La Chocleada: una actividad solidaria que contagia las ganas de ayudar

By Cristina Fumero,

Comenzó hace 14 años en Young, y también se realiza en Montevideo; en dos hectáreas 350 voluntarios cosecharon 100.000 choclos, para elaborar 40.000 platos de comida

Hace 14 años el productor argentino Billy Battro, radicado en Uruguay, realizó la primera Chocleada en Young, Río Negro. La actividad consiste en una parcela de maíz que se cosecha a mano por voluntarios, y esa producción es donada a centros benéficos. Tres años después la actividad también se comenzó a realizar en Montevideo, con una gran participación de centros educativos públicos y privados, así como empresas, que se suman a colaborar; en la reciente edición participaron más de 350 voluntarios, que cosecharon 100.000 choclos, que significan 40.000 platos de comida. 

“Todo esto nos llena el alma, nos llena el corazón, y queremos contagiar, que la gente se dé cuenta que dedicarle un día de nuestra vida a pensar un poquito en los otros, en los que más necesitan, no nos cuesta nada. Y con un granito de arena de cada uno es imponente lo que podemos hacer”, dijo Battro a VERDE. 

La Chocleada surgió como idea de su amigo  Sebastián Deym, en la crisis de comienzos de los 2000, y Battro puso a disposición parte de una chacra que tenía a 10 kilómetros de Young. 

“Dos meses antes empezamos a ir con Belén, mi hija, a escuelas públicas y privadas, y les decíamos a los chicos que traten de ver qué necesidades habían en el pueblo. Y ellos mismos fueron quienes decidieron ayudar al Centro Esperanza, que estaba en un lugar apretado, chiquitito, alquilado. Y esto motivó a que un particular done un terreno, otro puso plata para la obra. Juntamos un montón de plata, que fue el flujo que tenían para poder crecer con el Centro Esperanza”, recordó. 

En esta edición de la Chocleada, en Montevideo, se ayudó a los barrios Aeroparque y Colonia Nicolich. “Participó la escuela de Villa Tato, ahí tenemos huerta, hacemos cosas en el Caíf. O sea, con muy poquito que cada uno ponga, es un montón lo que se hace. Y aparte, uno cuando hace el bien y da una mano se siente mucho mejor. Desprendámonos de tanto trabajo y obligaciones, y animémonos a hacer cosas distintas, como esta”, expresó el agricultor. 

Los propietarios del barrio privado La Tahona cedieron el predio donde se hace la Chocleada, la empresa Woslen se encargó de sembrar, otras empresas aportaron servicios de maquinaria. “Cada uno puso su granito de arena y así sembramos estas 2 hectáreas; o sea, con dos bolsas de semilla de maíz que nos donaron, hicimos 100.000 choclos y 40.000 platos de comida”, destacó.

El pasado 29 de abril también se hizo una Chocleada en la Colonia Berro, donde los menores privados de libertad se encargaron de cosechar y entregar esos choclos a los centros beneficiarios. “Hasta quienes están privados de libertad pueden dar una mano en la sociedad”, destacó Battro. 

Banco de Alimentos

Battro también fue el fundador del Banco de Alimentos en Uruguay, institución que ya tiene 12 años, y que el año pasado entregó 600.000 kilos de comida por todo el Uruguay. El Banco de Alimentos está en casi todos los departamentos, con importante presencia en Montevideo y Canelones. “Entregamos todos los días alimentos que está próximo a vencerse y las empresas los donan, y otras empresas donan alimentos no perecederos”, explicó. 

Actualmente son 250 los centros beneficiarios a los que asiste el Banco de Alimentos, que cuenta con un centro de logística en la ruta 101. Quienes estén interesados en participar deberán entrar a bancodealimentos.org.uy y llenar una planilla con sus datos para que los integrantes de la organización puedan contactarse. 

Harina y polenta

El Banco de Alimentos realizó un convenio con la Asociación Agropecuaria de Dolores y Molino Dolores, que donan trigo y lo procesan para entregar harina a la organización. También se hizo un acuerdo con Cargill, que establece que por cada tonelada de maíz que dona un productor, la empresa aporta otra, duplicando la contribución. Ese maíz será procesado por Puritas, que realizará polenta, para que el Banco de Alimentos pueda mejorar su canasta. 

“Antes cosechábamos 3.500 kilos de maíz por hectárea, ahora sacamos 5.000 kilos. Donar 500 kilos, o 300 kilos, no nos cambia en nada; no va a afectar el margen de la empresa que donemos un poquito”, explicó Battro. 

Una vida solidaria

El empresario comentó que entre los 18 y 23 años estuvo muy enfermo, le sacaron dos tumores de la cabeza y le realizaron tratamientos de quimioterapia, incluso tuvo que atenderse en Estados Unidos. “Eso me marcó. Valoré el vivir día a día y no estar tan enfocado en el éxito. Eso me ayudó a ver a quienes tenemos a nuestro alrededor, qué necesidades tienen, y no andar solamente en la burbuja de nuestra familia, amigos y trabajo”, expresó. “Dando uno se siente mucho mejor y está más feliz. Esto contagia alegría. Hay que contagiar, y la forma de contagiar es haciendo”, finalizó.

Nota de Revista Verde N°121

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La rentabilidad, sustentabilidad e insumos en la mira del agro global, según la red Agri Benchmark,

By Cristina Fumero,

El encuentro internacional fue organizado por Bedrock y reunió a referentes de varias nacionalidades, en el marco de Agri Benchmark, una red que opera en más de 30 países

Buenos Aires fue sede del Global Forum 2025, un encuentro internacional que reunió a referentes del agro de distintos países, en el marco de la red Agri Benchmark. Organizada por Bedrock, una compañía de gestión patrimonial enfocada en el agronegocio, con actividad en Argentina, Uruguay y otros países de la región, la actividad convocó a productores, técnicos y representantes institucionales del agro regional en torno a tres ejes temáticos: la eficiencia en el uso de insumos, la rentabilidad y la sustentabilidad de los sistemas productivos.

Agri Benchmark es una red que opera en más de 30 países, eso le permite comparar datos, detectar brechas y encontrar oportunidades de mejora, tanto a nivel predial como regional. Su trabajo se basa en datos reales de campo, y busca brindar herramientas para una toma de decisiones más informada en el agro global. 

La instancia en Buenos Aires puso en común experiencias, relevó desafíos compartidos y analizó cómo se posiciona la producción regional frente a las exigencias crecientes de los mercados internacionales.

La eficiencia en el uso del nitrógeno

La eficiencia en el uso del nitrógeno (NUE, por sus siglas en inglés) varía notablemente entre sistemas productivos, y es una vía clara para reducir emisiones sin resignar rendimiento. Así lo explicaron el investigador y managing director de Agri Benchmark, PhD Yelto Zimmer, y el investigador del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), ingeniero agrónomo PhD. Fernando Salvagiotti. Destacaron que mejorar la NUE depende tanto de decisiones agronómicas, como de políticas públicas.

Salvagiotti mostró cómo el cultivo antecesor, el tipo de suelo y el manejo influyen directamente en la disponibilidad de nitrógeno y su aprovechamiento. En cuanto al destino del nitrógeno (N) aplicado, alrededor del 50% o 60% del nutriente va a los órganos cosechables, y los requerimientos por tonelada de grano varían según la especie, lo que obliga a considerar la demanda de N de los cultivos y la eficiencia de la fertilización. 

Con datos de campo, demostró que rotaciones diversas –con cultivos de cobertura y leguminosas como vicia o arveja– mejoran el balance de nitrógeno al sumar fijación biológica, que se acumula en biomasa y se libera al cultivo siguiente, por ejemplo el cultivo de maíz, reduciendo la dependencia de fertilizantes nitrogenados.

En maíz, ensayos indicaron que la NUE mejora si se ajustan tres variables: rendimiento objetivo, tipo de suelo y cultivo antecesor. En siembras tempranas los suelos finos o medios fueron más eficientes en ambientes de alto potencial. En siembras tardías la vicia como antecesor elevó el rendimiento del maíz, y redujo la respuesta a la fertilización debido a su aporte de N. Zimmer complementó este enfoque con resultados comparativos obtenidos en Europa, donde una mayor NUE se asoció a mayores rendimientos y menor uso de nitrógeno. 

Las prácticas eficientes permitieron a cultivos como el trigo alcanzar entre 7,5 y 10 toneladas por hectárea en Polonia, Suecia y Reino Unido, con datos recolectados entre 2020 y 2024. 

La NUE se calculó a partir del contenido proteico del grano. Las chacras británicas obtuvieron mejores resultados promedio, aunque con variaciones entre años y regiones. Las aplicaciones de nitrógeno oscilaron entre 195 y 213 kg/ha, con una dispersión del 16% al 25%. 

Theresa Brandes, también investigadora de Agri Benchmark, explicó que una NUE elevada se asocia a menores emisiones de CO2eq por tonelada producida, lo que confirma el rol central de este indicador en el balance de gases de efecto invernadero (GEI) de los sistemas de trigo.

Tecnologías aplicadas al manejo

El consultor y coordinador de la Red de Nutrición Biológica de Aapresid, ingeniero agrónomo Dr. Martín Torres Duggan, presentó tecnologías avanzadas de manejo del nitrógeno orientadas a reducir pérdidas y mejorar la eficiencia en el uso de nutrientes. Su exposición giró en torno a dos pilares: fertilizantes de eficiencia mejorada mediante inhibidores de ureasa y nitrificación (estabilizadores de N) y productos biológicos como bioestimulantes.

Según explicó, el impacto positivo de estas herramientas surge al integrarlas dentro de una estrategia clara: “la fuente, dosis, momento y forma correctos” (las cuatro C del manejo correcto de nutrientes), junto con estabilizadores de N y bioestimulantes. En ese marco, la sostenibilidad agronómica se fortalece al disminuir pérdidas y mejorar la eficiencia general del sistema.

Entre 2008 y 2022, datos de la región pampeana argentina mostraron que los inhibidores de ureasa, principalmente con nBPT, generaron incrementos de rendimiento en trigo, cebada y maíz entre 60% y 69% de los casos. En maíz la respuesta promedio fue de 644 kilos por hectárea (kg/ha). Aunque el costo adicional por hectárea va de US$ 10 a US$ 20, según dosis, la mejora en la producción compensa ampliamente la inversión.

También se presentaron resultados de inhibidores de la nitrificación. En maíz, en sitios de alta respuesta, con respuestas variables y rentables, dependiendo de la fecha de siembra (temprana o tardía). En términos generales, la probabilidad de ocurrencia de pérdidas por lavado y/o desnitrificación se presentan en siembras tempranas, y en ese tipo de condiciones es donde se observan mayores respuestas a inhibidor de la nitrificación.  

En paralelo, el uso de productos biológicos –en particular Azospirillum brasilense– se consolidó como opción eficaz para mejorar el rendimiento del cultivo y la eficiencia de uso de nutrientes. Más allá de su modesto aporte directo en la fijación de N, su valor está en su rol como rizobacteria promotora del crecimiento (PGPR), que mejora la absorción de agua y nutrientes, incluyendo el N, complementando la fertilización. Los ensayos mostraron respuestas consistentes (en rangos de 5% a 10% de aumentos de rendimiento), que tienden a ser mayores en contexto de estrés hídrico. 

Estrategia de sustentabilidad de Viterra

Viterra participó en la actividad con una exposición centrada en sus compromisos de sustentabilidad, desde la experiencia argentina. Destacó el avance de regulaciones en torno a la producción responsable, que empujaron al agro global hacia prácticas como la agricultura regenerativa, la economía circular, la conservación de biodiversidad y la reducción de emisiones.

Se destacó que Argentina cumple un “rol clave” en esta transición, al ser el primer exportador mundial de aceite de soja y el segundo de harina. En 2024 Viterra lideró las exportaciones del país con 6,6 millones de toneladas de productos sojeros, de las cuales el 80% fue harina. 

Uno de los factores clave es la adopción masiva de siembra directa, presente en el 94% del área sembrada con soja, una práctica que reduce significativamente las emisiones al evitar laboreo y disminuir el consumo de combustible.

Allí se informó que Argentina cuenta con una ventaja comparativa en términos de deforestación. De un análisis realizado en más de 800.000 hectáreas, en las principales regiones productivas, solo 4,9% del área auditada desde 2003 mostró transformación de bosques nativos. La región pampeana, la principal zona agrícola del país, no cuenta con bosques nativos sino con pastizales. 

La presentación destacó también el trabajo de Viterra, a través del programa Igaris, en medir las emisiones de gases de efecto invernadero en campo (Alcance 3), mediante datos primarios obtenidos en 1,028 millones de hectáreas, en su segundo año de medición. 

Los resultados muestran una emisión promedio de 146 kg CO2eq/tonelada de producción y 374 kg CO2eq/hectárea, con una variación importante según la región, el cultivo y el tipo de manejo. Además, se promueve la digitalización para escalar las prácticas sustentables y ofrecer trazabilidad y reducción de huella de carbono verificada por terceros.

En ese marco, se destacó que los resultados del programa Igaris posicionan a la soja del Cono Sur entre las de menor impacto ambiental a escala global, una ventaja concreta para acceder a mercados con mayores exigencias.

El intercambio y la mirada global

La actividad cerró con una mesa sobre sustentabilidad, donde se debatieron temas como la agricultura regenerativa, la economía circular y la conservación de la biodiversidad. Representantes de empresas y organizaciones globales coincidieron en que integrar estos enfoques a la estrategia de competitividad “ya no es opcional”, sino “una meta común para toda la cadena agroindustrial”. Allí se planteó la necesidad de alinear incentivos y objetivos entre todos los eslabones, desde el productor hasta el consumidor.

Michael Wironen (The Nature Conservancy) señaló que reducir la producción para bajar el impacto ambiental “debería ser la última opción”, ya que la demanda global de alimentos “debe ser satisfecha”. Como alternativa, propuso la revitalización de tierras degradadas, estrategia que ya está mostrando buenos resultados en países como Brasil. También destacó la necesidad de detectar brechas de rendimiento como paso previo para definir acciones.

Danilo Menegatti, del centro Agri Benchmark, destacó que en 2024 establecimientos de Ucrania, Polonia, Argentina, Brasil, Australia y Reino Unido lograron aumentar el retorno a la tierra hasta un 100%. En cambio, en Estados Unidos, Canadá y parte de Europa los resultados fueron más bajos. Los sistemas más flexibles para ajustar arrendamientos, como en Argentina y Brasil, se adaptaron mejor al nuevo escenario de precios.

En ese sentido, Christian Bengtsson (Bedrock) destacó que una de las principales fortalezas del sistema productivo argentino es el uso extendido de contratistas. Las cosechadoras, por ejemplo, llegan a trabajar en más de 3.000 hectáreas por año, lo que mejora la eficiencia del capital invertido en maquinaria y reduce la depreciación por hectárea. El doble cultivo también permite una mayor utilización de los equipos, optimizando el uso de recursos.

El informe económico presentado en el foro concluyó que, si bien los precios del maíz y la soja podrían ser más bajos en 2025, se espera estabilidad en trigo y colza en Europa. La maquinaria más costosa en los últimos años presionará los márgenes, lo que podría impulsar un mayor debate sobre el uso compartido de equipos y contratistas, como ya ocurre en Argentina.

Marcos Pereda, titular de Pereda Agro SA, y presidente del Grupo Bermejo, participó del panel de sustentabilidad del Global Forum en su rol de vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina. En su intervención, destacó el compromiso sostenido de los productores con la adopción de prácticas de manejo sustentables, no solo a nivel de lote, sino con una mirada integral del establecimiento. Además, compartió diversas iniciativas que la institución lleva adelante en materia de sustentabilidad, reforzando el papel activo del sector en la mejora continua de sus procesos productivos.

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“Ser colono y presidir el INC, es como tener 12 estaciones de servicio y ser presidente de Ancap”, dijo Da Silva

By Cristina Fumero,

Que el presidente del Instituto Nacional de Colonización (INC), Eduardo Viera, sea colono es como “que el presidente de Ancap tenga 12 estaciones de servicio”, cuestionó el senador del Partido Nacional, Sebastián da Silva, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y en verdenews.com.uy.

“Por una disposición constitucional no se puede ser arte y parte”, dijo el legislador, basándose en el artículo 200 de la Constitución Nacional que establece: “tampoco podrán los miembros de los Directorios o Directores Generales de los Entes Autónomos o de los Servicios Descentralizados, ejercer simultáneamente profesiones o actividades que, directa o indirectamente, se relacionen con la Institución a que pertenecen”. Este argumento también lo plantearon los senadores del Partido Colorado, Pedro Bordaberry y Robert Silva.

Da Silva dijo que hay un “tema ético” también, porque “está en deuda” con el INC, porque Viera pidió un crédito a este instituto para arreglar la vivienda cuando empezó a arrendar el campo, y hay un “expediente abierto “porque debe regularizar su situación con el BPS.  A la vez, recordó que “se hizo colono siendo presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche, compitiendo contra colegas”.

Respecto a la compra del campo de 4.400 hectáreas en Florida por parte de Colonización, el senador blanco señaló que “este tipo de patinadas pueden llevar a que las acciones tengan nulidad y vicios de forma” y “derivaciones legislativas o jurisdiccionales”.

“El INC está haciendo uso de lo que le ampara la ley”, reconoció. Al tiempo que criticó: “lo que está haciendo (este instituto) es un mal uso porque cuando gastás US$ 32,5 millones uno pretende que los responsables de enviar ese dinero del Estado en detrimento de otras cosas, tengan una idea somera de lo que van a hacer con el campo”, lo que “claramente no hay”.

“Apelamos a que el presidente Yamandú Orsi entienda que con el artículo 197 de la Constitución tiene la posibilidad de observar el gasto” y con esto en el gobierno “le den un mensaje a los colonos de que se cuida la plata del organismo”, reclamó. Y Admitió que el objetivo de la oposición es agotar todos los mecanismos para que esa compraventa no se concrete.

Escuche la entrevista completa a Sebastián Da Silva

Foto: Montevideo Portal

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La academia europea encolumnada en contra de la producción ganadera

By Cristina Fumero,

Estudiante uruguaya de doctorado cuenta sus experiencias y analiza las razones que sostienen ese discurso, los mitos, contradicciones y el camino que debe seguir el país

Opinión: Ing. Agr. Sofía de León – Desde Países Bajos

Salir del país más ganadero del mundo para aprender sobre producción de alimentos exige prepararse para abrir el paraguas. Una no puede entender lo que se encuentra en el sitio al que va si no sabe de dónde viene. Alberto Methol Ferré llamaba al bioma Pampa –con su producción ganadera– “un sitio extraordinario de automación biológica, en una especie de cibernética natural”. Lo que para mí es una obviedad, en otros sitios puede ser una rareza.

Me mudé al otro lado del océano Atlántico para ampliar mis herramientas en temas relacionados con mi profesión –la agronomía– y puedo afirmar que vengo cumpliendo mis objetivos con creces. Aquí convergen mentes de todo el mundo, recursos, pluralidad de perspectivas y líneas de investigación innovadoras. Sin embargo, hay un tema en el que el discurso mantiene bajo una misma línea a buena parte de la academia: la producción de carne vacuna.

En los países desarrollados los altos niveles de consumo de carne per cápita se asocian a dietas deficientes y enfermedades cardiovasculares. Muchas veces consumida ultraprocesada, con distintos niveles de sodio y perfil lipídico a un churrasco convencional. Asimismo, el modelo intensivo de producción de carne se relaciona con el cambio climático. Mientras tanto, gran parte del mundo experimenta niveles insuficientes de consumo de proteínas animales. Este contraste alimenta un debate global en el que la producción de alimentos, en especial la de carne de vaca, es señalada como responsable del aumento descontrolado del efecto invernadero.

Un monolito llamado academia

En el transcurso por el ámbito académico, todas mis asignaturas dedican parte de sus contenidos a repetir que el consumo de carne es un factor crítico en el cambio climático. Se promueven productos ultraprocesados etiquetados como “veganos” como alternativas más sostenibles que la carne. Este discurso puede escucharse casi al unísono en distintos cursos, siempre y cuando el académico en cuestión no esté vinculado a los sistemas de producción animal. Si no es ese el caso, es sorprendentemente recurrente.

Sin embargo, las cifras cuentan otra historia: el transporte y la industria generan el 75% de las emisiones, mientras que el sector agrícola contribuye entre 15% y 20%, y la ganadería específicamente apenas 6%. Esto incluso depende del indicador con el que se mida.

Por eso, es difícil que sobre un rubro que ya está preconcebido como malo se pueda discutir y tener distintas formas de ser concebido y llevado a cabo. El famoso “depende”, de nuestra formación como ingenieros agrónomos, es un eco que resuena lejos desde la periferia del mundo.

Esta narrativa ignora que gran parte de las emisiones históricas se concentraron en los países ricos desde la Revolución Industrial y que los sistemas ganaderos sostenibles predominan en regiones en desarrollo, donde las contribuciones históricas al cambio climático han sido mínimas. A su vez, estas regiones carecen de los recursos comunicacionales para contrarrestar esta narrativa y presentar sus propias realidades.

Las razones para este discurso de parte de la academia en el Viejo Continente son variadas. Puede explicarse, en parte, por la fragmentación del conocimiento. A diferencia del modelo educativo del Cono Sur, en el mundo desarrollado la especialización conduce a enfoques altamente compartimentados.

Otra razón puede ser el lado filoso del prestigio que se le da al docente. Un docente universitario de trayectoria goza de un estatus social distinto al que estamos acostumbrados. Como parte de su rol, es normal que con el paso de los años se avoquen a hablar en clases o conferencias de temas que no son su especialidad, en una especie de compromiso social. Así fue que escuché a docentes brillantes, muy idóneos en su área de conocimiento, repetir argumentos sobre la producción de carne, que carecen de un análisis somero.

Los mitos recurrentes

Los mitos en torno a la ganadería resuenan con fuerza. Uno de los más comunes es el mito de la competencia alimentaria: que el ganado consume cultivos que podrían alimentar a las personas. Lo cierto es que la mayor parte de la dieta del ganado consiste en subproductos y desechos agrícolas que los humanos no pueden consumir. Eso se convierte en proteína de alta calidad y asimilación.

También se afirma que la ganadería ocupa tierras que podrían destinarse a cultivos. Sin embargo, muchas de estas tierras son marginales, poco aptas para agricultura. Otro mito es que el área destinada a cultivos forrajeros equivale a monocultivo. En realidad, las pasturas artificiales cumplen un rol clave en las rotaciones, mejorando suelos y reduciendo impactos negativos.

Se omite además el rol social de la ganadería: en muchas regiones, especialmente las menos desarrolladas, es el sustento de miles de pequeños productores y familias rurales.

Narrativas encontradas

No se debe ser ingenuo: la industria de ultraprocesados y «proteínas alternativas» está recibiendo inversiones masivas, muchas de las cuales fluyen hacia la academia. Para posicionar estos productos, se construyen narrativas que apelan a consumidores de alto poder adquisitivo. En ese contexto, lo político supera a lo técnico.

Uruguay, a través de INAC y la Cancillería, ha trabajado para revertir estos discursos, aunque persisten contradicciones internas. Por ejemplo, en 2022 un documental auspiciado por una embajada y proyectado en el Planetario de Montevideo sugería a niños uruguayos reducir su consumo de carne y lácteos para “salvar el planeta”, sin considerar el contexto local.

Conocer para definir

Es necesario que los uruguayos entendamos y comuniquemos nuestra realidad: vivimos en el bioma Pampa, con una tradición ganadera arraigada desde la época colonial. Nuestros sistemas, basados en pastizales y rotaciones, son sostenibles y fundamentales para la economía y la conservación ambiental.

El modelo productivo del Cono Sur, que ya se comercializa como «carne carbono neutro» u «orgánica», debe ser defendido y promovido con argumentos técnicos y comunicacionales claros. Si nosotros no lo entendemos y valoramos, será muy difícil explicárselo al mundo.

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Stine lanzará 18 nuevas variedades de soja en Uruguay a partir de 2026

By Cristina Fumero,

Stine Semillas proyecta lanzar en Uruguay una paleta de 18 nuevas variedades de soja desde 2026, enfocándose especialmente en los grupos de madurez entre 5.5 y 6.5. Así lo anunciaron Manuel e Ignacio Rosasco, directivos de la empresa, durante una recorrida por cultivos realizada junto a ADP, el representante oficial en Uruguay.

Entre las novedades destacadas están las variedades ST 62EE52 STS y ST 62KA62, que ya tiene volumen disponible para el productor. Manuel Rosasco señaló que estas nuevas variedades incluyen tecnologías Enlist y Conkesta Enlist, algunas con resistencia STS, y que los productores serán invitados a conocerlas en campo para evaluar su desempeño.

Ignacio Rosasco, director de Stine para Sudamérica, resaltó que la genética desarrollada por la empresa en la región ya está adaptada y lista para competir al más alto nivel. Informó que la meta para Brasil, donde actualmente Stine participa en forma incipiente, es alcanzar un 5% del mercado en 2030. 

En cuanto a Uruguay, Ignacio Rosasco destacó la ventaja competitiva del país en términos de legalidad del mercado de semillas, subrayando la importancia de la alianza con ADP para la distribución local. Además, afirmó que la ganancia genética lograda en las variedades de Stine, es significativa y permite competir de igual a igual con empresas con más trayectoria en la región.

Por su parte, Marcos Guigou, director de ADP, expresó tener “altísimas expectativas” sobre el aporte de la genética Stine a la agricultura uruguaya”.

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Planificación y manejo agrícola: claves para potenciar el rol de las pasturas en los sistemas productivos

By Cristina Fumero,

Las pasturas tienen un papel fundamental en la sostenibilidad de los sistemas agrícola-ganaderos, pero su impacto depende de una planificación estratégica y un manejo adecuado, según afirmó el técnico de INIA Félix Gutiérrez en una jornada organizada por Copagran. Propuso una «visión más agrícola» de las pasturas, considerando factores como selección de especies y cultivares, momento de siembra, fertilización y manejo.

Gutiérrez destacó la importancia de sistemas flexibles ante el cambio climático, que permitan intersiembras u otras estrategias frente a la degradación de las pasturas. También subrayó la necesidad de cultivares productivos desde el inicio en sistemas intensivos. En ese marco, INIA lanza la festuca Cuaró, de alta productividad anual e invernal, y la alfalfa INIA Charrúa, pensada para lechería y ganadería intensiva.

El productor Guillermo Newton (Colonia) enfatizó que mantener la fase de pasturas en la rotación es clave para la estabilidad del sistema. Su modelo combina cuatro años de alfalfa y cuatro de agricultura, con producción de carne y semillas. Advirtió sobre la acidificación de suelos y aplicó estrategias de encalado para corregir pH bajos.

Desde la consultora Cuatro Hojas, Emiliano Uribe señaló que la diversificación es esencial para amortiguar la volatilidad de los mercados. Defendió la cobertura del suelo como herramienta clave y llamó a acompañar la inversión en pasturas con agua en las parcelas para asegurar resultados.

Diego Vercellino (Pratum) propuso el concepto de pasturas de precisión, con tecnologías y decisiones adaptadas al sistema de producción. Mencionó que hay deficiencias en el uso de nutrientes como nitrógeno, potasio y azufre, y que es necesario incorporar el manejo de micronutrientes y correcciones de pH con enmiendas calcáreas. También remarcó la brecha entre producción de pasto y kilos de carne logrados en predios ganaderos.

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Factores de manejo y ambiente definen la brecha de rendimiento en colza

By Cristina Fumero,

Para reducir la brecha entre el rendimiento potencial y el alcanzable en colza, deben considerarse aspectos ambientales y de manejo, señaló Daniel Miralles, profesor de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba-Conicet), en una jornada organizada por Barraca Erro.

En cuanto al manejo, indicó que la implantación superficial de la semilla (menos de 1,5 cm) es crítica, recomendando entre 3 y 4 kg/ha para alcanzar el stand ideal (70-80 plantas/m²). 

Subrayó la importancia de fertilizar adecuadamente con nitrógeno, fósforo y azufre, ya que hasta un 80% de las chacras presentan deficiencia de este último nutriente.

Respecto a sanidad, destacó que el control temprano del hongo phoma es esencial para evitar pérdidas significativas. También recomendó monitorear y manejar malezas como el nabo silvestre, raigrás y poa annua desde etapas tempranas.

Por su parte, Fernando Segú, responsable de I+D de Erro Semillas, resaltó el trabajo con híbridos adaptados a Uruguay, provenientes de genética australiana (Advanta) y europea (DSV). 

En cuanto a la genética de DSV, explicó que trabajan con líneas invernales, en las que han incursionado en los últimos años y que cuentan con un nicho muy específico en el país. El portafolio de Erro incluye dos híbridos: Beatrix CL y Duke, ambos adaptados a situaciones donde se pueda sembrar en abril, especialmente en la zona sur-centro de Uruguay.

Estos materiales incorporan diversas tecnologías, como PSR (resistencia a la dehiscencia), genes específicos (RLM7) de resistencia a phoma y protección contra virosis, acotó.

Asimismo, informó que están desarrollando cruzas entre híbridos invernales y primaverales. “Para la zafra 2025 tendremos un material en macrodesarrollo: Apolo CL”, adelantó. A propósito, resaltó que los ensayos han mostrado “muy buenos resultados en evaluaciones entre materiales invernales y primaverales”.

De esta manera “podemos aprovechar todas las ventajas de un híbrido invernal, como la resistencia a phoma y al desgrane en cosecha, además de la tecnología Clearfield (CL), e incorporar atributos de un híbrido primaveral, como una menor exigencia de vernalización y anticipación a la cosecha”, detalló.

El responsable de I+D de Erro Semillas enfatizó en que este avance “es clave”, dado el contexto agroclimático de Uruguay, ya que aporta “mayor estabilidad y seguridad al productor al momento de recomendar fechas de siembra en abril”.

En esa línea, destacó que Apolo CL es un híbrido invernal por primaveral, diseñado para siembras en abril, y que en esta zafra “se desarrollará a mayor escala para evaluar su adaptabilidad a diferentes fechas de siembra y regiones agrícolas de Uruguay”.

Además, anunció el lanzamiento de dos nuevos híbridos primaverales con genética Advanta: Equinox CL y Hyola 130, ambos de ciclo intermedio-corto y recomendados para siembras a partir del 5 de mayo. “Estos materiales representan una nueva generación de híbridos, con mayor potencial de rendimiento y mejor sanidad respecto a los híbridos primaverales actuales”, afirmó.

Segú indicó que Equinox CL es un híbrido “moderno, con un mejor perfil sanitario y mayor potencial de rendimiento”; mientras que Hyola 130 es un híbrido de ciclo similar, diseñado para maximizar rendimientos en aquellos sistemas que no requieren la tecnología CL, puntualizó.

“Aún mantenemos en el portafolio a Hyola 575 CL, un material ampliamente conocido que, si bien su fuerte no es el potencial de rendimiento, sí se destaca en atributos que impactan en la productividad, como la uniformidad en la implantación y cosecha, la tolerancia a phoma y la tecnología CL”, explicó el ingeniero agrónomo.

De cara a futuras zafras, Erro Semillas está trabajando en el lanzamiento de un híbrido “aún más moderno” del programa de Advanta, denominado Continuum CL, que en la próxima zafra ingresará en áreas de macrodesarrollo para evaluar su performance en los ambientes de Uruguay.

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