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Agricultura

Presentaron programa para el manejo del riesgo sistémico de sequía

18 de septiembre de 2019

Se trata de Dekalb Aparcero, una propuesta innovadora, única en Uruguay y la región, que incorpora una cobertura de sequía índice y opciones para acceder a financiamiento

Bayer y Agroterra realizaron el lanzamiento del programa Dekalb Aparcero, “una propuesta innovadora, única en el país y en la región, en la que se incorpora una cobertura de sequía índice y opciones que ayudan al acceso al financiamiento. Es un programa integrador, del que participan diversos actores, agregando valor a toda la cadena, a través del manejo del riesgo sistémico de sequía”, destacó a VERDE el ingeniero agrónomo Marcos Carrera, líder comercial de Dekalb, Roundup y Asgrow.

Dekalb Aparcero, el seguro de índice contra sequía, no tendrá costo para el productor, y se comercializa en el pack de Dekalb–Roundup. “El costo lo asume la compañía”, explicó.

Marcos Carrera señaló que la compañía “viene con una renovación completa del negocio de maíz, que incluye múltiples soluciones para el productor”.

El lanzamiento de la campaña Dekalb 2019/20 se realizó en el hotel Sheraton de Colonia. Carrera dijo que en el lanzamiento se reflejó “el interés que despierta el maíz entre los productores”, y consideró que “todo indica que el área de maíz crecerá entre 5% y 10%”.

En el nuevo portafolio de híbridos quedó solamente el DK 72-10 VT3 Pro, que “es el híbrido más vendido en Argentina, muy impuesto y con una tremenda estabilidad. Se siembra de norte a sur de Argentina, y en Uruguay se prueba desde hace dos años”. Fue lanzado en Uruguay con la tecnología anterior y ahora, con la nueva tecnología, “lo tenemos como el principal exponente del nuevo portfolio”, donde es acompañado por otros híbridos como: DK 69-10 VT3 Pro, DK 72-20 VT3 Pro DK 73-20 VT3 Pro y DK 70-20 VT3 Pro”.

El desarrollo de los híbridos

Ricardo Ranea, líder regional del Desarrollo de Tecnologías de Bayer, describió a VERDE el trabajo que se realiza en la generación de información de los híbridos que le llegan al productor con una recomendación final.

Sobre el proceso de desarrollo involucrado, dijo que “arranca a nivel experimental, con toda la tecnología para poder hacer los primeros pasos de los descubrimientos, pero termina siempre previo a la comercialización en manos del productor, que es en definitiva quien lo termina utilizando. Entonces, para nosotros es muy importante, más allá de ser una de las empresas líderes del mercado. El último paso lo tiene que dar siempre el productor, los materiales tienen que pasar su aval, para estar en condiciones de comercializarse. Para nosotros es muy importante que en ese proceso esté el productor involucrado también”, remarcó.

En su exposición, Ranea mencionó que, desde que se inicia el proceso y hasta que el híbrido llega al mercado pasan unos siete años. “En el último año se suma a la red de ensayos el campo de los productores. Allí, el agricultor siembra el híbrido con su tecnología. Primero hacemos todas las pruebas, después, el seguimiento, el manejo, el cuidado contra insectos y malezas lo hace él, con su metodología, y se cosecha con su maquinaria. El dato que surge de esa chacra se suma al proceso final, para decidir si puede ser comercial o no”, detalló.

Admitió que ese es un filtro importante, porque “tiene el mismo peso que cualquier experimento hecho bajo condiciones controladas, con máquinas súper sofisticadas. Esas dos experiencias se complementan y el resultado final es lo que después entregamos al mercado”.

Con recomendación final

Ranea expresó que “no hay ningún tipo de esfuerzo más valioso que entregar un híbrido con su recomendación final al productor, para aprovechar al máximo ese producto. “Dedicamos mucho tiempo, no solo a generar el nuevo híbrido, sino también a entender cómo funciona y cómo lo deberían usar los productores para poder aprovecharlo al máximo”, indicó.

En ese sentido, “trabajamos en recomendaciones agronómicas, con fechas de siembra, manejo de fertilización, de población, de densidad, entendiendo bien cómo afectan los insectos, cómo afectan las enfermedades, el uso de fungicidas, de herbicidas, para darle una recomendación lo más completa posible al productor para que lo aproveche al máximo”.

Señaló que “descubrimos, con estos años de experimentación, que cada uno de los híbridos tiene una respuesta diferente en la mayoría de las variables que analizamos. Hay algunas variables que tienen respuestas similares, pero en la mayoría, como por ejemplo la densidad de siembra, la fertilización o la productividad en función a la fecha de siembra, depende mucho del híbrido, entonces es importante el poder decir: para el híbrido A la recomendación es esta y para el B la recomendación es esta otra”.

En este mundo de constantes innovaciones, donde se habla por ejemplo de predictores de nitrógeno, “hay una batería de tecnologías muy interesantes, desde los monitores de cosecha o los mapas de siembra, hasta lo más sofisticados como las imágenes satelitales de alta resolución, de seis centímetros por seis centímetros. En esa brecha, hay un montón de herramientas que permiten manejar con más detalle los cultivos, pero también trabajar en la predicción, buscando disminuir el riesgo que va a tomar el productor, y hacer lo más previsible posible la toma de decisiones”.

En ese escenario, comentó que “la fertilización es uno de los parámetros que se está tratando de interpretar, así como la aparición de plagas, la dinámica de insectos o enfermedades. Los pronósticos nos permiten anticiparnos a esas ocurrencias, y también simular la respuesta del cultivo de maíz”.

“Si pienso sembrar en tal localidad, en tal fecha, sé que va a florecer este maíz en tal mes, y que va a estar para la cosecha en tal otro mes, y con esa información poder predecir comportamiento, ver el clima y planificar de una manera distinta”, indicó.

Sobre esos nuevos desarrollos tecnológicos, “hay cosas que están mucho más cerca, que ya son comerciales, como la recomendación de densidad y fertilización en sitio específico; y hay otras que estarán apareciendo en los próximos cuatro o cinco años. Son muchas herramientas que el productor podrá comenzar a aprovechar”.

Finalmente, Ranea expresó que “la base de todo esto es que el productor esté preparado, atento al manejo de la información, capture la mayor cantidad de datos que genera en su propio campo, porque hay muchas herramientas que ya se pueden aprovechar.

Una de ellas se presentó junto a la nueva generación de híbridos Dekalb. Se trata de Field View, “una plataforma de administración y gestión de información de los campos, que será clave para que en el futuro el productor tome las mejores decisiones”, el líder regional del Desarrollo de Tecnologías de Bayer.

 


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