Ducós: el desfasaje hacia la industria y la necesidad de un análisis más global de la concentración
El cierre de 2023 dejó para la ganadería una expectativa “mejor” en comparación a lo sucedido a fines de 2022, cuando la seca afectó el “ánimo” del productor, mientras que ahora “sigue lloviendo lo cual es bueno para la pecuaria pero no tanto” para la agricultura, dijo el director de Agrofocus, Gonzalo Ducós, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y en revistaverde.com.uy.
Señaló que la producción agrícola generó un volumen de grano que no entró a la industrialización en las malterias y en la exportación, y la cebada forrajera se vendió a unos US$ 170 por tonelada.
“Para el agricultor que contaba con esa liquidez hoy no la tiene”, entonces esa cebada la va a tener que transformar en plata mediante la producción de carne en los corrales propios o ajenos, comentó.
Calculó que el resultado de pensar en tener 6.000 kilos por hectárea pero que en vez de valer US$ 210 tuvo un precio de US$ 150 por tonelada lo que representa US$ 360 menos de producto bruto menos por hectárea menos de cebada, y “para colmo de males” no la va a tener ahora sino que es necesario esperar a que se transforme en carne.
Con una cebada de US$ 150 a US$ 160 más otros costos de insumos la ración no supera los US$ 200, o sea que si se transforma 10 a 1 ó 11 a 1 en el corral estás produciendo carne a US$ 2, y con un precio de US$ 3,60 a US$ 3,70 por kilo el negocio comienza a cerrar, sostuvo.
Ducós se refirió a que la industria frigorífica “necesita entre US$ 360 y US$ 400 por novillo que faena, cuando el Novillo Tipo valía US$ 1.700 esa cifra representaba de 17% a 18% del valor agregado industrial, hoy para lograr esos mismos US$ 360 o US$ 400 tiene mayor porcentaje del valor agregado industrial y está capturando más participación del valor del Novillo Tipo y menos en la hacienda”.
“Hace más de 10 semanas que tenemos un desfasaje hacia la industria en la relación histórica entre la tonelada de carne exportada y el precio del novillo”, y “pensaría que esto se irá corrigiendo”, dijo.
Enfatizó que la concentración del sector de los frigoríficos cambió el negocio ganadero y cárnico, pero cada uno es libre de vender el ganado al conglomerado concentrado o a la otra mitad.
La Comisión de Defensa de la Competencia está analizando el caso de la transacción entre Minerva y Marfrig, capaz que es necesario hacer un análisis “más global”, planteó.
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