Cannabis tiene gran potencial pero requiere cambios en su regulación

By Cristina Fumero,

Si bien la venta del cultivo psicoactivo está autorizada en farmacias de Uruguay, persisten limitaciones para que se concrete una expansión del negocio, dicen inversores

Redacción: Mauro Florentín
Producción: Ruben Silvera

Chocolates, aceites medicinales, cosméticos, flores que sustituyen el tabaco, entre otros productos, figuran en la variada oferta  de productos derivados del cannabis que hay actualmente en diferentes países del mundo, principalmente en Norteamérica y Europa.

Mientras que en Uruguay, si bien está autorizado el cultivo de cannabis psicoactivo y la comercialización regulada en farmacias, persiste una serie de limitaciones a la expansión de ese negocio, que no implica el estímulo del producto psicoactivo.

Esa es la visión que tiene el empresario uruguayo Andrés Rubino, quien junto a su socio alemán Stefan van Hoven, opera un laboratorio en Suiza, donde se procesa una variada gama de productos cannábicos.

CeBeDe Lab es un laboratorio instalado en el norte de Suiza, que produce aceites y productos cosméticos en general, y además procesa materia prima y extractos de cannabis procedentes del mercado de flores uruguayo.Desarrolló su actividad en Suiza por el favorable marco legal normativo para el desarrollo de este tipo de actividades, explicó Rubino.

Una de las características de este negocio, en este caso puntual, es que la mayor parte de la producción se concentra en el desarrollo de productos nutricionales y cosméticos, y no en el farmacéutico, como se ha regulado en Uruguay o en otras regiones de América Latina, y que no permite que la industria se desarrolle.

Más allá de la amplia variedad de productos que resultan del procesamiento del cannabis en CeBeDe Lab, los emprendedores entrevistados destacaron la utilización de las “flores como sustitutos del tabaco”. Estas flores cuentan con niveles bajos de THC (Tetrahidrocannabinol), que es el componente psicoactivo del cannabis, y un alto contenido de CBD (Cannabidiol) que es el componente no psicoactivo o psicotrópico de la planta.

Contaron que dentro de los productos que contienen CBD hay ofertas que van desde los ya conocidos aceites hasta chocolates, aguas, jugos, caramelos, cervezas y productos cosméticos, como cremas hidratantes, jabones, champú, entre otros

El laboratorio abastece al por mayor, como puede ser a una compañía cosmética u otra que precisa el componente activo, además de productos terminados marca blanca. Eso sucede en el caso de una cadena de gimnasios en Alemania que les compra aceites, espumas para manos, cremas, entre otros productos. Además, CeBeDe Lab cuenta con su propia marca de productos, aclararon.

Entre algunas de las innovaciones del proceso productivo e industrial de esa empresa, Rubino resaltó el desarrollo de un nuevo sistema de cosecha y secado de flores, para la venta como sustitutos del tabaco, producto que se lanzó en el reciente verano europeo.

La empresa cuenta con un sistema que permite congelar las flores recién cosechadas a una temperatura a menos 25 grados, y luego de secarlas les dan un tratamiento de curado, quedando preparadas para ser fumadas en reemplazo del tabaco.

Al analizar algunas dificultades en la operativa en Uruguay, Van Hove dijo que se genera un problema “cuando hay mucho cultivo para cosechar”, porque “las capacidades de secado y procesamiento no están”. Entonces, “lo que nuestro sistema propone es cosechar de una cierta manera para conservar las flores en frío, y después pasarlas por el secado al vacío”, detalló el empresario.

Al estar limitada la capacidad de secado, este año se perdieron toneladas de flores de productores que mantuvieron el cultivo en los campos más tiempo del debido, indicó Rubino.

También se detectó la presencia de hongos, debido a que el productor no encontró una solución para realizar el secado a tiempo. Pero mediante el sistema creado por CeBeDe Lab es posible hacer el proceso requerido en ese sentido, “como si fueran manzanas, que quedan en un depósito en congelado”, comparó.

Un capítulo aparte respecto a las características de este cultivo es su manipulación, que debe ser realizada “a mano, con tijeras”, lo que representa un “costo altísimo”, planteó.

Afirmó que, con el sistema empleado por su empresa, eso se resuelve con el secado en frío y poder cosechar sin grandes costos. Una flor de cielo abierto obtiene una calidad intacta, ya que conserva el aroma, el color y los principios activos, comentó.

Diferenció que en los casos de secado tradicional “la flor se oxida, se pone de color marrón, lo que para el mercado de flores como sustituto de tabaco, baja mucho su valor”. 

Con el sistema que impulsa CeBeDe Lab, “las flores a cielo abierto obtienen una calidad comparable con las flores de invernadero o indoor (en inglés)”.

Oportunidades y limitaciones

En cuanto a la posibilidad de instalarse en Uruguay para producir productos derivados de cannabis, Rubino se refirió a las limitaciones normativas que dificultan la actividad, específicamente en la liberación de los mismos, como pueden ser los de uso medicinal, entre otros.

Mencionó el caso de la flor sustituta del tabaco, que se usa sin mayores restricciones en el mercado europeo, pero que en Uruguay no se puede consumir.

En el mercado uruguayo se comercializa el cannabis con mayor contenido de THC que el incluído en las flores que se venden en Europa, pero la flor con CBD y bajo THC no está autorizada para fumar, lamentó.

Van Hove habló de situaciones similares que se dan en otros países latinoamericanos, como Colombia y Ecuador, donde hay discusiones respecto a eventuales modificaciones en el marco normativo.

Esa situación contrasta con lo que sucede en varios países europeos, como por ejemplo Francia, donde se abrieron unas 300 tiendas para la comercialización de diversos productos de CBD en los últimos meses, comparó.

Consideró que esa sería una buena oportunidad para el mercado uruguayo, en cuanto a la posibilidad de darse una apertura de emprendimientos similares.

Una de las causas que impide el desarrollo de ese negocio es que los productos en base a CBD son registrados como medicinales, con un costo altísimo en Uruguay, indicó Rubino.

En un análisis más profundo sobre el negocio en cuestión, el empresario dijo que en los países europeos esa actividad fue impulsada por los productores agrícolas, quienes ejercieron presión para facilitar ese mercado, mientras que en Uruguay fueron emprendedores provenientes de otros sectores.

“La mayor parte de los involucrados en la producción no han sido los productores mismos, sino gente que vino del cannabis”, señaló.

Reafirmó que la regulación legal vigente es de 2013 y “hay solo uno o dos aceites en farmacias a costos inaccesibles. En Europa o Estados Unidos tenés 50 tipos de aceites, 40 de cosmética, champús, caramelos, entre otros”.

Van Hove se refirió, además, a las “regulaciones que se están imponiendo en el mercado europeo, que implican que los niveles de THC sean bajos, con lo que se evita cualquier tipo de intoxicación”.

“Todos los productos que están por debajo del 1% de THC, por decir un porcentaje, deberían ser desregulados y comercializados como un suplemento nutricional o un cosmético, pero los que tienen un nivel alto de THC sí precisan una regulación, porque es importante para el consumidor saber con exactitud cuánto miligramos de ese componente tiene cada producto”, planteó. Sugirió que lo ideal sería regular por un lado los productos farmaceúticos con alto THC y por otro los nutricionales y cosméticos.

Si Uruguay hiciera algunos cambios normativos en ese sentido, habría una “linda oportunidad” de generar empleos, considerando que el país cuenta con dos países vecinos (Brasil y Argentina) con un potencial importante de mercado, valoró Rubino.

Mitos y realidades

Estos temas suelen generar confusiones e interpretaciones entre el público, lo que es habitual en la historia de la humanidad cada vez que se trata de algo innovador y que de cierta manera rompe con los parámetros de los hábitos de consumo.

En ese sentido, parece oportuno reproducir algunas interrogantes y respuestas sobre el punto, que se encuentran en algunos sitios especializados en la web.

Ante la pregunta: ¿El cáñamo y la marihuana son lo mismo? Se asegura que eso es falso. Ambos pertenecen a la misma familia, sin embargo, por su composición genética y sus hábitos de crecimiento únicos, podemos concluir que son dos plantas diferentes, se sostiene. 

El término cáñamo se asocia con la subespecie cannabis sativa sativa, y no presenta efectos psicotrópicos, mientras que la marihuana se relaciona con la cannabis sativa índica, que sí produce un alto contenido en THC (molécula cannabinoide psicoactiva).

¿Se puede extraer CBD tanto del cáñamo como de la marihuana?, es otra pregunta que se suele plantear, y se afirma que eso es cierto.El proceso de extracción puede aislar el CBD desde ambas materias primas. La diferencia de coste es importante, por lo que la extracción industrial de CBD no utiliza marihuana, se argumenta.

A la pregunta: ¿EL CBD es una droga? La respuesta es: falso. Se justifica que el CBD no contiene ningún ingrediente psicoactivo, es más, el cannabidiol suministrado a pacientes con adicción a la heroína redujo sus niveles de ansiedad y apaciguó el síndrome de abstinencia.

También se suele preguntar si el aceite de cáñamo y el CBD o cannabidiol son lo mismo. Los especialistas aseguran que eso es falso. Sostienen que el aceite de cáñamo proveniente de las semillas de la planta cannabis sativa no tiene nada que ver con la molécula CBD procedente de los tricomas de la planta. De hecho, son ingredientes INCI (nomenclatura internacional de ingredientes cosméticos) diferentes, se explica.

Por último, se aclara que el término CBD suele referirse al polvo blanco de cristal de CBD, que contiene mayoritariamente la molécula de cannabidiol. Sin embargo, el aceite de cáñamo, por su parte, contiene CBD en pequeñas proporciones, además de otros cannabinoides.

Nota de Revista verde N°94

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BPU y Montes del Plata avanzan para certificar carne carbono neutro

By Cristina Fumero,

La empresa forestal cuenta con información que demuestra que captura más carbono del que emiten las 35.000 cabezas que pastorean unos 200 productores en sus predios.

El frigorífico BPU Meat (NH-Foods) y la empresa forestal Montes del Plata firmaron un acuerdo para empezar a transitar el camino de la certificación de carne carbono neutro y tal vez incluso desarrollar una marca de carne de animales que llegan a faena desde los predios forestales.

Carolina Moreira, gerente de sustentabilidad y comunicaciones de Montes del Plata, dijo en Agronegocios Sarandí, de radio Sarandí, que “ambas empresas están muy interesadas y comprometidas con los temas de sostenibilidad”, y señaló que “a principios de este año veníamos avanzando bastante con la medición de nuestro primer balance de carbono. En una de esas reuniones trajimos el tema a colación, y ellos se interesaron muchísimo”.

Agregó que la empresa BPU “venía con la inquietud de poder dar respuestas a algunos desafíos globales, que se reflejan en la demanda de todo tipo de productos y en particular de los alimentos, que es el de conocer su origen. Esa demanda va cambiando y pidiendo que la producción acompañe los desafíos ambientales que se presentan”. 

Destacó datos de Montes del Plata que demuestran que “nuestro balance de carbono es negativo y, por lo tanto, positivo para el ambiente, ya que capturamos más carbono del que se emite en toda la cadena productiva de Montes del Plata. Esto ya tomaba en cuenta la presencia de unas 35.000 cabezas de ganado dentro de los montes”.    

Informó que “son cerca de 200 productores ganaderos que están permanentemente pastoreando en el entorno de los montes, que es el 35% o 40% del área donde estamos, donde no se planta”. 

Destacó que, “dentro de las buenas prácticas de manejo en forestación está la conservación de diferentes ecosistemas que rodean a las plantaciones forestales. En nuestro caso son 90.000 hectáreas que tenemos sin plantar (135.000 están plantadas), allí podemos encontrar 65.000 hectáreas de pastizales, 2.000 hectáreas que son sitios de alto valor de conservación ambiental, como humedales, palmares, montes nativos o ribereños, donde no se planta y se conserva”, y donde además “se hacen gestiones proactivas para asegurar su buena conservación”.

Daniel de Mattos, asesor del directorio de BPU, recordó que “con Montes del Plata mantenemos una relación comercial desde hace mucho tiempo, y gran parte de los animales que se producen en silvopastoreo en campos de la empresa terminan en BPU”. 

Comentó a VERDE que este vínculo “nos llevó a discutir sobre aspectos de certificación. Tenemos certificación en cuestiones como bienestar animal, sostenibilidad, etcétera, y empezamos a hablar sobre la posibilidad de incorporar créditos de carbono, que genera la empresa Montes del Plata de forma muy eficiente, a los productos cárnicos que se producen en esos predios. Y terminamos en este acuerdo, que consiste en desarrollar, en base a los estudios técnicos y científicos que tienen, un sello de certificación, que pueda ser incorporado a productos cárnicos que provienen de esos predios”.

A continuación expresó que se espera que en los próximos meses se pueda caminar rápidamente a iniciar ese proceso de certificación, pero advirtió que luego de alcanzarlas, resta mucho por hacer en el tema comercial. “Desarrollar certificaciones y marcas es un proceso muy lento, y requiere además de algún socio en los mercados de exportación, que esté dispuesto a aceptar y valorizar este tipo de productos. Pero esperamos que en 2022 podamos empezar a hablar de esto”, planteó.

Por otra parte, De Mattos valoró que Uruguay haya incorporado en los planes estratégicos del Instituto Nacional de Carnes (INAC) el tema de la huella ambiental, y que haya incorporado a la discusión a otras instituciones como el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), al Ministerio de Ambiente y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA). 

Enfatizó que Montes del Plata “tiene una trayectoria y un estudio muy serio sobre el tema”, lo que permite acelerar el proceso de datos sobre la huella de carbono de la producción de carne, y “posicionar este tema como una cuestión de importancia para las dos empresas”.

Insistió en que “tenemos que desarrollar el mercado, ver qué empresas están interesadas en comprar carne con esa característica, saber qué tipos de cortes van a demandar. Tenemos mucho camino por recorrer dentro de este desarrollo de responsabilidad social de ambas empresas, y de un proyecto de agregado de valor de productos con marca”.

Aclaró que cuando se le habla al mundo sobre este tipo de certificaciones no tiene un solo público objetivo, sino que le está hablando a muchos tomadores de decisiones. “Uno el consumidor, pero en el medio existe una cantidad de tomadores de decisiones, a nivel de gobierno, compradores, procesadores, que van incorporando este mensaje; es algo que se está pasando muy fuerte”, sostuvo.

Puso el ejemplo de las declaraciones de ganaderos del Reino Unido frente a la incorporación de un tratado de libre comercio con Australia. “Ante la posibilidad de recibir productos cárnicos desde Australia lo primero que cuestionaron fue la huella de carbono de esos productos”, señaló. 

Por eso, subrayó que “este tipo de emprendimientos, así como todo el que pueda llevar adelante el gobierno uruguayo con la huella ambiental, tiene muchos intangibles, pero que son de una importancia preponderante en este momento para la apertura de mercados, para lograr reducciones arancelarias, para generar valor a nivel del consumidor”. 

Planteó que “es un lindo y pequeño proyecto el que estamos lanzando, y debería ser parte de un gran proyecto a nivel país, que nos permita posicionarnos mejor en los mercados de destino”. 

De Mattos consideró que “la sostenibilidad ambiental es el cuestionamiento más grande que tiene la producción de proteína roja, de carne vacuna y otras carnes. Y no se refieren específicamente a los biomas de La Pampa, como los que tenemos en esta parte del mundo, sino a otros tipos de sistemas de producción. Pero caemos todos en la misma bolsa. Así que Uruguay tiene una oportunidad de transformar esas ventajas comparativas que tiene frente a otros sistemas de producción, porque son ventajas competitivas, y en ese sentido está caminando este proyecto”.

Moreira agregó que la primera medición de la huella de carbono de Montes del Plata fue un primer paso, pero consideró que también se tiene que trabajar fuerte en la minimización de emisiones, más allá de las pasturas.

Recordó declaraciones del gerente general de Montes del Plata, Diego Wollheim, en la conferencia donde se anunció este acuerdo. Allí comentó que la logística de transporte implica que la madera no llegue a la planta por camión sino por la vía fluvial. “Son cuatro las barcazas que lleva la madera. Aproximadamente el 50% de la madera llega por esta vía, y cada una de estas barcazas equivale a lo que cargarían 170 camiones, con sus correspondientes emisiones en las rutas”, remarcó la gerente de sustentabilidad y comunicaciones. 

También hizo referencia a la generación de energía eléctrica por combustión, utilizando como base la biomasa que se genera como subproducto en el proceso de la planta industrial, lo que le permite abastecerse en un 100% de esa energía. 

Además, Moreira remarcó que Montes del Plata genera un excedente, que en el año 2020 significó alrededor del 10% del total de la energía que se produjo en Uruguay.

Nota de Revista Verde N°94

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Agricultores asumen que necesitan muy buenos cultivos para sobrevivir

By Cristina Fumero,

El ingeniero agrónomo Carlos Marchesi, señaló que están dadas las condiciones y que hay buenas herramientas para lograr una agricultura más potente, racional e inteligente

El sistema de siembra directa con rotación de cultivos, aporte de rastrojo, fertilización y el manejo del agua en las zonas complicadas son elementos claves para tener una agricultura continua sostenible. En este último tiempo se han sumado cultivos como la colza o el maíz de segunda, “hay una apuesta a la diversificación del sistema, que apunta a tener más productividad, sabiendo que los agricultores precisamos buenos cultivos para sobrevivir”, dijo a VERDE el ingeniero agrónomo Carlos Marchesi, directivo de la Asociación Uruguaya Pro Siembra Directa (AUSID).

Marchesi entiende que “están dadas las condiciones para tener una agricultura muy diferente a la que se venía realizando, con más tecnología y diversidad de cultivos. Si a eso le sumamos la sistematización de las chacras, ponemos más atención en la nutrición, haciendo foco no solo en los macro sino también en los micro nutrientes, tenemos muchas herramientas para tener una agricultura potente, racional, y con inteligencia podremos cumplir los objetivos”.

Consideró que es muy distinto realizar una agricultura sobre la base de trigo-soja a una que hoy incluye: soja, maíz, sorgo, trigo, cebada, colza, maíz, avena y tal vez girasol. Desde el punto de vista empresarial “hay una dilución del riesgo, y además se puede llevar un manejo de malezas totalmente diferente”.

Recordó que la agricultura continua, “sin cumplir los requisitos del sistema de siembra directa –como la rotación de cultivos y aporte abundante de rastrojo, repitiendo los mismos sistemas radiculares– llevaron a que el suelo fuera perdiendo estructura, nutrientes como el potasio, zinc, entre otros. Eso aumentó la acidez, también la densidad aparente, los suelos infiltran muy poco, y esto provoca que las ventanas de siembra sean más cortas, porque los suelos se secan rápido; se compactan”.

Dicha situación se ha ido solucionando con capacidad de siembra, tecnología, más fertilización y mejor genética. “Todo eso ha tenido un avance fantástico, pero los rendimientos se mantienen estables, sobre todo en soja, porque se ha perdido calidad de suelo”, señaló.

Marchesi agregó que, desde planteos que incluyen una soja prácticamente continua a una rotación agrícola con pasturas (50%), hay una gama de situaciones que se refleja en los rindes, en la erosión, en el manejo de malezas, costos ocultos, entre otros factores.

Indicó que, a pesar de tener suelos con la estructura “cascoteada, los que están en agricultura continua pero con un buen sistema, sobre la base del doble cultivo, rotaciones intensas, alto aporte de rastrojo, muestran muy buenas condiciones para la actividad. Pero cuando nos vamos a sistemas con menos cultivos, predominancia de soja, poca cobertura, sin una fertilización acorde, entramos a una zona que genera complicaciones”.

Los sistemas que tienen una rotación de cultivos planificada y/o pasturas, altos rendimientos, no tienen grandes problemas con las malezas. En esos casos, “el raigrás resistente a glifosato no es un problema para la implantación de los cultivos y no es necesaria la utilización de graminicidas”, ejemplificó.

En esos planteos, el costo que tiene el control de malezas es más bajo. “Eso es algo en lo hacemos hincapié en AUSID: medir la reducción de herbicidas que genera un sistema de siembra directa bien manejado frente a los que tienen menos rotación de cultivos”, remarcó.

Marchesi resaltó que, con rotación de cultivos e importantes coberturas, la utilización de herbicidas se reduce hasta un 50%. “Un sistema que en la zafra de invierno incluye un 30% de colza, 30% de trigo, 30% cebada y 10% avena, lleva a que en colza se controlen totalmente las gramíneas y no haya raigrás, balango u otros. Al año siguiente ingresará un trigo o una cebada sin problemas de malezas”, explicó.

Agregó que “lo mismo ocurre en el área de trigo y cebada, con un buen control de carnicera. Al año siguiente ingresa una canola, se aplica glifosato con clopyralid previo a la siembra y luego no se precisan herbicidas porque hay cobertura. Y sumado a un buen manejo en los cultivos antecesores, no quedando malezas”.

“Hay sistemas donde las malezas no son un problema. El yuyo colorado este año se fue un poco de las manos, pero en los sistemas que brindan abundante rastrojo patina como los mejores”, comentó. Además, resaltó el lanzamiento de las sojas Enlist, que “si se usan bien, son una excelente herramienta; pero debemos ser inteligentes”.

Otro de los temas relevantes en la agricultura es el control de la erosión. Marchesi señaló que en agricultura continua, “por más que se lleve adelante una excelente rotación, las chacras tienen que estar sistematizadas con terrazas. Era anti terrazas, pero la realidad me demostró que son importantes, porque la erosión disminuye, se minimiza en la mayor parte de la chacra, y el problema queda en pequeñas zonas, donde hay antiguas erosiones o pequeños desagües”.

En los lugares donde se junta el agua y se reciben precipitaciones importantes, sobre todo en invierno, “no se puede dejar correr libremente el agua, por eso se debe ir hacia una sistematización de la chacra; eso es algo imprescindible para una agricultura que tiene ambición de ser continua”, indicó.

Explicó que existen planteos que aportan mucho rastrojo y por eso no se puede sembrar, “allí el problema más grande es la plaga del bicho bolita. En esos casos la erosión ya no es problema porque no se ve el suelo”. El bicho bolita es un gran problema en los sistemas de siembra directa, sobre todo bajo riego, “pero ahora, con la aplicación de un cebo insecticida especifico, se minimiza el problema”.

El agrónomo consideró que en los buenos suelos; con sistematización de chacras mediante terrazas que manejen el agua; con ambientación para separar suelos por calidad; con una rotación que incluya colza, cebada, trigo, avena, maíz, soja, sorgo y girasol; con reposición de nutrientes; y sembradoras que manejen bien el rastrojo, hay diversidad de herramientas y buenas condiciones para una agricultura continua y bastante razonable”.

 “En nuestro caso tenemos suelos que hace más de 30 años que no se laborean y no se van a laborear. Eso se sustenta en la rotación, la inclusión de pasturas, cultivos de coberturas, como por ejemplo lo que se hacen con raigrases tetraploides, con semilla etiquetada, para tener buenas coberturas y evitar la aparición de resistencia. Se hace con 25 kilos de semillas fertilizadas con urea y se define un pastoreo intenso para que el ganado pise y remueva la abundancia de rastrojo”, dijo.

Agregó que en suelos buenos “los sistemas que tienen un 50% de pasturas y un 50% de agricultura, no tienen malezas problema, hay altos niveles de materia orgánica, buena infiltración y generalmente no se pierden cultivos por exceso hídrico. Es otra cosa, es otro mundo”.

LA SIEMBRA DIRECTA EN PRIMERA PERSONA

La siembra directa arrancó hace 30 años y en un momento en que se hacía poca agricultura y mucha ganadería. Durante los primeros años se quemaban los rastrojos, porque las sembradoras que se usaban eran una transición de convencional a directa, tenían poca fuerza y eso limitaba la capacidad para ingresar al suelo, sostuvo Marchesi.

El costo de los herbicidas era muy alto y había pocas herramientas. “Aún no estaba aprobada la soja resistente a glifosato y había un desconocimiento importante sobre la fertilización. Veníamos con el laboreo y una rotación muy pastoril, cuando empezamos con la siembra directa tuvimos falta de nitrógeno”, recordó.

El despegue de la siembra directa ocurrió con la soja RR, un avance de la maquinaria, tanto en siembra como en pulverización, y el poder de control del glifosato, que “en ese momento controlaba todo”. Entonces, enseguida del año 2000 comenzó “el proceso de industrialización de la agricultura, porque se podía hacer a gran escala y había buenos precios frente a los costos”.

En ese momento “hubo problemas de insectos en el suelo, pero se fueron resolviendo, también se fue adecuando la maquinaria para tener una siembra más eficiente. El boom de la soja, un cultivo que era fácil de hacer, llevó a incrementar el doble cultivo, pero al repetirse en las mismas chacras la secuencia trigo–soja o soja-cebada, motivó problemas sanitarios. Si bien se podían controlar con fungicidas, el peaje en kilos fue muy grande”, señaló.

“No estaba el Plan de Uso de Suelos, ni el hábito de sembrar cultivos de cobertura y mantener los barbechos limpios. Entonces, la conyza empezó a ganar terreno, fue un problema que se llevó muchos kilos de soja. Allí comenzó la problemática de malezas, y se fueron sumando especies como el raigrás, yuyo colorado, entre otras”, repasó.

Marchesi también recordó que comenzaron las deficiencias de potasio, de azufre, se empezó a constatar la acidez de los suelos y las situaciones que afectaron la estructura del suelo. Eso motivó que en muchos casos se llegue a mover el suelo. 

“Si se mueve la tierra y llueven 100 milímetros, quizás haya un buen cultivo, pero el daño por erosión es enorme. Por los eventos de lluvias que se registran en Uruguay, las pendientes de los suelos y la baja infiltración, laborear no es una opción sensata. Vi recientemente que en una chacra de 100 hectáreas se movieron dos hectáreas para probar, llovió y esas dos hectáreas desaparecieron por erosión, mientras que en las 98 hectáreas restantes los cultivos se pudieron implantar bien”, señaló.

Para Marchesi “cuando alguien mueve tierra, es porque se le acabaron los argumentos que tenía para lograr un buen cultivo, y eso significa que llegó a una situación límite. Los agricultores para sobrevivir necesitamos buenos cultivos, y si eso no se logra, se buscan alternativas. Si el productor que mueve tierra piensa que esa es la solución, no lo juzgo. Espero que pueda lograr un buen cultivo, que pueda retomar la siembra directa y no mueva más”.

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Mayor demanda y precio del aceite impulsan la producción mundial

By Cristina Fumero,

Uruguay no escapa a la reacción internacional de los productores, que perciben mejores oportunidades de negocios con el cultivo; el aceite alcanzó precios históricos este año 

Lo que pasa con el cultivo de girasol hoy en el mundo parecería tener su explicación en tantos factores, como pétalos tiene la flor de ese producto agrícola. El precio, el aceite, la pandemia, los biocombustibles y las políticas estatales de algunos países, entre otros aspectos, inciden en la nueva realidad del sol de las indias, como también se la conoce a esta planta.

Al igual que ocurre con otros productos alimenticios que registraron una demanda explosiva, debido a la mejora de la calidad de vida en China, el aceite de girasol tiende a sumarse a la mesa de los hogares chinos. Esos y otros temas fueron planteados por el analista de mercados, Agustín Baqué, en diálogo con VERDE.

Y en un escenario de mercado que se prevé interesante, especialmente en 2022, el cultivo captó el interés de los productores agrícolas uruguayos.

El analista se refirió a que la campaña 2020/21 en la producción de girasol a nivel mundial fue complicada, debido a que las previsiones de producción total indicaban unas 55 millones de toneladas totales, pero quedó en 50 millones.

Entre los argumentos manejados por Baqué figura el impacto negativo de una sequía en la zona del mar Negro, donde están los grandes productores, como Rusia y Ucrania. Y otros países de Europa del Este también registraron ese tipo de problemas climáticos, lo que provocó una menor disponibilidad del grano.

Mientras que en esta región, Argentina tuvo una menor producción por el déficit hídrico, que derivó en reducción de la producción, de 3,2 a 2,7 millones de toneladas, comentó.

Otro factor que jugó a favor del cultivo fue la pandemia del Covid-19, que derivó en el mayor consumo de aceite de girasol, que tiene una demanda concentrada más bien en los hogares y no tanto en los bares y restaurantes.

Además, hay que considerar que las restricciones sanitarias vinculadas a las aglomeraciones y la movilidad, hicieron que esos comercios pasen meses cerrados o con una menor capacidad habilitada para sus clientes.

En cuanto a los valores del aceite de girasol en los últimos meses, el analista resaltó que llegó a tener un precio de unos US$ 500 más que el de soja.

El producto alcanzó un pico máximo de unos US$ 1.500 este año, pero luego algunos países que tienen peso en la demanda, como China e India, optaron por cambiar de aceite en su consumo. Eso hizo que la diferencia entre el precio del aceite de girasol y el de soja, sobre principios de julio, bajara a solo US$ 50 por tonelada.

Tiende a expandirse

De cara al futuro próximo, Baqué hizo especial hincapié en que la creciente demanda de aceite en los mercados motivó una expansión del área de cultivo de girasol en varios países europeos.

En el caso de Rusia, el gobierno estableció el cobro de derechos de exportación a los cereales, entonces los productores se volcaron, con más razón, a la plantación del girasol.

Comparó esa situación con lo que pasa en Argentina, donde la superficie de ese cultivo también crecerá, como siempre ocurre cuando los precios son atractivos.

Los productores argentinos tienen la posibilidad de fijar un precio de unos US$ 320 a US$ 350 por tonelada de girasol para la campaña 2021/22, el máximo valor registrado en los últimos 10 años para esta altura del año. 

Eso permite tener la previsión de que se puede plantar el cultivo con la seguridad de que en marzo del año próximo, cuando vaya a cosechar, ya cuente con un precio atractivo definido.

Respecto a la colza, que también se presenta como una alternativa similar, Baqué dijo que, pese a haber registrado problemas parecidos al girasol, ese cultivo no tiende a crecer tanto. Eso provocará un balance más ajustado, además de considerar que la colza en Europa es más utilizada para la producción de biocombustibles.

Otro factor a tener en cuenta es que Canadá, que es un productor relevante de ese grano, tuvo inconvenientes por sequía. Eso hizo que el precio internacional de la colza se mantenga sostenido en las últimas semanas, a diferencia de lo que sucedió con el valor de otros granos, comentó.

Destacó que los productores de Uruguay tienen un nicho interesante para la colza, principalmente porque en Europa tienden a demandar el grano que no sea genéticamente modificado, lo que favorece una ventaja para el producto uruguayo frente a la oferta de la colza de Australia.

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Cambio de paradigma en la fertilización y el mercado de fertilizantes, fueron tema de análisis en conferencia de Manttra e Isusa

By Cristina Fumero,

Las empresas mostraron el cambio de paradigma en la fertilización de cultivos, además de analizar el mercado de los fertilizantes, en una conferencia a través de VERDE Plus

Manttra e Isusa desarrollaron en conjunto la línea Isumax. Se trata de fertilizantes acondicionadores de suelos, que interactúan tanto en mejorar las condiciones físicas, químicas y biológicas del perfil del suelo, así como en la activación de los NPK en sus mezclas físicas.

El Isumax 26, específicamente, está formulado con óxidos de calcio y óxidos de magnesio, que neutralizan los pH ácidos del suelo, mejorando la disponibilidad de los nutrientes y la eficiencia de los otros fertilizantes.

El Isumax 15 está formulado con una base de sulfato de calcio y bioestimulantes. Este acondicionador interviene con éxito en suelos sódicos o alcalinos (blanqueales), mejorando las condiciones físicas del suelo, incrementando la floculación y la generación de agregados. También es utilizado como la mejor fuente de azufre, ya que no acidifica y, por su granulación, permite dosificar al cultivo requirente de forma prolongada en todo el ciclo del cultivo.

Fertilización de cultivos

La historia de fertilización de cultivos extensivos y pasturas artificiales en Uruguay comienza en forma masiva en la década de 1970. Desde los comienzos, las correcciones realizadas fueron básicamente en el incremento de los niveles de fósforo y nitrógeno y, recientemente –en el cambio de milenio– se comenzó a visualizar la necesidad de fertilización con fuentes potásicas.

Sin embargo, la producción de carne, leche y granos extrae la gran gama de elementos que poseen estos productos, especialmente calcio, magnesio, azufre y micronutrientes, fundamentalmente boro y zinc. Debido a esta gran extracción de bases (Ca, Mg, K), y sumado a la fertilización nitrogenada, los suelos del Uruguay vienen sufriendo cambios del nivel de pH que afecta la disponibilidad de estos nutrientes. Es decir que no sólo es necesario tener un alto nivel de nutrientes, sino que es imprescindible que se encuentren de forma disponible.

Esto que ocurre en Uruguay no es ajeno a lo que pasa en el resto del mundo, ya que a nivel global también se ha pasado por esta problemática y es por ello que la empresa Manttra Americas Corp viene innovando en la tecnología de los fertilizantes granulados desde hace más de 20 años.

La empresa se especializa en este concepto que implica una transformación de los minerales y una complementación con la fertilización tradicional. Para esto, la clave es la capacidad de colocar los diferentes minerales juntos, en un mismo gránulo, extrayendo de las minas calcita, dolomita, magnesita, entre otros. Los materiales se calcinan a 1.200°C para posteriormente micropulverizarlos en partículas menores a 0,037 mm (Mesh 400), un objetivo estratégico en esta tecnología para que, con mayor superficie específica posean mayor poder de neutralización. 

Finalmente se va granulando, de tal manera que queda un producto inofensivo y libre de polvo, con aglomerantes y bioestimulantes, posible de aplicar superficialmente. Además, lo podemos mezclar con los demás fertilizantes, potenciando los tradicionales.

Acondicionador

El acondicionador es un concepto único de Manttra, ya que se trabaja en las distintas fases del suelo: física, química y biológica. El producto actúa en mejorar la estructura del suelo. Corrige el pH, ya que posee alto poder relativo de neutralización, por su transformación a óxidos, superior a las enmiendas comunes. Al corregir este factor, se dispone de mejor manera los nutrientes a la planta.

Además, contribuye al balance de bases por el aporte de calcio y magnesio, con la relación ideal de acuerdo al requerimiento de los suelos, además de poseer azufre, que precipita los elementos tóxicos. 

Por otra parte, contrarresta la ley del mínimo, ya que aporta a la planta los elementos disponibles, por el adecuado aporte de nutrientes. Y además activa la micro flora del suelo, ya que en el proceso de granulación se utilizan materiales orgánicos, lo que otorga al producto su compatibilidad en producciones orgánicas certificadas. Estas características separan drásticamente el producto a las enmiendas tradicionales y se posiciona como acondicionador de suelos.

La tecnología de Manttra en el mundo 

Manttra comenzó sus trabajos hace 24 años, posicionada estratégicamente en Guatemala, donde se concentra la gran riqueza de minerales disponibles para su transformación. 

En la actualidad, con presencia en 18 países y con más de 65 distribuidores, se posiciona “rompiendo paradigmas de la fertilización convencional”, destacan desde la compañía. 

El principio es hacer algo innovador y efectivo, que genere satisfacción a los agricultores, para seguir apostando al futuro y cosechando ganancias. 

El gránulo se genera desde la extracción de minerales hasta la transformación física y química, uniendo cada elemento a través de componentes orgánicos. 

Con ello, se busca disponer de los elementos de manera inmediata y hasta por 90 días, liberando concentraciones similares de todos los elementos secundarios y micronutrientes; tanto de los disponibles para la planta, así como ácidos húmicos y aminoácidos, que proveen de energía al desarrollo de los cultivos, a través de la Tecnología Radical. Lo que genera un “todo en uno”.

Isusa llegará renovada a sus 75 años

En 2022 Isusa cumplirá 75 años en el mercado de fertilizantes y productos químicos, y uno de sus valores clave en estos años fue la calidad, destacó Sebastián Rosselli, integrante de esa empresa. 

Isusa tiene tres líneas de negocios: productos químicos; fertilizantes y logística; y negocios de acondicionamiento de granos. 

En productos químicos, destacó que “somos los únicos productores de ácido sulfúrico, fundamentalmente para el abastecimiento de las plantas de celulosa”; y sulfato de aluminio, que se vende al Estado para la potabilización del agua. 

En la unidad de fertilizantes dijo que “somos los únicos productores en Uruguay”, con sus plantas ubicadas en San José (kilómetro 24 de la ruta 1) y Agraciada. “Producimos unas 120.000 toneladas de superfosfato simple, del que 80% se destina al consumo interno y 20% a la exportación; además de mezclas, a solicitud de nuestros clientes, en base a exigencias de fertilización”, señaló. También valoró la calidad superior frente a los productos importados de Egipto.

Y la línea de negocios más reciente de Isusa es la de brindar servicios de acondicionamiento de granos a productores y  exportadores, en sus plantas ubicadas en Nueva Palmira y Melo. “Fuimos pioneros en secar granos con GLP (gas licuado de petróleo)”, dijo Rosselli.  

Mencionó que en 2019 comenzó una importante reestructura de la empresa, la que finalizó en junio de este año, proceso que le permitió lograr resultados económicos “muy buenos”. 

Rosselli recordó que “Isusa es la única empresa de fertilizantes que cotiza en la Bolsa de Valores de Montevideo, algo que tiene sus exigencias, pero que han sido buenas. La calificadora de riesgo Fitch nos aumentó la nota, en base a los resultados que hemos tenido en los últimos balances”.

También destacó que “somos la única empresa con laboratorio de análisis de fertilizantes. Lo que dice en la etiqueta es lo que está en la bolsa y es lo que le cobramos al cliente”. 

Ciclo de precios más largo que el de 2008

Los mercados indican un superciclo que “ya supera en tiempo lo sucedido en 2008 y 2011, y veo diferentes motivaciones geopolíticas, y a los precios de los granos y los cereales sosteniendo este ciclo largo”, dijo Luis Miguel Romero, de Ferco Atlántica.

Pero planteó que no cree que los niveles de precios lleguen a los de 2008, cuando “la escalada fue mucho más rápida. Todavía veo mucha distancia entre los US$ 750 que se está pagando por un MAP (fosfato monoamónico), DAP (fertilizantes de fosfato diamónico), contra los US$ 1.200 a los que llegó en 2008; y entre los US$ 500 de la urea y los US$ 700 de 2008. “Creo que estamos cerca del techo, aunque hace tres meses también pensaba eso”, admitió el empresario mexicano. 

En su análisis del mercado de fertilizantes, señaló que “mucha gente es muy cauta a la hora de comprar. Compra de a poco, porque no quiere encontrarse con que los precios bajen. Pero cuando viene la demanda real de aplicación de fertilizantes, nos encontramos con que no hay manera logística de cubrir esa demanda, y no hay producto más caro que el que no existe y se genera una inflación incluso interna en cada país”. 

Señaló que en Estados Unidos “ya se está comprando para el siguiente ciclo y guardando, haciendo aplicaciones de invierno antes de las nevadas. Si el agricultor americano está pensando en comprar a los precios actuales, para lo que va a aplicar en su siembra de 2022, entonces tenemos que pensar que esto no va a durar poco”. 

Más adelante dijo que se está a la espera de una imposición inminente de aranceles a la exportación de fosfatos y nitrogenados por parte de China. “Se habla de un arancel del 30%, pero nunca se sabe”, expresó. 

Por otro lado, señaló que India, plantea una serie de programas de apoyo del gobierno, “con subsidios que se van a incrementar de manera importante. Ya lo anunció el gobierno. Así que entre esos dos países tenemos medidas suficientes”.

Nota de Revista Verde N°94

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Un abanico de certificaciones para atraer a los mercados más exigentes

By Cristina Fumero,

Estándares destacados en lana, productos orgánicos, cannabis medicinal, soja y colza, entre otros, ganan relevancia en los diferentes sistemas de producción de Uruguay 

Productos agropecuarios de distintos rubros tienen la oportunidad de posicionarse en las góndolas de los mercados más exigentes del mundo a través de certificaciones que garantizan distintos aspectos, que tienen que ver con el bienestar animal, laboral, el respeto al ambiente, la inocuidad o el carácter orgánico, entre otros.

Varios de estos estándares son ofrecidos por la empresa internacional Control Union Certifications, que está presente en más de 70 países, entre ellos Uruguay.  

Con sus cimientos en la agricultura, esta compañía ha centrado sus esfuerzos en desarrollar servicios en torno a la sostenibilidad de las cadenas de suministro de la industria que aprovisiona a los mercados de alimentos, como la alimentación animal, silvicultura, biomasa, bioenergía, cumplimiento social y textiles.

Sobre algunas de estas certificaciones VERDE consultó a Chiara Perdomo, integrante de Control Union Certifications, quien comentó que el área de certificaciones de la compañía en Uruguay se desarrolló a fines del año 2016. 

“Desde ese momento venimos creciendo, básicamente en certificación de lana, producción de lana sustentable y orgánica, y en otros esquemas de certificación. Hoy un producto certificado se mira con otros ojos en todas partes del mundo”, afirmó.

Es un hecho que “hay una tendencia a la certificación de productos, desde el origen hasta el producto final, incluyendo toda la trazabilidad”, señaló Perdomo.

Certificación RWS

El programa de certificación RWS (Estándar de Lana Responsable, por su sigla en inglés), es desarrollado por Textile Exchange, una organización sin fines de lucro, en la que participan productores, grandes marcas y hasta los consumidores. 

Dicha certificación busca que se respete el bienestar animal, el buen manejo de los suelos y el bienestar social, que es un capítulo nuevo, incluido este año, detalló Perdomo sobre esa certificación que está impuesta entre las lanas de alta calidad. 

“Es un estándar que en Uruguay ha crecido mucho. Hoy en día hay más de 400 campos certificados en el país con este estándar. La certificación RWS es únicamente para lana e incluye la trazabilidad de todo proceso involucrado, barracas, lavado y peinado, que también se hace en Uruguay. En la actualidad hay cuatro industrias certificadas con RWS.

Perdomo dijo que “no es complejo cumplir las exigencias de RWS u Orgánico para el manejo que se realiza en Uruguay.

La integrante de Control Union Certifications explicó que el aspecto social implica que no haya trabajo infantil, que todos los empleados de un establecimiento tengan cubierta la seguridad social y estén registrados ante la ley, que tengan un bienestar acorde para vivir y trabajar en el campo; y lo mismo aplica para la industria.

Orgánico

Señaló que en Uruguay también se hace mucha certificación de lana orgánica, bajo la normativa de los países donde se va a exportar. “Cuando se certifica el campo, esa certificación se puede usar luego en el proceso de lana o de carne, por lo tanto la pueden continuar en el frigorífico y/o en la industria textil”, indicó. 

La certificación Orgánico se realiza fundamentalmente para Estados Unidos y para Europa. “Son dos reglamentos muy similares, que difieren solo en unos pocos puntos, pero en una misma auditoría se puede certificar para ambos mercados”, señaló la ejecutiva.

Agregó que también se puede certificar dependiendo de las necesidades del cliente y del país al cual se va a exportar. Por ejemplo, “hay certificación Orgánica para Japón (JAS) y algo similar existe para países europeos”, señaló.

Destacó que “en Uruguay hay grupos grandes de frigoríficos y campos certificados Orgánico, porque es una carne que se exporta mucho”, y dicho sello incluye la certificación de todos los productos del predio ganadero, “dependiendo del alcance solicitado”. En la actualidad, hay en Uruguay 2,5 millones de hectáreas certificadas con este estándar y más de 20 proyectos certificados, incluyendo frigoríficos, ganado, lana, frutas y hortalizas. También unidades de procesamiento y traders.

Perdomo también mencionó el estándar privado Nativa Precious Fiber, que también tiene en cuenta el bienestar social, manejo de suelos y bienestar animal.

“Es importante el volumen de industrias con esta certificación a nivel mundial, se trata de un estándar privado desarrollado por Chargeurs Luxury Materials, que incluye también todo lo relacionado a la cadena de custodia. Es decir, desde origen en campo hasta el producto y/o prenda final”, detalló.

Cannabis

En cannabis Control Union ofrece la certificación CUMCS (Estándar de Cannabis Medicinal Control Union, por su sigla en inglés). Es un estándar que se desarrolló en Control Union Israel, “porque había demanda, ya que se empezó a producir cannabis medicinal y no había un estándar. Todos los estándares, como GlobalGAP u Orgánico, están destinados a productos con fines alimenticios, pero no para cannabis medicinal”, explicó Perdomo. 

Es por eso que Control Union, con la experiencia de Israel, donde se produce mucho cannabis medicinal, y basado en la normativa de la Organización Mundial de la Salud, en la normativa del gobierno holandés, el estándar Internacional de Prácticas Agrícolas (GAP) y las Buenas Prácticas Agrícolas de Recolección (GACP), desarrolló un estándar enfocado en ese producto.

El objetivo de CUMCS-GAP es garantizar un producto de la más alta calidad y consistencia en la producción.

“Así estamos trabajando hoy en Uruguay, donde es obligatorio estar certificado para poder entrar al mercado de Israel. Este estándar está avalado por el Ministerio de Salud de Israel, y es reconocido mundialmente, por lo tanto, permite entrar a otros mercados de Europa”, destacó.

Agricultura

En agricultura se ofrece el estándar 2BSvs (Esquema Voluntario de Sostenibilidad de Biocombustibles de Biomasa, por su sigla en inglés). “Estamos certificando soja y colza para la producción de biocombustibles sustentables”, indicó.

Perdomo explicó que se trata de una normativa europea, que permite ingresar a ese mercado. Dicha normativa certifica “el manejo de suelos, trazabilidad, créditos y mide los gases de efecto invernadero emitidos en la producción a campo, el acondicionamiento, almacenamiento y transporte. En los siguientes eslabones mide el transporte y el crashing y/o proceso realizado hasta el producto final que se hace en otros países”, detalló.

Informó que actualmente en Uruguay “tenemos certificadas cuatro empresas con este estándar, que bajo su paraguas tienen varios campos”. 

En este caso no se considera el aspecto social, pero sí aspectos que tienen que ver con el ambiente, como la no deforestación o el hecho de no producir en humedales o áreas protegidas como reservas naturales.

“Las demandas de estas certificaciones van aumentando, dependiendo de a quién le va a vender el cliente. Se mueve en paralelo al mercado, hay quienes se anticipan y gestionan la certificación antes de que salga un negocio, y otros que transitan el camino a la inversa, y esperan que se concrete un negocio para después solicitar la certificación”, comentó finalmente.

Revista Verde N°94

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Proponen impulsar la multiplicación de semillas de soja a contraestación

By Cristina Fumero,

El presidente del INASE, Alvaro Núñez, dijo que este mercado ha posicionado a Uruguay como un país serio, y que es una alternativa importante para productores y empresas

La importación, multiplicación y exportación de semillas de soja a contraestación es un canal comercial que se viene desarrollando en Uruguay desde hace 11 años. “Esto ha posicionado a Uruguay como un país serio”, dijo a VERDE el presidente del Instituto Nacional de Semillas (INASE), Alvaro Núñez. Este negocio, en promedio, ronda los US$ 10 millones de facturación al año y, además, hay que considerar el derrame en servicios anexos.

Hay que tener en cuenta que los materiales que vienen a multiplicarse en Uruguay generalmente son eventos regulados, que no tienen autorización nacional y, por lo tanto, tiene que entrar y salir del país el 100% del producto; y lo que es considerado descarte se tiene que eliminar, subrayó el jerarca. 

A propósito, afirmó que “lo que entra al país es seguido minuciosamente, tanto por el Sistema de Bioseguridad, en particular, el Ministerio de Ambiente, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y por INASE”.

Núñez planteó que esta “es una producción muy interesante. Este año propusimos hacer un encuentro con todos los actores que se dedican a la producción a contraestación, para ver cómo seguir expandiendo este negocio, que es muy bueno para el país, tanto para el productor como para las empresas”.

El jerarca admitió que “desearía que Uruguay incremente este negocio. Lo que intento con este encuentro es ver cómo hacer para crecer. Porque incluso hay aspectos que tiene el país que, si se flexibilizan dentro del marco de bioseguridad, seguramente fomentaremos esta actividad”.

Agregó que “hay capacidad para crecer”, pero habría que encontrar la forma de hacer más masivo el uso del riego, ya que es un insumo imprescindible para esta producción. 

“Creo que Uruguay, con 11 años de trabajo en esto, tiene actores con mucha experiencia, con los que se pueden buscar distintas acciones para crecer en este negocio”, afirmó el presidente del INASE.

Núñez admitió que “es muy poco el volumen de exportación de semillas desde Uruguay”, pero consideró que el país “tiene que desarrollar sectores con alto valor, porque es como una cascada. En la medida que elevamos algunos sectores, después eso va derramando”.

“Cuando le das una herramienta así a un productor, que puede lograr un valor agregado tan importante, deja otra actividad que será ocupada por otro productor. Entonces, todos vamos subiendo un escalón. Es algo que no se valora ni se puede medir tan fácilmente, pero que hace que mejoren los sistemas productivos como un todo”, aseveró.

Exportación

En los últimos cinco años hubo un salto importante en la exportación de semillas forrajeras, básicamente raigrás, con destino a Europa y Brasil. “Eso le ha dado un importante vuelco, sobre todo a áreas que dejaron de ser agrícolas, y se volcaron a esta actividad”, valoró Núñez.

Ahora habrá que ver cómo influyen los nuevos precios de los granos. “Este año se mantiene el ritmo de exportación de forrajeras. Hay algo menos de exportaciones de semillas de soja con respecto a otros años, pero eso creo que es algo bastante coyuntural, y hemos tenido un salto importante en la exportación de semillas de cultivos de invierno, sobre todo de trigo con destino a Brasil, que nos alienta a que se empiecen a ver otros canales que pueden ser interesantes para el país”, comentó. 

Disponibilidad y precios

Núñez dijo que, a pesar de los cambios de precios, este año no hubo grandes movimientos en los volúmenes de semilla, y que tal vez eso se refleje más adelante. “Ahora se ve con mucho entusiasmo la zafra de invierno, pero la producción de esas semillas se hizo en un momento en que las señales del mercado no eran las actuales; esos cambios llevan más tiempo”, explicó.

Por otra parte, Núñez reconoció que “estamos muy justos con las semillas, considerando el crecimiento de área que tendremos, y no se vio en forma temprana como para poder tomar otras acciones”. 

También recordó que “el cultivo de soja arrancó sin estas señales, pero las empresas siempre tienen otros semilleros eventuales”. Y advirtió que “las zonas más perjudicadas por la sequía fueron Soriano y Flores, y los rendimientos de los semilleros fueron muy bajos. Eso nos puede jugar una mala pasada en la próxima zafra”.

Fiscalización

El presidente de INASE recordó que hace dos o tres años la institución profundizó la fiscalización, y esa política es notoria entre empresas y productores. “Se encontraron ilegalidades que se sabía que estaban, y desde ese momento se empezó a ser duro en la fiscalización y el control. Tenemos variedades protegidas, tanto en trigo como en soja, y fue donde más infracciones encontramos”, confirmó. 

También señaló que este año hubo problemas con contrabando de citrus, que además de no cumplir con los estándares de producción que exige INASE, hay riesgos sanitarios que pueden complicar los mercados de exportación de Uruguay y la producción nacional. De ese control sanitario se encarga la Dirección General de Servicios Agrícolas (DGSA) del MGAP. 

Por otra parte, dijo que “también empezamos a ver problemas en variedades protegidas de manzanas. Hay mucho terreno para trabajar allí, porque es muy complejo identificar las variedades, por las mutaciones”. 

También se refirió al cáñamo, “que es un rubro que viene creciendo, y hay que tratar de fiscalizarlo al máximo. Sobre todo, porque en el cáñamo no psicoactivo el mercado es muy exigente y cualquier desvío te deja afuera de las condiciones de comercialización, por eso es muy importante el control del INASE y de la DGSA”.

Planificación estratégica

Álvaro Núñez recordó que hace tres períodos que INASE viene con una planificación estratégica. “Arrancamos en 2012 con la primera, y esta es la tercera. Es algo muy importante, porque le permite al Instituto tener un marco claro, que va a regir durante cinco años, para todos los actores”, dijo.

“Le doy mucha importancia a esto, porque en la medida que se construye bien, con todos los actores involucrados, tanto a la interna del Instituto como de los usuarios, quienes están involucrados con las semillas, en la medida que participen e intervengan en este proceso, se genera una herramienta muy robusta, que nos permite tener un rumbo muy definido para los cinco años que vienen”, subrayó.

Informó que “esta etapa estará terminando en dos meses, aproximadamente. Después viene la evaluación de toda esa información, la propuesta de las distintas estrategias, y tenemos previsto terminarla para noviembre, ahí estará pronta y publicada”. 

Núñez valoró que los cambios de gobierno “no afectan tanto ni al INASE ni a la planificación. Es un Instituto muy técnico, la ley es muy clara, tiene roles y objetivos ya definidos en la ley, y el margen de maniobra es muy poco. Podría haber cambios en la junta directiva, que es el órgano máximo del Instituto, donde se toman las decisiones, pero el presidente es uno más en cinco que la integran. Por eso no habrá cambios sustanciales más allá del cambio de bandera política”.

Agregó que “está la impronta de cada uno de los integrantes de la junta, de los gerentes y de todos los integrantes del Instituto, pero hay un profesionalismo muy alto en la búsqueda de la eficiencia y el espíritu de servicio. Esa es la línea del INASE, que se mantendrá”.

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