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Agricultura

Por los diversos aportes al sistema, el maíz continuará ganando superficie

21 de mayo de 2022

KWS y Procampo Semillas focalizaron en manejo, genética y tecnología del cultivo; destacaron que la productividad del cereal viene subiendo 150 kilos por ha y por año

¿Crecerá la siembra de maíz?, ¿qué peso tiene hoy el grano en la agricultura local?, Con el objetivo de dar respuesta a esas y otras interrogantes y presentar nuevos híbridos para el mercado uruguayo, las empresas Procampo Semillas y KWS organizaron una jornada en el campo Los Nietitos, en Soriano.

Si bien el área de siembra de maíz en Uruguay se mantiene en torno de las 150.000 hectáreas, hay espacio para crecer mucho más, dijo a VERDE el gerente de KWS, Gonzalo Bravo. Y se animó a vaticinar que en los próximos años se pueda llegar a “duplicar” la superficie de maíz por todas las ventajas que aporta al sistema.

Actualmente, hay un “contexto de gran inestabilidad”, porque por un lado hay “precios excelentes” que “invitan a invertir” y por otro, hay “una guerra en Europa” e “inestabilidad en fertilizantes” y otros insumos, indicó.

Advirtió que más allá de esa situación, no tener dudas que “a futuro Uruguay producirá muchísimo más maíz”. Entre los factores que sustentan esa visión es que los rendimientos de ese cultivo crecieron “de forma sostenida”, a razón de “150 kilos por hectárea y por año”; mientras “los rindes de soja y de sorgo se mantuvieron inalterados”, afirmó.

Explicó que hay “un mejoramiento genético a lo que se suma un manejo agronómico de los productores” lo que permite obtener mejores rendimientos, no solo en promedios, también hoy los pisos más altos. Eso ha llevado al cultivo y sobre todo en la siembras tardías, a tener mucha estabilidad”. El maíz como cultivo antecesor “le aporta a la soja 300 kilos más de rendimiento frente a un antecesor soja o praderas”.

Otro de los argumentos esgrimidos por Bravo apunta a la relación: hectárea de soja por hectárea de maíz más sorgo, que hoy en Uruguay es “muy alta”. “Hay demasiadas hectáreas de soja por cada hectárea de maíz”. Por eso “en el mediano y largo plazo”, hay que “pagar punitorios”, dijo. Y recordó lo sucedido en Argentina, cuando se tenía una relación de cinco a uno. “Con el pasar de los años eso comenzó a impactar negativamente en los rindes de los diferentes cultivos”. 

La alternativa de utilizar el maíz para diferentes usos es un elemento más que planteó el ejecutivo de KWS y destacó que la flexibilidad comercial que tiene es un factor que juega a favor.

Bravo enfatizó la importancia de fertilizar el campo y no el cultivo. “Eso significa que todos los años hay que fertilizar para levantar los niveles de fertilidad. Hoy podría disfrutar de una diferencia de rinde con un fertilizante que se pagó mucho menos de lo que hoy vale”.

Consideró que “nunca hay que abandonar la fertilización, porque cosas como ésta pueden volver a ocurrir”. En un contexto de “fuerte” alza en los valores de los fertilizantes se torna más relevante el análisis del suelo.

“Siempre en una curva de respuesta, los primeros kilos que uno agrega a un cultivo son con los que se obtiene el mayor impacto en kilos de producto por kilo aplicado”. Por lo tanto, la recomendación general es: “usen dosis bajas pero fertilicen todos los lotes, porque si eso no ocurre se paga en rinde. Es mucho mayor el perjuicio. El fertilizante en dosis baja sigue siendo una opción muy rentable para los principales cultivos”, acotó Bravo.

LAS NOVEDADES

KWS y Procampo presentaron este año tres nuevos materiales en maíz: KWS 605 Vip3 full, KWS 316 Vip3 y KWS 912 Vip3. Uno con aptitud silera, otro para siembra temprana y otro para tardía. El primero de los nuevos híbridos citados está indicado “para el mercado silero”, y tiene “alto potencial de rendimiento con una elevada producción de materia seca digestible” y una “amplia ventana” de picado. Con todos esos atributos se puede lograr una mayor producción de carne y leche por hectárea, una cosecha de silo anticipada, mejor control de insectos y amplio espectro en el control de malezas, dijo a VERDE el gerente de Producto de KWS, Federico Larrosa.

Agregó que al ser un híbrido “full”, se le puede aplicar glifosato, glufosinato e imidazolinonas, lo que confiere mayores herramientas de control pre y pos emergente.

El portfolio de productos está compuesto por materiales con atributos “graníferos ideales” tanto para siembras tempranas como tardías: KWS 3916 Vip3, KM 4216 Vip3, KM 3927 Vip3 y el nuevo KWS 316 Vip3. Para silo están los “buques insignia” denominados KM 3821 Vip3, KM 4321, KM 4360 y se suma KWS 605 Vip3 full, repasó.

Comentó que el híbrido “KM 4580 VT3Pro es el que trabaja amalgamando los dos mundos, entre los que son exclusivos de silo y los que son específicos para grano”. Para un productor que quiere empezar a picar y después que cumple con la necesidad de alimento, dejar el resto para grano “lo que recomendamos es sembrar un granífero de aptitud silera”, explicó.

Resaltó que “Viptera 3 y Viptera3 full que son las mejores para el control de insectos y de malezas”, sumado a “un equipo comercial que entienda al productor y que es necesario hacerlo a medida”.

Comparó la red de distribución que tiene KWS en Argentina con el trabajo de técnicos de Procampo en Uruguay, que está presente en los diferentes ambientes productivos y que sigue trabajando e innovando en el posicionamiento agronómico de cada uno de los materiales. “Cada zona o región tiene sus propias características de suelo, clima, entre otras condiciones. Se suma también la necesidad del productor. Con eso definimos junto al agricultor el híbrido a sembrar. Hoy no hay una receta única”, dijo Larrosa.

CORRIMIENTO

En alusión al crecimiento de la producción de maíz de segunda en la agricultura, el gerente de Procampo, Federico Bellenda, señaló que este año casi “el 60%” de la superficie correspondió a siembras tardías. “Hay un corrimiento” hacia el maíz de segunda y/o siembras tardías, por “las buenas experiencias obtenidas en el rendimiento y en la estabilidad” de los mismos.

Resaltó que Procampo y KWS cuentan con una amplia paleta de productos, con tecnología Vip3 (Resistencia a Insectos) y espiga flexible (Adaptación a distintos ambientes), tanto para siembras tempranas como tardías. 

El ejecutivo se refirió a los materiales de aptitud silera y estimó que el área de maíces sileros está entre las 30.000 y 35.000 hectáreas. “Obviamente que este año, debido a la seca ocurrida entre diciembre y los primeras semanas de enero, muchos productores tuvieron que cambiar el negocio, y el porcentaje de maíz con destino a silo creció”. 

Indicó que los híbridos con mayor aptitud silera del portafolio son: KM 4020 Vip 3, KM 3821 Vip3 y KM 4580 VT3Pro (Doble Propósito).

Nota de Revista Verde N°100

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