La decisión del Instituto Nacional de Colonización (INC) de comprar un campo en Florida por US$ 32,5 millones es “correcta” porque está entre “las potestades del gobierno”, y otro asunto es “defender la figura del colono y del INC histórica de asentamiento de la gente en el campo y que ese minifundio se convierta en viable”, dijo el presidente de la Asociación Rural (ARU), Rafael Ferber, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y en verdenews.com.uy.
Señaló que hoy ese instituto “maneja unas 600.000 hectáreas, hay 390.000 hectáreas en manos de arrendatarios y los colonos pagan un 60% de lo que es una renta en el mercado, con lo cual hay US$ 40 de diferencia en una renta promedio de US$ 100”. Eso quiere decir que “el Estado y los uruguayos subsidiamos ya en renta a los colonos entre US$ 15 millones y US$ 17 millones”, sostuvo.
El titular de la ARU aclaró que la institución “no está en contra de eso”, pero “llama la atención que se haga crecer” esa cartera de tierras con la compra de 4.400 hectáreas en Florida, “con monte de olivos que no se sabe qué futuro tendrá”.
Ese es un “campo de primera línea que iba a ser un campo de primer mundo, en producción, generación de impuestos y divisas para el país. Lo sacamos de ahí y lo ponemos en los predios de menos de 500 hectáreas, que socialmente son muy importantes pero van en contra de la línea de crecimiento” que se ha mencionado desde el Poder Ejecutivo, consideró.
En alusión a esa compra, Ferber afirmó que “productivamente y apuntando a crecer esto va en contra, y no lo podemos negar”. Históricamente, la información de Colonización y la manera de entrar a ese ente estatal “se manejó políticamente”, cuestionó el directivo rural, al recordar que pasaron los diferentes partidos políticos en las administraciones de gobierno.
Y planteó: “me van a decir que está todo en regla y prolijo”, pero “¿los uruguayos sabemos de Colonización, cómo se maneja, qué pasa si te atrasas (en el pago de las rentas)?”.
El presidente de la ARU dijo no compartir la posición de quienes sostienen que es necesario cerrar el INC, con el argumento que no cumple con su función.
“Cuando somos capaces de producir un kilo de carne con un costo por debajo de US$ 1, con precios implícitos en los últimos 10 años que oscilan entre US$ 1,50 a US$ 2 siempre vamos a tener un buen margen en la empresa ganadera”, señaló el director de Campo Capital, Gonzalo Ducós, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y en verdenews.com.uy.
Este tema fue abordado en el marco de una actividad de campo, organizada en días pasados por la cooperativa Progan, en la que se mostró un sistema en el que si se ajusta la carga ganadera en la zona noreste, de 0,9 a 1,1 unidades ganaderas, se logran incrementar los kilos de carne producidos en cinco años, pero se mantiene el costo del kilo producido por debajo de US$ 1, dijo.
Ducós comentó que el margen será “muy bueno cuando el precio implícito es de US$ 2,15 o US$ 2,20 o razonablemente bueno cuando el precio está en alrededor de US$ 1,60”.
“Producir 200 kilos de carne no es para todos, pero preparar las empresas para que logren eso y cuando el mercado acompaña logro captar y capitalizarlo en el margen de mi empresa es lo que uno debiera pensar en hacer”, sostuvo.
Planteó que lo primero es tener un objetivo y aludió a su rol de asesor en los grupos CREA, donde se trató de “fortalecer la determinación de objetivos claros y ordenados para que las empresas puedan pensar su plan de acción de largo plazo”.
Si bien cada sistema se diseña y cada realidad es distinta, Ducós consideró que una empresa “con un objetivo claro, con una cría robusta, que preña bien sistemáticamente, que maneja eficientemente las pasturas y que es eficiente cuando trabaja en el área mejorada, porque muchas veces hemos visto que mayor producción de carne no significa que es más margen”.
“El problema es que más producción de carne debe tener atrás un sistema integrado de producción que permita tener controlado de antemano cuál es el margen”, enfatizó.
Mientras avanza “a full” la cosecha de soja, los productores y empresarios del sector advierten los movimientos que registran los precios en estos días en el mercado local. El lunes se llegó a “US$ 362 o US$ 363” por tonelada, luego de varios días con valores inferiores, pero el mercado ha ido perdiendo fuerza, dijo el director de Nuevo Surco, Pablo Engelhardt, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y en verdenews.com.uy.
Por el impacto que tienen en el mercado de granos las declaraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, vinculadas a la guerra comercial y al reporte del USDA, el empresario señaló que el lunes “hubo una suba muy importante en el precio de la soja, que en comparación con la semana pasada estuvo entre US$ 10 y US$ 13 por encima”, y luego se volvieron a corregir.
“Hay un porcentaje muy grande de productores que todavía no tomó posición de precio, hoy cerca del 50%” del volumen no está comercializado, comentó, en relación a que durante el ciclo productivo hubo poca concreción de negocios por el escenario de valores.
Sobre los cultivos de invierno, Engelhardt dijo que en la plaza local hay una situación estable en los precios: la canola oscila entre los US$ 470 y US$ 480 por tonelada, al tiempo que la carinata se ha ubicado en torno de los US$ 540 por tonelada.
“La logística estuvo tensa, pero no llegó a quebrar en ningún momento porque las plantas de silo no trancaban; al no llegar demasiada mercadería con altos niveles de humedad, los camiones descargaban rápido”, indicó.
Sostuvo que en la zona de influencia de Nuevo Surco los rendimientos se ubican en “la mayoría de las chacras por encima de los 3.000 kilos” por hectárea, en “unas cuantas, más de 4.000 kilos”, y “muy pocas chacras están por debajo de 3.000”, salvo algún caso puntual en Paysandú con rindes más bajos.
El Instituto Nacional de Colonización (INC) concretó la compra del establecimiento María Dolores, un predio de 4.404 hectáreas ubicado en el departamento de Florida. La noticia fue dada a conocer en el marco del homenaje póstumo al expresidente José Mujica y, tanto desde el oficialismo como desde el Movimiento de Participación Popular (MPP) —que lo tuvo como su principal referente—, se le atribuyó una fuerte carga simbólica.
Cuando el cortejo fúnebre de Mujica llegó a la sede del MPP, Alejandro Sánchez, secretario de la Presidencia y dirigente cercano al exmandatario, tomó la palabra entre lágrimas, rodeado de militantes y banderas. “No podemos hacer un discurso, hablamos desde el corazón. Lo cierto es que la siembra del viejo se transformó en miles. Pepe, no te fuiste, ahora hay miles de Pepe Mujica. Gracias viejo”, dijo conmovido. Luego, anunció: “En honor al viejo, a su siembra, hoy el Instituto de Colonización compró 4.000 hectáreas para los trabajadores rurales. La lucha continúa, compañeros”.
Sánchez remarcó que la adquisición se hizo “a ocho kilómetros de Cerro Norte, en Florida”, y afirmó que parte de ese legado continuará con esta nueva colonia rural.
En ese marco, fuentes políticas indicaron a VERDE que hay una propuesta firme para que la futura colonia que se instale en ese campo lleve el nombre de José Mujica, como forma de homenaje al histórico dirigente frenteamplista y su vínculo con la tierra, el trabajo rural y las políticas de acceso a la producción.
Con esta compra, el INC confirma un cambio de orientación respecto a la política de tierras que predominó en la administración anterior. La Ley 11.029 otorga al Instituto preferencia sobre predios rurales de más de 500 hectáreas (según índice ConEAT) o de 1.000 hectáreas, de acuerdo con el decreto del Poder Ejecutivo. En esos casos, los propietarios deben ofrecer los inmuebles al INC antes de negociar con terceros, respetando el mismo valor y condiciones de pago.
María Dolores fue adquirida en 2007 por Rafelor SA, una empresa del empresario peruano-marroquí Víctor Lumbroso, que desarrolló distintos emprendimientos agropecuarios en Uruguay. En los últimos meses, su familia inició un proceso de desinversión en el país.
El campo estaba en proceso de ser vendido a una empresa uruguaya vinculada a una importante industria frigorífica, que cuenta con su planta industrial en Las Piedras (Canelones). Esa compañía, dirigida por uno de los empresarios más influyentes del sector, tiene un establecimiento lindero a María Dolores. “Está rodeado por ese campo”, comentó una fuente a VERDE.
El acuerdo de compraventa preveía un valor cercano a los US$ 7.500 por hectárea, lo que implicaba una operación total de unos US$ 33 millones, y contemplaba que la empresa tomara posesión en julio. Sin embargo, el INC ejerció su derecho de preferencia, alterando el rumbo de la operación.
En María Dolores se desarrollan actualmente unas 2.100 hectáreas de agricultura, cuenta con 1.100 hectáreas bajo riego, se ganadería y posee un corral de engorde con capacidad estática para 10.000 terneros, utilizado como cuarentena para la exportación en pie.
La operación trascendió a fines de marzo y, desde entonces, en conversaciones informales entre referentes del sector lechero y autoridades se comenzó a señalar que ese campo representaba una oportunidad estratégica para el desarrollo de la lechería, a través del Instituto de Colonización.
El gobierno ha planteado como meta la incorporación de unas 25.000 hectáreas destinadas a ese sector, aunque, según fuentes consultadas, el INC busca que las asignaciones aseguren una escala productiva que no comprometa la competitividad de los colonos.
La adquisición generó reacciones. En su cuenta de X (antes Twitter), el senador nacionalista Sebastián Da Silva escribió: “Hoy no es un día para polemizar. Hay que respetar el duelo de una importantísima parte de nuestro país. Solo decir que los problemas son muchos y que gobernar es un poco más que rendir honores con plata pública. En este caso, 33 millones de dólares y un casco de 17 dormitorios”.
Y agregó: “El viernes, cuando pase todo, daré mi opinión sobre la bondad de gastar ese mundo de plata en una estancia. Seguimos respetando el duelo”.
Los actuales precios récord de la carne vacuna a nivel mundial “son solo el comienzo del camino” para la industria durante el próximo año o dos, según afirmó el analista internacional Simon Quilty, del grupo Global Agritrends, durante el Foro Global Angus celebrado esta semana en Brisbane, Australia, de acuerdo a lo informado por el medio especializado Beef Central.
Quilty sostuvo que el comercio mundial de carne vacuna está dejando atrás un mercado condicionado por la oferta —como ocurrió en los últimos dos años y medio— para dar paso a una nueva etapa dominada por la demanda, con fundamentos sólidos que apuntalan los valores actuales.
En su presentación, citó datos recientes de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), que señalan que los precios mundiales de la carne vacuna alcanzaron un nuevo máximo histórico en abril. A diferencia del pico de 2022 —que fue impulsado por los efectos de la pandemia y las distorsiones generadas por los estímulos económicos— el actual escenario, explicó, responde a factores estructurales más sostenibles.
“Esta vez no es un pico artificial ni momentáneo. Es apenas el comienzo del proceso”, aseguró. Y advirtió que se está gestando una escasez global de carne vacuna, con señales claras en América del Norte, Sudamérica y Australia, donde prevé un menor rodeo hacia fines de este año. A eso se suma, dijo, una demanda internacional que se mantendrá excepcionalmente fuerte.
El analista recordó que durante la pandemia el mercado experimentó fuertes disrupciones logísticas, problemas de procesamiento e incremento de los inventarios, lo que terminó deprimiendo los precios en 2023. Hoy, sin embargo, el escenario global es muy distinto, con menos stock disponible, costos altos de reposición y consumidores que siguen activos en los principales mercados.
Pese a la “volatilidad económica y política”, para el mercado internacional de los lácteos es un “momento positivo” porque “los precios subieron desde mediados del año pasado, y al mismo tiempo los costos de producción se mantuvieron bastante constantes”, dijo el analista senior del Rabobank, Andrés Padilla, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y en verdenews.com.uy.
Afirmó que eso permitió que los “márgenes de rentabilidad sean positivos tanto para los productores como para las industrias” lácteas. En referencia a Estados Unidos (EEUU), Padilla advirtió que “hay algunos vientos en contra, como temas regulatorios, impactos de costo de producción que acaban disminuyendo el apetito de los productores para aumentar la producción tan fuertemente como en otros momentos”.
Sobre las restricciones vinculadas a reducir el impacto ambiental de la lechería en el mercado europeo, el analista senior del Rabobank comentó que “hay un riesgo relevante de que Europa pierda entre 10% y 15% de su producción de leche en los próximos 10 años, debido a todas estas restricciones”. Países “más estrictos” del norte europeo, como Holanda y Dinamarca “pueden llegar a tener una caída más importante en su producción”, sostuvo.
Padilla será uno de los principales conferencistas de la Mercoláctea 2025, donde hará una presentación sobre este y otros temas de relevancia el viernes 16 a las 11 horas.
Este año la cosecha de soja avanzó “muy rápido y se acerca al 60%”, al analizar los datos del litoral y el sur del país, mientras que en igual período del año pasado estaba en 40%, señaló el responsable de la unidad agro de Smartway, Andrés Feuer, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y en verdenews.com.uy.
Destacó que la humedad del grano promedia 13,2%, un valor “mejor respecto a los niveles de 17% a 18%” registrados en la cosecha 2024, que estuvo marcada por las complicaciones climáticas.
En cuanto a los rendimientos, Feuer indicó que el promedio general es de “3.300 kilos por hectárea”, con “3.560 kilos” para los cultivos de primera y “3.130 kilos” para los de segunda, siempre con rendimientos corregidos a seco.
Comentó además que en esas regiones las fechas de siembra promedio para la soja de primera fueron “prácticamente óptimas”, en torno al 15 de noviembre, mientras que para la soja de segunda rondaron el 10 de diciembre.
El promedio acumulado de lluvias en el área sembrada es de 638 milímetros, desde la siembra hasta la cosecha. Entre los registros máximos se destacan los 700 milímetros en Paysandú, 680 mm en Soriano, 660 mm en Flores, y 650 mm en Río Negro, con valores también relevantes en Colonia y Durazno, detalló Feuer.
En contrapartida, advirtió que en departamentos como Canelones y San José las precipitaciones fueron “bastante inferiores”, con apenas 435 milímetros en el primero, lo que impactó negativamente en los rendimientos, que “en algunos casos no llegan a los 2.000 kilos”.
Feuer señaló que tanto los excesos como los déficits de lluvias afectaron la productividad. Dado que “en parte de Paysandú se vieron comprometidas las condiciones de siembra y el desarrollo de los cultivos por el momento en que ocurrieron las precipitaciones”, explicó.