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Agricultura

Camino sin retorno: el mundo está “commoditizando la sustentabilidad”

28 de marzo de 2024

El director para el Cono Sur del área de certificaciones de Control Union, Diego Cybulka, planteó que esto es algo que todos “tenemos que entender, sino el golpe será más duro”

El mundo está “commoditizando la sustentabilidad”, dijo a VERDE el director para el Cono Sur del área de certificaciones de Control Union, Diego Cybulka. Agregó que “eso es algo que tenemos que entender, sino el golpe será más duro, y las oportunidades se nos van a ir de las manos”. 

Explicó que “cuando hablamos de determinados atributos, requisitos o protocolos siempre pensamos en algo muy especial, cuidado, medido y aislado del resto. Parece que tiene altos costos, demasiado trabajo, esfuerzo y poco beneficio, pero la verdad es que el mundo está commoditizando la sustentabilidad, está diciendo que esto es parte de la línea base de lo que necesitamos tener”. 

Advirtió que “el mundo se puso de acuerdo a nivel global” sobre sus exigencias a “todo tipo de industrias para todo tipo de destinos, y si no lo entendemos podemos tener un impacto comercial y operativo fuerte”. 

Cybulka detalló que la sustentabilidad “se convirtió en una definición mucho más compleja” que la inocuidad, ya que esta última tiene que ver con un atributo físico. “Tomás un producto, vas a un laboratorio, lo analizas y es blanco o negro, pero la sustentabilidad es intangible”, explicó. 

Llegó el momento

El integrante de Control Union dijo que “al final llegó el momento” de las certificaciones. Recordó que hace 15 o 20 años atrás, cuando venían requisitos internacionales hablando de la inocuidad de la mercadería, solicitando información sobre cómo se producía la carne, los granos, “nos hablaban de eso y no lo terminábamos de entender”. 

Agregó que “hoy hay un abanico de requisitos enorme, y eso significa que el consumidor asiático, europeo, estadounidense, necesita saber qué consume. Y eso va desde la producción primaria hasta el producto puesto en el supermercado. Que no haya habido deforestación, cómo trabajamos la tierra, qué huella de carbono tenemos, no solo la inocuidad. Es algo mucho más complejo, pero si uno entiende cómo trabaja y cómo se conecta la cadena, hay muchas oportunidades comerciales”.

También confirmó que actualmente estos temas “ya están en la agenda de China”. Señaló que “el europeo es el que marca esa agenda dura en regulaciones. Como es un mercado con buen poder adquisitivo está dispuesto a pagar un poco más por el valor agregado de estos productos. El estadounidense, si bien tiene otra cultura, también lo hace, con otras reglas, a veces más laxas y otras más exigentes, dependiendo del producto”. 

Si bien se piensa que Asia es un mercado menos exigente, “ya no es así”, aseguró. “Tengo dos agendas importantes, en abril y en mayo, en Tailandia y en Indonesia. Allí se toma como base al modelo europeo y norteamericano. Esto tendrá una evolución natural, en términos de qué se exige, cómo se exige y cómo se paga, es parte de un contrato comercial, pero hoy está en la agenda”, confirmó.

“Nos dicen que necesitan entender cómo fue la transición, desde el origen, desde la producción de carne o grano, cómo evolucionaron los requisitos de los países. Y por otra parte miran el aspecto regulatorio, cómo pasaron de 0 a 100 en la exigencia, y están tomando esos ejemplos”, insistió.

Además, señaló que esos países “tienen la ventaja de ver cómo evolucionaron estos temas en los últimos 10 o 15 años, qué se hizo bien, qué se hizo mal, pero lo pusieron en su agenda. Piden que el origen de la materia prima sea de campos que no fueron deforestados, qué huella de carbono tiene el producto y sus atributos”. 

En ese sentido, afirmó que “Uruguay tiene una gran ventaja comparativa para trasladar la información en la cadena, desde la producción primaria hasta el producto final, y eso implica desarrollar la definición de trazabilidad. Es muy importante generar ese contexto para que eso suceda”.

Contexto favorable para Uruguay

Cybulka opinó que “Uruguay está en un contexto muy favorable en términos geopolíticos, con las prácticas que ya se desarrollan en el país y las costumbres propias de las cadenas. Cuenta con buena investigación y con muy buenas prácticas del productor primario”. 

Consideró que “la parte más débil tiene que ver con animarse a buscar mercados, a encontrar ese valor y salir a ser oferta antes de que aparezca la demanda”.  

Analizó que “en los últimos dos años Uruguay empezó a ser una alternativa, porque hubo actores que se animaron a preguntarse: ¿qué pasa si esto se genera en Uruguay?, o ¿qué pasa si formo parte desde Uruguay en un flujo comercial de una cadena más compleja o más larga que intervenga en varios países?”.

Dijo que “un ejemplo es la recolección de los aceites usados, el residuo de la industria uruguaya. Ese es hoy un mercado internacional enorme, porque el mundo busca que todos los residuos o el impacto ambiental que se pueda generar por los deshechos que vuelvan a ser parte de esa cadena y entremos en combustibles de aviación, en una cadena mucho más compleja, que tiene que ver con los combustibles que consumimos, las materias primas que utilizamos”. 

Coordinación público-privada

Cybulka afirmó que “cuando los sectores público y privado entienden que son parte del mismo país y del mismo ecosistema comercial las cosas suceden, en términos de facilitarle la vida al productor, a que se comercialice mejor y que los procesos fluyan”. 

Explicó que “esto tiene que ver con la regulación, qué documentación se utiliza, qué se registra y para qué, qué es obligatorio y qué es voluntario. Cuando entregamos un producto, ya sea más o menos elaborado, qué información contiene ese producto”. 

El ejecutivo confirmó que en estos temas “el que pega primero siempre va a tener una ventaja, va a poder aprovechar comercialmente, porque es el que decide hacer el esfuerzo y puede cometer errores”.

Agregó que esa decisión “tiene una doble vara”, porque “tiene la chance de captar oportunidades comerciales importantes, pero también hay que ser consciente del sobrecosto que puede significar un cambio en el producto o en el proceso, y eso no debe afectar el negocio”. 

También aclaró que “si algo no es económicamente viable no es sustentable”. Dijo que “generalmente es un concepto que lo asociamos con las buenas prácticas, de que es algo amigable con el ambiente y la sociedad, pero la parte económica es clave”. A la vez reconoció que “la otra cara de la moneda es que en el transcurso del tiempo pasa a ser una condición que quita margen comercial”. 

De todos modos, afirmó que “si el sector privado y el público hacemos las cosas bien, esos costos que en principio pueden ser más elevados, tienden a bajar, porque se los ayuda con el ecosistema completo”. 

Hay tantos sellos como productos

El director para el Cono Sur del área de certificaciones de Control Union dijo que “hay tantos sellos como productos se te ocurran a nivel mundial. En mi agenda manejamos 300 programas de certificación. Obviamente que depende del país, del producto y subproducto de la industria que estemos tratando. Hoy en día hay sellos que se ajustan hasta a un eslabón particular de la cadena, pero si vamos a hablar de la agenda particular de Uruguay y la región, en ganadería, soja, maíz o canola, no hay tantos esquemas”. 

Destacó a RTRS, que “es un esquema propio de la producción de soja sostenible a nivel global, que vino para quitarle la demonización”. Recordó que “desde hace muchos años atrás la soja, o la palma en el mercado asiático, son los grandes responsables de la deforestación, y este protocolo permite demostrar que eso no es así, o al menos evita que así sea”. 

Y en términos más amplios, no solo de soja, destacó la plataforma de SAI, que “toca un montón de aspectos de sustentabilidad, que son los que marcan la agenda”. 

Pero también señaló que “hay una agenda paralela, que tiene que ver con iniciativas propias de las compañías. Hay multinacionales que son mercados per sé, y son tan grandes como un país. Cuando los protocolos no se ajustan estas compañías desarrollan un esquema propio, progresivo, que hace que se logren estos requerimientos, tanto en mercados de destino, como políticas propias, que también se ajustan al país”. 

Cybulka también planteó que “muchas veces se comete el error de bajar un protocolo, con una vara muy alta, que está pensado y escrito para la realidad de un país completamente distinto al nuestro. No es lo mismo la realidad de Uruguay, que la de Paraguay, Brasil o Nicaragua”. 

“Los esquemas que mencioné son los que han marcado la agenda internacional. Estos esquemas, y los privados, están tratando de imponernos –en el buen sentido– la base mínima de requerimientos que los mercados y la cadena necesita cumplir: no deforestar, entender cuáles son nuestras emisiones, en términos prácticos y de la cadena. El tema del carbono está en una curva críticamente ascendente, es algo que se va a terminar de entender en los próximos años”, afirmó. 

Después dijo que “hay algo que está mucho más trillado, donde hay una franja que fluctúa muchísimo, que tiene que ver con las buenas prácticas agrícolas y el impacto social que esto tiene, no solo en el productor o en el trabajador sino en la sociedad”. 

Señaló que “ahí hay un abanico más, que fluctúa, porque hay aspectos que se exigen grados muchos más altos y otros a niveles básicos, como el cumplimiento legal del país; parece absurdo, pero simplemente se requiere que cumplamos con la legislación local. Esa es la línea base que se exige hoy en el mundo, no solo en Europa o Estados Unidos, sino también en el mercado asiático”. 

Cultivos

El ejecutivo planteó que la cebada, la canola y la soja tienen buenas oportunidades. “Hay que ver con qué trazabilidad contamos en movimiento de puertos, pero hay mercados totalmente distintos, donde Uruguay está creciendo y tiene oportunidades”, dijo.

Específicamente sobre soja, señaló que hay dos caminos. “Uno es la certificación sobre el productor, ese sello tiene hoy una demanda internacional fuerte, por el consumo de alimento animal. De hecho la producción de Uruguay forma parte de una cadena, y la industria puede estar en cualquier lugar del mundo, pero se puede integrar la cadena, y eso exige trazabilidad y que tenga ese tipo de requisitos cumplidos”, describió en relación al primer camino. 

El otro es “un esquema que debemos considerar, que no es menor. Las grandes compañías productoras y comercializadoras de soja y todos los productos que se les ocurra, empezando por el poroto, tiene una política internacional que tenemos que cumplir. Es indistinto si termina en China, Holanda o en Estados Unidos”. 

Dijo que “hoy las compañías que mueven productos tienen compromisos al 2025, al 2030, y piden que el origen esté controlado. Que no haya deforestación, que haya trazabilidad. Hoy el consumidor necesita saber si el producto que tiene en sus manos tiene componentes de Brasil, India o de cualquier otro país. Eso es georeferencia”. 

“Y después quiere saber el camino que recorrió el producto. Uruguay tiene un contexto muy favorable, al no deforestar, como ocurre en el Chaco argentino o en el Amazonas brasileño. Ahí sí hay problemas y ahí es donde Uruguay se tiene que hacer fuerte”, dijo. 

Cybulka consideró que “en granos hay que buscarle un poco más la vuelta, porque es algo totalmente implementable en Uruguay. La soja es la mejor punta de lanza, para lo bueno y para lo malo, siempre marcó exigencias y beneficios, pero atrás puede venir cualquier cultivo”. 

Comentó que “a nivel global y para sorpresa de muchos, el arroz entró en esta conversación. FSA SAI es una mesa donde se sentaron las 100 compañías más importantes del mundo a entender cómo hacen para pedir todos lo mismo, teniendo productos totalmente distintos. Para que todos le exijan lo mismo a sus proveedores. En el arroz se tomó como prioritario esto”. 

Informó que “el mercado asiático está desarrollando protocolos específicos sobre sustentabilidad”, y que “Argentina y Paraguay están muy atentos a esto para dimensionar cuáles serán estas exigencias específicas para el arroz”. En ese sentido, planteó que “Uruguay tiene una buena oportunidad”.

Nota de Revista Verde N°113

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