El director de Nóvitas, Diego de la Puente, señaló en el programa Punto de Equilibrio de Carve y en verdenews.com.uy que se están alineando factores que podrían favorecer una recuperación en los precios de la soja. Hay un “consenso bastante generalizado” en el mercado financiero internacional y estadounidense de que la Reserva Federal bajará la tasa de interés en septiembre y también en diciembre.
“Es un buen dato porque si la tasa de interés baja, el dólar se deprecia y los que compran granos con otra moneda tienen mayor capacidad de compra. Esa es una condición sine qua non para que los precios de los granos estén un escalón más arriba del que están hoy”, afirmó.
En el caso específico de la soja, De la Puente destacó que la posibilidad de stocks más ajustados en Estados Unidos, que históricamente han generado precios superiores a los actuales, se suman a otros elementos. Entre ellos, mencionó que los valores reales de los granos —deflacionados— se encuentran entre los más bajos de la historia, y que los fondos de inversión están sobrevendidos, lo que “incentiva a pensar en precios mejores”.
También subrayó un “dato muy importante” del último reporte del USDA en agosto: un cambio inédito en el área sembrada, con un aumento de un millón de hectáreas en maíz y una reducción en soja. Esto, señaló, “puede impactar negativamente en el precio del maíz y genera un escenario más holgado y optimista para la soja”.
En el marco de la Expo Prado 2025, se realizará la conferencia “Riego: el motor del campo”, una instancia que busca poner en primer plano la importancia de esta herramienta para la productividad agropecuaria y el desarrollo sostenible. El encuentro tendrá lugar el martes 9 de septiembre, a las 9:30 horas, en el Galpón de Ventas de la Expo Prado.
La actividad comenzará con la presentación de Gastón Sebben, en representación de Regadores Unidos del Uruguay, bajo el título “El valor del riego: una década de información generando más productividad”.
Luego se desarrollará un panel con productores y empresas que ya incorporaron la tecnología en sus sistemas: Amelia Borio, Hernán Masoller y Federico Frick, quienes compartirán sus experiencias y resultados a campo.
Finalmente, la conferencia contará con la visión del gobierno en materia de políticas públicas, a cargo de Alejandro Sánchez, secretario de la Presidencia, quien expondrá sobre las definiciones que se impulsarán en el área de riego.
El evento que se realiza por tercer año consecutivo es organizado por Regadores Unidos del Uruguay y cuenta con el apoyo de la Asociación Rural del Uruguay, Carve 850 y Verdemedia.
Hoy el negocio ganadero en Uruguay atraviesa “un momento muy bueno, como pocas veces hemos tenido”, con un “equilibrio de buenos precios”, una “demanda excelente” y un “escenario climático ideal”, dijo el director de Arrospide e Hijos, Diego Arrospide, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y en verdenews.com.uy.
Comentó que “las relaciones de precios han sido sumamente atractivas”, específicamente la relación flaco/gordo del ganado entre 1,10 y 1,15, considerando que la relación histórica de precios es de 1,20.
La relación de precios con los insumos también es “favorable”, al tener precios “altos” de la carne y valores de los granos “relativamente bajos”, sostuvo.
Arrospide señaló que “el principal traccionador de la cadena ganadera ha sido el corral” en este año, por ese crecimiento también se “estimula al criador”. Uno de los puntos destacados en ese sentido es el acuerdo de precios entre corrales y frigoríficos, pero también entre recriadores y feedloteros, reconoció.
Los precios de referencia son de US$ 5,15 a US$ 5,20 en el novillo gordo y de US$ 4,85 a US$ 4,95 en el caso de la vaca gorda, indicó.
El mercado mundial de aceites registra una “transformación” debido al impacto de los conflictos bélicos, que hicieron a los “gobiernos más conscientes respecto a tener cierta independencia, sobre todo en países que producen oleaginosas”, en un contexto de mayor demanda de biocombustible y de aceites para consumo humano, indicó el analista de mercados de granos y aceites, Agustín Baqué, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y en verdenews.com.uy.
Dijo que “el mundo empieza a requerir oleaginosas con alto porcentaje de aceite”, como es el caso de la colza, el girasol y la camelina, entre otros granos.
“Y en años con precios de los commodities bajos este tipo de productos comienzan a competir más” en el mercado, considerando el rol que tiene el “alto” precio de los fertilizantes en la producción de trigo, cebada y maíz, que “con precios bajos y fertilizantes altos la ecuación queda muy ajustada”, sostuvo.
Advirtió que “este tipo de cultivos alternativos, en un mundo que requiere mucho aceite, mantienen un precio con una prima sobre la soja”.
“En el caso de la colza Uruguay está muy bien posicionado”, teniendo en cuenta que “la Unión Europea empezó a restringir la producción de biocombustible en base a palma y soja, y lo va a focalizar solamente en colza”, dijo.
El analista destacó los impactos que puede generar el arancel impuesto por China a la colza de Canadá, que puede abrir oportunidades para la colza sudamericana en el mercado chino.
En Uruguay el área de soja bajo riego alcanza unas “26.000 hectáreas”, donde los rendimientos se mantienen en “niveles altos” y en un “área creciente”, dijo el asesor técnico de Regadores Unidos de Uruguay (RUU), Gastón Sebben, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y en verdenews.com.uy.
Señaló que dentro del grupo “la soja tiene tres segmentos, la temprana que se siembra en octubre con grupos muy cortos, la de primera sembrada en noviembre, en general con grupos de madurez seis y la soja de segunda”.
En el área total de Regadores, “el 20% es soja temprana, un 50% es soja de primera y en torno al 30% es soja de segunda”, indicó Sebben.
Afirmó que la superficie de segunda de soja “ha crecido también, por lo menos en el esquema de rotaciones del grupo, hace algunos años las sojas de segunda bajo riego eran muy poquitas y hoy ocupan un lugar también importante”.
En la reciente zafra de verano, “el rinde promedio de la oleaginosa bajo riego fue de 3.900 kilos por hectárea del total”, mientras que “las sojas tempranas registraron un rendimiento promedio de 4.800 kilos por hectárea”, con un “máximo de 5.800 kilos por hectárea”, destacó.
Sostuvo que el rinde promedio del total de la zafra pasada está “bastante bien ubicado”, si bien “no es el mejor” en comparación a años anteriores.
La productividad de las sojas tempranas bajo riego, que vienen ganando espacio dentro Regadores, representan unos 1.700 kilos más que la obtenida en secano, comparó.
La primera estimación de costos de soja de primera para la zafra 2025, elaborada por el Equipo Técnico de Sofoval, muestra una mejora respecto a agosto de 2024. En su informe, la institución vuelve a subrayar que los cultivos deben pensarse como parte de un sistema productivo, donde pesan tanto las decisiones de rotación, el manejo de malezas, las fechas de siembra, para alcanzar altos niveles de productividad y poder tener rentabilidad.
El cálculo de Sofoval no incluye la renta de la tierra y plantea tres niveles de rendimiento: 1.800, 2.500 y 3.000 kilos por hectárea. El costo total, sin arrendamiento, baja un 6,2% al pasar de US$ 663/ha en 2024 a US$ 622/ha en 2025. Este valor incluye US$ 13/ha en seguro (granizo e incendio) y US$ 30/ha en imprevistos.
Con un precio de soja proyectado de US$ 365 por tonelada para 2025 (vs US$ 360/t en 2024), los ingresos brutos se ubican en US$ 657, US$ 913 y US$ 1.095 por hectárea según el escenario de rinde, frente a US$ 648, US$ 900 y US$ 1.080 en 2024.
El margen antes de arrendamientos pasa de -US$ 15, US$ 193 y US$ 343 en 2024 a US$ 35, US$ 250 y US$ 405 en 2025. En consecuencia, el punto de equilibrio baja de 1.840–2.050 kg/ha en 2024 a 1.700–1.890 kg/ha en 2025.
Entre los insumos, la semilla se abarata de US$ 108/ha a US$ 100/ha (-7,4%). El fertilizante NPK (4-30-10+S) sube de US$ 77/ha a US$ 83/ha (+7,8%) y el fertilizante foliar de US$ 20/ha a US$ 23/ha. Pese a eso, el total de insumos baja de US$ 307/ha a US$ 279/ha (-9,1%), gracias a menores costos en herbicidas y fungicidas.
Las labores prácticamente no cambian (US$ 208 → US$ 207/ha), mientras que la logística poscosecha se reduce de US$ 104/ha a US$ 94/ha (-9,6%). Esto responde a la mejora en la relación gasoil/dólar: Sofoval marca un gasoil contado de $ 52 por litro en agosto 2024 frente a $ 48 por litro en agosto 2025, con un tipo de cambio de $ 41 por dólar y $ 40 por dólar, respectivamente. Así, el gasoil baja de US$ 1,29 por litro a US$ 1,19 por litro (-7,7%).
El Ministerio de Ambiente abrió a consulta pública la propuesta técnica para la modificación del Decreto 253/79, referido a las “Normas reglamentarias para prevenir la contaminación ambiental mediante el control de las aguas”.
Uno de los puntos más novedosos de la modificación es la regulación directa sobre la producción agropecuaria. Tambos y encierros intensivos deberán contar con Autorización de Vertido y cumplir con estándares más exigentes que los actuales en el manejo de efluentes, al igual que viveros con tratamiento de semillas y emprendimientos de acuicultura.
En cuanto al uso de efluentes en suelos agrícolas, se fija un límite de 25 ppm de fósforo (P-Bray I en 0-15 cm), además de la obligación de aplicar balances de nutrientes y respetar una distancia mínima de 50 metros a cursos de agua.
También será obligatorio implementar planes de monitoreo de suelos y napas freáticas. A esto se suma la incorporación de plaguicidas y otras sustancias a la lista de contaminantes prioritarios que deberán ser declarados y monitoreados en aguas, lo que implica un nuevo nivel de control sobre su uso y manejo.
La propuesta también exige Autorización de Vertido a varias actividades vinculadas al agro que antes no estaban detalladas de manera explícita. Entre ellas se incluyen frigoríficos, plantas de silos, industrias de alimentos, lácteos y bebidas derivadas de la producción agropecuaria, así como lavaderos de camiones y contenedores que transporten sustancias peligrosas o insumos agrícolas.
Todas esas actividades deberán cumplir estándares de vertido más exigentes, con límites específicos de fósforo, nitrógeno, sólidos en suspensión, coliformes y metales pesados.
Otro aspecto clave es el uso de agua para riego de cultivos destinados a consumo humano. La propuesta introduce una categoría especial de protección para los cuerpos de agua que se utilicen con este fin. Si una fuente es declarada bajo esa categoría, tendrá objetivos de calidad más estrictos que los generales.
En lo que refiere a las aguas pluviales en predios agroindustriales, el decreto propuesto define que las aguas pluviales potencialmente contaminadas —por ejemplo, escurrimientos en predios con almacenamiento de granos, agroquímicos o insumos— deberán ser canalizadas y tratadas antes del vertido. Se establece la obligación de incorporar elementos de control de calidad y descarga que serán definidos en la autorización otorgada por el Ministerio de Ambiente.
También se introduce el principio de producción más limpia y eficiencia hídrica, con una lógica de economía circular en el uso del agua. Esto incluye el reúso de aguas residuales tratadas, la elaboración de balances hídricos en predios productivos y la definición de metas de mejora progresiva en la reducción del consumo de agua. Tales disposiciones alcanzan tanto a productores agropecuarios como a agroindustrias, como pueden ser lácteas, frigoríficos, molinos o arroceras.
El texto propone nuevas restricciones territoriales y para la protección de acuíferos. En zonas de recarga o alrededor de perforaciones de abastecimiento podrán limitarse nuevas actividades agropecuarias o agroindustriales, con el fin de preservar la calidad del agua subterránea.
Los plazos de adecuación son escalonados y varían según el tipo de actividad y la magnitud del impacto ambiental. Para los emprendimientos nuevos, las exigencias comenzarán a regir de inmediato una vez aprobado el decreto. En cambio, para las actividades ya existentes se establecen períodos de transición: entre 12 y 36 meses para adecuar sistemas de manejo de efluentes y vertidos, dependiendo de la complejidad de las instalaciones y la sensibilidad ambiental de la zona donde operan.
En particular, tambos, encierros y agroindustrias con efluentes líquidos tendrán un plazo máximo de dos años para presentar y ejecutar planes de adecuación, mientras que las industrias de mayor porte, como frigoríficos y plantas lácteas, podrán disponer de hasta tres años. En todos los casos, deberán presentar informes de avance y compromisos de inversión ante el Ministerio de Ambiente.
La propuesta fue elaborada en el ámbito del Grupo de Estandarización Técnica de Agua (Gesta Agua) de la Comisión Técnica Asesora de Medio Ambiente (Cotama).
El Gesta Agua, reactivado en marzo de 2025, trabajó de forma participativa entre abril y agosto de este año, con la participación de organismos del Estado —Ministerio de Ambiente, Ministerio de Industria, Energía y Minería, Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, Ministerio de Salud Pública—, empresas públicas como OSE, UTE y Ancap, gobiernos departamentales, cámaras empresariales (Cámara de Industrias del Uruguay y Cusai), instituciones académicas y de investigación (UdelaR, UTEC, UCU, INIA, INAC e Inale), asociaciones profesionales y organizaciones de la sociedad civil. La consulta pública estará abierta entre el 18 de agosto y el 1º de septiembre de 2025.