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Ampliación de la navegabilidad del río Uruguay es una de las apuestas

16 de junio de 2021

Hoy es navegable hasta Salto y Concordia; se busca un acuerdo con Brasil y Argentina para avanzar en las obras que permitirán transitar 700 km al norte de Salto Grande

La ampliación navegabilidad del río Uruguay, que hoy llega hasta las ciudades de Concordia (Argentina) y Salto (Uruguay), es uno de los proyectos logísticos que ha planteado desde el comienzo de su gestión el presidente de la República, Luís Lacalle Pou. En esa línea, Carlos Albisu, presidente de la delegación uruguaya ante la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, dijo a VERDE que el capítulo más importante para avanzar con dicha obra transcurre por el área diplomática y las cancillerías de los países, tanto de Argentina como de Brasil. 

“Ahí es donde encontramos al presidente Lacalle Pou dialogando y articulando. Este tema ha estado en las reuniones con el presidente argentino Alberto Fernández y con el presidente brasileño, Jair Bolsonaro”, señaló.

Albisu agregó que ha mantenido contactos con el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, “con el cual tenemos muy buen relacionamiento”. Bordet también ha planteado la navegabilidad con los gobernadores de Corrientes y Misiones, “que están afín con la iniciativa, lo ven como una necesidad y también puede aportar un cambio en la matriz productiva  de esa zona, que está apuntando mucho a la madera. Algo similar ocurre en el Sur de Brasil, en Río Grande del Sur, que tiene cargas agrícola-graneleras, y que también está apostando a la forestación”.

El jerarca dijo que “hay una cuestión netamente geopolítica, más allá de la obra que puede demandar la hidrovía. Por eso, hay que lograr que los países se pongan de acuerdo en avanzar con la navegabilidad del río Uruguay. Nuestro presidente ha puesto el tema en agenda, como también la Cancillería, a través de los embajadores”. 

Para Albisu, el primer mojón es que Argentina, Brasil y Uruguay estén alienados en este interés y se pueda plasmar en algún tratado, para después ir al siguiente, que es la obra. Confirmó que “hay muchas empresas interesadas en llevar adelante esta obra de envergadura”, pero insistió en que “el gran partido se está jugando en la parte diplomática”.

Si bien expresó que su sensación es que, a priori no habría inconveniente desde el punto de vista político y geopolítico para avanzar, prefirió ser cauto y resaltó el ímpetu que el presidente Lacalle Pou le ha puesto a la navegabilidad del río Uruguay, al colocarlo en la agenda, a lo que se sumó el interés de los sectores privados de Brasil y Argentina.

Los productores de arroz del noroeste de Río Grande del Sur han manifestado en muchas oportunidades, incluso lo han planteado a su gobierno, que esa parte del estado debe mejorar su operativa logística y el río Uruguay en eso se vuelve relevante.

Albisu recordó que en setiembre del año 2019 un productor arrocero integrante de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA) lo llamó para decirle que había estado en San Borja, Río Grande del Sur, en una jornada arrocera, y allí los discursos apuntaban a mejorar la logística de esa zona de Brasil, e incluso se habló mucho sobre la hidrovía del río Uruguay. 

Después de las elecciones comenzó una serie de contactos para llegar al primer hecho clave para avanzar en el proyecto de navegabilidad del río Uruguay, el 13 de marzo de 2020 en Colonia Palma (Artigas), en el lanzamiento de la cosecha de arroz. Ese día también es recordado por la detección de los primeros casos de Covid-19 en Uruguay.

En el lanzamiento de la zafra arrocera, autoridades del gobierno uruguayo –entre las que se encontraban el presidente Lacalle Pou, el secretario de Presidencia Álvaro Delgado, el subsecretario del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, Juan José Olaizola, el Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Carlos María Uriarte y Albisu– se reunieron con autoridades del gobierno brasileño, encabezadas por el senador Luis Heinze, integrante del partido Progresistas, que forma parte de la alianza que llevó a Bolsonaro a la presidencia de Brasil.

Allí, los brasileños manifestaron la necesidad de una salida a través del río Uruguay para la carga de los productores del sur de Brasil, con el objetivo de viabilizar zonas productivas y ganar tiempos y competitividad, dado que en la actualidad salen a los puertos del océano Atlántico.

Pero el río Uruguay ofrecería una salida más operativa, rápida y, por lo tanto, más económica. “Los brasileños nos manifiestan que tienen camiones haciendo colas de hasta 80 kilómetros y demoran varios días para descargar en los puertos de Río Grande del Sur, Porto Alegre o Pelotas”, comentó el presidente de la delegación uruguaya ante la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande.

A partir de esa instancia, desde Salto Grande y en conjunto con la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), se contrató a CSI Ingenieros para realizar el análisis sobre la carga potencial que se podría captar en el norte de la represa de Salto Grande y el potencial de crecimiento de la hidrovía, pensando en zonas de Salto y Bella Unión, pero sobre todo apuntando a Río Grande del Sur y Corrientes. 

El río Uruguay recorre 1.750 kilómetros (ocupa el lugar 96 del ranking global), su navegabilidad actual se extiende desde el kilómetro 0 (Punta Gorda) hasta el kilómetro 332,9 (Concordia-Salto). Tiene un caudal medio de 4.600 metros cúbicos por segundo (m³/s). Su cuenca abarca unos 340.000 kilómetros cuadrados (km²), que se dividen en: 180.000 km² en Brasil, 100.000 km² en Argentina y 60.000 km² en Uruguay, según datos de CARU.

Albisu sostuvo que el objetivo es que la consultoría de CSI culmine este año. Si bien la pandemia está marcando los ritmos del trabajo y la agenda, “se han realizado varias reuniones de forma remota, aunque también sabemos que muchas veces no es lo mismo una reunión a distancia que la presencialidad y visitar empresas”, acotó.

Más adelante, dijo que desde el lado brasileño se entiende que la hidrovía no es útil únicamente para sector granelero y arrocero, sino también es una oportunidad para la madera. “De algunos estudios se desprende que hoy la madera se llevaría gran parte de la carga y representaría más del 60% de total, pero quisimos dar pasos certeros y por eso CSI está realizando un estudio y actualización sobre el potencial económico y el impacto logístico que provocaría en las regiones vinculadas a la hidrovía del río Uruguay”, comentó el jerarca. 

Además, dijo que también hay otros actores haciendo estudios, incluyendo algunos que se llevan adelante de forma conjunta entre Brasil, Uruguay y Argentina. “Hay un gran trabajo de Cancillería que es quién está liderando todo este proceso”, destacó.

Albisu recordó que desde el año 2010, cuando Lacalle Pou cuando era diputado, “venimos analizando el tema, pensando en realizar un by pass (pasaje) en la represa de Salto Grande para concretar los proyectos y los potenciales que brindaría la navegabilidad del río Uruguay”. 

También señaló que en 2014, en la primera campaña de Lacalle Pou como candidato a la presidencia, “este tema estuvo dentro de su plan de gobierno y también fue incluido en la campaña de 2019. El 1o de marzo de 2020, en su asunción como presidente, puso el tema en la agenda nacional y desde ese momento se ha estado trabajando”. 

LA OBRA

Carlos Albisu indicó que la navegación al norte de la represa de Salto Grande estaba prevista desde el comienzo de ese proyecto. “Hay una esclusa que quedó inconclusa desde el momento en que se hizo la represa. Esa esclusa tuvo un costo que se ubicó en un tercio del total de toda la obra civil de la represa Salto Grande. Eso habla del interés por la navegabilidad que había en aquel momento. También es importante ver los procesos. En el año 1946, cuando se firmaron las cartas de para hacer la represa, el primer punto estaba vinculado al desarrollo, el segundo era la navegabilidad y el tercero era la producción de energía”, comentó. 

“Desde ese momento la navegabilidad estuvo plasmada y nos encontramos en un punto en donde todos de alguna manera marcan un interés en avanzar”, remarcó.

Falta terminar la parte inferior de la esclusa, “porque lo que está hacia el norte de la represa está pronto. Eso tiene ventajas en la parte jurídica internacional, porque no hay que expropiar terrenos, y se haría todo por terreno binacional”, dijo.

Albisu sostuvo que hacia el Sur hay que vaciar el paso Ayuí, que está a 12 kilómetros de la represa. “Luego hay dos más: Corralito y el Hervidero, pero en estos casos se necesita draga, porque son bancos de arena”, explicó.

En el año 2019 concluyó una consultoría sobre la infraestructura necesaria y los costos que demandaría la esclusa de Salto Grande y dejar listos los tres pasos sobre el río Uruguay.  “Eso fue realizado por Salto Grande y CARU, con un préstamo no reembolsable del Banco Interamericano de Desarrollo; y en el año 2003 hubo un estudio primario con un préstamo de la Unión Europea”, comentó.

Con ambos trabajos “quedaron muchas cosas resueltas, como el aspecto ambiental. Algo que en Salto Grande trabajamos fuertemente, tanto que tenemos una gerencia medioambiental”, enfatizó. 

El estudio de 2019, marca que la culminación de la esclusa de navegación, además del trabajo en los tres pasos al sur de la represa, demandaría una inversión de unos US$ 180 millones.

La navegabilidad del río Uruguay, una vez concluida dicha obra, puede ganar unos 700 kilómetros y está pensada para barcazas Mississippi, que tienen siete pies (aproximadamente 30 metros de largo por 11 de ancho).

Nota de Revista Verde N°93

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