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15 Años

Biotecnología, integración de rubros y digitalización: claves del cambio

2 de mayo de 2023

Alma Aznárez, directora de Agroterra, realizó un análisis de los principales factores que impulsaron el desarrollo de los sistemas de producción en la agricultura uruguaya

La biotecnología fue generadora de algunos de los “cambios más importantes” en el agro, sostuvo Alma Aznárez, directora en Agroterra. Además, destacó “la importancia de trabajar la agricultura como un sistema integrado” y consideró que el futuro “va de la mano de la digitalización”.

Aznárez recordó que en 2007 el área de cultivos de verano era de unas 500.000 hectáreas y unas 400.000 hectáreas de invierno, con un crecimiento constante que tuvo un pico en 2014. Y luego el área agrícola se estabilizó en más de 1 millón de hectáreas.

Repasó que hasta el 2014 el crecimiento de la agricultura se basó en los grandes grupos argentinos y un esquema de mucha escala. Pero después, con la baja de los precios internacionales, ese modelo de negocio retrocedió. 

Apuntó que en esos años el productor uruguayo realizó una gran inversión en maquinaria para brindar servicios, y adoptó mucho conocimiento respecto al manejo de la soja y del maíz. “Se dio como una transición y las áreas fueron tomadas por productores uruguayos, que si bien tenían una escala más chica, tenían una mejor calidad de agronomía y más conocimiento de la realidad productiva del país”, valoró.

Producir en un sistema integrado

Aznárez destacó el “gran cambio” y que “se empezó a producir de mejor manera, en un sistema mucho más integrado con el resto de los rubros, como la ganadería o la lechería. Estos productores mixtos le dan mayor estabilidad al sistema, que puede crecer sobre pasos más seguros en la adopción de nuevas tecnologías, cultivos y rotaciones”.

Consideró que “eso permitió un crecimiento no solo de área, de nuevos cultivos, sino también de productividad. Hoy el productor uruguayo tiene mucho conocimiento, está muy bien tecnológicamente; viajas al exterior y te das cuenta que las mejoras vienen más de la mano de la adopción de buenas prácticas, más direccionadas”. 

También señaló que “la palabra sustentabilidad, que gana espacio, se incorporó al productor uruguayo y ahí tenemos un camino por recorrer”, pero “esta sustentabilidad no puede dejar de lado la rentabilidad y lo mismo viceversa, nuestro desafío como compañía es generar valor a través practicas sostenibles porque estamos convencidos que son un mejor negocio para nuestros productores a largo plazo, pero sin olvidarnos del corto”.

Biotecnología

La directora de Agroterra señaló que “otro de los temas importantes, que en los últimos 15 años generó cambios fue la autorización de nuevos eventos biotecnológicos. Como empresa lo tenemos en nuestra esencia. Lo fundamental es que el país esté sincronizado con los avances a nivel mundial, que permiten no quedarse atrás no solo en potencial de producción, sino también en manejo de malezas y control de insectos. Estas tecnologías permiten alternativas, rotar e introducir los últimos avances genéticos para elevar los pisos de producción”, enfatizó. 

Planteó que “un caso muy claro es el maíz de segunda, que viene creciendo, al punto que hoy tiene más área que el de primera. Esto permite consolidar un doble cultivo, la ecuación cierra y eso está dado también por la autorización de los eventos de protección contra insectos”.

La directora de Agroterra también destacó el avance genético en el germoplasma que aporta rinde, sanidad, que permite desarrollar un cultivo con gran potencial. “Poder introducir nuevos cultivos en el sistema permite tener una ecuación más rentable, donde el productor tiene la posibilidad de elegir sus planes de siembra, y sumar un beneficio ambiental. Estás introduciendo más cultivos, más raíces en el suelo, capturando más carbono y rotando principios activos. Hay muchas cosas que van de la mano de la adopción de estas nuevas tecnologías en Uruguay”, remarcó.

Más canola y promoción de inversiones

Por otra parte, Aznárez se refirió al crecimiento “enorme” que tuvo el área de canola (o colza) en Uruguay, “que demuestra la apertura mental a la introducción de nuevos cultivos y su aporte al sistema global. Estamos convencidos de que tenemos que mirar el sistema para después mirar a tres años, y cómo va sumando cada una de las patas a la rotación”.

La empresaria también consideró que “fue fundamental la Ley de Promoción de Inversiones”. Planteó que a partir de la Comap (Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones) se invirtió más en riego, en maquinaria, y en logística, dijo. 

Sostuvo que el riego “es una de las inversiones que genera mayor impacto en la producción y es parte estratégica de lo que estamos trabajando a nivel empresa en cuanto a manejo y estrategias de cultivo” porque “no solo levanta los techos productivos sino que estabiliza el sistema de una manera muy importante”. Y agregó que “hay más para desarrollar”, en “la incorporación de la tecnología al riego como el manejo del agua en momentos estratégicos y  la nutrición de esos cultivos”.

Producción ambientada

Aznárez también destacó que la producción ambientada “se ha venido implementando y va a ser de las cosas más importantes de aquí en adelante. Esto permitirá, no solo levantar techos y pisos de rendimiento, sino hacer un buen uso de los recursos ambientalmente y en particular de la fertilización, que es un punto clave al que tenemos que estar muy atentos”. Ajustar la demanda del cultivo con el manejo del fertilizante, “definir qué fuentes son las más adecuadas para minimizar pérdidas,  son algunos de  los aportes que nos dará la digitalización para acrecentar la productividad y disminuir el impacto de los factores de producción en el  ambiente. Junto a ello, la capacitación de nuestros colaboradores es clave para acompañar y potenciar estas tecnologías para la realidad de cada productor”.

El futuro

Aznárez dijo no tener dudas de que “estamos en un sector que va a seguir creciendo fuerte”. Planteó que la guerra en Ucrania “no solo puso sobre el tapete el tema de la dependencia energética, sino también la importancia de los alimentos. Esto nos ubica en un sector con una demanda asegurada hacia el futuro, donde somos muy competitivos”. 

También se refirió a la trazabilidad, la aplicación de procesos y medir la huella de carbono “para consolidar los beneficios de la agricultura uruguaya; algo que de repente algunos mercados los van a pedir”. En ese sentido, puso como ejemplo la canola. 

“La digitalización y la información son fundamentales para producir sustentablemente sin olvidarnos de la rentabilidad, el buen uso de los recursos, el uso adecuado del agua, el cuidado de los suelos. Para todo esto es clave la gestión en la toma de decisiones”, subrayó.

Sostuvo que “tenemos que mirar todo como un sistema; no podemos estar pensando solo en la próxima campaña, sino cómo una decisión impacta en el próximo cultivo y en los siguientes. Tenemos que trabajar en desarrollar alternativas de manejo que nos permitan también tener flexibilidad para ir aprovechando oportunidades, pero mirando siempre la ecuación global”.

“Mitigar los serruchos”, fue otro de los desafíos que planteó Aznárez de cara al futuro. “Hay productores que están logrando altos rendimientos siendo muy eficientes, pero la variabilidad del clima es algo que tenemos que ver; cómo levantar pisos y minimizar los riesgos climáticos”, planteó. 

También se refirió a la integración entre productores. “Una cosa que nos llamó la atención cuando viajamos a Estados Unidos es que los productores nos decían que no se hablaban con los vecinos porque competían por las tierras”, comentó. Y destacó que en Uruguay “los productores trabajan integrados; uno produce granos y el otro le compra porque tiene un corral. Se va desarrollando algo que es muy virtuoso, de productores y empresas vecinas”.

La misión de Agroterra

Por último, Aznárez se refirió a Agroterra. Dijo que la misión de la empresa es “generarle valor al productor agropecuario. Queremos acompañarlo desde la chacra, generando una situación de confianza, que permita intercambiar conocimiento para la adopción de tecnología,   escuchar sus desafíos, qué les preocupa; tener los pies en la tierra pero mirando para adelante”. 

Apuntó que a veces las soluciones que requieren los productores son logísticas, financieras o de negocios. “Inauguramos nuevos centros de distribución, para estar más cerca del productor, para tener producto cerca, pero también hemos invertido mucho en fortalecer nuestro equipo humano. La clave de nuestra empresa es nuestra gente y la esencia de nuestro trabajo es tener un equipo fuerte, capacitado, que esté cerca del productor, que pueda intercambiar conocimiento y asesoramiento y ser potenciador de transformaciones”, dijo.

Además, destacó que “este año vamos a cumplir 50 años como distribuidores de semillas Dekalb, que fue la primera marca con la cual empezó a trabajar el grupo”. Recordó que Agroterra nació en 1997, cuando Monsanto llegó a Uruguay. “Ese año se lanzó la soja RR en la región, y fue uno de los cambios más revolucionarios en la agricultura, que potenció la siembra directa”, enfatizó.

Recordó que “en 2003 hicimos el primer registro de maíz transgénico en Uruguay. Parte de la esencia de nuestra empresa es introducir nuevas tecnologías en el campo, a través de un equipo capacitado, estar cerca del productor para que pueda adoptarlas, producir más, con mayor rentabilidad y cuidado. Hay mucho para hacer, para aprender y para aportar”.

Nota de Revista Verde N°106. Edición Aniversario

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