La industria aceitera asumió el riesgo de impulsar la producción del cultivo, con la meta de lograr 10.000 toneladas, y la respuesta de los productores superó esas expectativas
Luego de una experiencia piloto en la zafra 2019/20, COUSA asumió el riesgo y se planteó que esta es la oportunidad de volver a tener el cultivo en Uruguay. Así fue que elaboró un plan comercial para 10.000 toneladas. “Más allá de que los productores participaran del plan o no, hubo precio y condición de recibo, porque nos interesa que esto surja per se (por sí mismo), y no solo a través del plan de COUSA” dijo a VERDE Alejandro Young, integrante del área comercial de COUSA.
Informó que “este año recibimos casi 35% más de lo que marcaba dicha propuesta comercial, o sea que hubo productores que sembraron por fuera del plan, y eso es algo bien interesante. Es lo que más nos gustaría que ocurra, que el cultivo sea atractivo no solo por COUSA”.
Con respecto a los requisitos comerciales, Young detalló que “hay una condición de calidad y un lugar de recibo. El precio estaba sujeto a la referencia soja de la Cámara Mercantil de Productos del País (CMPP), más una bonificación materia grasa cuando se superaba el 42%. Ese nivel fue superado por todos, y el promedio de lo recibido estuvo en torno de 53%, una cifra muy buena”.
Recordó que “el precio era la mayor dificultad” explicó Young, ya que no estaba muy claro qué valor era el más razonable para las dos partes. “Este año el girasol tuvo la referencia de precio de la CMPP, y la idea es que empiece a estar siempre y nos pueda ayudar a ser una alternativa en Uruguay”.
También planteó que “lo ideal sería que no haya un mercado sólo en la industria, sino que haya además un mercado de exportación. Si hubiera una alternativa más sería saludable para que el producto vuelva con más fluidez” enfatizó.
EL RETORNO
El integrante del área comercial de COUSA brindó detalles de “la vuelta” del girasol al sistema agrícola uruguayo. Un cultivo que supo ser común en el verano local, que luego fue desplazado a cero, y que ahora vuelve a paso lento pero con buenas oportunidades.
“En la campaña 2019/20 un productor nos hizo llegar, a través de una empresa, su intención de siembra de girasol. Al principio lo tomamos con mucha sorpresa, pero nos interesó” comenzó diciendo Young.
La primera limitante era el volumen. “Para ser eficientes había que sortear la problemática de entrar a molienda con un volumen inferior a 2.500 toneladas. Teníamos que hacer una prueba con un volumen mínimo, aunque en el arranque parecía una vara bastante alta, pero se logró sortear”, describió.
Comentó que se le brindó al productor y a la empresa una condición de recibo y un precio. “Es decir, fuimos desarrollando un plan en conjunto. El productor hizo la prueba y funcionó muy bien. El principal miedo era tener una chacra chica, suelta, de girasol por el desafío de los pájaros y los sanitarios. Pero, a pesar de haber sido una sola chacra, la evaluación primaria fue positiva, porque no hubo mayores inconvenientes y el rinde fue bueno”, destacó.
EL FUTURO DEL GIRASOL
“El objetivo es que el cultivo se instale de vuelta como una alternativa, y en COUSA estamos haciendo todo lo que sea necesario para que eso ocurra. Si es necesario repetir el plan lo haremos” dijo Young. Agregó que “el plan de COUSA ata a las dos partes, nos obliga y al productor también. Por eso, me parece bueno que haya una siembra del cultivo y que el productor sepa que va a contar con distintas alternativas de comercialización, y que la industria va a ser una”.
Analizó que “si la soja ocupa 1 millón de hectáreas, con que hablemos de que el 1% de esa área se destine al girasol, estamos hablando de 10.000 hectáreas. Este año hubo unas 7.000 hectáreas. Trazarnos un objetivo bajo de 10.000 hectáreas es atractivo si lo comparamos con nada”.
Con respecto al consumo doméstico, Young dijo que “se puede duplicar el volumen recibido en la última zafra y con eso alcanza para abastecer al mercado interno. Pero también debemos considerar el mercado de exportación, de subproductos como la harina, el aceite o el expeler”.
En ese sentido, argumentó que “el mercado de aceite de girasol es muy líquido, con una demanda muy estable, por lo que no es un desafío alocado pensar en la exportación de derivados” lo que aportaría otra ventaja para la siembra del cultivo.
Para terminar apoyando este punto, Young se refirió a la exportación de aceite de canola. Dijo que “Uruguay exportó un volumen considerable y a muchos continentes, a pesar de que la canola es un producto menos conocido que el girasol. Con el aceite de girasol se debería tener una salida más sencilla, porque Uruguay ya exportó aceite de girasol en el pasado y han quedado los canales comerciales”.
Grupo Erro prepara la celebración de sus 75 años con propuestas comerciales que apuntan a ponerle un piso a la producción agrícola y ganadera, de forma sustentable
No alcanza con ser buen productor hay que ser buen empresario”, es un concepto que generalmente menciona Ramón Erro, quien considera que ahora esa frase está “más vigente que nunca”. Fundamenta que “parte de ser buen empresario pasa por el manejo del riesgo y los costos” y, por eso, en la empresa “hemos promovido el riego para ponerle un piso a una parte de la producción y los seguros agrícolas”.
Acotó que “es clave levantar el piso productivo, porque nos deja sistemas de producción más estables; y eso tiene puntos de contacto con los seguros, porque si tenemos un historial productivo tendremos mejores coberturas”.
Ramón Erro recordó que, previo a los 50 años de Barraca Erro y para festejar ese aniversario, la empresa buscó realizar un aporte a la productividad de la agricultura. En 1996 “comenzamos a trabajar con Valmont (Valley). Desde ese momento hubo productores que incorporaron la tecnología del riego para la producción de semillas y, en nuestro caso, hicimos una represa en Media Lucha y también apostamos al riego”.
Hasta 1997 la experiencia de Barraca Erro y algunos productores estaba en los sistemas de cañón para la producción de semillas. “Un sistema que demanda un alto costo energético y también había poco conocimiento sobre el manejo. En ese año llegaron los pivot y desde ese momento a la fecha se ha recorrido un largo camino que ha permitido ajustar el manejo”.
Ahora, previo a los festejos de sus 75 años, “la empresa tiene como objetivo aportar, desde sus diferentes áreas, tecnologías que apunten a bajar costos y aumenten la productividad”, señaló el empresario. Y “el riego vuelve a estar sobre la mesa”, así como la unidad de I+D (investigación y desarrollo) de Erro, que “viene trabajando en el manejo de diferentes cultivos bajo riego”, comentó.
Erro adelantó que la empresa, bajo la premisa de llave en mano, estará lanzando el rental en riego. Corporación de Maquinaria SA (Comasa), empresa que integra el grupo Erro, “tiene un rental completo de maquinaria agrícola, desde un tractor de 30 HP a una cosechadora de última generación, algo que ha funcionado exitosamente para la empresa y los usuarios, porque permitió acceder a tecnología sin endeudamiento en momentos de crisis”, destacó.
Sobre esa base se estará presentando el rental en riego. “La filosofía es la misma, y se apunta a proyectos llave en mano, para que el productor pueda acceder a la tecnología. Nos llevó tres años elaborar esta propuesta, y ahora estamos en una fase piloto. El plazo previsto para el rental en riego es de cinco años. Con este instrumento estamos proponiendo acuerdos de más largo plazo, que llevan a una mayor planificación”, destacó.
Erro resaltó que la filosofía de la empresa es llegar a los productores con sistema de trabajo adaptados a Uruguay. Por eso el productor tendrá la opción de compra, “con lo cual el costo de alquiler no se pierde, no se genera deuda, porque se paga el uso anual y el objetivo es que en cinco años el productor adquiera el riego convencido de los beneficios de la tecnología, porque él mismo pudo comprobarlos”, planteó.
Puso el ejemplo de que, ahora, en el establecimiento Media Lucha “estamos incorporando más riego con esta modalidad, porque uno tiene capacidad de invertir”.
LA CURVA DE APRENDIZAJE
Felipe Lecueder, gerente de la unidad Riego de Comasa, dijo a VERDE que en los últimos años la tecnología se ha ido consolidando y creciendo porque, entre otros factores, “se han dado las condiciones para la inversión respecto al valor de la tierra”.
En ese proceso, Comasa creó hace 10 años la división Riego, para acompañar al productor, con un área dedicada exclusivamente a la ejecución de proyectos llave en mano.
“La utilización del riego se ha venido masificando, lo que nos permite brindar un servicio y soporte completo al productor que decide incursionar con la tecnología. Nuestro trabajo consiste en asesorar al empresario para lograr el mejor proyecto para su sistema de producción”, dijo Lecueder.
Agregó que “en esto inciden muchos factores, desde la fuente de agua, ya sean los permisos de toma directa o la construcción de la represa, la ejecución de la obra, instalación de tuberías, importación y montaje del equipo; hasta el trabajo posterior, que incluye el seguimiento de los sistemas de riego, dado que hace mucho foco en la posventa, para lograr que el sistema sea altamente eficiente y logre los resultados planificados. Los proyectos son un traje a medida, por eso se analiza caso a caso, en función del sistema productivo”, resaltó.
Juan Manuel Erro, responsable de Villa Trigo (la empresa productiva del Grupo Erro) dijo a VERDE que desde la incorporación del riego en 1996 hasta la fecha, “se ha tenido una curva de aprendizaje muy interesante, que ha consistido en adoptar tecnología para riego, que incluyó la selección de cultivares, grupos de madurez, densidad y el manejo correspondiente, información que surge del área de I+D de Barraca Erro”.
Admitió que, “así como ocurre con todas las nuevas tecnologías, la curva de conocimiento lleva su tiempo. Al principio no teníamos cultura de riego, como la puede tener un arrocero por ejemplo, y tuvimos ciertas dificultades. Pero hoy, con el conocimiento adquirido y el manejo ajustado, vemos que el riego, al igual que los seguros agrícolas, nos aportan estabilidad a los sistemas y minimizan el riesgo. Son cosas muy importantes”.
A su vez, sostuvo que “el riego nos permite hacer productos con valor agregado y apostar a otros potenciales de rendimiento. Si se tienen solucionadas otras variables, brinda un salto productivo, pero hay que adaptarlo al sistema de producción de cada empresa”, indicó.
Ramón Erro consideró que la evolución en el manejo del riego ha permitido tener muy altos niveles de productividad en maíz, incluso en zonas no tradicionalmente agrícolas. “También en el norte hay sistemas de riego en ganadería, apuntando a la recría de terneros, con resultados muy interesantes. Por eso no solo hay que pensar en el riego para soja o maíz, somos multi producción, y en eso el riego juega un papel muy importante”, sostuvo.
EL AVANCE TECNOLÓGICO
Felipe Lecueder señaló que Comasa incursionó en un plan piloto global de Valley para el control del riego a distancia y luego se incorporó a los paneles de última generación que se están equipando en los pivotes, “tenemos un desarrollo en control a distancia y soporte para asesorar a los clientes sobre los horarios de riego”.
El objetivo es optimizar el uso de los equipos, “bajar costos, tanto operativos como de inversión, para que cada milímetro aplicado tenga un motivo y esté sustentado en herramientas que permitan tomar esa decisión”, describió. También informó que “estamos trabajando en un software de riego que, mediante una aplicación, brinda el balance hídrico. Con eso logramos mejorar mucho la eficiencia de los recursos, tanto del agua como de la energía y los costos operativos”, acotó Lecueder.
Juan Manuel Erro valoró que estos avances impactan positivamente. “El manejo del riego a distancia es una herramienta que realmente baja costos y vuelve más eficiente al sistema, porque permite regar cuando la energía es más económica. Además, “todos los equipos tienen una estación meteorológica. Eso permite regar en función de los umbrales previstos, y regamos por balance, lo que maximiza la relación milímetro regado e incremento de producto cosechado”, ejemplificó.
LAS REPRESAS MULTIPREDIALES
Ramón Erro consideró que el riego debería encararse como una política de Estado, como ha sido la forestación, “porque le puede aportar al país un desarrollo productivo bien interesante. Tiene que tener un norte y una promoción por parte del Estado”.
En esa línea, consideró que “las represas multiprediales son una herramienta muy importante para el riego, y el arroz es un buen ejemplo; por eso es un tema que tiene que estar arriba de la mesa”
Señaló que la cuenca del río San Salvador “es un proyecto bien interesante, porque permitiría un reservorio de agua en campos no agrícolas, que estaría posibilitando el desarrollo del riego a la cuenca agrícola más importante del Uruguay, que hoy no se está dando por la limitante de agua”.
Consideró que “no solo aportaría desde lo productivo sino también desde lo ambiental, porque se trata una tecnología limpia, algo hacia lo que está transitando el mundo”. Señaló que “hay bancos promoviendo el financiamiento del riego por las ventajas ambientales que aporta”.
“En nuestro caso, en 1996 hicimos una represa que hoy tiene un espejo de agua de 25 hectáreas (inicialmente tenía 15 hectáreas), hay cinco pivotes, está rodeada de 1.000 hectáreas de agricultura intensiva y un feedlot con piletas de decantación. Lo sólido se aplica en las chacras con estiercoleras y lo líquido a través del riego”, detalló, al tiempo que destacó que “toda la fauna y flora no ha dejado de crecer”.
Juan Manuel Erro indicó que el riego ha permitido aumentar y estabilizar los rindes, lo que permite “aportar más carbono al suelo, tener una agricultura más intensa y más productiva. Son ventajas que logran un repago de la tecnología que es bien interesante y la transforma en una de las inversiones más seguras para el productor, por todo lo que brinda”.
Lecueder agregó que la aplicación de los efluentes del feedlot a través de los pivotes es muy buena. “Cuando se hace el análisis de fertilizante en esa agua, la cuenta es sorprendente, y esas chacras comienzan a mostrar diferencias positivas, sin costo de aplicación”.
También está creciendo la demanda de bombas de Fertirriego para aplicar nitrógeno líquido en maíz y otros fertilizantes que “bajan el costo de aplicación con ventajas agronómicas adicionales”, dijo Lecueder.
EL MARCO PARA LA INVERSIÓN
En la actualidad “están las condiciones para incorporar la tecnología, desde varios puntos de vista. El riego se ha difundido y hay sistemas que están funcionando muy bien; se ha superado la curva de aprendizaje”, sostuvo Felipe Lecueder.
Por otro lado, la Ley de Promoción de Inversiones genera condiciones muy atractivas para la inversión en riego. “Al ser una tecnología limpia, que levanta los niveles de producción y exportación, es una actividad que está fomentada. Si bien los beneficios son indirectos, en la actualidad se presentan buenas opciones de financiamiento, tanto en tasas como en plazos, para encarar esta clase de proyectos que permite hacerlos con una escala mínima determinada y con mejores condiciones de financiamiento frente a lo que había hace algunos años. También influye favorablemente el escenario de precios que atraviesa el sector”, dijo.
Lecueder agregó que el riego agrega estabilidad, previsión de cosecha e interacción entre rubros, lo que le brinda a la empresa agropecuaria la posibilidad de levantar los niveles productivos. Todo esto ha incentivado la demanda por equipos de riego, “venimos con un crecimiento sostenido porque se apunta a estabilizar productividad y bajar el riesgo”, concluyó.
De lo que fue el verano con el impacto negativo del déficit hídrico y valores del novillo en torno de US$ 3,40 por kilo a lo que ocurre hoy en el mercado ganadero con valores más altos, hay un cambio significativo que favorece al negocio pecuario.
“Hoy es el escenario es otro y el número volvió a tener un margen razonable el corral”, dijo el productor agrícola ganadero Javier Aznárez, el miércoles 23 en el programa Punto de Equilibrio en Carve y revistaverde.com.uy.
Diferenció la situación de algunos corrales que tiene mayor capacidad para entrar y salir del negocio con más facilidad, al manejar un stock importante de alimentación para los vacunos.
Hay otros corrales que se manejan con decisiones más coyunturales, hay años que encierran animales y otros en los que no, comparó.
Se refirió a que en esos casos pasó la posibilidad de capitalizar el negocio, ya que no pudieron preparar los granos forrajeros entre febrero, marzo y abril.
Aznárez consideró que el área agrícola podrá aumentar, favorecida por los mejores precios de los granos, pero aclaró que eso no supondrá “cambios abruptos”. Lo que hace esta situación es darle “estabilidad” y “equilibrio” al negocio.
Bravo “es un gran lanzamiento para este año 2021, porque implica la aparición de una nueva molécula muy versátil, que se puede usar para control de raigrás en trigo y cebada, y también es selectivo para soja y maíz en el control de Amaranthus y gramíneas estivales”, comentó a VERDE la ingeniera agrónoma Lorena Caamaño, gerente de Investigación y Desarrollo de Proquimur.
Agregó que “es una molécula que no tiene antecedentes en Uruguay. Desde Proquimur estamos trabajando hace muchos años en el desarrollo de este activo. Es un producto innovador, con gran eficiencia, que nos permite tener una herramienta con un modo de acción nuevo, de familia química distinta a las ofertas actuales”.
INVIERNO
Para el invierno, Caamaño planteó que “es interesante, ya que es un preemergente que levanta varias restricciones”. En el caso de trigo, señaló que “la primera restricción que levanta tiene que ver con los tiempos de espera entre aplicación y siembra”.
Recordó que “las alternativas que había disponibles en el mercado requerían que las aplicaciones se hicieran 15 días antes de la siembra de trigo. Sin embargo, Bravo levanta esa restricción con una mayor selectividad para el cultivo, sin tiempo de espera entre la aplicación y la siembra”.
Dijo que, por otro lado, “incorpora cebada en la recomendación, donde hoy en día no teníamos alternativas de preemergencia. La recomendación en este caso como preemergente es aplicar 20 días antes de la siembra, con la aclaración de que actualmente solo la estamos recomendando para dos variedades: Danielle y Arrayán” estableció la gerente de Investigación y Desarrollo de Proquimur. Enseguida comentó que se está trabajando para ampliar la cantidad de variedades en cebada.
En cuanto a la eficacia, dijo que “el destaque de Bravo es el control del raigrás. Tenemos en todas las redes de ensayos que hemos hecho una eficiencia promedio de 90% en la preemergencia, que la hace una herramienta revolucionaria desde el punto de vista tecnológico”.
El desarrollo de este producto, cuyo principio activo es pyroxasulfone, “ha sido un desafío muy importante, con un trabajo de muchos años” dijo la ingeniera agrónoma.
Recordó que “hace tres años que venimos trabajando con este producto, con una red de ensayos muy amplia. Al tratarse de una novedad sin antecedentes, tuvimos una responsabilidad muy grande en la generación de muchísima información de respaldo, para tener sustento local a la hora del lanzamiento. Hemos hecho aproximadamente 70 ensayos diferentes del producto, un número muy importante en distintos cultivos y situaciones, que nos genera este respaldo de información necesaria para el lanzamiento”.
Detalló que en los casos de trigo y cebada las dosis son de 120 cc/ha, mientras que para soja y maíz van hasta 200 cc/ha. “Son dosis muy bajas con respecto a otros productos que se manejan para esta problemática, porque la característica que tiene la molécula es su alta eficiencia a bajas dosis”, explicó.
VERANO
El manejo de Bravo para los cultivos de verano cambia con respecto al invierno, ya que se recomienda su uso en mezcla. En soja, donde no hay restricciones entre la aplicación de Bravo y la siembra, su uso en mezcla obedece a que “hay más alternativas de productos con muy buen control. La mezcla puede ser con productos de la familia de los PPO, ya que se combinan muy bien por el espectro de acción. Algunas opciones son la mezcla con Versátil (Flumioxazin) o Coral (Sulfentrazone)”, señaló.
En el caso de maíz, comentó que “uno de los productos con el que más hemos trabajado la mezcla de Bravo es el S-metaloclor. Es una buena alternativa para complementar el espectro y evitar la resistencia de las malezas”.
OTROS LANZAMIENTOS
Caamaño recordó que “estos últimos años han sido intensos. Hemos tenido la oportunidad de trabajar en nuevos desarrollos y logramos concretar varios lanzamientos”. Dijo que uno de ellos fue Acelan PRO, “un gran producto que lanzamos en el verano para el manejo de chinches, con un excelente control”.
Anunció que otro de los lanzamientos para el invierno: Ringo. Se trata de un producto disponible para trigo y cebada. “Es un herbicida cuyo principio activo es el Florasulam, para aplicar en postemergencia del cultivo. Está formulado solo, pensado para mezclar con otros productos, sobre todo con hormonales. Ringo sale al mercado permitiendo combinaciones para hoja ancha, ya que cada vez hay más problemas en el control” concluyó.
En cereal rindió 9.900 kg/ha, incluyendo importantes premios por calidad; además la oleaginosa promedió 4.700 kg/ha; y las pasturas produjeron 250 kg de carne/ha
La segunda zafra del sistema arroz-soja- ganadería con riego por pivot en Uruguay tuvo resultados muy alentadores, confirmó a VERDE el ingeniero agrónomo Gonzalo Zorrilla, investigador a cargo de esta experiencia que llevan adelante varias instituciones y empresas con la financiación de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII).
El proyecto de validación se lleva adelante en el establecimiento El Arroyito, de Ramiro y Martín Gigena, en la zona de Vergara, Treinta y Tres. Es liderado por la empresa GND-BR, representante de los equipos de riego Krebs en Uruguay, en alianza con el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), la empresa de maquinarias y equipos Aramis SRL y el apoyo técnico de la Empresa Brasileira de Pesquisa Agropecuaria (EMBRAPA).
Zorrilla recordó que la zona donde se desarrolla esta experiencia es de lomadas, cercana a la zona arrocera clásica de la empresa de Ramiro y Martín Gigena. Allí no se sembraba arroz justamente por esa topografía del suelo. “Con un pivot de 20 hectáreas se hicieron alternadamente soja y arroz en cada mitad del círculo, permitiendo obtener coeficientes técnicos de una rotación arroz-pasturas invernales-soja o soja-pasturas invernales-arroz”, señaló.
Sobre los resultados de la experiencia, destacó que “si miramos la línea de tiempo de dos años del proyecto, obtuvimos en promedio 9.000 kilos de arroz por hectárea, 250 kilos de carne, 4.000 kilos de soja y, a pesar de que el proyecto culmina ahora, debiéramos incluir el segundo invierno con otros 250 kilos de carne. Es muchísima producción y utilizando precios moderados, no con los máximos de este momento, son U$S 2.450 de ingreso bruto por hectárea por año. Eso reafirma lo que muchos dicen, que el riego le pone un segundo piso al campo”.
El investigador sostuvo que, con estos valores y volúmenes de producción, y sabiendo más o menos los costos del año pasado, “uno estima que la recuperación de la inversión está bastante asegurada, porque la productividad es muy alta. Da mucha flexibilidad en caso de que los rendimientos o los precios no sean tan buenos”.
Zorrilla anunció que se realizarán informes técnicos y publicaciones de divulgación, que saldrán en los reportes anuales de arroz de INIA, además de alguna otra publicación para que quede bien documentado.
Pero advirtió que “estos sistemas no son para cualquiera y requieren de un productor propietario de la tierra o con estabilidad de largo plazo, tener la fuente de agua y la capacidad de invertir. Es interesante analizar en estos casos los excelentes incentivos fiscales que hay en este momento a través de la COMAP”.
Agregó que la mejora en la eficiencia del uso del agua es otro valor importante. “Una cuenta sencilla da que, con el volumen necesario para una hectárea de arroz inundado, se podría plantar una hectárea de arroz y otra de soja bajo riego por aspersión. Además, la disponibilidad del riego en cualquier momento, permite utilizarlo para la pastura invernal, asegurando una producción ganadera de alta rentabilidad. Ya hablamos de 250 kilos de carne, en un verdeo que solo tuvo el costo de la semilla, una urea y poco más”, detalló.
Rendimientos
Un componente clave de este proyecto es la productividad, y este año “se cumplió con creces. El año pasado habíamos obtenido muy buenos rendimientos en arroz y apenas aceptables en soja (para un sistema de riego). Fueron 9.300 kilos de la variedad INIA Merín en arroz y 7.500 en la variedad INIA Olimar; y habíamos llegado a 3.050 kilos en soja”.
El ingeniero agrónomo destacó que en esta zafra los rendimientos “mejoraron sustancialmente. Usamos solo la variedad INIA Merín, porque en la zafra 2019/20 se confirmó la información que nos brindaba EMBRAPA: que necesitábamos un ciclo largo para aprovechar a pleno este sistema de riego. El rendimiento final de arroz seco y limpio fue de 9.200 kg/ha, que en función de los premios por calidad aumentó un 7,4%, llegando a los 9.900 kilos por hectárea de arroz sano, seco y limpio”.
Y en la soja dijo que “tuvimos el salto cualitativo más grande, porque el año pasado habíamos tenido problemas, y ahora se obtuvieron 4.700 kilos de soja por hectárea”.
Sobre los problemas de la zafra anterior, Zorrilla recordó que fueron climáticos y de manejo, y no estuvieron asociados al sistema.
“Con el arroz este año tuvimos más confianza en el manejo, que resulta muy sencillo, con siembra directa, sin laboreo ni taipas, y sembrado sobre el rastrojo de la soja del año anterior. Tal vez el componente más novedoso de esta zafra es que se pudo aplicar a pleno la tecnología disponible de fertirriego y quemirriego, que tiene el pivot del proyecto. Casi toda la fertilización nitrogenada y alguna aplicación de bioinsumos se hizo a través del agua del riego y, por lo tanto, no hubo costos más allá de los productos”, detalló.
El investigador resaltó que “lo más importante es la contundencia del resultado físico, que confirma que se pueden obtener muy buenos rendimientos con este sistema. Pienso que los costos van a estar muy acotados y pueden ser incluso menores que el año pasado. La calidad de grano fue excepcional, al igual que en la zafra 2019/20. A priori, uno podría pensar que este riego sin inundación podría ser riesgoso para mantener la calidad del arroz, pero eso no ocurrió, y fue lo opuesto”.
Comentó que las muestras de los granos se llevarán al Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), para el análisis de presencia de arsénico, ya que una de las hipótesis del proyecto es que con este sistema de riego no debería haber presencia de este elemento en el grano. “El resultado del año pasado fue prácticamente cero, y ahora debería ser igual”, dijo.
También recordó que el año pasado, a fines de diciembre, la soja tuvo problemas de enfermedades del tallo. “Quizás estábamos excedidos en el riego, estábamos aprendiendo, y además tuvimos problemas de control de chinches. Sacamos 3.070 kilos, y la cuenta nos daba U$S 900 de costo. Con los precios de la soja del año pasado, casi estábamos empatando”, comentó.
En el inicio del proyecto la meta era obtener al menos 3.500 o 4.000 kilos por hectárea, y en esta zafra eso se logró con creces. “A pesar de los problemas de manejo iniciales, tuvimos fitotoxicidad por un problema de herbicida en el tanque de la fumigadora, el cultivo se recuperó y tuvimos un rendimiento que superó mis expectativas”, destacó.
Manejo del arroz
El manejo fue similar al del año pasado, con un eficiente control de malezas y sin uso de fungicidas “Todavía no tengo los costos, pero estimo que fueron iguales o menores a los del año pasado, porque se hicieron cinco aplicaciones de urea y, salvo la del macollaje, que se hizo por tierra, las demás fueron a través del fertirriego”, indicó.
Zorrilla aseguró que el manejo en sí no tuvo inconvenientes, y destacó que “el riego se mantuvo hasta tres días antes de la cosecha. Suponemos que esa fue la razón por la que dio unos indicadores de calidad de grano excepcionales. Tuvo 7,4% de premio. De arroz seco y limpio salieron unos 9.200 kilos, pero de arroz a pagar al productor fue 9.900 kilos. Ese es otro componente muy valioso”.
Entre los aspectos claves, detalló el tratamiento de las semillas para la siembra, con fungicida e insecticida y, además, con el protector Protex, de Tafirel, que protege a la plántula de aplicaciones altas del herbicida clomazone.
“Un manejo clave para la eficiencia del control de las malezas en este sistema, es una aplicación en preemergencia, lo más cerca de la salida del coleóptilo a la superficie (punto de aguja) con altas dosis de clomazone y glifosato. Esto brinda un control inmediato de malezas pequeñas y una protección prolongada por la residualidad del clomazone. Luego se completa el control con una aplicación de herbicidas posemergentes económicos, que evitan mayores inconvenientes de malezas”, señaló.
El ingeniero agrónomo también se refirió al uso de los inoculantes de Lage, Graminosoil y EndoRice, con capacidad de fijación de nitrógeno (N) atmosférico. “El primero, a base de Azospirillum, se aplicó como tratamiento de semillas; y el segundo, a base de Herbaspirillum, fue aplicado al macollaje mediante el fertirriego”, detalló.
A propósito, agregó que “tratamos de ponerle todos los respaldos posibles a la planta, y el conjunto respondió muy bien”, aunque admitió que solo con esta prueba “no somos capaces de decir cuánto aportó cada uno”.
En relación a la fertilización basal, Zorrilla dijo que “las dosis son bastante mayores a las que se utilizan en arroz inundado. Utilizamos las recomendaciones de EMBRAPA, que nos orientaron al respecto, ya que no tenemos recomendaciones nacionales para este sistema de cultivo. Al no tener saturación del suelo, está claro que el cultivo no tiene la disponibilidad de una cantidad de nutrientes que sí la tiene el arroz inundado”.
La fertilización basal se completó con 16 unidades de nitrógeno, 78 unidades de fósforo y 120 unidades de potasio. “Es una fertilización basal bien potente. En nitrógeno prácticamente no hay diferencias respecto al arroz inundado. Pero hoy el sector arrocero en general está usando bastante menos fósforo, no más de 40 unidades; y el potasio depende de la chacra, pero en general no se usa un volumen tan grande, como en este caso”, explicó.
Manejo de la soja
Sobre el manejo en soja, dijo que “fue bastante clásico. Lo que sí hicimos, a consecuencia del problema que tuvimos de fitotoxicidad con un herbicida para arroz, fue un tratamiento de salvataje, y aplicamos un fertilizante foliar (Naturamin, de Agrofuturo). Y, a recomendación de Lage, aplicamos una dosis nueva de inoculante de soja, todo a través del fertirriego. Los resultados fueron excelentes, pero fue algo que se hizo solo por oportunidad ante este problema imprevisto”.
Se hizo una fertilización inicial muy fuerte, de 115 unidades de fósforo y 138 de potasio, en función del análisis de suelo y recomendación de EMBRAPA. “Los herbicidas fueron los de siempre, y el paquete de fungicidas, fertilizantes foliares e insecticidas hacia el final del ciclo en función del manejo clásico”, describió.
El agua
Zorrilla comentó que otro componente fundamental de este proyecto de validación es el uso del agua de riego. Saber qué volúmenes se necesitan, cuánto cuesta y cuál es la eficiencia de uso. “Los trabajos de varios años en Brasil hablan de 600 a 700 milímetros de riego para el arroz. El año pasado, con la variedad INIA Merín, llegamos a utilizar más de 900 milímetros, pero fue un año extremadamente seco, hubo que regar prácticamente todo el verano, casi todos los días. Este año bajó bastante, fueron 830 milímetros, en un año muy seco hasta mediados de enero y muy lluvioso de ahí en adelante. Pero siguen siendo niveles superiores a los de Brasil, aunque tampoco es algo que ajustamos mucho. Lo único que hicimos fue regar cuando no llovía. Quizás es un aspecto de manejo a optimizar. La soja se regó con casi 200 milímetros, lo cual está dentro de los parámetros esperables”, informó.
El investigador comentó que “están pendientes los cálculos de costos y de eficiencia del uso del agua para cada cultivo, lo cual brindará información valiosa para la presupuestación de productores que puedan interesarse por desarrollos de este tipo. Más adelante, en el año, dispondremos del análisis completo de la zafra 2020-21 y del análisis conjunto de las dos zafras e informes finales del proyecto”.
“Me adelanto a indicar que cumplió con creces la intención de validar un sistema intensivo de este tipo. En buena medida se debe al trabajo interinstitucional, en conjunto con los productores que llevaron adelante los cultivos”, concluyó.
Hoy es navegable hasta Salto y Concordia; se busca un acuerdo con Brasil y Argentina para avanzar en las obras que permitirán transitar 700 km al norte de Salto Grande
La ampliación navegabilidad del río Uruguay, que hoy llega hasta las ciudades de Concordia (Argentina) y Salto (Uruguay), es uno de los proyectos logísticos que ha planteado desde el comienzo de su gestión el presidente de la República, Luís Lacalle Pou. En esa línea, Carlos Albisu, presidente de la delegación uruguaya ante la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, dijo a VERDE que el capítulo más importante para avanzar con dicha obra transcurre por el área diplomática y las cancillerías de los países, tanto de Argentina como de Brasil.
“Ahí es donde encontramos al presidente Lacalle Pou dialogando y articulando. Este tema ha estado en las reuniones con el presidente argentino Alberto Fernández y con el presidente brasileño, Jair Bolsonaro”, señaló.
Albisu agregó que ha mantenido contactos con el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, “con el cual tenemos muy buen relacionamiento”. Bordet también ha planteado la navegabilidad con los gobernadores de Corrientes y Misiones, “que están afín con la iniciativa, lo ven como una necesidad y también puede aportar un cambio en la matriz productiva de esa zona, que está apuntando mucho a la madera. Algo similar ocurre en el Sur de Brasil, en Río Grande del Sur, que tiene cargas agrícola-graneleras, y que también está apostando a la forestación”.
El jerarca dijo que “hay una cuestión netamente geopolítica, más allá de la obra que puede demandar la hidrovía. Por eso, hay que lograr que los países se pongan de acuerdo en avanzar con la navegabilidad del río Uruguay. Nuestro presidente ha puesto el tema en agenda, como también la Cancillería, a través de los embajadores”.
Para Albisu, el primer mojón es que Argentina, Brasil y Uruguay estén alienados en este interés y se pueda plasmar en algún tratado, para después ir al siguiente, que es la obra. Confirmó que “hay muchas empresas interesadas en llevar adelante esta obra de envergadura”, pero insistió en que “el gran partido se está jugando en la parte diplomática”.
Si bien expresó que su sensación es que, a priori no habría inconveniente desde el punto de vista político y geopolítico para avanzar, prefirió ser cauto y resaltó el ímpetu que el presidente Lacalle Pou le ha puesto a la navegabilidad del río Uruguay, al colocarlo en la agenda, a lo que se sumó el interés de los sectores privados de Brasil y Argentina.
Los productores de arroz del noroeste de Río Grande del Sur han manifestado en muchas oportunidades, incluso lo han planteado a su gobierno, que esa parte del estado debe mejorar su operativa logística y el río Uruguay en eso se vuelve relevante.
Albisu recordó que en setiembre del año 2019 un productor arrocero integrante de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA) lo llamó para decirle que había estado en San Borja, Río Grande del Sur, en una jornada arrocera, y allí los discursos apuntaban a mejorar la logística de esa zona de Brasil, e incluso se habló mucho sobre la hidrovía del río Uruguay.
Después de las elecciones comenzó una serie de contactos para llegar al primer hecho clave para avanzar en el proyecto de navegabilidad del río Uruguay, el 13 de marzo de 2020 en Colonia Palma (Artigas), en el lanzamiento de la cosecha de arroz. Ese día también es recordado por la detección de los primeros casos de Covid-19 en Uruguay.
En el lanzamiento de la zafra arrocera, autoridades del gobierno uruguayo –entre las que se encontraban el presidente Lacalle Pou, el secretario de Presidencia Álvaro Delgado, el subsecretario del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, Juan José Olaizola, el Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Carlos María Uriarte y Albisu– se reunieron con autoridades del gobierno brasileño, encabezadas por el senador Luis Heinze, integrante del partido Progresistas, que forma parte de la alianza que llevó a Bolsonaro a la presidencia de Brasil.
Allí, los brasileños manifestaron la necesidad de una salida a través del río Uruguay para la carga de los productores del sur de Brasil, con el objetivo de viabilizar zonas productivas y ganar tiempos y competitividad, dado que en la actualidad salen a los puertos del océano Atlántico.
Pero el río Uruguay ofrecería una salida más operativa, rápida y, por lo tanto, más económica. “Los brasileños nos manifiestan que tienen camiones haciendo colas de hasta 80 kilómetros y demoran varios días para descargar en los puertos de Río Grande del Sur, Porto Alegre o Pelotas”, comentó el presidente de la delegación uruguaya ante la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande.
A partir de esa instancia, desde Salto Grande y en conjunto con la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), se contrató a CSI Ingenieros para realizar el análisis sobre la carga potencial que se podría captar en el norte de la represa de Salto Grande y el potencial de crecimiento de la hidrovía, pensando en zonas de Salto y Bella Unión, pero sobre todo apuntando a Río Grande del Sur y Corrientes.
El río Uruguay recorre 1.750 kilómetros (ocupa el lugar 96 del ranking global), su navegabilidad actual se extiende desde el kilómetro 0 (Punta Gorda) hasta el kilómetro 332,9 (Concordia-Salto). Tiene un caudal medio de 4.600 metros cúbicos por segundo (m³/s). Su cuenca abarca unos 340.000 kilómetros cuadrados (km²), que se dividen en: 180.000 km² en Brasil, 100.000 km² en Argentina y 60.000 km² en Uruguay, según datos de CARU.
Albisu sostuvo que el objetivo es que la consultoría de CSI culmine este año. Si bien la pandemia está marcando los ritmos del trabajo y la agenda, “se han realizado varias reuniones de forma remota, aunque también sabemos que muchas veces no es lo mismo una reunión a distancia que la presencialidad y visitar empresas”, acotó.
Más adelante, dijo que desde el lado brasileño se entiende que la hidrovía no es útil únicamente para sector granelero y arrocero, sino también es una oportunidad para la madera. “De algunos estudios se desprende que hoy la madera se llevaría gran parte de la carga y representaría más del 60% de total, pero quisimos dar pasos certeros y por eso CSI está realizando un estudio y actualización sobre el potencial económico y el impacto logístico que provocaría en las regiones vinculadas a la hidrovía del río Uruguay”, comentó el jerarca.
Además, dijo que también hay otros actores haciendo estudios, incluyendo algunos que se llevan adelante de forma conjunta entre Brasil, Uruguay y Argentina. “Hay un gran trabajo de Cancillería que es quién está liderando todo este proceso”, destacó.
Albisu recordó que desde el año 2010, cuando Lacalle Pou cuando era diputado, “venimos analizando el tema, pensando en realizar un by pass (pasaje) en la represa de Salto Grande para concretar los proyectos y los potenciales que brindaría la navegabilidad del río Uruguay”.
También señaló que en 2014, en la primera campaña de Lacalle Pou como candidato a la presidencia, “este tema estuvo dentro de su plan de gobierno y también fue incluido en la campaña de 2019. El 1o de marzo de 2020, en su asunción como presidente, puso el tema en la agenda nacional y desde ese momento se ha estado trabajando”.
LA OBRA
Carlos Albisu indicó que la navegación al norte de la represa de Salto Grande estaba prevista desde el comienzo de ese proyecto. “Hay una esclusa que quedó inconclusa desde el momento en que se hizo la represa. Esa esclusa tuvo un costo que se ubicó en un tercio del total de toda la obra civil de la represa Salto Grande. Eso habla del interés por la navegabilidad que había en aquel momento. También es importante ver los procesos. En el año 1946, cuando se firmaron las cartas de para hacer la represa, el primer punto estaba vinculado al desarrollo, el segundo era la navegabilidad y el tercero era la producción de energía”, comentó.
“Desde ese momento la navegabilidad estuvo plasmada y nos encontramos en un punto en donde todos de alguna manera marcan un interés en avanzar”, remarcó.
Falta terminar la parte inferior de la esclusa, “porque lo que está hacia el norte de la represa está pronto. Eso tiene ventajas en la parte jurídica internacional, porque no hay que expropiar terrenos, y se haría todo por terreno binacional”, dijo.
Albisu sostuvo que hacia el Sur hay que vaciar el paso Ayuí, que está a 12 kilómetros de la represa. “Luego hay dos más: Corralito y el Hervidero, pero en estos casos se necesita draga, porque son bancos de arena”, explicó.
En el año 2019 concluyó una consultoría sobre la infraestructura necesaria y los costos que demandaría la esclusa de Salto Grande y dejar listos los tres pasos sobre el río Uruguay. “Eso fue realizado por Salto Grande y CARU, con un préstamo no reembolsable del Banco Interamericano de Desarrollo; y en el año 2003 hubo un estudio primario con un préstamo de la Unión Europea”, comentó.
Con ambos trabajos “quedaron muchas cosas resueltas, como el aspecto ambiental. Algo que en Salto Grande trabajamos fuertemente, tanto que tenemos una gerencia medioambiental”, enfatizó.
El estudio de 2019, marca que la culminación de la esclusa de navegación, además del trabajo en los tres pasos al sur de la represa, demandaría una inversión de unos US$ 180 millones.
La navegabilidad del río Uruguay, una vez concluida dicha obra, puede ganar unos 700 kilómetros y está pensada para barcazas Mississippi, que tienen siete pies (aproximadamente 30 metros de largo por 11 de ancho).
Se trata de un promotor de crecimiento biológico y prebiótico, que se puede aplicar en semilla, suelo y follaje, y es compatible con todos los productos utilizados en agricultura
BioPlus III es una opción biológica 100% compatible con todos los productos utilizados hoy en día, aplicable en tres etapas del ciclo de los cultivos, con muy buenos resultados productivos. “En Uruguay tenemos ventajas que no existen en los Estados Unidos” dijo a VERDE Leonardo Nissley, director de BioGro.
Oriundo de Missouri, Estados Unidos, pero radicado en Florida (Uruguay), Nissley describió a VERDE las características de BioPlus III, un “producto biológico prebiótico, que se puede aplicar en tres matrices distintas (semilla, suelo y follaje). Es 100% compatible con cualquier producto químico, no incurre en costos extra de aplicación y ha generado aumentos de rendimiento superiores a 10% en varios cultivos”.
EL PRODUCTO
“Lo fuerte del producto es que tiene 100% de compatibilidad con todo, por lo que no debemos entrar en costos extra de aplicación. Se aplica perfectamente con todos los herbicidas, fungicidas, insecticidas, fertilizantes líquidos y demás productos. Es la ventaja de ser un producto prebiótico, que lo que se hace es alimentar las bacterias del suelo y no introduce microbios vivos”, describió Nissley.
Indicó que el III en su denominación hace referencia a que “es un biofertilizantes aplicable en tres etapas: en semilla, como cubre semilla; al suelo, en el barbecho sobre los rastrojos; y foliarmente, directamente a las plantas”.
Con respecto a la composición del producto, comentó que “es un compuesto biológico-químico. En la parte química tiene 3% de nitrógeno y un paquete de micronutrientes (zinc, manganeso, boro y cobalto). Y el caldo es una mezcla con la tecnología denominada prebiótica, porque no utiliza microbios vivos; aunque sí es un compuesto por microbios y bacterias, pero estabilizadas”.
LA APLICACIÓN Y LOS RESULTADOS
El empresario comentó cada caso de aplicación. En semilla, dijo que “lo aplicamos como promotor de crecimiento. BioPlus III acelera el nacimiento de la planta, con más fuerza y mayor enraizamiento. Es una simbiosis muy económica, ya que su costo es de US$ 10 por tonelada de semilla, con muy buenos resultados”.
Cuando el producto es incorporado al suelo, señaló que “se aplica a dosis de 1 litro por hectárea (l/ha). Se mezcla con los herbicidas preemergentes, generalmente con glifosato, y siempre en presiembra. Esto genera que se active la microflora del suelo, por lo que queda preparado para cuando ingresa la semilla”.
Y cuando es aplicado foliarmente, por ejemplo en los cultivos de invierno, indicó que “se aplica cuando las plantas tienen tres o cuatro hojas y están en la etapa vegetativa, junto con la aplicación de otro producto como puede ser un fungicida o un fertilizante líquido (UAN). También se usa una dosis de 1 l/ha. Luego se puede aplicar en floración, con otros químicos, y en llenado de grano, para apoyar en la sanidad y terminación del grano. Siempre en conjunto con la aplicación de otros productos, para no incurrir en costos extras de aplicación”.
El director de BioGro comentó que “en los cultivos comerciales, donde estamos cosechando grano (trigo, cebada, soja y maíz) vemos un aumento que se encuentra entre 8% y 12%. Esto es lo normal, en casos particulares hemos visto un poquito menos y en otros bastante más. En cuanto a pasturas, dónde hablamos de materia seca, estamos todavía estudiándolo, porque es más difícil evaluar, de todos modos vemos que está en los mismos rangos, cercanos al 10%”.
LA EMPRESA
En su origen Biogro SRL comenzó con la importación de productos biológicos de Estados Unidos y, por motivos de rentabilidad y eficacia, “desarrollamos una línea propia en Uruguay” explicó Nissley.
Los primeros productos de ese trabajo en Uruguay surgieron en 2018. “Contamos con productos que tienen tres años en el mercado”, comentó. Además de BioPlus III, la empresa ofrece una línea de coadyuvantes.
Sobre los próximos pasos, informó que se está buscando un producto 100% orgánico, “sin los componentes químicos y, en una primera etapa, pensado para la horticultura”.
Por otra parte, comentó que “estamos radicados en Florida, la comercialización a nivel nacional se hace a través de distribuidores, empezamos a realizar ensayos con productores y nos ha ido muy bien con el boca a boca. Además, nos estamos expandiendo internacionalmente. Hemos enviado información a Paraguay y el objetivo también pasa por incursionar en Argentina, Brasil, Bolivia.
Al recordar su llegada al país, relató que “vinimos como cristianos evangélicos, con la idea de levantar una iglesia en Uruguay, para apoyar a los cristianos de acá. Pero siendo agricultores y habiendo trabajado con los productos biológicos, con los que fuimos pioneros en su utilización hace más de 30 años en Estados Unidos, decidimos traer ese conocimiento y tecnología para avanzar en Uruguay”.
El empresario concluyó que “ha sido un gran desafío adaptarnos a la cultura y a gente nueva, pero estamos muy contentos. Uruguay tiene ventajas para la producción de biológicos, porque no hay muchas empresas que los estén produciendo”.