Girasol: Nuevos materiales para impedir enfermedades y ataques de pájaros

El cultivo tiende a crecer de la mano de nuevos materiales, que lo defienden de dos factores que solían influir negativamente en su productividad: enfermedades y pájaros
Las enfermedades y los ataques de pájaros, dos problemáticas que han sido limitantes importantes para el girasol en Uruguay, quedan atrás de la mano del desarrollo de nuevos materiales, que podrían sostener un nuevo crecimiento del área del cultivo en el país. Así, tras varios años de decadencia en la agricultura uruguaya, el girasol recobró el interés de los productores y tiende a consolidarse entre las alternativas de diversificación.
En ese marco, la empresa NK Semillas considera que el balance de la última zafra es “muy favorable”, dijo a VERDE Federico Laluz, representante técnico-comercial de la empresa en Uruguay. Comentó que en la campaña 2019/20 hubo una “experiencia piloto” de girasol en la zona de Young (Río Negro), con “un área menor y buenos resultados de rinde”, y en la de 2020/21 se dio una expansión del cultivo.
NK provee genética y biotecnología para los cultivos de verano, y los materiales de maíz y girasol son comercializados en el mercado uruguayo por la empresa Yalfín.
Basándose en un relevamiento técnico exhaustivo, que realizó el equipo técnico de Yalfín junto a NK Semillas, Laluz comentó que el rendimiento promedio del cultivo estuvo en el entorno de 2.200 kilos por hectárea.
Pese al impacto negativo del déficit hídrico, hubo chacras que lograron cosechar unos 3.000 kilos por hectárea, resaltó. El representante técnico-comercial destacó que eso revela una “gran resiliencia” del cultivo de girasol para enfrentar períodos de clima adverso, como la falta de agua en el suelo.
Entre los beneficios productivos del cultivo, uno de los factores preponderantes es el resultado del aceite que se pueda obtener, que incide directamente en el margen económico para el productor agrícola.
Según las últimas condiciones comerciales, el productor de girasol accede a un precio con bonificación que le paga la industria aceitera, cuando se superan los 42 puntos de aceite como base, explicó.
Los productores que utilizaron la genética de NK Semillas, según Laluz, en base al relevamiento realizado, superaron el 52% de aceite en promedio, “un indicador muy favorable a la hora de pasar raya”, dijo.
En su momento, debido a problemas generados por la enfermedad denominada Phomopsis o cancro del tallo, y por el ataque de pájaros a los cultivos, el girasol perdió espacio en la agricultura local.
En la zafra 2002/03 el área de siembra de girasol llegó a 176.000 hectáreas, y fue la primera vez que se detectó la presencia del hongo Phomopsis, recordó el ejecutivo.
A partir de ese momento, la superficie del cultivo entró en una etapa de reducción. En la zafra 2003/04 se sembraron 120.000 hectáreas, en la siguiente fueron algo más de 100.000, luego se desplomó para quedar en unas 58.000 hectáreas (2005/06) y siguió bajando, según datos de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA).
Atentos al historial sanitario del girasol y a la evolución del mejoramiento genético, el trabajo de NK Semillas desde hace muchos años viene apuntando al lanzamiento de materiales con mejor comportamiento a Phomopsis, indicó Laluz.
Sobre el perjuicio de los pájaros, como palomas y cotorras en las chacras, explicó que la incidencia es menor en esta nueva incursión del cultivo en el país. Esto se debe a los nuevos materiales, que presentan un muy buen vuelco del capítulo antes de que madure el grano, y eso permite que el secado se registre con el capítulo volcado, “lo que reduce la exposición de los granos al ataque de pájaros”.
El portafolio de girasol de NK y Yalfín está integrado por: SYN3970 CL, SYN3975 CLHO y SYN3990 CL. “El primero es el líder en rinde y contenido de aceite; el segundo tiene un excelente potencial para el nicho de mercado de alto oleico; y el tercero está posicionado para los ambientes más restrictivos”, señaló.
Para esta zafra NK Semillas está lanzando en la región un nuevo material denominado NK 3969 CL, que “viene a configurarse como el nuevo estándar en potencial de rendimiento y contenido de aceite del mercado”, dijo Laluz.
Tras considerar que es difícil prever cuál será la respuesta del productor a la planificación de la próxima siembra de girasol, el técnico advirtió que los productores que ya experimentaron ese cultivo “quedaron satisfechos y con entusiasmo para sembrar más área”.
Sobre la disponibilidad de semillas, dijo que “esperamos que pueda satisfacerse la demanda, aunque es cierto que en Argentina y la región se espera un crecimiento de la superficie a ser sembrada”, a raíz de las mejoras en los precios y los márgenes esperados para el cultivo.
Reconoció también el momento favorable para la soja y el maíz, por el alza de los precios, lo que genera más competencia por el área a sembrar. Pero consideró que, teniendo en cuenta el criterio de diversificar los cultivos y los riesgos, puede haber espacio para que el girasol se afirme en el ciclo productivo.
Laluz sugirió sembrar el girasol hacia fines de setiembre y durante octubre, de manera de balancear potencial y riesgos, considerando el momento en que se ubicaría el período crítico del cultivo.
Nota de Revista Verde N°94