Su objetivo es diferenciarse en el mercado con propuestas pensadas para enfrentar diferentes situaciones, con alternativas mucho más amigables con el ambiente.
Red Surcos “apunta a la innovación y al desarrollo de productos formulados con nanotecnología, algo que permite diferenciarnos en el mercado y llegar con propuestas pensadas para enfrentar diferentes situaciones, con alternativas mucho más amigables con el ambiente”, comentó el ingeniero agrónomo Sebastián Parola, responsable de marketing de la compañía. El manejo y las herramientas para el control de las malezas en barbecho fueron los puntos centrales de una conferencia virtual que realizó la empresa.
Red Surcos tiene su origen en Argentina y opera desde hace más de 40 años en el desarrollo y comercialización de insumos para el agro. Además, “tiene presencia en Paraguay, Bolivia, Colombia y se encuentra en vías de desarrollo en varios países de Europa del Este y Brasil”.
En Uruguay está presente “desde hace 13 años, con un equipo conformado por Juan Lorente y Juan Pedro Texeira, quienes llevan adelante el desarrollo comercial y técnico. Hemos apuntado a un fuerte relacionamiento con los clientes y distribuidores para llegar a los productores”, señaló Parola.
Agregó que la nanotecnología aplicada a la formulación de fitosanitarios está disponible en los productos: Dedalo Elite (2.4D), Cowboy Elit (Dicamba) Apofis Elite (Clethodim) y Orcuss Elite (Haloxifop). Al tiempo que “estamos incorporando un fungicida, Acento Iduxor, que es la combinación de azoxistrobin y tebuconazole con un inductor de resistencia en su formulación. Dentro de la paleta de insecticidas contamos con Nanofos (Clorpirifos) y Zenith (lambdacialotrina), ambos productos formulados como microemulsión”, describió.
Parola sostuvo que “la gama de productos formulados con nanotecnología es cada vez más amplia y se avanza fuerte en el registro de este tipo de formulaciones”. La nanotecnología aporta “una serie de ventajas desde el punto de vista de la eficiencia en el control de malezas, insectos o patógenos. A lo que “suma ventajas ambientales, porque se baja la cantidad de activo que aplicamos por hectárea y también hay ventajas en la compatibilidad de productos. Una de las grandes demandas que estamos teniendo”, afirmó.
La problemática de malezas lleva a una combinación de distintos principios activos dentro del caldo de aplicación, “lo que muchas veces ocasiona complicaciones, porque no todos los productos son compatibles. El ejemplo más común es la mezcla de glifosato con 2.4D sal amina. Según el tipo de formulación del glifosato, esa mezcla no siempre es compatible y puede arrojar problemas de corte”, advirtió.
En el caso de Dedalo Elite (2.4D), Parola indicó que “se puede mezclar con cualquier tipo de glifosato, sin problemas de incompatibilidad. Lo mismo en Cowboy Elite (Dicamba), que tiene una elevada compatibilidad con diferentes productos. Incluso en el caso de la mezcla, Dedalo Elite con Apofis Elite (Clethodim), algo que a nivel de campo y con otras formulaciones, presenta antagonismo”, explicó.
El responsable de marketing de Red Surcos destacó que esas son ventajas asociadas a la formulación y a la nanotecnología, que además “permite acompañar el trabajo del sector hacia una producción más sustentable y amigable con el ambiente”.
Al trabajar con productos más eficientes, “bajamos la cantidad de ingrediente activo para controlar una maleza. Un 2.4D convencional demanda 600 gramos de ingrediente activo para controlarla, mientras que con Dedalo Elite precisamos la mitad”, ejemplificó.
Agregó que “son productos con menor volatilidad y menos olor, por los surfactantes de origen orgánico en su formulación. El objetivo es tener eficiencia de control con menos impactos para el ambiente y el operario”.
MANEJO DE MALEZAS
En la conferencia, el ingeniero agrónomo Marcelo Metzler (MSc en Protección Vegetal) fue responsable de actualizar la información sobre el control de raigrás y carnicera en barbecho. Al tiempo que desarrolló las estrategias para anticiparse al Amaranthus. Según Metzler, “la problemática de malezas se sigue corriendo de atrás, pero estamos aprendiendo muchísimo”.
Dijo que “hace cuatro años en Argentina era impensado hablar de un cultivo de cobertura, pero hoy, de la mano de las grandes explotaciones –empresas que operan de 20.000 a 40.000 hectáreas–, se están incorporando cultivos de servicios para disminuir el impacto ambiental de los herbicidas y rotar su uso, lo que redunda en una menor presión de selección”.
“Todavía seguimos corriéndola de atrás porque la problemática transita con una altísima velocidad, pero nos vamos acercando. Hoy los grandes conceptos están claros, falta la sintonía fina adaptada a cada zona”, dijo.
Al inicio de la cosecha de los cultivos de invierno, principalmente de la canola en chacras al norte del país, “el avance es bueno llegando al 5% a 6%” considerando que el clima permitió realizar esa labor agrícola, señaló el gerente de Cargill, Gabriel di Giovannantonio, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y revistaverde.com.uy.
Comentó que el rango de rendimiento muestra “bastante dispersión” y especialmente en ciertas chacras afectadas por aspectos sanitarios los rindes están por debajo de los 1.000 kilos por hectárea, pero “el resto de las chacras están de bien a muy bien”, alcanzando “picos de hasta 3.000 kilos por hectárea”.
Respecto a la inocuidad del grano, el ejecutivo dijo que comprende un programa que “lleva cuatro años” por lo que “está bastante aceitado”, y como parte del mismo Cargill realiza entre “dos y tres auditorías” de las chacras durante la cosecha.
La estimación de producción es de unas 290.000 toneladas de canola, con un rinde promedio que estaría entre 1.800 y 1.900 kilos por hectárea, proyectó.
Calculó que unas 220.000 toneladas de canola serán destinadas a la exportación. “Lo que estamos viviendo hoy con el cultivo ninguno de nosotros se lo podía imaginar hace tres o cuatro años”, admitió.
Indicó que el mercado europeo es el destino que “mejor paga” y “este año tiene diferenciales de precio muy grandes” y donde “la canola uruguaya va ganando su nombre”.
“Hoy el porcentaje de canola vendido por parte del agricultor está entre 35% y 40%”, y “en la semana anterior los valores estuvieron por encima de los US$ 700 por tonelada”, señaló.
Di Giovannantonio afirmó que la compañía tiene la idea de “seguir liderando el proceso de avance” que muestra el cultivo, que ha transformado a “Uruguay como el mayor productor de canola de la región”.
En cuanto al trigo, el precio está entre US$ 260 y US$ 265 por tonelada. «Hay que hacer bastante memoria para recordar estos niveles de valores», destacó. Y dijo que “está faltando agua”, lo que podría “quitar algunos kilos” en el volumen final a cosechar.
Se refirió a que la demanda del trigo uruguayo “está movida”, hay una “linda oportunidad”, pero lo importante es salir a vender cuando Argentina no vende.
El ingeniero agrónomo Alejandro Rodríguez, integrante de la empresa, detalló la oferta disponible para sembrar este año, y anunció que se están evaluando nuevos productos
Yalfín SA trabaja con las sojas Credenz de BASF y las de Great Seeds. El ingeniero agrónomo Alejandro Rodríguez, integrante del departamento técnico comercial de la empresa, dijo a VERDE que “entre ambas marcas se complementa la disponibilidad de grupos de madurez”. GS 5R 47 de Great Seeds es un grupo 5.9; mientras que CZ 6205, de Credenz, es un 6.2; y CZ 6505 es un grupo 6.5.
“Con esta oferta de materiales RR1 abarcamos un porcentaje importante de los grupos de madurez que se siembran en Uruguay, tanto en fechas de primera como de segunda”, agregó.
Rodríguez recordó que el trabajo con las sojas Credenz, comenzó “hace mucho tiempo”, cuando dicha genética era provista por la empresa FN Semillas, que luego fue adquirida por Bayer y posteriormente pasó a BASF.
Dentro del portafolio de Yalfin “hay dos materiales de Credenz que están muy probados en Uruguay”, señaló. Uno es CZ 6505, “una variedad muy adaptada a suelos medios, con muy buen potencial de rendimiento y muy alta estabilidad. Es un material que por el largo de ciclo está posicionado para siembras de primera en suelos medios y en ambientes de menor aptitud”, detalló.
El integrante de Yalfín agregó CZ 6505 es una variedad que tiene respuesta a fotoperiodo, “con lo cual acorta ciclo en la medida que se atrasa la fecha de siembra, comportándose muy bien en las siembras que se estiran hasta la primera quincena de diciembre”.
El otro material de Credenz es CZ 6205, “una variedad con alto potencial de rendimiento, que se adapta muy bien a suelos de mayor productividad y en siembras de segunda de alto potencial. Necesita ambientes de alto potencial para expresar al máximo su productividad”, comentó el ingeniero agrónomo.
Recordó que el año pasado Yalfín incorporó la genética de Great Seeds, una marca que está lanzando sus materiales en Argentina, Paraguay, Bolivia, Uruguay y Brasil. Destacó que “cuenta con una base de germoplasma muy importante”, y anunció que “se vienen varias novedades para el corto y mediano plazo”.
El año pasado se realizó el lanzamiento de GS 5R 47, “un material de alto potencial de producción, con una calidad destacada. No precisa altas poblaciones, dado que se recomienda sembrar a bajos niveles de población.Tiene una capacidad muy alta de ramificado, que le permite generar ramificaciones con muchos nudos y muchas chauchas, aspectos que la destacan a nivel productivo”.
Explicó que si en una variedad de las que tradicionalmente se siembran en Uruguay “se buscan entre 280.000 y 300.000 plantas logradas por hectárea, con GS 5R 47 debemos apuntar a 220.000 plantas logradas por hectárea, con eso es suficiente para apuntar a un cultivo de alto potencial. Esa es la recomendación del área de investigación y desarrollo”.
Sostuvo que GS 5R 47 se ha sembrado en chacras del litoral y centro de Uruguay. “Respetando los niveles de población recomendada vemos que expresa excelentes resultados, pero si nos pasamos de la población óptima, el rinde se deprime, porque existe mayor competencia de recursos entre plantas”, advirtió.
Por otra parte, Rodríguez informó que se están evaluando varios materiales de Great Seeds en la red oficial, y este año se van a incorporar varias líneas para testearlas en micro parcelas. Y señaló que Credenz está sumando a la evaluación una línea de variedades nuevas. “Se viene con un impulso muy grande luego del proceso integración de la marca a BASF”, destacó.
Recordó que Yalfín incorporó un técnico para el área de desarrollo, además de una sembradora experimental para la evaluación de líneas nuevas de soja e híbridos de maíz, girasol y sorgo. “Esto nos permite presentar cultivares al mercado uruguayo, con una información sólida y sus respectivas recomendaciones”, dijo.
Además, Rodríguez adelantó que se sumará Yellow Sea, una variedad de colza de Great Seeds que se está multiplicando en esta zafra. Su lanzamiento comercial se realizará para el invierno 2022. “Viene con muy buenos datos en la evaluación oficial, incluso tuvimos algunos pedidos de productores que vieron la información de la red Inia-Inase, pero faltaba el segundo año de evaluación, que se está cumpliendo en 2021 para luego salir al mercado”, explicó el integrante de Yalfín.
Sobre la colza dijo que “es un cultivo pujante, que viene con muy buen desarrollo en Uruguay, tanto en área como en tecnología de trabajo y, por lo tanto, es muy importante participar de ese mercado también”.
El ejecutivo destacó el buen momento de los distintos rubros, las mejoras logísticas, detalló los objetivos de la empresa y analizó el panorama comercial, entre otros temas.
Marcos Uranga volvió a Uruguay como gerente de Louis Dreyfus Company (LDC), luego de haber trabajado en el país entre los años 2003 y 2010. Transcurrida más de una década, con una consolidación de la producción agrícola, el ejecutivo dio a VERDE su punto de vista sobre la actualidad y perspectivas del negocio en Uruguay.
Uruguay no es nuevo para usted.
Exactamente. Llegamos a Uruguay con José Palma a abrir la oficina de LDC Uruguay en 2003. Estuve trabajando para LDC Uruguay hasta 2010, luego estuve en Argentina, trabajando como responsable regional de Originación de Cereales y Oleaginosas, y ahora vuelvo a mi viejo amor (risas). Es un gusto estar de vuelta de este lado del charco.
¿Cuál es la diferencia entre aquel Uruguay y el de hoy en materia agrícola?
Aquel era un Uruguay muy pujante, en el que el productor se empezaba a abrir mucho más a nuevas tecnologías y a nuevos sistemas productivos. El mercado fue madurando, ingresaron nuevos productores, nuevos exportadores y por suerte la logística acompañó el crecimiento, para poder brindar un buen servicio al productor y a la exportación. Hoy en día, los barcos llegan, se cargan y se van a su destino en tiempo y forma, de manera fluida. Otro cambio fue que se ampliaron los sistemas productivos, haciendo que haya un balance entre cultivos de verano, de invierno, ganadería, forestación, arroz. Todos encontraron sus espacios y se desarrollaron otros productos, se fueron abriendo nuevos mercados, como el de Europa para la colza, o China para la cebada, entre otros. En definitiva, hay más productos para exportar.
El desafío es diferente.
Exacto. Hay más productos, la situación es diferente, pero esto nos da una continuidad en el año, con flujo de cultivos de invierno y de verano; no dependemos tanto de los granos de verano. LDC lo supo aprovechar. Hemos ampliado la paleta de cultivos originados en el país, adaptando nuestras plantas de acopio para recibir todo tipo de granos, lo que nos permite darle al productor su solución logística y comercial para todos sus sistemas productivos.
¿Le sorprende lo que logró Uruguay en materia agrícola?
Nos imaginábamos un crecimiento, por eso abrimos la oficina 20 años atrás, pero la realidad superó nuestras expectativas. Uruguay importaba trigo; producía 250.000 toneladas y consumía 420.000 toneladas. Hoy el saldo exportable supera las 450.000 toneladas. En soja se producían 170.000 toneladas, exportábamos un barco, y hoy estamos exportando 15 o 20 barcos, dependiendo del rendimiento. En aquel momento se exportaba girasol; hoy el área de girasol se achicó, pero aparecieron otros cultivos. Toda esa agricultura que se fue desparramando por Uruguay –antes estaba muy concentrada en el litoral-sur–, hizo que mejore la productividad ganadera, porque al haber maquinaria y más tecnología en otras zonas, se empezó a suplementar, a hacer verdeos para lograr más eficiencia. Todo eso generó un círculo virtuoso, que hizo que Uruguay pasara de producir 1,7 millones de toneladas de todos los cultivos a 5,8 o 6 millones de toneladas en un año normal.
La logística también se adecuó para poder sacar toda esa mercadería hacia el mundo.
Hubo un cambio exponencial en muy poco tiempo. También fue importante el cambio en la mentalidad del productor y de todo el sector en general. El país se adaptó a un cambio vertiginoso, con infraestructura, con programas de atracción de inversiones. Resta mucho por hacer, pero se ha hecho un gran trabajo.
En febrero de 2008 el objetivo era llegar a 1 millón de toneladas de soja.
Sí, y hubo cosechas de 3,6 millones de toneladas; y este año, si el clima nos ayuda, llegaremos a 3 millones de toneladas o estaremos muy cerca. Considerando la intención de siembra y el rendimiento promedio de los últimos cinco años, se llegaría a casi 3 millones de toneladas.
¿La agricultura es madura en Uruguay?
Sí. Obviamente que hay que ir haciendo ajustes, en fertilizantes, aplicaciones, manejo, pero la actividad se consolidó y está madura.
¿Cómo proyecta LDC la zafra de verano?
Estamos viendo un crecimiento en el área. En casi todos los cultivos, de verano e invierno, estimamos un aumento de entre el 11% y 18%, salvo en la colza, que es la que da un gran salto; hoy el área sembrada se ubica entre 35% y 40% respecto del año anterior. Y si el clima acompaña, los rendimientos también deberían dar un salto importante. En soja el aumento previsto para este ciclo sería de 40%, pasando de casi 2 millones de toneladas a casi 3 millones de toneladas, considerando rindes promedio. Estimamos que habrá un aumento del consumo mundial de maíz, ya sea por la transformación en carne o como saldo exportable. Por eso también podríamos ver un crecimiento en el área.
¿De qué área sería ese crecimiento?
En el área de soja estimamos un crecimiento de 13% y de 12% en maíz. El incremento de la producción de soja estaría más influenciado por el aumento de los rindes, dado que en los últimos dos años se ha registrado un rendimiento muy por debajo de lo normal.
¿Uruguay puede consolidar un canal exportador para el maíz?
Sí, pero también creció mucho el consumo para transformarlo en carne. Antes se consumían 400.000 toneladas de maíz por año, y hoy se están consumiendo entre 750.000 y 800.0000 toneladas. Esto significa que debería haber una producción bastante mayor para tener saldo exportable. Aun así, en los años que las lluvias permitieron buenos rindes, LDC logró exportar algunos barcos. Pero es algo que Uruguay puede profundizar, en la medida que siga creciendo el área, porque los mercados están.
¿Cómo está trabajando LDC en colza?
Si bien nuestro foco estuvo en trigo en cultivos de invierno, siempre quisimos armar un programa de cebada forrajera. Actualmente China demanda ese producto y, si bien en materia de calidad es algo más complejo que la cebada forrajera tradicional, los buenos precios podrían hacer que para el productor sea atractiva la opción de vender en lugar de usarla para consumo forrajero. El año pasado también nos focalizamos en colza, haciendo un volumen para el mercado interno, y este año pensamos hacer un volumen razonable de tres o cuatro bodegas para exportar. Es un cultivo un poco más complejo, pero estamos confiados en que lo llevaremos al mundo.
¿El destino es Europa o hay otro mercado?
Europa y Arabia Saudita.
¿La referencia es el mercado Matif, de Francia?
Exacto. En Canadá las temperaturas complicaron la producción de colza y permitió que se mantuviera con buenos valores. Es otro producto que está con una estructura de precios muy favorable para Uruguay.
¿Hay demanda por colza o hay que salir a vender lo que Uruguay produce?
Siempre hay que empujar un poco, hasta que el consumidor se familiarice con el producto. Nos pasó en su momento con la soja, nos costó abrir el mercado de China, hasta que en 2004 hubo una gran necesidad de soja en el mundo y se agilizó la apertura del mercado. Una vez que conocen tu producto y les gusta, el flujo comercial se mantiene. Queremos abrir otros destinos, pero todo lleva su tiempo, en especial por los requisitos fitosanitarios, pero estamos avanzando mientras el cultivo se va afianzando.
¿A qué mercado podría ser interesante acceder con colza?
La colza no es un commodity que se pueda colocar fácilmente. Hay muchos requisitos a cumplir en materia de calidad, con distintas especificaciones, dependiendo del país, y no se puede fallar. En LDC siempre nos apoyamos en nuestra extensa red global y en nuestro equipo comercial local para abrir nuevos destinos para los productos uruguayos. Ni bien se vayan concretando las negociaciones, las iremos anunciando.
¿Son países europeos?
Exacto.
¿Y en cebada están tratando de explorar algún canal comercial hacia el exterior?
Sí. La cebada de exportación tiene un estándar distinto al de la cebada forrajera, es un estándar intermedio. El año pasado vendimos un par de barcos desde nuestra terminal de Bahía Blanca, en Argentina, y este año también vamos a armar un programa para exportar desde Uruguay.
¿Para China o Medio Oriente?
Para China. Medio Oriente está un escalón de precios por debajo y es difícil vender. China es más complejo, pero paga un plus y su demanda es buena.
¿En el mercado del trigo hay un cambio de ánimo?
Los informes del USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos) han sorprendido para bien. En Uruguay, por ahora viene todo bastante encaminado. Es difícil superar los rindes del año pasado, que fueron excelentes, pero como aumentó el área de trigo, de cebada, de colza, habrá más producción, movimiento, y de mantenerse los rindes o estar en la media de los últimos cinco años, consideramos que habrá una muy buena cosecha.
¿Se puede conquistar algún mercado con diferencial para el trigo o eso es más complejo?
El trigo se siembra en muchísimos países y tiene un condimento político, porque no puede faltar el pan. Por eso los destinos cambian y varían. Hay que considerar los fletes, la logística y demás. Generalmente va a Brasil. Si bien hay otros destinos, lo ideal siempre es venderle lo más posible a Brasil, porque está más cerca y por los beneficios que tiene al ser un país del Mercosur.
¿Se viene trabajando para reconquistar el mercado de Brasil?
Sí, se viene haciendo, y en Brasil están muy contentos con la calidad del trigo de los últimos embarques. Hay que seguir cuidando el origen, intentando producir y vender trigos de buena calidad.
¿Cómo están los costos logísticos internacionales?
Están altos, y nos obligan a ser muy eficientes en la carga de los barcos, porque cada día de demora encarece la operativa de exportación. La multa por no cumplir el embarque en tiempo y forma genera eso. Pero Uruguay está muy bien preparado, con el crecimiento en la capacidad de las dos terminales en Nueva Palmira y Montevideo. Este año completamos todos los barcos en Montevideo, exportamos 100% soja uruguaya. Antes teníamos que cargar en Nueva Palmira y después en Bahía Blanca. Ahora la ecuación que conviene es cargar en Nueva Palmira y completar en Montevideo.
¿Hay una ventaja país en llegar a destino con el 100% de soja uruguaya?
Depende de cada año, del nivel proteico. Este año Argentina obligaba a hacer cuarentena a la tripulación de algunos buques, así que eran más días de espera. En años pasados incluso exportábamos soja a Argentina para molerla allí. Es decir, año a año el esquema puede variar dependiendo de los costos, calidad y demás. Es un mercado muy finito y hay que estar muy atento a la mejor opción de ejecución.
¿Con cuántas toneladas están saliendo los barcos desde Montevideo?
Se están cargando entre 43.000 y 46.000 toneladas en Nueva Palmira y 12.000 o 15.000 toneladas en Montevideo, dependiendo del plano del barco, la marea, de cuánto quiera cargar el capitán y demás. Pero hoy salen con cargas de entre 60.000 y 63.000 toneladas.
¿Cuál es la diferencia del costo de flete a China este año frente al año pasado?
El costo de flete a China es entre 60% y 70% más caro que el año pasado. Eso también hace que las esperas sean más caras. Todo el plan de inversiones que LDC viene llevando en Uruguay, tanto a nivel de acopios como de puertos, sumado a la mejora de la infraestructura portuaria, ayudó a que cada vez fuera más fluida la logística y no haya demoras como las que hubo en otros años, de 20 o 30 días.
¿Para los granos el objetivo en Montevideo es tener 13 metros de profundidad?
Sería lo ideal.
¿Cómo está el clima de negocios hoy en Uruguay?
Considero que es muy bueno, sobre todo por la buena gestión de la pandemia, que hizo que la actividad no se resintiera tanto como en otros países. Vemos que hay optimismo en todos los sectores del agro: en agricultura de secano, arroz, ganadería, forestación. Se lo ve muy pujante. Esperamos que el clima siga ayudando, tener buenas cosechas y poder exportar, que es lo que les sirve a los países con un modelo agroexportador, para que después se genere mejor nivel de vida y desarrollo para todos.
¿Uruguay es atractivo hoy para recibir inversiones en el agro como ocurrió en 2003 o 2004?
Vemos que hay mucho interés por desarrollar proyectos en Uruguay, de la mano de distintos actores. En 2002 hubo una crisis que afectó a todos los sectores, y los precios relativos eran muy bajos, por lo que muchos pusieron una ficha en el país. Ahora la situación es diferente, pero sí constatamos que hay mucho interés en comprar campos e impulsar proyectos productivos importantes. Se ve interés en el sector forestal, en el arroz –que el año pasado tuvo rindes récord y precios excelentes– y hasta gente que quiere invertir en áreas de soja. Si bien no hay tanta oferta de campos como sí hubo en 2002 o 2003, cuando muchos se vieron obligados a vender para afrontar deudas. Hoy todos los sectores están pujantes y confiamos en que los próximos meses se concretará ese movimiento.
¿Por dónde irá la línea de acción de la compañía en Uruguay en los próximos años?
Seguir cerca del productor, que es nuestro socio, y también de los demás integrantes de la cadena, aportando la mayor información y transparencia posible. Buscando generar asociaciones y en el esquema que más le sirva al productor. Aportando servicios en logística, en lo financiero, y brindando buen material genético y fertilizantes para aumentar la producción. Además, seguiremos ofreciendo soluciones logísticas en todo el litoral, desde Paysandú hasta Nueva Palmira, en el centro del país y, cuando se necesite, en el este y en Montevideo.
Tarjeta Personal
Marcos Delfín Uranga tiene 49 años. Es gerente de Originación de Cereales y Oleaginosas de LDC Uruguay. Estudió Ciencias Económicas y un Master en Finanzas Corporativas. Comenzó LDC Argentina en el año 2000; en 2003 abrió la oficina de LDC en Uruguay. Luego, fue el responsable regional de Originación de Cereales y Oleaginosas y de la comercialización de fertilizantes, semillas y agroquímicos para Uruguay, Paraguay, Argentina y Bolivia.
La demanda de neumáticos está “movida”, como el caso del “agro que siguió empujando”, lo que “sí hubo algún problema en la oferta de esos productos por los inconvenientes en la logística sumada a la limitación de la producción en China”. Así lo señaló el gerente de la empresa Tornometal, Gabriel Muñoz, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y revistaverde.com.uy.
Dijo que eso “generó un incremento en los precios de los neumáticos y puede que haya algún faltante, aunque en general las empresas están bien surtidas”, como Tornometal.
En el caso de esa firma se resolvió seguir importando esos productos, pese al incremento del costo de los fletes, porque se previó que habría un aumento de la demanda de los neumáticos por la dinámica del agro, comentó.
Comparó que en otros años el tiempo requerido entre el pedido desde Uruguay y la llegada de los neumáticos desde China era de entre 90 y 120 días. Ahora pasó a cinco a seis meses el plazo para esas operaciones comerciales, afirmó.
Se refirió a que la “crisis de los fletes” impone adaptarse a la situación, considerando que algunos negocios se terminarán de concentrar cerca de mediados del año próximo. El precio de los fletes por contenedor era de US$ 1.500 a US$ 2.000 y trepó a casi US$ 14.000, advirtió.
Las inversiones en pasturas y en mejoras biológicas en el suelo serán incorporadas al régimen de incentivos fiscales, establecido en la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones, tras la aprobación de la Rendición de Cuentas en el Senado.
“Se trata de dos artículos que presentamos a principio del año”, que apunta incluir en ese régimen al “mayor activo fijo del campo que es el suelo”, dijo el senador del Partido Nacional, Sebastián da Silva, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y revistaverde.com.uy.
Señaló que esa disposición legal entrará a regir desde enero de 2022 y que actualmente la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa) está trabajando en la reglamentación de la misma.
Se refirió a que es un “tema amplio”, pero con el marco generado en la Rendición de Cuentas en la reglamentación se podrá definir “qué se entiende por mejora biológica en el suelo”, entre otros aspectos.
Habrá que resolver el grado de “exoneración del Impuesto al Patrimonio (IP) y del Impuesto a la Rentas de las Actividades Económicas (Irae)”, que se otorgará a estas inversiones, que “cuanto mayor sofisticación implique obtendrá un mayor puntaje” al calificar el proyecto por la Comap, consideró.
Da Silva opinó que el ministro de Ambiente, Adrián Peña, debe estar contento con esta medida, considerando la importancia de las rotaciones con pasturas en el suelo, porque esto llevara a que “Uruguay en dos años este más cerca de ser carbono neutro”, acotó.
“Hoy está más que probado que cuanto más incentivo y más natural sea la explotación, más sustentable es el suelo y la producción”, afirmó.
Al señalar que la nueva modificación en el sistema favorece a los productores arroceros y a los ganaderos, ese legislador se mostró confiado en que también sea una oportunidad para el productor agrícola, mediante la inclusión de las inversiones en el encalado de los suelos. “El encalado es una mejora biológica”, aseguró.
Se destaca el lanzamiento del híbrido NS 7921 Viptera 3 CL, con la mejor tecnología para el control de lepidópteros y una herramienta más para el control de las malezas
Nidera, empresa que viene trabajando hace varios años en el mercado maicero uruguayo, tiene novedades para la zafra 2021/22. El responsable comercial de Nidera en Uruguay, ingeniero agrónomo Andrés Nogueira, destacó a VERDE el lanzamiento del híbrido NS 7921 Viptera 3 CL. Detalló que se trata del “único híbrido que combina las tecnologías Viptera con Clearfield, la mejor biotecnología para el control de lepidópteros, y una herramienta más para lograr el control de las malezas”.
Sobre las expectativas que genera la nueva zafra del cereal en el país, comentó que “va a ser un buen año, similar a la zafra pasada”. Nogueira estimó que, “de la mano de los productos, de la performance a campo que viene teniendo el cultivo y lo que venimos intercambiando con los clientes, vamos a concluir un buen año para el maíz”.
En relación a la superficie a sembrarse, el responsable comercial de Nidera en Uruguay entiende que “el área se va a mantener en torno de las 170.000 hectáreas, con el margen de error de siempre, aunque este año se puede marcar para arriba”.
Aunque planteó que sí “puede haber una variación entre fechas de siembra, una diferencia entre área temprana y tardía”. Esto lo adjudicó a dos razones: “una es porque se sembró más área en invierno, lo que le da la posibilidad de entrar al maíz de segunda, que agronómicamente en siembras posteriores al 15 de diciembre muestra resultados superiores a los de soja. La otra pasa por los rendimientos que se han relevado en las chacras de maíz tardío, que son muy buenos, y eso queda en la memoria reciente”.
Sobre este último punto manifestó que, en general, la siembra de segunda “anduvo muy bien en la mayoría de las zonas del país. Nidera tiene datos del rendimiento de su híbrido NS 7818 Viptera 3, con valores promedios que se ubican por encima de los 7.500 kilos secos (por hectárea); es un muy buen rendimiento, ampliamente superior a los promedios históricos para esta fecha de siembra”.
PORTAFOLIO
La oferta de maíces de Nidera se integra de cuatro híbridos y un refugio. “Nidera, además de los híbridos ya probados a nivel general en Uruguay (NS7818 Viptera 3, AX 7761 VT3P y AX7784 VT3P), para esta zafra cuenta con un portafolio potenciado, de la mano del nuevo lanzamiento NS 7921 Viptera 3 CL, un material que genera muchas expectativas, por aportar mayor rendimiento y tecnología”, indicó.
Remarcó que “es el único híbrido con esa combinación de tecnologías. Viptera ofrece la mejor propuesta para el control de insectos lepidópteros –como la lagarta cogollera–, y de la mano de Clearfield se le suma la tolerancia a Imidazolinonas, otra herramienta para el control de malezas, que se suma al glifosato y glufosinato de amonio”.
Agregó que NS 7818 Viptera 3, “es nuestro caballito de batalla, un híbrido muy probado en Uruguay, que va por su cuarto año en el mercado. Año tras años viene demostrando una muy buena performance, sanidad y estabilidad muy destacable. Hoy es el híbrido más sembrado del país”, subrayó Nogueira.
Los otros dos híbridos con tecnología VT3P son el AX 7761, “que se destaca en siembras tempranas y ambientes de alta, ideal para planteos bajo riego”; y el AX 7784, “un excelente híbrido granífero doble propósito, con una gran adaptabilidad a variaciones en la densidad, recomendado para siembras tempranas y ambientes de media-baja productividad”. El refugio es el AX 7822 con tecnología HCL RR.
HISTORIA
Nogueira resaltó que Nidera “es una marca líder, reconocida. En Argentina siempre fue referente en maíz”. Recordó que en Uruguay, en su momento y “por política de la compañía, no se tuvo foco en ese cultivo”. Pero a partir del año 2016, luego de la alianza estratégica comercial con Agrocentro, que pasó a ser el distribuidor oficial de Nidera en el país, uno de los objetivos fue apuntar al cultivo de maíz. Se le puso mucho foco y se comenzaron a incorporar nuevos productos de punta, con tecnología”.
“Antes, Nidera en Uruguay no tenía presencia de materiales con tecnología para el control de insectos, mientras que en Argentina sí había materiales Viptera y VT3P. Luego, se comenzaron a incorporar esos materiales a Uruguay y el crecimiento fue muy bueno, exponencial y continuo” comentó.
“El maíz ha venido sumando superficie y Nidera acompañó la expansión del área en Uruguay. Con la premisa de buenos productos, recomendaciones de manejo, como la densidad por híbrido y por ambiente, y el posicionamiento final. Esos fueron los principales puntos, primero para posicionarse en el mercado local y luego para el crecimiento de la marca en maíz”, señaló.