Agricultura

Presión internacional por el origen sustentable de la soja brasileña

17 de diciembre de 2020

Entre las principales preocupaciones está la desforestación ilegal para la producción de la oleaginosa, así como el impacto ambiental producido por las plantaciones

El mercado internacional aumenta su presión sobre el origen sustentable de la soja brasileña. Entre las preocupaciones está la desforestación ilegal y el impacto ambiental producido por las plantaciones. Pero en el país sudamericano no se quedan de brazos cruzados y trabajan con firmeza para revertir esa imagen.

La revista Globo Rural publicó un artículo que recoge el testimonio de Maria Vitória Constantin Vasconcelos, quien hace cuatro años y recién recibida como ingeniera agrónoma, se fue a trabajar en el establecimiento agrícola de su familia, en Rio Verde (Goiás), con el objetivo de implementar prácticas más sustentables.

“Mi padre (Luiz Henrique Vasconcelos) había iniciado un proceso de certificación con Cargill, y cuando asumí en la empresa, tuvimos que hacer muchos cambios, porque si no tenés lo básico exigido por ley, es difícil pensar en sustentabilidad. Fue un largo camino”, contó.

En la última zafra, el establecimiento Mata do Lobo (monte del lobo, en portugués), que tiene 2.500 hectáreas de soja, además de 700 hectáreas de monte, tuvo su producción certificada por la RTRS (Mesa Redonda sobre Soja Responsable, por su sigla en inglés), el principal programa de certificación de soja, y ya vislumbra un futuro de producción orgánica.

Maria Vitória, que vive en la propiedad con su esposo, un alemán formado en gestión ambiental, cuenta que el proceso incluyó una adecuación de las estructuras físicas, reformas en los alojamientos del personal, reducción de agroquímicos en la chacra, inversión en controles biológicos, seguimiento de la biodiversidad de la flora y fauna del establecimiento, donde hay muchos zorros Guará.

“Mi padre creía que era imposible producir bien reduciendo el uso de agroquímicos, pero a él también le picó el bichito de la sustentabilidad. Comenzamos por una parte, y el año pasado lo extendimos a todo el predio. Nuestros costos cayeron un tercio, y la productividad se mantuvo en 4.000 kilos por hectárea”. Además de la soja, la familia planta maíz, y desde 2008 café, dentro del sistema agroforestal.

Demanda internacional

La sostenibilidad en la producción de soja brasileña ha sido una demanda creciente de compradores internacionales. A finales de junio, activistas de Greenpeace bloquearon 50.000 toneladas de harina de soja del país durante 72 horas en un puerto de Francia.

La protesta tuvo como objetivo llamar la atención del gobierno francés para combatir la deforestación en el Cerrado brasileño, de donde proviene el 51% de la soja exportada por Brasil.

En julio, un artículo de investigadores brasileños, alemanes y estadounidenses, publicado en la revista Science bajo el título “Manzanas podridas de la agroindustria brasileña”, señaló que alrededor del 10% de las propiedades con soja en la Amazonía y el Cerrado deforestaron de manera potencialmente ilegal, sin respetar los porcentajes mínimos de reserva impuestos por el Código Forestal de 2008.

Para el jefe general de Embrapa Soja, José Renato Bouças Faria, esta presión se debe a que el país, en un corto período de tiempo, pasó de ser un importador de alimentos a un gran exportador, produciendo un volumen que puede alimentar a ocho veces la población de Brasil.

Estima que más del 90% de la soja brasileña se produce de manera totalmente sustentable, utilizando la tecnología y los preceptos de sustentabilidad, como la rentabilidad y preservación del medio ambiente para las generaciones futuras.

“Ninguna agricultura en el mundo tiene la preocupación ambiental que tiene Brasil. El productor ya maneja bien el suelo, utiliza sistemas de producción integrados, diversifica los cultivos y mejora la capacidad de recarga de agua”, aseguró.

Brasil es actualmente el principal productor y exportador de granos del mundo. La soja ocupa casi 37 millones de hectáreas en el país y lidera las exportaciones, generando ingresos anuales por US$ 34.000 millones al país.

Bartolomeu Braz Pereira, presidente de Aprosoja Brasil (Asociación Brasileña de Productores de Soja), coincide con el titular de Embrapa. “Nuestro papel es incómodo. Ningún país tiene producción agrícola como Brasil, utilizando solo el 8% de su territorio”, afirmó.

Según él, la soja es 100% sostenible, de acuerdo con el Código Forestal. “Puede haber otra irregularidad, pero no hay deforestación ilegal donde se siembra el grano. Tenemos la soja más nutritiva y sostenible del mundo”, dijo en un video disponible en portugués, inglés, alemán, francés y mandarín.

También informó que el 66% del bosque nativo se conserva, y que la soja se expande hacia las áreas de pastos, sin amenazar ningún bioma. Para Raoni Rajão, uno de los autores del estudio publicado en Science, el sector de la soja ha dado grandes pasos hacia la sostenibilidad en las últimas décadas.

“Mientras que en 2006 el 30% de la expansión se realizó en áreas boscosas de la Amazonía, con la Moratoria de la Soja bajó a cerca de 0%. Pero todavía tenemos desafíos importantes en la Amazonía y también en el Cerrado”, admitió.

Según una encuesta, hasta 22% de la soja que se exporta a la Unión Europea puede tener rastros de deforestación ilegal. La moratoria es un pacto ambiental entre industrias, exportadores, ONG ambientales y el Banco do Brasil, que veta el financiamiento y compra de soja de áreas deforestadas del bioma amazónico después del 22 de julio de 2008, fecha de referencia del Código Forestal.

El director ejecutivo de Abiove (Asociación Brasileña de Industrias de Aceites Vegetales), el agrónomo André Nassar, dice que las 90.000 hectáreas de soja ilegal en la Amazonía no entran en la cadena de afiliados. La entidad es uno de los signatarios de la Moratoria de la Soja.

Nassar explicó que los programas de certificación como Soja Plus, una asociación entre productores e industrias, atestiguan objetivamente la sostenibilidad de la producción, pero existen otros indicadores subjetivos, como la labranza cero, el aumento constante de la productividad, el bajo uso de nitrógeno (emisor principal gases de efecto invernadero), el sistema de dos cultivos y la integración cultivo-ganadería.

En cuanto a criterios sostenibles de respeto a las leyes laborales, almacenamiento de plaguicidas y maquinaria, Soja Plus muestra una alta adherencia, pero aún tiene productores que no cumplen y no conoce la legislación, reconoció.

«Ninguna agricultura en el mundo tiene la preocupación ambiental que tiene Brasil. El productor ya maneja bien el suelo, usa sistemas de producción integrados, diversifica cultivos y mejora la capacidad de recarga de agua», según José Renato Bouças Faria, jefe general de Embrapa Soja.

Señaló que la soja no tiene un programa de certificación a escala, como el algodón, pero la RTRS alcanza a 3,3 millones de toneladas y 212 productores. Por otra parte, Soja Plus garantiza la asistencia en un área de 3,5 millones de hectáreas, que produce 12,3 millones de toneladas. Y, además de Proterra y otros programas, el volumen sostenible es de 23,5 millones de toneladas (alrededor del 18% de la cosecha), recolectadas en 6,67 millones de hectáreas, según Abiove.

SLC Agrícola, uno de los mayores productores de granos de Brasil, también está asociado con la soja responsable.

Álvaro Dilli, director de Recursos Humanos y Sostenibilidad, dice que el 100% de la soja producida es sostenible, pero solo el 56% del volumen está certificado. La empresa podría tener el 88% si hubiera un mercado dispuesto a pagar por ello, aseguró.

SLC terminará este año una expansión de la siembra en áreas nativas. “Una empresa tiene un banco de tierra de 5.200 hectáreas para explorar. Esto representa el 1% del total que operamos en seis estados”, informó.

A partir del próximo año, el plan es crecer solo en áreas ya abiertas por proceso de arrendamiento, integración ganadera-forestal y joint ventures.

Un estudio realizado por la organización ambiental TNC (La Conservación Natural, por su sigla en inglés), en alianza con la consultora Agroicone, señaló que sería posible incrementar la producción de soja en el Cerrado sin deforestar la vegetación nativa, utilizando únicamente áreas de pasto subutilizadas.

Según la encuesta, hay más de 18,5 millones de hectáreas de pastos en el bioma aptos para la soja. El número representa el doble de los 7,3 millones de hectáreas estimados por las condiciones actuales del mercado para garantizar la expansión por al menos 10 años.

Nassar dice que los controles sobre la expansión de la soja en el Cerrado están aumentando, lo que molesta a los productores, pero niega la intención de extender la moratoria al bioma, que en los últimos 20 años pasó de 7,5 millones a 18,2 millones de hectáreas de soja.

Lisandro Inakake de Souza, coordinador de cadenas climáticas y agrícolas de Imaflora, dice que ninguna ONG nacional o internacional ha propuesto una moratoria en el Cerrado. Lo que existe, según él, es un diálogo intenso que involucra a más de 70 organizaciones brasileñas con los principales comerciantes de soja en Brasil para tratar de llegar a un acuerdo de conversión cero.

Souza destaca que es interesante que los propios productores luchen por la implementación completa del Código Forestal y por un sistema de asistencia técnica que llegue a todos y mejore como prácticas agrícolas.

“La sustentabilidad no es simplemente no deforestar más allá de lo que permite la ley. También significa cuidar el suelo cultivado, para no emitir gases de efecto invernadero, uso regular de combustible y maquinaria, cuidar el agua y tener una visión social de las fincas, donde viven comunidades tradicionales y locales que dependen de los mismos recursos naturales”, remarcó.

La empresa china Cofco International, uno de los signatarios de la Moratoria de la soja, tiene la intención de rastrear todas las semillas de soja compradas en Brasil en 2023.

Wei Peng, director de sustentabilidad global de la compañía, dice que ya se están rastreando 25 municipios en el Cerrado.

Consultado sobre si apoyaría la extensión de la moratoria al Cerrado, el ejecutivo dijo que «más eficiente que aplicar la moratoria es traer beneficios económicos al productor que lo incentiven a producir de manera sustentable».


Revista VERDE Nº 89
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