El trigo rompió todos los récords, alcanzando 4.181 kilos de promedio

Uruguay se consolida como el país donde el cereal tiene la mayor productividad por hectárea en la región; se proyectaron los mejores márgenes en 10 años
La producción total de trigo de la zafra 2020/21 fue estimada por la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA), del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), en 936.000 toneladas, 20% superior a la del año anterior, cuando se alcanzaron 776.000 toneladas. El rendimiento promedio a nivel nacional se estimó en 4.181 kilos por hectárea (kg/ha), 28% más que en la zafra anterior, confirmándose como el rendimiento máximo histórico relevado por la DIEA.
La superficie sembrada con trigo mostró una leve caída, cercana al 6%, alcanzando en la zafra 2020/21 unas 224.000 hectáreas, frente a las 237.000 hectáreas de la zafra 2019/20.
“Hace varios años que no se tenía una zafra como la reciente de cultivos de invierno con rendimiento, en líneas generales, buena calidad –algo que no es menor en trigo y en cebada– y precio”, dijo German Bremermann, integrante de la dirección de Barraca Erro, el viernes 18 de diciembre en el programa Punto de Equilibrio, de Carve y revistaverde.uy.
Resaltó que esa combinación significa “números muy interesantes, con una buena rentabilidad, y brinda optimismo hacia adelante”.
En esa línea, la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa), del MGAP, estimó para esta zafra un incremento de 50% en los ingresos brutos respecto a la zafra anterior. Esto ocurriría como consecuencia de la mejora de 26% en el precio que recibiría el productor, y de los excelentes rendimientos promedios esperados. En el momento de la confección del Anuario de Opypa, la estimación marcaba un rinde promedio de 3.900 kg/ha, que marcarían un nuevo récord para el cultivo, superando ampliamente el rendimiento de equilibrio de 2.900 kg/ha, sin considerar renta.
Esto se acentuaría con el descenso previsto de los costos medidos en dólares, cercano a 10%, producto de una caída en el precio de la urea y la mejora en el tipo de cambio. Por eso los márgenes (ingresos brutos menos costos) pasarían a ser positivos y estarían, en promedio, en torno de los US$ 200 por hectárea, siendo de los mayores márgenes del cultivo en los últimos 10 años.
Fue un “año histórico” para el trigo, destacó Andrés Nogueira, representante técnico comercial de Nidera en Uruguay. Señaló que en las zonas donde el clima acompañó, hubo rendimientos que fueron “desde los 5.000 y hasta los 7.000 kg/ha, y con buena calidad”.
Dijo que hasta resulta “sorprendente” el volumen cosechado en algunas zonas del litoral-oeste y sur, donde se concentra la producción agrícola en Uruguay.
Para Nogueira, “el manejo agronómico en las chacras, el avance genético y el factor climático, con un invierno frío y lluvias oportunas, explican en mayor parte esa situación”.
Bremermann valoró, además, que el productor de trigo tiene claro que hay un paquete tecnológico asociado para lograr rendimiento y calidad, además del cambio importante en genética. “Hay variedades de trigo que pueden dar el máximo de rendimiento y una buena calidad, específicamente las de Urutrigo”, acotó el integrante de la dirección de Barraca Erro.
Tras el auge que llevó el área triguera a superar las 600.000 hectáreas, el cultivo perdió fuerza y atractivo, cayendo a unas 200.000 hectáreas. Pero “el trigo tiene para crecer y están dadas las condiciones para que haya un incremento de la superficie destinada a ese cultivo”, planteó Bremermann. Agregó que, “en el corto plazo, deberíamos apostar a estar algo por encima de las 300.000 hectáreas”.
Destacó que el volumen de producción de trigo cosechado permitirá contar con una oferta exportable de 400.000 a 500.000 toneladas, dependiendo de la demanda interna.
Opypa, en su Anuario, señaló que el consumo local durante el ciclo 2019/20, estuvo en unas 470.000 toneladas, y proyecta un crecimiento para el ejercicio 2020/21, sustentando en la demanda de los sectores ganadero y lechero, por el déficit hídrico.
Presentación de Urutrigo a Brasil
Con el objetivo de analizar la comercialización de trigo uruguayo a Brasil, así como de plantear las condiciones de producción del cereal, se realizó una reunión entre exportadores de Uruguay y el titular del MGAP, Carlos María Uriarte, con directivos de la Asociación Brasileña de la Industria del Trigo (Abitrigo).
El presidente de la Cámara Mercantil de Productos del País, Eduardo Díaz, señaló que se trató de una teleconferencia, con la participación de todos los actores de la cadena triguera uruguaya, en la que se mostró que el trigo local tiene buena calidad y que este año habrá unas 500.000 toneladas para exportar.
En ese marco, se presentó a los brasileños, el trabajo Urutrigo que comenzó hace tres años, y apunta a mejorar y a estabilizar la calidad del trigo uruguayo. “Se viene trabajando desde hace varios años junto a la investigación, molinos, panaderos, semilleristas, gobierno y exportadores, en mejorar la calidad del cereal. En la actualidad, 28% del área de trigo se siembra con variedades Urutrigo. Eso implica que, realizando un manejo acorde, se puede tener la calidad requerida por los demandantes”.
En la edición de abril de 2020 de VERDE, el químico farmacéutico Daniel Vázquez, del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), e integrante de Urutrigo, informaba que dicha iniciativa trabaja en tres grandes componentes: Fusarium, evaluación de la calidad de cosecha en Uruguay y la fuerza panadera de las distintas variedades.
“Se ha definido seguir trabajando en la caracterización de variedades por su fuerza panadera. Para eso se ha contado con el apoyo de la Cámara Uruguaya de Semillas (CUS), y todas las empresas semilleristas de trigo. Hemos podido diferenciar las mejores variedades que se producen en Uruguay y se decidió llamarlas Urutrigo. Esta pasó a ser una marca, y ya está en el mercado”, comentó Vázquez.
“La clasificación de las variedades Urutrigo es sencilla. Todos los países del mundo que exportan trigo tienen una caracterización de sus cultivares. Los que tienen más tradición, como Canadá y Australia, cuentan con una serie de requisitos muy elevados y complejos, que si los seguimos nos llevará muchos años dar un paso adelante. Por lo tanto, decidimos simplificarlo, y tomar la característica más importante que diferencia al trigo uruguayo: la fuerza panadera”, señaló.
El investigador sostuvo que la característica clave para lograr una alta calidad panadera, además de la genética, es que el trigo tenga un alto contenido de proteína. Y para eso, tiene que tener una buena disponibilidad de nitrógeno. Por eso, insistió en que es muy importante la refertilización, o fertilización tardía, porque es el momento en que se define la cantidad de proteína que tendrá el trigo a fin de año.
Vázquez aclaró que las variedades Urutrigo, al tener mejor calidad, no necesariamente rinden menos. “Muchas veces se cree que el rendimiento va en contra de la calidad, y no es el caso. En la página web se ve claramente que hay muchos cultivares que también son muy buenos agronómicamente”, afirmó.
EN URUGUAY
Opypa informó que la comercialización de la cosecha 2019/20 se inició en noviembre de 2019, con menos de 80.000 toneladas de existencias, proveniente de zafras anteriores. Los usos alternativos observados en 2020 contribuyeron a una reducción progresiva de la oferta de trigo, lo que permitió que en el período comercial noviembre 2019 – octubre 2020, a pesar de los problemas de calidad de la pasada cosecha, las existencias remanentes se mantuvieran en niveles mínimos. Al 31 de octubre de 2020 el stock de trigo en depósitos alcanzó 87.000 toneladas, similar al existente un año atrás, y el segundo menor volumen de los últimos 10 años.
En el período noviembre 2019 – octubre 2020 las exportaciones de trigo alcanzaron 326.000 toneladas, apenas 2% por debajo del volumen exportado en los 12 meses previos (332.000 toneladas). El valor total de las exportaciones se ubicó en torno de los US$ 70 millones, 5% por debajo de los US$ 73 millones.
El precio medio de las exportaciones alcanzó US$ 213 por tonelada FOB, que si bien representa un deterioro de 3% respecto de los US$ 220 registrados un año antes, acompaña la dinámica de los mercados externos, con caída durante el primer semestre del año, como consecuencia de Covid-19 y la alta incertidumbre generada, y notable recuperación al finalizar el año, agregó Opypa en su informe anual.
En el último año, el 82% del trigo exportado por Uruguay fue a Brasil (267.000 toneladas); 9% a Mauritania (30.614 toneladas); 8% a Chile (25.868 toneladas); y 1% a Taiwán (2.806 toneladas). Argelia desapareció como destino en este periodo, cuando en la zafra anterior su participación alcanzó 42% del volumen total exportado (140.000 toneladas), indicó Opypa.
Oferta y demanda mundial
En su último reporte de oferta y demanda mundial, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por su sigla en inglés) estimó la producción de trigo para el año 2020/21 en un nuevo récord global de 773 millones de toneladas (Mt), superando los 772,38 Mt de la estimación publicada en el mes de noviembre.
El consumo, en tanto, se ubicaría en torno de las 750 Mt, también récord absoluto. El USDA estimó las existencias finales en 316,50 Mt, frente a las 320,45 Mt del reporte de noviembre, y a las 321,14 Mt esperadas por los analistas. “Sin considerar a China, los stocks quedarían en 155,32 Mt”, dijo Esteban Dotti, de Agrohedge.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) indicó en un análisis presentado en diciembre que “datos de oferta y demanda del trigo toman gran relevancia cuando se considera al cereal como alimento para la población mundial, con interés estratégico, especialmente en países con limitaciones productivas y alta población”.
Con ese marco, la BCR agregó que el comercio mundial de trigo también se situará en valores máximos registrados, con exportaciones mundiales que alcanzarán los 190,8 Mt, mientras que las importaciones totalizarán 187,6 Mt. “Cabe aclarar que esta diferencia entre importaciones y exportaciones se debe a la metodología utilizada, ya que las exportaciones consideran el equivalente en grano de harina exportada, mientras que las importaciones no lo hacen”, puntualizó Dotti.
También señaló que “China importaría 8,5 Mt, frente a 5,38 Mt del año pasado, y consumiría 134 Mt, 8 Mt más que hace un año. El gigante asiático pasó de producir 116 Mt en la campaña 2010/11 a un estimado de 136 Mt para la actual campaña”.
Ese país lleva siete licitaciones, desde inicios de noviembre, a la espera de controlar los precios internos y de renovar parte de sus stocks. A pesar del aumento en los stocks globales, Rusia le puso incertidumbre al mercado, luego de que el gobierno de esa país impuso aranceles a las exportaciones de trigo”, indicó.
Agregó que Ucrania también tiene en funcionamiento un sistema de cuotas para la exportación, “más allá que lo maneja en función del stock disponible, y puede excederse, como ocurrió hace un año”.
La BCR indicó que, “mientras la producción creció 2% anual promedio en las últimas 20 campañas, las importaciones crecen 3% anual en igual período. Las proyecciones para la campaña 2020/21 muestran una oscilación mucho más tenue, con subas de la producción del 1% y del comercio del 1,3%”.
“Egipto se reafirma nuevamente como el primer importador mundial de trigo, con cerca de 13 Mt en la campaña actual. En segundo lugar se ubica Indonesia, con 10,8 Mt. Sin embargo, entre ambos países apenas se acercan al 13% de las importaciones mundiales del atomizado mercado mundial de trigo”, describió.
China se posiciona como el tercer mayor, importador de trigo del mundo, y luego viene un grupo de países con importaciones de entre 5 y 7 Mt, que están cerca al podio de importadores netos. “Aquí incluimos, en orden descendente, a Turquía, Filipinas, Argelia, Brasil, Bangladesh, la Unión Europea, Japón y Nigeria. Este diverso grupo concentra el 27% de las importaciones mundiales”, señala la BCR.
Dicho trabajo agrega que “el importante crecimiento económico y el continuo ascenso del nivel de vida de gran parte de la población china motivan la demanda. Si bien en muchas familias el consumo de trigo se puede reducir por la incorporación de más carnes, en una proporción mucho mayor de la población se observa la salida de la pobreza y la pobreza extrema, incrementando el consumo de productos derivados del trigo”. Algo similar también ocurre en varios países del Sudeste Asiático, que hace 10 años no aparecían en los primeros lugares de la lista de los mayores importadores mundiales.
La BCR indica que en China “no debe dejarse de lado la base geopolítica de la soberanía alimentaria. Si bien el país se autoabastece de trigo, ha duplicado sus importaciones en la última campaña. Se estima que esto se hizo con el fin de asegurar sus importantes stocks, que son cerca de la mitad del stock global y alcanzan para más de un año de consumo interno”.
A nivel regional, “las previsiones para el ciclo 2020/21, marcan que la producción conjunta de los cuatro países (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) alcance 25 millones de toneladas, 6,6% por debajo del volumen producido en el ciclo previo. De todas formas, la producción superaría largamente al consumo regional, estimado en 20,4 millones de toneladas. Eso implica que el excedente para la región sería de 4,6 millones de toneladas, 24% menos que en el ciclo previo. La región será excedentaria en trigo, por sexto año consecutivo”, indicó Opypa.
Por ese motivo, sobre principios de diciembre el ministro Uriarte le planteó a la ministra brasileña de Agricultura, Tereza Cristina, la preocupación de Uruguay porque Brasil suspendió temporalmente el Arancel Externo Común para importar trigo de otros países que no integran el Mercosur. En ese sentido, el presidente de la Cámara Mercantil de Productos del País, Eduardo Díaz, advirtió la incertidumbre que genera en el mercado regional esa clase de resoluciones.