La sinergia busca acercar al mercado uruguayo una propuesta integral, que apunte a resultados, con respaldo técnico y una fuerte orientación hacia la sustentabilidad
Con el foco puesto en soluciones sustentables y eficientes para el agro, Amauta Agro y CPY Agronegocios concretaron una alianza estratégica que apunta a sumar innovación y resultados concretos para los productores uruguayos. Esta sinergia busca acercar al mercado local una propuesta integral en nutrición vegetal, con respaldo técnico y una fuerte orientación hacia la sustentabilidad.
“Es un paso estratégico para Amauta en Uruguay”, afirmó Manuel Félix, Líder Comercial Latam de Amauta Agro. Explicó que la empresa tiene origen argentino y fue creada en 2016 dentro del ecosistema de negocios de FYO (Futuros y Opciones), compañía que integra el Grupo Cresud entre sus accionistas.
“Hoy somos una unidad de negocios con foco en especialidades de FYO. Como sabemos, Uruguay tiene un sistema productivo muy técnico, con productores abiertos a nuevas tecnologías, y es un desafío para nosotros seguir creciendo”, indicó.
En ese camino, la alianza con CPY Agronegocios les permite acercar sus soluciones de nutrición vegetal a un mercado que valora tanto la eficiencia como la sustentabilidad. “Esta alianza nos permite estar cerca del productor uruguayo, acompañarlo con productos de calidad, respaldados por investigación y con un fuerte componente técnico”, sostuvo Félix.
Una de las principales características de Amauta Agro es su propuesta integral, que no solo incluye fertilizantes de alta tecnología con macro y micronutrientes, sino también formulaciones que incorporan aminoácidos libres en combinación con los nutrientes clave para aplicaciones foliares.
“Esto mejora la absorción y eficiencia de los nutrientes en su utilización por parte de los cultivos”, señaló. A ello se suma un sólido trabajo de diagnóstico y asesoramiento técnico, apoyado por numerosos ensayos en diferentes cultivos. “Nuestro objetivo es claro: ayudar a que el productor obtenga mejores resultados hoy, sin comprometer el suelo ni el sistema a futuro”, aseguró.
Amauta Agro trabaja con un enfoque específico para cada cultivo. Su línea está pensada para cultivos extensivos como maíz, trigo, girasol, papa, cebada y soja, adaptando los productos y el soporte técnico a las particularidades de cada uno.
El gerente comercial de CPY Agronegocios, Guillermo Castillo, valoró la incorporación de productos diferenciados que combinan nutrición y bioestimulación. Uno de ellos es Microquel Amin Ziman, diseñado para prevenir y corregir deficiencias de Zinc y Manganeso.
“A diferencia de otros quelatantes, como los que tienen ácido etilendiaminotetraacético (EDTA), Ziman utiliza aminoácidos libres (aminoatos), que mejoran la penetración foliar, aumentan la estabilidad del producto y estimulan procesos metabólicos clave como la fotosíntesis”, explicó. En ese sentido, remarcó que se trata de un producto que “no solo corrige deficiencias, sino que impulsa la eficiencia fisiológica del cultivo”.
Otro de los productos destacados es Microquel Amin Cuaje, un fertilizante formulado especialmente para la etapa de cuajado de frutos. “Aporta boro, fósforo y molibdeno, esenciales para la floración y el desarrollo de frutos, junto con aminoácidos que potencian estas fases críticas”, detalló Castillo. Entre sus beneficios se encuentran el aumento del número de granos, la mejora del desarrollo del fruto y un mayor aprovechamiento del nitrógeno. Se recomienda su aplicación en prefloración, con dosis de hasta 1,5 kilos por hectárea (kg/ha). “En cultivos como la colza ha demostrado muy buenas respuestas en el rendimiento”, afirmó.
Sobre lo que puede esperar el productor uruguayo de esta propuesta conjunta, Félix señaló: “Tecnología validada, respaldo técnico y compromiso con la sostenibilidad. Nuestro modelo es acompañar al productor, desde el diagnóstico hasta el resultado”.
En la misma línea, Castillo destacó que se suman al portafolio productos “diferenciados y con resultados comprobados”, y que el productor notará una mejora en la performance de sus cultivos, especialmente en etapas críticas como el cuajado o frente a deficiencias nutricionales, que impactan sobre la fotosíntesis. “Y como siempre, desde CPY, con el respaldo técnico en cada paso”, subrayó.
La alianza entre Amauta y CPY recién comienza, pero ya proyecta un trabajo sostenido. “Seguiremos acompañando desde el terreno, con ensayos locales y una escucha activa del productor uruguayo”, adelantó Félix. “Esto recién empieza. Hay mucho potencial por delante”, concluyó Castillo.
El grupo Bauer, de Austria, se posiciona en el mercado uruguayo mediante un acuerdo con la empresa Pertilco, para la comercialización de lo último en tecnología que permita proveer de soluciones a los productores del sector agropecuario. Bauer lleva casi 100 años de trayectoria, nació en la ciudad austríaca de Voitsberg, como una iniciativa de productores para desarrollar tecnología, dijo a VERDE el gerente de Latinoamérica para el grupo Bauer, José Ignacio Campos.
Esta compañía está colocando en el mercado uruguayo tecnología novedosa, con cuatro líneas “potentes de soluciones” para el agro: tecnología y telemetría, riego por pivot, manejo de efluentes de tambo y también enrolladores o carretes de riego.
“Todos esos productos con la calidad y estándares que ha caracterizado a Bauer” por casi un siglo de operativa. El acuerdo con Pertilco establece que esa empresa será su figura comercial en Uruguay.
Campos indicó que este grupo europeo ya tiene proyectos que están andando en Uruguay, pero más allá de la satisfacción de esto, ahora se pretende “dar un salto en lo que es diferenciarnos frente a la competencia”. En tal sentido, “cerramos sobre fines de febrero la distribución oficial en Uruguay con otro grande que es Pertilco”, valoró.
“Básicamente lo que queremos es que la tecnología, la calidad del grupo Bauer y el servicio de ingeniería esté también de la mano con un grande, y todo también enfocado en la posventa de nuestros clientes”, señaló.
Al ser consultado sobre las diferencias con la competencia en el mercado, el ejecutivo dijo que para estas empresas “tecnología, calidad, acompañamiento y posventa son los valores y pilares fundamentales”.
El objetivo principal es que “el cliente se preocupe de producir y nosotros nos preocupemos de regar”, porque “la tecnología es muy buena, pero tenemos que saber llevarla con productos de calidad, con un seguimiento, con un acompañamiento al productor y con productos, obviamente que cumplan los altas estándares que los productores uruguayos requieren y están pidiendo”, afirmó.
El gerente de Latinoamérica del grupo Bauer comentó que el back up de tecnología de control inalámbrico de los equipos que tiene la compañía es “único en el mercado”. “Tenemos varias características de comunicación propia”, remarcó. También señaló que otro diferencial interesante que ofrece el grupo Bauer es que toda la tecnología que ofrece en el mundo “es creada y diseñada en Latinoamérica para Latinoamérica”, dijo.
Expansión
Respecto a la expansión regional del grupo, Campos sostuvo que Bauer tiene un plan “bastante interesante”. Indicó que está desembarcando nuevamente en Argentina, de la mano de “otro grande” de ese mercado, que es la empresa Criolani, y que además tiene planes comerciales en otros países de la región.
El grupo opera en Brasil hacer alrededor de 22 años, donde comenzó con un market share “bastante estable”, y actualmente “es líder”. El objetivo de la empresa es transmitir esa experiencia en Brasil y Europa en otros países de Latinoamérica.
Campos comentó que en la actualidad “el riego está en boca de todos”, y que “gran parte de Latinoamérica tiene una escasez hídrica”, por lo que la labor de gran parte de estos países es producir en la misma área, pero de manera más eficiente y hacerlo de manera amigable, con conciencia de los recursos que estamos utilizando”.
Para el gerente del grupo Bauer en Latinoamérica “es necesario tener en cuenta que no en todas partes tienen la misma realidad”, por lo tanto, “más que soluciones masivas, queremos soluciones exclusivas, a lo que cada uno de nuestros clientes requiere, como productos de alta calidad, con ingeniería de alta eficiencia”, y también “socios como Pertilco y otros que estén a la altura de lo que el cliente requiere y estima”.
Sobre las posibilidades de ofrecer líneas de financiación a los productores interesados en las tecnologías del grupo, Campos aclaró que “una cosa es la ingeniería, otra cosa es el producto, y un pilar importante de la estrategia comercial es el financiamiento”.
Bauer cuenta con dos líneas financieras principales: una de grandes proyectos, que viene directamente de Austria; y en segundo lugar tiene el financiamiento de Brasil, con el Banco Nacional de Desarrollo (Bndes); además de operar con agentes locales en Uruguay, indicó. En tal sentido, el ejecutivo aseguró que el grupo empresarial podría financiar proyectos en el país.
Redacción: MauroFlorentín – Nota de Revista Verde N°121
Nidera impulsa un recambio varietal con Baguette 525 y Baguette 610; lanzó el maíz NS 7765 Viptera 3, y en soja combina materiales con genética de Argentina y Brasil.
En ese contexto, el representante de Nidera en Uruguay, Andrés Nogueira, conversó con VERDE sobre las novedades más relevantes del portafolio de la compañía en trigo, maíz y soja, con foco en el recambio varietal, el manejo eficiente y la adaptación a los distintos ambientes del país.
La empresa viene impulsando un recambio varietal que incluye dos nuevos materiales Baguette 525 y Baguette 610, ambos de ciclo intermedio, aunque con posicionamientos específicos.
El Baguette 525, de ciclo intermedio corto, se destacó en un año desafiante como 2024, cuando muchas siembras debieron realizarse más tarde de lo habitual, por lluvias intensas. “Anduvo muy bien”, aseguró el técnico, quien recomendó sembrarlo a partir de junio. Es un material que responde a manejos técnicos ajustados, sobre todo en lo que refiere a la fertilización nitrogenada.
Por su parte, el Baguette 610 llega como sucesor del ya clásico Baguette 620, lanzado en 2019, que tuvo su pico de uso a nivel país y ahora comienza a ceder protagonismo. “El 610 lo mejora en rendimiento y principalmente en peso hectolítrico”, subrayó Nogueira. La diferencia es significativa: más de tres puntos en promedio de pH, un atributo clave para el negocio del trigo de calidad.
Describió que su ciclo es similar al del 620, con siembra recomendada entre el 5 y el 15 de junio. Y aporta mejoras sanitarias y mejor estabilidad en la calidad industrial. Agregó que se recomienda fraccionar la aplicación de nitrógeno, comenzando en Z30 y completando entre Z33 y Z40, para preservar el contenido proteico.
El Baguette 11, una variedad con casi dos décadas de presencia, continúa en el portafolio porque “el productor lo sigue pidiendo”, indicó.
Lanzamiento en maíz
Con la cosecha de maíz de primera entrando en su tramo final, y con buenos rendimientos en el balance, Nidera pone la lupa sobre un nuevo híbrido que busca ganar protagonismo: el NS 7765 Viptera 3. “Los números que muestra son excelentes, incluso en ambientes de media-baja productividad”, afirmó Nogueira. Este nuevo híbrido supera al NS 7626 Viptera 3 CL, que sigue liderando, y puede considerarse una evolución mejorada del NS 7818 Viptera 3.
La propuesta de posicionamiento apunta a los ambientes típicos del país, tanto en fechas tempranas como de segunda. Sus fortalezas están en la estabilidad, sanidad y una respuesta pareja en diferentes condiciones. Además, tiene un ciclo algo más corto que sus predecesores, lo que brinda flexibilidad en las decisiones agronómicas.
Soja suma genética y tecnologías adaptadas
En soja, la apuesta de Nidera se concentra en la diversificación del origen genético, combinando materiales provenientes de Argentina y de Brasil, y en el aprovechamiento de tecnologías aún vigentes en Uruguay.
“Venimos con dos lanzamientos”, comentó Nogueira. Uno es NS 5023 STS, un material RR-STS de ciclo corto, pensado para ambientes buenos en secano o bajo riego. El otro es Conkesta 6223 CE, que incorpora la tecnología Conkesta-Enlist. “Vamos a fondo con esa variedad”, afirmó, luego de una primera presentación en bajo volumen.
También se suma la NS 5922 Ipro, una variedad brasileña con tecnología Intacta, que mostró “muy buenos rendimientos” en esta campaña. “Este es el momento en que tiene que demostrar y generar el plus frente a otras, y lo está logrando”, evaluó Nogueira.
El interés por materiales brasileños responde a la vigencia local de tecnologías que en Argentina ya han sido desplazadas. “Intacta hace tiempo que allí se dejó de utilizar, pero en Uruguay sigue siendo una tecnología que suma”, indicó.
Gracias a los programas de mejoramiento de Nidera, con presencia regional, se están evaluando materiales de Río Grande do Sul especialmente adaptados para el este y noreste del país, zonas donde predominan las rotaciones con arroz y los suelos bajos. “Tenemos tres o cuatro más en evaluación”, adelantó, con foco en seleccionar “la élite” dentro de los grupos de madurez 5 largos, 6 cortos y 6 medios.
La estrategia de Nidera busca aprovechar tecnologías disponibles en países vecinos y adaptarlas a las condiciones locales, diversificando un portafolio que sigue creciendo en volumen y en sofisticación.
LDC pretende llegar a 15.000 o 20.000 hectáreas este año, y que el cultivo se conozca cada vez más en el país; el producto se destina al biocombustible para aviación.
La camelina es una Brasicácea, especie conocida en Uruguay por la colza y carinata, pero tiene ventajas frente a estos dos cultivos, como la tolerancia a heladas y menores costos de producción. El responsable del cultivo para Argentina, Uruguay y Paraguay de Camelina Company, Matías Asinari, explicó a VERDE las principales recomendaciones de manejo.
Para la siembra se recomiendan 8 kilos de semilla por hectárea, que vienen tratadas con un estimulante y con Apron Maxx, producto con dos fungicidas. Se busca una densidad de 250 a 300 plantas por metro cuadrado, para que cumpla su función como cultivo de servicio, y a su vez explore los rendimientos potenciales.
Algo básico a tener en cuenta a la hora de sembrar es que los lotes sean bien drenados, que no se aneguen. “Es un cultivo rústico, pero no le gusta el encharcamiento”, señaló. La segunda medida a considerar son ciertos herbicidas, que pueden provenir del cultivo antecesor. “Hay que estar atentos a los preemergentes del cultivo anterior. Creemos que, con las precipitaciones de los meses de verano, otoño e invierno se lavan muy bien, así que no debería de haber problema”, dijo.
Asinari comentó que se le hace un cuestionario al productor, donde se pregunta qué cultivo antecesor tuvo y qué activos usó. “Estamos atentos a una aplicación posemergente que se pueda haber hecho en soja, en maíz, que tal vez acorte la brecha entre la aplicación y la siembra de camelina. Pero el año pasado sembramos 4.700 hectáreas y no tuvimos ningún problema”, destacó.
El integrante de Camelina Company indicó que “en todo momento llevamos la trazabilidad del cultivo”, porque el producto se destina al biocombustible, y para esto debe cumplir reglamentaciones específicas de la aeronáutica.
“Para trazar todo esto tenemos un equipo detrás de cada lote, asesorando a cada productor y tomando nota de todo lo que se vaya aplicando. El año pasado hicimos una fertilización defensiva, conociendo el cultivo y teniendo la experiencia de otros países en cuanto a reposición. Hoy la tonelada de camelina se lleva 10 kilos de azufre, 30 kilos de fósforo, 30 kilos de potasio y 40 kilos nitrógeno”, detalló.
Por eso, la empresa planteó “una recomendación básica de reposición, y en esta campaña, con ensayos y experiencia, nos animamos a un poco más de nitrógeno, entre 60 y 80 unidades; de 120 a 150 kilos de urea; y de 50 a 80 kilos de fósforo”, indicó. Y dijo que “si el cultivo se implanta bien, esas densidades objetivo compiten muy bien con las malezas”.
Además, indicó que enfermedades y plagas “tampoco son un problema por el momento”. De todos modos, no descartó que, en la medida que escale el área, puedan aparecer algunos problemas. “El año pasado tuvimos algunos lotes con ataques de pulguilla de colza, a fin de ciclo se ve algo de mildiu, pero nada preocupante. No tenemos umbrales de insecticidas ni de fungicidas, no vemos plagas ni enfermedades que afecten el rendimiento”, afirmó.
Una de las estrategias para la cosecha de camelina, considerando que tiene una semilla mucho más chica que las de colza y carinata, es ajustar el viento (de la cosechadora) al mínimo posible, porque sino se puede volar la semilla por la cola de la máquina. Por eso la camelina “se suele cosechar con algo de impureza, algo de cascarilla, pero es muy livianita”, comentó.
Se puede usar una cosechadora convencional y setearla a modo colza. La humedad recomendada es entre 6% y 8%, “allí ya entra en madurez fisiológica, en un color verde limón y termina marrón”, explicó. “Cuando las silicuas, que es el fruto, se tornan marrones, pierde humedad muy rápido; es muy fácil alcanzar esas humedades, y se puede cosechar a los tres o cuatro días”, agregó.
Variedades y mejoramiento genético
Asinari informó que en esta zafra tendrán dos variedades. “El año pasado también fueron dos, pero este año se reemplazará una, y trajimos una nueva, que creemos que tiene mayor potencial. Tenemos una variedad de ciclo medio y otra de ciclo medio-corto, pensando en ampliar las fechas de siembra, en sembrar más temprano, desde el 15 de mayo, y extendernos hasta los últimos días de junio o primeros días de julio”, explicó.
“Si se siembra en la fecha que está en el catálogo, se cosecha siempre antes del 15 de noviembre. Y la otra variedad igual, la única diferencia es que son distintos ciclos. Camelina se rige por sumas térmicas, a medida que va sumando grados, días en base cero, va avanzando en ciclo”, detalló.
También indicó que al ser una semilla chica, “se siembra entre 1 y 2 centímetros, entonces sabemos que también se va rápido esa humedad”.
Asinari consideró que el mejoramiento genético “es fundamental”. Informó que en Argentina tienen 20 variedades registradas, en Uruguay hay dos y se está registrando la tercera. “Tenemos todavía muchas en carrera para seguir trayendo. La genética viene desde Estados Unidos y Madrid, donde tienen base las empresas y están los bancos de germoplasma”, comentó.
Señaló que el enfoque de la selección está en los herbicidas. “Estamos trabajando en variedades tolerantes a ALS para los próximos años, para que el productor tenga alternativa, tanto en preemergencia como en posemergencia, para poder controlar malezas, o también evitar algún carry over”, adelantó.
También dijo que hay pisos y techos de rinde para seguir explorando, pero que en estas primeras etapas de desarrollo del cultivo “tenemos que hacer mucha escuela en manejo, de la mano con genética”.
El año pasado, en las 4.400 hectáreas que se cosecharon en Uruguay, el rinde promedio fue de 1.000 kilos por hectárea. “Era lo que buscábamos. Con nutrientes sabemos que podemos explorar rindes muchos más altos. Tuvimos medias de 1.400 kilos donde nos animamos a ir un poco más con nutrientes”, señaló.
En Argentina se han logrado rendimientos de 2.700 kilos por hectárea, y el promedio de la zafra anterior fue de 2.000 kilos. “Creemos que en Uruguay tenemos mucho potencial, porque tenemos agua, lo que faltó en la campaña pasada fueron nutrientes”, admitió.
Este año la empresa apunta a sembrar entre 15.000 y 20.000 hectáreas en Uruguay. Y en Argentina, donde el año pasado se sembraron 25.000 hectáreas, este año espera extenderse a 75.000 hectáreas. “Creemos que el cultivo tiene potencial, es un desafío para todo el equipo conseguir esas hectáreas. La demanda mundial es infinita para este tipo de aceites, y necesitamos expandir el cultivo lo más rápido posible”, comentó.
Biocombustibles: “un camino sin retorno”
“No tengo ninguna duda” de que la política de biocombustibles es un camino sin retorno, más allá de quién esté en el gobierno de Estados Unidos”, sostuvo el head regional de Oleaginosas de LDC para Latinoamérica Sur y Oeste, Fernando Correa. El ejecutivo consideró que “vamos a tener vaivenes, momentos en que los cambios de gobierno en Europa, Estados Unidos, Brasil y China –que dictan la dirección global– pueden generar algo de volatilidad, es ineludible”.
Analizó que en los últimos 10 años “hubo momentos de crecimiento, algunos con más y otros con menos fuerza, pero la tendencia siempre es súper clara. Así que si uno quiere proyectar a 20 años, que es lo que miramos como compañía, los cultivos sustentables como la camelina, así como el crecimiento de la demanda para biocombustibles, llegó para quedarse y para seguir creciendo”.
El año pasado fue la primera experiencia con el cultivo en Uruguay, el grano se molió en la planta de Cousa y se exportaron los subproductos de aceite a Neste, una de las principales empresas productoras de biocombustible de aviación. “Esto abrió las puertas para este tipo de aceite al mercado europeo, que es un hito para nosotros. El objetivo es producir más de 500.000 hectáreas entre los dos países de acá a cinco años. Es un crecimiento muy agresivo, pero creemos que a nivel productivo los países son capaces. A nivel estructura LDC puede desarrollarlo, y para atender a la demanda es poco”, planteó.
Correa señaló que “hay cada vez más aeropuertos a nivel global que exigen combustible de aviación sustentable en un porcentaje para cada flota de avión. Además de las empresas, que tienen sus propios objetivos”. Y después dijo que están los gobiernos. Este año Europa tiene como obligación el corte de 2% con combustible de aviación sustentable, y el objetivo es ir a 5% de acá a dos años.
“Cuando hablan de 5%, por ahí se considera que es muy poco, pero en cuanto a demanda de toneladas de aceite no hay camelina que pueda abastecerla. Mismo que no crezca como pensamos que podrá crecer inicialmente, sobra la demanda considerando los cortes que establecen los gobierno de Europa para el crecimiento que estamos proyectando en la región”, advirtió.
Además, dijo que la demanda “también puede surgir de cualquier otro sector que utilice combustible, como el marítimo”. Señaló que en Brasil la demanda de biodiesel es para todo el transporte pesado, en ese caso más enfocado en combustibles de grado uno, que son elaborados con aceites de soja y canola. Los combustibles de aviación y marítimo están más enfocados en los aceites de grado dos y tres, que “son los más sustentables”, porque “no compiten contra alimentos, ese es el valor agregado que tiene la camelina”, comentó Correa.
Remarcó que para LDC la sustentabilidad “es uno de los pilares sobre los cuales apalancamos el crecimiento y el avance en nuestra estructura de originación”. Sostuvo que en ese aspecto “siempre fuimos pioneros en la región, y esto nos llevó a explorar el cultivo de la camelina”. Subrayó que a nivel global LDC “tiene un claro mandato de no deforestar y trazar de punta a punta todos los cultivos que movemos y exportamos; creemos que es fundamental la estrategia de sustentabilidad para la región”.
Convocatoria a productores
LDC realizó un ciclo de jornadas sobre camelina en Durazno, Young, Dolores y Colonia Valdense, donde se convocó a los productores que sembraron el cultivo el año pasado y también a quienes tengan interés en conocer más sobre camelina.
“El año pasado se sembraron unas 4.700 hectáreas en Uruguay, quedamos muy conformes con el área, incluso teníamos más superficie para sembrar, pero debido a la oferta de semillas no pudimos hacer más”, comentó a VERDE el líder comercial de Macro Seed –la marca de semillas de LDC– en Uruguay, Luis Morales.
Agregó que el balance “fue muy positivo”, porque el cultivo “entra muy bien en la rotación, por tratarse de una especie de ciclo muy corto, que este año la estamos recomendando a partir del 15 de mayo, con ventanas de siembra hasta fines de julio”. Recordó que el año pasado “nos jugó a favor la fecha de siembra, por el retraso en la cosecha, y no fuimos a siembras de julio, incluso en agosto. Logramos rindes promedios de 1.100 kilos por hectárea, que fue parte de lo que presupuestamos”. Para este año se aspira a mayores rindes, con nuevas recomendaciones de fertilización y más datos generados de la experiencia de 2024.
El objetivo de LDC es intentar llegar a 15.000 o 20.000 hectáreas este año, y que el cultivo empiece a conocerse cada vez más en el país. La condición comercial está atada al mercado de la soja en Chicago, en la posición enero 2026, más US$ 50 de premio. “Después hay premios por volumen, de acuerdo al nivel de toneladas que se hagan. Hicimos una escala de 100 a 200 toneladas con US$ 10 de premio por tonelada, y más de 200 toneladas con US$ 20. El plazo de fijación de precio es hasta el 20 de diciembre, y el volumen máximo para fijar precio previo a la cosecha es de 400 kilos por hectárea. El recibo es en Montevideo, en Tres Bocas y Nueva Palmira”, detalló.
La semilla, que se importa de Argentina, es otorgada sin costo al productor, ya curada y con un bioestimulante. “Hay un interés notorio de los productores, más que nada por las características agronómicas, que son tres. La primera es el ciclo corto, que permite una siembra de soja en fecha de primera. La segunda son las heladas en estado vegetativo, el año pasado tuvimos 10 heladas consecutivas en ese período, con dos hojas, y no le impactó para nada. Y después el bajo costo, que es de US$ 400 o US$ 420 por hectárea, mientras que los demás cultivos tienen costos mayores”, detalló Morales.
La industria ubicada en Juanicó, Canelones, tiene 133 empleados y espera la autorización de registros en el país vecino para iniciar su actividad en mayo, ofreciendo 10 productos.
La empresa uruguaya de agroquímicos Proquimur comenzará a operar en Brasil, una de las principales potencias de la agricultura mundial, anunció a VERDE el director comercial de la compañía, Antonio Bazzino. “A partir de mayo tendremos estructura comercial, que estará liderada por Juan Manuel Ugarte, junto a un gerente comercial, que cuenta con experiencia en el desarrollo de mercado de fitosanitarios en ese país”, detalló.
El ejecutivo acotó que “adquirimos el registro de un producto de una empresa brasileña que tiene a Proquimur como formulador y, ni bien se transfiera, podremos comenzar con la actividad comercial”. A la vez, “estamos esperando la autorización de otros registros”, y en una primera instancia “contaremos con 10 productos en nuestra oferta”, informó.
En el ejercicio 2025-2026 “estaremos iniciando la actividad comercial en Brasil con registros propios, lo que será una cosa muy buena para Proquimur”, consideró. La empresa está ubicada en Juanicó, Canelones, emplea a 133 personas y cuenta con más de 40 años de trayectoria.
Bazzino indicó que la estrategia de introducción al mercado brasileño “estará basada en grandes distribuidores y con los pies sobre la tierra”. Si bien “sabemos que es un mercado que puede tener una gran demanda, eso implica determinados riesgos”, por lo cual “seremos muy medidos con las ambiciones, y lo haremos de manera firme, sin sumar riesgos”, sostuvo.
En tal sentido, dijo que “queremos participar de ese mercado, y llevamos muchos años preparando esta llegada, pero lo haremos como se ha hecho en otros mercados importantes”.
Informó que hoy la capacidad industrial de Proquimur permite afrontar el desafío que marca Brasil, y para algunos productos, como los hormiguicidas, que puede ver incrementada su demanda, se está desarrollando un proyecto de ampliación industrial.
“Ojalá que las oportunidades del mercado nos inviten a tomar riesgos en materia de producción, que lleve a nuevas inversiones para crecer”, expresó.
Para Proquimur la exportación durante el ejercicio 2024-2025 tuvo un comportamiento “muy bueno” en términos de volumen, participación y nuevos productos, indicó Bazzino.
Paraguay y Argentina
Proquimur exporta el 40% de su producción. Opera de manera consolidada en Paraguay, y continúa creciendo en Argentina, con las dificultades de ese mercado, pero con buenas expectativas. Con la liberación del dólar, a priori, se espera que se terminen de cobrar las cuentas generadas antes de la asunción de Javier Milei, por lo cual “es una buena noticia”.
Indicó que en el actual período de gobierno en Argentina también hubo algunas situaciones complejas para la cobranza, pero más vinculadas con el comportamiento del propio mercado, y no con cuestiones de acceso a los dólares para poder pagar.
El sector de los insumos en Argentina atraviesa una situación desafiante, generado por los cambios económicos registrados y por cuestiones propias del mercado. En ese contexto, Bazzino sostiene que “puede haber oportunidades” para una empresa como Proquimur, como para cualquier empresa industrial uruguaya que quiera participar de mercados importantes.
“Hoy Argentina para nosotros es un mercado muy importante, y ojalá logre consolidarse y tener tranquilidad para trabajar, que es una de las cosas que se destacan de Uruguay”, comentó el ejecutivo.
Mercado uruguayo
Bazzino consideró que es un momento “para tener mucha cautela, debemos ser pacientes, porque vivimos un escenario muy volátil”. Dijo que se espera cerrar un “buen año” agrícola, que había comenzado de manera “muy difícil”. Planteó que “lo más importante es que el productor pueda culminar con buenas cosechas y buenos niveles productivos, porque eso genera cambios de cara al futuro, desde el ánimo hasta la planificación, que impacta en el dinamismo del negocio”, afirmó.
El ejercicio 2024-2025 tuvo precios “sensiblemente más bajos” para los agroquímicos, de entre “15% y 20%” frente a los registrados en el ciclo precedente. “Las empresas de agroquímicos tuvimos que trabajar con precios muy bajos y en muchos casos con inventarios comprados a valores más altos. Hubo momentos que para participar del mercado hubo que adecuarse y resignar dinero. Fue un año complejo. Si bien se esperaba una reacción en los precios, eso no pasó, lo que puede haber generado alguna situación preocupante en el sector”, señaló.
En el caso particular de Proquimur indicó que “cerraremos un buen año”, con las características propias que tuvo el sector de los fitosanitarios. Para llegar a los valores de facturación de 2023-2024 “se tenía que vender más volumen, porque la baja de precios fue muy importante”, puntualizó.
La zafra de verano registró “ventas similares” a las de campañas anteriores, “salvo algún fungicida puntual, que tuvo mayor participación”, indicó. En invierno “hubo menos ventas”, porque los cultivos tuvieron un “muy buen comportamiento sanitario”.
A su vez, “la venta estuvo contra la demanda de uso, una situación distinta a la registrada en años anteriores”, acotó el director comercial de Proquimur.
Los precios
Por el momento, la guerra arancelaria “no ha generado reacción en los precios” a nivel general, y “aun no hay un análisis claro” de cómo repercutirá en el mercado. Desde las compañías chinas “se marca la necesidad” de una reacción en los precios, porque a nivel industrial “no se puede trabajar” con los actuales valores.
Bazzino indicó que hubo movimientos en los precios de algunos productos, como el Clethodim, que presenta inconvenientes de disponibilidad en el mercado, pero “no podemos saber si será firme y permanecerá en el tiempo”, comentó.
También dijo que los valores de los fitosanitarios a nivel global responden al escenario existente de oferta y demanda. Luego del Covid, en China se amplió la capacidad de producción de agroquímicos para generar mayores recursos y en el mundo bajó la demanda. “Las empresas están con inventarios más cortos, lo que ha provocado un sobrestock de productos, que lleva a una depresión de los precios”, puntualizó.
Se está hablando de acuerdos entre fabricantes de determinadas moléculas, también de industrias que han bajado su producción y, a la vez, aparecen las exigencias ambientales del gobierno chino, que generan que algunos fabricantes tengan que limitar los volúmenes producidos. “Hoy no hay nada que permita augurar una situación clara, que lleve a una recuperación de los valores”, explicó.
El director comercial de Proquimur comentó que estuvo en China en marzo, y en ese momento “hablaban de lo bajo que estaban los fletes y que a partir de mayo o junio podrían comenzar a subir”. Ahora, con la guerra comercial, “los fletes marítimos seguramente bajen sus cotizaciones”, analizó. De todos modos, admitió que el panorama “no está claro, ni firme, salvo en moléculas puntuales”.
Se alcanzaría si Uruguay explotara todos sus recursos al máximo, señaló el consultor Diego Varalla, director de Apeo; planteó que se puede marcar 75% o 78% de terneros
El producto bruto agropecuario de Uruguay aumentaría de US$ 4.800 millones a US$ 6.600 millones si se explotaran todos sus recursos al máximo en forestación, agricultura y pasturas, señaló el consultor Diego Varalla, director de Apeo, aunque admitió que esos máximos difícilmente se puedan lograr.
Durante su participación en la jornada Angus Day, organizada por la Sociedad de Criadores de Aberdeen Angus del Uruguay el lunes 17 de marzo, explicó que este potencial del uso del suelo se desprende de un análisis estático, donde las relaciones de precios no cambian.
Destacó que Uruguay tiene potencial agroecológico para crecer en agricultura, pasturas y forestación, que son los rubros que generan más producto bruto por hectárea respecto a un sistema ganadero tradicional, sobre campo natural. “Así como en 1970 parecía inviable tener la superficie de pasturas, agricultura y árboles que tenemos hoy, en 2025 podemos pensar en que tenemos ese potencial para crecer y podemos llegar. Lentamente Uruguay viene transitando el camino de la intensificación de sus recursos”, valoró.
Ganadería
Uruguay produce 88 kilos de carne por hectárea en promedio, y aplicando las tecnologías actuales, sin modificar el uso del suelo, puede llegar a 108 kilos por hectárea, que significa un aumento del 22%, afirmó Varalla. Y planteó que aumentando los niveles de producción “hay lugar para todos”, en referencia a la exportación en pie, a la faena, a la agricultura y a la forestación.
También afirmó que en Uruguay se puede marcar 75% o 78% de terneros, que son los niveles que alcanzan las empresas que integran la Federación Uruguaya de Grupos Crea (Furea). Aseguró que en Uruguay “hacer las cosas bien paga”, y que hay una transferencia de precios “casi perfecta” entre los diferentes eslabones de la cadena cárnica.
El ingeniero agrónomo recordó que desde 1995 el peso promedio de las vacas en Uruguay aumentó de 400 a 465 kilos. En aquel entonces había una gran variabilidad en las preñeces pero, a partir de la habilitación de la exportación de ganado en pie y con la adopción de tecnologías como el destete precoz y el destete temporario, el porcentaje de marcación creció y luego se estabilizó en 67%.
También señaló que hace 20 años los fenómenos climáticos afectaban mucho más el resultado de las preñeces, y valoró que subieron los mínimos de marcación.
Relaciones de precios
Varalla graficó el equilibrio de las relaciones de precios al señalar que el valor que recibe el productor por el ganado gordo está apenas US$ 0,03 por kilo por debajo del que debería y, por lo tanto, lo consideró “genuino”. Así como el ternero, que está US$ 0,07 arriba de su relación con el novillo gordo. “Está apenas inflado, considerando la coyuntura de abundancia de pasto”, dijo. También analizó que el escenario de precios marca que los criadores deberían ir absorbiendo los campos de los invernadores ineficientes.
Agregó que “es súper seguro” tener 30% o 40% del área con pasturas mejoradas en Uruguay, y afirmó que “los precios no te van a hacer echar para atrás”. Analizó que por esa razón aumentó el área de pasturas en el país, porque “el productor es inteligente”.
Las variables de mayor impacto
Varalla se refirió a cinco variables que considera como las de mayor impacto en la cría. La primera es tener más vacas de cría por hectárea; la segunda es que al criador “lo que le mueve la aguja es la cantidad de kilos de vaca que vende”; en tercer lugar se refirió al porcentaje de marcación; en cuarto lugar al precio del ternero; y como quinto punto indicó el precio de la ternera.
Sobre el primer punto, valoró que el número de vacas entoradas por hectárea creció, a pesar de que el sector perdió un área importante frente a la forestación y a la agricultura. Señaló que hoy se entoran 0,34 vacas por hectárea, cuando hace 20 años eran 0,20 vacas por hectárea.
A propósito del segundo ítem, dijo que “hay que estar más contento porque la vaca vale US$ 2 que porque el ternero vale US$ 3,15”. Explicó que el 59% de los kilos que vende un sistema criador con 80% de preñez corresponde a vacas y, por lo tanto, “cuanto más sube el precio de la vaca, más impacta en el sistema criador”, remarcó.
Salida de machos del sistema
El 57% de los machos que salen del sistema ganadero se va a faena, 20% a corrales, 20% para la exportación en pie y 7% muere en el predio. En total son 1,5 millones de cabezas.
En los últimos años se encontraron oferta y demanda, con 2,8 millones de terneros, obteniéndose 67% de marcación con 4,2 millones de vacas de cría. Varalla analizó que si la marcación fuera del 75% se necesitarían 3,75 millones de vacas de cría.
Los activos y su valorización
El 75% del activo de una empresa ganadera es la tierra, el 20% la hacienda y 5% el capital efectivo para funcionar. El valor de la tierra se compone del mercado y también por el valor operativo. En los últimos 10 años la valorización de la tierra fue 0%, y esto hace que el resultado operativo sea importante. Pero también señaló que en los últimos 20 años la tierra tuvo una valorización anual promedio de 9%.
El promedio de rentabilidad móvil de la tierra es de 7% en 10 años, desde la década de 1970. En esos 50 años el negocio por tenencia en general es mayor a cero y menor a 7,5%.
Por otra parte, considerando los resultados por tenencia, la valorización del ganado en los últimos 10 años fue de 5,6%. El valor del stock criador en Uruguay crece al 7%, mientras que el de la hacienda –en general– crece a una tasa de 5% anual.
Varalla analizó que cada vez hay menos vaquillonas de más de 2 años y más de 1 a 2 años. Y señaló que la eficiencia de la recría y la demanda de los corrales hicieron que la estructura de hembras jóvenes sea mayor.
El ingeniero agrónomo comentó que en Uruguay el 50% de los entores se realizan en hembras de 3 años, pero enfatizó que la cría tiene mejor resultado económico si se entoran hembras más jóvenes, aún considerando los costos de suplementación.
También subrayó que preñar más genera un mayor resultado económico en las empresas criadoras. En tal sentido, aconsejó a recriar mejor, entorar más temprano y preñar más.
Aprendizajes
El consultor también se refirió a los aprendizajes en estos años de trabajo con las empresas que asesora Apeo. El primero fue que a mayor producción de carne, mayor margen bruto. El otro fue que más pasturas equivalen a mayor producción. El tercero, que el agua en la parcela también permite aumentar la producción. Y el cuarto, tener un sistema ganadero definido.
Sobre este último punto, explicó que no es necesario andar atrás de los precios de compra o de venta, sino que es más importante “cosechar mejor el pasto”.
Detalló que el valor del kilo producido es de US$ 2, “de los más altos de la historia, pero no puedo dejar de producir porque hay relaciones de precios justas con la carne”. Insistió en que a más producción de carne, mayor es el margen bruto, algo que lo demostró Giprocar, lo confirmó Fucrea y también Apeo.
“Siendo el gurú del mercado no logras sistemáticamente resultados altos. La variabilidad está en producir más, de manera eficiente, cosechando pasto”, subrayó.
El director de Apeo analizó que algo que está pasando es que “el ingreso de capital no da para todo”, y “por eso el crecimiento es lento”. Y sostuvo que “el 92% de la variabilidad del precio de la tierra depende del producto bruto que generamos”.
“No quedó equipo sin funcionar” en esta zafra de verano para regar las chacras, dijo a VERDE el gerente de la división riego de Corporación de Maquinaria, Felipe Lecueder
La utilización de sistemas de riego en las chacras pasó a jugar un papel clave en la producción agrícola uruguaya, con resultados significativos en la cosecha, que fueron favorecidos por el factor climático y otros aspectos. “Todos los años son diferentes, y se plantean de forma diferente”, dijo a VERDE el gerente de la división riego de Corporación de Maquinaria, Felipe Lecueder.
Señaló que una vez más la zafra inició “registrando riegos significativos en cultivos de invierno, en primavera se presentaron secas por momentos, o después de alguna aplicación de fertilizantes, donde se utiliza el sistema de riego para generar ese plus” de productividad.
Y después, en la zafra de verano, al considerar los resultados y los balances hídricos, “se notaron claramente los cultivos regados en diciembre y enero”, que fue el foco de las necesidades de riego, “sobre todo en maíz de primera, que es lo que está dando “mayores diferenciales de rendimiento”, destacó.
Al respecto, Lecueder dijo que el rinde del cultivo de primera regado ha obtenido “entre 7.000 y 7.500 kilos por hectárea de diferencia” en comparación con el maíz de secano. Puntualizó que esos son los “datos preliminares que tenemos de rendimiento de una cosecha que se está desarrollando en estos días”.
“Por cómo se presentó el año y los registros de lluvias, esta fue de las zafras en que los cultivos se regaron muy bien, y que el período crítico coincidió con una época de pocas lluvias, que es cuando se registran los mayores diferenciales de rendimiento”, explicó.
Y comparó que eso “no ocurrió en soja de primera y de segunda, ni en maíces de segunda, porque se registraron lluvias importantes y muy importantes, sobre todo en febrero en el litoral-sur del país. Eso permitió que los cultivos tengan el excelente estado que hoy vemos en el campo, tanto en las chacras con riego como sin riego. Esto permite avizorar una muy buena cosecha”.
Pero señaló que en soja “no hay tanto diferencial de rendimiento entre cultivos regados y no regados”.
Consultado respecto a si todos los sistemas de riego independientemente de la zona tuvieron que ser utilizados o alguna región pudo sortear esta situación climática en parte del verano, Lecueder respondió que “todos los sistemas fueron utilizados en esa época, que es la de mayor demanda atmosférica y de los cultivos”.
“No quedó equipo sin funcionar en ese momento, y fue la época más crítica de la zafra, donde realmente no se podía parar de regar”, sostuvo.
Tecnologías combinadas
En cuanto al grado de utilización de esta tecnología, el técnico de Corporación de Maquinaria comentó que “no se registran grandes volúmenes de riego en términos de milímetros aplicados totales”, específicamente en el litoral, donde llovió en febrero.
Eso permitió que “los maíces tengan entre 250 y 300 milímetros regados”. Señaló que “no hay valores tan altos milímetros regados en la zafra”, porque “se pudo compensar con un febrero más lluvioso, en un momento clave y concentrado del período de cultivo”.
Entre los principales beneficios del riego, Lecueder valoró la importancia de “tener la seguridad de contar con el agua cuando más se la precisa”, considerando que “a veces la rotación y la lógica productiva de cada campo hace que haya más componente de maíz de primera o doble cultivo en algunos sistemas”.
“Independientemente de eso, y de cómo se presente la zafra y cuándo caigan los períodos más lluviosos o más secos, lo importante es contar con una herramienta que permita asegurar determinada fecha de siembra, ser más eficiente en la aplicación de algunos fertilizantes a través de los equipos, o por la posibilidad de aplicar una orilla y después regar”, planteó.
Lecueder dijo que “hay un montón de tecnología de cultivo asociada”, que al estar “combinadas” permiten “explorar potenciales” que hoy los productores agrícolas están recogiendo en el campo.
Todo eso supone una ganancia en resultados económicos y productivos, pero también en conocimiento para quienes se dedican a la agricultura, sin olvidar la necesidad de mejorar en la productividad de los cultivos.