Mantendría unas 110.000 hectáreas de siembra; y para no generar un excedente que influya en una menor superficie, exportará 80.000 toneladas de cebada maltera a Brasil
Tras registrarse una zafra récord de cebada, Ambev apunta a mantener una superficie de 110.000 hectáreas para la zafra 2021/22. Belén Daneri, gerente de la empresa, dijo a VERDE que es muy importante mantener una superficie estable. Y comentó que “cuando se produce un volumen que excede la demanda interna genera preocupación en el mercado por el tamaño del área de la siguiente zafra. Nuestro objetivo es tener un número estable y renovar la cebada para no industrializar el grano de la zafra anterior”.
Señaló que “la capacidad nominal de nuestras malterias (Maltería Uruguay y CYMPAY) ya está a tope, y no hay mucho margen para moverse, con lo cual la superficie en la zafra 2021/22 estará en unas 110.000 hectáreas”.
Aunque el número final se resolverá sobre fines de febrero o marzo, “cuando se definirá si hacemos más área de cebada para la exportación a otras malterías de la compañía. Eso dependerá de qué tan competitiva esté la cebada uruguaya frente a la oferta regional”.
En la zafra anterior Ambev recibió 450.000 toneladas de cebada, “el volumen es mayor al que demandan nuestras dos malterias, que anualmente procesan unas 360.000 toneladas, y a eso hay que sumarle lo que se destina a semilla”.
Es por eso que la compañía tiene previsto exportar el excedente a Brasil. “Tenemos cuatro barcos confirmados, el primero sale con 25.000 toneladas hacia Porto Alegre y Passo Fundo. Posteriormente saldrán otros dos con 25.000 toneladas, y en el último irá un poco menos, porque es compartido con malta. Se exportarán unas 80.000 toneladas. Esto es muy positivo, porque nos permite eliminar rápidamente el excedente y no quedarnos con un carry over (saldo) que nos puede complicar la conservación, pero fundamentalmente nos permite mantener el área de siembra”, resaltó.
Consideró que el balance de la última zafra de cebada “es muy positivo, luego de un año en que la siembra presentó dificultades, sobre todo en el Norte. Tuvimos un año récord en rendimiento y en volumen”. El rendimiento de recibo fue de 3.950 kilos por hectárea (kg/ha), mientras que “estimamos que el rendimiento agronómico, considerando los rechazos y lo que no se entregó, estuvo por encima de los 4.500 kg/ha, considerado todas las zonas (Norte, Centro y Sur)”, dijo.
Sostuvo que el porcentaje de rechazo fue cercano al 12%. “Fue algo superior a la media, pero estuvo por debajo de la zafra anterior, que se vio influenciada por el nivel de micotoxinas, sobre todo al Norte del río Negro”, recordó.
Al analizar las principales causas de rechazo en la zafra 2020/21, Daneri explicó que las principales razones fueron calibre y proteína. “En la zona Norte y en algunas chacras del Sur, donde hubo menos precipitaciones durante la etapa de llenado de grano, en las variedades de menor estabilidad se registró un bajo calibre”. En el Sur, en tanto, “hubo rendimientos extraordinariamente altos, por una dilución de Nitrógeno, que hizo bajar el porcentaje de proteína”.
El precio promedio de fijación fue US$ 215 por tonelada. “El productor terminó de fijar el precio sobre el final de la zafra, cuando el mercado de Chicago volvió a marcar cifras muy interesantes”, señaló. De todos modos, “vemos que si los precios son atractivos hay fijaciones tempranas. Hace algunos años era impensado que se fijaran precios antes de la siembra, pero ahora el agricultor se anima”, valoró.
En cuanto al plan comercial para zafra 2021/22, dijo que “estamos trabajando en las condiciones comerciales, pero la realidad es que la compañía ya hace tiempo que viene con un plan estable, que incluye una fórmula atada al mercado de Chicago, que brinda transparencia y ha sido muy bien recibida por nuestros distribuidores y productores”.
Al respecto, agregó que “la idea es mantener esa línea de trabajo, y no habría demasiados cambios, con el objetivo de mantener la estabilidad comercial y el área. Y en lo productivo apuntamos a nuevas variedades, buscando sustentabilidad en el largo plazo”.
La gerente de Ambev dijo que a fines de febrero o principios de marzo estará saliendo al mercado el plan comercial de Ambev, pautando precios de cebada, semilla, plazos de pago, portafolio de variedades, entre otros aspectos.
EL CAMINO DE LA CEBADA
Partiendo de las exigencias del consumidor de cerveza, que le imprime una demanda particular a toda la cadena, Daneri sostuvo que la compañía “tiene varios frentes de trabajo abiertos”. Recordó que en 2020 se hizo una campaña focalizada en los residuos totales, “donde incide la fecha de siembra, las variedades, el manejo que podemos hacer del cultivo con el uso de fungicidas, nutrientes y cosecha. El objetivo es reducir los residuos totales, que tienen un gran impacto para la maltería”.
Indicó que la campaña tuvo resultados muy buenos, porque logró reducir 30% la cantidad de residuos totales respecto a la zafra anterior (2019/20). “Esa reducción es muy importante porque se alcanzó en un año problemático en calibre. Cuando eso pasa, todo haría pensar que lo natural es que aumente, pero se logró bajar”, destacó.
Agregó que la zafra pasada “tuvo un nivel de tolerancia importante de residuos, como ha pasado durante los últimos años, pero vimos que la campaña surtió efecto. Hay que continuar trabajando, es muy importante para la industria que la cebada llegue con la mejor calidad de calibre, y eso no es solo pensar en un grano de primera más segunda, sino en la menor cantidad de residuos totales. Eso implica lograr una cebada uniforme”.
“Por eso es importante el uso de los herbicidas correctos, así como minimizar la cantidad de granos pequeños. En esto tiene un gran impacto la sanidad del cultivo y el manejo en la cosecha. Se debe apuntar a residuos totales más bajos y mantener los estándares que venimos trabajando desde hace un tiempo”, sostuvo.
La proteína es otro de los grandes aspectos de la cebada. Daneri comentó que en 2020 se lanzó una política comercial diferencial, “para poder incentivar el manejo de la proteína mediante bonificaciones”.
El precio medio de fijación fue US$ 215 por tonelada, y los premios por el nivel de proteína obtenido fueron de hasta de U$S 12 por tonelada.
A propósito, consideró que “hay que seguir avanzando hacia los rangos de proteína óptimos para maltería, y que también se transformen en un incentivo para aplicar un paquete tecnológico mas fuerte en los cultivos, con diferentes combinaciones de nutrientes, en diferentes momentos y demás. Hoy se cuenta con mucho trabajo de investigación en Uruguay, eso es algo muy bueno y hay que seguir sacándole provecho para seguir mejorando los estándares que vienen aumentando año a año, pese a que las condiciones climáticas o de suelos van variando”.
Indicó que la media de proteína en la zafra pasada fue 11%, “un valor muy bueno, pero lo importante es apuntar a tener la menor variabilidad posible, para que sea lo más eficiente para la maltería, y también por un tema sensorial en la cervecería. Por eso, lo importante no es solo el promedio sino la variabilidad, que ha venido disminuyendo”.
Otro punto destacado para la cebada es la oferta varietal y su manejo. “Hoy se busca más calibre, más proteína, sin bajar rendimiento”, explicó. La estrategia pasa por la adopción de genética que haga su aporte, con el correspondiente manejo.
En esa línea, “estamos buscando desarrollar y potenciar materiales de tipo europeo que son los que mejor performance tienen en la malteria”, señaló.
Y agregó que, “dentro de esa genética europea, apuntamos a variedades que tengan la mayor resistencia a enfermedades y más estabilidad, algo muy importante para que en los años buenos expresen todo su potencial, y que en los años complejos pueda defender al productor. Fue el caso de Olimpia, que mostró ese diferencial”.
Daneri sostuvo que todo lo relacionado con el manejo es muy importante. “En eso las malterias también tenemos un rol por jugar. En el último año ya se hizo un trabajo relevante con el abastecimiento de semillas pensando en la multiplicación para el año siguiente. Se está tratando de bajar la carga fúngica de la semilla y haciéndola en la chacra, segregando al recibo de la semilla y destinando lo que tenia mayor carga fúngica a la industria, quedándonos con lo que tenía mayor calidad de semilla para multiplicar. Se cambió la estrategia de curado y monitoreo de esa clase de cultivos”, comentó.
Sobre este tema, concluyó que “la premisa pasa por llegar con una semilla más sana, con menor carga fúngica y, por lo tanto, con más posibilidad de desarrollar mayor tamaño de grano y más sanidad durante todo el ciclo del cultivo. Esto impacta en rendimiento, costos, calidad de grano, entre otros aspectos. Hay cosas para seguir mejorando y ese un aporte que podemos hacer desde la compañía”.
LOS RECHAZOS Y EL FORRAJE
Unos de los inconvenientes que genera un viaje de cebada rechazado por no cumplir con las condiciones de calidad, es el de no saber qué destino brindarle, ya que no siempre hay una demanda importante de cebada forrajera. Así fue que Ambev creó un plan de cebada forrajera en la zafra anterior.
Daneri explicó que “la idea no es captar cebada forrajera, porque no es nuestro negocio, y no nos interesa ser un trader de granos que origina cebada forrajera y la vende en distintos mercados. Lo que buscamos es una solución, fundamentalmente para aquellos distribuidores que no tienen cerca una planta de acopio o les complica ese viaje rechazado. Por eso, se armó un plan con reglas claras desde la entrada. Eso estuvo muy bueno y fue bien recibido, porque más allá de que haya sido competitivo o no, estaba claro el precio y las condiciones comerciales desde el arranque”.
Ambev puso a disposición esa opción con recibos en varios puntos del Uruguay. “El volumen terminó siendo menor, porque el mercado local tuvo precios altos para la cebada forrajera. Pero ofrecimos una solución con transparencia, algo que queríamos desde inicio, y no especular con la forrajera. La idea es mantener esta alternativa, por el papel que juega y por la transparencia que tiene”, concluyó.
El nuevo análisis del enorme costo ambiental europeo al no permitir el uso de transgénicos a sus agricultores, será una lectura incómoda para los grupos ambientalistas que durante mucho tiempo han combinado la defensa de la mitigación climática con una firme oposición a los transgénicos, señala un trabajo de Mark Lynas (autor, periodista y activista medioambiental británico que se centra en el cambio climático), basado en nuevo estudio que tiene como coautores a Emma Kovak y Dan Blaustein-Rejto, ambos del grupo de expertos del Instituto Breakthrough con sede en California (Estados Unidos) y Matin Qaim, de la Universidad de Goettingen, Alemania.
Este trabajo se ha publicado como una preimpresión en el servidor bioRxiv, antes de la revisión formal por pares.
La negativa de Europa a permitir que sus agricultores siembren cultivos transgénicos provocó la emisión evitable de millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) que dañan el clima.
El costo de oportunidad de la negativa de la Unión Europea (UE) a permitir sembrar variedades transgénicas de cultivos clave asciende actualmente a 33 millones de toneladas de CO2 al año, dicen los expertos.
Esto equivale al 7,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de todo el sector agrícola europeo, o aproximadamente lo que podrían emitir cada año entre 10 y 20 centrales eléctricas de carbón.
Dado que los agricultores de Norte y Sudamérica adoptaron cultivos transgénicos desde finales de la década de 1990 en adelante, este análisis implica que durante las décadas siguientes el carbono adicional emitido debido a la oposición de la UE a la ingeniería genética probablemente será de cientos de millones de toneladas.
Los hallazgos resultan del hecho de que las versiones transgénicas de los principales cultivos producen un mayor rendimiento, porque pueden resistir mejor el daño de los insectos y la competencia de las malezas.
Con los agricultores de Europa condenados a un rendimiento agrícola total más bajo, debido a la no adopción de cultivos transgénicos, se debe mantener en producción o arar más tierras agrícolas a nivel mundial, que de otro modo podrían estar disponibles para que los bosques secuestran carbono en los árboles y el suelo.
El nuevo análisis será una lectura incómoda para los grupos ambientalistas que durante mucho tiempo han combinado la defensa de la mitigación del clima con una firme oposición a los organismos genéticamente modificados (OGM), porque implica que su oposición a la ingeniería genética podría estar empeorando sustancialmente la emergencia climática.
El cálculo se realizó estimando en qué medida se podrían haber evitado las emisiones de GEI si el nivel de adopción por parte de la UE de variedades transgénicas de cinco cultivos principales (maíz, soja, algodón, canola y remolacha azucarera) en 2017 hubiera sido igual al de los Estados Unidos.
“Nuestros resultados sugieren que las reducciones de emisiones de GEI por los aumentos de rendimiento en cultivos transgénicos son sustanciales y deberían incluirse en análisis futuros”, escribió la autora principal Emma Kovak.
Los investigadores también señalan que sus hallazgos son particularmente relevantes en este momento, porque se está llevando a cabo una posible reevaluación del severo régimen regulatorio de la UE para los cultivos biotecnológicos.
Sin embargo, la actual tendencia política de la UE va en la dirección opuesta. Como explica Kovak, la “nueva estrategia de la granja a la mesa de Europa en el marco del Acuerdo Verde Europeo, tiene como objetivo expandir la agricultura orgánica, que tiene rendimientos más bajos y estaría asociada con aumentos significativos en las emisiones globales de GEI al provocar cambios en el uso de la tierra en otros lugares”.
Ella concluye que “en lugar de deslocalizar el daño ambiental a otras naciones, como lo hace el Pacto Verde Europeo, la UE debería aumentar la productividad agrícola con nuevas tecnologías de cultivos, contribuyendo a los beneficios ambientales globales”.
Los autores, sin embargo, advierten que sus suposiciones significan que existen incertidumbres sustanciales en el análisis. Suponen, por ejemplo, que el aumento de los rendimientos en Europa conduciría a una disminución proporcional de la producción en otros lugares.
En realidad, si bien los efectos de los aumentos en el rendimiento de los cultivos en la conservación de la tierra están bien establecidos, la magnitud puede variar ampliamente según las diferentes circunstancias.
El presidente del INAC, Fernando Mattos, se refirió al Plan Estratégico Quinquenal para aumentar 30% la producción anual de proteínas de bovinos, ovinos, aves y cerdos
El Instituto Nacional de Carnes (INAC) trabaja en la elaboración de un Plan Estratégico Quinquenal que tendrá como objetivo aumentar 30% la producción anual de todas las carnes, llegando a 1 millón de toneladas, de forma sostenible.
A propósito, VERDE consultó al presidente de dicha institución, Fernando Mattos, quien destacó que se trata del primer plan de estas características, el que se pondría en marcha el 1° de julio, cuando comience el nuevo ejercicio contable. Comentó que para lograr esa meta de 1 millón de toneladas de carnes “hay que trabajar en el aumento del volumen producido, y en el incremento del valor de la unidad del producto”.
Mattos destacó que este incluso “puede ser un escenario conservador, porque establecimos un valor nominal que significaría crecer 20% o 25% los niveles actuales, y debería ocurrir para el final de 2030. Y creo que eso se puede superar con holgura, pero preferimos ser más conservadores en nuestros cálculos”.
Planteó que el aumento de producción física, la incorporación de carnes de otras especies que hoy tienen poca significación y el aumento de los precios en la comercialización, generarían para el país un crecimiento de los ingresos. “Esto dinamizaría la actividad y le daría una señal clara para la inversión, para que se incremente el potencial productivo del Uruguay en forma sostenible, teniendo en cuenta los aspectos medioambientales, cuidando el recurso y atendiendo las exigencias del mercado internacional”, valoró.
Señaló cuatro factores relevantes en el largo plazo, que se deben tener en cuenta: la demanda mundial, que presenta una oferta deficitaria y genera grandes oportunidades para la comercialización de las carnes de distintas especies; la integridad del producto, porque el mundo demandará volumen pero también calidad, con garantías de inocuidad y cuidado del medio ambiente; realizar un aporte al crecimiento, que aportará al incremento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, así como al empleo; y una mejora en la inversión, dinamizando las cadenas.
Sobre este último punto, Mattos remarcó que históricamente este rubro ha sido receptor de inversión nacional y extranjera, y por lo tanto sería importante darle una señal positiva a los agentes económicos.
El plan estratégico apunta a que Uruguay sea uno de los tres países del mundo que venda mejor su carne vacuna. “La estrategia para llegar a ese objetivo se basa en la integridad del producto, los procesos en la cadena, la transparencia, la información que genere con la segunda línea –que es la contribución a la mejora de la competitividad de las empresas–, la posibilidad de generarle un valor más allá del reconocido prestigio que tiene la carne uruguaya”, detalló.
En materia de carne ovina y bovina, el presidente de INAC consideró que tienen potencial de crecimiento, especialmente en carne bovina. “En carne ovina tenemos expectativas, pero no de tanta dimensión. Sabemos que el sector tiene otras barreras a levantar, en las que también estamos trabajando; y tenemos asociado el mercado de la lana, en el que no tenemos tanta injerencia, pero tenemos expectativas de que pueda tener una recuperación”, comentó.
Para la carne bovina dijo que “hay potencial de crecimiento. Los sistemas productivos se van afianzando, estamos trabajando en los parámetros de calidad, en cómo proporcionar más información en la industria y sectores de la producción. Vamos a unir esfuerzos con la investigación, con las universidades, para poder integrarnos y dar un aporte mayor, con señales desde la industria y el comercio nacional e internacional de la carne a nuestra producción”.
Por otra parte, se refirió a las dos especies de producción intensiva, con altas posibilidades de crecimiento, como lo son las carnes de ave y porcina.
Inversión en producción de carne porcina
Mattos confirmó que tanto el INAC como el Poder Ejecutivo “estamos recibiendo propuestas del exterior, con una periodicidad bastante grande, mirando al Uruguay como una posibilidad de producción de carne porcina. Son intenciones de inversión muy importantes en sistemas integrados de producción”.
Destacó que ese es un rubro muy dinamizador de la demanda de granos, junto con la carne de aves, y “estamos trabajando en las sinergias productivas, mostrando las conveniencias de transformar grano en carne, y sistemas financieros que aseguren al agricultor la colocación de los granos producidos”.
Al mismo tiempo se evalúa “una conveniente compra por parte de los usuarios, ya sean producciones de carne vacuna a corral, de granjas de aves o de cerdos, y que también podrían ser instrumentos aprovechados por la producción de leche”.
La carne de cerdo disputa con la de ave el mayor consumo y producción a nivel mundial. Asia ha sido un demandante muy fuerte, sobre todo en los últimos tres años, cuando se diezmaron los rebaños de producción por la irrupción de la peste porcina africana.
En ese sentido, Mattos señaló que “hay una tendencia estratégica de inversión, diversificando localizaciones geográficas, de capitales asiáticos que apuestan a esa producción”.
El jerarca agregó que algunos otros capitales son locales, pero tienen contactos con el mercado asiático, y plantean una demanda estructural por muchos años. Esto los lleva a viabilizar sistemas integrados de producción, donde en un principio de economía circular aprovechan la producción de granos para la producción de cerdos y la industrialización, y que los propios residuos, en un balance positivo desde el punto de vista ambiental, vuelven en vertidos para fertilizar el campo donde producen los granos”.
Consideró que esto sería un salto muy importante en materia de producción industrial, de última tecnología. “El propio mercado de producción de cerdos ha disminuido mucho en Uruguay, y el producto importado ha sido una competencia difícil de afrontar por nuestro sistema productivo”, admitió.
También se refirió a que “se puede dar un salto grande de modernización, en virtud de estas inversiones que están pretendiendo aterrizar en Uruguay, y les estamos dando las condiciones para que puedan sumarse a este proyecto integral de producción de carnes, colocando al país en el escenario mundial, de forma muy destacada”.
Desarrollo de la producción avícola
Mattos informó que se está iniciando el Proyecto de Construcción de Bienes Públicos, aprobado con la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE), que apuntará al desarrollo del sector avícola, para la mejora de su competitividad desde el punto de vista productivo, industrial y comercial para la exportación.
Señaló que se trata de “un proyecto que junta recursos, que aportan los propios avicultores, la industria avícola, el INAC y ANDE. Es un proyecto de US$ 150.000 para desarrollar una hoja de ruta, para contratar consultores internacionales experimentados en la materia”.
Agregó que otro de los mecanismos que se evalúa es “la construcción de instrumentos financieros, que posibiliten la mejora de la competitividad, a través de la compra de granos, de forma conveniente y oportuna. Nos parece algo que se puede atar con la producción agrícola, y darle seguridades de colocación a los agricultores. Muchas veces es un problema para el agricultor, que en el inicio del proceso de decisión de inversión tiene cierta incertidumbre respecto de la colocación de algunos granos”.
Valor agregado ambiental
El presidente de INAC también se refirió a la importancia de “generarle un valor agregado ambiental” a las carnes uruguayas, porque “podemos demostrar que el sistema productivo uruguayo no es contribuyente de emisiones de gases de efecto invernadero y la ganadería tiene un aporte neutro, porque si bien genera emisiones también captura carbono, e incluso podemos tener un balance positivo de nuestro sistema productivo integral. Y estamos trabajando para demostrarlo”.
Consideró que “si ante la sensibilidad creciente de los consumidores, le presentamos al mundo que tenemos la condición de producir de forma sostenible, sustentable, protegiendo el medio ambiente, y que además no somos contribuyentes en la emisión de gases de efecto invernadero, será estratégico. Tenemos las condiciones pero debemos demostrarlas, cuantificarlas y construir este relato sobre bases sólidas, generando un valor agregado ambiental que pueda significar algo más a todas las virtudes de la carne uruguaya, e incluso generar condiciones de precios que nos diferencien de los demás países productores”.
Destacó que Uruguay tiene condiciones productivas que han demostrado sostenibilidad por más de 400 años de la ganadería en el país, manteniendo los recursos.
“Sin perjuicio de ello, tenemos que cumplir los compromisos asumidos en el acuerdo de París, y seguramente las mediciones propias, dejando de lado metodologías del exterior, pueden generar un resultado positivo, de acuerdo con los parámetros de mediciones que realizan los sistemas productivos, considerando un sistema integral”, planteó.
En ese sentido, se refirió a un proyecto con tres años de elaboración, que no se conoce mucho en Uruguay, y que fue financiado por INAC y organismos internacionales que validan esa metodología, entre ellos FAO.
“Vamos a analizar los primeros resultados, difundiéndolos y aportándole a la ciencia y a las decisiones de privados y del propio gobierno, para construir una posición uruguaya sólida en materia de producción sostenible y sustentable, preservando los recursos naturales y protegiendo el medio ambiente”, concluyó sobre este tema.
Acceso a mercados
“Hay un capítulo importante en el que tenemos que trabajar mucho: el acceso a los mercados y posicionamiento de la marca país, donde tenemos un debe importante”, reconoció Mattos.
En tal sentido, destacó las señales de la visita del presidente Luis Lacalle Pou a Brasil y haber recibido al presidente paraguayo Mario Abdo, para plantear que los países del Mercosur mantengan su pertenencia al bloque, pero con el derecho a negociar bilateralmente en el caso de que no se quiera negociar de forma conjunta.
“Si nuestros competidores tienen una mejora progresiva en los aranceles, debido a acuerdo bilaterales conseguidos en los últimos años, y nosotros seguimos sin progreso, quiere decir que estamos perdiendo competitividad relativa. Ese es un factor que tenemos que corregir, ordenar y trabajar intensamente”, sostuvo el jerarca.
Ante las dificultades de concreción del acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, comentó que si bien hay países europeos que “le pasan factura” a Brasil por la deforestación de la Amazonia, “evidentemente está de fondo la realidad de que el productor europeo no es competitivo frente al Mercosur, y se utiliza todo tipo de artilugio, dilatando durante 20 años estas negociaciones y haciendo que no tengamos avances”.
Dijo que otro camino puede ser una negociación con el Reino Unido, luego del Brexit. También se refirió a la buena demanda que está teniendo la carne producida a pasto en Estados Unidos, donde hay oportunidades de entablar una negociación. “Con la anterior administración se había avanzado algo en la posibilidad de construir el renglón de la ampliación de las 20.000 toneladas sin aranceles, que es lo que tiene Uruguay en la actualidad”, comentó el presidente del INAC.
Mattos destacó que la administración Biden apuesta a la mejora del multilateralismo, y para un país como Uruguay, que se debe a los acuerdos internacionales, es una decisión positiva, pero puede llevar bastante tiempo hasta que se pueda concretar.
Por otra parte, el presidente de INAC se refirió a la creciente demanda de los países del Sudeste Asiático que, “además de ser populosos, tienen un ingreso per cápita que va incrementándose, y hábitos de consumo que se van occidentalizando. Allí las perspectivas de incremento de consumo son enormes, y el panorama de demanda es muy auspicioso para las próximas décadas”.
Recordó que hace 10 años China era inexistente como demandante de carnes, y en 2020 importó casi 10 millones de toneladas entre todas las carnes. “Es un volumen impresionante, y se proyecta que se mantendrá en los próximos años”, destacó.
“Hay toda una senda que estamos recorriendo. A veces son habilitaciones de países y otras son ampliaciones de productos. Tenemos el caso de Filipinas, de Malasia, de Indonesia, Tailandia, Vietnam y en China, donde tenemos un petitorio de ampliación de productos, como la carne de ave, de cerdo y equina, además de menudencias vacunas”, agregó.
Mattos sostuvo que “hay mucho para trabajar, aún en los mercados donde estamos habilitados, porque hay productos que están imposibilitados de ser comercializados en este momento. Allí hay un trabajo enorme a realizar, y estamos tratando estos temas en el ámbito de Procarnes”.
Se refirió a Corea del Sur y Japón, mercados importantes, donde Uruguay es el único integrante del Mercosur que está habilitado, con carne refrigerada. “Son mercados con altos niveles de protección arancelaria, pero que remuneran muy bien los cortes. Estamos gestionando la posibilidad de volver a exportar lengua vacuna al mercado japonés, lo que significaría un ingreso adicional para las carnes uruguayas”, sostuvo.
Recordó que “hay una negociación abierta de un tratado de libre comercio entre Corea del Sur y el Mercosur, y podemos tener más alternativas. Pero también está la celebración de los 100 años de las relaciones diplomáticas entre Japón y Uruguay, y la posible visita del presidente Lacalle Pou a Japón, pero dependerá de la evolución de la pandemia”.
La compañía comenzó un proceso de renovación de la oferta genética, evaluando más de 20 materiales, con el objetivo de atender las necesidades de los productores locales.
Luego de una zafra de invierno con resultados destacados, La Niña impactó en los maíces de primera, mientras que las lluvias de enero y febrero abren expectativas para la soja y los maíces de segunda o tardíos. En ese contexto, Andrés Nogueira, responsable comercial de Nidera en Uruguay, señaló a VERDE que la compañía realizará una serie de lanzamientos en soja y maíz en 2021, y se refirió a las novedades que llegarán en los próximos años, en ambos cultivos y también en trigo.
Indicó que la primera parte del ejercicio agrícola 2020/21 fue muy bueno para el sector y también lo fue para Nidera, por la demanda y el comportamiento del trigo Baguette 620.
“Conocíamos la variedad, sabíamos que era un excelente material y lo tenía que demostrar a campo, con área y en diferentes zonas. Respondió muy bien y estamos con muchas expectativas para la próxima zafra de invierno. Viene con excelentes datos de rendimientos en chacra y sanidad”, destacó.
Además, señaló que permanece en el portafolio Baguette 11, que “es el material más sembrado del país, el productor es quien lo mantiene en el mercado por los resultados y estabilidad que aporta”. Nogueira adelantó que Nidera en trigo está evaluando varias líneas experimentales en ciclos intermedio y cortos, y que traerán novedades en los próximos años.
Dijo que la historia reciente era muy favorable para el maíz, porque veníamos “con buenos resultados, pero este año tuvimos La Niña que nos presentó varios desafíos y los rendimientos de los maíces de primera temprana en muchas zonas van a sentir la falta de lluvia. Por lo que se viene observado, será el precio el que ayudará a pasar este año”.
Ya para los maíces tardíos sembrados en diciembre y enero la realidad es otra, con buenas implantaciones, desarrollo y potenciales que siguen intactos.
Nogueira dijo que Nidera tuvo una participación destacada en el mercado, “gracias al comportamiento de nuestros productos y el trabajo de desarrollo y técnico que se realiza con el equipo comercial de Agrocentro”.
De cara a la próxima zafra maicera, la compañía lanzará el NS 7921 Viptera 3 CL, un híbrido que suma la tecnología Clearfield. “La mejor biotecnología del mercado para el control de insectos, combinada con tres herramientas para el control de malezas que son imidazolinonas, glifosato y glufosinato de amonio. Con estos elementos se transforma en el híbrido más completo”, remarcó.
Señaló que cuenta con excelente performance en fechas de siembra temprana y tardía en todos los ambientes. “Este material se suma a un portafolio conocido y posicionado en el mercado uruguayo que está integrado por: NS 7818 Viptera 3: un híbrido muy bueno, estable, adaptado a ambas fechas de siembra. AX 7761 VT3Pro: un material de punta, que viene demostrando potencial destacado y estabilidad, ideal para planteamientos de alta tecnología. AX 7784 VT3Pro: material que complementa muy bien el portafolio, con muy buen potencial, gran adaptabilidad a variaciones en la densidad y excelente relación costo/producto”, sostuvo Nogueira.
En el cultivo de soja es donde Nidera tendrá más novedades. “Hemos venido acompañando al productor y estamos preparándonos para la próxima zafra, cuando tendremos tres lanzamientos que nos permitirán reposicionar a la compañía en el cultivo”, aseveró.
Nogueira explicó que “dos lanzamientos están dentro del grupo 5 (NS 5028 y NS 5421), ambos son RR1 y tienen tecnología STS, que aportan tolerancia a los herbicidas sulfonilureas. Hacía tiempo que la compañía no ofrecía materiales con estas características”.
Tanto NS 5028 como NS 5421 “son variedades muy bien posicionadas en rendimiento y sanidad. NS 5421 fue la variedad ganadora de la Evaluación Nacional de Cultivares de INIA-INASE del año pasado. Tenemos muy buenos números en nuestra red y también en la oficial, excelentes materiales, junto a la NS 5258 y NS 5419 IPRO, que transformarán ese segmento de madurez”, destacó.
También será presentada la variedad NS 6120 IPRO, “un grupo 6 corto que complementa muy bien a las variedades de grupo 5 en ambientes de media y baja productividad”.
Detalló que el portafolio quedará integrado por NS 5258 “que ya está posicionada en Uruguay y viene respondiendo muy bien en su segmento de madurez. Dentro de los grupos 5 largo y 6 continuamos con NA 5909, NS 6248, NS 6483 y NS 6859 IPRO”.
La próxima zafra
Para la próxima zafra “habrá una renovación muy importante de la oferta genética de Nidera”, afirmó el responsable comercial de la compañía. Además, dijo que hay varios materiales que están en la etapa precomercial.
“Pensamos contar con varias novedades en los segmentos más sembrados del país, que son el grupo 5 largo y el 6 corto, que están mostrando en la etapa experimental muy buenos resultados. Hubo un cambio importante en la compañía y hay una apuesta fuerte al cultivo de soja. El soporte está en el mejoramiento genético, donde la empresa tiene una historia y una trayectoria muy importante a lo que suma una gran inversión en investigación y desarrollo”, enfatizó.
La investigación
Nogueira señaló que la oferta de productos de Nidera Uruguay se provee de los programas de mejoramiento de Argentina, pero “lo que sale al mercado tiene que cumplir con las exigencias que marcan las condiciones ambientales y productivas de Uruguay. Para que una variedad o híbrido se lance al mercado uruguayo tiene que atender y satisfacer las demandas del productor local, y comportarse satisfactoriamente a campo”.
Resaltó que “el foco está puesto en lo que necesitamos. Es nuestra obligación lograr tener todo lo que le sirva y necesite el agricultor. No se trata de tener variedades o híbridos solo por tener un mayor portafolio si no cumplen las necesidades de los productores. Hoy estamos pensado en los próximos dos y tres años, y sumando los cultivos de soja, trigo y maíz”.
Informó que “estamos evaluando más de 20 materiales, con una inversión muy importante. Pero la premisa es lanzar materiales que rindan, sean sanos y aporten al sistema de producción. Cada especie tiene sus propios requisitos que cumplir frente a la decisión de avanzar o no con los productos”.
Agregó que el área de Investigación y Desarrollo de Nidera en Uruguay, junto a Agrocentro, consiste en “una red de ensayos planteada en franjas, en campos de productores, con tecnología del productor, que nos permite tener información local y comercialmente muy potente”.
Destacó que “a medida que pasan los años se va incrementando el volumen de datos, y por lo tanto la confiabilidad de la información es más alta. Esto nos permite, junto a la información generada en la zona litoral de Argentina, poder manejar un volumen de datos realmente muy fuerte, y así poder realizar las mejores recomendaciones de posicionamiento para cada ambiente y situación productiva del país”.
El responsable comercial de Nidera en Uruguay informó que la compañía también invirtió en una red de ensayos de ministrips (parcelas más chicas), donde se puede realizar un relevamiento más exhaustivo y con un número mayor de materiales. “Allí ingresan los comerciales y precomerciales, hasta que llegan a la etapa de desarrollo y a las líneas experimentales más avanzadas, para ir viendo su comportamiento en el país”, señaló.