Varalla (Apeo): Bajón de 83% en resultado económico de la cría revela contraste entre 2022 y 2023; empresas “se quedaron sin caja”
El reciente XXI Taller de Evaluación de Diagnósticos de Gestación Vacuna, organizado por el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (Inia) en Treinta y Tres, reveló un resultado de la preñez del 71% en un “año desafiante” por el impacto que tuvo la sequía en la producción agropecuaria.
Si bien esto “es una muestra sesgada porque corresponde a productores que hacen ecografías” y otros estudios, lo que igualmente representan “resultados que sorprenden para bien”, dijo el director de la consultora Apeo, Diego Varalla, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y en revistaverde.com.uy.
El profesional, quien expuso en dicho evento sobre el análisis económico de los sistemas de la cría, señaló que su charla se repartió en dos aspectos, por un lado ahondar en los “aspectos estructurales” y por otro, los “aspectos coyunturales”, y en el primer caso remarcó que “hoy con una sequía” se alcanzó un “71% de índice de preñez”, lo que es “mayor al que se registraba hace 15 años” debido al “progreso tecnológico”.
“Si lo medimos en términos económicos y simulamos cómo hubiera sido la cría hace 15 años” en Uruguay, “con los precios y costos de hoy y cómo es la nueva cría con los actuales resultados de preñez, que antes de la sequía marcaban un 80%”, en ese periodo se pasó de un ingreso de capital de US$ 38 a un ingreso de US$ 72 por hectárea, acotó.
“Por el efecto climático” que “afectó al peso de los terneros provocando una baja de 10%” y “el precio de los productos” que entre el otoño de 2023 respecto al de 2022 que baja un 24%”, se registra un “brusco descenso en el producto bruto de 34%”, sostuvo.
Consideró que hubo un “fuerte” incremento en los costos directos” de la producción, debido a que “se gastó mucho dinero en la suplementación de animales y destete precoz” allí existe un incremento de 118% respecto al ciclo anterior; mientras en los “costos de estructura” aumentan los que están en pesos uruguayos, por “dos componentes: descenso del 7% en el tipo de cambio y el aumento de la inflación del 7%, por lo tanto la mano de obra y los impuestos se incrementan en 14%”.
Eso derivó en que el resultado económico pasara de US$ 102 por hectárea en 2021-22, que fue un año “extraordinariamente bueno”, a US$ 17 por hectárea en 2022-23, lo que marcaría en caso de confirmarse los supuestos indicados, una caída de 83% en los ingresos del sistema de cría, detalló.
Aclaró que al analizar un período mayor de 2007-08 hasta 2022-23 el resultado económico de la cría marca un promedio de US$ 50 por hectárea, lo que refleja el contraste entre el año pasado y el presente.
Varalla remarcó que “el problema más grande empieza ahora, porque las empresas se quedaron sin caja, ya se invirtió todo el dinero que tenían disponible (en resembrar las pasturas y comprar raciones para alimentar el ganado), y sus productos de venta están todos atrasados”.
Una empresa que tiene cultivos de verano y todos los años genera un ingreso entre mayo y junio, en este año ese ingreso no estará, y el ganado tiene 30 a 40 kilos menos porque no hubo ganancia de peso en el verano, lo que implica que no haya productos para su comercialización en la fecha habitual, enfatizó.
Resaltó que hasta no cosechar la soja en el otoño que viene, las empresas no van a tener un dinero importante y quedan por transitar entre “12 y 18 meses” que “desde el punto de vista financiero serán bien desafiantes”.
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