15 Años

La agricultura concentra el mayor incremento en ventas de gasoil

15 de marzo de 2023

La demanda de este combustible creció 5,9% en 2022 y superó 1 millón de metros cúbicos por primera vez en la historia; en 2021 ya se había incrementado 9,4%

La diferencia entre el volumen anual de ventas de gasoil en zonas cerealeras y Montevideo pasó de unos 114.500 metros cúbicos en el período de 2010-2019 a casi 200.000 metros cúbicos en los últimos dos años (2021-2022), según un análisis realizado por el equipo de trabajo del vicepresidente de Ancap, Diego Durand, solicitado por VERDE para su edición especial 15  años.

La información indica que se amplió el margen de comercialización de gasoil entre el subsector del agro que más demanda ese combustible (cerealero y oleaginoso) y el que se vendió en la capital del país, al comparar esos lapsos. En los últimos 15 años Montevideo pasó de demandar el 34% del gasoil total a 22%. 

El empuje y el dinamismo de la producción granelera que se registró en el campo uruguayo en los años recientes derivó en una creciente demanda del principal combustible, que es empleado en la maquinaria agrícola y en el transporte de productos. El mayor flujo de camiones en las rutas y en la caminería rural, así como el incesante movimiento de tractores, cosechadoras y otras maquinarias, impulsó las ventas de gasoil.

El incremento de las ventas anuales de ese combustible en la región caracterizada por la producción de cereales y oleaginosos fue de 24,5% si se compara el promedio anual de comercialización de ese combustible entre 2010 y 2019 (275.426 metros cúbicos) y el promedio anual de 2021 y de 2022 (342.825 metros cúbicos), conforme con la información proporcionada por la empresa estatal.

Además se señala un aumento del promedio anual de las ventas de gasoil en 2021 y 2022 en áreas agrícolas, de unos 67.399 metros cúbicos en comparación con el promedio anual en los 10 años anteriores.

Considerando la demanda de gasoil en la actividad forestal las ventas aumentaron de 92.989 metros cúbicos entre 2010-2019 a 114.305 metros cúbicos en los últimos dos años, lo que representa un 23% de incremento, según muestra la información de la estatal. 

En las últimas dos décadas el tráfico de camiones con madera y otros productos forestales se tornó casi una constante, especialmente en ciertas zonas del territorio cercanas a los puertos de exportación o a las plantas de pasta de celulosa, en los departamentos de Colonia y Río Negro.

En otras zonas donde se localiza uno de los tradicionales rubros agrícolas, como el arrocero, también hubo un incremento en la demanda de gasoil, que fue de 16,4% al comparar los períodos de 2010-2019 y de 2021-22. Los datos de Ancap indican que en el primer período el promedio de ventas de ese combustible fue de 47.258 metros cúbicos y en el segundo subió a 55.013 metros cúbicos.

En la zona hortifrutícola el incremento pasó de un promedio anual de 145.260 metros cúbicos a 158.176 metros cúbicos, lo que significa un aumento de 9% al comparar los períodos considerados (2010-2019) y (2021-22).

Un dato significativo respecto a la diferencia de mayor volumen de ventas de gasoil, considerando el rubro agropecuario, es que en la producción lechera el aumento fue de casi 50%, ya que el volumen comercial de ese combustible pasó de 42.865 metros cúbicos a 62.950 metros cúbicos. Los datos también muestran que en el caso de las zonas de predominio ganadero el aumento de la demanda de gasoil en el comparativo de períodos considerados fue de 5%.

La comercialización de gasoil en Montevideo registró una disminución de 11% y llegó a 142.941 metros cúbicos en el promedio anual de los últimos dos años respecto al período de 2010-2019. Los datos advierten una tendencia a la reducción del consumo capitalino de ese combustible, considerando el volumen comercializado entre 2010 y 2022.

Departamentos destacados

En 2020, durante la pandemia del Covid-19, las ventas de gasoil en algunos departamentos caracterizados por la concentración de actividades agropecuarias registraron un aumento significativo respecto a 2019. Esto ocurrió en Tacuarembó, donde la demanda de ese combustible se incrementó 24% al comparar esos años; algo similar sucedió en Florida, donde la demanda aumentó 20%; y en Durazno el consumo de gasoil creció 22%, según el trabajo de Ancap.

Sin embargo, en Soriano las ventas de gasoil bajaron 3,4% en 2020 respecto al año anterior, mientras que en 2021 aumentaron 2,7%. En Tacuarembó el incremento de la demanda en 2021 fue de 15,3%; 19% en Durazno; y 16% en Florida, en relación a 2020.

Las ventas de gasoil volvieron a repuntar en Soriano en 2022, con un incremento de 7% respecto al año anterior, pero hubo una disminución en los otros tres departamentos: Tacuarembó 6%; Florida 1,8%; y Durazno 5,1%.

Si bien en esos departamentos hay producción cerealera, hay otras actividades que tienen un fuerte peso, principalmente la ganadería, la lechería y la forestación; y en el caso de Tacuarembó se suma la producción arrocera.

A propósito de departamentos arroceros, los datos de la empresa estatal revelan que en 2022 hubo un incremento en las ventas de gasoil en Cerro Largo (23%), Rocha (22,5%), Treinta y Tres (19,4%), Artigas (19%) y Lavalleja (9%), respecto a 2021.

En Montevideo las ventas de gasoil cayeron 10% en el primer año de la pandemia (2020), y en los años siguientes se incrementaron (8,3% en 2021 y 4,2% en 2022).

La demanda agrícola

Al rememorar los 15 años de la publicación de VERDE puede repasarse la evolución de la agricultura en Uruguay. En ese momento comenzó a notarse que el área destinada a la producción de granos tendía a expandirse, con incidencia en la demanda de gasoil para la maquinaria y el transporte de la producción. Un dato elocuente proporcionado por Ancap al respecto es que la venta de gasoil aumentó 18% en ese período. En 2008 se comercializaron 875.900 metros cúbicos y en 2022 se llegó a 1,03 millones de metros cúbicos.

Trayectoria de la soja

La soja es el principal cultivo agrícola en superficie de siembra. En la zafra 2007/08 ocupó 515.000 hectáreas; al año siguiente pasó a  635.700 hectáreas; y en la zafra 2010/11 superó 1 millón de hectáreas, alcanzando el registro de 1,08 millones de hectáreas (Mhas), según datos de la Asociación Uruguaya para la Protección de los Obtentores Vegetales (Urupov). 

En las zafras posteriores la superficie de la oleaginosa siguió en alza, llegando a 1,11 Mhas en 2012/13; a 1,36 Mhas en 2013/14; y en la siguiente zafra marcó el máximo histórico de 1,5 Mhas.

Ese dinamismo significó un aumento de la cantidad de camiones para transportar los granos hacia los puertos de salida de las exportaciones, además del funcionamiento de tractores, sembradoras, cosechadoras y otras maquinarias agrícolas, que dispararon la demanda de gasoil.

El precio récord de la soja fue de unos US$ 680 por tonelada, registrado en agosto de 2012 en la Bolsa de Chicago. Y así como impulsó la producción de ese grano, la posterior baja de su valor, entre otros factores, derivaron en una menor actividad en los años siguientes.

Pese a ello, la superficie de siembra del denominado “oro verde” en el agro uruguayo se mantuvo por encima de 1 millón de hectáreas. Los datos de Urupov dejan en evidencia que tras un primer bajón a 1,2 Mhas en 2015/16, el área tuvo un incremento en la zafra siguiente con 1,26 Mhas.

La producción sojera volvió a retroceder en área, con unas 200.000 hectáreas menos en la zafra 2018/19, manteniéndose en ese nivel en la zafra siguiente, cuando se sembraron 1,08 Mhas, según los registros de Urupov.

Luego de bajar a 1,07 Mhas en 2020/21 la superficie destinada a plantar soja se empezó a recuperar en los años posteriores, con 1,16 Mhas en 2021/22 y 1,2 Mhas en la 2022/23.

Otros granos

Pero otros granos también ganaron espacio en la agricultura local durante este período, acompañando el dinamismo de la oleaginosa, como sucedió con el trigo, la cebada, y más recientemente de la colza. El área sembrada con esos cultivos tuvo algunos altibajos en los últimos 15 años. Principalmente el trigo, que marcó picos de 476.000 hectáreas en 2008, de 546.000 hectáreas en 2009 y de 631.000 hectáreas en 2011, según Urupov.

Tras el registro de 533.000 hectáreas en 2013, la superficie de siembra de ese cereal entró en una fase de caída, con un mínimo de 197.000 hectáreas en 2017. En las zafras siguientes superó las 200.000 hectáreas, y en la de 2022 marcó 262.000 hectáreas.

En el caso de la cebada la evolución del área sembrada muestra registros de casi 130.000 hectáreas en 2008/09 y de 140.000 hectáreas en 2009/10, y después fue prácticamente un sube y baja con un mínimo de 62.000 hectáreas en 2010/11 y años en los que se varió entre 71.000 hectáreas (2013/14) y 190.000 hectáreas (2016/17), según datos de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA).

En los años recientes ese cultivo ganó dinamismo, para llegar a tener una superficie de siembra de 185.000 hectáreas en 2020/21, luego subir a 224.000 hectáreas en 2021/22, aunque en la zafra 2022/23 se ubicó en 211.002 hectáreas.

La colza fue otro protagonista relevante de la producción agrícola, principalmente en los últimos años, cuando el área de siembra registró una tendencia creciente. De 16.000 hectáreas plantadas en 2014/15, la superficie sembrada trepó a más de 100.000 hectáreas en 2019/20 y marcó un récord de 348.000 hectáreas en 2022/23, según los registros de DIEA. 

La producción arrocera es una de las actividades más demandantes de gasoil y mostró signos de reactivación en la zafra 2021/22, con 152.000 hectáreas, tras un período de achique del área de siembra que tocó un mínimo de 139.000 hectáreas en 2020/21.

La Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA) afirma que la superficie sembrada fue algo mayor a la calculada por DIEA en la zafra 2021/22, con 163.800 hectáreas en 2021/22, mientras establece que la menor fue en 2019/20, con 136.616 hectáreas.

Ese tradicional cultivo agrícola de Uruguay alcanzó máximos históricos de área sembrada en 2010/11, llegando a 195.000 hectáreas, y de 174.000 hectáreas en 2011/12, para posteriormente reducir el área de siembra.

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