Ganadería

Luego de un año para el olvido, los corrales ven el 2024 con optimismo

31 de enero de 2024

“Si la industria se muestra activa, demandante y genera una oportunidad de negocio, el sector responderá rápidamente”, consideró el director de Aupcin, Álvaro Ferrés

El 2023 fue “el segundo peor año de la historia” para la producción de engorde a corral, indicó Álvaro Ferrés, director de la Asociación Uruguaya de Productores de Carne Intensiva Natural (Aupcin). Aseguró que fue un año de grandes pérdidas para el sector, pero avizoró un 2024 más optimista. “Si la industria se muestra activa, demandante y genera una oportunidad de negocio, el sector responderá rápidamente”, enfatizó. 

Para Ferrés este fue el segundo peor año para el negocio a corral, solo superado por la crisis de la aftosa, ya que en aquel momento los ganados estaban encerrados y no había precios. “Este año tuvimos un precio muy malo, por lo que no había margen positivo en el negocio”, afirmó. Además, puntualizó que las razones que explican las dificultades del negocio fueron los bajos valores del ganado, el alto precio de la comida y los niveles elevados de la reposición. 

En cuanto al alimento, recordó que en el primer semestre del 2023 el maíz llegó a valer US$ 360 por tonelada, al cierre del año se acercaba a los valores donde habitualmente se mueve el maíz en Uruguay entre los US$ 180 y US$ 200 por tonelada, con una tendencia bajista si se consolidan las áreas previstas. A su vez, la reposición, si se compara con el valor que recibió el productor por el ganado gordo, también fue costosa para los corrales. 

Perspectivas para 2024

Ferrés se mostró “muy optimista” para el año que inicia, asegurando que hay buenas perspectivas de que el negocio se recupere, por varios motivos. Aseguró que la oferta de alimentos “está sensiblemente más barata”, con la cebada a un precio que arrancó en torno de los US$ 170 por tonelada y luego fue cediendo precio, bajando sensiblemente el costo de producción. Si bien la reposición sigue estando en niveles altos, la situación forrajera está provocando una fuerte demanda, lo que generó una corrección en los precios. 

Auguró mejores señales del exterior, lo que la industria traduce en mayor demanda y mejores precios. De hecho, “hubo señales de un piso en el precio del ganado”, comentó el director de Aupcin. 

Sostuvo que la industria es consciente que el 2024 será un año complejo desde el punto de vista de la oferta ganadera, ya que por la sequía hubo una menor parición, y en consecuencia una menor oferta de terneros. 

A su vez, destacó que este año actuó muy bien la exportación de ganado en pie. Analizando la extracción en 2023, graficó que la faena cerró en 2,3 millones de cabezas, a lo que hay que sumar los más de 300.000 animales exportados en pie. Por lo tanto, para mantener los niveles de faena el próximo año la industria deberá necesariamente recurrir a los corrales de engorde. “Van a haber oportunidades de negocio”, consideró. 

Sobre el panorama para el sector criador en 2024, el director de Aupcin opinó que “habrá más escasez de ganado en Uruguay como consecuencia de la sequía y va a haber una alta extracción por la exportación de ganado en pie, que va a estar más fuerte. Por lo tanto, veo un sector criador que va a tener de vuelta una valorización de los terneros, capaz que superior a lo esperado, y además veo un mercado internacional que seguirá demandante”. 

A su vez, a nivel internacional se mostró optimista con la posibilidad de que se abran nuevos mercados para Uruguay. “El país tiene que empezar a mostrar las cartas de valor diferencial que tiene frente a otros países”, reclamó. Opinó que “puede haber una oportunidad de agregarle valor a nuestra carne. Soy optimista que en el año 2024 eso va a pasar”.  

Además, opinó que en tiempos en que el mundo mira cada vez más los aspectos ambientales, el país debe “ocuparse” de este tema y demostrar las oportunidades de valor que tiene. Agregó que, a diferencia de lo que cree la mayoría, “cuanto más intensivo es el sistema de producción, menor es la huella de carbono”. 

Por eso, graficó que si Uruguay quiere diferenciarse por la huella de carbono en los sistemas intensivos tiene un gran aliado. “Si respetamos las normas medioambientales, sanitarias y demás, creo que hay una gran oportunidad, y cuando se es un país chico, esa posibilidad de valoración que tiene la carne la tenemos que aprovechar”.

Los precios

Al cierre del año mencionó que la industria ofrecía por el novillo de corral “entre US$ 3,50 y US$ 3,70”, lo que equivalía al precio de equilibrio, y por lo tanto no hay margen, pero “es un negocio que empieza a mostrar señales de cambio”. Explicó que al menos con estos precios el productor dejó de perder, al tiempo que hay otros que han hecho su propia comida y con estos valores piso el negocio cambia. 

Por otro lado, se observa que la industria está transmitiendo un mensaje más optimista para adelante. De todas formas, opinó que “no veo el negocio a corral con grandes márgenes para el futuro. Creo que seguirá con los márgenes a los que estamos acostumbrados o menores”. 

Si bien las recrías se habían enlentecido, con las nuevas señales habrá una reactivación. consideró que el sector tiene capacidad de respuesta para abastecer con recría a los corrales de manera “rápida”. Con un piso en los valores del ganado gordo, la cadena “cincha”, generando estímulos al resto de los eslabones. 

Sobre la proporción de animales en la faena provenientes de corrales, Ferrés sostuvo que, en términos absolutos lo importante no es que hayan bajado sino que no hayan aumentado. “Veníamos de un proceso de crecimiento”, puntualizó, “la faena podría haber sido de 2,5 millones de cabezas, pero no lo fue, porque hubo un sector de la producción que no empujó debido a que estaba perdiendo plata”.

Si bien consideró que a partir de lo ocurrido este año el sector será “más cauteloso”, afirmó que hay capacidad de respuesta. 

“Creo que el sistema puede recuperarse, pero dependerá de las señales de la industria. Encerrar para ver qué pasa va a suceder cada vez menos, porque las pérdidas fueron muy importantes”, consideró. 

El integrante de Aupcin explicó que mientras el costo del novillo rondó los US$ 1.000, se vendió a entre US$ 800 y US$ 900. “Con los valores actuales hay que remontar esos US$ 200 de pérdidas”, planteó.  Por eso insistió en que, si la industria se muestra activa, demandante y genera una oportunidad de negocio, el sector responderá rápidamente, porque “los que tenemos una estructura armada para engordar queremos producir”.

Ferrés comentó que los márgenes históricos para la actividad rondan entre US$ 50 y US$ 80 por cabeza. Y a su entender al productor criador y recriador le han servido los corrales de la industria. “Cuando los corrales de la industria salen a comprar ganado de reposición forman la referencia del mercado, y los productores que tenemos ganado de reposición utilizamos esa referencia para vender ganado”, planteó. Por eso, consideró que los corrales de la industria no inciden en el precio, sino que brindan señales favorables para la reposición. 

El productor señaló que para evitar los altos riesgos que tiene el negocio y tener la previsibilidad que requiere en cuanto a precios, cada vez menos productores venderán su ganado en el mercado spot (en el momento). Consideró que “se buscará que se genere un acuerdo con precios piso, o un piso y un techo, o precios fijos. Lo que necesitamos es previsibilidad y que nuestro riesgo sea productivo”. 

Sobre la posible venta de tres frigoríficos de Marfrig (La Caballada, Colonia e Inaler) a Minerva, Ferrés sostuvo que “siempre es mejor tener la mayor cantidad posible de opciones de venta, ya que esto permite manejar diferentes precios y oportunidades de negocio. Creo que lo mejor para el mercado uruguayo es que estén operando la mayor cantidad de industrias de diferentes dueños”.

Nota de Revista Verde N°112

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