Hay “más demanda” de certificaciones en bienestar animal y alimentación a pasto
Entre 2022 y este año “se adhirieron a los programas de certificación en bienestar animal muchos establecimientos agropecuarios ganaderos”, lo cual “es una buena señal de que los mercados lo demandan” y de “los consumidores que quieren saber cómo se trató y manejó a los animales durante todas las etapas del ciclo productivo”, valoró la ejecutiva de negocios de la empresa LSQA, Patricia Rovella, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y en revistaverde.com.uy.
Dijo que este asunto “se ve como algo lejano” en Uruguay pero es necesario “pensar que es un país exportador” y hay que saber todo lo que hay en la cadena de alimentos, para “conocer la historia” del ganado.
Se refirió a las “amenazas” que recibe la cadena de la carne en cuanto a la producción de carne sintética, las organizaciones protectoras de animales, entre otros sectores, por lo que es preciso atender al bienestar animal que es un “tema central”.
“En Uruguay a los animales se los manejan bien” en la ganadería, “tienen una vida digna y con las condiciones climáticas, de topografía y de extensión de tierra para nosotros es fácil demostrar eso”, pero “a veces no basta con una autodeclaración” sino que es necesario una “certificación de un tercero”, comentó.
Rovella advirtió que el productor encontrará un “beneficio económico” con la certificación en bienestar animal, que requiere instalaciones e indicadores de medición en ese aspecto de su producción, lo que representa el rentabilidad el negocio.
“La señal más clara es que cada vez hay más demanda” por parte de frigoríficos y de la industria láctea en cuanto a “certificaciones en bienestar animal y en grass-fed (alimentado a pasto)”, señaló.
Habló además de las certificaciones en sostenibilidad, en el entendido de cuidar la tierra y los animales pensando en el futuro, mediante medidas para evitar la degradación del suelo, entre otras.
“El diferencial de precio quizá hoy no sea porque la industria le va a pagar más al productor”, pero “si indirectamente” porque “cuando el productor no trabaja con bienestar animal hay un estrés previo a la faena”, debido al “mal manejo en el embarque o en el transporte” lo que influye en el rendimiento de la media res en la faena, explicó. Acotó que si el productor aplica medidas concretas para evitar esos problemas tendrá un mejor rendimiento en la media res y por lo tanto, más ingresos por la venta de su ganado.
Escuche a Patricia Rovella