El caso Carrefour reveló el peso de Brasil y calentó la previa del acuerdo
El presidente brasileño, Luis Inácio Lula da Silva, afirmó que “si los franceses no quieren el acuerdo, ellos no deciden más nada, quien decide es la Comisión Europea”.
En 2024 varias carreteras y ciudades de Francia rugieron con fuerza los motores de decenas de tractores y camiones durante las multitudinarias protestas de agricultores, en rechazo a la firma de un acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur.
El enojo y el descontento de los productores agropecuarios fueron en aumento por esos días y le metieron presión al gobierno del presidente francés Emmanuel Macron y a las grandes compañías de alimentos europeas, para que adoptaran medidas concretas en contra de ese inminente tratado.
Y el estruendo de los motores causó efecto en las más altas esferas de la política francesa y del empresariado de Europa, específicamente de compañías que operan a nivel mundial y que tienen fuerte presencia en países de Sudamérica.
La desesperación y las disculpas
Fue así que la reconocida empresa Carrefour, de origen francés, que es propietaria de cientos de supermercados en Brasil y en Argentina, cayó en este enfrentamiento por el acuerdo comercial entre el Mercosur y la UE.
El CEO (gerente general) del grupo Carrefour, Alexandre Bompard, en una nota dirigida a la Federación Nacional de Sindicatos de Agricultores de Francia, que publicó a fines de noviembre en su cuenta de X, afirmó: “en toda Francia escuchamos la desesperación y la indignación de los agricultores ante el proyecto de acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur, y el riesgo de inundar el mercado francés con carne que no responde a sus exigencias y normas”.
La publicación continuó: “Carrefour quiere actuar junto al sector agrícola y hoy se compromete a no vender carne procedente del Mercosur”.
“Esperamos inspirar a otros actores del sector agroalimentario e impulsar un movimiento de solidaridad más amplio”, sostuvo.
Y arengó a otros sectores al hacer un “llamamiento especial a los actores de los restaurantes fuera de casa, que representan más del 30% del consumo de carne en Francia –pero donde el 60% es importado– a que se sumen a este compromiso”.
Las reacciones a estos comentarios no se hicieron esperar de este lado del océano Atlántico, principalmente en Brasil, donde el sector ganadero y cárnico respondió con acciones tajantes que le sacudieron el piso a este grupo francés, ya que resolvieron dejar de proveer de carne a sus supermercados.
Los gigantes grupos brasileños que lideran en el mundo de las carnes, como JBS, Marfrig y Minerva, interrumpieron el suministro de productos y en las góndolas de los locales de Carrefour y otros comercios que opera la misma firma se notó la falta de reposición de estos artículos, según informó en su momento la prensa del país sudamericano. Y ante el impacto negativo provocado por esta movida de los intereses brasileños y la probable agudización del problema, la compañía francesa se vio obligada a rehacer su estrategia y a pedir disculpas en Brasil.
La carga se hizo más pesada aún para esta compañía francesa cuando el gobierno del presidente Luis Inácio Lula da Silva se expresó al respecto. El ministro brasileño de Agricultura, Carlos Favaro, apoyó la medida adoptada por los frigoríficos de su país, dijo que estaba “feliz” por esta postura y consideró que si las empresas brasileñas (de la carne) no pueden proveer a Carrefour en Francia, tampoco van a proveer a Carrefour en Brasil.
“No somos colonia de franceses”, advirtió Favaro, según publicó Globo Rural el 23 de noviembre. Tres días después llegó una carta del CEO de la firma francesa dirigida al gobierno brasileño para hacer formal sus disculpas por la “confusión” generada respecto a la determinación de dejar de vender carne de Brasil en sus locales en Francia. “Si la comunicación de Carrefour Francia generó confusión y puede haber sido interpretada como un cuestionamiento a nuestra asociación con la agricultura brasileña y como una crítica a la misma, pedimos disculpas”, señaló en la misiva a Favaro.
Aclaró que Brasil produce carne de “alta calidad” y respeta las normas y el sabor, a diferencia de lo que sostuvo en la nota de apoyo a los agricultores franceses.
Sobre el abastecimiento de carne para los supermercados en Francia, Bompard afirmó que el grupo ya compra “casi toda la carne” a los ganaderos de su país. “Así lo seguiremos haciendo. La decisión no tuvo como objetivo cambiar las reglas de un mercado ampliamente estructurado en sus cadenas de abastecimiento locales”, indicó en la carta.
Repudio de rurales
La Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur (FARM), integrada por entidades de productores de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Uruguay y Paraguay, expresó en un comunicado su “total desacuerdo y repudio” a la decisión anunciada por el director general de Carrefour, Alexandre Bompard, de suspender la compra de carne del Mercosur.
“Esta actitud arbitraria, proteccionista y equivocada perjudica al bloque e ignora los estándares de sostenibilidad, calidad y cumplimiento que caracterizan la producción agrícola en sus países miembros”, sostuvo.
Afirmó que la carne del Mercosur se produce bajo “estrictos estándares socioambientales y sanitarios, en línea con los más exigentes estándares internacionales”.
Tras enfatizar que el “Mercosur es líder mundial en prácticas de sostenibilidad en el sector agrícola”, la FARM cuestionó que la decisión de Carrefour “ataca injustamente la reputación de miles de productores rurales comprometidos con la seguridad alimentaria y la preservación del medio ambiente”.
“Aunque las decisiones comerciales son competencia interna de las empresas, la postura pública del director general de Carrefour, al transformar una política de compras en un escenario de cuestionamientos infundados, va más allá de los límites aceptables”, criticó.
Interpretó que “esta no es una decisión aislada, sino un ataque directo a la credibilidad y la contribución del sector agrícola del Mercosur a la seguridad alimentaria mundial”.
En 2023 los países del Mercosur produjeron 38 millones de toneladas de carne, entre vacuno, porcino y aves, de las cuales exportaron 11 millones, indicó.
Y advirtió que los productores rurales de la FARM y sus entidades representadas “no aceptarán ataques injustificados y se reservan el derecho de reaccionar con firmeza”, ya sea “por medios económicos o institucionales, para proteger la imagen y los intereses del sector agrícola en sus países”.
Acuerdo en Montevideo
En ese contexto, el presidente brasileño dijo a la prensa que “si los franceses no quieren el acuerdo, ellos no deciden más nada, quien decide es la Comisión Europea (CE)”.
“(La presidenta de la CE) Ursula von der Leyen tiene la potestad para sellar ese acuerdo y yo pretendo firmarlo incluso este año”, declaró el mandatario norteño, en tono desafiante y de cara a lo que se venía en diciembre.
Luego de las disculpas de Carrefour y de esta antesala caldeada, el viernes 6 de diciembre, en el marco de la Cumbre de Presidentes de Estados Parte del Mercosur y Estados Asociados realizada en Montevideo, se suscribió un acuerdo de asociación entre el Mercosur y la UE, tras 25 años de idas y vueltas en las negociaciones.
Para esta ocasión, y como una señal política, llegó a la capital uruguaya la presidenta Von der Leyen, quien declaró que el acuerdo es “una victoria para Europa”. Sostuvo que “es un día verdaderamente histórico (porque) estamos reforzando nuestra asociación como nunca antes y al hacerlo estamos enviando un mensaje claro y poderoso al mundo”, .
Con esta confirmación de la apuesta a terminar de sellar un acuerdo de libre comercio entre ambos bloques, Brasil demostró el protagonismo y la potencia que representa en el concierto internacional, al ganarle la pulseada a los intereses franceses.
Pero la victoria en esta batalla todavía no significa que el acuerdo está asegurado, ya que ahora falta que sea tratado en el Parlamento Europeo, entre otras instancias, en las cuales Francia intentará jugar sus últimas cartas sobre la mesa.
Los beneficios para el agro uruguayo
Para Uruguay el acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) supondrá un incremento de la capacidad exportadora a ese mercado, debido a que alrededor del “70% de los aranceles del bloque europeo serán eliminados en forma inmediata” con su entrada en vigor, al tiempo que “la totalidad de las exportaciones de Uruguay a esa región obtendrá beneficios comerciales”.
Así lo destacó la Presidencia de la República en un comunicado divulgado el 6 de diciembre, basándose en informaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores referidas al tratado suscrito entre las partes.
En 2023 la UE fue el tercer destino de exportación de Uruguay, representando el 17% del total colocado por el país. El acuerdo otorgará al Mercosur una “cuota de 99.000 toneladas para el ingreso de carne bovina” al mercado europeo, así como una “cuota de 60.000 toneladas para el arroz”, esta última “sin arancel intracuota”, valoró. Y acotó que se acordaron “importantes beneficios concretos” para tops de lana, miel, cebada y cítricos.
Entre los nuevos temas que se incorporaron al acuerdo, el gobierno resaltó la adopción de un protocolo adicional de cooperación, un nuevo anexo en materia de comercio y desarrollo sostenible, y un “mecanismo de reequilibrio de concesiones que será una herramienta efectiva para enfrentar desafíos derivados de su implementación”.
Redacción: Mauro Florentín – Nota de Revista Verde N°119