Agricultura

El maíz afianza su lugar y transita a paso firme hacia 300.000 hectáreas

12 de octubre de 2023

La tendencia marca que las siembras de primera crecerán al ritmo del riego; en secano se fortalecen las tardías, que predominan en la superficie total del cultivo en Uruguay

El área de siembra de maíz en los próximos años puede llegar a 300.000 hectáreas en Uruguay. “En todos lados el maíz está cambiando como cultivo”, porque “los niveles de productividad son llamativos respecto a lo que pasaba hace unos 10 años”, cuando “era un cultivo de alto riesgo y de rendimientos no tan buenos para las condiciones uruguayas”, comentó a VERDE el director de Unicampo Uruguay, Esteban Hoffman. 

Agregó que “ahora tenemos cultivos bajo riego, que pueden ser comparables con los de Estados Unidos”, ya que “hay productores que sacan de 14.000 a 16.000 kilos”, por hectárea, “algo no esperable”, dijo en el XI Simposio de Maíz, organizado por Yalfín y NK Semillas en el hotel Sheraton de Colonia.

Comentó que se va a “siembras más tardías”, lo que es “más seguro y de menor costo”, entonces “en los últimos años el maíz no solamente crece, sino que baja su dependencia climática, la variación de rendimiento entre años se reduce y eso baja el riesgo a un cultivo caro”, porque es el que demanda la mayor inversión del sistema agrícola de secano. 

Indicó que “el año pasado se sembraron casi 190.000 hectáreas de maíz”. Y si se pone en perspectiva al área de soja –que es un poco más de 1,2 millones, según Urupov–, sumada a la superficie de maíz, de sorgo y algún área mínima que no se siembra en verano, “estamos en cerca de 1,5 millones de hectáreas en agricultura, donde las gramíneas de verano ocupan entre un 12% y 14%”, planteó.

Hoffman destacó la evolución del maíz y “la necesidad que tiene el sistema” por ese cereal. Señaló que influye “la velocidad con que cambia el cultivo en la región, donde se ha transformado en un maíz de estación corta, porque gran parte del cultivo en secano se siembra tarde”. Más allá de lo que pueda pasar este año por la coyuntura climática, Hoffman sostuvo que “pensar nada más que en 20% del área agrícola de verano de Uruguay con maíz es pensar en 300.000 hectáreas”.

Afirmó que, en general, “la mayoría de los operadores está de acuerdo. Si hacemos bien los deberes y tenemos un poco de suerte, porque siempre hay que tenerla, el país está preparado perfectamente bien para alcanzar ese objetivo”.

La tendencia de los últimos años en la región, sin contemplar a Bolivia, está mostrando un aumento del área sembrada de maíz y una migración a siembras tardías, porque “en proporción crecen más los maíces tardíos, ya sean de primera o de segunda, porque hay maíz de primera que se siembra tarde”, acotó.

El director de Unicampo señaló que el año pasado el 65% de la superficie de maíz fue sembrada “tarde”, algo que también ya ocurrió en Argentina y está ocurriendo en Brasil. Explicó que las razones tienen que ver con que es un cultivo “más barato, sembrado tarde, con menos población y menos nitrógeno”. Pero por sobre todo está el momento crítico, ya que la primera etapa del llenado de grano se registra cuando “el riesgo hídrico es más bajo”, argumentó.

Hoffman consideró que en Uruguay “los maíces de primera y en condiciones de secano tienen su etapa crítica en un momento muy agresivo para un cultivo muy dependiente del agua, y nuestros suelos tienen un vaso muy chico”, y planteó que “con riego la situación es otra”.

La tendencia tecnológica “marca que hay menos maíz de secano sembrado en fecha temprana”, ya que en secano “el maíz se siembra tarde”. Con riego “es distinto, crece el área de primera, por más que hay situaciones de riego en maíces sembrados después de trigo o colza con muy buenos resultados”, confirmó. 

El ingeniero agrónomo describió que en la zafra 2021/22 “el 25% del área de maíz de primera se hizo bajo riego. Ese es un indicador muy fuerte. A medida que la superficie bajo riego crece, el maíz de primera acompaña ese proceso”. En tanto, el maíz en condiciones de secano va hacia las fechas de siembra tardías”.

Sobre el ajuste del manejo, sostuvo que en Uruguay “se está aprendiendo mucho”. Dijo que “se está apuntando a poblaciones mucho más bajas”, que se observan “siembras con 50.000 o 55.000 plantas” sembradas tarde, “cambiando la distancia entre hileras, ajustando la fertilización de ese cultivo”; pero también reconoció que “queda mucho por aprender”. 

A la vez, indicó que “hay híbridos que se adaptan muy bien a las fechas de siembra tardías”, pero aclaró que “no son todos”. 

LOS CULTIVOS BAJO RIEGO

“Los sistemas bajo riego son bastante particulares” y representan unas “35.000 hectáreas”, siendo un “3% del área total” de cultivos agrícolas, lo que es “poco”, consideró. De todas maneras, los rendimientos muestran “incrementos de 200% respecto al maíz de secano”, y que en años de sequía esa diferencia “puede multiplicarse por cuatro”, destacó a VERDE el asesor agropecuario y de la asociación Regadores Unidos del Uruguay (RUU), Santiago Arana.

El ingeniero agrónomo se refirió a estos temas en el XI Simposio de Maíz, donde hizo hincapié en la estabilidad de los sistemas agrícolas bajo riego y en la baja disponibilidad de agua por las tres sequías consecutivas que perjudicaron a la producción agropecuaria en Uruguay.

Destacó que los rindes de maíz bajo riego “solamente bajaron un 10%” en ese contexto, alcanzando un promedio de 11.500 kilos por hectárea, que fue “el más bajo de los últimos siete años”; mientras que los de secano llegaron a un promedio de 1.450 kilos. “Se derrumbaron a resultados ruinosos respecto a los rendimientos históricos de maíz”, comparó el asesor de RUU.

Arana dijo que todos los ensayos y la base de datos se hace a partir de los resultados de las chacras de productores, que en total abarcan unas 18.000 hectáreas de maíz y permiten hacer un contraste con las de secano. Informó que “el 10% de las chacras que más rinden promedian los 14.000 kilos” por hectárea, y que además hay chacras “puntuales” que llegan a 18.000 kilos por hectárea.

Señaló que el área de riego se divide en dos: el de los sistemas fijos, que están en una posición y riegan un cultivo por año; y los pivotes móviles, que riegan una posición temprana que por lo general es maíz, y luego se mueven para una posición tardía para regar otro cultivo, que es soja.

Con esa distribución, en RUU la relación maíz-soja total “tiende a emparejarse”, explicó. En la zafra anterior “el área de riego de maíz alcanzó las 18.000 hectáreas y de soja fueron unas 20.000 hectáreas”, detalló.

El cultivo de maíz bajo riego registra un “punto de equilibrio” que depende de ciertos factores vinculados con el manejo particular, que impactan en el costo, y también a las diferencias en su cálculo. Pero sostuvo que se puede estimar en unos “6.000 kilos” por hectárea.

De cara a la próxima siembra, advirtió que la “enorme mayoría de las represas ha tenido dificultades con el almacenamiento de agua”, debido al déficit hídrico de los últimos años. Y que eso ha motivado que en los casos donde no se pudo llegar al volumen óptimo, la superficie de maíz temprano con tecnología de riego tiende a bajar.

MÁS ÁREA Y NUEVOS HÍBRIDOS  

“En los últimos años viene creciendo la superficie de siembra de maíz en Uruguay”, y en estos años cambió la proporción de siembra “hacia las siembras de segunda”, señaló el responsable de Desarrollo de Yalfín, Pablo Leiva. Agregó que el año pasado el área del cultivo llegó a unas 200.000 hectáreas y que “este año se prevé un aumento en la intención de siembra, lo que dependerá de la evolución del clima y el impacto en las condiciones de siembra”.

Explicó que la superficie de siembra de la zafra pasada estimada por Yalfín surge de la declaración de ventas del Instituto Nacional de Semillas (Inase), el área que informó la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) y el saldo estimado por las cámaras de comerciantes y galpones de los productores, porque “el año pasado quedó mucha área sin sembrar, por la seca”.

En el XI Simposio de Maíz, de Yalfín y NK Semillas, se realizó el lanzamiento de los híbridos NK 870 Vip 3 y NK 842 Vip 3, que ya se había presentado en 2022 pero con poca disponibilidad de semilla. Leiva sostuvo que ambos híbridos “acortan el ciclo” frente al resto del portafolio de NK y Yalfín. “Eso es muy importante porque se adelanta la cosecha y quedan en condiciones similares al resto de los competidores”, consideró. 

En cuanto a los rendimientos, dijo que “son muy buenos, tanto en ambientes restrictivos como medios”. Señaló que NK 842 Vip 3 está “mejor posicionado para ambientes de alto potencial, bajo riego” y que para el resto de los ambientes ambos “son muy similares”.

Sobre el manejo de esos híbridos, Leiva comentó que “hay una base de datos muy grande, donde se ajustan las poblaciones”, y que la población “siempre depende del híbrido en cuestión y del ambiente a donde lo vamos a sembrar”. Explicó que “en una misma situación NK 842 Vip 3 llevaría algo más de plantas que NK 870 Vip 3, que está más adaptado a bajas poblaciones”.

El responsable de Desarrollo de Yalfín hizo foco en el concepto “plasticidad reproductiva”, y marcó que NK 842 Vip 3 “es un híbrido prolífico”. Sobre NK 870 Vip 3 dijo que “cuenta con espiga flex, que permite bajar poblaciones para ambientes restrictivos”, pero si mejoran las condiciones de precipitaciones en el período crítico, “con estos dos híbridos podemos capitalizar esas mejoras ambientales”.

El portafolio de maíz de Yalfín para la próxima zafra está compuesto por: Syn 979 Vip 3, que es de ciclo medio largo y está posicionado para el segmento silero, con siembras de primera; Syn 840 Vip 3, el material con “mejor comportamiento de la caña frente a quebrado y vuelco, recomendado para siembras de segunda”; NK 842 Vip 3 y NK 870 Vip 3, recomendados tanto para siembras de primera como de segunda; y  para un planteo de silo planta entera la recomendación es utilizar NK 842 Vip 3.

Nota de Revista Verde N°109

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