Las herramientas disponibles para combatir distintas enfermedades
BASF organizó un ciclo de charlas en Colonia, Mercedes y Paysandú, con el consultor argentino Fidel Cortese, especialista en manejo sanitario de los cultivos de invierno.
Mostrar las enfermedades que afectan a los cultivos de trigo y cebada y las tecnologías existentes para enfrentarlas, fue el principal objetivo de BASF al organizar un ciclo de charlas, en Colonia, Mercedes y Paysandú, denominado “Manejo de enfermedades en trigo y cebada”, en cuyo marco expuso el consultor privado argentino Fidel Cortese.
Con el foco puesto en cebada, en la parte sanitaria, Cortese arrancó con el tratamiento de semillas, los problemas de las enfermedades que se trasmiten por la semilla y la importancia de tener una buena rotación.
Luego, analizó a las enfermedades de hoja, en ese sentido, mencionó que en un período de 10 años, si se suman las pérdidas que se observan anualmente, “la mancha en red es la que más daño ocasiona, pero cuando tenemos problemas con la ramularia, ese año las pérdidas son muy significativas”.
Sobre la mancha en red, indicó hay dos tipos, una tipo red y otra tipo spot o maculata. “Esas son las más importantes en la disminución del rendimiento. En un segundo plano está la mancha borrosa (Bipolaris sorokiniana), que afecta tanto a trigo como cebada. En este último cultivo los impactos más fuertes se dan en los años con mayores temperaturas y más húmedos”, indicó.
En algunos años particulares, “pueden haber algunos problemas de fusarium en cebada, sobre todo por infectaciones secundarias, no tanto el golpe blanco que tanto afecta al trigo, pero sí alguna afectación secundaria como tuvimos el año pasado, que hizo que las cebadas en Argentina tuvieran altos contenidos de micotoxinas, que hicieron que la industria maltera-cervecera en muchos casos no comprara esas partidas”.
Cortese señaló que, en el caso de la mancha en red, se observa que los cultivos testigos versus los tratados “tienen diferencias de entre 20% y 40% de rendimiento”, pero “además están los problemas de calidad. Allí se ve impactado el calibre, que es muy importante para la industria maltera, que tiene una especificación en el estándar, que habla de tamaño de grano y eso también se ve afectado por las enfermedades. Así que no solamente afecta el rendimiento sino también repercute en la pérdida de calidad por esta especificación”.
Sobre cómo proceder ante esas situaciones, dijo que las soluciones pasan “por todos lados”, admitiendo el valor tanto de recurrir a soluciones de control químico como a determinados manejos culturales.
Explicó que “pasa por elegir un lote que no tenga residuos de rastrojo de años anteriores de un mismo cultivo, elegir una semilla sana y tener un análisis del perfil sanitario de esa semilla, elegir el cura semillas adecuado y después desde muy temprano la práctica del monitoreo permanente de los cultivos para tomar las mejores decisiones”.