En maíz de segunda al manejo lo define el ambiente y el híbrido

El especialista argentino Octavio Caviglia participó de una jornada de NK Semillas y Yalfín, donde se analizaron distintos aspectos que inciden en los resultados del cultivo.
El maíz de segunda viene ganando lugar en los planes de siembra, y es por esa razón que NK Semillas y Yalfín realizaron una actividad focalizada en los elementos que marcan los resultados en dichos planteos.
De la actualización técnica focalizada en la siembra de maíz tardío y de segunda participó el ingeniero agrónomo Octavio Caviglia, docente de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Entre Ríos, e investigador de Conicet.
Según el especialista, debe diferenciarse entre una siembra de maíz tardío y una de segunda, y cómo es el ambiente para cada caso. “Un maíz tardío luego de un barbecho largo, arranca con un suelo cargado de agua y nutrientes, mientras que el maíz de segunda comienza con menos disponibilidad de esos recursos, sobre todo si es sembrado luego de una gramínea, como un trigo o cebada, o bien sobre colza”, dijo Caviglia a VERDE.
El cultivo con la fecha de siembra de diciembre, “independientemente de si es maíz tardío o de segunda, estará expuesto a un ambiente distinto” al que se tiene en las siembras de septiembre. “Cuando nace el cultivo el día es mucho más largo, eso le permite generar entre una y tres hojas más, porque tiene respuesta al fotoperiodo. Al contar con más hojas, el porte de la planta será más grande y la espiga se insertará a mayor altura”.
Sostuvo, además, que en esa fecha de siembra “hay más predisposición a las adversidades, como enfermedades –la principal es tizón– y también aparecerán algunas plagas, siendo la más importante la isoca cogollera. Con ese ambiente hay que ajustar algunas prácticas de manejo, pero mucho se puede resolver a la hora de la elección del híbrido”.
Para el ingeniero agrónomo, se debe apuntar a un material que no tenga alta estatura, porque “con eso evitamos que la espiga se inserte más alto”. Por otro lado, “tenemos que buscar un híbrido que tenga la tecnología que brinde protección contra esos insectos, principalmente isoca cogollera e isoca de la espiga”. Además, “ese híbrido debe tener un buen comportamiento sanitario, fundamentalmente frente a tizón”.
Otro aspecto importante y destacado por Caviglia, es que después de la madurez del cultivo, a diferencia de lo que pasa con la fecha de siembra de setiembre, “la humedad relativa en el ambiente es mucho mayor, con lo cual el grano se secará mucho más lento. Por lo tanto, muchos productores optan por dejar ese maíz mucho tiempo en el campo, para cosecharlo con humedad comercial”. Eso lleva a que se tengan que elegir híbridos que “tengan buena caña, para pasar ese tiempo más prolongado en el campo”, indicó.
La otra opción “es buscar híbridos con buena capacidad de secado, que permitan cosecharlos antes o darles otro destino, como por ejemplo el silo de grano húmedo”, explicó.
También se refirió a que los problemas de hongos en la espiga aumentan a medida que se demora la cosecha. “también se incrementan los problemas de malezas, que nos pasarán factura en el cultivo siguiente, y podemos tener pérdidas de plantas por quebrado y por vuelco”.
Agregó que la densidad de plantas en un maíz tardío o de segunda “no tiene que ver con la fecha de siembra sino con el ambiente y el rendimiento esperado, así como con el híbrido a sembrar”. Ambientes de rendimientos esperados altos “llevan a una densidad alta, y en los ambientes con rendimientos esperados bajos podemos reducir la densidad de siembra, pero siempre en función del híbrido”, sostuvo.
Explicó que “si uno aspira a tener 7.000 kilos de maíz por hectárea, no se puede sembrar con 40.000 plantas por hectárea con cualquier híbrido. No se debe bajar la densidad en siembras tardías si se aspira a rendimientos similares a los de primera, porque al ambiente lo asociamos al rendimiento, no a la fecha de siembra. Es importante recalcar que al manejo lo define el ambiente. Son conceptos fuertes que queremos transmitir. La densidad depende del ambiente y los rangos los establece cada híbrido, porque tienen recomendaciones óptimas para cada situación”.
Caviglia resaltó que la fertilización nitrogenada “es clave, es crítica, mucho más de lo que se pensaba hace un tiempo”. El maíz tardío y el de segunda “responden muy bien a la fertilización nitrogenada, pero no hay que descuidar fósforo, potasio, azufre ni algunos micronutrientes como el zinc, que comienzan a tener respuesta. Es una práctica que debe considerarse, sobre todo si apuntamos a los máximos potenciales en cada uno de los ambientes con esa fecha de siembra”, insistió.
LA PROPUESTA DE NK
Diego Agueci, integrante del área de desarrollo de Producto de NK Semillas, dijo a VERDE que la compañía está recomendando SYN 840 Viptera 3, “un gran material que por su ciclo está adaptado a fechas de siembra tardías y también de segunda. Es un híbrido cuyo potencial acompaña al ambiente, destacándose en los de media y baja productividad, que son las situaciones en donde se posicionan los materiales cuando se opta por una siembra tardía o de segunda”.
En esos casos “ya tenemos una limitación ambiental, por la menor radiación incidente, que acompañará al cultivo, pero en esas situaciones es donde se destaca la estabilidad del SYN 840 Viptera3, con un potencial adecuado a esos ambientes”.
Dijo que SYN 840 Viptera 3 posee todas las características que requiere un material para estas fechas de siembra, “cuenta con la tecnología Viptera 3, cuyo aporte es muy conocido por el productor y el mercado, porque brinda los beneficios del control de lepidópteros en la parte aérea del cultivo, donde podemos mencionar a Spodoptera frugiperda, Helicoverpa zea, Agrotis ípsilon y Diatraea saccharalis (barrenador del tallo).
Además, “esta biotecnología aporta tolerancia al uso de herbicidas, como glifosato y glufosinato de amonio. Es una herramienta que tiene un plus en el manejo de malezas, teniendo en cuenta la problemática existente”.
Agueci también destacó las características agronómicas de SYN 840 Viptera 3. “Es una virtud necesaria a la hora de seleccionar un híbrido para siembras tardías o de segunda. Tiene excelente agronomía, donde se resalta pie y caña, provocando que el material esté parado en el campo, a la espera de la cosechadora. Nos da seguridad de cosecha sin sufrir efectos de vuelco o de quebrado. En esto siempre supera a los competidores y también al resto de los materiales de nuestro portafolio”.
El integrante del área de producto de NK Semillas dijo que desde lo sanitario dicho material “tiene un muy buen comportamiento a enfermedades, como roya, tizón y es muy bueno también en sanidad de la espiga”.
De esta forma, SYN 840 Viptera 3 “es un híbrido que cierra por todos los ángulos. Desde el potencial, la estabilidad, la protección contra insectos –que es una problemática seria o grave en siembras de segunda o tardías–, nos da una alternativa en el control de maleza y excelente comportamiento sanitario. Es una herramienta que al productor le aporta”.
Informó que la red de ensayos de NK Semillas muestra las recomendaciones para cada uno de los ambientes. En esa línea, SYN 840 Viptera 3 tiene una densidad recomendada que dependerá del ambiente, pero “en términos generales podemos marcar 46.000 plantas por hectárea para ambientes de 4.000 kilos, y de 71.000 plantas por hectárea para ambientes de 8.000 kilos. Pero es importante marcar que esa densidad se verá influenciada por la situación de chacra y objetivo de producción en función del año”.
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