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Agricultura

El agua como aliada de soja y maíz en las chacras arroceras del norte, destacó Guillermo O´Brien

28 de julio de 2023

Buscando una alternativa de diversificación, en la pasada zafra comenzaron las primeras experiencias de estos cultivos con riego por surcos y los resultados fueron alentadores 

La inclusión de los cultivos de soja y/o maíz es un complemento para los productores que tienen su especialidad en el riego, aunque no es un sistema “para todos los campos, ni todas las chacras”, dijo a VERDE el directivo de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA), Guillermo O´Brien. El productor arrocero de Artigas agregó que en años de “muy bajo almacenaje de agua”, como el actual, cultivos como soja o maíz “pueden ser una alternativa”.

El sector arrocero está culminando la cuarta zafra consecutiva con márgenes positivos después de seis con números en rojo. “Si bien en esta campaña el precio provisorio fue de los mejores de los últimos 10 años, el margen no lo fue. Con US$ 13 libres para el productor, el margen “está por debajo al logrado en las dos zafras anteriores”, indicó. Esa situación, según O’Brien, evidencia lo que está sucediendo con los costos y la incidencia que tiene el valor del dólar en el sector arrocero. 

En ese contexto, los productores buscan alternativas para el negocio. Por un lado ha crecido la exportación de arroz cáscara para eludir el costo industrial, que es donde más pesa el comportamiento del dólar, pero también hay movimientos porteras adentro, como se ha observado en las chacras del este uruguayo con la inclusión de soja. 

Ahora en el norte se está registrando el comienzo incipiente de la producción de soja y maíz con riego. O´Brien sostuvo que se busca “aprovechar el conocimiento” que tiene el productor arrocero del “manejo del agua” y trasladarlo a otros cultivos. 

Recordó que en el este el arroz se desarrolló con agua proveniente de ríos o de la laguna Merín, pero en Artigas y Salto el 95% del arroz se riega con agua de represas para el almacenaje del agua, cuya expansión se originó en la mitad de la década de 1990, impulsada por el Programa Recursos Naturales y Desarrollo del Riego (Prenader), que entre otras cosas facilitó el financiamiento de las obras de infraestructura, que permitieron que “muchos campos ganaderos pasaron ser arroceros”, comentó. De esa forma inició una agricultura “más sostenible”, porque en primavera y verano “generalmente hay secas, sean más cortas o más largas”, y “siempre aprietan”.

El arroz es el único cultivo que “sí o sí” se desarrolla bajo riego, enfatizó. Con la mejora en el manejo del agua el avance del cultivo se dio en una región que desde el punto de vista climático es “excepcionalmente buena”, por la luminosidad y la temperatura, lo que ha permitido consolidar rendimientos altos y muy estables. En el norte la productividad del arroz oscila de 9.000 a 9.500 kilos por hectárea (kg/ha), “acompañando la media nacional”, acotó.  

El arroz comienza a demandar una rotación “más sostenible” que lleva al crecimiento de la agricultura forrajera, algo que era “muy incipiente” en el norte. “Para que el sistema fuera productivo y sostenible, luego de dos años de arroz, hay que sembrar pasturas”, por eso en la actualidad una rotación clásica incluye dos años de arroz y luego entre tres y cuatro años de pasturas (leguminosas y gramíneas), indicó.  

RIEGO POR SURCOS EN SOJA

En un escenario donde la promoción de inversiones ha motivado un incremento de la superficie regada por pivot, O´Brien considera que en las zonas arroceras del norte “es muy difícil” hacer inversiones de riego con esa tecnología, por el alto monto que requieren y porque “más del 70% de los productores arroceros somos arrendatarios”. 

Desde el año pasado en esa zona se empezaron a desarrollar sistemas de riego por surcos en maíz y soja, haciendo “espejo en experiencias exitosas”, que han crecido mucho en el estado brasileño de Río Grande del Sur. En esa primera zafra se alcanzaron las 1.200 hectáreas, donde la mayoría las ocupó la soja, con resultados “variables pero interesantes”, informó el productor. 

Fueron ocho los productores arroceros que sembraron soja en el norte, con el fin de realizar pruebas, en chacras de 25 a 200 hectáreas. La sistematización del riego por surco “se ha realizado con pendiente controlada, a través de la tecnología de relevamiento satelital”, indicó.

O´Brien señaló que la última zafra fue “extremadamente demandante” y se realizaron “tres baños”, donde cada uno exigió entre 1.500 y 1.800 metros cúbicos (m3) de agua por hectárea. “En total fueron entre 4.500 y 5.000 m3, equivalentes a entre 450 y 500 milímetros por hectárea”. Este año en Artigas “llovieron entre 70 y 80 milímetros durante el ciclo de la soja; el aporte fue realmente importante”. 

Los rendimientos estuvieron entre 2.000 y 3.000 kg/ha, e incluso en algunos casos “fueron superiores”. Por lo tanto, “para un primer año y con una seca muy intensa, el resultado fue satisfactorio y la intención es seguir afinando”, dijo el agricultor. 

O´Brien sostuvo que en el caso de la soja la logística “pesa”. El costo del flete a Nueva Palmira asciende a US$ 160 por hectárea. “Tenemos que ver cómo afinar los números para que haya negocio”, dijo. Pero consideró que “es una alternativa muy válida” para un rubro que “necesitaba diversificarse”. 

El punto de equilibrio para una soja con riego por surcos, incluyendo la tierra, agua, insumos y flete, se ubica entre los 2.000 y 2.300 kg/ha. “No es bajo, pero con 3.000 kilos hay un negocio atractivo”, afirmó. 

RIEGO EN MAÍZ

El productor explicó que en el norte de Uruguay los corrales de engorde han crecido mucho, por lo que existe una gran demanda de maíz que “normalmente no se produce allí”. Con el destino comercial muy cerca, “los costos logísticos del cultivo disminuyen de manera significativa”, valoró.

En esa línea, informó que en maíz se hicieron menos hectáreas y los rendimientos se situaron entre 5.000 y 7.500 kg/ha. “Hay que ajustar el manejo, pero teniendo en cuenta los niveles de productividad que se lograron es de prever un crecimiento del área”, sostuvo. 

Comentó que los maíces bajo riego por pivot en el norte “ya están validados y las producciones se sitúan entre 8.000 y 11.000 kg/ha”. Por lo cual, desde el punto de vista biológico, “si bien hay que afinar el sistema por surcos, el potencial está”. 

El punto de equilibrio del maíz regado por surcos en la zafra pasada estuvo entre 4.500 y 5.000 kg/ha. “No se puede producir menos de 4.000 kilos porque no hay negocio. Si se producen entre 7.000 y 8.000 kilos, hay una alternativa viable”, comentó. 

LAS PERSPECTIVAS

O´Brien consideró que los sistemas arroceros “ya cuentan” con los activos para llevar adelante la siembra de soja y maíz, y que “ajustando las técnicas de manejo, el negocio es atractivo”. El productor arrocero “tiene el 90% de las tecnologías” que demandan estas iniciativas, enfatizó. Por eso, entiende que es “un sistema difícil de replicar” en otras zonas del país. En tal sentido, el directivo de ACA sostuvo que “no se puede armar toda la infraestructura como la que existe en el norte para sembrar soja” en otros lugares, sino que “esa es una posibilidad para que el productor arrocero sume otro negocio” al sistema. 

En años como este, “cuando a 70 días del comienzo de la siembra de arroz en el norte el almacenaje de agua es muy bajo, rondando el 25% del total, el desarrollo de otras culturas de riego puede ser interesante, porque demandan menos agua que el arroz”, comentó. Explicó que una hectárea de arroz “necesita de 15.500 a 16.000 m3 de agua por hectárea”, y con esa agua “se pueden regar tres hectáreas” de soja o de maíz. Por eso, “frente a años de muy bajo almacenaje de agua, esto puede ser una alternativa”, concluyó.

Nota de Revista Verde N°108

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