Colza: tecnologías, híbridos adecuados y ajuste de manejo para mejorar rinde

El objetivo de elevar el promedio nacional del cultivo se puede lograr en base a estas herramientas, según planteó el responsable de I+D de Erro Semillas, Fernando Segú.
Aplicando tecnologías, utilizando híbridos adecuados y ajustando el manejo se puede mejorar el rendimiento promedio nacional de la colza, dijo a VERDE el responsable del área de Investigación y Desarrollo (I+D) de Erro Semillas, Fernando Segú. A su entender, “aún existe una brecha genética entre lo que puede dar la colza y lo que obtiene el productor, por lo que aún hay muchas mejoras posibles para influir en la productividad”.
Actualmente el rendimiento promedio a nivel nacional se ubica entre 1.500 y 1.600 kilos por hectárea (kg/ha), con algunas excepciones donde se logran hasta 3.000 kg/ha con primaverales. “En nuestros ensayos, así como en los ensayos oficiales de Inase (Instituto Nacional de Semillas), observamos que la productividad de la colza podría ser mayor”, afirmó.
Segú señaló que “muchas veces ese potencial genético no se refleja en el rendimiento”, y “es necesario identificar cuáles son las deficiencias que estamos teniendo, ya sea en la siembra, en el manejo del nitrógeno-azufre, la cosecha o en el uso de herbicidas residuales en todo el sistema de producción, que puedan estar afectando silenciosamente la producción de colza”. Con eso resuelto, “podremos aprovechar al máximo el potencial genético de los híbridos”, afirmó.
Si bien, como se mencionó, a nivel país el rendimiento “está estancado en 1.500 o 1.600 kg/ha, seleccionando las chacras, los híbridos y el manejo adecuado, se podría aspirar aumentar el rendimiento nacional en 200 o 300 kg/ha y, a su vez, que sea estable durante los años”. Por eso, plantéo que “debemos seguir trabajando y ajustando para ir reduciendo la brecha existente”.
El responsable del departamento de I+D de Erro Semillas consideró que en colza el potencial genético “está marcado por los híbridos” y “sobre todo por las tecnologías asociadas a esos híbridos”, que permiten mitigar y enfrentar varias problemáticas que afectan a los productores en sus chacras.
Puntualizó que esos rendimientos no contemplan las colzas invernales, que brindan otro nivel de productividad, pero “tienen otra ubicación geográfica en el país, un nicho reducido dentro de los planes de siembra, y el área de siembra es significativamente menor que el de las primaverales”.
Investigación y Desarrollo
Sobre el trabajo que realiza Erro en su área de I+D, Segú sostuvo que desde hace años la empresa evalúa la línea de híbridos con genética Advanta, de origen australiano, que tiene “muy buena adaptación a estas latitudes”. Además, comentó que se trabaja con genética europea de DSV. “Los dos semilleros año a año realizan una evaluación y selección de los híbridos que mejor se adaptan a las regiones donde se siembra colza en Uruguay”, señaló.
En las líneas invernales, en las que han incursionado desde hace algunos años y que tienen un nicho muy específico en Uruguay, el portafolio de Erro contempla dos híbridos: Beatrix CL y Duke.
A su vez, destacó que está trabajando en cruzas de híbridos invernales con primaverales. “Los vamos a presentar en la zafra que viene”, adelantó, destacando que “vienen con muy buenos” resultados. De esa forma “podemos aprovechar toda la tecnología que nos brinda un híbrido invernal sobre resistencia a phoma, desgrane en la cosecha, aporta la tecnología Clearfield y suma atributos de un híbrido primaveral, como una menor exigencia al frío”, describió.
Segú también explicó que eso “es fundamental”, dadas las condiciones agroclimáticas de Uruguay, ya que ofrece “mayor estabilidad y seguridad al productor a la hora de brindar una recomendación”.
En esa línea, destacó que Apolo CL es un híbrido invernal-primaveral con todos estos atributos, pensado para siembras en abril y con el “requerimiento de frío ya cuantificado para posicionarlo y darle seguridad al productor a la hora de sembrarlo”.
Además, informó que se lanzaran dos nuevos híbridos primaverales de la genética Advanta. Se trata de los materiales Equinox CL, de ciclo intermedio, para siembras a partir del 5 de mayo; y Continuum CL. Ambos con tecnología Clearfield.
“Necesitábamos un reemplazo genético para Hyola 575 CL, que es muy conocido, pero ya tenía varios años en el mercado. Con este nuevo material con tecnología Clearfield, mantenemos y sumamos el potencial de rendimiento frente a Hyola 575”, detalló.
También adelantó que dentro de las líneas convencionales se lanzará Hyola 130, que ofrece “un muy buen potencial de rendimiento y está destinado a aquellos productores que no necesitan utilizar la tecnología Clearfield”.
Segú destacó que estos lanzamientos implican una “renovación importante” del portafolio, con materiales que “superarán a los que teníamos disponible, cubriendo todo el rango óptimo de fechas de siembra, tanto para colzas invernales como para primaverales”.
Nota de Revista Verde N°119