la calidad. La evolución de los rendimientos de 6.500 kilos por hectárea (kg/ha) a 9.000 kg/ha en 20 años es un logro que se obtuvo considerando las restricciones de calidad molinera y culinaria que se deben cumplir para mantener el reconocimiento internacional, lo que resulta en “el mejor arroz del mundo”.
También subrayó la importancia de diversificar mercados y productos, mencionando los desafíos enfrentados, como la falsificación de arroz uruguayo en mercados extranjeros. “Tenemos un producto que es falsificado en Perú y en México. Las bolsas de las industrias uruguayas tienen que tener una cinta antifraude”, sostuvo. “El arroz uruguayo se vende como pan caliente”, dijo con entusiasmo, y agregó que no se había llegado a junio y “ya llevamos más de la mitad del arroz vendido”.
Para finalizar, Uraga centró sus reflexiones en la apertura de mercados internacionales y subrayó la seguridad que brinda la calidad del producto para afrontar con resiliencia la volatilidad de la demanda de distintos países, y su eventual interrupción repentina y búsqueda de nuevos mercados para la colocación del arroz. Esto, según indica, requiere “flexibilidad y adaptabilidad” de la industria para crear rápidamente un producto a medida del comprador.
Para Uraga esa capacidad cobra particular relevancia considerando la innumerable lista de exigencias y particularidades que los distintos mercados solicitan, todas abordadas con éxito. No obstante, todo esto es posible “gracias a la integración vertical” de la cadena. Sin ella “sería impensable” lograr la “adaptación y flexibilidad comercial que hoy tenemos” evaluó. Además, alentó a ser “más flexibles y dinámicos” en la parte comercial, aludiendo al precio spot (de mercadería disponible), una de las variantes que incorporó el precio convenio durante la última campaña y que los productores pudieron utilizar en esta zafra.
UN MODELO EXTRAPOLABLE
Ignacio Buffa, quien asistió en calidad de ministro interino de Agricultura, Ganadería y Pesca (MGAP), dijo que “al Poder Ejecutivo se le hace fácil trabajar” con el sector, y que su estructura “la podemos tomar y extrapolar a otras cadenas”, y así “dar saltos productivos en otros rubros como la agricultura (de secano) o la ganadería”. Así es que el INIA y la ACA trabajan en proyectos de investigación FPTA (Fondo de Promoción de Tecnología Agropecuaria) para el “diseño y desarrollo de los sistemas de producción” en búsqueda de sinergias.
El secretario de Estado abordó temas de competitividad. Mencionó con cautela el atraso cambiario y resaltó los esfuerzos del gobierno por mejorar la infraestructura y reducir costos energéticos. En ese punto reconoció la demanda de las gremiales de contar con el ferrocarril. Destacó en particular el esfuerzo del Banco República en “entender al sector” y “desarrollar mecanismos para poder apalancarlo”. Y se refirió a la necesidad de continuar trabajando para abrir el mercado centroamericano, que es de gran potencial comercial para el producto.
CALIDAD Y SOSTENIBILIDAD
El ingeniero agrónomo Álvaro Roel, director del Programa de Mejoramiento de Arroz de INIA, agradeció a todo su equipo de trabajo y a los productores por su disposición para el cambio y la innovación. “Tenemos una historia rica, un presente muy positivo y un futuro prometedor gracias a esta integración y a este trabajo de demanda clara”, valoró. Consideró que una de las principales fortalezas del sector arrocero uruguayo es su capacidad de adaptarse y evolucionar. La mejora continua en los rendimientos, acompañada de una estricta adherencia a los estándares de calidad le ha permitido al arroz uruguayo destacarse en el mercado internacional. Los productores y la industria han demostrado ser resilientes frente a las adversidades climáticas y económicas, manteniendo siempre un enfoque en la calidad y la sostenibilidad, concluyó.
El precio provisorio es el más alto y el margen está entre US$ 500 y US$ 600
El precio provisorio del arroz acordado el 30 de junio entre la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA) y los molinos arroceros quedó en US$ 17,15 más devolución de impuestos, para las variedades no americanas, en US$ 17,75 para la variedad INIA Olimar y en US$ 18,75 para la variedad INIA Tacuarí.
“Este momento de fijación del precio provisorio es el más importante para el productor en la cuantificación de sus ingresos”, más allá de la posible corrección que puede realizarse a fines de febrero del año siguiente al cierre del ejercicio comercial, dijo el presidente de la ACA, Alfredo Lago, en el programa Punto de Equilibrio, en Carve.
Consideró que esté valor en dólares nominales es “el más alto de la historia” dentro de los registros en el marco del sistema de fijación de precios del sector, lo que refleja el ciclo de “buena” valoración del arroz en el mundo, con demanda y “buenos” negocios.
“El 60% del arroz entregado” por los productores a los molinos durante la pasada cosecha “ya fue comercializado”, lo que genera tranquilidad respecto a que las incidencias del mercado afectarán eventualmente al 40% restante, sostuvo.
Lago se mostró optimista sobre un probable incremento del precio del arroz que recibe el productor para ese 40%, considerando las perspectivas favorables del negocio en el exterior.
El productor valoró la calidad del grano uruguayo, más allá del tipo de variedad empleada por el productor, que está “muy por encima de lo que hoy produce Estados Unidos, que ha caído mucho”.
La variedad Tacuarí representa entre 3% y 4% de la producción arrocera, tiene una “calidad superior”, pero solo tiene al mercado peruano como destino, comentó. Acotó que la variedad Olimar es “más nueva”, de ciclo corto, y en los últimos 15 años se ha sembrado en Artigas, siendo el “buque insignia” de la calidad del arroz de Uruguay, ocupando alrededor de un “15% del total de la producción”. Y la variedad INIA Merín que abarca casi la “mitad del área” cultivada, tiene un “excelente performance de venta”, por una “alta calidad industrial”, destacó.
“El costo promedio de producción de arroz en la zafra 2023-2024 fue de US$ 2.212 por hectárea”, con tres componentes: rentas y servicios que se pagan en kilos de grano, los valores de los insumos importados (fertilizantes y agroquímicos que bajaron 3%) y el incremento de los costos relacionados con el “atraso cambiario”, señaló.
El ingreso bruto “está entre US$ 2.600 a US$ 2.700 por hectárea”, que representa una ecuación económica “buena”, con un “margen de entre US$ 500 y US$ 600 por hectárea”; “es la cuarta zafra con resultados positivos, tras la crisis del sector”, destacó.