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Agricultura

Bioestimulación de los suelos y cultivos: lo esencial es invisible

11 de noviembre de 2022

La raíz es el cerebro de la planta, y en su funcionamiento también existe una interacción y dependencia muy fuerte con la vida microbiana del suelo

Mucho se habla y se ampara bajo el término bioestimulante, lo cierto es que hay muchas formas de estimular la planta y la gran mayoría de ellas determina una activación y promoción del desarrollo de diversos microorganismos que habitan en la rizósfera de la raíz, alimentándose de sus exudados (aminoácidos, azúcares, ácidos orgánicos).

Estos microorganismos han evolucionado junto a las plantas y aprendido a suministrarle, desde nutrientes y hormonas para su desarrollo, hasta sustancias naturales de defensa; además de compuestos antiestrés para superar las adversidades del ambiente, en una perfecta simbiosis que se debe cuidar y potenciar. 

Estudios del microbioma del suelo muestran que existe una comunidad muy diversa, donde la planta puede reclutar o favorecer su multiplicación a través de la liberación de exudados, de acuerdo a las circunstancias y necesidades.

En este sentido, lo primero que se debe cuidar y potenciar es la fotosíntesis, fábrica generadora del principal alimento de estos microorganismos: los carbohidratos. Para ello hay que mantener altos los niveles en hoja de nutrientes específicos vinculados a este proceso (magnesio, manganeso, hierro) y de su transporte a la raíz (boro y potasio).

Otro factor importante, sin dudas, es el desarrollo de la raíz, tanto en su etapa inicial como de forma continua durante todo el ciclo del cultivo, ya que en los ápices de las raíces nuevas se encuentran los sensores biológicos que analizan el entorno y reciben las señales para determinar qué sustancias exudar a la rizósfera y qué cantidad de citoquininas producir. 

Esta hormona producida exclusivamente en la raíz y por microorganismos del suelo, es conocida como el señalizador del crecimiento, por su función de iniciar el proceso de división celular en cualquier parte de la planta, y es también fundamental durante la etapa reproductiva, para el cuajado de flores y crecimiento de granos.

Por tanto, promover el desarrollo radicular inicial y durante todo el ciclo de la planta es fundamental. Desde la buena aireación del suelo y la nutrición balanceada, hasta el uso de productos como el Acrecio, especialmente desarrollados para estimular su crecimiento; serán todas herramientas y manejos fundamentales en este proceso de bioestimulación de los cultivos.

La intensificación agrícola y el cambio climático son factores determinantes que alteran este equilibrio y generan situaciones de estrés que deprimen los rendimientos, haciendo cada vez más necesario el conocimiento de estos temas, los manejos más adecuados y las herramientas tecnológicas disponibles.

Tecnología disponible

Ante la creciente oferta disponible en el mercado uruguayo, lo primero que hay que tener en cuenta es la regla de oro respecto a cualquier producto: buenos hay muchos, pero mágico ninguno. 

Para superar situaciones de estrés, la planta no solo recurre a sus aliados del suelo, sino que también genera compuestos antioxidantes y de ajuste osmótico. En este sentido, el propio potasio y aminoácidos específicos –como la Glicina Betaína, producida en grandes cantidades por las algas y cactus del desierto, pero no tanto en las especies que se cultivan– se convierten en una muy buena alternativa tecnológica para aplicar y regular la tolerancia de los cultivos a la sequía.

Las enzimas antioxidantes requieren de micronutrientes específicos, como el zinc, para su funcionamiento, por lo que es necesario mantener niveles suficientes de este elemento en planta.

Respecto a los microorganismos del suelo, que le dan a la planta nutrientes, hormonas y compuestos antiestrés, existen productos ricos en materia orgánica muy activa (ácidos húmicos, ácidos fúlvicos y extractos de algas), que aplicados a la semilla o directamente al suelo estimulan de forma importante esta vital actividad microbiana.

A su vez existen los llamados biofertilizantes, productos con microorganismos específicos vivos y concentrados, seleccionados por su capacidad para fijar nitrógeno, solubilizar el fósforo retenido, mineralizar la materia orgánica o simplemente ampliar la extensión radicular (micorrizas) para la captación de agua y nutrientes.

Por último, están los productos hormonales (PGR), que nos ayudan a manejar la fisiología de la planta, regulando su desarrollo de acuerdo a nuestros intereses productivos y no solo a su simple interés natural de perpetuar la especie.

NutriAvanza desarrolla y promueve el uso de todas estas nuevas tecnologías, algunas de las cuales ya están disponibles en Uruguay, como el Acrecio. Se trata de un bioestimulante de última generación, desarrollado en Francia por Agronutrition, empresa especializada del Grupo De Sangosse.

Articulo del Ing. Agr. Federico Lazbal – Director de Nutriavanza, publicado en Revista Verde N° 104

Foto: Ensayo de activadores del suelo y planta en Trigo (Zafra actual). Realizado por Servag. Campo experimental Loma Gris. Mercedes (Soriano).

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