Agricultura

Uruguay puede ser gran proveedor de camelina para biocombustibles

3 de enero de 2024

El cultivo emerge como una alternativa para la producción de diésel renovable, en auge en Estados Unidos y Europa; Apagrou y Nuevo Surco trabajan en su desarrollo local

La camelina emerge como una alternativa para la producción de biocombustibles, en auge en Estados Unidos y Europa. El consultor argentino Carlos Rubione, director de Apagrou, analizó las fortalezas de esa oleaginosa de invierno y afirmó que Uruguay “tiene la posibilidad de transformarse en un actor importante dentro del esquema de abastecimiento de biocombustible”, al tiempo que estimó que “la demanda puede ser muy importante”, por lo que “somos muy optimistas”.

Se trata de una oleaginosa de la familia de la colza, originaria del centro de Europa. “Era usada por los romanos para iluminación y para alimentación, luego dejó de sembrarse y hace algunos años resurgió, a partir de trabajos en distintas universidades, para poder transformarla en un cultivo alternativo a los tradicionales, sobre todo a partir de la irrupción de los biocombustibles”, comentó a VERDE.

Demanda

Sobre cómo se testea la llegada a los mercados de destino y cómo se realiza la producción, el empresario respondió que “tenemos contacto con firmas del exterior, especialmente en Estados Unidos y Canadá, que serán los usuarios finales del aceite para diésel renovable”. Agregó que “hay gran demanda, porque va de la mano de programas que plantean cero carbono en el futuro”, y “hay inversiones muy importantes puestas en ese sector”.

Destacó que “hay una demanda del aceite de camelina, porque tiene que jugar una participación de la torta de lo que deben ser las materias primas para el biocombustible de aviación”. Agregó que “será un trabajo progresivo hasta llegar a un volumen que sea representativo. Apuntamos a colocar el aceite como producto de valor agregado que se va a producir en Uruguay. Tendremos que ir adaptando la estrategia de industrialización a los volúmenes que se produzcan”. 

Planteó que “Uruguay tiene la posibilidad de transformarse en un actor importante en el esquema de abastecimiento de biocombustible”, tomando como ejemplo a España, un país que también apunta a cubrir ese sector.

Sobre el aspecto comercial y con qué se puede comparar la camelina, Rubione dijo que “eso es materia de estudio permanente. En mi opinión debería estar más asimilado a la colza, por el tipo de producto, entonces puede estar referenciado al mercado más transparente que es el europeo (Matif). Tenemos que hacer un planteo que al productor le signifique un negocio, porque va a ser nuestro asociado”.

Consultado por los materiales que integran el programa, Rubione dijo que están trabajando en una selección. Informó que “tenemos un convenio con un semillero de Estados Unidos, que está colaborando en desarrollar materiales específicos a partir de la información que va surgiendo de los ensayos”. 

“Tengo la experiencia de haber liderado la introducción de camelina en Argentina. Mi equipo adaptó el cultivo en distintos ambientes y desarrolló los subproductos a partir de la molienda. Me entusiasma la idea de aportar mi experiencia en Uruguay, porque le veo un potencial muy importante”, consideró Rubione.

Desarrollo y etapa comercial

El empresario dijo que este año se evaluarán los resultados y a partir de ello fijarán el programa para llegar a productores que participen del desarrollo conjunto del cultivo. Explicó que “se tratará de un plan piloto donde el productor nos aporte su visión y experiencia, y podamos crecer juntos. Estamos sentando las bases para pasar a la etapa comercial, siempre que los resultados sean satisfactorios”. 

Comentó que el año que viene “seguramente multiplicaremos semillas para salir al mercado y tener una primera plataforma de producción que permita empezar a movernos en el terreno industrial”.

La camelina es una oleaginosa invernal o primaveral con rendimientos parejos. “Es un cultivo muy interesante, porque es rústico y se puede adaptar a situaciones donde otros no prosperan de la misma manera”, ya que se adapta a distintos suelos pobres y tiene una baja demanda hídrica, describió. 

Otra característica es que se trata de un cultivo que “no compite” con otros oleaginosos orientados a la alimentación y, por lo tanto, “permite zanjar la discusión sobre la utilización de granos aptos para alimentación en la elaboración de biocombustibles. Su uso como cultivo de cobertura mejora los rindes de los cultivos que le siguen”.

También señaló que “tiene un alto contenido de aceite, entre 42% y 45%, con una composición de ácidos grasos bastante llamativa. Como resultado de la molienda queda una harina proteica bastante parecida en proteínas a la harina de soja, con muy buen rendimiento y aceptación en distintos tipos de ganados”.

El manejo

Consultado sobre las fechas de siembra, Rubione indicó que depende si es invernal o primaveral, pero va desde fines de abril o principios de mayo, y puede extenderse hasta finales de julio. “Esto te da un rango bastante amplio para buscarle la mejor fecha, dependiendo de la situación productiva”, comentó el director de Apagrou.

“Estamos en este tema desde hace dos años, ahora con una realidad más afianzada, y la idea es desarrollar variedades que estén adaptadas a la situación agroecológica del Uruguay. En la región hay otros avances con el cultivo, por ejemplo en Argentina y Chile, donde se ha sembrado en lugares más fríos que la media uruguaya y con menores precipitaciones”, explicó el empresario. 

Agregó que en Uruguay “hay que adaptarlo a la situación local, y vamos por buen camino. Somos muy optimistas con el resultado”. Comentó que están trabajando con Nuevo Surco en el desarrollo del cultivo, “una empresa muy reconocida en plaza, de altísimo nivel profesional”, destacó Rubione. 

“Cuando empezamos con la idea de desarrollar la camelina en Uruguay hicimos un paneo buscando a un socio estratégico y encontramos en Nuevo Surco una respuesta sobresaliente en nivel profesional y compromiso”, comentó el director de Apagrou.

Consultado específicamente sobre el manejo del cultivo, respondió que “es bastante sencillo”, y que su única dificultad es que se “subsana fácilmente”, porque tiene una semilla más chica que la de la colza. Luego, en la etapa de crecimiento “no requiere grandes cantidades de fertilizantes ni un cuidado extremo de agroquímicos. Es un cultivo que cubre rápidamente el surco, con lo cual combate muy bien las malezas competitivas. En cosecha se debe tener cuidado con el grano, se necesita un transporte tipo batea para que no se pierda. Hay que tener algún cuidado en la cosechadora por los vientos, pero realmente no es una gran dificultad”. 

A favor destacó que “no es dehiscente”, por eso “no se produce desgrane”. Es un cultivo que “se puede mantener para llegar a la cosecha completamente seco. En general, si no hay un lote que esté muy enmalezado se lo puede dejar que llegue a cosecha sin necesidad de desecantes y levantarlo con cosecha directa”, indicó Rubione.

Sobre qué manejo de herbicidas demanda en función de la tolerancia, dijo que “mayormente lo que necesita es un preemergente y una preparación del lote, sobre todo que esté limpio de rastrojos anteriores, porque lo importante es el contacto de semillas con el suelo”.

“En los ensayos hemos tenido un rendimiento de alrededor de 1.200 kilos por hectárea, y pensamos que ese debería ser el promedio. Apuntamos a tener un rendimiento superior, pero ese rendimiento es un nivel de economía muy aceptable, porque es un cultivo de bajos costos”, concluyó.

Nota de Revista Verde N°111

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