Agricultura

Lograr una productividad destacada en base a la producción de forraje

20 de noviembre de 2022

En la Jornada Forrajeras 2022 se enfatizó que además de la genética es importante la planificación, ejecución, el tratamiento profesional de semillas y el asesoramiento

En el establecimiento San Alberto, en Florida, se producen 550 kilos de carne por hectárea y 30 litros de leche por vaca, promedios muy superiores a la media nacional, que se ubican en 100 kilos y 19 litros, respectivamente. En el predio de la familia González se pastorean entre 1.700 y 1.800 animales por parcela cada tres días, lo que representa una carga animal de 13.000 kilos de peso vivo por hectárea. Este sistema se exhibió en la Jornada Forrajeras 2022, de Calvase y MegaAgro. 

El anfitrión, Alberto González –quien además es director de Frigorífico Las Piedras– dijo que “estamos muy asombrados, viendo que si la producción nacional se lo propone puede lograr cosas. Las herramientas están. Lo importante es darnos cuenta de que existen posibilidades forrajeras de tener un desarrollo y crecimiento, que al fin desmitifiquen guarismos del país, como la producción de 70 kilos de carne por hectárea”. 

González participó de una mesa redonda, donde también participaron el presidente de Conaprole, Gabriel Fernández; el secretario de la Presidencia de la República, Álvaro Delgado; y el subsecretario del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, Ignacio Buffa. 

El empresario agregó que la producción de forraje “es la llave que tenemos como productores para que Uruguay logre el desarrollo que se merece (…) Esta es la forma de ponerle un doble piso al campo, hacer que se genere mucha más riqueza, empleo, posibilidades, y que Uruguay tenga un desarrollo sustentable como país productor agropecuario”. 

Gabriel Fernández destacó el rol de la investigación en la mejora de la productividad de la lechería y de la rentabilidad del sector. Agregó que “es necesario tener cargas altas en los tambos para tener un alto nivel de rentabilidad, y eso va de la mano con la producción de pasto”. Y planteó que “una carga alta, donde el pasto no tenga una participación importante en la dieta, también pone en tela de juicio el resultado del tambo”. 

El presidente de Conaprole advirtió que “sin eso es difícil que la producción del tambo sea rentable, porque tiene un nivel de inversión muy alto, una productividad muy alta, y los números se juegan en parámetros menores”. 

La propuesta de Calvase y MegaAgro

Ignacio Otegui, gerente de Calvase, comentó a VERDE que “tenemos un diferencial muy fuerte. Cuando hablamos de pasturas también hablamos de la vida del suelo, que va de la mano con los tratamientos de semillas”. 

Recordó que “hace cuatro años que venimos coinoculando, sumando más de cuatro familias biológicas a las semillas para generar mejor materia orgánica en el suelo. Eso significa que haya plantas con mejores raíces, con mejores nodulaciones, con más desarrollo y más materia seca, que redunda en más producción de carne y leche”. 

Agregó que hablar de pasturas también es hablar de pastoreos rotativos y de agua en la parcela. “En la jornada mostramos las ventajas de las praderas compuestas, pero no pensando en la típica pradera de festuca, trébol blanco y lotus; o raigrás, trébol blanco y lotus. Vimos praderas de cinco cultivares, de primer año, de tres años, con distintos manejos. Vimos mucho pasto”, remarcó. 

Señaló que “en Uruguay existe una amplia oferta de semillas forrajeras, pero semillas de calidad, con tratamiento profesional, buscando la vida del suelo, más la estrategia de fertilización, manejo de los barbechos y la sanidad de los materiales recién implantados, más todo lo que significa MegaAgro y Calvase en su estrategia 360, en ayudar al productor en todas sus etapas, fue el gran diferencial de la jornada”. 

Otegui sostuvo que la mayor productividad de San Alberto se basa en las pasturas. “Estamos en un período de seca y vemos materiales súper sanos, vivos, en plena producción. Queremos demostrar que podemos (…) Si producimos más carne y más leche por hectárea dejamos de depender, en cierta medida, del mercado al que le vendemos. Por supuesto que es bienvenido bajar los aranceles y tener mayor inserción internacional, pero primero hay un techo altísimo”, comentó.

En ese sentido, planteó el ejemplo del arroz, que “si bien puede mejorar su productividad, Uruguay debe de ser el país donde más se produce”; sin embargo, “en carne y leche estamos lejos”. Por lo tanto, sostuvo que “las empresas de semillas, así como el conjunto de empresas que brindamos servicios a los agronegocios, tenemos el deber de plantear propuestas para mejorar, para dar un salto productivo, y en esta jornada vimos eso”. 

Las tres paradas forrajeras

En la Jornada Forrajeras 2022, de Calvase y MegaAgro, se enfatizó que no solo es importante la genética sino también la planificación, ejecución, el tratamiento profesional de semillas y el servicio técnico como complemento. Y se propuso seguir un camino tecnológico, superando metas hacia la excelencia. 

El ingeniero agrónomo Ignacio Quintans, integrante del departamento técnico de Calvase, comentó a VERDE que la última lluvia registrada en San Alberto fue de 58 milímetros casi 90 días antes de la jornada. La situación era de un déficit importante considerando que la media de lluvias en Uruguay es de 100 milímetros mensuales. 

La recorrida a campo planteó tres subsistemas o rotaciones: una en los campos más ganaderos, de menor aptitud agrícola; otra en campos de mejor calidad; y la tercera con riego por pivot. 

En los campos que están sobre cristalino, (5.02b) se observó una rotación más ganadera, con raigrás para pastoreo y sorgo forrajero, donde luego se repite esa combinación y después se siembra una pradera perenne. 

Quintans explicó que esa pradera ha ido evolucionando. En la primera parada se vio una mezcla de tercer año, que incluía cebadilla, alfalfa, trébol blanco y trébol rojo. 

Y en San Alberto también hacen una mezcla donde se agrega festuca, obteniendo una pradera de cinco especies. El agrónomo planteó que una siguiente etapa tal vez se tendría que ir hacia un aumento de la densidad de siembra de la festuca y bajar la de cebadilla. 

“Igualmente, es una pradera con muy buen potencial, con los dos componentes más precoces de la mezcla, que son trébol rojo y cebadilla, con mucho más volumen, muy buena producción y un destacado establecimiento de la mezcla”, comentó el profesional. 

Después se observó, al pasar, esa misma pradera con otro ajuste de manejo. “Cuando la cebadilla y el trébol rojo tienen un volumen importante se despuntan, para dejar que le entre luz a los componentes perennes, a la festuca, el trébol blanco y la alfalfa”, explicó Quintans. 

Ese manejo fue aún más notorio en la siguiente parada, donde se vieron pasturas de tercer año, donde están presentes los componentes perennes. Allí se mostró la segunda rotación, sobre suelos de potencial intermedio, superior al de la primera parada, y Juan Bologna, gerente de Barenbrug, se refirió a la importancia de ver todo el sistema. 

En esa parada de Barenbrug había cebadilla BarINTA 200; festuca Bar2025 HQ (programa de alta calidad de Barenbrug) y alfalfa P-30. Allí también se sembró trébol blanco Corrales, de Calvase; y el trébol rojo Estanzuela 116. La rotación consistía en: avena para pastoreo, maíz para grano o planta entera y después la pradera perenne.  

La última parada fue la del equipo técnico de Calvase, donde Quintans también puso énfasis en analizar todo el sistema. “En el mercado uruguayo hay muy buena genética, pero con eso no basta, también hay que hacer un buen manejo del barbecho, de malezas, el manejo de fertilidad de los suelos, hacer bien las mezclas forrajeras y contar con un buen tratamiento profesional de semillas”, afirmó. 

Además, dijo que hay que considerar la importancia de ejecutar las tareas en tiempo y forma, así como el manejo del pastoreo, “como se hace en San Alberto”, remarcó. 

Se planteó un enfoque con la visión 360 de MegaAgro y Calvase, considerando la sustentabilidad del sistema. Sobre el tratamiento profesional de semillas destacó que se usan hongos para protegerlas, lo que va en detrimento del uso de productos químicos. Además, señaló que estos últimos suelen tener “efecto de corto plazo”, y el tratamiento profesional de semillas con biológicos asegura efectos de mediano y largo plazo. Por lo tanto, se complementan. 

Los suelos de mayor potencial en el establecimiento San Alberto son los 10.3. Allí la rotación consiste en: cebada, maíz, cebada, maíz y una pradera bianual de trébol rojo y cebadilla o trébol rojo y raigrás italiano. En este sistema no entran animales; el forraje se corta y enfarda. 

Además, Quintans destacó que un cultivo de servicio, como el trébol rojo, impacta en la fijación biológica. “Los maíces que se cultivan después de trébol rojo frente a los que salen de cebada producen entre 2.000 y 2.500 kilos más (con pivotes de riego). Esto demuestra lo que impacta una leguminosa antes del cultivo de maíz”, remarcó. 

El agro como motor del crecimiento

“El agro fue el sector que durante dos años, con una pandemia que arrinconó al mundo, mantuvo viva a la economía del país y permitió el rebote que tenemos hoy, con niveles de precios y de exportación que año a año se fueron superando. Este año vamos camino a US$ 15.000 millones”, destacó Álvaro Delgado.

El secretario de la Presidencia de la República recordó que el año pasado se exportaron US$ 11.550 millones, y que “ocho de cada 10 exportaciones salen del sector agroindustrial”, con un impacto que “es cada vez mayor en el derrame hacia atrás en la cadena, que a veces cuesta, pero que es absolutamente necesario”.

El jerarca enfatizó que este año Uruguay está creciendo por encima de las expectativas, y que el gobierno aprieta el acelerador para mejorar su inserción comercial. Planteó los objetivos de firmar un tratado de libre comercio con China, otro con Turquía y que a fines de noviembre se presentará la carta de adhesión al Tratado Transpacífico, donde está el 7% de la población mundial, 13% del PBI y 19% de las exportaciones.  

El quiebre en el mercado de la carne

Desde su rol de empresario de la industria cárnica, Alberto González analizó el quiebre del mercado. Recordó que la leche no tuvo el crecimiento que registró la carne y, por lo tanto, “hay muchas más posibilidades de que la carne sufra una caída de precios”, puntualizó. 

El director de Frigorífico Las Piedras lamentó que  una sumatoria de causas hicieran que el mercado internacional de la carne tuviera un quiebre notorio a la baja. En el marco de la Jornada Forrajeras 2022, de Calvase, realizada en su establecimiento (San Alberto), destacó que “producir mejor forraje no solo es algo que se puede considerar cuando los valores son óptimos, también tiene que ser un instrumento vital en estos momentos de quiebre del mercado, para que nos dé la posibilidad de obtener rentabilidad”. 

Planteó que “de un momento para el otro no puede haber un cambio de 180 grados en un mercado internacional. Eso no es lógico. Hay una sumatoria de cosas que hacen que el mercado esté más lento, que se provoque un efecto embalse. Además, en Uruguay somos muy dependientes del clima, que está jugando su partido”.

González sostuvo que “es coyuntural” que China tenga 200 o 300 millones de habitantes confinados, pero recordó que “hace un año que los tiene, sin embargo el mercado estaba funcionando”. 

También se refirió al nivel de inflación en el mundo, que no se sabe por cuánto tiempo se extenderá. Y como tercer factor señaló al Mercosur, “el mayor bloque exportador de alimentos del mundo, dominado por Brasil, que tiene condiciones para producir más y más barato. Tendremos que acompañar esa carrera, aunque nos cueste. Pero esa será la única manera de reflejar un aumento de producción, con colocación en el exterior a los valores que el mundo pide”.

Nota de Revista Verde N°104

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