La empresa obtuvo una capitalización de US$ 23 millones, la más grande del sector agtech en Latinoamérica, ronda liderada por una firma brasileña y dos de Silicon Valley
Un nuevo paradigma comienza a hacerse fuerte en Latinoamérica. Los agronegocios tienen ahora un nuevo formato basado en la tecnificación del sector, que ya aborda sus diferentes aristas. Es por eso que Agrofy, compañía nacida y con vasta experiencia en Argentina, desembarca de forma directa en Uruguay.
Se trata del mercado online líder, donde la oferta y la demanda pueden conectarse de forma sencilla, siendo su objetivo la productividad y la rentabilidad de los productores rurales.
Agrofy llega para brindar su experiencia en Argentina y Brasil, sumado a los otros siete países donde está presente, y ofrecer una experiencia nueva a la hora de realizar las transacciones online.
Maximiliano Landrein, CEO de la empresa, expresó: “Tenemos el gran desafío de continuar mejorando la experiencia de compra online de los productores en cada una de las 17 categorías de productos y servicios que están disponibles en Agrofy”.
“A futuro, además de la amplitud de la oferta, el objetivo es simplificar los procesos logísticos y de pago, con ayuda de los bancos, las tarjetas de crédito, los exportadores, los distribuidores y los transportistas del sector. En eso vamos a enfocar los fondos y todos los esfuerzos de nuestro equipo”, adelantó.
Y concluyó: “Creemos que el comercio electrónico le permite hacer mejores negocios, tanto a los productores como a las empresas proveedoras del sector, que encuentran en Agrofy una herramienta para ayudar a sus canales a digitalizar sus procesos de cotización y venta”.
Por su parte, la gerente de Desarrollo de Negocios de Uruguay, Martha Cuan, explicó la misión de la compañía en el país. “Agrofy Uruguay nace para aumentar y mejorar las oportunidades de negocio, a través de nuestro e-commerce. Esto lo hacemos adaptándonos a las necesidades de los productores uruguayos en los diferentes segmentos que trabajamos. Por ende, lanzamos la plataforma de comercio electrónico más segura e inteligente del país, como canal complementario a la hora de realizar negocios, mejorando los tiempos y costos, aumentando las posibilidades de negocio y generando contactos realmente calificados”, detalló.
Agregó que “nuestra propuesta de valor se basa en la creación de una sucursal virtual totalmente customizada y adaptada a las necesidades de cada negocio, para aumentar las ventas. Esta sucursal se convierte en un nuevo canal de venta directa, a través de sus distribuidores o sucursales para nuestros clientes”.
Detalló que “en la propuesta de valor está incluido el servicio de creación de la sucursal, con un servicio personalizado de atención, mantenimiento y mejora, para optimizar los resultados que entregamos mes a mes. Nuestro principal diferencial es apuntar a los negocios específicos y concretos de las categorías que manejamos como: maquinaria agrícola, herramientas, insumos, infraestructura, campos, repuestos y rodados”.
La ejecutiva de Agrofy comentó que “en este primer año que llevamos trabajando en Uruguay estamos generando más de 3.000 oportunidades de negocios para nuestros clientes a través de nuestra plataforma, y estamos invirtiendo fuerte en el país. para seguir creciendo y ser el e-commerce referente número uno de la agroindustria”.
Líder de inversiones en agtech en LATAM
Agrofy obtuvo recientemente una capitalización de US$ 23 millones, la más grande del sector agtech en Latinoamérica. La ronda de inversión fue liderada por SP Ventures, de Brasil, a la que se sumaron dos referentes de Silicon Valley: Fall Line Capital y Acre Venture Partners, ambas con una sólida trayectoria en agro e inversiones en agtech.
Además, participó Brasil Agro, una de las compañías agropecuarias brasileñas líderes. Esta capitalización se suma a las de los accionistas actuales de la compañía, entre los que se encuentran Bunge Ventures, Syngenta Ventures, Cresud y Lartirigoyen.
“Estamos muy contentos con este proceso de capitalización porque sumamos inversores clave para seguir potenciando el crecimiento de la compañía en el resto de Latinoamérica. Esta inversión, unida al acompañamiento fundamental de nuestros inversores actuales, nos permite además continuar en el proceso de mejora continua de nuestra plataforma y potenciar el aporte que hacemos a todos los sectores relacionados con el agro”, dijo Alejandro Larosa, presidente de Agrofy.
B2B Markeplace del año
Agrofy fue reconocida en 2020 como el B2B Marketplace del año, en la inauguración del programa AgTech Breakthrough Awards conducido por AgTech Breakthrough, una reconocida organización de inteligencia de Mercado, que reconoció a las que hoy en día son las compañías superadoras, tecnologías y productos en el mundo del AgTech a nivel global.
La misión de los premios AgTech Breakthrough Awards es honrar la excelencia y reconocer la innovación en una serie de categorías de tecnologías agrícolas y alimentarias, incluidas las tecnologías agrícolas basadas en la Internet de las Cosas (IO) y la Inteligencia Artificial (IA), la gestión de campos, la agricultura de interior, la calidad de los alimentos, el análisis de datos y muchas más. El programa de este año atrajo a más de 1.750 nominaciones de más de 15 países de todo el mundo.
“Nos sentimos honrados de premiar a Agrofy con el premio al mercado B2B del año, por su trabajo en el fortalecimiento de los sistemas alimentarios del mundo, mediante la mejora de la rentabilidad y la productividad de los agricultores de América Latina, utilizando herramientas de comercio electrónico que son sencillas de implementar y utilizar”, dijo Bryan Vaughn, director general de los Premios AgTech Breakthrough.
Agregó que “la empresa también es líder en su compromiso de crear un entorno de trabajo diverso y de alta calidad, para apoyar a su creciente equipo de innovación tecnológica”.
Un poco de historia
En el año 2019 Argentina tuvo el superávit comercial más importante de los últimos cinco años, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Las exportaciones agropecuarias ocuparon un rol fundamental, principalmente las ventas de semillas y frutos oleaginosos; cereales; grasas y aceites; y carne.
Por otro lado, el comercio electrónico viene motorizando el dinamismo de diversas industrias. En el caso del agro, el marketplace electrónico ha servido para acompañar y potenciar a la industria más pujante del país. En este contexto, Agrofy se ha constituido como “el mercado online del agro”, destacan desde la empresa.
Fundada en noviembre de 2015 con el objetivo de potenciar los agronegocios a nivel global, por internet, Agrofy logró consolidarse en cuatro años como el marketplace líder de la región.
En la actualidad es la principal plataforma de comercio electrónico especializada en insumos agropecuarios para la producción (semillas, fertilizantes, herbicidas e insecticidas); herramientas(eléctricas, con motor a explosión y manuales); maquinaria agrícola y vial (tractores, cosechadora, sembradoras, retroexcavadoras, entre otras); infraestructura (tanques, silos, alambrados y demás); rodados (camionetas, camiones, autos, carrocería y neumáticos); seguros (hacienda, patrimonio, cultivos, empleados y personal, integrados y todo riesgo); repuestos para maquinaria; créditos y financiación; y venta y alquiler de inmuebles y campos en todas la provincias argentinas.
Agrofy, cuya tecnología es propia, cuenta con un modelo de negocios único, que integra toda la cadena de distribuidores de la industria. Su conocimiento del sector rural y su fuerte crecimiento en Brasil la consolida como la compañía agtech líder de América Latina.
Como servicio adicional, la empresa ha desarrollado Agrofy News, el medio de noticias on line del agro.
Quienes quieran contactarse con Agrofy podrán hacerlo a través del correo electrónico comercial@agrofy.com
Las inversiones realizadas generaron mayor eficiencia en los servicios a la agricultura local y también a las cargas en tránsito que provienen fundamentalmente de Paraguay
Hay que resaltar que “hubo varias mejoras a nivel portuario para atender las exportaciones del Uruguay, tanto en los accesos al puerto de Nueva Palmira, como en las inversiones que hemos realizado en Navíos, con más puestos de atraque, que prácticamente han eliminado la espera de los buques para cargar”, dijo a VERDE Ruben Martínez, director de Corporación Navíos.
Agregó que, desde hace un par de años, “el canal Martín García está dragado a 34 pies. Eso permite, por ejemplo, que los barcos de soja carguen 45.000 toneladas en Nueva Palmira, completen con unas 15.000 toneladas adicionales en Montevideo y se vaya a su destino con 60.000 toneladas. La infraestructura de Nueva Palmira está a punto para atender las necesidades de exportación del Uruguay y la región”.
Explicó que en los accesos a Nueva Palmira, el principal puerto granelero del país, se realizó un by pass y se mejoraron los puntos de ingreso a cada terminal. “Todavía faltan por mejorar algunas calles laterales que conectan a los acopios. La intendencia de Colonia debe apuntar a esas calles donde están la mayoría de los acopios, para evitar el barro cuando llueve y el polvo cuando no llueve. Esperamos que esto se vaya encaminando, pero hoy está casi todo solucionado”, destacó Martínez.
También señaló que el ministro de Transporte y Obras Públicas (MTOP), Luis Alberto Heber, “se comprometió a terminar unos metros que le faltan a la calle que pasa frente a la terminal de la Administración Nacional de Puertos (ANP)”.
En el caso de Navíos, Martínez informó que en abril se inaugurará una nueva grúa de descarga de barcazas, que incrementará el ritmo de descarga a 14.000 toneladas por día, producto de una inversión de US$ 1,5 millones.
La compañía ha realizado varias inversiones en los últimos años. “La más importante fue hace tres años, cuando se amplió el muelle, lo que nos permitió contar con otros dos puestos de atraque para barcos de ultramar, para granos y minerales, que demandó una inversión superior a los US$ 150 millones. Seguimos apuntando a la mejora continua, tratando de mejorar la calidad de los procesos y nuestros equipos”, comentó.
EL COVID Y LA LOGíSTICA
El año pasado la irrupción del Covid motivó diferentes acciones, para minimizar riesgos y cambió la dinámica diaria en todos los rubros y sectores. “Fue y es un periodo con una curva de aprendizaje bien pronunciada. En poco tiempo tuvimos que adaptar procesos y operaciones, para mantener a raya cualquier caso que se pudiera registrar”, dijo Martínez.
También destacó el trabajo de coordinación que realizó la Dirección de Servicios Agrícolas del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) con toda la cadena agroexportadora, “porque todo arranca en la chacra, pasa por los acopios y llega hasta los puertos. Cada eslabón tiene que seguir los protocolos porque, de lo contrario, toda la cadena corre riesgo. El año pasado se aplicaron los protocolos a conciencia, los efectos fueron mínimos, y las exportaciones se han podido conducir a buen ritmo”.
Planteó que en este momento el país atraviesa una situación más compleja, “por lo cual seguimos ajustando protocolos y procesos, para no tener complicaciones severas en caso de tener algún positivo. Estamos trabajando fuerte para eso”, dijo.
EL MOVIMIENTO Y LOS TRÁNSITOS
Sobre el movimiento de la terminal en el año 2020, Martínez señaló que estuvo influenciado por el efecto de la seca, que impactó en la producción de soja en Uruguay, pero dijo que, “salvo eso, se condujo de buena manera”.
El volumen de granos cargado por Navíos se ubicó en torno de las 2,6 millones de toneladas. “Los tránsitos (producción de otros países) representaron aproximadamente el 50% de total”, señaló.
Un elemento destacado por Martínez fue la diversificación de productos que ha venido mostrando la agricultura uruguaya. “Estamos viendo con mucho optimismo como se van sumando otros granos, como la colza, el trigo que en su momento fue importante, así como la cebada. Sumar producciones que favorecen a los productores y ayudan a consolidar a la soja, que muestra una alta variabilidad”.
En la zafra de invierno pasada hubo una buena cosecha de trigo y cebada. “Se abrió la exportación de cebada. Eso fue una muy buena noticia, porque se trataba de una vieja aspiración de varios operadores del mercado, que sostienen que se puede producir cebada no solo para el consumo de la industria local sino también para exportar como grano. Además, se sumó una muy buena cosecha de canola, que también está siendo exportada”, valoró.
Martínez destacó que Uruguay cuenta con un puerto en la zona núcleo, para atender la exportación de granos. “Invirtió para mejorar su infraestructura, para atender el dinamismo que tomó la agricultura en Uruguay y también la demanda de terceros países, que buscan salir al mar por la hidrovía. Se ha invertido para mejorar la infraestructura”, remarcó.
Sostuvo que “los tránsitos son muy importantes para Nueva Palmira”. Si bien se siguen haciendo, “han venido retrocediendo, porque desde hace tres o cuatro años el complejo aceitero argentino, que es uno de los más grandes del mundo, está teniendo una demanda muy fuerte sobre la soja que Paraguay transporta por el río”.
Esa situación motivó una disminución en la participación de Nueva Palmira en el porcentaje de carga paraguaya. “También se dan otras condiciones muy peculiares. Paraguay, siendo también uno de los principales países exportadores de soja, no tiene relaciones diplomáticas con el principal país importador, que es China. Entonces, gran parte de la producción paraguaya, que además tiene un contenido proteico más alto que el de la soja argentina, va a las plantas de molienda ubicadas en la zona de Rosario, en Santa Fé, para producir una harina de soja Hi Pro”.
Martínez señaló que “los porcentajes de trasbordos de la soja paraguaya en el puerto de Nueva Palmira se han visto afectados, pero se siguen dando. Ya hemos recibido carga y se han coordinado los primeros barcos de soja de Paraguay”.
Las definiciones de política portuaria en Argentina siempre se siguen de cerca en Uruguay. En esa línea, Martínez señaló que en estos últimos tiempos “no hubo grandes cambios”. Explicó que, lo que pasa con la soja paraguaya “es una cuestión de mercado, porque a Paraguay le conviene vender parte de su soja a la industria argentina”.
Admitió que cuando “en Argentina se abre o se cierran los tránsitos o las importaciones de soja de Paraguay, Uruguay se ve afectado. Pero independientemente de eso, siempre se mantienen en aumento los tránsitos de soja paraguaya por Nueva Palmira, porque hay negocios con otros destinos donde el cliente busca el grano de soja de ese origen”.
Agregó que en Argentina también se está discutiendo el dragado de salida. “Los volúmenes que vuelca Argentina a la exportación tienen una magnitud muy importante, y se produce básicamente en la zona de influencia de Rosario (Santa Fe)”.
Esto motiva a que se “busque dragar el río Paraná, para que los barcos salgan con la mayor carga posible”. Pero el tratado de dragado de los canales de salida del sistema de ríos, que son los canales Mitre y Martín García, marca que ambos tienen que estar dragados a la misma profundidad. “Nuestra atención debe de estar en que la profundidad del canal Martín García y del Paraná Bravo acompañen a la del canal Mitre, y no queden retrasados”, subrayó el director de Corporación Navíos.
Además, describió que una de las grandes novedades, que aparece con volúmenes cada vez más importantes en los tránsitos, es el arroz proveniente de Paraguay. Ese país se está empezando a posicionar como un país productor de arroz y está compitiendo con Uruguay en algunos mercados”.
EL OBJETIVO: LA CARGA BRASILEÑA
A principios de este año hubo una reunión entre los presidentes de Brasil, Jair Bolsonaro, y de Uruguay, Luis Lacalle Pou. Entre los temas tratados estuvo el de la hidrovía. Sobre este punto Martínez indicó que se observa con muchas expectativas.
“La zona de Mato Grosso del Sur es una región que está produciendo cada vez más granos, y tiene que transitar unos 1.500 kilómetros para llegar a los puertos atlánticos de Brasil. Si tiene posibilidades de hacerlo por vía fluvial, por el río Paraguay y la hidrovía, le sería mucho más accesible”, señaló.
Hasta el momento “había algunas dificultades con el certificado fitosanitario que se emite con la exportación del grano, porque en los puertos brasileños se hacía pensando en el destino final. Eso generaba complicaciones para realizar el tránsito de producción brasileña en terceros países; había una dificultad burocrática”, explicó.
La Comisión Permanente del Transporte de la Cuenca del Plata abordó el tema, “para encontrar soluciones a esa dificultad, y hubo avances. Una vez que quede solucionado, esperamos ver más cargas de Brasil por la hidrovía, lo cual es una muy buena noticia”, dijo.
Martínez sostuvo que Brasil ya participa en la hidrovía con la carga de minerales, que también hace tránsito en Nueva Palmira. “Eso es importante, porque los granos no serán algo nuevo para los operadores”, valoró. Además, dijo que la hidrovía atraviesa cinco países, cada uno con su prefectura, aduana, “hay dificultades burocráticas de todo tipo, y al estar un jugador como Brasil, las negociaciones ayudan a encontrar mayores consensos”.
La Hidrovía Paraná-Paraguay-Uruguay es una vía fluvial “comparable con las más grandes del mundo, como la del Misisipi, que atraviesa la primera economía del mundo, que aún tiene potencial de crecimiento, pero ya es un mercado maduro. Tiene esclusas y otras cuestiones que en la hidrovía no son necesarias, porque es navegable naturalmente, y durante prácticamente todo el año. Solo requiere un dragado básico en algún paso crítico y señalizaciones. Tiene grandes ventajas desde el punto de vista económico y ambiental, para mover grandes volúmenes y en grandes distancias por el río”, describió.
Sobre las ventajas que le brinda la hidrovía al exportador de Brasil, al compararla con la salida terrestre hacia los puertos brasileños del Atlántico, el ejecutivo de Corporación Navíos explicó que una barcaza de 1.500 toneladas lleva el equivalente a 50 camiones de 30 toneladas, y los convoyes de barcazas llevan 20 barcazas. “Un convoy con 20 barcazas saca 1.000 camiones de la ruta y, si sale en ferrocarril, tiene que sumar algún trasbordo. Además, de los costos, se facilita la operativa de exportación de esa producción”.
Brasil ha desarrollado los puertos de la región norte, en lo que denomina el Arco Norte. Por allí hace algunos años se exportaban muy pocos granos, y en la actualidad ya se exportan más de 20 millones de toneladas.
Al ser consultado por la competencia que se podría generar entre el Arco Norte brasileño y la hidrovía, Martínez indicó que “hay una línea de frontera entre Mato Grosso del Sur y Mato Grosso, que también marcan las cuenca de los ríos. La producción que está al sur de Cuiabá puede utilizar la hidrovía, mientras que al norte ya es cuenca del Amazonas, y la carga fluye al Arco Norte, que también tiene la ventaja de la cercanía con los puertos europeos”.
Con la traba burocrática de los certificados fitosanitarios en vías de solución, Martínez señaló que “las expectativas son muy buenas” y se espera que en este ciclo comercial “baje soja brasileña hacia Nueva Palmira”. Estaba “llegando algo de soja de esa región a las plantas aceiteras de Argentina”, informó.
A la interrogante de si Corporación Navíos piensa invertir río arriba, Martínez respondió que eso “se está evaluando”. Agregó que se piensa en puerto Murtinho, en el estado de Mato Grosso del Sur, sobre el río Paraguay”. El objetivo pasa por captar producción en esa región, para que luego llegue a Navíos en Nueva Palmira. “Somos un proveedor profesional de servicios logísticos, que pretende proporcionar al exportador una solución para sacar la producción del centro del continente”, enfatizó el director de Corporación Navíos.
Sobre el volumen de soja que puede captar Nueva Palmira mediante la hidrovía, Martínez consideró que es difícil de estimar, pero “asumamos que esa zona de Mato Grosso produce 6 millones de toneladas de soja y, haciendo una hipótesis gruesa, donde la mitad se transporte por el río, Uruguay podría captar hasta 3 millones de toneladas, que potencialmente podrían llegar a hacer tránsito en Nueva Palmira”.
Julio Blanco, director de Interagrovial SA, empresa que representa a la marca John Deere en Uruguay, detalló cuáles son las tendencias tecnológicas que impulsa la compañía
El productor “es de los empresarios que más reinvierte”, destacó Julio Blanco, director de Interagrovial SA, representante de John Deere en Uruguay. A propósito, dijo a VERDE que “casi todo lo que el agro genera se reinvierte en el propio sector, y eso redunda en más sustentabilidad económica y ambiental”.
Destacó que, “así como el agricultor uruguayo reinvierte muchísimo, el productor local siempre estuvo abierto a la tecnología, ha viajado mucho, facilitamos el ingreso de la tecnología a través de viajes con productores, además del marketing de los propios productos y demostraciones. Tenemos la función de ser facilitadores de esa tecnología”.
Destacó que “hoy nuestra propuesta de valor, hablando de la producción de granos, pasa por una conectividad en línea con el equipo que está en el campo. Tanto el productor como nosotros, en el Centro de Soporte al Cliente –una sala de monitoreo con asesores capacitados que observan la salud de la máquina y los datos agronómicos que va generando– monitoreamos lo que está pasando”.
Explicó que no solo se trata de lo que pasa en un ambiente, sino que va más allá. “La máquina está trabajando con la prescripción que salió del procesamiento de datos de años anteriores, de mapeos, y del trabajo de un software. El equipo va aplicando de una manera variable, de acuerdo a lo que necesita esa prescripción, tanto de fertilización, como de siembra y aplicaciones, en cada lugar del campo”.
De esa forma, se logra aplicar “específicamente lo que cada pixel del campo necesita en ese lote. Entonces, las últimas generaciones de equipos vienen con toda la aptitud para conectarse online, para recibir esos datos, hacer su trabajo con la variación requerida, de acuerdo a la receta que le pone, y además devuelve datos al sistema, de una manera casi automática”.
Señaló que “el almacenamiento y el servicio de recibir y enviar información a la nube en el Centro de Operaciones John Deere, cada productor lo tiene sin costo, por solo ser cliente”.
En ese lugar de la nube el productor tiene los datos de cada lote, potrero o parcela, dividido de la forma que el productor quiera, de acuerdo al mapa de su campo, detalló Blanco. Además, en el Centro de Soporte Conectado de Interagrovial hay asesores en contacto con los clientes, “para asegurarles que los datos fluyan, para que se puedan almacenar y procesar, además de brindar todos los tutoriales necesarios para procesarlos”.
Servicio más eficiente
También es importante el monitoreo de la salud del equipo. “Si una máquina emite un código de alerta, necesita algo, se le está viniendo el intervalo de cambio, o lo que fuere, está totalmente monitoreado online. Y el Centro de Soporte Conectado está vinculado con nuestro departamento de servicio. Entonces, cuando el soporte técnico sale al campo, ya sale preparado, esto aporta muchísima eficiencia, baja costos y permite disminuir la movilidad en los trabajos de servicio a campo”, destacó Blanco.
“El servicio cambia, porque antes de ir a la máquina tengo las alternativas definidas, porque me comunico con la máquina a través del sistema que posee tiene un software para dar servicio, que se llama Service Advisor Remote. Históricamente, se generaba el problema y el técnico iba hasta el lugar, conectaba el software y veía cómo repararlo. Ahora funciona de forma remota”, destacó.
Esta tecnología permite estar conectado de forma online con la máquina, que “incluso permite prever problemas y anticiparse, tener una gestión proactiva, y después puedo actualizar software e intervenir las máquinas a distancia. Recién ahí, sabiendo todo lo que falla, veo cómo y por qué voy al equipo”, explicó.
Tecnología integrada
El líder de Interagrovial remarcó que todos estos productos y softwares periféricos conectados en la nube son productos John Deere. “Vienen diseñados junto con las máquinas. John Deere no trabaja con ningún proveedor externo a la hora de interactuar con el cliente. Todos estos productos forman parte del ecosistema de la marca. Por eso nuestra propuesta de valor es trabajar con todo este sistema integrado, con la conectividad y los datos”, subrayó.
Pero comentó que, además, Interagrovial tiene convenios con otras empresas. Puso el ejemplo del software Taranis, que representa Lanafil, que “es muy bueno”. Explicó que se toman datos con un dron, y la información de esos vuelos se puede cargar en el Centro de Operaciones John Deere. “Eso está complementando los datos de los mapeos que salen de las propias cosechadoras, y agrega precisión”.
Puso el ejemplo de un campo con malezas. “Para corregir el problema hago los vuelos con el sistema de Taranis, lo cargo en los mapas, proceso los datos y después lo envío al pulverizador que aplicará en los lugares donde están las malezas. Eso me permite ahorrar producto, beneficiar al medio ambiente, bajar costos y mejorar la calidad de aplicación. El futuro de la agricultura viene por acá, por tecnología y precisión. Esta es la revolución de la agricultura y está disponible en Uruguay”, enfatizó.
Inversión en conectividad
Recordó que el año pasado se tomó la decisión de “acelerar la adopción de esta tecnología, no solo por las limitaciones en movilidad que nos iba a poner la pandemia, sino porque estratégicamente nuestro negocio va por acá”, afirmó el empresario.
Al respecto, comentó que en Interagrovial “se hizo una inversión importante para entrenar a nuestros asesores y en conectividad. Adquirimos centrales telefónicas inteligentes, software para el Centro de Soporte Conectado para brindar atención al cliente, y allí se creó la sala de monitoreo en la casa central de la empresa en Montevideo”.
Agregó que la unidad de negocios forestal y vial, Interagrovial por sus características las opera de forma separada del negocio agrícola. La sucursal forestal tiene base en Paysandú, donde se está instalando otro centro de monitoreo para esta unidad de negocio.
Además, “hicimos una inversión muy grande en vehículos equipados para servicio a campo, y en una flota de vehículos eléctricos para los asesores, que a partir del próximo mes representará más de la mitad de la flota total de Interagrovial. Hicimos una apuesta fuerte a la capacitación, a la atención al cliente a distancia y capacitación empresarial”, detalló.
“Se trata de un proyecto de inversión que incluye sistemas, sala de monitoreo, conectividad, entrenamiento, vehículos, tratamiento de efluentes en los talleres y el proyecto ya está terminando de ejecutarse”, confirmó Julio Blanco.
Valoró que “la gran mayoría de nuestros clientes ya vienen adoptando tecnología y han avanzado muchísimo en estos últimos años en pilotos automáticos, banderilleros y mapeo. Ahora se suma esta siguiente etapa en el camino a la precisión y la sustentabilidad ambiental”.
Interagrovial “también ofrece soluciones financieras desde su unidad de créditos, y maneja una cartera propia. Además cuenta con el fideicomiso de financiación de Interagrovial y la unidad de John Deere Financial en Uruguay”, recordó el director de la compañía.
Julio Blanco sostuvo que el área de financiación de la empresa “está muy desarrollada y cuenta con varias soluciones que le permiten al productor la incorporación de tecnología y equipos de acuerdo a sus necesidades productivas”.
Sustentabilidad
El director de Interagrovial valoró que la evolución de estas tecnologías cambian el modelo de negocio y la forma en que se brinda el servicio. “Sin dudas que esto redundará directamente en ayudar a la sustentabilidad de los procesos productivos y ambientales, que es el propósito de Interagrovial”, afirmó.
Comentó que estas tecnologías permiten “cultivar aplicando menos, optimizando los insumos. No solo poniendo la cantidad exacta sino donde tiene que ir; no solo por ambiente sino en cada lugar del campo, algo que le otorga la inteligencia de la máquina, mediante JD Link. Además de contar con todos los datos de cada zafra, se generan y procesan para subirlos a la nube y que el productor los tenga disponibles, algo que se hace de forma automática”.
En esa línea, Blanco también destacó que “las nuevas cosechadoras de John Deere se van autoajustando una vez por minuto, algo que un ser humano no lo puede hacer, ni siquiera una vez por hora o una vez cada cuatro horas. La internet de las cosas y la inteligencia artificial está detrás de todo esto”. Agregó que JD Link está disponible para los grandes equipos, pero también en el corto plazo los tractores de menor potencia contarán con dicha tecnología.
La firme demanda mundial de alimentos
“Estamos viendo un gran viento a favor desde afuera. La demanda mundial de alimentos está determinando un escenario de precios como el que estamos viendo. Y estos precios están dados por los desajustes que se van dando en la oferta. El crecimiento de la demanda es constante en las proteínas, en los granos, y eso derrama en los demás commodities”, analizó el director de Interagrovial SA, Julio Blanco.
Al ser consultado por VERDE, destacó: “estamos en un sector donde la actividad se puede seguir llevando a cabo, un sector que no paró. Hay que agradecer, porque sabemos de otros rubros que están pasando mal, y que no pueden llevar a cabo normalmente su actividad”.
El empresario consideró que “ese viento a favor, que viene de afuera, está generando en el agro uruguayo un momento de optimismo. La ecuación es favorable, tanto en oleaginosos como en cereales, incluyendo el arroz”.
El principal de la empresa que representa a John Deere en Uruguay, dijo que los actores de la cadena agrícola “tenemos una gran responsabilidad en cuidar la sanidad y la seguridad de nuestra gente. Por suerte los empleos los podemos seguir manteniendo, estamos contribuyendo al empleo, pero tenemos una gran responsabilidad en el cuidado y la sanidad de todos nuestros trabajadores”.
Comentó que “en estos días estamos planteando protocolos que son bastante exigentes en los trabajos a campo, y después los protocolos para trabajar dentro de la empresa. Nos estamos adecuando a la realidad de estos días”.
Por otra parte, Julio Blanco valoró que “hay muy buenas señales, un gobierno que acompaña, que entiende, que está logrando destrabar algunas cosas que traíamos, y eso forma un buen clima para invertir. Al clima de negocios lo vemos muy bien. Hay un gobierno que escucha, que acompaña, eso es importante. Cadenas como la láctea, la arrocera y en algunos aspectos la ganadera, traían muchos desafíos, y con mucho esfuerzo están logrando algunos resultados y destrabar algunas cosas que inciden muchísimo en el clima de inversión. Tanto los productores como la agroindustria están con ánimo de invertir”.
En lo que refiere específicamente a la maquinaria agrícola, dijo que “hay sectores como el arroz, que venían con un rezago de inversión muy grande, de más de cinco años. Y eso no solo es la cantidad de horas de uso de cada máquina, sino también la ausencia de las últimas generaciones de tecnología, que casi no se ven en el sector. Esa es otra necesidad más de inversión”.
El empresario sostuvo que el clima de negocios en el país “es bueno, están las condiciones para invertir, el financiamiento está, y los beneficios para invertir también”.
Por último, el director de Interagrovial consideró que “está bien lo que quiere hacer el gobierno nacional, de darle un impulso a sectores que son la base de nuestra economía y de la multiplicación de los empleos, que pueden desempeñarse, aún en pandemia, con todas las salvedades sanitarias y de seguridad”.
Diego Varalla, director de Apeo, analizó en detalle los números de cada rubro, así como las oportunidades de negocios y las amenazas que se plantean en el actual contexto
Ganadería y agricultura en las nuevas relaciones de precios. ¿Cuál es el nuevo equilibrio? Este fue el título de la conferencia organizada por VERDE Plus y la consultora APEO, donde se analizaron los números de los sistemas ganaderos y agrícolas, considerando los actuales valores de ambos rubros, así como las oportunidades y amenazas que se plantean.
La presentación estuvo a cargo del ingeniero agrónomo Diego Varalla, socio de Apeo, quien luego de hacer una detallada presentación sobre los números de cada rubro, planteó que “si analizamos a nivel de margen bruto, deberíamos obtener 2.000 kilos de soja por hectárea para tener el mismo margen que las pasturas. Si nos guiamos por el margen bruto, todas las charcas que estén por encima de 2.000 kilos en su potencial de producción para el año que viene podrían pasar a la soja”.
Pero agregó que si se analiza el margen bruto sobre el capital de giro, el equilibrio está en 1.600 kilos de soja por hectárea. Explicó que si un productor quiere saber exactamente el dinero que tiene que poner en un negocio y en el otro, y cómo le renta ese dinero, todas las chacras que tienen potencial de producción de 1.600 kilos por hectárea deberían pasar a agricultura.
También planteó el negocio completo, considerando el valor de la tierra, donde la soja debería rendir 1.900 kilos por hectárea para que iguale la rentabilidad total de las pasturas.
Varalla sostuvo que son rendimientos de equilibrio de soja relativamente bajos considerando el promedio histórico. Esto quiere decir que la presión de la tendencia económica para pasar de pasturas a soja está sobre la mesa. Esto implica que hay un mayor porcentaje de chacras en Uruguay que tienen la posibilidad de entrar en el negocio agrícola.
Pero agregó que la agricultura no es solo soja, y que el margen puede mejorar con el doble cultivo. Por lo tanto, los rendimientos de equilibrio pueden llegar a ser aún más bajos si se analiza un sistema agrícola completo contra una hectárea de pasturas.
Indicó que en la medida que mejoran los ambientes, mejora también el resultado de la soja respecto a la ganadería, pero planteó que “el tema es con qué ganadería nos comparamos, porque cada vez más estamos viendo la inserción de agua en la parcela y subdivisiones. Así, pasturas que producían 380 kilos pueden llegar a producir más de 500 kilos de carne por hectárea, y eso nos marca una mejora del 30% en la producción de esta pastura. Además de subdividir las praderas se pueden dividir los potreros de campo natural y no utilizarlos como depósito de ganado donde solo están y toman agua”.
Brecha tecnológica
Varalla también señaló que hay tecnologías en la ganadería para empezar a monitorear procesos, que pueden elevar el resultado económico de esas pasturas. “Tenemos que ver si en la agricultura y en las pasturas estamos en el tope tecnológico, y cuál es la brecha. Mi sospecha es que en la ganadería la brecha tecnológica es más grande que en la agricultura. Si bien siempre hay para crecer, me parece que en la ganadería hay más espacio para crecer”, afirmó el director de APEO.
Detalló que en Uruguay se sigue marcando poco más del 60%, se siguen entorando vaquillonas de 3 años, todavía hay un porcentaje importante de animales que se faenan con edad avanzada, hay potreros grandes y una mala utilización del forraje.
Consideró que sería muy bueno el impacto que podría tener Uruguay, en su conjunto, la adopción de medidas tecnológicas como las que se plantean en los grupos Crea y desde el Instituto Plan Agropecuario.
A propósito, señaló un trabajo presentado en la jornada de la Unidad de Producción Intensiva de Carne (UPIC), de Facultad de Agronomía, en 2017. Allí se planteó que si Uruguay pasa a entorar todas las vaquillonas a los 2 años, tendría una mejora de 3% en la producción; si se mejorara la marcación al 72%, tendría un impacto adicional del 8%; si logra bajar la faena a novillos de 2 años, 2 años y medio y 3 años como máximo, mejoraría otro 3%; y si incrementara 5% la utilización del forraje del campo natural –aunque hay estudios que demuestran que ese incremento puede ser bastante superior–, se podría generar otro 8%. En total, todo ese paquete de medidas, permitiría pasar de 88 kilos de carne por hectárea a 108 kilos de carne por hectárea, con un impacto de 22%.
Situación actual
El ingeniero agrónomo insistió en aprender de lo que ya sucedió luego del anterior auge de precios agrícolas. “Considerando el precio y el estado actual de las pasturas, ¿estamos dispuestos a desarmar nuestros sistemas de producción?”, se preguntó.
Recordó que desde el año 2005 hasta el 2013 “tuvimos un proceso de conversión fuerte hacia la agricultura, impulsado por el alto precio de la soja. En 2008/09 la sequía, con una incidencia de langosta que fue brutal, liquidó muchas pasturas, y ese fue el empujón a los indecisos para hacer más agricultura, y la base forrajera se desarmó. Y luego, en el año 2013, cuando cayó el precio de la soja, costó recomponer los sistemas de producción”.
Por lo tanto, dijo que “hay que ver si alguien que tenga una rotación armada está dispuesto a desarmarla. Si las pasturas antes duraban cuatro o cinco años, ahora capaz que duran tres años, y la que esté en un estado no tan bueno probablemente pasará a agricultura. Esos balances hay que tomarlos, porque el tren pasa y tampoco hay que ser necios”.
Pero insistió en que “también hay que recordar cuánto costó rearmar la rotación después que bajó el precio de la soja”.
Por otra parte, señaló que, con la soja a US$ 300 por tonelada, se pensaba mucho en la sustentabilidad de los suelos. “Hablábamos mucho de la inserción de las pasturas en nuestros sistemas de producción, y que eran necesarias para mejorar la porosidad del suelo. Pasamos por épocas de puentes verdes que después se quemaban, después pasamos a poner ganados en esos puentes verdes, a poner pasturas y hablamos de la sustentabilidad”, repasó.
Pero enfatizó que “el desafío es mantener esa sustentabilidad con un precio de la soja a US$ 450 por tonelada. Por eso, decimos que hay que tener memoria”.
Liquidez
Señaló que pasar una hectárea de pastura a agricultura, a priori, generaría liquidez, porque se precisan US$ 450 para hacer una hectárea de soja y el productor suele tener inmovilizado US$ 700 u US$ 800 en ganado arriba de una pradera. Por lo tanto, “vas a tener más plata de la que vas a gastar, y eso le puede generar a las empresas cierta liquidez. Pero, ¿para qué vamos a usar esa liquidez? ¿Para agrandar la empresa? ¿Para arrendar campos ganaderos? ¿Y cómo volvemos cuando el precio de la soja baje?”, planteó.
El consultor recordó que en los años anteriores de precios altos en la agricultura, muchas empresas trataron de cuidar su ganado, haciendo agricultura en sus mejores suelos y arrendando campos ganaderos a precios altos, llevando al negocio ganadero a margen cero, con el fin de cuidar el activo.
Pero, “eso ya lo vivimos, y tiene implicancias”, advirtió. Dijo que “mientras el precio del ganado va en suba vamos en coche, porque tendremos la valorización del activo, pero si el precio de la soja baja nos acordamos de las pasturas, de la sustentabilidad, las volvemos a incorporar, dejamos los campos que estábamos arrendando y volvemos con los ganados. Por lo tanto, seguramente vuelvas porque ese activo (ganado) bajó de precio”.
Explicó que, generalmente, cuando el precio de la soja baja, el precio de la tonelada de carne exportada también baja, porque “van de la mano”. Y agregó que el precio de la tonelada de carne exportada determina el precio del novillo gordo, y el del novillo gordo determina el valor del ternero. Y, por lo tanto, cuando uno de esos precios baja, todos los demás también.
Pero si no se arriendan campos ganaderos y se vende el ganado, “¿qué hago con esa plata? Mucha gente vendió ganado en su momento y nunca más recuperó la plata, y no pudo volver al negocio”, advirtió.
Planteó que, “para tomar las decisiones hay que ver con qué ganadería nos comparamos. ¿Cuál es mi productividad en ganadería y agricultura? ¿Cuáles son mis limitantes?”.
Por último, afirmó que “hoy notamos que las empresas están mucho más maduras, con más aprendizajes. Creo que no hay una vocación, como en aquellos tiempos, de que todas las pasturas vayan a pasar a agricultura, o un porcentaje elevado. Sí van a pasar las de cuarto o quinto año, y aquellas que estén deterioradas. Pero no vemos una vocación por desestabilizar fuertemente las rotaciones, que tanto tiempo nos costaron armar y estabilizar”.
El productor Gonzalo Torres Negreira, de la zona de Young, destacó la suba de precios y las buenas perspectivas de cierre de ejercicio, tras una buena zafra de invierno
Al negocio “lo estamos viendo con otra expectativa”, dijo a VERDE Gonzalo Torres Negreira, productor agrícola-ganadero de la zona de Young (Río Negro). Recordó que “cuando arrancamos a sembrar o a preparar la siembra (de soja), en octubre, no vislumbrábamos un futuro así. El mejor escenario de precios era de US$ 350 o US$ 370 por tonelada para la soja, y hoy los precios son muy interesantes”.
Consultado sobre su estrategia de venta de la producción de esta zafra, el agricultor respondió que “por la experiencia de otros años, la idea era no vender nada. Después, entre una cosa y otra fuimos vendiendo, en la medida que el precio fue subiendo. No escapo a la realidad de muchos de haber vendido a US$ 340. También tengo soja vendida a US$ 380, a más de US$ 400 y a US$ 500 por tonelada. Tengo vendidos unos 1.200 kilos por hectárea”.
Sobre la evolución de esta zafra, comentó que hubo varios momentos claves. “En la siembra parecía que no llegaríamos ni a sembrar, después hubo algunas lluvias en diciembre que nos permitieron sembrar, la soja nació muy bien, vino un enero duro, pero como el cultivo estaba chico llegamos bien a las lluvias de fines de enero. Ahí parecía que teníamos la carrera casi ganada, pero en febrero se complicó. Después, en nuestra zona cayeron algunas lluvias”, relató.
En cuanto al promedio histórico de producción de soja en sus chacras, dijo que, “sin considerar el año 2018, que fue un año seco, cosechamos en promedio unos 2.600 o 2.700 kilos por hectárea, entre primera (30%) y segunda (70%)”. Y planteó que, “este año esperamos estar cerca de ese promedio, pero sería una burbuja, en la zona de Young. Porque hay zonas donde no llovió en los momentos donde se precisaba el agua. Las lluvias fueron muy irregulares incluso en predios cercanos”.
La empresa
Torres Negreira explicó que su empresa es agrícola-ganadera, y aunque “siempre quisimos ser más ganaderos que agricultores, pero en esta zona crecer en ganadería no es sencillo. Para crecer en superficie hay que tener un perfil más agrícola”, admitió.
Comentó que en la actualidad siembra unas 2.000 hectáreas físicas de agricultura. “Son 1.600 en soja, y unas 500 entre maíz de primera y de segunda. Después, en el área ganadera, son unas 720 hectáreas más, donde hago principalmente recría. El 40% del área es familiar, y el otro 60% es arrendado”, explicó.
En relación al rubro ganadería, dijo que compra principalmente ganados preñados, con el fin de recriar los terneros hasta que lleguen a 300 kilos, y las vacas se invernan cuando se destetan los terneros, para luego embarcarlas a frigorífico. Los terneros son vendidos a los corrales de engorde de la zona.
Recordó que “el año pasado no fue un buen negocio, porque los corrales estaban sin precio y no podían tomar una posición. No fue un buen año para hacer recría, comparado, por ejemplo, con el anterior. El 2019 creo que fue el mejor año de la década para el negocio de recría”.
Sobre la estrategia del negocio cuando los precios bajaron, dijo que “trataba de recomprar barato si vendía barato. Vendía y reponía. En la medida que mantenés las cabezas, cuando viene el repunte de precios volvés a recuperarte”.
Rotaciones agrícolas
En cuanto al sistema de rotaciones agrícolas, Torres Negreira explicó que “la mayoría de la soja es de segunda, vienen después de un cultivo de invierno. En estos años la soja tenía un número muy acotado, el precio era de US$ 290 o US$ 300 (por tonelada), la alternativa era hacer otro cultivo antes, que permitiera disminuir el costo de la renta, entre otros y sumar al sistema. Pero siempre fui de sembrar mucho cultivo de invierno, al menos 60%, desde que empecé en agricultura hace 16 años”.
Planteó que “la agricultura de por sí es riesgosa, y jugarse todo a un solo cultivo, sea a soja o maíz, y no hacer un cultivo de invierno, es algo muy arriesgado. Es importante plantear una diversificación, para tener los huevos en distintas canastas”.
Agregó que en el resto del área de invierno (40%), donde no se hacen cultivos, se hacen puentes verdes, fertilizados, refertilizados y pastoreados. “Son coberturas pensadas para el pastoreo, y tratando de que eso también deje un residual de fertilización”, comentó.
Planteo productivo
En cuanto al paquete tecnológico, dijo que “tratamos de ir ajustándolo todo lo posible, porque el recurso tierra es escaso, hay que ganar kilos por hectárea, porque los kilos son los que te mantienen en el negocio. Hoy vemos una mejora en los rindes. Fertilizamos lo más posible, con la mayor cantidad de nutrientes, no solo con fósforo y potasio, sino también con azufre, zinc y micronutrientes”.
Señaló que ese paquete considera, además, que son chacras que tienen una historia agrícola larga. Y que “tenemos que sacar más kilos en campos cada vez más usados”.
Puso el ejemplo del maíz de secano. “El año pasado sacamos en torno de 9.500 kilos (secos), y parte de eso se debió al planteo de fertilización que todos los años fuimos ajustando, agregando buenos niveles de nitrógeno y azufre, entre otras medidas. Todos los años le damos una vueltita a la perilla, y cuando las lluvias acompañan todo ese potencial se expresa”, aseguró.
Agregó que “en soja pasa lo mismo. Hace 10 años estaba en 2.100 o 2.200 kilos, pero cuando incorporé el potasio y el azufre tuve un salto importante. Después está la variabilidad por el clima, por más que uno haga un manejo fantástico de fertilización, si las lluvias no acompañan tendremos malos rendimientos”.
Recordó que en el año 2018, que fue seco, cosechó 1.600 kilos por hectárea. “Al año siguiente se registraron muy buenas lluvias y logramos 3.100 kilos de promedio, con 40% del área de primera y 60% de segunda”, señaló.
El productor dijo que también trata de ajustar la calidad de siembra. Comentó que la siembra de maíz es toda neumática, porque “no hay algo más preciso que eso, ya que la fertilización a veces se hace desfasada; y la soja se siembra en parte de forma neumática y algo a chorrillo, pero me parece que en ese cultivo no hay una gran variación. De igual forma, sería bueno lograr hacer todo neumático”.
Torres Negreira comentó que hace 12 años que siembra maíz, y que hace unos siete años que no hace sorgo. “Entiendo que la investigación en el mundo se dedica más al maíz que al sorgo. Se nota que el maíz ha progresado mucho, demuestra una rusticidad muy importante frente al estrés, y captura mucho potencial cuando el clima viene mejor y acompaña”, destacó.
Las virtudes del negocio de la cebada
“Los cultivos de invierno que hago son cebada y trigo, pero en los últimos cuatro años tenemos más preferencia por la cebada”, dijo a VERDE el productor Gonzalo Torres Negreira, de la zona de Young.
Explicó que, si bien los potenciales productivos de ambos cultivos son similares, la cebada vale un poco más y, además, la referencia de entrega es Young, mientras que la del trigo es Nueva Palmira. “De Young estamos a 10 o 20 kilómetros, y de Nueva Palmira a 180 o 200 kilómetros. Eso significa U$S 35 o U$S 40 por tonelada, es mucho dinero; en un año complicado podría llegar a ser el margen”, enfatizó.
Comentó que este invierno sembrará algo de trigo, pero comentó que “en la mayoría de los años, para hacer un negocio decente, hay que embolsarlo y aguantarlo. Pero eso tiene un costo financiero”.
Sin embargo, la cebada tiene la virtud de la fijación de precio. “La otra es que después de la fecha que entregaste hay un cronograma de pagos que se cumple estrictamente, y que le da certezas al negocio”, destacó.
“En general vengo muy conforme con la productividad de la cebada. El año pasado, las que se sembraron antes del 15 de junio, hicieron el llenado de grano temprano, antes de que se instale la sequía. Esas promediaron entre 5.000 kilos y 5.500 kilos por hectárea. Y la que se sembró en julio, porque hubo 15 o 20 días en los que no se pudo trabajar (por lluvias), agarraron la sequía, y esas dieron 3.000 kilos por hectárea”, recordó.
Comentó que, en su caso, la media productiva en cebada está entre 4.000 y 4.500 kilos por hectárea. Admitió que, en líneas generales, el cultivo de invierno es bastante costoso. “Lo hacemos con buena fertilización basal y le estamos agregando 300 kilos de urea. Si sacas 4.500 por hectárea y el precio se ubica alrededor de los US$ 200 por tonelada, queda un margen. Por eso se apunta a planteos que otorguen rinde y calidad”, acotó el productor.
También señaló que la producción invernal dependiendo del año y las condiciones climáticas, puede encontrarse con algún problema de calidad, como fusarium, por ejemplo, y “la cuenta se puede hacer un poco más justa”. Aunque, indicó que “el fusarium ataca más al trigo, que a la cebada. Pero si la calidad de la cebada viene bien, es un negocio muy interesante”.
También recordó que, en cebada, “hace unos años apareció con fuerza la ramularia, una enfermedad que generó inconvenientes, pero luego con el avance de los fungicidas el problema tiene solución. Esas herramientas tienen que estar presupuestadas”.
Torres Negreira destacó que otra ventaja de la cebada es que libera la chacra 15 o 20 días antes, para la siembra de soja.
“El tándem cebada-soja o cebada-maíz es de las cosas más atractivas para hacer un cultivo de invierno. Porque va financiando parte de la renta, del costo de la tierra, y si el cultivo de verano deja un rendimiento razonable, entre los dos se puede sacar un rendimiento interesante”, afirmó.
En la zona de Young, y puntualmente en su caso, porque en zonas cercanas llovió menos, el productor consideró que “si el cultivo de soja se acerca a los rendimientos promedios que ha tenido la empresa en los últimos años, y se suma a la cebada que rindió 4.500 kilos por hectárea, el tándem cebada-soja dejaría un resultado muy interesante”. Y destacó que, de concretarse, “sería la mejor ecuación de los últimos siete años”.
El Sistema de Control de Malezas Enlist de Corteva, sobre la base de la sustentabilidad, con robustos programas de control y buenas prácticas, aporta soluciones en soja y maíz
Corteva y Rutilan SA presentaron el Sistema de Control de Malezas Enlist, que estará disponible para la próxima siembra de verano. El ingeniero agrónomo Juan Martín Sorrondegui, responsable de ensayos de Rutilan SA y Corteva, dijo a VERDE que el Sistema de Control de Malezas Enlist está compuesto por tres elementos: los eventos biotecnológicos en soja y maíz, el herbicida Enlist Colex-D y el manual de buenas prácticas Enlist Protect.
En cuanto a los eventos biotecnológicos, en maíz brinda resistencia a glifosato, a 2.4-D Enlist Colex-D, Verdict Max y glufosinato de amonio; mientras que en soja le confiere resistencia a 2.4-D Enlist Colex-D, glufosinato de amonio y glifosato.
El segundo elemento es el herbicida, que tiene el mismo nombre que el sistema: Enlist Colex-D. “Se trata de un nuevo 2.4D que se podrá utilizar sobre los cultivos. Dicho producto presenta avances y mejoras en varias características respecto al 2.4D amina. A campo tiene ultra baja volatilidad y en verano se considera un 2.4D no volátil. La formulación contiene varios adyuvantes antideriva, denominados Colex-D, y junto a las boquillas determinadas y recomendadas por el sistema, la deriva se reduce hasta un 90% frente a la utilización de un 2.4D estándar y boquillas estándar. Además, 2.4-D Enlist Colex-D no tiene olor, ni aporta olor a la mezcla de herbicidas que se estén utilizando”, indicó.
El tercer pilar del sistema es Enlist Protect. Para Sorrondegui esta es una parte fundamental, porque se trata de un manual de buenas prácticas, adaptado a Uruguay, que cuenta con mucha información generada en el país. “Con Enlist Protect acercamos toda la información necesaria para el correcto uso de la tecnología como, por ejemplo, sugerencias de programas de control donde Corteva y Rutilan hacen mucho énfasis”, señaló.
Además, explicó que “nuestro objetivo es que la tecnología se maneje de forma sustentable en el tiempo. Debemos aprender de los errores del pasado para que el Sistema de Control de Malezas Enlist no sea pan para hoy y hambre para mañana. Con un buen manejo tendremos tecnología por mucho tiempo”.
Agregó que en Enlist Protect hay pautas para la elección de tecnologías de aplicación, boquillas, recomendaciones para el lavado de tanques –para no llevar residuos Enlist a cultivos que no lo son–, información de compatibilidad entre herbicidas, así como otros elementos de gran importancia para la sustentabilidad de la tecnología.
La maleza estrella en el sistema es Amaranthus, tanto Palmeri como Quitensis, dijo Sorrondegui. Y destacó que los programas de control que “estamos sugiriendo para enfrentarlas están basados en el uso de residuales, manteniendo todo lo aprendido”.
Entonces, “la combinación de un herbicida PPO (flumioxazin o sulfentrazone), en mezcla con otro residual de distinto modo de acción como metribuzin o acetoanilina, sería la base fundamental del programa de control”. Y recalcó que “es muy importante el correcto uso de residuales al momento de la siembra”.
Luego, en aplicaciones posemergentes en el cultivo de soja Enlist “vamos a poder utilizar dos variantes: por un lado la mezcla de Panzer Gold más 2.4-D Enlist Colex-D; y la otra mezcla es glufosinato de amonio más 2.4-D Enlist Colex-D”.
“Con esto tenemos dos variantes de diferente efectividad sobre el Amaranthus. Con una vamos hasta determinado tamaño y con la segunda podremos atacar problemáticas de Amaranthus con mayor tamaño. Estas serían las dos grandes líneas de acción: una buena base con preemergentes de distintos modos de acción; y una aplicación posemergente que puede tener dos variantes, en función de la altura del Amaranthus”, explicó.
Además, indicó que “toda esta propuesta aporta un control total sobre conyza, crucíferas resistentes a glifosato, Portulaca olerácea, Richardia brasiliensis, entre otras”.
Sorrondegui enfatizó que “es muy importante elaborar programas de control para cada maleza. Deben ser eficaces, pero fundamentalmente tienen que ser sustentables en el tiempo. Para eso deben existir herbicidas residuales, en función de las malezas. En lo posible debe haber más de uno y con distintos modos de acción, seguido de aplicaciones posemergentes, que brinda el sistema Enlist Colex-D”.
Con todo esto “tenemos un abanico de posibilidades muy grande para controlar malezas resistentes en soja y maíz. Será clave la habilidad del productor y del técnico para diseñar esos programas de control, que sean eficaces pero sustentables en el tiempo”.
Sobre el control de plantas “guachas”, desde Corteva y Rutilan recomiendan para maíz la utilización de graminicidas, como Clethodim, “porque la resistencia es a los herbicidas FOP y no a los herbicidas DIM”, señaló el responsable de ensayos de Rutilan SA y Corteva.
Por otra parte, la soja Enlist guacha se podrá controlar con todos los productos que contengan Arylex, como Texaro o productos como Lontrel, Tordon o dicamba.
Sorrondegui sostuvo que, en el caso del maíz, el refugio será un 10%, como en el resto de las tecnologías disponibles. “En una primera instancia el refugio será resistente a glifosato, luego pasará a ser resistente a Verdict y Enlist Colex-D, y en una tercera instancia será resistente a Verdict, Enlist Colex-D y glufosinato de amonio. En ese momento se podrán utilizar las mismas tecnologías que en el cultivo.
PowerCore Enlist la genética Pioneer
El ingeniero agrónomo Juan Diego Cano, integrante de Rutilan SA dijo a VERDE que PowerCore Enlist, el apilado de eventos de Corteva, “es un nuevo salto en tecnología para el control de malezas en maíz. Estos eventos le otorgan al cultivo resistencia a herbicidas de cuatro modos de acción diferentes: Verdict Max, 2.4-D Enlist Colex-D, Glifosato y Glufosinato de amonio. El control de insectos se lo brinda la tecnología PowerCore”.
La tecnología provee una amplia ventana de aplicación de estos herbicidas, desde el día de la siembra hasta V8. “Es una tecnología excepcional, más eficiente, económica; que nos permitirá resolver mejor los problemas, lo que significarán más kilos de maíz en cosecha”.
Agregó que Enlist le confiere una tolerancia total al 2.4-D Enlist, “sumando esta herramienta al manejo posemergente de maíz, y evitando la fitotoxicidad que veíamos anteriormente por 2.4-D, que genera distorsión de raíces con sus consecuentes problemas de absorción de agua y nutrientes, tallo vítreo susceptible a quebrado, green snap, problemas de anclaje y vuelco”.
La resistencia de maíz a herbicidas FOPS y, en este caso a Verdict Max, “es revolucionaria”. Tradicionalmente “usábamos Verdict para control de maíz guacho, y con esta tecnología pasa a ser una opción selectiva para usar dentro del cultivo. Las plantas guachas de maíz Enlist se podrán seguir controlando como siempre, con herbicidas DIM, como Clethodim, ya que no resiste a esta otra familia de graminicidas”.
Para Cano, “la tecnología calza de forma espectacular en nuestra agricultura. Contamos con sistemas agrícolas que son diversos. El maíz entra en primera, entra en segunda, hay distintos antecesores con distintas problemáticas, distintos momentos de flujos de malezas, y siempre hay que adaptar las estrategias de control a utilizar”.
Remarcó que “la tendencia inexorable es al aumento de varias malezas resistentes, que a veces llevan al uso de herbicidas de baja selectividad en el cultivo, y al aumento de esas malezas. PowerCore Enlist es una tecnología revolucionaria, que apunta a que el productor tenga todas las opciones en su caja de herramientas, para proteger el rendimiento con el máximo cuidado del cultivo”.
Hay malezas resistentes o tolerantes que “van aumentando su frecuencia, y esta tecnología aportará en su control. Es evidente el aumento en los problemas de Amaranthus (yuyo colorado), distintas crucíferas resistentes, conyza con resistencia múltiple, y gramíneas como capines, chloris, entre otros”.
Cano señaló que “en un buen programa de control de malezas, el uso de herbicidas preemergentes sigue siendo básico. La tecnología PowerCore Enlist nos permite adaptar estos herbicidas residuales al planteo de cada cultivo. Podemos hacer el uso tradicional de preemergentes a la siembra, que serán repasados con las nuevas opciones posemergentes mencionadas, o un manejo en el que los residuales que se agregan en posemergencia del cultivo, junto con dichas herramientas”.
Sostuvo que Corteva lanza PowerCore Enlist “en genética Pioneer de punta, para la máxima productividad en distintos ambientes, tanto en primera como en segunda”.
Recordó que “el año pasado lanzamos el P1804, el primer híbrido Pioneer de Corteva, material que ha respondido con creces”, y anunció que “este año se lanzará el nuevo híbrido P2021 PWE (PowerCore Enlist), que acompañará a P1804, en distintas versiones”.
La menor oferta de Australia le abre la puerta a la colocación de cortes uruguayos en un país que, exceptuando al rump and loin, paga mejores precios que Europa
Australia cedió espacio de mercado en China, luego de las diferencias políticas entre ambas naciones por el manejo de la pandemia del Covid-19. Declaraciones acusatorias del gobierno australiano sobre la responsabilidad china en el origen y la contención del coronavirus, generaron una reacción de China, que suspendió permisos de importación a algunos frigoríficos australianos.
Además, la ganadería australiana sufrió el impacto negativo de una sequía, lo que aplacó la producción de carne vacuna y su oferta exportadora. Todo esto abre espacios para que otros países productores de carne vacuna puedan colocar sus productos de alta calidad en China, sobre todo para la carne de ganado engordado en corrales, dijo a VERDE Daniel Castiglioni, director de Casti Trading.
Hay factores en China que son de interés para el negocio ganadero, los que están vinculados a una “mejor posición competitiva” de la carne vacuna uruguaya respecto a otros países de la región, a la oportunidad que se abre para la colocación de “cortes de alta gama” procedentes de corrales de engorde, y para la carne ovina. Esos y otros aspectos fueron planteados y analizados por Castiglioni.
El empresario dijo que “es un buen momento para promocionar nuevos productos” y posicionarlos en el mercado chino con ideas innovadoras. “Estamos empezando a enviar cortes de ganado de corral a supermercados” chinos y con eso “poner la marca uruguaya” en ese mercado, señaló.
En ese sentido, Castiglioni se mostró optimista sobre la posibilidad de que China se afirme como una alternativa a la colocación de cortes de la cuota europea 481, que comprende a animales terminados a corral, a partir de una serie de requisitos establecidos por la normativa de Europa.
El mercado chino supone una opción interesante para la exportación de todos los cortes de carne vacuna de los animales terminados en corrales de engorde. Y, “aunque todavía hay diferencias en los precios que paga la cuota 481 por el rump and loin, China se acerca. Sin embargo, en el resto de los cortes, China paga mejor que Europa”, destacó.
Además, recalcó que “lo importante es que hace un tiempo era impensable colocar un producto de la 481 en China”, por eso planteó que “es un camino a recorrer”.
Competencia y oferta
Al profundizar en ciertos aspectos que tienden a favorecer el negocio cárnico uruguayo en China, Castiglioni consideró que, con el “emparejamiento” de los precios del ganado en la región, “sin hacer mucho, Uruguay logró ser más competitivo” en el mercado chino.
La suba del precio de la carne en las últimas semanas fue una especie de déjá vu, y “los operadores se acordaron de lo que pasó en 2019, cuando hubo un incremento de los valores de la carne en China, debido al impacto negativo de la fiebre porcina africana”, comentó.
Citó, a modo de ejemplo, el precio del “garrón y del brazuelo a US$ 7.000 por tonelada; los cortes de rueda a US$ 6.000; y los delanteros a US$ 5.500”. Admitió que “andamos cerca de esos valores, pero eso no quiere decir que se concreten muchos negocios”, aclaró.
Consideró que, “los importadores chinos van insistir en rebajar los valores del mercado”, aunque también comentó que “avanzan los rumores y especulaciones sobre nuevos brotes de fiebre porcina”, mientras que ese país no logró alcanzar los objetivos que marcaba el plan de recuperación del stock porcino.
Para este año, el volumen de importación de carne vacuna previsto por China apunta a que el consumo siga “fuerte y parejo”, dijo Castiglioni, con una tasa de aumento que se ubicaría entre el 3% y 6% anual.
A su parecer, uno de los factores que puede tener mayor influencia en el negocio cárnico en China es la menor disponibilidad de carne de Brasil, lo que genera incertidumbre respecto a qué país podría aportar el volumen faltante para cubrir la demanda del gigante asiático.
Hay oportunidades para la carne ovina
Australia no solo deja espacios de mercado para la carne vacuna de corrales de engorde en China, sino también para la carne ovina, según analizó el director de Casti Trading, Daniel Castiglioni.
Señaló a VERDE que eso se refleja en la evolución al alza en las exportaciones de ese producto de Uruguay al mercado chino en este año.
A modo de ejemplo, el operador mencionó que la carcasa de carne de cordero está en precios de US$ 5.600 a US$ 5.700 por tonelada, mientras que en el caso de la carcasa de oveja está en unos US$ 5.100 la tonelada, de acuerdo a lo que surgen de últimos negocios realizados desde Uruguay y Argentina en China.
“Es un excelente momento para potenciar la promoción de la carne ovina uruguaya” en el mercado asiático, planteó.
Castiglioni se mostró optimista sobre la posibilidad de que China se afirme como una alternativa a la colocación de cortes de la cuota europea 481