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Agricultura

Para el control de hormigas había un “desvío de uso” de un producto no autorizado, afirmó jerarca del MGAP

5 de julio de 2023

Este año el ataque de hormigas y otros insectos generó daños importantes en los cultivos colza lo que deja en evidencia la escaza oferta de productos y tecnologías para enfrentar esa problemática.

Debido al crecimiento del área que ha tenido la colza, cada año aumentó la cantidad de productos registrados, entre ellos los insecticidas para curasemillas dado que “no había registro de ingredientes activos para insectos de suelo” y “recién este año se dispone de clorantraniliprole y de cyantraniliprole para esos usos”, dijo el director del departamento de control de insumos de la Dirección de Servicios Agrícolas, Alex Hughes, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y en revistaverde.com.uy.

Explicó que se venía usando el tiametoxam para ese tipo de problemas de insectos, y lo que sucedió fue un “desvío de uso” de ese ingrediente activo “que no estaba autorizado” para el cultivo de colza, entonces “se usaba sin estar registrado”.

Servicios Agrícolas del Ministerio de Ganadería (MGAP) venía haciendo un trabajo “bastante importante” respecto a cultivos “atractivos” y el uso de ese tipo de productos que tienen “efectos sobre los polinizadores”, que “pueden ser crónicos por eso muchas veces en aquellos casos en que los curasemillas son muy sistémicos, como el tiametoxam, puede generar residuos en néctar y polen, lo que afecta a las abejas”, advirtió.

Comentó que “en principio no” se va a autorizar ese producto para curasemilla, “pero si hay estudios nacionales que nos indiquen que la cantidad de residuos no afecta ni en forma aguda o crónica a las abejas”, entonces “no tenemos problemas para registrarlo”, aunque “todos los estudios del exterior nos indican lo contrario”.

Mencionó que existen trabajos técnicos realizados sobre este producto en Europa, en Canadá y Estados Unidos que incluyen mediciones de residuos en polen y néctar.

Consultado sobre el aumento de ataques de hormigas en la agricultura, Hughes señaló que luego de “tres años consecutivos” de sequía y “el posterior registro de lluvias previo a la siembra de colza hizo que la voracidad y la presión de ataque de hormigas determinara los daños” en los cultivos.

La siembra de colza “coincidió además con la actividad estacional que tienen las hormigas que es de febrero a abril y de setiembre a noviembre”, acotó.

Indicó que para el combate de las hormigas “hoy están autorizados los cebos de Fipronil que está autorizado” por el MGAP, porque “otras aptitudes están prohibidas y es la única herramienta disponible, según lo que surge de consultas realizadas a la Academia”.

Más allá de la aplicación de cebos, “no hay herramienta efectiva de control para enfrentar los ataques que hubo este año, porque se pasaron por arriba de las plantas de trigo y cebada, se las llevaban enteras”, enfatizó.

Escuche a Alex Hughes

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