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Ganadería

Hereford evalúa su genética para lograr una ganadería sustentable

16 de enero de 2023

La raza convocó a expertos nacionales y extranjeros para analizar los datos generados en su proyecto de eficiencia de conversión y medición de emisiones de metano

Genética para una ganadería sustentable se denominó la jornada que organizó la Sociedad Criadores de Hereford del Uruguay (SCHU) en su Central de Pruebas de Kiyú, en San José. La actividad contó con la presencia de varios expertos nacionales e internacionales, y también de autoridades –como el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos– manifestando su respaldo a los trabajos de investigación que impulsa la germial.  

El ingeniero agrónomo Bernardo Mendiola, asesor de empresas ganaderas, realizó una presentación que consistió en evaluar la incidencia de la genética en la eficiencia de conversión, y su impacto en el resultado económico de los animales evaluados en el corral de la Central de Pruebas de Kiyú. 

Mendiola tomó las evaluaciones de novillos de la raza Hereford, en un período de 110 días, cuando se midió su consumo individual, en condiciones muy similares a las comerciales. Considerando su desempeño productivo, realizó un análisis económico y buscó correlacionar ese resultado de cada animal con las principales variables productivas que están involucradas en el sistema. 

“Encontramos que dentro de las principales variables –que son la ganancia diaria, el consumo de alimento, la eficiencia de conversión y el peso de la carcasa–, la eficiencia de conversión fue la de mayor impacto sobre el resultado económico”, dijo. 

Mendiola confirmó que “se vio una disparidad muy grande de resultados. Sobre un resultado económico que involucraba un promedio de US$ 70, encontramos animales que iban desde -US$ 70 de ingreso hasta más +US$ 180. Eso quiere decir que el promedio se constituía de una dispersión muy grande de desempeño económico, explicado individualmente por los méritos de cada individuo”. 

Destacó “la posibilidad de evaluar estas características, como la eficiencia de conversión, desde el punto de vista de la selección genética, incorporándolas a los programas, en condiciones que incidan muy positivamente en los resultados económicos de los sistemas de confinamiento”. 

El engorde a corral tuvo un crecimiento sostenido en la ganadería uruguaya en los últimos años. En 2022 representó el 14% del total de animales faenados y el 25% de los novillos. “Viendo el crecimiento de este tipo de esquemas de producción, y sabiendo que hay características que se pueden involucrar en programas genéticos, podemos pensar en que haya demanda por este tipo de genética, con algunas características particulares, que difieren de los sistemas convencionales”, consideró. 

Mendiola planteó que para producir los terneros que luego se terminarán a corral, se necesitarían unos 25.000 toros.

Fernando Alfonso, presidente de la SCHU, calificó la presentación de Mendiola como “muy buena”, porque “bajó a tierra los resultados de la investigación con 165 novillos evaluados durante tres años en la Central Kiyú. Vimos clarísimo que hay animales que consumiendo la misma cantidad de alimento ganan menos peso; y que eso también está relacionado con la emisión de metano”. 

Remarcó que Uruguay “es pionero en ganadería de carne con la prueba de eficiencia de conversión a corral, que incluye medición de las emisiones de metano”. Y además destacó los puntos de contacto con Estados Unidos, ya que ambos países –así como Argentina y Canadá– integran la Evaluación Genética Panamericana. 

Para saber qué está investigando Estados Unidos en esta materia, se convocó a Jack Ward, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Americana de Hereford (AHA, por su sigla en inglés; ver nota aparte). “Estados Unidos es un ícono en genética ganadera, y está empezando a hacer algunas de las cosas que acá ya estamos haciendo hace cinco o seis años”, comentó Alfonso. 

Además, destacó que se están empezando a realizar trabajos en conjunto, “porque la Evaluación Genética Panamericana es realmente potente, por la cantidad de animales que la integran; es algo único en ganadería de carne”.

Agregó que estos estudios de eficiencia de conversión y de emisiones de metano “están a la vanguardia de las investigaciones en bovinos de carne. Estamos muy contentos de haber podido apoyar a la investigación en Uruguay, para ser bien vistos en los mercados a los que les vendemos”. 

La ganadería y el metano

Hayden Montgomery, director del Programa Agropecuario del Global Methane Hub, explicó que el metano es el segundo gas más importante en el calentamiento global, después del dióxido de carbono. “Hoy en día hay mucha más preocupación en el ámbito internacional sobre la necesidad de mitigar metano, no tanto por su contribución al calentamiento global, sino porque ofrece la posibilidad de frenar la velocidad del calentamiento, ya que tiene una corta vida, está presente en la atmósfera durante 12 o 15 años. De esa forma se puede evitar exceder el límite de 1,5°c, que establece el compromiso del Acuerdo de París”, comentó a VERDE. 

Confirmó que el sector que más emite metano “es el agro”, ya que “aporta aproximadamente el 40% de las emisiones globales de metano”. Agregó que el sector energético aporta 35%; y los residuos 20% o 25% de las emisiones globales. 

También planteó que es interesante analizar las regiones donde el metano está presente. A propósito, dijo que “en el agro el 80% se emite en países en desarrollo, con sectores importantes de producción ganadera y de arroz, como en Asia”. 

Señaló que las líneas de acción que puede tomar la ganadería consisten en “ser lo más eficientes posible”. Afirmó que “hay muchas oportunidades de mejorar la productividad de los sistemas, principalmente mejorando la dieta. Además de la salud y el bienestar animal, ya que todo contribuye a disminuir el metano por unidad de producto, sea leche, carne o lana”. 

Pero planteó que si bien todo esto es importante y necesario, “no es suficiente a nivel global, considerando el crecimiento de la demanda de productos de origen animal. Entonces, necesitamos generar tecnologías nuevas, o prácticas que puedan mitigar metano en términos absolutos”. Por lo tanto, llamó a “acelerar procesos para mejorar productividad y, a su vez, generar nuevas tecnologías para mitigar el metano”. 

Sobre las nuevas tecnologías incipientes, se refirió a los aditivos, pero aclaró que comercialmente aún no están disponibles; “se espera que lleguen en uno o dos años”, dijo. Otra dificultad de ese producto es que se agrega a la ración, pero en sistemas de pastoreo no es posible utilizarlo. 

Montgomery afirmó que “todos los sistemas de producción de la ganadería emiten metano y otros gases, como óxido nitroso y dióxido de carbono”, aunque la proporción de cada gas sí depende del tipo de sistema. 

Explicó que, en términos generales, “un sistema de confinamiento va a tener una proporción de metano menor que la de un sistema pastoril, porque en la huella de carbono de un sistema confinado vemos más presencia de energía u óxido nitroso para el alimento del animal. Entonces, no es que el volumen cambia con el sistema, sino la proporción de gases”.

Y después depende de la eficiencia de cada sistema. “Vemos una gran variabilidad dentro de cada sistema, con una enorme intensidad de emisiones por unidad de producción. El mensaje es: en cada sistema hay oportunidades de mejorar la eficiencia”, planteó. 

Dijo que “Uruguay está en proceso de generar su plan estratégico, tiene muchas líneas de investigación que son muy interesantes, como la selección animal, que también estará en el plan, para promover la investigación”. 

Destacó que esta “es una forma de internacionalizar la investigación y el conocimiento local, porque ningún país tiene los recursos ni los datos para lograr la solución. Necesitamos trabajar en conjunto, compartir datos, generar protocolos de investigación masiva, con muchos países”. 

Selección genómica

María Isabel Pravia, de INIA, destacó que la selección genómica “es una herramienta que está siendo ampliamente utilizada y su principal beneficio son las características difíciles de medir a gran escala. En la Central de Pruebas de Kiyú se ha generado una población de referencia, se miden esos animales y esos datos se relacionan con su información genómica”. 

Agregó que esa población ha generado un volumen de información “importante”, que permite que un animal que no integra la prueba de Kiyú pueda ser genotipado, a partir de una muestra de pelo (ADN), y así predecir su mérito genético para eficiencia de conversión. “Esta herramienta tiene un impacto muy grande, y vemos la oportunidad de que sea ampliamente utilizable”, comentó. 

Este proyecto comenzó en 2014. “Van varios años de generación de información, consistente, con protocolos estandarizados, que son muy confiables. Incluso es referente a nivel internacional. El camino va hacia generar esta información. El mundo va a estar trabajando en eficiencia de conversión, por los altos costos y por la mitigación de los gases de efecto invernadero”, sostuvo. 

Destacó que “Uruguay tiene un gran potencial con este trabajo. Los resultados han mostrado que hay una variabilidad en los animales de la población. También se ha demostrado que es una característica heredable, que es posible ejercer selección y que la predicción genómica es una buena herramienta, y lo que falta es que se empiece a utilizar de forma más intensa”. 

Señaló que su adopción comenzó “muy tímidamente” y que “es importante la difusión”. Enfatizó que los costos de alimentación en los sistemas de corral son muy elevados, y que en estos años “hemos constatado que hay animales más eficientes, que para producir lo mismo consumen menos, y eso a largo plazo tiene una repercusión económica y también una reducción en las emisiones de metano. Por lo tanto, es muy importante trabajar en esto”. 

Repasó que fueron evaluados 1.500 toritos y 1.000 novillos. Se les midió el consumo individual, tienen información genotipada y están vinculados con la población Hereford nacional. “Se fortalece esta herramienta para que pueda ser utilizada por los cabañeros”, concluyó.

Los más eficientes emiten menos metano 

Tras realizarse en Kiyú la tercera prueba de eficiencia a corral, con mediciones de metano, los resultados confirman que los animales más eficientes son los que menos emisión neta de metano tienen. “Arrancamos a fines de 2021 con la prueba de recría de novillos, luego esos novillos pasaron a la prueba de engorde, y después se hizo la prueba de toros. Esas son las tres pruebas que miden las emisiones de metano”, repasó Pablo Peraza, investigador de INIA. 

Comentó que se generó “una gran base de datos”, de animales evaluados en eficiencia de conversión, y “ahora queremos generar una buena base de datos de evaluaciones genéticas en emisiones de metano. Es una línea de trabajo primordial a nivel mundial. Muchos investigadores extranjeros proyectan trabajos que acá ya los estamos haciendo”. 

Concluyó que “Uruguay está muy bien posicionado, pensando en cómo continuar estas líneas y profundizar en distintos temas, como la digestibilidad de los alimentos”.

Investigaciones de la Asociación Americana de Hereford (AHA)

Jack Ward, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Americana de Hereford (AHA, por su sigla en inglés), participó de la conferencia Genética para una ganadería sustentable y repasó los programas de investigación en sustentabilidad de esa institución en Estados Unidos. Comenzó diciendo que la sustentabilidad tiene “varias definiciones” y que “es un tema controvertido en el mundo”. 

Planteó que “debemos posicionarnos como productores de carne, para satisfacer las necesidades de la sociedad, sin comprometer a las generaciones futuras, para que sean exitosas en este negocio”. 

La definición de sustentabilidad que considera la AHA está sostenida en tres pilares: el económico, el social y el ambiental. ”Pienso que podemos jugar un papel clave en cada uno de estos pilares a medida que avancemos“, dijo Ward.

Advirtió que a la producción ganadera se le está pidiendo “hacer más con menos”, y que hasta el año 2050 “va a aumentar la población mundial”. Y consideró que “algunos trabajos que hizo la AHA serán muy beneficiosos, en la medida que avancemos en esta área de sustentabilidad”.

Mencionó un proyecto de investigación que se desarrolló en Circle A Ranch, Missouri, donde se usaron toros Hereford y se los comparó con toros Angus en un grupo de vacas predominantemente negras. Se relevó la información desde el nacimiento hasta la faena de los animales, y los datos fueron analizados por el economista Vern Pierce, de la Universidad de Missouri. Pierce encontró que, debido a la longevidad, fertilidad, eficiencia y otros datos colectados en ese programa, la ventaja de Hereford es de alrededor de US$ 50 a US$ 55 por año en el ternero de padre Hereford, sea macho o hembra. “Si llevamos esa cifra a lo largo de la vida de una vaca, resulta en un valor muy significativo”, subrayó Ward. 

Un proyecto similar se llevó a cabo en Harris Ranch, California, donde el doctor Dave Daley fue la fuerza impulsora de la recolección de los datos y análisis, con resultados muy similares en cuanto al desempeño en el engorde a corral, así como en preñez y longevidad en hembras.

Más recientemente, la AHA realizó un trabajo con la Universidad del Estado de Oklahoma, para ver el valor de la heterosis en las hembras, por el uso padres Hereford en vacas negras, produciendo hembras F1. “Se constató que esas hembras F1 comen menos alimento, mantienen una mejor condición corporal y destetan terneros más pesados. Toda esta información de la parte maternal ha sido muy útil. Hemos hecho mucho trabajo promocionando esta hembra F1 y ciertamente es parte fundamental de donde estamos y lo que hacemos hoy”, destacó.

También se refirió a un proyecto con la Universidad de Illinois, que fue la continuación del que se hizo en Oklahoma. “Estamos en un proyecto de tres años. Vamos a medir eficiencia en el rodeo de cría y al mismo tiempo alimentando los novillos y obteniendo el consumo individual de alimento”, informó.

Por otra parte, Ward destacó los datos del Centro de Investigación en Animales de Carne, que “son muy interesantes y creo que pone de manifiesto algunas de las ventajas de Hereford, que sabíamos que tenía, y ahora ha sido documentada. La principal ventaja es la eficiencia de conversión, por el consumo de materia seca respecto a otras razas. Hicimos algunos cálculos y contactamos a economistas de la Universidad de Purdue para que analicen los ahorros, no solo en costos sino en recursos naturales”. 

Agregó que el año pasado se faenaron más de 160.000 cabezas de ganado del programa Carne Hereford certificada, y se calculó que eso significaría que Hereford consumiría –en promedio– 191 libras (86,6 kilos) menos de maíz por novillo durante el período de alimentación, gracias a la ventaja en eficiencia. Y dado que producir 1 libra de maíz (0,45 kilos) lleva unos 54 galones (204 litros) de agua, el ganado que pasó por ese programa requirió 1.700 millones menos de galones (6.435 millones de litros) de agua para llegar a la faena. “Si sumamos la cantidad de alimento y de agua que se ahorra, llegamos a un valor muy sustancial al utilizar la genética Hereford”, afirmó.

Ward comentó que “el siguiente proyecto que tenemos en marcha con la Universidad del Estado de Colorado y AgNext tiene como objetivos medir metano y nitrógeno por medio de GreenFeed, así como nitrógeno a través de la sangre. Tratamos de entender cómo la selección genética, junto con el valor de la heterosis, puede ser utilizada para cuantificar el impacto total de la genética Hereford y cuál sería este impacto en el área de sustentabilidad”.

Consideró que los resultados de todas estas investigaciones “nos permitirán posicionarnos muy bien en sustentabilidad y nos darán la oportunidad de enviar un mensaje. Sentimos que Hereford es líder real en esto. Estamos entusiasmados porque en Uruguay están haciendo un proyecto muy similar, y podremos utilizar los datos cuando avancemos”. 

Ward analizó que el pilar de la sustentabilidad económica provee a los productores comerciales la habilidad de mantenerse viables a lo largo del tiempo, por “las ventajas de la genética Hereford en las áreas de eficiencia, así como en fertilidad y longevidad”. Y en el sistema de engorde a corral, “este ganado va a comer menos y tendrá un menor impacto en el ambiente”, finalizó.

Nota de Revista Verde N°105

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