China busca reemplazar la carne premium de EEUU, pero ni Australia ni Sudamérica logran llenar el vacío

El impacto de la nueva guerra arancelaria entre Estados Unidos y China ya se siente en el comercio de carne vacuna, con un giro en la demanda del gigante asiático hacia otros proveedores. En particular, Australia ha experimentado un fuerte repunte en los envíos hacia China en las últimas dos semanas, pero enfrenta limitaciones estructurales para ocupar el espacio dejado por la carne estadounidense.
«Hemos visto un gran desvío de productos de Estados Unidos hacia clientes en China», señaló a Beef Central uno de los principales exportadores australianos. “Hasta cierto punto, también ha ocurrido en Japón y Corea, pero principalmente en China”, añadió.
Sin embargo, varios factores impiden que Australia, y en términos generales Sudamérica, puedan sustituir completamente a Estados Unidos en ese destino. El primero es el uso de tecnologías hormonales: para ingresar a China, la carne no puede contener HGP (promotores hormonales de crecimiento), lo que limita aún más el volumen exportable desde Australia, donde buena parte de la producción los utiliza, acotó.
Además, la diferencia en el tipo de producto es clave. Históricamente, la carne vacuna que EEUU envía a China corresponde a las categorías USDA Choice y Prime, con altos niveles de marmoleado (de 3 a 5), resultado de un sistema de producción intensiva con alimentación a grano por períodos prolongados. En cambio, la carne australiana a grano suele tener una terminación de 100 días, lo que no permite alcanzar características equivalentes.
Incluso dentro de Australia, los cortes de mayor calidad, como los provenientes de animales Wagyu o Angus de larga alimentación, tienen precios muy superiores y se producen en volúmenes mucho menores. “Sí, algunos clientes chinos podrían optar por nuestras categorías premium, pero no hay forma de igualar el volumen del producto estadounidense genérico”, señaló un operador a Beef Central.
Aunque algunos medios han sugerido que China podría redirigir fácilmente sus compras hacia Australia o Sudamérica, los exportadores coinciden en que “no existe una manera sencilla para que China sustituya la carne estadounidense por otra de igual calidad basada en grano”.
Pese a ello, en las últimas semanas algunos compradores chinos han buscado activamente productos australianos que puedan aproximarse a las características que ofrecía la carne de Estados Unidos. La demanda está, pero la oferta alternativa no alcanza a cubrirla.