El rol del corral como destino de los granos y acelerador de la ganadería
El asesor Juan Domenech analizó la evolución de ese sistema de producción, que tuvo como impulso el negocio de la cuota 481 y el papel protagónico de los frigoríficos
La evolución de los corrales de engorde como sistema de producción que hizo más eficiente a la ganadería, al tiempo que se convirtió en un destino importante de la producción de granos, con el papel protagónico de la industria frigorífica, fue analizado por Juan Domenech, asesor en producción intensiva de carne, directivo de la Asociación Agropecuaria de Dolores y director de Campo Shop.
Domenech comenzó su análisis diciendo que en el año 2007 “las dimensiones de los corrales eran mucho menores a las de hoy. Dietas y manejo se tomaron de otros países, como Argentina, pero con la diferencia que acá se utilizaba mucho sorgo, la dieta era más ineficiente que la de hoy. Luego “se empezó a usar mucho más maíz y las eficiencias se ubicaron de 7,5, 8, 8,5 a 1 (kilos de alimento para producir 1 kilo de carne), dependiendo de la categoría. No solo era un tema manejo, sino que fue cambiando el negocio, que hasta ese entonces era de cambio de categoría, y cuanto más kilos entraban mayor categorización del precio se daba a esos kilos”, explicó.
La cuota 481
Domenech recordó que “cuando apareció la cuota 481 cambió el negocio y fue donde se empezó incorporar el maíz, por la exigencia de calorías”. Además, señaló que “la cuota le dio previsibilidad de precios al negocio”.
A propósito, sostuvo que “en lugar de especulaciones” y de ser un negocio de cambio de categoría, “se empezaron a hacer negocios en donde había un precio a futuro y se hicieron más inversiones. Los corrales empezaron a crecer, también los corrales de la industria, y comenzaron a bajar los precios de los granos”.
Domenech agregó que, eventualmente, en años como el 2010, los granos de invierno se destinaron al uso forrajero, “porque perdieron calidad”. Recordó que se usó mucho trigo en las dietas de ese entonces. “El quiebre de precios ocurrió en la zafra 2014/15, sobre todo en la soja”, motivó que el agricultor tuviera que valorizar sus granos en carne. Ese fue un catalizador y hubo un incremento de los corrales de agricultores”, señaló.
Así “aparecieron muchos agricultores para transformar los granos en carne, con todos los beneficios que esto tenía para el país. Con un corral, los maíces de segunda se podían cosechar bastante antes, sino tenías que esperar hasta setiembre para cosecharlo”, recordó.
Bienestar animal
Domenech admitió que “el bienestar animal está muy sobre la mesa y ha evolucionado, sobre todo, dentro del corral, para darle confort a los animales, con los metros que necesitan”. Agregó que “hoy los corrales ya tienen una guía del metraje cuadrado que deben tener los animales para estar bien, y que no se genere el problema de barro que se da en invierno, porque la mayoría son a cielo abierto”.
También destacó la mejora de los corrales, tanto en verano como en invierno, porque “todo el mundo hace mantenimiento, no solo por bienestar animal sino porque al mantener los corrales durante el año se gasta menos”.
Recordó que “hace 15 o 20 años atrás los encierros eran muy estacionales, eran más de otoño, invierno y primavera, pero en verano ya no había casi animales encerrados. Eso evolucionó, y hoy se ven encierros continuos, que no paran, y durante el verano se les da cada vez más sombra dentro de los corrales”. También destacó que “hay regadores”, para refrescar al ganado”, y que se utiliza “más o menos 1,5 metros cuadrados de sombra por animal”.
Capitalizar el estiércol de los corrales
Consultado sobre cómo ha evolucionado el manejo de residuo de los corrales, cuando también se comienza a utilizar el biofertilizante en las chacras, Domenech dijo que “estamos con un seguimiento y ensayos, poniéndole bastante número al uso del estiércol de los corrales en las chacras. Muchos productores lo vienen utilizando sin tener el número exacto, porque se dan cuenta que sirve mucho”.
Comentó que antes el estiércol “era un gran problema”, pero “hoy ya no se lo ve como un problema, porque es un mejorador del campo. Es un fertilizante orgánico, con mucha materia orgánica, y los productores ya se han dado cuenta de todo su aporte; también por eso se hace un mantenimiento mucho más periódico”.
Domenech confirmó que el uso de estiércol de corral permite economizar en fertilización química, pero aclaró que todavía falta un poco de formación de los contratistas en este tipo de aplicaciones, porque “es lo más engorroso de todo esto”.
A propósito, agregó que es “muy voluminoso y no dan abasto, porque el tiempo para hacer esa aplicación en el barbecho es muy corto. Capaz que está faltando un poco de infraestructura, o que los corrales empiecen a comprar esas máquinas”.
Planteó los ejemplos de países donde este aspecto ha avanzado. “Si vas a Estados Unidos ves que todos los corrales tienen uno, dos o tres camiones estercoleros; en Argentina todos los corrales grandes tienen estercoleras y dan servicio a los vecinos que le compran por kilo; y en Brasil se vende, hay un mercado muy interesante”, destacó.
Capacidad estática y el futuro
Domenech estimó que la capacidad estática de los corrales en Uruguay “está en 291.000 cabezas, casi un 30% es de la industria”.
Sobre el futuro de esta herramienta, el asesor dijo que el sistema “vino para quedarse” y que “la prueba es que ha crecido muchísimo”. Señaló que el corral es una gran herramienta para enfrentar una seca dentro de un establecimiento ganadero, ya que permite “utilizar mucho mejor las pasturas, manejando carga, para poder preñar mucho más vaquillonas y vacas de segundo entore”.
Y agregó que también es “una herramienta para la industria”, que “es la pata más grande de los corrales”. A propósito, sostuvo que “los corrales más grandes que hemos visto en el mundo son o pasaron a ser de la industria. Para mí el ganado va a ser de la industria, después van a quedar los corrales de una estancia o el agricultor, que va a transformar el grano en carne. En algún momento le servirá transformar el grano en carne y en otros, como hoy, podrán vender el grano a buenos precios”.
También consideró que “el corral de los agricultores puede pasar a ser una herramienta para la industria. ¿Te imaginas el corral de un agricultor cuando hay precios interesantes para la carne y bajos precios para los granos? Allí hay una valorización de la producción agrícola”. Y por otra parte, cuando los precios de los granos son altos, “podrá brindar servicios para la industria” con el corral, dijo.
Demanda importantísima
Domenech consideró que toda la capacidad estática de los corrales ya “genera una demanda importantísima, de una categoría que ya es súper interesante para producir a pasto, que necesita llegar a 350 kilos, como mínimo, porque las carcasas que se piden son cada vez más pesadas”. Consideró que el sistema “se tendrá que seguir profesionalizando”, y que “va a haber más demanda de esa categoría de muy buen peso para llevar a pasto, incluso suplementando. Al haber demanda habrá buenos precios por esa categoría”.
Domenech recordó que hace 10 o 15 años “nos pedían un mínimo de 240 kilos” de carcasa para la exportación de carne. “Cuando empezamos a encerrar vaquillonas, hace 14 o 15 años, probamos un poquito para el abasto y mercado interno y obviamente eran carcasas de 200 kilos, de menos de 200 kilos. Después empezamos a dejar vaquillonas para la exportación, llegando a carcasas de 240 kilos, y hoy existe un porcentaje grande de vaquillonas en los corrales. Eso empezó a pasar por la falta de novillos para corral”, recordó.
La importancia de la genética
En cuanto al aspecto genético de los animales, Domenech comentó que “el importador se acostumbró a que cada vez le fueran entregando cortes más grandes. Obviamente que ese es un tema de costos fijos, pero también de calidad, por cómo se ve el bife en el plato”.
Señaló que la evolución fue de “por lo menos 20 o 30 kilos de carcasa, y se dió en el corral. No porque uno quiera y le guste, sino por la exigencia del mercado. En algún momento se había pedido carcasas que para nosotros eran súper pesadas, de 280 a 285 kilos, y hoy tenemos carcasas de más de 300 kilos. Esos son los negocios que no solo van por peso de carcasas, sino también calidad”.
Finalmente Domenech dijo que se está “estudiando mucho la alimentación. Podés darle 300 días de dieta con alta concentración de granos y hay animales que van a marmorear y otros que no. Ahí ya entra un tema genético, además de la alimentación desde el inicio, fetal, cría y recría”.
Nota de Revista Verde N°106. Edición Aniversario