El ingeniero agrónomo Leonardo Toscano, de Barraca Erro, se refirió a las variedades recomendadas de soja y maíz de segunda, según ambiente, antecesor y fecha de siembra
El doble cultivo “es el sello de la zona” suroeste y este de Colonia, dijo a VERDE el ingeniero agrónomo Leonardo Toscano, integrante de Barraca Erro. “Lo ha sido históricamente y la soja de segunda tiene más importancia que el cultivo de primera. En esta campaña se viene avanzando en la cosecha de los cultivos de invierno, las siembras de segunda serán aún más importantes, porque a la cebada y al trigo se le agregó la colza, que tuvo un incremento de área muy interesante, algo que es muy positivo para el sistema”, señaló.
Toda esto condiciona a lo que sigue posteriormente. Toscano planteó que “el porcentaje mayor iría a soja, pero el maíz también tiene su lugar. La definición sobre una parte del área de segunda dependerá de las lluvias y de los pronósticos”.
A la hora de graficar el peso del doble cultivo, el integrante de Barraca Erro señaló que en el suroeste y este del departamento de Colonia la soja de segunda ocupa el 80% del total del cultivo, mientas que la de primera es el 20%. “Si nos vamos hacia Ombúes de Lavalle, la relación disminuye a favor de la soja de primera, pero el porcentaje del área de segunda sigue siendo importante. El cultivo de segunda va teniendo un peso gravitante, algo similar ocurre en el sur de Soriano y parte de San José”, afirmó.
En ese escenario, Erro y Don Mario “han tenido una gran preponderancia desde el inicio de la historia de la soja, hace unos 20 años. La genética de Don Mario se posicionó fuerte y hoy tenemos una paleta de productos para cubrir ese espacio de siembra que va desde un rastrojo de colza, donde estamos colocando un cultivo de soja en un momento, donde clima mediante está la posibilidad de llegar al máximo potencial de rendimiento; hasta la siembra en un rastrojo trigo, que se cosecha en la segunda quincena de diciembre, y es otro ambiente de producción”.
Allí Toscano explicó que para esa demanda “contamos con dos materiales grupo 6, de alto potencial de rendimiento, como: DM 62R63 RR1 con tecnología STS (tolerancia a sulfonilureas); y DM 60i62 IPRO, que es el material de grupo 6 de más rendimiento del país”.
Luego, en grupo 5, aparecen otros dos materiales que son nuevos lanzamientos: DM 52R19, un ciclo 5 corto; y se suma DM 55R20 STS. Son cuatro materiales que se posicionan en ese espacio de siembra y nos permiten abarcar toda esa distribución en fechas y ambientes de siembra, que van desde la segunda quincena de noviembre hasta la segunda quincena de diciembre”.
Sobre el posicionamiento de las variedades, Toscano indicó que en ese espacio de siembra los productores utilizaban básicamente materiales del grupo 5 ciclo corto. “Hoy por hoy hemos ido alargando un poco el ciclo y avanzamos con materiales de grupos 6. Nuestra recomendación es que la variedad a sembrar debe depender del ambiente productivo y/o de las fechas de siembra. Y eso es básicamente lo que hacen los agrónomos y productores”.
La información de investigación y desarrollo (I+D) de Erro, marca que “cuando vamos atrasando la fecha de siembra, que en definitiva es lo que hacemos cuando sembramos una segunda, se observa que los materiales de ciclo más corto sembrados luego del 1° de diciembre muestran una caída más pronunciada en rendimiento que los materiales más largos, que muestran más estabilidad”.
A la hora de ejemplificar con una situación, Toscano señaló que si se siembra luego de un cultivo de trigo, “la información muestra que una variedad como DM 62R63, que aún teniendo una merma de rinde por la fecha siembra, es un material con alta probabilidad de tener rendimientos iguales o superiores a los 3.000 kilos por hectárea”.
Agregó que esa información surge del área de I+D, luego de que la variedad fuera evaluada durante varios años con climas contrastantes.
“En la otra punta, cuando sembramos luego de colza o cebada (a fines de noviembre), apuntamos a un grupo 5 como, por ejemplo, DM52R19. En ese caso sabemos que se está colocando el material en un ambiente donde estamos aprovechando la curva de mayor potencial”, acotó.
En otro orden, Toscano señaló que “la aparición de la tecnología Enlist E3 aportará al control de malezas y también traerá de la mano de Don Mario materiales grupos 5 y 6 aptos para siembras de segunda”.
En ese sentido, “es de destacar que el aporte de dicha tecnología en el control de malezas y especialmente en los cultivos de segunda, donde es vital aprovechar la fecha de siembra, para no perder potencial. Nos permitirá realizar aplicaciones posemergentes (con la soja implantada) de productos para el control de malezas problema (yuyo colorado, carnicera, entre otros)”, dijo.
El ingeniero agrónomo de Barraca Erro agregó que la tecnología Enlist E3 aporta al cultivo la resistencia a herbicidas: glufosinato de amonio, 2.4 D sal colina y glifosato.
La pandemia hizo disminuir el flujo de barcos, bajando la disponibilidad de equipos y elevando considerablemente los costos, tanto de exportación como de importación
La pandemia afectó “dramáticamente” la disponibilidad de contenedores, no solo en Uruguay sino en la región, “y eso hizo aumentar bastante los precios”, dijo a VERDE el gerente de Starfish Logistics –empresa del grupo JR Williams–, Diego Nairac.
El operador explicó que “el negocio del flete marítimo es la reposición de contenedores” y, como bajó la demanda de productos, “no vienen equipos”. Esos contenedores que llegan con importaciones de productos, al quedar vacíos, pasan a estar disponibles para la exportación. Sin embargo, al llegar menos barcos al puerto, eso no está ocurriendo como suele ocurrir normalmente, detalló. Esta problemática no solo se observa en Uruguay, sino también en toda la región y también en gran parte del mundo.
“Al bajar la disponibilidad de contenedores aumentan los costos de los fletes, tanto para importación como para exportación. Y eso ha afectado la competitividad”, aseguró.
China es el principal actor a nivel global, y también en Uruguay, tanto para la importación como destino de las exportaciones.
Ejemplificó que importar un contenedor de 20 pies desde China “hoy cuesta US$ 4.300 o US$ 4.500”, pero por ese mismo servicio “se ha llegado a pagar US$ 500 o US$ 600, que tampoco era un precio real en el mercado. Previo a la pandemia ese costo estaba entre US$ 1.200 y US$ 1.500”, señaló.
El costo para exportar registró “un 30% de incremento en promedio, pero a partir de diciembre está previsto un nuevo ajuste de unos US$ 500 por contenedor”. Antes de la pandemia el costo de enviar un contenedor de 20 pies a China “era US$ 800 y hasta noviembre se hablaba de US$ 1.500 o US$ 1.600”.
Recordó que muchos insumos del agro se importan en contenedores, y este aumento significativo en el precio del flete “seguramente generará un aumento de costos, afectando a la cadena agroexportadora”.
Pero también admitió que “los graneles van por otro carril”. Ese servicio cuenta con “disponibilidad de buques, que en general son charteados en el exterior, por multinacionales. Ahí no está tan afectado el precio y la competitividad”, declaró.
Productos de exportación
El operador logístico señaló que la empresa trabaja con la exportación de varios productos agropecuarios, como el arroz, la madera, algo de soja, carne y pescado. Estos productos refrigerados son los más afectados por la falta de contenedores, aseguró.
“Tenemos contratos con las navieras, y están muy difíciles de extenderlos en el tiempo. Generalmente hacemos contratos de mediano y largo plazo, generando precios y espacios, pero hoy en día es muy difícil por esta situación general el mercado”, reconoció.
Señaló que “desde hace unos cinco años, las navieras, por bajar sus costos, se han empezado a fusionar. Antes teníamos una diversidad de ofertas que venían a Montevideo y a la región, pero esas empresas se han ido fusionando, y eso ha quitado disponibilidad de oferta”.
El gerente de la empresa Starfish Logistics agregó que la prioridad de las empresas marítimas durante estos meses ha sido abastecer a los mercados de Estados Unidos y de la Unión Europea.
Sobre las perspectivas del mercado logístico, Nairac dijo que “hasta que no se llegue a un equilibrio entre oferta y demanda de contenedores, esta situación no se normalizará”. Estimó que esta situación de costos altos para importación y exportación “se extenderá por todo este año y, probablemente, también durante el año que viene”.
El ejecutivo consideró que, “si bien todos hablaban de un efecto rebote, parece que no va a ocurrir. Ni siquiera lo hay en Estados Unidos, que es el principal mercado, al que todas las empresas quieren abastecer. Porque incluso el consumo de las personas se ha hecho más lento durante estos meses”.
Al respecto, comentó que “si bien algunos consumos de productos son impulsivos, muchos otros no han aumentado con la pandemia. Y la demanda de alimentos viene aumentando, pero muy lentamente. Veremos después, en 2022, cómo arrancamos”.
Altos costos del puerto de Montevideo
Nairac también admitió que “el puerto de Montevideo es caro comparado con la región”, y es otro factor que incrementa los costos. “Nos ha costado mucho mejorar la competitividad. La Unión de Exportadores ha bregado durante mucho tiempo por la baja de los costos operativos del puerto de Montevideo, y no ha logrado demasiados cambios”, afirmó.
A propósito, agregó que si bien hay competencia entre dos terminales especializadas, Montecon y TCP, esta no se refleja en una baja de precios, como la esperaba el mercado exportador.
Dragado a 14 metros
Consultado sobre su opinión respecto del proyecto de dragar el puerto de Montevideo a 14 metros de profundidad, respondió que “es positivo”. Agregó que el efecto directo que genera es la posibilidad de que los barcos salgan con más carga de contenedores, así como generar que vengan más navieras, pero no afectan los costos de la terminal.
“Lo que se busca es incentivar a que vengan más navieras, barcos más grandes, que ese calado permita sacar barcos con más ocupación. Si crece la escala tal vez puedan bajar los precios, pero no existe una relación directa que lleve a una economía de costos”, opinó.
Pero Nairac advirtió que “si seguimos con el mismo problema de disponibilidad de equipos, no vamos a poder llenar los barcos”.
De todos modos, admitió que “en un contexto normal es algo positivo, porque le da más competitividad al puerto”. Sin embargo, insistió en la necesidad de que la terminal portuaria baje sus costos operativos, ya que “son muy altos, y eso afecta la competitividad”.
Argentina
Consultado sobre los tránsitos en la región, respondió que “hoy están afectados, fundamentalmente por la reglamentación impuesta por el actual gobierno argentino”. La normativa afecta el tránsito, con la exclusión de los barcos de bandera argentina, y “de esa forma prácticamente anuló cualquier posibilidad de tránsito”, lamentó Nairac.
Sobre las operaciones de tránsito a Paraguay, señaló que la relación de costos ha hecho que se opte por el puerto de Buenos Aires, afectando “drásticamente” su participación en el puerto de Montevideo.
El gerente de Starfish Logistics también señaló que en esta situación influyó la bajante de los ríos, debido a sequías.
Grupo JR Williams
El grupo JR Williams se inició hace 152 años en Uruguay. En sus inicios se especializó en navieras, atendiendo barcos graneleros como contenedores. Luego, fue anexando representaciones de navieras internacionales, agregando después otros servicios, siempre vinculados con la logística.
“Tenemos servicios dentro del puerto de Montevideo, en régimen de puerto libre, asociados a Depósitos Montevideo. En algún momento tuvimos flota de camiones para el transporte de madera, pero después salimos de ese negocio. Y actualmente también tenemos una empresa agente de cargas, llamada Starfish Logistics, que hace la intermediación de servicios logísticos entre importadores y exportadores”, dijo a VERDE el gerente de Starfish Logistics, Diego Nairac.
Explicó que el servicio consiste en “encontrar espacios en los barcos, buscamos cuáles son las tarifas más competitivas para determinados mercados. Básicamente asesoramos a importadores y exportadores sobre cuáles son las mejores condiciones de fletes y servicios logísticos. No nos dedicamos tanto al negocio de graneles sino al de contenedores, que es nuestro fuerte, tanto para importación como exportación. En eso nos especializamos”.
Se trata de un plan nacional del que participan los ministerios de Ganadería y Ambiente y la FAO, para aumentar la producción de manera sostenible, disminuyendo emisiones
El equipo del proyecto Ganadería y Clima presentó sus avances hacia la construcción de una estrategia nacional de ganadería resiliente y baja en carbono para Uruguay, en la Expo Prado, con la presencia del ministro de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP), Carlos María Uriarte, y de su par de Ambiente, Adrian Peña.
La coordinadora nacional del proyecto, Soledad Bergós, consultora de FAO, explicó que la Ganadería Climáticamente Inteligente a la que apunta esta iniciativa “aumenta su producción de manera sostenible, reduciendo la vulnerabilidad climática y aumentando la resiliencia, disminuyendo las emisiones netas de gases de efecto invernadero”.
El MGAP lidera este proyecto de cooperación del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, en inglés), con apoyo técnico de la FAO y del Ministerio de Ambiente. Participa Facultad de Agronomía (Universidad de la República), el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y 63 familias de productores, con colaboración de Comisión Nacional de Fomento Rural (CNFR), Cooperativas Agrarias Federadas (CAF) y 11 organizaciones de base.
Uriarte agradeció el apoyo de la Organización de FAO y dijo que “este es el futuro que el Uruguay debe transitar”, ya que el país tendrá que aumentar su producción y resultados. “El mundo lo va a precisar y vamos a poner bajo presión nuestros recursos naturales, y lo tendremos que hacer de manera sustentable, sostenible y regenerativa, recuperándonos de los daños que provocamos en el pasado”, expresó.
Enfatizó en la necesidad de trabajar de manera más coordinada y de incluir a la sociedad y a los productores para hacerles saber que “Uruguay está trabajando y transitando un camino que apunta a producir más alimentos cuidando el ambiente”.
“En Uruguay se precisa como el aire tener argumentos propios para defender nuestra ganadería climáticamente inteligente” dijo.
El oficial a cargo de la FAO en Uruguay, Vicente Plata, agregó que el país “viene avanzando muy bien en este ámbito, desde diferentes ángulos y desde hace varios años, y está siendo mirado desde la región y el mundo”.
“Se puede producir alimentos de forma responsable y cuidando el medio ambiente, regenerando aquellas áreas que no hemos usado bien” aseguró, e insistió en la necesidad de que la sociedad uruguaya sepa que desde diversos ámbitos y sectores se está trabajando “en el sentido correcto”.
Para el subsecretario del MGAP, Ignacio Buffa, Uruguay “tiene la formidable oportunidad de tener un espacio muy grande para agregar valor en casi todas las cadenas productivas”. A propósito, se refirió a tres escalones: cantidad, vender valor agregado ambiental y vender su “saber hacer” en ganadería, gracias a la trazabilidad, por ejemplo. Este proyecto, junto a otros, abordan el primero y el segundo escalón, dijo.
Agregó que “este marco muy restrictivo, por la falta de recursos, lo tenemos que sustituir por coordinación”, concluyó Buffa. Aseguró que por mandato del ministro, todas las iniciativas de este tipo están pasando por la Mesa Nacional de Ganadería sobre Campo Natural.
El proyecto Ganadería y Clima
El director del proyecto por parte del MGAP es el Coordinador de la Unidad de Sostenibilidad y Cambio Climático, de la Oficina de Planificación y Política Agropecuaria, Walter Oyhantçabal. Explicó que el proyecto Ganadería y Clima apunta a mejorar el manejo del campo natural “que es la base” de la ganadería de cría en el país, para aumentar “la productividad, los ingresos de los productores y la conservación ambiental”.
Estas prácticas de manejo permiten a su vez avanzar “hacia sistemas más resilientes, mejor adaptados a la variabilidad climática y a los eventos extremos como parte de las respuestas al proceso de cambio climático”.
Pero, además, la metodología que aplica el proyecto permite “reducir la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero”, disminuyendo la cantidad emitida en relación a los kilos de carne que se producen.
“Uruguay no puede reducir sus emisiones reduciendo su rodeo vacuno, pero incrementando la productividad sí tiene una oportunidad muy importante de seguir reduciendo sus emisiones por kilo producido”, explicó.
Gracias a los cambios técnicos implementados, Uruguay redujo 20% la intensidad de emisiones desde que estas se comenzaron a medir en 1990. “Las carnes son 20% más limpias en carbono hoy frente a los años 90, y esa tendencia va a continar”, aseguró.
El proyecto, explicó Oyhantçabal, también apunta a “secuestrar carbono”, que es otra forma efectiva de contribuir a la mitigación del cambio climático. Los árboles, que dan sombra y abrigo al ganado, secuestran carbono y también se puede aumentar esa captura recuperando suelos degradados por décadas de exceso de pastoreo y otras prácticas, que hoy se sabe no son las adecuadas, tanto para la productividad como para el ambiente.
Uruguay no pudo incorporar una meta específica de secuestro de carbono en suelo en la Contribución Determinada a Nivel Nacional, pero este proyecto contribuirá a obtener datos que permitan responder preguntas relevantes. También explicó que permitirá cuantificar los resultados de los cambios en el manejo, así como poder “asignar un atributo de valor agregado ambiental” a las exportaciones, que ayude a diferenciar a los productos uruguayos.
La estrategia
Bergós explicó que hay factores que favorecen el diseño y la aprobación de una estrategia. Entre ellos citó el consenso en cuanto a los efectos negativos del sobrepastoreo, que se traduce en una baja de la productividad y bajos ingresos para los productores, además de una mayor vulnerabilidad al cambio climático y una pérdida de biodiversidad, así como de los beneficios económicos, sociales y ambientales (servicios ecosistémicos) que esta brinda.
También dijo que en Uruguay hoy se reconoce al campo natural como patrimonio natural y recurso valiosísimo que integra uno de los escasos sistemas de pastizales en clima templado del mundo. Otra ventaja que citó para la concreción de la estrategia es la fortaleza institucional del país, los espacios de coordinación existentes y organizaciones de productores fortalecidas.
Pero, además, señaló que “hay una concordancia de los discursos”, que se ve en el hecho que se llevan a cabo varios proyectos que apuntan a objetivos y abarcan temas similares. También mencionó los cuestionamientos internacionales que recibe la ganadería, “a los cuales como país productor de carne deberíamos responder”, así como la creciente demanda de productos con valor agregado ambiental, además de un contexto favorable para la trazabilidad, el acceso a mercados y los precios.
La estrategia se va a elaborar en el marco de un proceso participativo e interinstitucional, agregó la consultora de la FAO: “Toda la institucionalidad del sector debería participar, tanto a nivel público, como privado, la academia, institutos de investigación y organizaciones de productores”, señaló.
Estimó que esta estrategia debería quedar enmarcada en una más global para la ganadería a nivel nacional, para todo el sector, y que para su elaboración el proyecto cuenta con espacios de coordinación como Procarnes o la Mesa de Ganadería sobre Campo Natural.
La coordinadora nacional del proyecto dijo que se consideró oportuno que el proceso tenga liderazgo y que sería importante contar con un sistema de extensión y con otro de monitoreo y evaluación. Bergós solicitó compromiso a las instituciones para que la estrategia sea consensuada y permita a Uruguay tener “una ganadería más productiva y menos vulnerable a eventos climáticos extremos; y que mejore el nivel de vida de los productores, que construyen el mayor rubro agropecuario del país”.
Luego de esta inversión, la compañía se posicionó como la primera del país en contar con un programa privado de mejoramiento de soja, de gran trayectoria y robustez
La empresa uruguaya 3agro pasó a ser accionista de la argentina Santa Rosa Semillas, confirmó a VERDE el ingeniero agrónomo Nicolás García Pintos, uno de los directores de 3agro.
El empresario recordó que la relación con Santa Rosa comenzó con la creación de una alianza comercial. “En 2017 nos asociamos a la cooperativa Santa Rosa para crear Santa Rosa Semillas Uruguay. A partir de allí, se fue generando una relación más profunda, fruto del trabajo de los primeros años. Un capítulo muy importante fue en 2019, cuando 3agro se asoció a la cooperativa Santa Rosa en Argentina y pasó a tener participación en el programa de mejoramiento, transformándose en la primera empresa de Uruguay en contar con un programa privado de mejoramiento genético en soja.
“Con esto no solo trabajamos para el mercado uruguayo, sino también para otros países, lo que nos permite tener una visión más global del negocio sojero”, señaló García Pintos.
El ingeniero agrónomo Facundo Capandeguy, también director de 3agro, señaló a VERDE que “hoy la empresa, al tener participación en Santa Rosa Argentina, tiene acceso a su propio germoplasma, lo que nos permite marcar una línea de acción diferente”.
En esa misma línea, García Pintos señaló que se pasó de ser una empresa uruguaya que comercializaba variedades en Uruguay a participar en un negocio global, lo que nos permite tener una mirada más amplia.
“Además, podemos ser parte en las decisiones importantes para el negocio, como por ejemplo, definir qué variedades y tecnologías avanzan”, destacó.
El modelo de negocios de Santa Rosa Semillas Uruguay tiene varias aristas: 3agro es el desarrollador, con el foco en generar una red de distribución y multiplicación que abarque a todo país, trabajando con distribuidores locales. “Ese es uno de sus principales objetivos; y también tenemos la posibilidad de licenciar variedades a terceros”, señaló Capandeguy.
Agregó que “hoy se está haciendo en Uruguay un fuerte trabajo de desarrollo con las variedades de soja de Santa Rosa, algo que le brinda soporte a 3agro y el resto de los distribuidores para comercializar esa genética”.
Capandeguy dijo que desde el arranque del trabajo con Santa Rosa Semillas se apuntó a tener una paleta completa para el mercado uruguayo. “Santa Rosa tiene un programa antiguo y muy robusto, que le permite contar con muchas variedades de comportamiento destacado en rinde y estabilidad, muy competitivas para el mercado”, destacó.
“Estamos con un portafolio completo de cinco variedades. La novedad de este año es RA 5816, una variedad grupo 5.8, con gran potencial de rendimiento, muy buena estabilidad de hoja lanceolada, que es característica de Santa Rosa”, comentó.
Agregó que otra de las fortalezas del programa de mejoramiento “es contar con una línea muy fuerte y completa de variedades convencionales (no genéticamente modificadas, OGM), que permiten explorar otros nichos de mercado”.
SANTA ROSA SEMILLAS
Santa Rosa Semillas es una cooperativa de 23 socios, que obtiene, produce y comercializa variedades de soja, y cuenta con más de 30 años de trayectoria. En la actualidad, el criadero está conformado por 19 cooperativas, dos empresas no cooperativas y personas físicas.
El gerente general de Santa Rosa Semillas, Rinaldo Gosparini, señalo a VERDE que hoy la empresa “se posiciona como una alternativa competitiva y eficiente en el mejoramiento genético en soja. Tiene un programa de mejoramiento de los más antiguos de Argentina, y además está presente en Brasil, Uruguay, Paraguay y Sudáfrica”.
El programa de mejoramiento genético de Santa Rosa Semillas inició en el año 1984, pero en el cultivo de soja comenzó en 1986, en la localidad de Salto, en la provincia de Buenos Aires, Argentina.
En la actualidad, cuenta con más de 30 puntos de ensayos en Argentina, tres en Uruguay, cinco puntos en Paraguay, ocho en Sudáfrica y más de 40 en Brasil. “Toda la parte de cruzamiento y cría está centralizada en Argentina, el programa de mejoramiento se expande a esos países por los puntos de ensayos”, acotó el gerente general de la empresa.
Gosparini indicó que una de las fortalezas de la genética de Santa Rosa “se da por esa característica única que hay en nuestras variedades de Santa Rosa, solo con observarlas frente a las de la competencia, claramente sabemos cuál es la nuestra. Esa característica, ese indeterminismo que tienen las variedades, ha sido lo que nos ha permitido poder ir desde Salto hasta la zona de los cerrados en el norte de Brasil, y desde San Luis hasta Sudáfrica, pasando por todas las latitudes. Hemos encontrado variedades que han tenido muy buena performance y creemos que justamente eso las hacen única”.
Sostuvo que “el indeterminismo característico que tienen nuestras variedades, le aporta esa arquitectura de planta, que muchas veces se ve asociada a esa hoja lanceolada, que permite aplicar mejor y ser más eficiente con los agroquímicos”.
Este año Farmquip presentó su línea de alambrados. Rodrigo Puente, responsable de esa división de la empresa, comentó a VERDE que “veníamos trabajando desde hace un tiempo para sumar más productos a nuestro portafolio de corrales y bretes, que tienen excelente aceptación. Buscábamos complementar esa oferta con un producto que cumpliera con nuestros estándares de calidad”.
Recordó que los alambrados Farmquip se iban a presentar en la Expo Activa, pero al suspenderse por la pandemia, “se presentaron en la Expo Prado”. Este año “se han ido testeando con nuestros clientes, y los resultados vienen siendo muy buenos, con una gran recepción y buena demanda”.
Puente remarcó que se trata de “un producto de muy buena calidad, que incluye postes y piques, y que tienen una gran ventaja: es una pieza entera de acero, no tiene ningún tipo de soldadura ni costura. El material es baño galvanizado en caliente, y viene a ocupar un lugar dentro de las nuevas tecnologías de pastoreos rotativos, los recortes de chacra”.
Además, dijo que “es un producto que se adapta muy bien a los alambrados tradicionales de siete hilos y allí puede jugar un papel muy interesante en los campos arrendados, donde suele haber un tema entre el arrendatario y el arrendador sobre el mantenimiento. Farmquip llega con una solución, muy económica y muy fuerte para mantener los animales”.
Indicó que las posibilidades de utilización son muy amplias, y cuenta con otra ventaja: “es 100% reutilizable, todos los materiales se recuperan”. Explicó que en campos arrendados, “un arrendatario realiza una inversión en un alambrado portátil, culmina el contrato y se la puede llevar. Es un activo que no se pierde, sigue el objetivo de nuestra línea madre de bretes y corrales, que son todos portables, recuperables, inversiones que se pueden llevar al destino que uno elija”.
Tras la inauguración de su nuevo local en Montevideo, el director de Almacén Rural, Diego Mora, analizó el ánimo de los productores de los distintos rubros del sector
La pandemia del Covid-19 evidenció que el sector agropecuario “es una muy buena alternativa de inversión”, destacó a VERDE el empresario Diego Mora, director de Almacén Rural. Durante estos meses hubo varios sectores de la actividad económica con dificultades, en Uruguay y en los demás países de la región, pero para el sector agropecuario “se genera una gran oportunidad”, planteó.
“Creemos q hay un buen clima en el sector, más allá de que en cada uno de los subsectores haya inconvenientes. Algunos vienen de períodos prolongados de dificultades importantes, y están bastante golpeados, como la lechería o el arroz; pero vemos más entusiasmo”, comentó.
El empresario afirmó que tiene “buenas expectativas”, porque “el sector financiero, por ejemplo, puede volver a ver al agro como un puntal muy importante, y eso respalda a toda la cadena”.
Recordó que las autoridades del Banco República (BROU) se reunieron con las principales gremiales de productores, y están muy receptivas a sugerencias. Me parece algo muy saludable, por el alcance de esa institución”.
También señaló que hay “otros jugadores del sector privado y de la banca privada, que también están apostando fuerte al sector agropecuario e intentando participar del negocio”.
El principal de Almacén Rural reconoció que la reducción de tasas de interés a nivel mundial “genera liquidez”, y que incluso a nivel local “se han tomado medidas para que la cadena de pagos se mantenga saludable. Vemos que las instituciones financieras están abocadas a seguir apostando al sector”.
Mora analizó que la suma de expectativas hace pensar que “lo que se viene va a ser mejor, y eso hace que la gente invierta”.
Sostuvo que “el principal rubro del agro es la ganadería, que ha tenido un desarrollo muy interesante en los últimos años, y casi todos los rubros tienen algo de ganadería en algún rincón del campo. Se aprovechan los bajos con ganado; es un pilar fundamental para la actividad agropecuaria”.
Por otra parte, señaló que la agricultura “es un sector muy intensivo, y que viene mejorando, sobre todo si uno analiza su gran evolución”, en referencia a las tecnologías, los mercados y los precios de los diferentes cultivos.
El empresario opinó que “se han depurado” los actores del sector, y que eso “permite trabajar con mayor tranquilidad”. Pero también admitió que “la lechería y el arroz están muy afectados por los problemas de rentabilidad, y eso dificulta la posibilidad de limpiar deudas. Si bien hay una mochila pesada en esos sectores, los resultados positivos de la ganadería y no tan malos en la agricultura y forestación, dan la tranquilidad de que hay varios rubros del agro que están saludables”.
Mora destacó que Uruguay “viene haciendo un buen papel en el manejo de la pandemia, y eso habla muy bien del país, de su estructura social y de la responsabilidad de la gente. Ese, sin dudas, es un activo que debemos cuidar”.
A propósito, consideró que “la confianza, más en la producción de alimentos, es clave para poder llegar a los mercados. Le estamos ofreciendo al mundo confianza. Nos parece fundamental demostrar la seriedad del trabajo de un país y la cultura de su gente”.
Almacén Rural en Montevideo
Almacén Rural inauguró su sucursal en Montevideo, ubicada en Camino Carrasco 7357, que cuenta con un amplio showroom y estacionamiento. “El cliente puede venir, estacionar y cargar tranquilo sus insumos; puede recorrer y ver los productos, porque tenemos la comodidad del showroom”, dijo Mora.
El predio de la nueva sucursal abarca casi 4.000 metros cuadrados, y 2.500 corresponden al edificio, donde están el showroom y el local del almacén –que ocupa unos 1.400 metros–. “Eso nos da una comodidad y amplitud muy importante para trabajar, para brindarle comodidad al cliente, que busca agilidad, precios competitivos y buen servicio”, remarcó.
El empresario comentó que la inversión “se viene manejando desde hace un tiempo. La decisión se tomó antes de la pandemia, pero en marzo nos asustamos y nos cuestionamos si estábamos haciendo lo correcto. Pero entendimos que era una apuesta de largo plazo y que era un paso necesario, porque el agro seguía caminando. Luego vimos que el agro siguió adelante, invirtiendo, y eso nos alentó a continuar con este proyecto”.
La empresa tiene más de 30 años de trayectoria, “pero en los últimos hemos ido acompañando el crecimiento del sector agropecuario, con una impronta diferente, ofreciendo más servicios”, comentó.
En ese período de crecimiento, la empresa pasó de tener solo su casa central en Florida, a agregar las sucursales de Paso de los Toros y Durazno. En Almacén Rural trabajan 80 personas, además de una cantidad importante de proveedores de productos y servicios, que también trabajan de forma indirecta con la empresa, como la parte logística, por ejemplo.
Mora afirmó que Almacén Rural “hoy es una empresa de alcance nacional, porque tenemos clientes en todos los departamentos. Pasamos de la influencia local a la regional, y de la regional hasta llegar a todo el Uruguay”.
Sobre los motivos de abrir una sucursal en la capital, explicó que hay “una cantidad importante de clientes que vive en Montevideo, y nos pareció interesante acercarnos con una propuesta de productos y servicios de Almacén Rural, que pudiera quedar de pasada para cuando se sale a diferentes zonas del interior”.
Comentó que la empresa hace muchos años que contaba con una oficina en Montevideo y también parte de la logística se hacía desde la capital, “pero no teníamos atención al público, era un debe”, reconoció.
Señaló que una zona donde la empresa no está presente es el Este, y que al estar en Montevideo “se han sumado productores de esa región, ganaderos y arroceros”, además de productores del rubro lechero y forestal, de distintas regiones del país.
Consultado sobre los rubros productivos a los que se dedican los clientes de Almacén Rural, dijo que hay de todos los rubros pero se destacan ganadería y agricultura. También comentó que se amplió el espectro de productos, y que en la sucursal de Montevideo se agregaron algunos rubros como “la jardinería, el riego o la conducción de agua”.
Mora observó que entre los productores crece la preocupación por el confort animal. “Estamos trabajando fuerte con la línea de conducción del agua, para llevarla al campo, con bebederos y manejo de predios. La sombra, con estructuras de madera, trabajamos con madera hidratada de Matra. Vemos que hay un trabajo muy interesante de los productores, que hay que acompañar y alentar, porque eso genera más empleo y más divisas”.
La comercialización de insumos
Sobre los cambios en las formas de comercialización que hubo en los últimos tiempos, Mora admitió que tienen que ver, sobre todo, con “la velocidad de la información”.
“Probablemente se vio dinamizada por las herramientas informáticas, por los smartphones. Esa velocidad en la información le da mucha agilidad al negocio y aumenta la competencia. Los productores están buscando más alternativas, están viendo que pueden informase o tomar las mejores propuestas de manera más rápida, y nos obliga a acompañar ese cambio”, comentó.
Esa mayor velocidad de la información también exige “más agilidad en la respuesta. Apostamos a ser rápidos en solucionar todas las demandas del productor”, sostuvo.
Señaló que esa demanda “nos orienta a tomar decisiones, a definir cómo estructuramos la recepción de los pedidos, la atención telefónica, vía WhatsApp o a través de la web. Durante la pandemia desarrollamos la atención y venta en línea. Además de las cuatro casas físicas, Almacén Rural tiene su casa virtual”.
Dijo que se apuesta fuerte a generar vínculos con los productores, a generar confianza. “Una cantidad de clientes nos acompaña por eso, y estar en contacto nos exige trabajar mucho más en equipo. La web tiene que estar sincronizada con los vendedores en el mostrador, en el call center y en WhatsApp. El mayor dinamismo nos exige más a todos”, concluyó.
El escenario se presenta más desafiante que en años anteriores, y las recomendaciones técnicas pasan a tomar un rol preponderante en la producción de la oleaginosa
Hay muchas medidas de manejo que no tienen costo, que se pueden incorporar rápidamente al planteo productivo y que ayudarían a minimizar impactos productivos asociados, por ejemplo, al clima”, dijo a VERDE el ingeniero agrónomo Pablo Mesa, integrante de Barraca Erro.
Los pronósticos vienen proyectando un año neutro a ligeramente seco, y con ese escenario la información que surge del área de investigación y desarrollo (I+D) de Erro, “muestra que debemos manejar las fechas de siembra con mucho criterio, no sembrar muy temprano y comenzar la siembra con los grupos 6 largos y, a medida que va transcurriendo el tiempo, sembrar los grupos 6 medios para concentrar la floración en fechas no tan críticas”, agregó.
A su vez, destacó que debe manejarse la población de acuerdo a la variedad. “Otro punto importante es la utilización de una semilla tratada e inoculada. En el caso de Erro ofrece el Q Pro Plus que cuenta con un periodo de 30 días, validado por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, desde la inoculación hasta la siembra. Es una herramienta muy útil porque nos permite flexibilizar la fecha de siembra en función de las mejores condiciones para lograr el objetivo de sembrar en fecha óptima y tener la población buscada”, destacó.
Señaló que “este planteo que surge del área de I+D de Erro es defensivo y va acorde a las características climáticas que se van presentando, pero eso no limita la productividad si el año finalmente termina siendo favorable”.
Información de Erro y Don Mario marca que en Uruguay, “en condiciones de secano, el mayor potencial de rendimiento lo aportan las variedades grupo VI. Todos los grupos tienen potencial, pero en los últimos 10 años, con diferentes situaciones climáticas, los grupo VI tuvieron un rinde superior al resto”, dijo Mesa.
Los grupo VI
El técnico de Barraca Erro dijo que para esta zafra de soja la empresa presenta varios lanzamientos. Destacó la variedad DM 66R69 STS que viene a reemplazar a DM 6.8i, “un material sumamente conocido en el mercado, que ha sido el más sembrado en Uruguay”.
Agregó que DM 66R69 STS “es una variedad que es muy promisoria para poder reemplazar un material tan sembrado. Cuenta con atributos mejoradores frente a los conocidos de DM 6.8i. Es un material que cuenta con un ciclo prácticamente igual, pero cuenta con una arquitectura de planta más moderna, con un tamaño más contenido, mejor ramificación pero, sobre todo, con mejor carga de chauchas en las ramas laterales y mayor proporción de vainas de tres granos frente a DM 6.8i”.
Además, se trata de un material con tecnología STS, que le otorga tolerancia a los herbicidas de la familia de las sulfonilureas, “que lo trasforma en una herramienta más segura cuando no sabemos si hay o no un carry de herbicidas en el suelo, porque podemos sembrar y no tener problemas de fitotoxicidad cuando en otras variedades sí los podemos tener”.
Mesa señaló que DM 66R69 presenta mejor comportamiento en suelos calcáreos respecto a DM 6.8. “Reuniendo todos esos atributos vemos que estamos frente a un material que irá ganando participación en el mercado. El rendimiento promedio de los últimos tres años la ubica 5% por encima de DM 6.8i y, si tomamos el dato de la última zafra, el rinde llega a ser 6,8% superior”.
Fechas de siembra y población
El equipo de I+D de Erro, entre otros aspectos, genera información año a año sobre fechas de siembras y de población. “Con eso le brindamos al productor un manual de uso de cada una de las variedades, dado que podemos recomendar para cada material una fecha de siembra y una población óptima en función del ambiente productivo”, señaló Mesa.
Sostuvo que variedades de grupo VI largo, como DM 66R69 y DM 67i70 pueden sembrarse desde el 25 de octubre y se puede extender hasta el 20 o 25 de noviembre. “Apuntamos a esas fechas de siembra, para concentrar la floración y los periodos críticos del cultivo sobre los primeros días de febrero, cuando la probabilidad de lluvias con temperaturas más bajas es mayor”, detalló.
Luego, en materiales de grupo 6 medios o más cortos, como DM 62R63 y DM 60i62, “estamos sugiriendo el arranque de la siembra el 5 o 10 de noviembre y extendernos hasta diciembre”.
Sobre la densidad de siembra, “luego de varios años y un gran número de ensayos, hemos ido bajando las poblaciones, porque la información nos respalda. Hoy podemos estar tranquilos al sembrar entre 250.000 y 280.000 plantas, y no superar las 300.000 plantas como hace algunos años”.
Agregó que las nuevas variedades presentan mejores características agronómicas, mayor ramificación y mejor carga de las ramas laterales, “permitiendo un mayor aprovechamiento de cada milímetro disponible y también bajar poblaciones, que debe ir acompañado por una siembra de precisión, lo que genera un importante ahorro de semillas”.