Uruguay descarboniza su economía para ser carbono neutral en 2050

By Cristina Fumero,

El hidrógeno verde es un pilar fundamental para ese objetivo; la Dirección Nacional de Energía realizará un primer proyecto piloto para aprender el uso de la tecnología

Uruguay se encuentra transitando un camino de descarbonización de su economía, con miras a lograr una meta de ser carbono neutral hacia el año 2050, por lo cual el desarrollo del hidrógeno verde (H2 verde) será un pilar fundamental, dijo el director nacional de Energía, del Ministerio de Industria y Energía (MIEM), Fitzgerald Cantero. 

“Para nuestro país posicionarse en el mapa mundial del H2 verde es un paso natural, tras haber logrado un alto grado de penetración de las energías renovables en su matriz energética”, acotó al ser consultado por VERDE.

Agregó que cerca del 70% del consumo de combustibles fósiles proviene del sector transporte. En ese sentido, “el primer hito en la agenda para el desarrollo del hidrógeno verde en Uruguay fue el lanzamiento de un proceso de data room (sala de datos, en inglés), en abril de 2021, para el desarrollo de un proyecto piloto en transporte pesado. Conformamos un equipo técnico interinstitucional, con UTE, Ancap y el MIEM, que llevó a cabo un proceso de entrevistas con diferentes actores nacionales e internacionales de la industria del hidrógeno”, informó.

A partir de ese proceso, “conformamos un directorio de empresas asociadas a la producción de hidrógeno verde, que en definitiva es una plataforma de networking (redes en inglés), para que los distintos proveedores puedan dialogar entre sí y generar sinergias”, señaló.

Cantero explicó que en el corto plazo se realizará un llamado para la realización de un primer proyecto piloto. “Se tratará de un proyecto de pequeña escala, con mínimos de 1,5 MW y 10 buses o camiones, que nos ayudará a empezar el recorrido de la curva de aprendizaje. Tenemos que aprender el uso de la tecnología y nuestra gente se tiene que especializar en este energético”, sostuvo.

Dijo que hasta ahora el proceso viene aportando resultados positivos. “Las empresas interesadas en la exportación de H2 verde también tienen en sus portafolios de inversión la posibilidad de producir sus derivados, combustibles sintéticos, biocombustibles para aviación, amoníaco verde, entre otros”.

En esa línea, destacó la misión del titular del MIEM, Omar Paganini por Europa, que puso a Uruguay en diferentes eventos, en ese mapa del H2 verde que el mundo está empezando a construir. “Tenemos múltiples ventajas que nos permiten posicionarnos en esa carrera. Estamos preparados para el siguiente paso, que es lanzar el plan piloto en los primeros meses de 2022 y definir la hoja de ruta correspondiente”, afirmó el director nacional de Energía. 

LA GENERACIÓN DE ENERGÍA ELÉCTRICA 

Cantero indicó que Uruguay cuenta con una capacidad instalada para la generación de energía eléctrica que tiene múltiples componentes que actúan de manera complementaria, potenciando las fortalezas del sistema y disminuyendo sus vulnerabilidades.

El Balance Energético Nacional (2020) marca que la capacidad instalada por fuente de energía es 31% eólica, 31% hidráulica, 24% de combustibles fósiles, 9% de biomasa y 5% solar.

Agregó que, de la misma fuente “obtenemos que la producción de energía eléctrica se comportó de esta forma: 40% eólica, 30% hidráulica, 20% biomasa, 6% fósil y 4% solar”.

Cantero sostuvo que “la producción de energía eléctrica a partir de combustibles fósiles pesa 24% en la capacidad instalada, pero sólo representó el 6% de la producción. Es interesante destacar que, tanto 2021 como 2020 han sido años de baja hidraulicidad”.

Consideró que buena parte de la energía eólica, solar fotovoltaica y de biomasa corresponde a actores privados, que tienen contratos a largo plazo, del tipo take or paid (tomar o pagar, en inglés) con UTE, lo que provoca “algunos sobrecostos en el sistema”. 

Sobre la demanda, informó que en el último año se produjeron 12.735,1 GWh; se importaron 0.4 GWh; y se exportaron 2.752,8 GWh,  el 77,8% fue a Brasil y el restante 22,2% para Argentina.

LA MICROGENERACIÓN

Cantero señaló que la Dirección Nacional de Energía (DNE) se encuentra en las etapas finales de un proceso de consultorías energéticas en 100 tambos y 100 establecimientos hortofrutícolas en todo el país. “Con el fin de poder generar la información necesaria para establecer una serie de medidas estandarizadas en el sector, para diseñar posteriormente apoyos directos a estos sectores. Los productores participantes se presentaron a este piloto a través del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y las organizaciones sociales del sector”, comentó.

“Dentro de las medidas que se perfilan como generales, se encuentran –entre otras– la instalación de generación eléctrica fotovoltaica, en el marco de la micro generación (decreto N° 173/2010), que permite al productor generar buena parte de la energía que consume, cumpliendo determinadas condiciones”, acotó.

Asimismo, recordó que existen diversos beneficios comerciales otorgados por UTE a distintas actividades del sector agropecuario, que incluyen precios preferenciales para actividades zafrales o de riego.

LA EFICIENCIA ENERGÉTICA 

Desde la DNE, a través del Fideicomiso Uruguayo de Eficiencia Energética, se trabaja en la promoción de una cultura del uso eficiente de la energía en todos los ámbitos del quehacer nacional, familias, empresas y Estado, explicó.

Como herramienta de fomento, “cuenta con los certificados de eficiencia energética, que premian los ahorros generados por la implementación de las medidas de eficiencia. Este premio es en efectivo y pueden acceder empresas y particulares”, señaló el principal de la DNE. 

Como novedad, en 2021 “ampliamos la cantidad de medidas estandarizadas, lo que permite a las personas, a través de un trámite en línea y sin costo alguno, acceder a este beneficio”, destacó.

El director de Energía del MIEM enumeró los programas que están en ejecución en este momento, donde aparecen: Localidades Eficientes, un programa con un apoyo económico directo a proyectos de eficiencia energética, con un monto unitario de hasta US$ 15.000, aproximadamente. 

Indicó que localidades de 17 de los 19 departamentos presentaron proyectos cofinanciados, que van dese la movilidad eléctrica en pequeña escala, pasando por la incorporación de paradas de buses eficientes y programas de aprovechamiento de residuos mediante biodigestores.

Otro de los programas es Subite, que “apunta a brindar un subsidio a aquellos ciudadanos u organizaciones que adquieran motos y triciclos eléctricos en cinco departamentos del norte del país. Además de este beneficio directo, los usuarios recibirán un beneficio de la empresa UTE  y además podrán presentarse a certificados de la DNE.

Por otra parte, Ilumina el deporte es un programa en conjunto con UTE y la Secretaría Nacional de Deporte (SND), que consiste en brindar iluminación de calidad (LED de alta performance) a 10 canchas de fútbol infantil en la órbita de ONFI.

Además, en el concurso de UTU-Secundaria el comité evaluador brindó reconocimiento a nueve centros educativos cuyos proyectos se destacaron por diferentes motivos, como el involucramiento de los estudiantes en las diversas acciones ejecutadas; la innovación de sus propuestas; la promoción de hábitos de uso eficiente de la energía, tanto en los propios centros como en la población en general; entre otros.

 Los centros ganadores recibirán fondos para ejecutar medidas que contribuyan a un uso más eficiente de la energía. El premio económico asignado a los centros llegó a $ 1.450.000, informó el jerarca. 

El Premio Nacional de Eficiencia Energética otorga reconocimientos a las empresas e instituciones que han presentado sus medidas de eficiencia energética, tanto en el sector público como en el privado.

Nota de Revista Verde N°98

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Inase incorporó tecnología para identificar variedades de semillas

By Cristina Fumero,

Para garantizar la calidad e identidad de los productos de origen nacional e importado, se realiza una serie de ensayos a campo y se adquirieron herramientas moleculares

El Instituto Nacional de Semillas (Inase) está implementando nuevas herramientas para la identificación de variedades que se complementan muy bien con las tradicionales, y suponen una opción accesible para corroborar la calidad e identidad varietal de la semilla. Virginia Olivieri, responsable de Ensayos de Inase, dijo a VERDE que se está trabajando con marcadores moleculares a nivel de PCR y ADN. “Esta es una ventaja enorme con respecto a lo que se hace a campo”, porque ahora, en menos de una semana “se puede saber cuál es la identidad de esa variedad”, valoró. 

Informó que la puesta a punto de esa técnica en soja “se hizo en convenio con Urupov, y permitió identificar y describir la colección de unas 300 variedades que están almacenadas en nuestra cámara. Son materiales que están en el mercado y otros que en algún momento fueron inscriptos en el registro y fueron comerciales”.

El proceso consiste en tomar una muestra de semilla representativa del lote, se lleva al laboratorio de Inase y se hace una descripción del cultivar a nivel molecular. “Se compara el resultado con la base de datos y allí identificamos el cultivar”, explicó.

Inase ofrece este servicio para productores y empresas semilleristas, “que lo utilizan cuando necesitan un resultado rápido o simplemente para comprobar, por ejemplo, la no contaminación con materiales transgénicos en la producción de semilla de un cultivar de soja no transgénico. Es una herramienta muy útil, rápida y que ya está validada”, dijo Olivieri. 

Comentó que aún no están trabajando con los marcadores ópticos para el reconocimiento varietal, aunque “estuvimos probando cómo funcionan y sabemos que en cebada están validados. Es algo que queremos desarrollar porque es una técnica rápida y más económica que la de los marcadores moleculares”, señaló.

LOS CONTROLES EN EL CAMPO

Olivieri explicó que todos los años, y en las diversas especies, “vamos monitoreando la producción de semillas certificadas”. Eso supone “un punto de chequeo del proceso, que sirve de respaldo y garantía para quienes producen semillas y para los productores que son usuarios”, dijo. Además, con estos ensayos de campo, “evaluamos a los certificadores y a las empresas que realizan ese proceso”, detalló.

En los ensayos de poscontrol describió que “sembramos muestras de lotes de semillas certificadas y buscamos comprobar la identidad y pureza varietal, las comparamos con un testigo, que es una muestra de referencia que nos entregan al momento de inscribir un cultivar en el Registro Nacional y/o de protección de cultivares”.

Agregó que “los lotes que se siembran se eligen por numerosos criterios de selección: empresa, lugar de producción, especie; y estos ensayos se siembran todos los años”. Destacó que, en general, “la producción de semilla certificada es muy ordenada y cuando aparece algún problema casi siempre tiene alguna explicación lógica”.

La funcionaria de Inase señaló que en los ensayos de Verificación de Identidad Varietal (VIV) se siembran muestras de lotes de semillas importadas, comerciales y las que reserva el productor para su uso, en todos los casos frente a testigos del cultivar, con el objetivo de determinar la identidad varietal, y con un procedimiento que garantiza los resultados.

Anualmente se toman 2.300 muestras de lotes de semilla de casi todas las especies utilizadas en Uruguay. Casi la mitad de los lotes corresponde a especies forrajeras, por el volumen de lotes y porque hay especies con certificación obligatoria. 

En estos ensayos Inase registra características fundamentales de las variedades y, en base a ello y “al conocimiento previo de los trabajos que tenemos en estas especies, vamos deduciendo si realmente es lo que dice ser. Y ahí, por ejemplo, se encuentra que algún lote de semillas no está bien identificado”. 

Olivieri destacó que estas herramientas forman parte de la línea de acción del Inase, que busca beneficiar al usuario de semillas y al sector semillerista. Por eso, mediante los monitoreos se está garantizando la prolijidad del sistema. De esa forma, el productor que compra semilla tiene la seguridad de que está adquiriendo un producto con respaldo, y si tiene algún problema puede denunciarlo frente ante el instituto. 

“Todo este mix de herramientas, que tienen un trabajo anual y constante, incluye también la descripción del cultivar en los ensayos de Diferente, Homogéneo y Estable (DHE), que es fundamental para la protección de los cultivares. Esto se hace en toda la producción de semillas para verificar que se está usando el cultivar que le vendieron”, ejemplificó Olivieri.

Las nuevas herramientas que van surgiendo “son más accesibles económicamente y no vienen a desplazar a las antiguas, sino que complementan al sistema y profesionalizan cada vez más la identificación de cultivares y los puntos de chequeo de los distintos procesos de producción o comercio de semillas”, concluyó la responsable de Ensayos de Inase.

Nota de Revista Verde N°98

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Di Giovannantonio: “Inocuidad, trazabilidad y sustentabilidad son las cosas que nos van a diferenciar”

By Cristina Fumero,

El ejecutivo analizó el momento del negocio agrícola para los distintos granos, así como las perspectivas de destinos estratégicos, valorando la importancia de la diversificación.

Ruben Silvera
ruben@infoagro.com.uy

Las perspectivas y el ambiente de negocios son “más auspiciosos de lo que veíamos en el ciclo pasado”, afirmó en esta entrevista con VERDE el gerente general de Cargill Uruguay, Gabriel Di Giovannantonio. Destacó que el crecimiento del área de trigo “ha sido muy interesante” y que las perspectivas marcan que “seguirá creciendo”.

Valoró que el doble cultivo permite diluir costos fijos, aumentar los ingresos, pero principalmente bajar riesgos. Sostuvo que trazabilidad, manejo, inocuidad y sustentabilidad, “son cosas que nos van a diferenciar siempre”, y en ese sentido señaló el ejemplo de la canola.En tal sentido, planteó que la agricultura del futuro tiene que trabajar sobre tres pilares: sustentabilidad, inocuidad y productividad.

En cuanto a los mercados, señaló que China y Egipto “ya están poniendo límites a algunos agroquímicos”, y plantean exigencias “iguales o mayores a las de Europa”. 

¿Cómo ve desde la compañía la situación de la agricultura en Uruguay?

Empezamos un nuevo período donde lentamente el ánimo se ve reflejado en el área de producción, que viene creciendo, después de un período en que se ajustaba el área año a año, tanto de cultivos de invierno como de verano. Las perspectivas y el ambiente de negocios son más auspiciosos que en el ciclo pasado. No creemos que tengamos un aumento explosivo en el área de ninguno de los cultivos con los que trabajamos. Capaz que en canola podemos ver algo más de crecimiento, como viene ocurriendo, atado a los muy buenos resultados del cultivo este año, pero con un techo. No vemos un crecimiento exponencial como el que tuvimos a inicios de la década pasada. El sector está atravesando un buen camino, mejoró bastante en la parte financiera y hay ánimo de crecer, complementándose con otros rubros, como la ganadería. 

Y viene creciendo el pool de cultivos

El doble cultivo se impone nuevamente. Tocamos piso con menos de 200.000 hectáreas de trigo, después el área empezó a crecer, quizás menos de lo que algunos esperábamos, sobre todo en la última zafra, cuando estaban dadas todas las condiciones. Las perspectivas marcan que seguirá creciendo. La cebada, con las ampliaciones en las malterías y soluciones comerciales para la forrajera, tanto en el mercado interno como para exportación, se ha consolidado y tomó una importancia interesante. Y la canola es la más destacable, ya se está codeando con la cebada y el trigo. El crecimiento del área es destacado y se acopló muy bien a la rotación de cultivos. Y del lado comercial también le encontramos la vuelta, lo que nos deja muy buenas perspectivas.

¿Cuánto impacta en los costos que se incremente el área de doble cultivo?

El doble cultivo nos permite diluir costos fijos, aumentar los ingresos, pero principalmente bajar riesgos. En años como 2021, cuando tuvimos una producción de soja menor a 2 millones de toneladas, el sector hubiera sufrido mucho más, porque la dilución de costos fijos habría sido imposible. Tener un volumen mayor de invierno nos moviliza la maquinaria, los camiones, las plantas de acopio, los puertos y la gente. Uruguay había entrado en un círculo donde sus costos fijos debían ser amortizados por un solo cultivo, y en años de quiebre de cosecha todo resultaba muy complicado. En verano el cultivo más importante es la soja, y una cosa es empezar el segundo tiempo 0 a 0, y otra es empezar un año como este, con un resultado positivo. 

¿El área de invierno puede superar las 700.000 hectáreas en la zafra 2022/23?

Es una buena posibilidad. Creo que está todo dado para superar esa superficie. El principal elemento que incide negativamente es el costo de algunos insumos. Será difícil llegar a la siembra de cultivos de invierno con costos más bajos a los actuales, y eso puede plantear qué sembrar y qué no sembrar.

¿En insumos el único problema son los altos costos o también puede haber algún problema de disponibilidad?

Puede estar en juego la disponibilidad, porque las compras hay que hacerlas cuatro o cinco meses antes. Si hay poca certeza de la futura demanda se compra menos. Todo el sector está expectante. Importadores, distribuidores y productores esperan ver qué pasa con los precios internacionales y la logística. En enero y primeros días de febrero de 2022 se tienen que empezar a tomar decisiones que van a condicionar las siembras de cultivos de invierno.

¿Cómo vienen los volúmenes de producción en estos años?

Con la soja en estos últimos cinco años hemos tenido de todo. Dos años con rendimientos espectaculares, 2016/17 y 2018/19; el año 2017/18 fue el peor de la historia; y hubo años regulares a malos, como la zafra 2020/21 o la 2019/20. Hay mucha volatilidad en los rendimientos de soja, y eso le da mucha más importancia al doble cultivo, porque si sumamos el volumen de trigo, canola y cebada, estamos hablando de 2,3 millones de toneladas de producción. Eso le da mucha más estabilidad a todo el sistema. 

¿Y con el segundo tiempo?

Si tenemos un segundo tiempo bueno, con la soja y el maíz, seguramente estaremos arriba de los 5 millones de toneladas. Ojala pase, pero hay que jugarlo. El clima es determinante.

¿Qué balance hace de esta zafra de trigo?

Fue excelente, de las mejores que uno pueda recordar, tanto en rinde, como en calidad y precio. Para nosotros el rendimiento fue el segundo o tercero más alto de la historia. Estuvo un poco por debajo de la cosecha 2020/21, que fue récord; y muy cerca del obtenido en la cosecha 2018/19, cuando no se notó tanto, porque el área fue 10% menor a la de este año. Pero fue un rendimiento muy bueno, de 3.900 kilos por hectárea. Queda un saldo exportable que uno empieza a trabajar con mayor anticipación para analizar los posibles mercados. Estará entre las 450.000 y 500.000 toneladas. El área estuvo cerca de las 245.000 hectáreas. Cargamos el primer barco en diciembre, tenemos dos en enero y estimo que seguiremos cargando cada 15 o 20 días. Este año el mercado está dado para que podamos embarcar el trigo temprano. 

¿El productor está vendiendo el trigo o hay quienes deciden esperar?

Siempre hay un porcentaje que decide esperar. También está la dinámica de precios. Hubo mejores precios, que hicieron que se vendiera mucho y cuando bajan el mercado se enfría un poco. Pero es un año en que el porcentaje de venta de trigo es mayor al promedio. En cosecha tocó picos de US$ 285 a US$ 290 por tonelada y después aflojó. Además, la calidad del trigo es muy buena. Si bien en algunas zonas hubo problemas puntuales de proteína, al final y concentrado en el sur, luego de las lluvias, hubo una merma de peso hectolítrico (pH).

¿El promedio de proteína supera 11,5%?

Sí. La exportación trabaja con 12% y va a estar por ahí. Aunque alguna venta al exterior con descuento por baja proteína se puede hacer, para limpiar los lotes más bajos. Esto nos permite vender todo lo que haya para exportar. 

¿El pH promediará 78 kg/hl?

Si no estamos ahí vamos a estar muy cerca. También estamos haciendo alguna venta allowence (menor tolerancia y descuentos) en este parámetro, lo que permite exportar sin inconvenientes.

¿El destino natural para el trigo es Brasil?

No tiene por qué. Brasil sigue siendo un destino que castiga al trigo de Uruguay. Por calidad, historia y miedo.

¿No se ha logrado posicionar nuevamente al trigo uruguayo en Brasil?

No. Estamos mejor que hace unos años, pero no lo estamos logrando. Hay muchos molinos que no nos compran, que en algún momento tuvieron que parar su producción porque les llegó un trigo uruguayo como no debía llegar, y seis años después siguen sin querer comprar. Y quienes nos compran, en muchos casos, siguen penalizando al trigo Uruguayo con un descuento frente al argentino. 

¿Hay que encarar una estrategia comercial en Brasil o apuntar a otros mercados?

Hay que hacer bien las cosas siempre. Uruguay es un país que por su volumen no vende todos los meses. Capaz pasan seis, siete meses o un año para que lleven otro barco de trigo uruguayo. Y si ese día el producto que les llega está mal, esa persona no va a querer comprar de vuelta. Eso le pasó a muchos molinos. De los principales molinos brasileños solo dos y a veces un tercero compran trigo uruguayo. Los otros cinco o seis no quieren comprar.

¿Qué debería hacer Uruguay para posicionarse como proveedor confiable en trigo?

Tener un blend (mezcla) varietal en el momento de la siembra. No jugarnos todo a un mismo parámetro. Tener ciertos trigos que aporten calidad, estabilidad, cuando tenemos un año con problemas trabajar bien, segregarlo, evitar cargarlo y estropear una bodega. Acondicionar el trigo antes de cargarlo, hacer un seguimiento, como lo hacemos en otros cultivos.  La responsabilidad primera es del sector privado. En los últimos años se viene trabajando mucho mejor. Pero la confianza demora en ganarse y se pierde en un instante. Estamos empezando a ganarla de vuelta. 

¿Hay mercados nuevos para el trigo?

Sí, Argelia por ejemplo. Aunque es un mercado con requerimientos muy complejos, es un destino interesante. Las exigencias en los parámetros de picado o roídos por insectos son realmente bajos; en la zafra pasada y en la 2018/19 ha sido un destino importante. Hay que hacer un mapeo desde que se recibe el camión, con análisis, segregación, manejo y con una trazabilidad de toda la cadena se puede exportar, y nos ha ayudado cuando Brasil está retirado. También le hemos vendido a Chile, al Sudeste Asiático y a algunos países de África. Uruguay viene ampliando su abanico y eso es muy bueno. Hay que seguir entendiendo las necesidades de cada destino. El trigo es uno de los granos que más varía los requerimientos según el comprador. Algunos compran con más proteína, como el sur de África (12,5%); otros con más pH; otros piden W; y otros hacen hincapié en el glúten. Tenemos que buscar cada año la mejor alternativa para valorar mejor la producción. 

¿Se debería apuntar más a los mercados del Pacífico?

La Asociación de Comerciantes de Granos (ACG) y la Dirección General de Servicios Agrícolas (DGSA) están trabajando para lograr que Ecuador nos exija lo mismo que a Argentina, porque el trigo uruguayo tiene mayores requisitos que otros orígenes. Ecuador, Perú, Chile son destinos interesantes para el trigo. Allí competimos con Argentina, Canadá y Estados Unidos, y son mercados fáciles de acceder. Logísticamente el trigo es un producto fácil, se carga en barcos que se consiguen sin problemas. 

¿Fue este el mejor año para la colza?

Hace cinco años, cuando empezamos a buscarle un mercado, ni en el mejor de los sueños pensamos en tener una zafra así. Llegamos a un mercado tan exigente (Europa), capturamos estos valores y tuvimos estos rendimientos. Hay fluidez comercial, transparencia en el negocio y todo eso se coronó con mucho volumen vendido a más de US$ 700 por tonelada. Es algo impensado y todavía nos emocionamos cuando hablamos de eso. Se produjeron cerca de 300.000 toneladas y más de 200.000 toneladas irán a Europa, el destino que mejor paga.

¿Qué balance hace del trabajo de trazabilidad del producto que se exporta a Europa?

Es a lo que tiene que apuntar Uruguay. Por escala es muy difícil que compitamos con Argentina, Brasil y Paraguay. Pero trazabilidad, manejo, inocuidad, sustentabilidad, son cosas que nos van a diferenciar siempre. La prueba es la canola. Argentina, con mejores condiciones climáticas que las de Uruguay, casi no produce. Uruguay hoy es uno de los mayores productores de canola del hemisferio sur. Pero no tenemos que confiarnos. Hay que seguir poniendo foco en garantizar la inocuidad y no improvisar.

¿El ejemplo de la canola se podría extrapolar a otros productos para diferenciarnos en los mejores mercados?

En la medida que los consumidores se vuelvan más exigentes, serán más los productos que vamos a trabajar con esa dinámica; y ese será un distintivo muy importante de Uruguay.

¿Cómo ve la agricultura uruguaya hacia adelante?

Para mí, la agricultura del futuro tiene que trabajar sobre tres pilares: sustentabilidad, inocuidad y productividad. Hoy todo tiene que ser sustentable. El mundo se está focalizando en esas cosas. La sustentabilidad es la huella de carbono, son las comunidades, es la gente, cómo se trabaja, el bienestar de los trabajadores, el bienestar de las empresas. Enraba un montón de cosas que hacen que esto sea sustentable en el tiempo. Con un foco claro en el cuidado del medio ambiente, pero no es solo eso. Uruguay tiene una ventaja tremenda: arrancamos la carrera muchísimo antes que varios, por la estabilidad política que tiene el país, por la educación, porque la mayoría del trabajo es legal. Todas esas son ventajas frente a muchos países. Después está la sustentabilidad ambiental. Uruguay no tiene que deforestar para hacer agricultura. Tiene un Plan de uso y manejo de suelos al que le costó engranar pero que ahora está funcionando, hay que hacerlo notar, porque podemos medir muy bien nuestra cadena productiva y porque tenemos la capacidad para hacerlo.  

¿Al Plan de uso y manejo de suelos hay que agregarle más capas de información que permitan llegar con un producto mucho más trazado?

Totalmente. Tenemos que hacerlo. También se empieza a explorar el mundo de la huella de carbono. Lo primero que tenemos que hacer es tener datos y procesarlos. En Uruguay eso tendría que ser fácil. Empezar por el cultivo, por la rotación. Es un deber del país, de acá a dos o tres años. Tenemos que tener todo eso mapeado, porque sino esa ventaja no la podemos mostrar al mundo. La rotación agrícola o agrícola-ganadera es mucho más sostenible en el tiempo que otras producciones de otros países, y a eso hay que mostrarlo. En los sistemas incluimos leguminosas, gramíneas, otros cultivos como la canola. Sin lugar a dudas esas rotaciones aportan mucho. Es algo que tiene Uruguay y debe mostrarlo.  

¿En inocuidad qué entra?

No nos olvidemos que producimos mayoritariamente alimentos, y el mundo es cada vez más exigente con lo que consume. Hay que trabajar sobre los productos agroquímicos, sus autorizaciones, usos, cuándo se pueden usar y cuándo no en cada uno de los cultivos. En trigo, dependiendo del año, aparece fusarium y las micotoxinas. Tenemos que trabajar todo lo que podamos en pos de un grano mucho más inocuo y con mejores mediciones de su inocuidad. El ejemplo es la colza, que va al mercado más exigente del mundo. Uruguay hizo un gran trabajo, que no fue de un año para el otro. Hace cinco años que venimos trabajando para esto. Estamos logrando acceder a un mercado muy exigente, que analiza más de 200 agroquímicos; y la mayoría de nuestra colza va a Europa.

¿Hay mercados dispuestos a pagar más por un producto que cumpla estos requerimientos o son elementos para acceder y permanecer en esos mercados?

Me levanto todos los días pensando por qué nadie nos paga más por esto. En parte es porque no lo mostramos o nos cuesta garantizarlo. Pero además hay cada vez más exigencias, y no es que paguen más sino que es la llave para entrar. Es lo que pasa con la canola. Si querés ir a ese mercado tenés que cumplir con todas esas exigencias, sino irás a otro o no entrarás a ninguno. Empezamos a ver mensajes de otros mercados que buscan incrementar las exigencias de calidad para la soja. China y Egipto ya están poniendo límites a algunos agroquímicos, con exigencias iguales o mayores a las de Europa. Uruguay tiene que adelantarse, porque son mercados relevantes. 

Y el tercer punto que mencionó fue la productividad.

Sí. Uruguay es un país caro, después su nivel de producción no es muy alto y en tercer lugar hay mucha volatilidad productiva. Es un combo difícil. Muchísimos costos se diluyen con mayor productividad. Y hay ciertas cosas, como el riego, que aparte de darnos más producción nos da menos volatilidad.

¿Habría que apuntar con más fuerza al riego para llegar a un volumen mayor de hectáreas regadas?

Creo que sí. Uruguay tiene la Ley de Inversiones, que ha promovido mucho el riego. Pero un amigo me hacía ver que no solo hay que promover la inversión, sino toda la cadena. Tiene que ser una política de Estado, desde la investigación, que sea clara, de cuándo y cómo regar. Pasando por la llegada de la energía al campo hasta las tarifas inteligentes de UTE. Cuando tenemos los molinos de viento girando, sin poder vender energía, que ese excedente se traslade a tarifas momentáneas muy bajas. Así llega a costos muy competitivos al agricultor para que riegue en ese momento, eso es un ganar-ganar. Pasando por la Ley de Inversiones; políticas de agua; medición del uso de carbono en esas cadenas productivas. Uruguay tiene todo para hacerlo. Ese va a ser un distingo de Uruguay, sin dudas. Uno puede andar en avión o ver en Google Maps países que antes no eran agricultores y ahora tienen un círculo de riego al lado del otro. El riego es una oportunidad para la agricultura uruguaya, que nos dará más productividad y más estabilidad. Los costos tal vez sean mayores por hectárea, pero menores en el producto bruto. Uruguay tiene fuentes de energías renovables y es superavitario, por lo cual en ese punto no hay limitantes. 

¿Cómo están trabajando las coberturas de rendimiento?

La compañía incursionó en seguros agrícolas y está trabajando con empresas aseguradoras del mercado para llegar con mejores productos a nuestros clientes. A su vez apoyando al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca con el mapeo de seguros agrícolas. Hay un mercado de seguros desarrollado pero tenemos que mejorarlo. En la medida que haya más información y se vean beneficios en los costos y coberturas, esa mecánica se expandirá. 

¿Y las coberturas de precio en este escenario cómo inciden?

Con estos niveles más altos de precios, que son muy bienvenidos, la volatilidad también es mucho más alta. Cuando el precio de la soja están en US$ 300 por tonelada, varía US$ 3 o US$ 5. Pero hoy tenemos variaciones de US$ 20 o US$ 30. Lo mismo pasa con el trigo o con la canola, por lo que siempre son importantes las coberturas. La compañía ha puesto mucho foco en dos programas del manejo del riesgo en el precio. Por un lado ProPricing, a través del cual la compañía va tradeando  el valor a futuro de la soja, y lo que se pretende es brindarle al productor un precio final por encima de la media del mercado. Es un programa que ha venido creciendo año tras año y es algo único para nuestros clientes. Otro de los productos es Cargill Risk Management (CRM), que brinda estrategias de cobertura con distintas herramientas, desde pisos asegurados o coberturas a la suba, cuando un productor hace un forward y teme que el precio suba, hace una cobertura de precio a la suba. Hasta herramientas mucho más complejas, que en años de alta volatilidad, como este, permitieron que los productores vendieran a US$ 20 o US$ 30 por encima del mercado, con muy buenos pisos. Tenemos mucho foco en estos dos programas porque creemos que aportan mucho valor.

¿Cómo se diferencia Cargill para competir en el mercado uruguayo?

Primero teniendo el foco en nuestros clientes, que son los productores y los acopiadores. Día a día buscamos darles el mejor servicio. Esto está respaldado por un equipo de gente de calidad, comprometido en toda nuestra línea de trabajo. Contamos con una red de oficinas y plantas de acopio para estar cerca de la producción y asegurar la mejor y más eficiente logística. Tenemos una política comercial con valor agregado, para llegar con una amplia gama de productos. Hoy Cargill es líder en canola, en trigo y en soja. 

¿Se viene incrementando el área de insumos y subproductos?

Incursionamos fuerte en la importación de fertilizantes. En plena pandemia inauguramos una planta en Nueva Palmira, para el almacenaje, acondicionamiento, mezclado, embolsado y despacho de fertilizante de última generación, tratando de optimizar logística y costos con un buen servicio de calidad y despacho. Además vendemos insumos y semillas de las principales empresas del mercado. Comercializamos muchos subproductos de la industria molinera y aceitera de Uruguay, Argentina y Paraguay a nuestros clientes ganaderos. Es una paleta amplia de productos y servicios, y tratamos de buscar agregar el mayor valor a nuestros clientes. A esto se le suma una visión de largo plazo y confianza en Uruguay. Cumplimos 10 años de la inversión en la planta de Nueva Palmira, que comenzó como una planta de acopio y hoy es un polo logístico y de acopio. Allí tenemos el checkpoint y la planta de fertilizantes. A esa inversión le siguieron otras plantas de acopio y se complementó con arrendamientos de largo plazo en otras plantas y puertos. La formación de las personas, es otro diferencial de Cargill en el mercado uruguayo, porque hacemos una fuerte apuesta a su potencial y su desarrollo; eso para nosotros es algo muy importante.

TARJETA PERSONAL

Gabriel Di Giovannantonio (40 años); ingeniero agrónomo (Udelar); posgrado en Ciencia y Tecnología de Semillas (UFPEL, Brasil); posgrado en Agronegocios (UBA, Argentina). Fue pasante en INIA. Trabajó en Copagran, Urupov, Ambev e ingresó a Cargill en 2010. Allí fue comercial hasta 2015, luego lideró el negocio de granos y en 2020 llegó a la gerencia general en Uruguay. Preside la Asociación de Comerciantes de Granos. 

Sección Al Grano – Revista Verde N°98

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En el año 2021 coincidieron los altos precios con una oferta voluminosa

By Cristina Fumero,

Los fundamentos de los buenos valores son mucho más sólidos que los de 2019, analizó el operador Fernando Indarte, quien destacó el papel dinamizador de los corrales.

El año 2021 “fue impensado” por sus características tan positivas, dijo a VERDE Fernando Indarte, director de Indarte & Cía. “Nunca nos imaginamos vivir lo que vivimos”, agregó y luego recordó que en el otoño “hablábamos sobre si el novillo podría llegar a valer US$ 3,50 o US$ 3,60 (por kilo a la carne), y terminó valiendo casi US$ 4,70”. 

Repasó que en el anterior auge de precios, a fines de 2019, “hubo una suba muy fuerte, desordenada, que después terminó en una bajada abrupta”. Sin embargo, “este año fue subiendo escalones. Los fundamentos que mueven los precios esta vez son mucho más sólidos, más claros”. 

Dijo que en otros momentos las cosas valen mucho porque hay poca oferta, pero destacó que esta fue la primera vez que coincidieron muy buenos precios y volumen récord de faena. “Ojalá el año que viene sea igual a este; ni siquiera podemos pedir más”, dijo Indarte.

Perspectivas

Consultado sobre las perspectivas del negocio ganadero, respondió que las ve “muy positivas”. Informó que “estamos cerrando algún negocio de corral, que es una producción más predecible. Negocios que se hicieron para febrero, ya se habían hecho alguno para entregar en enero, a valores muy interesantes”.

Agregó que “nada hace pensar que en los primeros meses del año que viene cambie el valor”. Pero planteó que tampoco hay que pretender que el novillo gordo valga US$ 4,80 o US$ 4,70. “Las cuentas hay que hacerlas con algo por encima de US$ 4”, consideró.

El consignatario recordó que sobre fines de 2021 el precio del ganado gordo bajó por la distorsión de los paros, cuando el precio del novillo llegó a US$ 4,10 y se hicieron pocos negocios; pero luego el volumen de faena recuperó las 60.000 reses semanales, “que es algo increíble, y los precios ya dieron un salto de US$ 0,20 o US$ 0,25”, destacó. 

Comentó que los primeros meses del año “siempre son iguales, el clima es impredecible, pero los mercados demandan cada vez más la carne que producimos”. 

Sobre los precios que se manejan por los negocios de corral, explicó que son muy variables, porque se consideran muchos factores, como el peso de carcasa, el tiempo de encierro, si es para cuota 481, la dentición y también hay castigos por no cumplir con alguno de estos parámetros acordados previamente. “Hay muchos requisitos para llegar a la punta de precios; se puede llegar a tener una muy buena bonificación o muy mala, por eso no es tan fácil hablar de precios”, explicó.

Señaló que se han hecho negocios con dos modalidades: por un lado el precio de la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG) más US$ 0,15 por kilo; y por otro estableciendo un techo y un piso de precios, para que de esa forma queden cubiertas las dos partes. 

Indarte sostuvo que la manera de aumentar la faena rápidamente es con el corral, “por un tema de ciclo biológico. Si te ponés a engordar animales a pasto tenés un ciclo larguísimo. Dentro de un corral, un novillo de 350 kilos es un animal pesado, que va a faena”. 

Comentó que en 2021 se dio una coyuntura que “hace muchísimo no se daba: la relación de compra fue muy beneficiosa para el corral, que consigue novillos grandes a precios inferiores a los del ganado gordo al kilo”. 

En ese sentido, señaló que el año pasado fue muy bueno para los corrales. “Como todo negocio tuvo años muy complicados, como cuando pasó lo contrario, el precio de la reposición era altísimo y se perdían US$ 0,30 por kilo de cada novillo que se compraba”.

Inversión

Indarte destacó que los productores reaccionan inmediatamente a los precios, a las ganancias, y consideró que en este contexto “los corrales se van a agrandar”. Aunque advirtió que “no es algo tan fácil empezar de cero o agrandar un sistema de repente. Es un arte como todos los demás rubros, como criar, plantar trigo o cualquier otra actividad”.

El empresario analizó que la base forrajera “se mantendrá baja”, porque los granos valen mucho y por eso sigue pasando mucha área de pasturas a agricultura, que este año “le sacaron 400.000 hectáreas de praderas”. 

Pero señaló que esto, por otro lado se compensa, porque el maíz que se planta en esa mayor área “termina yendo a los corrales. Por eso creo que la situación será parecida este año. No creo que esa mayor presión cambie mucho la relación, pero no es algo fácil de preveer, y se puede mover mucho más de lo que se imagina”. 

Consideró que el productor “está muy animado, este año está trabajando mucho más cómodo, y no me refiero solo a la parte económica, sino que se siente más apoyado, por el gobierno, trabaja de otra manera, y con estos precios los números cambian radicalmente”. 

Destacó que pudo volver a invertir en mantenimiento, que hace mucho no hacía, en pasturas, en genética, “en todo lo que necesita una producción ganadera para aumentar productividad y resultados. El productor reacciona inmediatamente si tiene precio”, afirmó. 

Contó que hace unos días un productor fue a comprar alambre y no había. “Eso da la pauta de lo que están haciendo los productores. El alambrado es algo caro, que en época de crisis no se puede mantener; pero cuando las cosas mejoran, lo primero que hace el productor es invertir, en comodidades físicas, en pasturas y demás”, sostuvo. 

Compraventa de campos

Sobre la compraventa de campos, Indarte confirmó que “este año se concretaron negocios que venían conversados desde hace mucho tiempo, a valores normales”. Explicó que “no hubo movimientos de precios al alza en el primer semestre”, y que “en el segundo semestre nos quedamos sin campos, tuvimos muchos más interesados que campos a la venta”. 

Agregó que los interesados “no están para convalidar precios muy altos, entonces tenemos un mercado trabajoso, no podemos juntar las puntas y hay mucha más demanda que oferta”. Y estimó que en el primer semestre de 2022 “el mercado seguirá igual”, considerando los altos precios de los granos y de la carne, y eso hace que no haya tanta necesidad de vender campos. 

Señaló que aparecen campos a venta, “por temas sucesorios, alguno que se retira del negocio, como pasó siempre. Pero no ocurre, como en otros momentos, que mucha gente tenga que vender su campo y, por lo tanto, seguiremos con mucha más demanda que oferta”.

Además, informó que en 2020 los protagonistas de la demanda de campos fueron los uruguayos. “Los campos que vendí en el segundo semestre, después de la pandemia, fue a uruguayos. Sobre todo a gente de fuera del sector. No hubo grandes grupos, ni argentinos ni compradores de otro origen”, comentó. 

Agregó que las fap también invierten, y ese dinero es de origen nacional. “Los campos están volviendo a manos de los uruguayos”, señaló el intermediario.

Sobre la inversión de argentinos, dijo que aquellos que ya están en el negocio, que tienen su estructura productiva armada en Uruguay, son los que quieren comprar, para agrandar su explotación, por las virtudes del país. “Si bien en estos años las ganancias no han sido nada del otro mundo, están mucho más tranquilos que en su país de origen”, comentó Indarte. 

Sin embargo, aquellos argentinos que no tienen campo en Uruguay, “que muchos pensábamos que se iban a venir en manada, y algún colega todavía espera que eso ocurra, ya no lo veo. No creo que convaliden los precios que piden los vendedores, como ocurrió en la década del 2000, cuando cada campo valía US$ 500 más que el anterior”. 

Nota de Revista Verde N°98

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La colza crece no solo en superficie sino también en productividad

By Cristina Fumero,

Para seguir sumando rinde, Barraca Erro lanzó el nuevo híbrido invernal Phoenix CL, que en las primeras experiencias alcanzó promedios de hasta 3.600 kilos por hectárea.

En Uruguay el cultivo de colza crece no solo en superficie cosechada sino también en rendimiento promedio (1.800 kilos por hectárea), destacó a VERDE el ingeniero agrónomo Marcelo Ferreira, gerente de Semillas de Barraca Erro. Este nuevo aumento del rendimiento por hectárea “consolida el rumbo que está tomando el cultivo a nivel país y valida el avance que se observa zafra tras zafra”, valoró. 

Allí se destacó ajustes de manejo con alto impacto, como la elección de chacra, fecha de siembra, herbicidas previos y su persistencia en suelo, criterios en la fertilización nitrogenada y azufrada, calidad de siembra de la mano de las plantadoras, así como el momento y tipo de fungicidas a aplicar. Al tiempo que “se ajustó el tipo y momento oportuno de cosecha para evitar pérdidas de kilos  y porcentaje de aceite cosechado”, señaló.

Esa evolución permitió “levantar restricciones”, y el productor comenzó a ver los resultados mediante un incremento de los rindes. “Le tomó confianza al manejo del cultivo”, dijo. Eso ha llevado a que un porcentaje creciente de agricultores “esté logrando una productividad entre un 30% y 40% por encima de la media nacional”. 

En ese perfil de productores que sigue avanzando en el  manejo, “la elección del material a sembrar es una variable de gran peso, donde los híbridos juegan un papel clave, porque vienen de la mano de un gran avance genético y nuevas tecnologías que logran aumentar el potencial de rendimiento pero también aportan velocidad de implantación, control de malezas, sanidad, uniformidad de cosecha y porcentaje de aceite. Todo eso se traduce en una mejora del negocio para el agricultor” acotó.

Ferreira consideró que “hay un convencimiento del productor” a la hora de planificar el cultivo en el área total de invierno, que “en muchos casos pasó de ser un cultivo de prueba a tener una importancia igual o mayor que la cebada y el trigo”.

Indicó que “existe más demanda de información” por quienes lideran el manejo. “Esa tendencia creciente explica el aumento de los híbridos, que hoy ya ocupan aproximadamente un 15% del área total de colza. En los productores de punta, esa participación es aún mayor”, afirmó el gerente de Semillas. 

Apuntando a esa demanda, y “para seguir sumando rinde”, Barraca Erro lanzó el nuevo híbrido invernal Phoenix CL. Ferreira recordó que hace unos 10 años “testeamos y sembramos híbridos invernales, le vimos más rendimiento que las variedades que se estaban sembrando, pero finalmente su participación no creció, porque el área era muy incipiente. Había muchos ajustes para realizar en el manejo y no había opciones para sembrar temprano”.

En cambio, “en este momento están las condiciones para avanzar”, y por eso se ejecutó un plan piloto con el nuevo híbrido Phoenix CL, de unas 800 hectáreas en diferentes zonas del país y con varios productores. En la mayoría de los casos se sembró en chacras con más de 100 hectáreas, allí se logró el objetivo de alcanzar y superar los 3.000 kilos por hectárea (kg/ha)”. 

Explicó que Phoenix CL “es un híbrido invernal cuya fecha óptima de siembra va del 15 de marzo al 20 de abril. Cuenta con un altísimo potencial de rendimiento y tiene un explosivo crecimiento vegetativo previo a la llegada del invierno. Se destaca por su gran tolerancia a la sequía y al calor, sobre todo en la etapa final del ciclo. Su fecha de cosecha se estima para la primera semana de diciembre”.

Ferreira consideró que, con el incremento del área de maíz de primera, “vemos un espacio bien interesante para posicionar la siembra de este híbrido como también después de una cosecha temprana de soja”.

Cuenta con dos tecnologías, “una es la CL (Clearfield) que da seguridad frente al carry (residuos) de herbicidas; y aporta al control de malezas de hoja ancha por la tolerancia a los herbicidas de la  familia de las imidazolinonas. Una segundad tecnología es la llamada Pod-SahtterResitance (PSR), que le incorpora menor dehiscencia de las silicuas y tolerancia al desgrane, permitiendo cosecha directa y sin la necesidad de herbicidas previo a la recolección del cultivo”, informó. 

Ferreira dijo que “los beneficios de la colza en nuestros sistemas de rotación, sumados a las fortalezas de su comercialización, motivaron que se gane su lugar dentro de los cultivos de invierno y sea una opción validada dentro de los planes de siembra. Hoy tenemos el desafío de seguir aumentando los kilos y el porcentaje de aceite cosechados”.

Manejo nutricional

El ingeniero agrónomo Esteban Hoffman, director de Unicampo Uruguay, dijo a VERDE que el programa nutricional de Phoenix CL tenía como objetivo minimizar las restricciones nutricionales, “el ajuste y el diagnóstico se hizo por zona, lo que terminó con un desempeño excepcionalmente bueno, a pesar de que muchas chacras sufrieron un marcado déficit hídrico tardío”. 

Adelantó que surgirá información de calidad sobre lo que fue la media de aplicación de los diferentes nutrientes, fundamentalmente nitrógeno (N) y azufre (S), en los cuatro momentos: siembra, roseta y dos en elongación. 

Hoffman indicó que la canola de alta productividad es presa del manejo nutricional, “con lo cual hay que agregar lo que se debe agregar y no lo que pienso que se debe agregar”. 

En tal sentido, explicó que las colzas invernales y primaverales “tienen que salir con los niveles de fósforo (P), potasio (K), N y S muy bien corregidos desde la siembra. Luego, en un paso intermedio, a los 30 o 35 días, en roseta, es necesario chequear los niveles de nitrógeno en el suelo”.

También dijo que la nutrición en elongación debe ser monitoreada y diagnosticada mediante las curvas de dilución de N y S (en la cual trabajó la Facultad de Agronomía), que es la herramienta para ajustar la fertilización. 

Hoffman dijo que la diferencia que tiene este tipo de híbridos de ciclo largo “es que la fase que va de roseta hasta la verdadera elongación es muy larga, tanto o más del doble que en las colzas primaverales”. 

El período de crecimiento vegetativo de Phoenix CL es muy largo, y tiene un nivel de producción de biomasa “realmente impresionante, a pesar de estar lejos de la elongación. Por eso fue necesario realizar dos chequeos de biomasa de N y S en planta, uno a la mitad del camino (entre roseta y elongación) y otro en elongación”. 

“El primero de los muestreos se hizo con tres o cuatro toneladas de biomasa y muy lejos de elongación. En muchas chacras si no hubiéramos hecho eso, llegábamos a elongación con un cultivo desnutrido, en particular de S”, explicó.

Rinde promedio de 3.600 kilos

El ingeniero agrónomo Nicolás Naredo, técnico de Austrey (empresa que opera en Durazno), dijo a VERDE que la colza Phoenix CL fue sembrada el 15 de abril, con una plantadora John Deere con barre rastrojo, a 38 centímetros de distanciamiento. El antecesor fue un maíz. 

En la siembra se agregaron 40 kilos de pentóxido. “Los niveles de K en el suelo eran muy buenos, pero de todas formas le agregamos 100 kilos de cloruro de potasio”, señaló. 

En cuanto al N, “aparte del que se agregó con el arrancador, se sumaron 220 kilos (kg) en tres aplicaciones, la primera en roseta, y luego en diferentes momentos de elongación. De S se aplicaron 45 kg en cada uno de los cuatro momentos de aplicación”, describió.

Naredo señaló que se realizaron dos aplicaciones con fungicidas y se cosechó de forma directa. Se utilizó un desecante en precosecha, sin goma, ya que este tipo de colza no tiene dehiscencia; la cosecha fue lenta”.

“Para alcanzar el rinde promedio de 3.600 kg/ha, corregidos a seco, con picos por encima de 4.000 kg, el cultivo largo debe acompañarse de un manejo de fertilización acorde. A este material lo posicionamos, en ambientes muy buenos, que vengan de maíz temprano, para poder sembrarlo en fecha óptima”, dijo Naredo.

Sorprendió “gratamente”

El ingeniero agrónomo Rodrigo Fernández dijo a VERDE que la zafra pasada fue la primera experiencia con el cultivo de colza en la empresa familiar que opera en Corralito (Soriano). Fueron 70 hectáreas con materiales primaverales y 70 con Phoenix CL, sobre un maíz de primera. La fertilización basal llevó 140 kg de 7-40/40-0+5S+8Ca, se usaron disquera y rastras en la chacra, y la siembra fue el 26 de abril en una chacra “bien limpia”. 

Fernández agregó que en cuatro hojas se aplicaron lontreal y clethodim, “después no se usó más nada, ya que la colza tuvo un desarrollo abundante, que cubrió y compitió muy bien con las malezas”. 

En cuanto a la fertilización nitrogenada, “se hicieron muestreos de biomasa y realizaron tres aplicaciones de N. En la primera 130 kg de urea azufrada, en la segunda 150 Kg de urea azufrada y en la tercera se analizó S, y se decidió agregar una mezcla de 33 kg de N con 12 kg de S. Indicó que “siempre se vio una planta muy fuerte, de gran vigor y excelente desarrollo, y solo tuvo un fungicida antes de expandir el vástago para evitar phoma”. 

Recordó que en un momento era tanto el desarrollo que “nos hizo dudar mucho de cómo cosecharla. Optamos por cosechar directo, sin herbicidas, ya que no tiene dehiscencia. Al final, despacito y por las piedras, pudimos cosechar sin inconvenientes”.

Fernández dijo que “sorprendió gratamente” la productividad alcanzada, de “3.051 kg/ha, a pesar de haber recibido solo 10 milímetros de lluvias en octubre, sumado a las altas temperaturas”. La etapa poscosecha “también fue muy buena, ya que logró 42% de materia grasa, 0,45% cuerpo extraño y entre 6,8% y 8,2% de humedad”.

Picos de rinde “nunca vistos” 

El ingeniero agrónomo Santiago Saint Girons, integrante de Villa Trigo, dijo a VERDE que Phoenix CL fue sembrado el 16 de abril, en un rastrojo de maíz de primera, con una Great Plains con placa neumática y barrerastrojo a 38 centímetros. 

Sobre la fertilización, explicó que a la siembra se corrigieron los niveles de P, K y N, y que “esa chacra no llevó P y tampoco K”. En el caso de N, de arranque se aplicaron 40 kg y 10 de S, independientemente de los niveles que muestre el suelo; es una dosis para que llegue a cuatro hojas sin deficiencias”.

En ese momento se hizo un muestreo de suelo y se corrigieron los valores de N, ajustando a 14 o 15 partes por millón (ppm) de nitrato en suelo. 

“Cuando el cultivo estaba llegando a seis hojas, habiendo pasado 40 días del muestreo en suelo, realizamos el primer análisis de biomasa en planta. En función de eso aplicamos 50 kg de N y 10 de S. La colza invernal tiene un periodo vegetativo que es 30 o 40 días más largo que el de las colzas primaverales. Eso motiva a que después de la primera corrección en el suelo se hagan dos chequeos, uno en vegetativo y otro en inicio de elongación, para ver la disponibilidad de N en planta, y se volvió a corregir. En total demandó 180 Kg de N y 55 Kg de S, en una relación de tres a uno, que es bastante alta pero respondió a las necesidades del cultivo”, indicó.

Señaló que en cuatro hojas se aplicó clopyralid y un graminicida para matar los maíces guachos. De forma preventiva, llevó un fungicida (protioconazole con pyraclostrobin) para phoma; y no requirió control de insectos.

“Desde el inicio y hasta el final del llenado de grano, el cultivo pasó por un déficit hídrico marcado. Pensamos que le había quitado mucho más rinde, pero al final no fue tanto, aunque le faltaron entre 500 y 600 kg. En ese período, de 40 días, no llovió. La tolerancia al exceso hídrico del arranque fue muy buena, al igual que al déficit hídrico del final”.

Concluyó que el material tiene menor dehiscencia, por lo cual la cosecha fue directa y sin desecante, con 6% y 8% de humedad. “El rinde promedio fue de 3.000 kg/ha, con picos de 3.500 a 3.700 kg, algo que nunca habíamos visto en las primaverales”, destacó.

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El engorde a corral, un negocio que crece de la mano de las certezas, la tecnología y la eficiencia

By Cristina Fumero,

El 2021 fue un año récord en el volumen de faena y de animales terminados a granos, atendiendo a los consumidores en su demanda creciente, que parece no tener techo.

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Carnes (INAC), la participación del corral en el total de la faena de 2021  fue de unas 350.000 cabezas. Será un año récord de faena vacuna en Uruguay, y en ese marco se incrementa el porcentaje de ganado terminado a granos. 

“Es un dato muy interesante. Año a año el corral viene aumentando su participación y nos genera expectativas a futuro”, dijo a VERDE el presidente de la Mesa de Alimentación a Corral (MAC), Daniel Miranda.

Recordó que en 2020 se produjo algo menos de 300.000 cabezas, con una participación de entre el 11% y 12% del total de la faena. “Vemos un crecimiento sostenido año a año, en términos absolutos y porcentuales”, destacó. 

Lo que piden los consumidores

Miranda señaló que los consumidores demandan carne de animales más jóvenes, cortes más grandes y homogeneidad del producto, y “hoy en día el sistema que lo puede hacer es el de terminación a granos. Por eso entiendo que en 2022 seguirá en aumento la participación de los ganados de corral en la faena”.

Agregó que las carcasas de los animales de corral son de mayor peso en relación al promedio de la faena, y además son animales más jóvenes. Recordó que en 2019 Jorge Acosta, gerente de información de INAC, señaló que los animales de corral de dos y cuatro dientes  tienen un tamaño de carcasa 10% mayor que los de pasto.  

“Más allá de los cálculos de participación en el total de la faena, es muy interesante ver cómo el sistema ayuda a aumentar el peso de faena promedio, a bajar la edad de faena y aumentar la extracción”, subrayó.

Agregó que “el costo operativo de los frigoríficos es por animal y cuanto más kilos de carne obtengan mejor será la eficiencia de la industria”. 

También destacó que “el corral permite lograr homogeneidad de producto, y eso es algo que tiene un valor importantísimo para el consumidor”.

Eslabones anteriores de la cadena

Siempre hay lugar para trabajar con los criadores y recriadores, dijo Miranda. Señaló que en el sistema de engorde a corral Uruguay es nuevo si se compara con la experiencia de otros  países como Australia, Estados Unidos o Argentina, donde hay más tiempo de selección. 

Sin embargo, el presidente de la MAC marcó que “es interesante ver que cuando el productor tiene certezas en el negocio, apunta a la profesionalización”.

Repasó que, cuando surgió la oportunidad de vender en la cuota 481, “los frigoríficos vieron certezas, la posibilidad de fijar precios a futuro, además de que el propio negocio del corral da certezas, ya que uno sabe cuál es el costo y la fecha de salida”. 

Sostuvo que el corral “se ha tecnificado muchísimo en los últimos años”, y que la empresa que tiene corrales y tiene que comprar la recría “traslada esas certezas”, y así “el recriador ha mejorado muchísimo; se ha profesionalizado”.

“Hoy tenemos un producto que cuando entra al corral tiene un desvío mucho menor en todas sus características, y ayuda a la homogeneidad y eficiencia en todo el sistema”, valoró.

Demanda china

Miranda destacó que en China cada vez es mayor el consumo de carne, gracias a la mejora del ingreso per cápita promedio, y se generaron nichos específicos para la carne de calidad, en restaurantes, catering y hoteles. 

“En 2021 vimos que la gente estaba deseosa de salir y volver a esa vida normal luego de la pandemia. China está recomponiendo esos nichos de calidad, y es un mercado que tironea permanentemente de la demanda de este tipo de producto”, afirmó.

Cuota 481 y otros destinos

El presidente de la MAC dijo que es difícil medir cuánta carne de corral va a la cuota 481 y cuánta va a China. Pero señaló que la participación de Uruguay en la cuota 481 se mantiene estable en los últimos años, ubicándose entre 11.000 y 12.000 toneladas anuales. 

Destacó que hubo años en los que Uruguay  exportó 15.000 toneladas a ese mercado. “El año pasado terminamos en 12.000 y este año será similar. Pero la realidad es que año a año esa participación baja, mientras que aumenta el cupo de Estados Unidos”, señaló.

Recordó que en enero de 2020, con la separación entre Estados Unidos y terceros países, la nación norteamericana “no cumplió nunca con su cuota. Vemos que cuanta más cuota se le asigna menos la cumple en términos porcentuales. Está muy estable, en torno de 3.000 toneladas trimestrales, pero desde enero se le asignarán 6.350 toneladas. Hoy usa 55% de esa cuota, y si no cambian su participación, el año que viene exportará menos de la mitad”.

Advirtió que la logística sigue siendo la misma para los demás países, y que la cuota se completa por orden de llegada. “Hoy se está llenando en los primeros 15 o 20 días de cada trimestre”, dijo. Sin embargo, Estados Unidos está solo en su cuota, y como no la completa tiene una dispersión más homogénea dentro de los tres meses; y esto le facilita la logística. 

“Tenemos una presión logística muy importante, porque hay que cargar y descargar en determinada fecha, con todo lo que conlleva los actuales problemas de disponibilidad de contenedores, que los barcos no llegan o salen sin cargar. Es un desafío muy grande seguir con una buena participación en la cuota durante los siguientes años”, planteó Miranda.

Recordó que en el último trimestre hubo contenedores que quedaron fuera del negocio. Los exportadores tuvieron que tomar diferentes decisiones, como pagar servicio de frío, enviar la mercadería a otros destinos o pagar aranceles para entrar. 

Admitió que la logística fue un problema importante este año y que se estima que se podría ir regularizando desde mediados de 2022. 

Sobre la participación de los demás proveedores en la cuota 481, repasó que Australia siempre estuvo entre 1.500 y 2.000 toneladas trimestrales, y ahora sufrió una baja importante; Argentina se mantiene entre 1.500 y 2.000 toneladas por trimestre; y Uruguay en unas 3.000 toneladas por trimestre. 

“Es una presión permanente, cada vez tenemos menos volumen para entrar, pero Uruguay se ha consolidado como proveedor de la cuota. El importador quiere el producto uruguayo y el consumidor también”, aseguró.

Además, la presión por la baja en la cantidad de toneladas “hace que el set de cortes vaya reduciéndose, porque se apunta a los cortes más valiosos”, indicó. 

Los márgenes

Los márgenes del negocio del corral este año “fueron interesantes”, admitió Miranda. Recordó que en el primer semestre hubo un aumento importante de los precios de los granos, y si bien el precio del ganado gordo también creció, no fue de forma “tan vertiginosa”. 

Sin embargo, en el segundo semestre “hubo una relación interesante, porque si se compró la reposición con los precios del primer semestre y se vendió (ganado gordo) a los precios del segundo semestre, con una estabilización de los precios de los insumos o incluso alguno que bajó, el margen fue muy bueno; sobre todo si se compara con los últimos años”.

Insistió en que el margen depende mucho de los precios a los que se compró reposición y granos. “En los últimos años el margen promedio de un animal de corral fue US$ 60, y este año en muchos casos se duplicó”, confirmó.

Normativa

La MAC trabaja con los ministerios de Ambiente y de Ganadería, Agricultura y Pesca en la elaboración de una normativa general para los corrales de engorde en Uruguay. En la actualidad se basa fundamentalmente en las exigencias de la cuota 481, sin embargo, “hay muchos corrales que son de oportunidad y no siempre su destino es cuota 481”, explicó.

“Los ministerios nos recibieron y hemos planificado instancias de trabajo, en la búsqueda de actualizar la normativa a lo que hoy es el corral y cómo será, viendo modelos de otros países. Cumpliendo con las necesidades del país, tanto en lo ambiental como en lo sanitario, y cumplir con lo que pide el cliente, que es una parte muy importante de esto”, explicó.

Agregó que “el objetivo es unificar los criterios, independientemente del mercado que tenga como destino esa carne. Es lógico pensar que la normativa no se base en el negocio sino en las necesidades ambientales y sanitarias. Después se le pondrá la impronta de cada negocio, ya sean arreglos con privados u oficiales”.

Además, se planteó que haya diferencias en la normativa según la escala, porque “no es lo mismo un corral de 600 o 700 animales que uno de 6.000. Cada uno debe cumplir con la normativa, que esté adaptada, que sea moderna y que se pueda cumplir. No tiene sentido exigir algo que no se pueda cumplir y que sea difícil de controlar. La universalidad y aplicabilidad de esto es que todo esté en el mismo sistema. Soy muy optimista con el trabajo que estamos haciendo con los ministerios”.

Crece la capacidad de los corrales

“Es claro el aumento de la capacidad de los corrales. El productor ha invertido en profesionalización, porque el cliente busca que más allá de que uno cumpla con las normas, con la cantidad de días de encierro o la dieta, el producto sea de calidad y con homogeneidad”, sostuvo Miranda. 

Dijo que “recibimos técnicos de Argentina y de Brasil, que notan que los productores están invirtiendo en la profesionalización. La capacidad instalada de los corrales hoy en Uruguay está en su piso y no tiene techo”.  

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Santa Rosa Motors es el nuevo representante de Iveco en Uruguay

By Cristina Fumero,

El grupo que comercializa las marcas Renault, Nissan, JMC y Changan, fue seleccionado por el fabricante de camiones de origen europeo para ofrecer sus productos y servicios

Grupo Santa Rosa Motors fue seleccionado por Iveco para comercializar sus productos y servicios en Uruguay. “El objetivo es desarrollar la marca, porque si bien tiene una penetración de mercado muy importante, sobre todo en Argentina y en Brasil, en los países más pequeños su participación en el mercado es menor, así como el parque circulante”, dijo a VERDE Pablo Ramos, director de Operaciones de Grupo Santa Rosa. 

Consideró que la marca “tiene un potencial enorme de crecimiento, y año a año tenemos planteados objetivos de manera creciente, para tomar una participación importante en el mercado de camiones, de medianos a pesados, llegando al 10% del total de camiones de acá a cinco años”. 

Sobre el proceso de selección, comentó que “presentamos un plan de negocios a cinco años, que fue aprobado, lo que nos honra mucho. Estamos muy entusiasmados con este proyecto, que hoy es una realidad, y aprovechamos Expocarga para hacer la presentación en sociedad de esta alianza”. 

Señaló que es un negocio adicional al portafolio de Santa Rosa, que significa una oportunidad. Destacó que se trata de una marca con mucha historia, con productos confiables. “Me gusta mucho el segmento de camiones, y me siento como un niño con juguete nuevo”, admitió. 

Posventa

Ramos planteó que “el camión es una herramienta de trabajo, una máquina productiva, que tiene que estar la mayor cantidad de horas operando. Entonces es muy importante el soporte de posventa del grupo, tanto en la red de talleres a nivel nacional, como al contar con un stock de repuestos para atender ese parque circulante”. 

Comentó que se plantean tener una red de ventas acorde al país, centralizada en Montevideo, pero con puntos en el interior, ubicados estratégicamente, así como los talleres. 

Anunció que se está lanzando una serie de paquetes de servicios para atender al cliente de Iveco, que incluye una central telefónica, para consultas generales y de choferes. “Cualquier chofer, de cualquier producto Iveco, que esté en cualquier parte del país podrá ser asesorado en el momento. Los camiones, sobre todo los extrapesados, son cada vez más completos, y para sacarle el mejor rendimiento uno tiene que estar bien asesorado”, señaló.

Y en caso de que surja un problema, “si no se puede resolver técnicamente, tendremos una red de talleres móviles, para acercarse a la unidad y resolver cierto nivel de inconvenientes. En el caso de que el problema sea mayor, también tendremos el servicio del Automóvil Club, para el traslado al taller más cercano. Es un paquete de servicios que todavía no existe en Uruguay; ninguna marca lo tiene”, afirmó.

El director de Operaciones de Santa Rosa se refirió a un servicio de entregas rápidas de repuestos, más allá de los talleres propios. “En este negocio de grandes flotas, en cualquier día de la semana o fines de semana, tendremos un servicio de envío en el día de piezas que estén necesitando nuestros clientes”, anunció sobre este punto.

Subrayó que “es un paquete de servicios novedoso para el sector. Queremos brindar respaldo. Iveco cambió, Santa Rosa trabaja de una manera distinta, pero esa promesa también tenemos que hacerla realidad, por eso esta inversión en esos servicios”.

Productos

El portafolio inicial de productos Iveco de Santa Rosa busca atender los segmentos más importantes de camiones en Uruguay, desde los de 9 toneladas, hasta los que tienen capacidad de arrastre de 75 toneladas, en formato tri tren, para forestales, de 560 caballos de potencia (hp). “Arrancamos con motores de 190 caballos y vamos hasta los de 560. El espectro que cubrimos es bastante amplio, pero en la medida que vayan caminando, seguiremos ganando cobertura del mercado, con productos nuevos”, comentó Ramos. 

El portafolio cuenta “con el modelo Tector Premium 17-300T, con caja automatizada; el Tector Premium 24.280 CD con cabina dormitorio; los Stralis, con sus líneas Hi Way y Hi Road, que son camiones de 440 y 480 hp; y la línea europea, integrada por camiones de 560 hp”. 

Informó que “hace dos meses que iniciamos la comercialización y llevamos entregadas unas 20 unidades, creciendo mes a mes, con una curva de aceleración más rápida de la que esperábamos. Incluso estamos con algún producto con entrega a futuro”.

Balance de Santa Rosa en 2021

Ramos consideró que el año 2021 “fue excelente. El mercado terminó en unos 34.500 vehículos vendidos el año pasado y al sumar camiones cerró en unas 49.000 unidades”. 

Recordó que el promedio de los últimos 12 años en Uruguay es 50.000 vehículos, y consideró que “llegar tan rápido al mercado promedio luego del 2020 marcado por el Covid, es muy interesante, y si no se supera también es por un tema de disponibilidad. No tengo dudas de que el año que viene también será de crecimiento. Se proyecta un crecimiento del PBI del 3,5%, y si hay oferta no dudo de que se llegarán a vender 54.000 unidades. La única limitación es la disponibilidad de producto y esperamos que vaya mejorando”.

Valoró que el 2021 “fue un año de crecimiento para todas nuestras marcas, en volumen y en participación de mercado”, pero insistió en que “nos golpeó la disponibilidad y entrega de fábrica. A Nissan le afectó y no pudimos aprovechar como nos hubiera gustado el portafolio renovado de la marca”. 

Agregó que en Renault “también tuvimos algunas restricciones con Oroch y Kwid, que son los vehículos de mayor volumen, así como la nueva Duster, que es un éxito de ventas. No pudimos tener una disponibilidad de productos alineada con la demanda, pero de todas formas fue un año excelente y estamos con muy buenas perspectivas para 2022”. 

Desafíos para 2022

El director de Operaciones de Santa Rosa estimó que en el primer semestre de 2022 “seguirá siendo duro conseguir producto para todas las marcas, y si se consigue será a mayores precios”. 

En cuanto a la suba de los costos, señaló que “el acero, el aluminio tuvieron subas muy importantes” y el incremento del petróleo afecta a los precios de los plásticos. “Todos los insumos para armar un vehículo aumentaron. También lo hicieron los fletes, la logística. Por eso, todo induce a que los precios de los vehículos seguirán aumentando en 2022”, analizó. 

El origen de los productos Renault es básicamente del Mercosur, fundamentalmente Brasil, y algunos llegan de Europa, como los eléctricos. “Tenemos algunos lanzamientos programados y también tenemos algunos productos de Corea”, señaló Ramos.

Los vehículos de la marca Nissan llegan fundamentalmente desde México y algunos de Europa; Iveco viene de Brasil y Europa; y JMC y Changan de China.

“Para 2022 la idea es seguir innovando, con el objetivo de ser líder en el sector, pero el liderazgo es una consecuencia del trabajo. Nos gusta innovar, como lo hemos hecho con Car One, fuimos pioneros en movilidad eléctrica, seguimos con el comercio electrónico, la tienda oficial en Mercadolibre. Hay muchos elementos en los que hemos sido innovadores y es parte del ADN del grupo, seguir apostando a la innovación y a las nuevas maneras de comercializar”, destacó. 

Observó que “la gente se mueve cada vez menos, cada vez compra más desde la comodidad de su hogar y tenemos que ir alineando nuestras formas de comercialización. Por más que tenemos productos duros, que a la gente le gusta tocar, ver la calidad de los materiales, pero la investigación previa a la compra se hace vía digital. La gente visita cada vez menos las concesionarias y cada vez está más informada. Es un desafío darle al cliente las experiencias que está buscando”. 

Nota de Revista Verde N°98

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