Gordon Storey: “Uruguay tiene la oportunidad de marcar el camino en muchos temas vinculados a la producción”

By Diego Betelú,

Gordon Storey, director de Kilafen, dijo que Uruguay debe buscar los nichos donde puede sacar las ventajas competitivas, y tiene la oportunidad de marcar el camino con una producción sostenible.

El empresario Gordon Storey, director de Kilafen, en entrevista con VERDE, aseguró que “sin márgenes atractivos no se puede pensar en producir más”, que Uruguay “está sufriendo un atraso cambiario importante, y que los valores relativos no están en línea con la producción”.

Además, anunció que la empresa está creando un fideicomiso ganadero, que se presentará en las próximas semanas.

¿Cómo observa el negocio agrícola?

La agricultura ha decaído muchísimo, los precios han arrimado la frontera agrícola a los puertos, porque los costos internos de Uruguay son tremendamente elevados y nos sacan competitividad. Es una lástima porque Uruguay es un país que puede incrementar fuertemente su nivel de producción, además es algo que se necesita. Pero no creo que con las políticas que se vieron, que impactaron en el tipo de cambio, en los valores relativos, en la evolución alcista de los costos de producción, se pueda lograr. Los márgenes se han venido destruyendo, y sin márgenes atractivos no se puede pensar en producir más.

¿Usted comenzó a producir fuerte en Uruguay, en los años 2002 y 2003?

Sí, y no lo hicimos pensando en el corto plazo. Desde el inicio instalamos una empresa con visión de futuro, para que trascienda a los fundadores, y hemos sido consecuentes con eso en la buenas y en las malas.

En ese momento el precio de la soja estaba en US$ 200 por tonelada, si no recuerdo mal. ¿Hoy el problema está más asociado a los costos que a los precios?

El precio de la soja estaba por encima de los US$ 200 por tonelada, y aspirábamos a márgenes de US$ 100 por hectárea. Definitivamente, en la actualidad tenemos un problema de costos. Uruguay está sufriendo un atraso cambiario importante, y los valores relativos no están en línea con la producción.

En ese escenario, se suma la sequía que se llevó dos terceras partes de la cosecha de soja, ¿cómo se movió la empresa para seguir operando en Uruguay?

Kilafen tuvo una secuencia de eventos muy complejos para superar, y en eso estamos. Hace seis años decidimos invertir fuerte en el polo industrial (acopio, planta de semillas y planta de balanceados), en Goñi, Florida. Allí invertimos US$ 20 millones, con asistencia bancaria y recursos propios. Eso se hizo pensando en el Uruguay productivo y en el desarrollo del centro-norte del país. Con todo el optimismo, el cariño y la buena voluntad, el polo se inauguró a mediados de 2015. Pero en la zafra 2014/15 se sembró soja con valores de US$ 500 por tonelada y se vendió a US$ 350, fue la campaña de la caída de precios con todo lo que eso implicó. En la zafra 2015/16 nos encontramos con un abril que fue de los más lluviosos de la historia del país, nos pudrió la cosecha de soja, no había calidad de exportación. En la campaña 2016/17 tuvimos una buena cosecha y después llegó la sequía de la zafra 2017/18, una de las peores que Uruguay recuerda, nos hizo perder casi un 70% de la cosecha. Tuvimos baja de precios con una importante inversión en marcha y la pérdida de dos cosechas en tres años. A eso le sumamos el atraso cambiario y costos altos, la verdad es un combo muy difícil de sobrellevar.

¿Cuáles fueron las claves para tratar de sortear esa situación?

Lamentablemente el ajuste. Se han achicado gastos de forma muy importante, el achique trae consecuencias en todos lados. Cuando las cosas van bien los bancos dan todo el apoyo, pero el sector sufrió un embate muy fuerte. Pasamos a ser un sector de alto riesgo y las líneas crediticias que estaban no estuvieron más. Fue una secuencia de eventos que obligó a ajustar y a cambiar radicalmente el foco de la empresa.

¿Cuál es el foco hoy?

Kilafen llegó a sembrar 35.000 hectáreas físicas, algo en campo propio, pero la mayoría en campos arrendados. Hoy estamos sembrando unas 10.000 hectáreas físicas. Nos hemos venido hacia las zonas más cercanas al puerto, dejamos los campos menos rentables o donde el margen era vulnerable. Achicamos área, pero también cambiamos la modalidad de arrendar campos. En su momento dejamos la renta fija en dólares y pasamos a kilos, y hoy vamos a un esquema mixto, con el que aseguramos un piso y el resto se paga con un porcentaje de la productividad. No quiero ofrecerle un arrendamiento en kilos al dueño del campo, y después decirle que no le puedo pagar, prefiero que participemos juntos. Vemos que, gradualmente, a la gente le va gustando nuestro concepto, ya que en los años buenos sale muy favorecido y en los años malos puede que perciba menos, pero lo cierto es que nadie pierde. El sector quedó endeudado y una forma de pagar es sembrándole a la deuda. Entonces, la demanda de campos va a estar y al campo lo conseguís pagando renta. Preferimos especular menos y no prometer una renta que después no se puede pagar. El arrendamiento es el costo principal de un cultivo, y bajar ese riesgo es muy importante para la sustentabilidad de las empresas. En tres años Uruguay tuvo dos que fueron muy malos, eso es muy poco frecuente.

¿Qué números se manejan en los arrendamientos a porcentaje?

Tenemos casos donde es 100% a porcentaje. La cifra varía dependiendo del campo, pero va desde 18% a 20% del cultivo. En algunos casos hay un mínimo de 500 kilos y el resto a porcentaje. Es caso a caso, porque también estamos tratando de incluir pasturas en los sistemas agrícolas, y estamos evaluando las cifras y el mecanismo de arrendamiento.

¿La ganadería como se incluye?

Hemos puesto mucho foco en la actividad ganadera. En agricultura nuestro objetivo es lograr una rentabilidad de US$ 100 por hectárea, el mismo que teníamos cuando arrancamos en Uruguay, y con valores muy distintos. Ese margen que perseguimos, en la actualidad es difícil de lograr. Lograr un margen de US$ 50 a US$ 70 por animal es menos complejo y más seguro que tener una rentabilidad de US$ 100 en agricultura. Cuando arrancamos en Uruguay la soja valía unos US$ 230 por tonelada, y ganábamos US$ 100 por hectárea. En ese momento, con la ganadería era muy difícil lograr US$ 100 por hectárea. Y aunque la ganadería es capital intensivo, hay mecanismos que permiten aspirar a ganancias tan buenas o mejores que los márgenes agrícolas.

¿Qué cambió la empresa con esta situación de la ganadería?

Estamos manejando un rodeo relativamente importante. Hacemos cría, recría y engorde a corral. Ese ciclo completo, con una rotación agrícola-ganadera se realiza en campos propios. A este sistema lo queremos realizar en campos arrendados, pero depende de la duración del contrato que acordemos. Comenzamos a implementar un sistema con tres años de agricultura y tres años de praderas bien intensivas. En las pasturas que se han realizado en campos propios se están produciendo unos 600 kilos de carne por hectárea. Esto tiene beneficios importantes, donde se destaca la seguridad, porque el ganado está, es palpable. Además, con estos precios, la ganadería compite muy bien con la agricultura, y vemos algo importante, que la rotación agrícola-ganadera mejora los suelos. En estos últimos años, con la agricultura permanente, el lavado de los campos y la degradación de los suelos se ha hecho visible. Con esta rotación estamos mejorando la calidad del suelo, apuntamos a eso. Al salir de la fase de pasturas, el rendimiento de la soja mejora entre 10% y 12%. Ese plus de rendimiento está prácticamente por encima del margen buscado. La rotación altera positivamente el negocio agrícola.

¿Qué cultivos incluye la rotación?

Estamos apuntando a soja-trigo/soja-soja-praderas. Creemos que sobre campos rotados con pasturas y en suelos adecuados, el maíz sería un jugador importante. Si esta rotación prende más sobre el centro del país, el sorgo puede ser un gran jugador. Es ventajoso tener en la rotación 30% de maíz o sorgo.

¿Cuántas cabezas integran el rodeo?

Es un rodeo de 1.200 vientres, pero también contamos con un rodeo importante de ganado capitalizado en el esquema de producción. El dinamismo que le da este esquema a la recría en praderas permanentes es violento. En un campo con un manejo convencional se trabajadaría con 700 cabezas, pero con pasturas estamos en 2.500 cabezas. Para producir esa cantidad de carne hay que tener las bocas suficientes para comer lo sembrado, es intensivo, con una rotación en el pastoreo y agua en todos los piquetes; es algo muy prolijo. Vemos que para ampliarlo en dimensiones interesantes se necesita capital, para esto tiene que haber inversores, porque genera un movimiento importante. Por eso estamos creando un fideicomiso ganadero, que se presentará en las próximas semanas.

¿Todos esos ganados se terminan en los corrales de engorde?

Sí, pero con un esquema distinto al que teníamos. Hemos desarrollado una serie de convenios con algunos frigoríficos. Hacemos la recría, los llevamos a 350 Kilos y se venden al frigorífico, que lo lleva a nuestros corrales y allí Kilafen vende el servicio de hotelería. Con el fideicomiso ganadero queremos ampliar el negocio y arrancar en la cría. El inversor invierte en la vaca, después pasa por el proceso de la recría y va al corral con un destino final asegurado. Es un esquema novedoso, que estamos desarrollando en este momento. Es un negocio a largo plazo, que empieza a redituar a partir del segundo año, y con una renta muy interesante. Todo el esquema cierra muy bien, vamos desde la cría, pasando por la recría, hasta el corral, con un destino final asegurado.

¿La idea es venderlo al frigorífico con 350 kilos y que la industria se haga cargo del resto en los corrales de Kilafen?

No necesariamente se lo tenemos que vender a un frigorífico, se lo ofrecemos para que el frigorífico se haga cargo del negocio del corral. Hay factores a tener en cuenta, como la fecha de faena, eso es algo que los frigoríficos manejan de acuerdo a sus contratos y necesidades. El esquema de engorde es eficiente, ordenado, prolijo, el proceso de terminación es muy eficiente. Para eso es fundamental el destete precoz, algún tipo de suplementación durante la recría, con eso el animal entra al corral y engorda desde el primer día. Si usted lleva a un animal que nunca comió nada, tarda una semana en el corral para empezar a ganar kilos. Ese animal para llegar a los niveles demandados tiene que estar 10 días más que el promedio (100-120 días). El costo del corral está en unos US$ 3 por día y por animal, 10 o 12 días más demandan entre US$ 30 y US$ 40, con eso se va el margen.

¿Están con dos corrales de engorde?

Sí, el de Corralito (Soriano) tiene una capacidad instantánea de 6.000 cabezas, y el de Durazno cuenta con una capacidad de 8.000 animales.

¿El fideicomiso ganadero que estarán lanzando motivará un incremento de la capacidad de los corrales?

No. Es una herramienta que nos posibilitará utilizar el 30% la capacidad plena del corral por año con ganado propio y/o del fideicomiso, el resto se destina a la prestación de servicios a terceros. Tenemos un objetivo muy importante, porque serían 12.000 cabezas por año. Buscamos aprovechar todo lo que aporta la trazabilidad del ganado, con eso el inversor tiene la seguridad de su inversión y nosotros aportamos toda la eficiencia operativa para que los animales ganen los kilos de la forma más eficiente. Nuestra empresa participa del resultado obtenido en el corral; si los animales no ganan kilos no habrá rentabilidad. Hemos cambiado el foco, antes asumíamos el 100% del riesgo, ahora buscamos bajar riesgos y hacer que los procesos productivos sean más eficientes. Al inversor le aseguramos eficiencia.

¿Y qué perspectivas le ve al sector agrícola-ganadero?

El futuro presidente (Luis Lacalle Pou) ha dicho que no se imagina un Uruguay pujante sin el agro. A eso lo interpreto como un énfasis en un Uruguay productivo. Creo que hay muchísimo por mejorar desde la producción, pero deben haber políticas que sustenten ese proceso. No sé qué tiene previsto el nuevo gobierno, pero los valores relativos tienen que cambiar. Venimos de una inflación en dólares que es tremenda, y el aparato productivo no la puede seguir soportando. El Estado debe tener una política de ajuste, viene creciendo desde hace 15 años. Entiendo que deben buscarse cosas para acompañar al sector, porque sabemos que el retorno es muy rápido. Si hay margen el productor siembra más, y con eso comienza un círculo virtuoso. Por eso, me imagino que habrá cambios.

¿Cómo ve a Uruguay como país productor de alimentos?

Uruguay está en una posición ideal; tiene herramientas muy claras. Para el productor la trazabilidad del ganado es un problema, no le aporta beneficios, busquemos que la trazabilidad aporte beneficios directos. Europa está muy preocupada, tiene metas claras y está buscando el balance de carbono para el mediano y largo plazo. Se habla del año 2030 y del 2050. Tampoco van querer importar carbono, eso significa que no le comprarán carne a países que no tengan un balance neutro.

Por lo tanto, Uruguay, con la trazabilidad y con el financiamiento que está aportando el mundo para proyectos que produzcan carne bajo determinados lineamientos ambientales, tiene una ventaja y el que pega primero pega dos veces. El resto de los países del Mercosur aún no arrancó con la trazabilidad como esta implementada aquí. Por eso, Uruguay tiene la oportunidad de marcar el camino en estos temas. No digo que vayan a pagar más por una carne certificada con balance neutro de carbono, pero seguramente será una barrera para entrar a los mercados que más pagan por el producto.

Este año cambió la cuota 481, el mayor volumen lo tiene Estados Unidos. Mientras allí siga la actual administración, lo que pertenece a los americanos lo deberán tener los americanos, y la cuota 481 es de los americanos; a nosotros nos dan una pequeña parte. Tal vez hasta deberíamos pensar en nuestra propia cuota, tenemos la mejor carne, seguridad de trazabilidad y lo posibilidad de certificar la calidad que nos propongamos. Por eso, Uruguay debe buscar los nichos donde puede sacar ventaja. La mayor parte de la carne va a China, pero allí se pagan otros valores. No podemos darnos el lujo de no vender la calidad espectacular que tiene la carne uruguaya, y venderla como un commodity. Lo bueno tiene que ir a donde está el precio más alto, y el resto del animal a los otros destinos. La calidad debe de ir a donde se paga, porque producimos carne de calidad. Hay una enorme oportunidad para aprovechar la interacción agrícola-ganadera, pero no podemos tener políticas de Estado que fomenten la producción de un animal de 4 años en campo natural, criado como se pueda, para no invertir.

Hace más de 10 años hablaba contigo y la tasa de preñez era de 65%, hoy sigue en los mismos niveles. Por eso digo que algo tiene que cambiar. Se necesita una política de Estado que apunte a generar más producción, hay que fomentar la producción de calidad y después venderla en los mercados que más pagan.

¿Cuánto puede crecer la producción agrícola en Uruguay? Marcos Guigou dice que Uruguay puede producir 20 millones de toneladas de granos ¿Usted qué cree?

Estoy de acuerdo. Uruguay tiene 17 millones de hectáreas y todos los campos, por más marginales que sean, tienen entre 20% y 30% de muy buena calidad. Con eso ya tenemos más de 4 millones de hectáreas agrícolas. Me pueden decir que en algunos casos son islitas, pero en cualquier lugar del Uruguay se puede sembrar soja, sorgo, raigrás y praderas. Se puede crear una rotación agrícola-ganadera altamente productiva. El impacto que generaría en su entorno es tremendo. Esa es mi forma de ver las cosas. Pero en Uruguay el que fue por el camino de la producción, históricamente se fundió. Tienen que haber políticas de Estado que acompañen el aumento de producción. La administración anterior aumentó fuerte el impacto impositivo. Creo que sería posible buscar mecanismos de beneficios impositivos para todo aquel que aumente su nivel de producción.

¿Eso no viene cambiando?

Tiene que cambiar, y en eso tienen que incidir las políticas de Estado hacia el sector. Hay que entender que si el productor produce más, el Estado recaudará más, y no solo por el aporte de ese productor, sino que lo más importante es el efecto de derrame, porque se genera mucha más actividad. Si paga impuestos por 10 y pasa a producir 20, hay que cobrale impuestos por 15, fomentar que se produzca. Si eso pasa, cambiará la realidad del Uruguay, porque habrá más granos, más carne para vender al mundo y con eso entrará más dinero al país.

¿Es sustentable la agricultura uruguaya?

Estaba convencido de que la siembra directa era una herramienta mejoradora de los campos agrícolas. Lo hice por muchos años en Argentina y también acá en Uruguay. Pero hoy creo que se siembra sin arar, pero eso no es siembra directa. La Ley de Uso y manejo de los suelos obliga a realizar ciertas cosas, pero con eso no alcanza. Para mí, los campos se lavan, se degeneran, las lluvias torrenciales en los campos quebrados se llevan los rastrojos, el control de malezas es intenso en el uso de herbicidas, y los campos se enmalezan más. La naturaleza está trabajando más rápido que la ciencia. Además, los campos se arriendan por un año o dos, y con eso no hay posibilidad de rotar esa chacra adecuadamente. Tiene que haber un acompañamiento del Estado. Están todas las herramientas para tener una agricultura de las más sustentables del mundo, pero la mayoría de los parámetros de producción que se están manejando en Uruguay atentan contra la sustentabilidad del sistema.

TARJETA PERSONAL

Gordon Storey, es argentino, productor agrícola-ganadero en Entre Ríos. Fue administrador general de la empresa Waldron SA, que gestionaba más de 100.000 hectáreas agrícola-ganaderas en la zona núcleo de Argentina.  Luego pasó a gestionar su propia empresa, y en 2003 fundó en Uruguay la sociedad Kilafen SA. Estudió Agronomía en la Universidad de Edimburgo (Escocia), y fue director de AACREA, en Argentina.

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Creen que China pagará precios de inicios de 2019

By Diego Betelú,

El coronavirus detuvo la actividad económica, financiera y logística; analistas esperan que se retome en los próximos meses

Hay señales de optimismo para que el comercio de China se recomponga tras varias semanas sin actividad económica y social, primero por las celebraciones del año nuevo chino y luego como consecuencia de la propagación del coronavirus, que generó miedo en la población que se mantiene en sus hogares, lo que afecta el consumo.

Antes de eso, en noviembre, la importante escalada de precios generó la alerta del gobierno chino, que cortó los créditos para la compra de carne y así el precio sufrió una fuerte baja, lo que motivó renegociaciones de contratos para ajustar los valores de las cargas acordadas.

“Desde el punto de vista de la carne vacuna, en estos días hay algunas señales contra el silencio total de la demanda china, porque todo estaba parado, los puertos, los bancos, la gente de vacaciones”, dijo a VERDE el consultor argentino, Ignacio Iriarte.

También advirtió que el país asiático “está al borde del desabastecimiento, porque el transporte de mercaderías está semiparalizado; y en estos días está empezando a moverse”.

Por otra parte, se sigue incrementando el problema de la fiebre porcina africana, extendiéndose por toda China y el resto de Asia; y todos los análisis de referencia mundial coinciden en que el faltante de carne de cerdo que tendrá China este año será de entre 15 y 20 millones de toneladas, “es imposible de satisfacer; y ni juntándose todos los exportadores mundiales se alcanzaría”, aseguró Iriarte.

El consultor recordó que el protagonista en la escasez de proteínas en China es el cerdo, que el pollo es un gran paliativo y la carne vacuna “es un jugador secundario”.

Así como cayó el precio de la carne vacuna en China, también bajó el precio del pollo y del cerdo, que había registrado una suba interanual del 120%. El gobierno chino intervino en el mercado al ver la disparada de los valores justo antes del año nuevo.

Pero a mediados de enero el precio del cerdo volvió a subir en China, “está imparable, y tocó de vuelta los récords de octubre, porque hay una escasez enorme de producto”, subrayó el analista argentino.

Indicó que el otro factor que hay que considerar es la reducción de tarifas incluidas en la Fase I del acuerdo entre China y Estados Unidos, que se empieza a poner en marcha en pocos días, y Estados Unidos le puede vender carne de cerdo en cantidades enormes a China.

Recordó que el año pasado Estados Unidos le vendió volúmenes muy importantes, y con tarifas de 70%, “imagínense lo que será ahora, que le sacaron ese freno de mano”.

También destacó que este año Estados Unidos va a producir 14 millones de toneladas de carne de cerdo, “es un récord; es la primera vez en la historia que va a producir más carne de cerdo que carne vacuna”.

Además, recordó que China ha habilitado plantas de faena en muchos países, en Brasil fueron cerca de 40, de grandes dimensiones; y en Argentina una proporción similar.

“Mi impresión, tras leer un comunicado del secretario de Agricultura de Estados Unidos (Sonny Perdue) es que, cuando venga la primavera, y el virus tienda a ceder, habrá un rebote importante en la actividad económica y la importación de carne”, remarcó.

Sostuvo que “China no tiene problemas con la importación, porque tiene las divisas, no tiene carne, y la necesita desesperadamente porque la inflación se le escapó de las manos”.

Si bien el principal faltante es de carne de cerdo, no hay en el mundo volúmenes enormes disponibles. “Los grandes protagonistas en la producción de carne hoy son Brasil, Argentina y Estados Unidos. Tanto Nueva Zelanda, como Uruguay y la Unión Europea, son jugadores menores, porque no tienen volumen. Estamos hablando de millones de toneladas. El único que es capaz de poner 1 millón de toneladas de carne de cerdo sobre la mesa es Estados Unidos; tal vez Brasil, pero lo quiero ver…”, planteó Iriarte.

En relación a Australia, señaló que “en estos días está lloviendo y se está revirtiendo una seca tremenda. Hay un gran salto del precio del ganado gordo, de la invernada, hay una reversión después de años de drama, y se calcula que tendrá entre 15% y 20% menos de producción de carne vacuna este año. Además, se cree que las exportaciones caerán entre 200.000 y 250.000 toneladas”.

Agregó que en Brasil se está moderando la liquidación del año pasado. “No hay tanta carne en el mundo, y lo que puede pasar es que se desvista a un santo para vestir otro”, analizó.

Iriarte planteó que “cuando esto pase, los que se van a recuperar rápidamente son los volúmenes, aunque no sé si a los niveles de fines del año pasado, lo que no cuesta nada porque en este momento estamos parados en cero”.

Perspectivas y expectativas

El presidente de la Asociación de la Industria Frigorífica (Adifu) y CEO Cono Sur de Grupo Marfrig, Marcelo Secco, comentó su expectativa en conocer “cuándo levantarán los contenedores en los puertos, que las navieras puedan descargar los que están en viaje, y los operadores puedan salir nuevamente a comprar”.

Informó que “hay incipientes movimientos de los clientes más regulares”, pero siguen sin recibir muchas respuestas, “incluso la funcionaria de nuestra oficina en Shanghái aún no volvió a trabajar, lo está haciendo vía remota”.

También dijo que “es interesante ir viendo lo que pasa con el mercado de capitales”, ya que políticamente China está intentando reactivarse, porque la carne es un elemento más, minúsculo dentro del parate de esa economía.

El uruguayo Daniel Castiglioni, director de Castitrading, radicado en China, opinó que “se va a demorar la compra activa de los clientes chinos”, porque “tardarán en vender todo lo que hay, hacerse del dinero y salir a comprar. Los valores deberían mejorar, pero eso va a demorar, y hay que ver cómo sucede todo”.

También planteó que “habrá que ver el efecto rebote. Hay que considerar que China no compró carne por un mes o mes y medio. Se redujo 40% la entrada de carne en el último mes, habrá un espacio vacío, de un mes o algo más, cuando no habrá carne en China y habrá otra locura; podría haber un efecto rebote de precios. Además, habrá que ver qué pasa con la zafra de faena de Uruguay, que baja en mayo”.

Castiglioni planteó que “no hay un solo factor, también hay que ver qué pasa con la fiebre porcina, la situación de Hong Kong, qué pasa con la oferta en Argentina y en Brasil. Se puede mover todo. Seguro que la demanda de carne va a estar, los precios van a ser buenos, comparados con los históricos, pero hay que ver hasta dónde llegan”.

Recomponer el flujo de negocios

“Nuestra preocupación es ver cómo recomponer el flujo exportador. Necesitamos tener una posición de precios, de volúmenes, de fluidez, además del ciclo financiero de poder cobrar lo que fue embarcado en estos dos meses y medio”, comentó Marcelo Secco.

Informó que, a mediados de febrero, Marfrig pudo cobrar algo, pero los bancos no están operando con normalidad. También admitió que para que los importadores paguen, primero deben vender esa mercadería, y antes retirarla del puerto, y allí también tienen que pagar.

“Hay todo un ciclo de las cajas, de ellos y nuestras, que está parcialmente interrumpido. Somos optimistas en que esto se irá recomponiendo. Vemos que el brote del coronavirus se reaviva, lo que demuestra que la gente se está moviendo. Ahora habrá que ver cuál es la dinámica que toma la economía china, no solo para reactivar el flujo importador, sino también el exportador de China, que es muy fuerte”, comentó.

Secco admitió que “la ansiedad está planteada, y habrá que ver cómo la interna en China nos permite ir identificando señales, y cuánto dura este proceso de reacomodar el mercado, que a mi entender es una película del primer semestre. En el segundo semestre, quizá no con el 70% (de las exportaciones de Uruguay) pero sí con un volumen importante, China vuelva a ser lo que era a principios del año pasado”.

Consultado sobre las precauciones que deberían tener en los negocios con China de ahora en adelante, el CEO Cono Sur de Marfrig respondió que “en el mundo del comercio uno aprende todos los días, no solo con China”.

Agregó que, recompuesto el flujo exportador, “cada empresa tomará los recaudos que considere convenientes. Creo que en un mercado más estable, la volatilidad que le da ese trading peligroso de ir tomando posición y saliendo de posición a precios récord debería bajar, y al calmarse las aguas deberíamos volver a identificar cuáles son los clientes regulares”.

Pero el presidente de Adifu admitió que “buscar mejores garantías comerciales es un tema de segundo plano, ante la necesidad de volver a reconstituir el flujo comercial”.

Explicó que “lo que queda por entregar es mercadería renegociada, y hoy el desafío está en poder generar nuevas ventas”. Señaló que la mercadería para China no se puede redestinar a otro país, porque está etiquetada en chino.

Dijo que lo que queda, y es algo con lo que hay que tener cuidado, es la demora en el tránsito. “El flujo naval cambió. El volumen semanal de barcos bajó, porque también tienen menos volumen para cargar en China, y por lo tanto podría haber demoras adicionales, y que los contenedores no lleguen en la fecha prevista”, indicó.

El industrial admitió que la renegociación del 30% fue una especie de canon, que aplicaron los operadores chinos, y que también lo aplicó algún cliente de Corea, que intentó renegociar precios. “Sabemos que hay operadores que salieron del negocio y abandonaron mercadería en destino; alguna empresa colega la sufrió”, indicó.

Secco sostuvo que “hay tantos elementos por resolver que lo mejor es trabajar sobre lo seguro, y darle confianza al sistema de que se irá recomponiendo el flujo, los negocios y transmitir señales positivas”.

Consideró que “no es oportuno transmitir más señales negativas en relación a China, porque se puede especular con mucha cosa, y lo importante es reconstituir el negocio, para volver a generar flujo”.


LEE EL INFORME COMPLETO EN REVISTA VERDE N° 83

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En la zona de Libertad, “la sequía es de las más importantes de los últimos 20 años”

By Diego Betelú,

Alessandro Mietto, productor agrícola de la zona de Libertad, San José, dijo que “la sequía que estamos viendo es de las más importantes de los últimos 20 años”. Explicó que “desde hace 10 días la soja está en un estado crítico” y que dependiendo de cuándo se registren nuevas precipitaciones “dependerá si se podrá salvar algo de la producción o no”.

Agregó que desde diciembre “no se registran precipitaciones que le permitan a los cultivos tener una buena respuesta”, a lo que se le suman altas temperaturas registradas durante los últimos días.

Si bien en su caso en particular dijo que hasta el momento “no se han tomado medidas”, destacó que “algunos productores han enfardado soja y otros han comenzado con la cosecha de algunos maíces para grano húmedo con muy malos resultados, entre 4.000 y 5.000 kg/ha”.

Con respecto al cultivo de papa, Mietto señaló que “si bien es un cultivo que se puede regar, al tener altos costos la rentabilidad se compromete si se riega más de lo previsto”.

Escuche la entrevista completa a Alessandro Mietto.

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El movimiento del dólar “responde a factores globales”

By Diego Betelú,

El Ec. Ignacio Munyo, director de la Escuela de Negocios de la Universidad de Montevideo, dijo que “el movimiento del dólar es global y no exclusivo de Uruguay. Estamos en un proceso de fortalecimiento del dólar y eso viene asociado a la incertidumbre que existe en el mundo que a su vez  viene de la mano de lo que ha provocado el coronavirus”.

Agregó que “esta incertidumbre produce una huida hacia activos seguros y en este caso lo más seguro son activos como el oro y el dólar”. Destacó que “en Brasil y en Argentina también el dólar subió mucho ” y por eso subrayó que “es un fenómeno global que al mismo tiempo se enfrenta con una situación local de atraso cambiario sostenido, de más de 10 años”.

Munyo sostuvo que “si se compara el valor del dólar en Uruguay con el promedio histórico, aún está 15% más caro en pesos y si se compara con la región, Uruguay está 30% más caro, en términos reales”.

Destacó la importancia de analizar la “evolución del dólar en función de la evolución del IPC” y dijo que “decir que el valor del dólar es uno de los más altos de la historia es anecdótico, porque lo que importa es cómo evoluciona el dólar en relación a los costos internos”.

Por eso enfatizó en que “más allá de las recientes subas, el dólar todavía sigue abajo del promedio histórico en términos reales”.

Escuche la entrevista completa a Ignacio Munyo.


FOTO: PIXABAY

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Fin de semana con “importantes lluvias en el sur y altísimas temperaturas en el norte”

By Diego Betelú,

El asesor meteorológico, José María Rodríguez, dijo que en los próximos días “podrían registrarse precipitaciones con acumulados de hasta 300 mm en la zona del litoral oeste del pais”. Las lluvias comenzarían en el departamento de Colonia se extenderán hacia en Norte.

Explicó que esos modelos “muestran un área de inestabilidad en la provincia de Buenos Aires que ingresará a Uruguay por el suroeste, afectando la zona del sur del río Negro con lluvias y tormentas”.

Al mismo tiempo destacó que para la zona norte se espera que el fin de semana se registre “una ola de calor, hasta el lunes inclusive, con temperaturas en progresivo aumento que llegarán hasta los 40º C”. Para la zona sur las temperaturas también irán en aumento con máximas que podrían llegar el lunes a los 35º C.

Aclaró que “el sábado y domingo habrá lluvias y tormentas al sur del río Negro” y que “el norte estará sin lluvias”, pero “dentro de una masa de aire muy caliente”.

La estabilidad retornará a partir del lunes pero hacia el 31 de diciembre de noche se volverán a registrar “importantes lluvias”.

Escuche la entrevista completa a José María Rodríguez.

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Con el atraso de la siembra de soja, “es clave la elección del material y el grupo de madurez”

By Diego Betelú,

Marcelo Ferreira, gerente de semillas de Barraca Erro, dijo que la siembra de segunda “está atrasada” y no se seguirá sembrando “hasta tener un pronóstico certero de precipitaciones”. La siembra de primera “está prácticamente finalizada” y apenas “queda menos de un 5% que está en el sur del país”.

Agregó que el atraso de la siembra de segunda se registra principalmente al sur de río Negro “porque la falta de precipitaciones no ha permitido avanzar”. Del área total planificada para siembras de segunda apenas se ha logrado sembrar entre 30 y 40%.

Ferreira destacó que en esta coyuntura es clave “seleccionar variedades y grupos de madurez”. A medida “que nos alejamos de la fecha óptima de siembra se pierde potencial productivo, por lo tanto es muy importante hacer una correcta selección varietal y de grupo de madurez, que nos permita capitalizar el potencial de rendimiento esperado al sembrar en estas fechas”.

Informó que los departamentos que muestran mayor atraso son San José y Colonia. Además, esos son departamentos donde el área de segunda ocupa porcentajes muy altos.

Escuche la entrevista completa a Marcelo Ferreira.


FOTO: TWITTER Barraca Erro @BarracaErro

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Daniel Beleratti: “El interés de China por un TLC con Uruguay, es música para nuestros oídos”

By Diego Betelú,

Frente al interés de China de firmar un TLC con Uruguay, el presidente de la Cámara de la Industria Frigorífica (CIF), Daniel Beleratti, dijo que ese interés “es música para nuestros oídos”.

Beleratti recordó que en 2014 la CIF fue “la que instaló en la agenda de todos los partidos políticos el problema que representaban los aranceles que paga la carne uruguaya”. En aquel momento eran unos US$ 200 millones por año.

Recordó que “China está abierta a una acuerdo comercial y lo demostró en 2016”, pero resaltó que “en aquel momento el que se opuso tajantemente fue el gobierno brasileño”.

De todas maneras, el director de la CIF dijo que con los cambios políticos en la región y con el actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se percibe “una política de apertura comercial muy marcada”.

“Por eso la posibilidad de avanzar en un TLC con China está latente. Nos renace la esperanza”, señaló Beleratti. Agregó que hoy “no tenemos mercado para proteger de China, ya que nos ha invadido con sus productos”. Por eso indicó que “lo único que haría un TLC con China es que los productos chinos que ingresan a Uruguay puedan ser más baratos”.

Confirmó que este tema ha sido tratado con la coalición multicolor que será encabezada por el gobierno del Partido Nacional a partir del 1º de marzo de 2020. No obstante, dijo que “no hay que olvidarse que Uruguay durante muchos años fue parte del problema” y recordó que “el parlamento uruguayo estuvo dos años para aprobar un TLC con Chile”. Por eso indicó que “no podemos enceguecernos y echarles toda la culpa a los argentinos y brasileños”.

También indicó que “Uruguay tiene su responsabilidad del país al no avanzar en nuevos tratados”. Si bien reconoció que “hubo dos posiciones”, una afín a la apertura comercial integrada por el presidente (Tabaré Vázquez), el ministro de Economía (Danilo Astori) y el canciller uruguayo (Rodolfo Nin), pero había otra integrada por los parlamentarios y otros actores del Frente Amplio que no están de acuerdo en los TLC. Tenemos que hacer un mea culpa y reconocer la responsabilidad que tenemos como país”.

Escuche la entrevista completa a Daniel Beleratti.

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