Seguros agrícolas del BSE marcaron un récord de “1 millón de hectáreas”

Hay un riesgo “compartido”, porque el ente no podría hacer frente a una “catástrofe”, ya que “el riesgo es de US$ 1.000 millones” y su patrimonio “es de US$ 840 millones”.
El Banco de Seguros del Estado (BSE) ofrece coberturas de seguros para todos los riesgos en la producción agropecuaria, que comprenden heladas, granizo, viento y resiembra, además de la sequía. “Son distintos eventos climáticos que alternan” durante el ciclo de los cultivos, ya sea de verano como de invierno, “algunos son silenciosos y no salen en la prensa”, pero generan daños importantes, entonces “le decimos al productor que tome la mayor cobertura posible para estar amparado” frente a todos esos riesgos, señaló a VERDE el responsable agronómico de la aseguradora estatal, Andrés Grunert.
Valoró que actualmente hay una “mayor cultura de seguros” en la agropecuaria uruguaya debido a los “golpes” que tuvo el sector, que “enseñó” al productor, y también porque “hoy el agricultor es un empresario”, que considera al seguro como una herramienta “facilitadora” de los negocios.
Los seguros de rendimiento agrícola, especialmente para el cultivo de soja, registraron una evolución creciente en los últimos años, que pasó de un área inferior a las “100.000 hectáreas hace cuatro años” a unas “250.000 hectáreas” en la última zafra de soja. “Venimos trabajando fuertemente en esta propuesta dentro del banco y también junto a los reaseguradores”, comentó Grunert. Y destacó que la superficie alcanzada en 2023 con este tipo de coberturas de seguros representó un “récord” para el BSE. Este año el banco logró “extender el cupo a 300.000 hectáreas”,
El funcionario informó que en 2023, entre lo que suponen los cultivos de invierno y los de verano, la cobertura de seguros tuvo un registro histórico de “1 millón de hectáreas”, distribuidas en “750.000 hectáreas de verano”, de las cuales “250.000 hectáreas cuentan con seguros de rendimiento”, detalló.
Operativa, rindes y garantías
Grunert se refirió a una situación que resulta interesante en cuanto a que “los seguros de rendimiento se vienen achicando” en la mayor parte del mundo, y en ese sentido “las aseguradoras se retiraron de Latinoamérica en prácticamente todos los países en estas coberturas”, pero “en Uruguay confían en el Banco de Seguros”, y por eso la institución estatal viene “aumentando” la superficie con seguros de rinde.
Un factor a considerar es que la cobertura de rendimiento en 2024 es “parecida” a la del año pasado, con un “ajuste en el valor de la soja, cuando se cerraron los contratos con los reaseguros estaba en US$ 390 (por tonelada), y ese es el valor que tiene la soja para el BSE, explicó.
Para entender cómo opera este tipo de cobertura de seguro agrícola, el responsable agronómico del BSE comentó que eso está “directamente” relacionado a los kilos producidos. “El productor contrata siembra, con cobertura básica de granizo puede adicionarle viento y demás, coberturas nominadas, y el rendimiento lo que sí cubre es el exceso o el déficit hídrico”, dijo.
A modo de ejemplo, Grunert indicó que “si se da una sequía, el productor lo denuncia, se perita y luego se contrasta lo que se dio de garantía con lo que sacó el productor”. En soja las garantías generales “van de 800 a 1.100 kilos por hectárea y en maíz van de “2.800 a 3.000 kilos en maíz”. En algunos casos de clientes con un “gran” historial pueden alcanzar una garantía “superior”, acotó.
Consultado sobre la cantidad de kilos que se pueden asegurar, Grunert hizo hincapié en los datos de cada cliente, en cuanto al “piso” de rendimiento registrado, por lo que “hoy en un productor que no tuvo grandes problemas” y cuya productividad “no fue tan baja en la sequía” podría llegar tener entre 1.200 y 1.500 kilos”.
Eso sería una “garantía muy linda” para los tiempos actuales y el “ranking”, más allá de los kilos “hace que puedan o no tener la cobertura” de seguros, como el caso del “productor que viene asegurando en el banco siempre tiene la prioridad”, y si ese productor decide no contratar, entonces se resuelve abrir a otros productores nuevos o a otros que no tomaron la cobertura. La permanencia es un factor clave”, señaló.
El integrante del BSE se refirió a que generalmente el productor tiende a contratar el seguro cuando se pronostica un año Niña y cuando se prevé un año con lluvias no contrata, entonces el BSE aborda este asunto con la implementación de “estímulos”.
De esas 250.000 hectáreas aseguradas el año pasado, los productores involucrados tienen la prioridad para contar con el seguro si lo quieren contratar; y si alguno de estos clientes se sale, entonces podría entrar otro, explicó.
Respecto al costo de la cobertura de seguros agrícolas, el encargado agronómico del ente autónomo comentó que actualmente una cobertura de seguros contra granizo, incendio, resiembra y con cobertura de rendimiento de 1.100 kilos, tiene un “valor de entre US$ 65 y US$ 70 por hectárea”.
Sobre el vínculo con las compañías reaseguradoras, dijo que el relacionamiento viene “muy bien”, ya que la “transparencia” del BSE es lo que valoran, y “lo que están haciendo es retirar capitales del seguro agrícola de rendimiento en prácticamente toda Latinoamérica”, salvo “algunos” casos “en Argentina y en Brasil”, en tanto que “en Uruguay están eligiendo mayoritariamente al BSE”.
A propósito, destacó que “actualmente la superficie con cobertura del rendimiento que tiene el país es la más alta de la región”. “Venimos haciendo un trabajo arduo con ellos, mostrándoles la realidad, vinieron a visitar los cultivos y vienen confiando, por eso se da este crecimiento” en la superficie agrícola de la cartera de seguros, valoró.
Grunert afirmó que “el millón de hectáreas” comprendido entre cultivos de verano y de invierno “está reasegurado”, mediante un esquema de riesgo “compartido”, considerando que “el banco no podría hacer frente a una catástrofe”, porque son “cerca de US$ 1.000 millones en riesgo y el patrimonio del BSE es de US$ 840 millones”.
“El reaseguro en nuestro caso opera cuando el nivel de pérdida es del 100% al analizar la relación entre siniestros y premios. Si el seguro cobró 100 de premios, el reasegurador comenzará a pagar cuando los siniestros superen el valor de 100, y permanecerá hasta una siniestralidad de 200. La primera franja de pérdidas hasta 100 y luego de 200 la asume el BSE. Esa estructura nos permite cierta independencia y lograr crecer”, explicó.
Sostuvo que cada año hay más cobertura de seguros de cultivos de invierno, “si bien los rindes vienen muy bien y los números de la agricultura se defienden con el invierno, están empezando a haber más coberturas” ante “daños directos”, como heladas, granizos, resiembra, entre otros.
Sobre la generación de información sobre los seguros, Grunert declaró que el banco trabaja con información propia, porque “no hay disponibilidad de información que sea realmente valiosa y confiable a nivel país”.
“Al seguro, más allá de los promedios, lo que le importa son los pisos”, porque “el año que el productor saca 3.000 a 3.500 kilos por hectárea es una excelente noticia, pero el banco no se entera de ese exceso, ahora cuando está el piso sí”, y recalcó que lo más importante “es saber que tan abajo se va el piso de rendimiento en los años malos”.
Nota de Revista Verde N°117