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Agricultura

Semillas Cardinal apuesta a crecer con recomendaciones de majeo

24 de octubre de 2019

Greising y Elizarzú (GyE) es la firma propietaria de la marca que cuenta con genética de soja, avena y sorgo, y trabaja para ampliarla en los cultivos de maíz, trigo y colza

Greising y Elizarzú (GyE) es la empresa propietaria de la marca Semillas Cardinal, y apuesta a seguir creciendo en el negocio, en el que está desde el inicio de su actividad en 1974. “Vemos una oportunidad para seguir sumando participación en el mercado”, dijo a VERDE el ingeniero agrónomo Carlos Dalmás, nuevo gerente general de GyE.

“Las sojas Cardinal son una referencia a nivel nacional, por la performance que han mostrado, a lo que también suma el trabajo que se realiza en producción y en el procesamiento de semillas”, destacó Dalmás.

Para darle viabilidad a esa oportunidad, explicó que la estrategia de la empresa consiste en “acompañar la genética con recomendaciones de manejo, para que al productor le llegue la mejor recomendación y cuando siembre nuestras variedades obtenga buenos resultados”, lo que permitirá que el productor siga confiando en la marca.

El gerente general adelantó que se está trabajando más fuerte en investigación y desarrollo, con base en el campo experimental de GyE en Colonia Valdense (kilómetro 117 de la ruta 1), donde ProNutrition realizó el trabajo de ambientación.

“Queremos posicionar nuestras variedades en los diferentes ambientes, porque sabemos que Uruguay tiene suelos muy heterogéneos; y luego queremos profundizar el trabajo de desarrollo y difusión, estando más cerca del productor”, expresó Dalmás.

Los ensayos y los materiales

El ingeniero agrónomo Vittorio Riani, gerente comercial de GyE, explicó a VERDE que en la actualidad los ensayos apuntan a fecha de siembra y población. Estas evaluaciones se realizan en Colonia Valdense y también en el campo experimental frente a la Expoactiva Nacional (Kilómetro 250 de la ruta 2), y el objetivo es “seguir sumando información y también localidades de testeo”, comentó.

Señaló que GE 516 es la variedad más corta del portafolio de la compañía, a la que le sigue GE 590, “la tercera variedad más sembrada del país”. Sobre ella, Dalmás indicó que “tiene muchas características que la hacen ideal, sobre todo para Uruguay. Es un material que calzó muy bien”.

Riani agregó que GE 616 IPRO es la variedad que le sigue en ciclo, “se trata de un grupo 6 con excelente desempeño”; continúa GE 642, “una variedad también grupo 6 con tecnología STS; GE 684, que es un grupo 6 medio; y cierra el portafolio GE 734, un grupo 6 largo, “pero sumamente estable”.

Dalmás complementó diciendo que “GE 734 es una variedad que calza justo para empezar a sembrar, porque a veces está el pensamiento de que el ciclo largo rinde poco y la verdad es que tenemos chacras de GE 734 de 4.300 kilos por hectárea de promedio. Eso rompe el mito de que las variedades largas rinden poco. Sí es cierto que es una variedad para sembrar temprano. Esa es una de las cosas que queremos recomendar, el momento de sembrar para maximizar resultados”, remarcó.

Agregó que “hay muchísima información generada en población y fecha de siembra”, y que “estamos seguros de qué recomendar, lo que falta es asociar eso a cada ambiente productivo del país”.

Dalmás, que también es agricultor, sostiene que hay elementos para ajustar y seguir mejorando la media productiva que tiene la soja en Uruguay. Dijo, a modo de ejemplo, que “si tengo un suelo con determinada limitante y a través de la ambientación se cuáles son, debo decidir qué variedad me conviene sembrar y con qué manejo”.

También consideró que “en fertilización hay mucho para ajustar”. En tal sentido, indicó que siguen existiendo diferencias en una misma chacra. “Hay partes con 5.000 kilos de soja por hectárea, o incluso más, y otras con 600 kilos. Si a ese nivel lo podemos arrimar a los 2.000 kilos, el cambio puede ser tremendo”, planteó el agrónomo.

Señaló que “la agricultura se concentró en la mejor zona productiva de Uruguay, naturalmente, por un tema de competitividad, pero aún en los mejores campos sigue habiendo cosas para mejorar”.

Agregó que después está el tema del agua, que es “un capítulo aparte”, porque depende del año, “pero en las zonas buenas de Uruguay nadie debería sacar menos de 4.000 kilos de soja de promedio cuando llueve, algo que todavía no pasa”.

Y añadió que “es increíble el salto que se ha dado”, puntualizando que muchas de las variedades con las que se trabaja son las mismas. “Dimos un salto por manejo, sembramos mejor que antes y en fecha, hay una cantidad de ajustes que se hicieron bien”, consideró, y planteó que ahora existe la necesidad de apostar a una “sintonía fina”.


LA NOTA COMPLETA EN REVISTA VERDE N° 80
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